jueves, 25 de noviembre de 2010

DIVINO TESORO - CAPITULO 31-EPILOGO - BETIINA KRAHN

EPILOGO



Culpepper, Maryland, 1768

Esa tarde calurosa de verano, la mansión Renville vibraba con mucho barullo y actividad. Había invitados dentro y fuera de la casa. Sterling Renville acababa de ser electo para un período mas en la Asamblea de Maryland, y por esa razón había invitado a los habitantes de la villa para celebrar su victoria. Wyatt y Larenda habían llegado para una visita de unos días antes y también había algunas personas venidas de Baltimore.
Philamon estaba sentado en el pórtico con Buck Barrett, discutiendo sobre la causa de una reciente enfermedad que había atacado a los frutales, y el padre Vivant y el reverendo Whitethorn, completamente absortos, jugaban una partida de ajedrez en una de las mesas del jardín. Los cuatro ignoraban los chillidos y gritos de un grupo de niños ruidosos que jugaban y peleaban en el patio.
Treasure y Larenda, embarazada, se presentaron para intentar controlar la situación mientras que Sterling y Wyatt venían de los establos. Los hombres se detuvieron al ver que sus esposas intentaban acabar con las peleas entre los chicos.
Basta ! — Treasure exclamó en voz alta.
— Peleando con tus amigos más queridos? Nunca vi algo igual! —disgustada, miró a los cuatros chicos rubios: Matthew Darcy, Mark Philamon, Luke Penance y John Pierre.
Los niños levantaron la cara y miraron a su madre con ojos que iban desde violeta al azul gris .
— No quiero volver a verlos hacer esto, me oyeron ? Los verdaderos amigos se aman y viven en paz.
— Treasure! — la llamó Annis Barrett, interrumpiendo el sermón que ella le dab a los hijos. — Viste a Modesty? Fui despertarla y no está en la cama. No puedo encontrarla. Ya la busqué por toda la casa.
— Modesty? — Treasure abrió enormemente los ojos , horrorizada.
— Estás segura? — Pero antes que pudiese oír la respuesta, se dio vuelta y le pidió a Sterling e Wyatt que fuesen buscarla.
Al oír que la pequeña Modesty había desaparecido, Buck Barrett y Philamon dejaron de conversar, el padre Vivant y el reverendo dejaron el juego y , finalmente , todos fueron a colaborar en la búsqueda de Modesty Renville. Pero la nena de dos años y medio no fue encontrada en ningún lugar de la casa.
La noche se acercaba, y todos salieron a buscar a la hija menor de los Renville. Treasure insistían en decir que Modesty pronto aparecería, pero el tiempo pasaba y no se tenía novedades de la niña.
Sterling y un grupo de hombres montaron sus caballos y partieron a buscarla por los bosques e granjas da vecindario, pero pronto se puso muy oscuro y tuvieron que dejar la búsqueda para el amanecer.
Nunca el amanecer había sido tan esperado como en ese día. Después un rápido desayuno , salieron nuevamente. Pero, por suerte, no tuvieron que ir muy lejos. A pocos metros de la mansión Renville, una niña descalza y de vestido azul y delantal blanco salió de detrás de un gran carro.
Treasure dio un largo suspiro y se aproximó a su hija.
Modesty Renville sonreía mientras acariciaba una ardillita que traía en los brazos.
Sterling también se acercó, pidiéndole a su hija que pusiese el animal en el suelo , pues él podría morderla, estar enfermo y todas las cosas que un adulto dice en una situación como esa. Pero cuando intentó sacar el animal de los brazos regordetes, la ardilla mostró sus dientes en señal de desafió a quien tratase de cortar su amistad con la dulce nena de cabellos dorados.
Treasure le guiñó un ojo a su marido, antes de arrodillarse cerca de su hija y acariciar la ardilla , quien aceptó la caricia sin problemas. Se oyó un murmullo general y , segundos después, Modesty Renville y su nuevo amigo fueron saludados con mucha alegría. Entonces, cuando Treasure levantó la cara, vio sus padres, que la observaban con un brillo significativo en la mirada.
En ese instante, todos los presentes entendieron que, todo indicaba, que Culpepper tendría una nueva libre pensadora para guiarlos.
Ahora entendían lo que significaba la expresión "nada es por casualidad ". Después de todo , Treasure era el tesoro que el viejo barón le había dejado como herencia a su hijo, y Modesty era un regalo del Cielo , no sólo para sus padres sino también para una pequeña comunidad que florecía en las jóvenes colonias americanas allá por el mil setecientos .


FIN
we

No hay comentarios: