miércoles, 3 de noviembre de 2010

DIVINO TESORO - CAPITULO 9 - BETINA KRAHN

CAPITULO 9

Al día siguiente, Annis Barrett observaba a su hija vagar absorta por la quinta de la casa. Algo perturbaba a Treasure. Desde que había regresado del río, la noche anterior, estaba muy inquieta. Annis se había notado eso cuando había ido a llamarla para el desayuno . Ya no parecía la chica independiente y alegre que siempre había sido .
Eran cambios que tal vez sólo la mirada de una madre podría percibir. Durante todo el verano , Annis había notado algunas diferencias en su hija. Había llegado a pensar que Treasure era inmune a ciertas cosas, pero ahora reconocía que ella estaba floreciendo como mujer.
Emitiendo un largo suspiro, Annis llamó a su hija para que se sentase a su lado en un banco de madera, dispuesto bajo un gran árbol.
— Tengo un problema, Treasure — comenzó a decir, tomándole las manos entre las suyas y forzándola a observarla. — Es algo con mi hija mayor . Ella está muy perturbada y necesito saber el motivo. Nunca antes la vi así.
Treasure cerró los ojos , para pronto abrirlos nuevamente:
— Extraño al barón Darcy, mamá — ella confesó.
— Y qué más?
— Los libros.
Annis continuó mirando fijamente a su hija.
— Y Pierre Fayette fue al río anoche e intentó forzarme a hacer eso que a los hombres les gusta hacer — ella completó, dándose cuenta que, a su modo, su madre era una persona muy sabia.
— Dios! — Annis gimió. — él se atrevió a hacer eso?
— Si. El barón sacó a Pierre que estaba sobre mí y lo echó y luego ... Él me besó. Después nos peleamos. Él merece perder todo, todo! — Los ojos violetas brillaban con indignación. — Yo hice las cosas más difíciles para Sterling Renville, y él sabe que ha sido engañado.
Annis notó que su hija se trastornaba cuando hablaba del joven barón. Treasure era una joven bonita, aunque diferente de las otras muchachas de su edad, y el barón era un hombre guapo y viril, lo que hablaba por si solo. Con una sonrisa tierna, abrazó a su hija y le acarició los cabellos.
— El joven barón pronto se marchará de Culpepper, y si Pierre te molesta otra vez tu padre y tus hermanos hablarán con él.


Aquella misma noche, Annis le contó lo sucedido a Buck, y al día siguiente, en una reunión que los líderes de la villa hacían regularmente en la iglesia,
la pareja Barrett expuso el asunto.
Al principio , hubo un silencio general. El día que todos temían había llegado: Treasure, la filósofa de la villa, se había hecho mujer. Y ese era un hecho que nadie podría cambiar.
— Qué haremos, padre? — preguntó Rennier, el dueño de la taberna, frunciendo el ceño . — Ella ya no puede vagar por la villa de noche. Ya no puede dormir en cualquier lugar, ni nadar en el río o cabalgar con los muchachos. Y si algún hombre se enferma y Treasure tuviese que atenderlo?
— Espera, Rennier. — Collin Dewlap siempre veía el lado positivo de las cosas. — Tal vez no sea tan malo . Todos conocemos a Pierre. Sabemos que él estuvo con la mayoría de las chicas de Culpepper. Tal vez sólo sea él. Puede ser que los otros muchachos todavía no vean a Treasure como mujer.
En ese instante, todos se volvieron hacia Pen Barrett, el único representante de los jóvenes de la villa que participaba en la reunión. Pen suspiró y sacudió la cabeza lentamente.
— Hace unos días vi a un grupo de muchachos espiando a Treasure en el río. Mi hermana ya no es una niña — Pen habló, recordando también la escena que había presenciado en la biblioteca de la mansión, pero concluyendo que era más prudente no mencionarla. — Creo que ustedes tienen que preocuparse .
— Qué quieres decir con eso, Pen? — la señora Treacle quiso saber, alarmada.
— Él quiere decir que Treasure tiene todo en los lugares correctos — intervino Collette, una ex empleada de la taberna que, ahora estaba casada con el viudo Rennier, usaba vestidos cerrados hasta el cuello, pero mantenía la sonrisa pícara que todos le conocían. — Están ciegos? Treasure es una muchacha muy bonita. Créanme , los muchachos la desean y mucho.
Todos suspiraron y miraron para al sacerdote buscando ayuda.
— Qué haremos, padre? — Buck Barrett preguntó. — Es demasiado tarde para tratarla como a una chica común y corriente . Ella no lo aceptaría.
— Qué será de ella, mi Dios? — La voz de Annis, llena de angustia, hizo que los demás bajasen la vista .
— Treasure ya es mujer, verdad? — El sacerdote levantó el mentón. Su corazón estaba oprimido, pero él era el sacerdote y tenía que encontrar una solución. — Entonces deberá hacer lo que toda mujer hace ante Dios. Ella tiene que casarse.
— Casarse?! — preguntaron todos al unísono.
— Quién se casaría con Treasure? — Buck miraba aturdido al padre Vivant.
— No fue dicho aquí que... — Padre Vivant se sentía avergonzado — que los muchachos la desean ?
— Si, pero de ahí a querer casarse con ella ... son cosas diferentes — Buck respondió.
Hubo un profundo silencio, cada uno de los presentes pensando en un posible candidato.
Con cada nombre sugerido, todos sacudían la cabeza, desanimados.
Qué hombre de mente sana se casaría con una chica que andaba por la villa atendiendo personas, curándolas y orientándolas a cualquier hora del día ? Quién soportaría quedarse sin comer, porque su esposa estaba demasiado atareada , pensando en asuntos y problemas ajenos? Además, Treasure tenía un carácter fuerte y jamás aceptaría recibir órdenes de su marido, como era normal que sucediese.
— Bien, sé que el problema de Treasure es grave — la señora Treacle fue la primera en expresarse —, pero creo que ustedes tienen que saber todo de una vez. El barón quiere volver a Inglaterra y va a vender la mansión y las tierras que heredó. En cuanto a nosotros, podemos quedarnos o marcharnos — Ella bajó la vista , sacó un pañuelo del bolsillo del delantal y se secó las lágrimas.
La noticia dejó a los miembros de la comunidad trastornados. Nadie tenía dinero para comprar las tierras que arrendaban al barón. Durante años habían dependido de la generosidad del viejo barón Darcy, y el día del ajuste de cuentas finalmente había llegado.
— Dios del cielo! — Collin Dewlap abrió enormemente los ojos . — Y a quién le va a vender las tierras? Sabes el nombre?
— Oí decir que... Tendrá que dividir en lotes la tierra. Sólo un hombre muy rico estaría en condiciones de comprar todo, .
— Dividir en lotes? — Buck preguntó, espantado. — Debemos hacer algo!
— Llamen a Treasure — Benton Hegley sugirió.
— Perdemos a nuestra filósofa y ahora nuestras tierras — murmuró la señora Treacle. — Es demasiado ! Debe ser un castigo de Dios!
Estaban desorientados. Era como si Treasure hubiese muerto o los hubiese abandonado para siempre.
Pero , por lo menos, alguien entre ellos había mantenido el sentido común .
— No puedo creer en mis ojos ni en mis oídos! — protestó Collette Rennier. — Tienen la solución justo delante de sus narices — ella codeó a su marido y los miró uno por uno. — Vamos, piensen . Tenemos dos problemas y una sola solución. Y esa solución es casarla con el barón Renville. Si él vuelve a Inglaterra no la llevará, y Treasure precisará algún lugar donde vivir . Si se quedan aquí, ambos necesitarán un lugar para vivir, lo que significa que las tierras y la mansión no serán vendidas.
— Treasure... Casarse con el barón?! — Buck miró a Collette, atónito. — Pero ella lo odia!
— Y ? Muchas mujeres odian a sus maridos. Créanme, yo lo sé.
— Ella nunca aceptará esto — Rennier intervino. — Muchas chicas descubren que no les gustan sus maridos sólo después que casarse. Pero ese no es el caso de Treasure.
— Quién dice que ella tiene que aceptar? — Collette retrucó.
— Oh, no, no... — esa vez la intervención fue del padre Vivant, quien miró a Collette alarmado. — El matrimonio es algo sagrado. Treasure tendrá que concordar o no será un casamiento ante los ojos de Dios. Eso que está pensando es pecado, Collette, no puede estar hablando en serio.
— Bien, quién mejor que el barón para casarse con ella? — Collette miró al padre. — Diga el nombre de un hombre.
Se instaló un pesado silencio, y después Lem Hodgson aclaró su garganta y balbuceó:
— Bien... Yo ... Podría casarme con ella. No tengo miedo como los demás.
— Eso es muy noble tu parte, joven — Buck le dirigió una sonrisa al muchacho más fuerte de Culpepper —, pero no podemos dejar que sacrifiques tu vida.
Lem dio un suspiro de alivio, por lo menos había cumplido con su deber.
— Bien, aunque Treasure concuerde, el barón no concordaría — Benton Hegley comentó.
— Muchos hombres llegan al altar forzados — Collette rebatió.
— Podría funcionar — murmuró Pen, recordando que Treasure y el barón se habían besado en la biblioteca. Ella parecía haber disfrutado ese beso , y el barón era el único que no se sentía intimidado con la inteligencia de su hermana. — Treasure y el barón casados... Creo que puede funcionar.
Todos miraron admirados a Pen. Él era quien mejor conocía a Treasure, por lo tanto debería saber lo que estaba diciendo.
— Si ella tuviese que casarse, un hombre educado como el barón sería lo mejor — comentó Annis Barrett, hablando más para si misma que para los demás.
— Pero ellos nunca aceptarán esto — comentó Buck incrédulamente.
— Hay maneras de eludir ese problema, señor Barrett — Collette intervino nuevamente. — Si fuesen atrapados juntos en la cama tendrán que casarse.
Una vez más , todos se quedaron estupefactos, y el sacerdote
se santiguó.
— Dios prohíbe eso, Collette. Debes confesarte!
— No dije que tendrá que pasar algo más, padre. Ellos sólo tendrán que ser atrapados en la... misma cama.
— Y cómo puede suceder eso ? — Buck frunció el ceño.
— Los hombres bebidos, a veces , hacen cosas que nunca harían sobrios. Los emborrachamos y los metemos en la cama. Y cuando se despierten...
— Pero Treasure no bebe — Lem Hodgson les recordó.
— No bebe, pero , tiene hierbas que pueden hacerla dormir. — Collette tenía una respuesta para todo.
— No, no, no! — Padre Vivant se puso de pie. — Les prohíbo hacer algo así . Está mal . El casamiento tiene que ser un acto limpio y honesto y después deberá ser consumado.
— Es verdad, padre, pero Treasure no es completamente católica.
— Y quién va a saber si el matrimonio no fue consumado? Nadie puede saber por cierto lo que sucede entre cuatro paredes — Pen observó, acordándose de la escena que había presenciado en la biblioteca de la mansión.
— Pero ... Eso es un ardid para engañar a dos personas de bien. Es pecado! — el padre protestó nuevamente, pero con menos fervor esta vez.
— Es pecado mortal o venial, padre? — Buck Barrett quiso saber, arqueando sus gruesas cejas.
Oel padre frunció el ceño, pensando en una respuesta.
— Venial... Creo.
— Y cuál es el castigo para ese pecado? Una novena, dos, tres... qué?
— No sé decirlo con certeza. Depende de los otros pecados que acompañen a ese.
— Bien, por mi parte ,creo que podemos arriesgarnos — Buck le sonrió al sacerdote. — Creo que el TodoPoderoso entenderá. Dinos, Collette, qué debemos hacer?

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