jueves, 18 de septiembre de 2008

LA TRAMPOSA - CAPITULO 2

Capítulo 2


¡Por Dios ! Está más frío que la teta de una bruja vieja, ” el alguacil se quejó.

Nicholas sacudió la nieve de sus botas y señaló con su cabeza el cuerpo de Hubert Kabayn. “Vamos , ” él ordenó al ejecutor, “ bájalo de ahí . Él ya está muerto.”
Cuanto más pronto acabase con ese asunto , más pronto se ocuparía de la herida en su mejilla y mas pronto podría beber hasta caer en la inconsciencia. Beber cualquier cosa que lo ayudase a borrar la imagen atroz de la muerte de Kabayn.

“La ley es la ley, ” dijo el empleado de Torteval, regañó al alguacil. “Debe quedarse colgado durante una hora completa.”
Nicholas apretó los dientes. Acatar la ley era una cosa. Cumplirla hasta sus límites mas absurdos era otra.
“Se lo debe a Lady Philomena, ” el hombre insistió. Luego, como si Nicholas fuera ciego y sordo , el hombre le confió en un susurro fuerte al alguacil, “ él la defraudó.”

Nicholas frunció el ceño a ese hombre , que era tan bajo qu él podría aplastarlo con el pulgar. “¿ La Defraudó ? ¿Cómo?”

Como una ardilla asustada , el hombre tembló al dirigirse al funcionario . Luego él se mordió el labio y murmuró , “ Ese asesino no sufrió en lo más mínimo.”
“El hombre está muerto, ” Nicholas le dijo.
“Pero Lady Philomena específicamente exigió que ... ”

“ Me importa un carajo lo que ... .” Nicholas se mordió la lengua. Sabía que no era una buena idea discutir sobre ética con el empleado de la familia mas rica de Canterburry, las contribuciones de esa familia pagaban la mayor parte de los salarios de los funcionarios .
Envalentonado por el silencio de Nicholas , el empleado de Lady Philomena le sonrió burlonamente al alguacil.
“¿Cómo piensan combatir el crimen si los criminales no sufren en la ejecución ?” Él sacó la nieve que había caído sobre su hombro. “Pronto habrá asesinos y ladrones en todo el condado de Torteval Hall.” Él se estremeció. “Mi lady estará disgustada, muy disgustada...”

Por lo que a Nicholas le preocupaba ese tema , Lady Philomena podía besarle el trasero . Él no era su criado, gracias a Dios. Él era un servidor de la ley. La mujer no se había molestado en hacerse presente a la ejecución en la horca, de todos modos . Y respecto respecta a ese melindroso empleado de Torteval. . .

El alguacil diplomáticamente interrumpió antes que Nicholas pudiese terminar su amenaza infame . “Bien , el resto de la gente pareció bastante impresionada , ” él le dijo al empleado. “Uno sólo necesita silbar y Nicholas Grimshaw mantendrá a todos los forajidos lejos de Canterburry por semanas.”
Eso era lo que Nicholas esperaba. Él estaba mucho más interesado en prevenir el delito que en castigarlo.

Aparentemente, el hombre de Lady Philomena no estaba de acuerdo. Él estrechó sus ojos , sacudió la nieve acumulada en su capa y repitió. “ Colgado durante una hora, Grimshaw ! ” .

Nicholas maldijo entre dientes , luego observó al verdugo, quien esperaba sus órdenes con sus brazos musculosas cruzados sobre su pecho ancho . De sus ganancias, Nicholas separó cinco chelines que le debía al verdugo . “Ve y cómprate una cerveza. Yo bajaré el cuerpo.”

Cuando el verdugo agradecidamente se retiró a la posada mas próxima, el alguacil recorrió con su mirada alrededor la plaza casi vacía. “¿No hay ningún pariente?”
“Él dijo que tenía una nieta joven.”
“¿Viviendo en Canterburry?”
Nicholas negó con la cabeza. “Estaban de paso.”
El alguacil se sobresaltó. “ Espero que no sean peregrinos”
“No. El viejo no andaba buscando el camino hacia Dios . Era un criminal con años de carrera.”

El alguacil inclinó la cabeza, luego empezó a pasearse impacientemente delante de la horca, frotándose las manos para darse calor, ocasionalmente miraba hacia arriba, al cuerpo de Kabayn. “¿Por qué supone que él ... ?”

“No lo sé.” No era exactamente la verdad. Nicholas podía adivinar que Kabayn había saltado de la escalera antes que el ejecutor tuviera la posibilidad de sacarla completamente. Él había hablado con Kabayn durante mucho tiempo y sabía que Kabayn era un hombre acostumbrado a seguir su propias reglas y ser capitán de su propio destino. Ese acto final había sido un desafío al verdugo.
Aparentemente Kabayn había añadido el suicidio a su lista de sus delitos y pecados . El alma de Kabayn ya estaba condenada al infierno por el pecado de asesinato. Nicholas tendría que enterrar su cuerpo en tierra no consagrada.
“Una hora .... , ” el alguacil masculló. “Es una ley estúpida. El cuello obviamente del hombre está quebrado.”
Nicholas estaba de acuerdo. La ley había estado hecha para que víctimas de estrangulación simple, para asegurarse que verdaderamente estaban muertos. “La ley dice al menos una hora.”
“¿Sí?”
“Si no hay ningún pariente para reclamarlo, entonces lo dejaremos durante toda la noche.
Nadie se robará el cuerpo. Ni los cuervos se atreverían a venir con este frío. Lo bajaré al amanecer antes que cualquiera se despierte .”

Deseándole buenas tardes al alguacil, Nicholas caminó con pasos pesado por de la senda que llevaba hacia su hospedaje , tambaleándose mas por la fatiga que por el frío.

Por el momento, necesitaba desesperadamente cerveza y una buena noche de sueño . Temprano por la mañana, enterraría a Hubert Kabayn y saldría a buscar a la nieta del hombre así podría cumplir con la última petición del muerto. Habían sido dos días muy largos , y dispensar muerte le pesaba en el alma.

El aliento de Desirée salió en anillos de humo en el aire mientras avanzaba arrastrando sus pies sobre la nieve poco honda, sus huellas parecían las de un enano comparadas con las del gigante que caminaba varios metros mas adelante de ella. Él sólo era una sombra a la distancia . Pero había pocas personas transitando por las calles nevadas de Canterburry en ese momento , entonces ella no tenía problema ene seguir sus huellas.

Él naturalmente no vivía en el pueblo propiamente dicho . Los mercaderes de la muerte como Nicholas Grimshaw se alojaban en las afueras de la aldea , lejos de la gente decente, para evitar el tipo de venganza ella estaba a punto de ejecutar .
Desirée tembló, mas por aprensión que por frío. Nunca había matado a alguien antes. Incluso no estaba segura de poder hacerlo, a pesar de la furia helada que recorría sus venas. Pero sabía qu nunca encontraría paz hasta que vengase la muerte de Hubert.

Hubert no estaría encantado. Un buen tramposo nunca sucumbía ni actuaba movido por emociones , especialmente la cólera. Un buen tramposo conservaba la cabeza fría, lucía una sonrisa cándida, y ejecutaba sus venganzas en más formas sutiles.
Quizás Hubert tenía razón . Quizás Desirée no era una buena tramposa después de todo.
Quizás debería retirarse de la carrera del delito.
Y quizás lo haría. . . Inmediatamente después de que hubiese arreglado cuentas con ese funcionario por su crueldad.
El hombre no era tan cuidadoso como debería haber sido. El muy estúpido no tenía ni idea que alguien lo seguía. Ni siquiera se molestó en mirar hacia atrás cuando llegó al hospedaje.
Pero Desirée esperó afuera hasta que la nieve caída cubrió la parte superior de sus botas, dándole tiempo para que se acomodase y bajase su guardia. Después de largos minutos ella bajó el picaporte y lentamente abrió el portón .

Esperaba encontrar una guarida apropiada para ese salvaje malvado detrás de la portón .
Quizás una caverna con murciélagos . O una casucha escuálida con humo amarillo saliendo de la chimenea.

Pero en vez de eso encontró una casa modesta , absolutamente ordinaria , con techo de paja. UN pálido humo gris salía de la chimenea. Un par de árboles frutales a los costados eran los centinelas de esa casa de campo. En el patio había tierra con surcos , seguramente ese sería un huerto en el verano
Con un poco de temor , ella avanzó por el sendero empedrado, agradecida que los postigos de las ventanas estuviesen cerrados. En el umbral, ella sacó la daga, luego con cautela abrió la puerta .

El fuego en la chimenea lanzaba un halo sobre el interior de la casa , en gran contraste con el blanco invernal del ambiente exterior. La leña crepitaba alegremente en el cuarto, y sombras bailaban animadamente en las paredes de yeso.

Desirée vaciló , mordiendo su labio con indecisión. No era como se había imaginada la guarida de un funcionario. No era mazmorra inmunda , húmeda y oscura. Las paredes no estaban manchadas con la sangre de sus víctimas. Y el malvado Nicholas Grimshaw no revolvía una olla con aceite hirviente sobre el fuego.

El sonido de un ronquido suave salía de la casa , y Desirée se apresuró a abrir un poco mas la puerta . Desde allí, ella sólo podía ver las piernas largas del hombre estiradas hacia el fuego y su brazo izquierdo colgando, sus dedos flojos agarraban uno frasco vacío .
Ella sonrió sombríamente. El estúpido estaba profundamente dormido.
Él roncó otra vez, , y ella empujó la puerta lo suficiente como para meter su cabeza a través de la abertura.

Estaba medio recostado en un banco, colocada contra una pared interior. Se había quitado las botas, y sus pies cubiertos con medias mojadas , estaban colocados en un taburete de tres piernas, apuntando hacia el fuego. Su capa estaba arrugada encima de una mesa cercana, al lado de un barril de cerveza, dónde él probablemente había llenado su copa. Y su espada enfundada estaba apoyada en un rincón, a unos cuatro pasos largos de donde él estaba durmiendo.

La daga parecía pesado en su mano. No estaba segura de su podría matar a un hombre a sangre fría. Pero dadas las circunstancias, ciertamente parecía una tarea fácil. Todo lo que necesita hacer era acercarse silenciosamente a él y cortarle la garganta.
Nadie sospecharía que la encantadora Desirée había cometido ese delito.
Y Hubert Kabayn tendría su venganza.
Y probablemente nadie que llevaría luto por la muerte de la bestia que era ese hombre.

Ella abrió completamente la puerta , entró , y la cerró suavemente detrás de ella . Dejó caer su bolso en la entrada y estudió el interior de la casa. Naturalmente, tomaría algunas cosas cuando se fuera. La espada probablemente era algo de valor. Y las botas, las podría vender si podía encontrar a alguien con pies tan grandes. Él podía poseer algunas joyas, o dinero aceptado como soborno . Y estaba segura de que tenía monedas en su bolsillo , el sueldo por la labor de ese día.

Ella avanzó lentamente . Muy tarde se preguntó si ese hombre tendría guardar a un gran perro guardián para lejar a los intrusos de su casa . Pero mientras avanzaba más cerca del banco, ella no oyó ningún ruido , salvo el ronquido parejo del funcionario .

Con su siguiente paso, el fuego crepitó repentinamente , y el hombre gruñó, dejando caer su copa . Desirée se congeló, su corazón golpeó sus costilla , cuando él cambió de posición en el banco y su cabeza quedó colgando hacia ella. Ella apretó su asimiento en el cuchillo, preparada para defenderse. Él gruñó otra vez pero afortunadamente permaneció dormido.
Ahora que lo enfrentaba, pudo al monstruo que la capucha y la capa negra habían escondido, y mientras más se acercaba a él, más sus dedos vacilaban en el asimiento de la daga.
No tenía facciones de animal , no tenía una gran cicatriz cruzándole el rostro ni las marcas de viruela que ella se había imaginado.
Y él era mucho menor de lo había pensado , probablemente no aún tenía treinta años .
Sus mejillas eran delgadas y fuertemente huesudas, su nariz ligeramente aquilina, su boca, ancha y generosa.

Tenía cabello oscuro. Una blanca y delgada cicatriz cruzaba su mentón , una segunda marcaba su frente, y había un tercer corte mas reciente, el que ella le había causado en el pómulo estaba. Pero nada de todo eso podía estropear esa cara innegablemente atractiva.
Ella se preguntó si sus ojos serían tan negros como le habían parecido cuando estaban en la plaza del pueblo.
De reojo , Desirée vio algo blanco moverse repentinamente cerca de la chimenea. Sobresaltada, ella contuvo un jadeo . Pero se dio cuenta sólo era un gato.

Nicholas no supo lo que lo despertó . Pensaba que estaba profundamente dormido , casi muerto. Pero lo que él vio a través de sus párpados pesados , lo hizo abrir los ojos inmediatamente .
Una muchacha estaba inclinada sobre él con una daga. Por suerte , ella se distrajo por un momento, girando su mirada hacia la chimenea. Pero no había ninguna duda respecto a su intención.
Antes que ella pudiese a ejecutar esa intención, él levantó su brazo izquierdo y agarró su muñeca.
Ella gritó de sorpresa.

Él le apretó la mano derecha con la intención que ella soltase el arma. Pero la muchacha forcejeó y le produjo un corte entre el pulgar y el dedo índico .
Él jadeó con dolor, y con la otra mano logró atrapar los pliegues de su falda.

Completamente despierto ahora, él se puso de pie de un salto .
Ella debía estar muerta de miedo. Él era dos veces el tamaño de su cuerpo . Un golpe de su brazo podría dejar inconsciente a la muchacha flaca y huesuda que se apretaba contra la pared. Pero ella sólo tenía sus ojos clavados en él. Su mirada aterrorizada le recordó a un cisne mamá protegiendo a sus crías de un lobo.

Él estrechó sus ojos y tuvo un reconocimiento repentino. “¡Vos!” Sus dedos fueron involuntariamente hacia la herida que ella le había infligido horas atrás.
Para su asombro, los labios de ella se curvaron con un aire de satisfacción.
La mano le picaba , y la sangre goteaba por su palma, pero él todavía tenía una mano sana . Era todo lo que necesitaba para doblegar a esa damisela atrevida .

Él la agarró por garganta, sus dedos se curvaron con holgura alrededor de su cuello delgado , y la alzó.
Como un gatito indignado, ella jadeó y se retorció tratando de apuñalarlo. Con su mano herida, Nicholas atrapó su muñeca y la presionó hasta que ella dejó caer el arma. Luego él la pateó, enviando la daga al medio del cuarto.

Ella forcejeó furiosamente . Él no estaba ahorcándola , no todavía , sóolo apretando su cuello. Afortunadamente para la muchacha, a diferencia de ella, él no era un asesino a sangre fría.
Pero ella no necesitaba saber eso.
“Podría romperte el cuello muy fácilmente , niña, ” él gruñó.
“No me asustas ! ” ella se sofocó con notable valentía . “¡Y no soy una niña !”
Él parpadeó . Era verdad . Podía ver ahora que ella tenía las curvas de una mujer . Pero ... qué estaba mal con esa muchacha? ¿Estaba enferma de la cabeza? Nadie desafiaba a Nicholas Grimshaw. Las personas huían de él despavoridamente. Ella debería haber rogado por su misericordia, no estar incitándolo con sus provocaciones . Después de todo, ella no era más que un pequeño ratón en sus garras mortíferas.

Nicholas se tomó un momento para estudiar a esa curiosa muchacha. Tenía facciones preciosas, a pesar de sus muecas de disgusto y los insultos viles que distorsionaban su cara . Uno nunca pensaría que un deseo tan grande de matar se escondía detrás de esa cara bonita. Sus cejas oscuras se fruncieron sobre unos fogosos ojos verdes con pestañas increíblemente largas. Su pelo castaño, ahora se escapaba de su trenza gruesa, algunas mechas colgaban enmarcando sus pómulos prominentes y un mentón terco. Sus labios eran llenos , húmedos y expresivos. Ciertamente, por un breve momento él se encontró preguntándose como se sentirían esos labios presionados contra los suyos . . .
Hasta que esa muchacha bárbara lo pateó en la entrepierna.

Una oleada de dolor enceguecedor lo hizo derrumbarse en el piso. Y solamente un instinto lo hizo conservar el asimiento en la garganta de esa muchacha malvada.
Se quedó sin aliento, incapaz hablar mientras el dolor sordo se propagaba inexorablemente por su ingle .
Entretanto, esa hija del demonio luchaba con él a brazo partido, gritando, gruñendo, golpeando y arañándole el brazo. Pero el dolor de su ataque no era nada comparado con el dolor agudo que sentía en sus bolas.
Finalmente , cuando pudo hablar, él lanzó una amenaza débil. “ Lamentarás eso, muchacha. ”
Increíblemente, ella replicó , “ No si con mi parada evito que te puedas reproducir .”
De alguna manera él reunió la fuerza para ponerse de pie otra vez. Todavía sujetándola por la garganta, él enlazó su brazo libre alrededor de su cintura y la levantó de costado , acomodándola encima de su cadera, dónde ella podría hacer un daño mínimo. Pero él sabía que ella no sería inofensiva por mucho tiempo . Esa diablilla era tan resbaladiza y retorcida como una anguila fuera de agua.

“¡Déjeme ir, degenerado ! ¡Bastardo! ¡Suéltame!”

En alguna parte él tenía un par de grilletes de hierro. Tal vez si la ataba a alguna parte, podría hacerla entrar en razones . Luego la soltaría, se iría corriendo, absolutamente muerta de miedo , y él podría atender sus heridas y volver a dormir cerca del fuego.
Desirée gritó su furia sin palabras . Su voz se puso ronca, en parte porque estaba siendo estrangulada y en parte porque había gritado, maldiciendo al funcionario con todos los insultos que conocía.
Él era un idiota por no haberla matado con sus propias manos mientras había tenido la oportunidad, pues ahora ella no se iba a ir de esa casa hasta que la sangre de ese bastardo empapara el piso , Y el muy idiota estaba parado , mirando el techo , con ojos vidriosos y pensativos.

“¡Quédate quieta, muchacha! ”

Él la sujetaba contra su costado , con tanta fuerza que ella apenas podía respirar . Ella forcejeaba , con poco éxito , retorciéndose contra sus costillas y arañando sus brazos con sus uñas mordidas.

Con un gruñido exasperado, él se tambaleó hacia adelante, y ella luchó aún más ferozmente cuando él se dirigió por un pasillo a la siguiente habitación .
Cuando ella vio el enorme catre colocado contra una pared, su corazón se congeló. ¡Dios Santo ! El planeaba . . .
Ella lo oyó tomar algo de la pared, pero estaba demasiada preocupada con las implicaciones de la cama como para advertir de que se trataba.
“No ! ” ella le gritó , forcejeando salvajemente mientras se acercaban al catre .

Repentinamente ella fue arrojada encima de la gran cama , y antes que ella pudiese escaparse , su rodilla se clavó al lado de ella, bloqueando su cuerpo . Ella había comenzado a rodar en dirección opuesta, pero él capturó su muñeca y, antes de que ella pudiera zafarse , él cerró un grillete alrededor de la muñeca.
¡Mierda ! Ahora si estaba en serios problemas.

Con su puño libre, ella lo golpeó una y otra vez, lastimándose los nudillos con su cráneo duro.

“¡Por Dios , muchacha! ” Él levantó su brazo para bloquear otro golpe , entretanto sujetaba el grillete a la base de la cama.
Una oleada de pánico invadió a Desirée, pero no se atrevió a sucumbir a él. Todavía existía la posibilidad de que pudiese poner fuera de combate a ese hombre con una patada en el lugar apropiado .
Ella se contorsionó, moviendo sus piernas hasta que quedaron libres de su capa y de sus pesadas faldas de lana, luego las propulsó con toda su fuerza al estomago del hombre.
Para su satisfacción, él dejó escapar un “ oouff ” y se tambaleó hacia atrás, chocando violentamente contra la pared. Por un momento breve, su corazón se llenó de esperanza.
Pero el maldito gigante de alguna manera logró recobrar su equilibrio.
Pero algo en su actitud cambió. Sus ojos se cerraron hasta sólo ser dos rayas enojadas. Sus fosas nasales se hinchaban rítmicamente . Su mandíbula estaba muy tensa. Él gruñó. Sus hombros anchos parecieron agrandarse como él cerró sus manos macizas en puños amenazadores.
Pero no fue su semblante amenazador lo que ensanchó los ojos de Desirée y enviaron su corazón hacia su estómago.

Detrás de él, el colgando de ganchos en la pared, había un vasto conjunto de siniestros implementos de hierro - tenazas, cuchillos, tornillos , las cadenas, grilletes , serruchos, tijeras - y otros objetos cuyos propósitos eran demasiados horripilantes y grotescos para imaginar.

Ella trató de gritar, pero el miedo le había sacado la capacidad de habla . Sólo un sonido muy finito salió de su garganta.

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