miércoles, 3 de marzo de 2010

LA VIUDITA - CAPITULO 15 - GEORGINA GENTRY

CAPITULO 15


- Deja de gritar! - Bonnie ordenó al volver a la realidad. Levantó el borde de su falda y subió al ring. Rápidamente evaluó la situación. - No parece estar muy herido. He visto vaqueros en ese estado después de una pelea. - Fue hasta el rincón del ring y tomó un balde con agua. Fifi continuaba gritando. - Cállate, loca, sólo estás perturbando a todos - la retó y le volcó el agua sobre ella.
La rubia jadeó y miró su vestido.
- Loca... enferma... Estropeaste mi vestido! - El maquillaje se le corría por la cara . Ahora parecía mucho más vieja que antes.
- Por fin nos sacamos las caretas - comentó secamente Bonnie.
Luego se volvió para mirar a Cash, todavía inmóvil , con el equipo del desafiante a su alrededor.
- Atrás! - ella ordenó y arrojó otro balde con agua. Cash recobró la consciencia , jadeando.
- Qué estás intentando hacer? Ahogarme ?
- Te avisé que levantases la mano izquierda. Herbert gritaba desde afuera:
- Bonnie, baja ya mismo . Ese no es lugar para una dama.
Fifi avanzó.
- Cómo te atreves a mojarme de esta manera ? Vos ... loca...
- Es el mejor remedio para los casos de histeria. Sugiero que ahora te vayas a tu casa a cambiarte de ropa. - Bonnie miró a Cash, aliviada porque él no estaba tan herido. - En cuanto a vos , creo que acabas de probarle a los periodistas lo que vengo afirmando sobre que el boxeo es un deporte violento y sangriento .
- Siempre quieres tener la última palabra? - él intentaba levantarse .
- Si. Vamos , Herbert.
Mientras ellos partían, los periodistas escribían sin parar. No había modo de saber lo que dirían los periódicos al día siguiente, pero Bonnie no se detuvo a pensar en lo que había hecho al ver a Cash inconsciente.
- Francamente, Bonnie - Herbert sonaba exasperado. - una dama jamás habría subido al ...
- Yo soy texana - ella lo interrumpió. - Y somos un poco diferentes a las muchachas de Iowa.
- Un poco? - él chilló, intentando ayudarla a subir en el carruaje, pero Bonnie insistió en sujetar las riendas. - Bonnie, no sé qué te pasa . Solías ser tan sensata...
Bonnie estaba cansada de las quejas de su prometido. No se había dado cuenta antes cuan cobarde y afeminado era Herbert.
- Cash y yo somos texanos.
- Cash? Ahora lo tratas por el nombre?
Bonnie estaba sintiendo dolor de cabeza.
- Basta , cállate, Herbert!
- Me estás ordenando callarme? A mí , a tu prometido? No lo creo!
- Pues créelo - ella retrucó.
La boca de Herbert se abrió y se cerró como la de un pez.
- Me imagino que estás perturbada por presenciar una pelea y tanta sangre, entonces tomaré en consideración...
- No hagas eso - Bonnie lo interrumpió y sacudió la fusta , haciendo que el caballo partiese rápidamente.
Herbert se sujetaba como podía.
- Bonnie, sabes que tengo miedo a los caballos. Por favor, ve más lentamente, antes que suceda un accidente.
Ella no disminuyó la velocidad y se sintió perversa al darse cuenta que se divertía asustando al yanqui . En verdad , aún no admitiéndolo ni bajo tortura, se había sentido excitada al ver a esos dos hombres casi desnudos luchando, los cuerpos masculinos cubiertos de sudor. Cash tenía sus músculos tan bien definidos cuanto el boxeador. No lograba borrar esas imágenes de su cabeza, lo que la hacía sentirse culpable al acordarse de Danny. Le había implorado a su hermano que no subiese al ring, pues su oponente era mucho mas grande que él. Pero Danny había hecho todo por ella, para darle la posibilidad de una vida mejor.
Llegando al hotel, despachó a Herbert, quien todavía estornudaba y la reprendía por su comportamiento. Intentó acordarse por qué se había sentido ligeramente atraída a ese hombre sin gracia. Por él era estable y confiable. Los texanos eran machistas e imprevisibles. Por eso
mismo se había jurado no involucrarse con ningún otro texano.
Después de haber cenado y retornado al cuarto, Bonnie oyó a Cash llegar. El caminaba por el cuarto , y ella se preocupó después un silencio prolongado. Se arrodilló e miró por el agujero de la cerradura. La cara de Cash estaba un poco hinchado y lastimado, y tenía un ojo enrojecido. Lo observó desvestirse , quedando con apenas la ropa interior. Se alejó de la puerta. Una dama no actuaría de esa forma, pero Bonnie no lograba controlar su curiosidad. Cuando miró nuevamente, él se había quitado el resto de la ropa y caminaba desnudo por el cuarto hasta llegar cerca de lun fuentón que estaba cerca de la ventana.
- Dios mío ! - Bonnie exclamó y después se cubrió la boca con la mano. Cash se detuvo y ella agudizó los oídos, pero , no escuchando nada más , se encogió de hombros y continuó lavándose. Bonnie sabía que no debería estar espiando, pero no lograba despegar sus ojos.
El era tan masculino, tenía hombros anchos y caderas estrechas. Los músculos se resaltaban cuando atravesaba el cuarto. Parpadeó al ver el miembro cuando Cash se dio vuelta . Ya había visto garañones que no poseían semejante equipamiento El había afirmado que había trabajado como vaquero, y ahora, viendo las cicatrices, le creía.
Debía dejar de hacer eso. Reticentemente , volvió a colocar el pañuelo en el agujero de la cerradura. Pero, qué se le pasaba por la cabeza para quedarse contemplando a un hombre desnudo lavándose?
- Servicio de cuarto.
Un tanto somnolienta, Bonnie se puso la bata y abrió la puerta para tomar el desayuno. Llevó la bandeja a la mesa, se sentó y suspiró. La noche había sido agitada por culpa de los sueños que había tenido. Abrió el periódico y , verdaderamente, se lamentó por Cash McCalley. El titular decía:
EMPRESARIO NOQUEADO. OPOSITORA ARROJA AGUA FRIA
- Dios Todo Poderoso! - Tomó el café el leyó el artículo . Mencionaban que ella había protestado contra el derramamiento de sangre volcándole agua fría al hombre inconsciente. Estaba escrito también que Fifi se había presentado como la novia del empresario, y que si ella hubiese sabido de las intenciones de la señora Purdy, le habría le arrancado los cabellos y la habría arrojado fuera del ring.
- Sigue soñando, perra regalada ! - Bonnie hizo una mueca y continuó leyendo. Hasta Nero era citado. No cabía duda de que si ella no hubiese estado presente, la cobertura de la prensa habría sido mucho menor. - Idiota! - se reprendió mientras comía los huevos revueltos . - Le hiciste el juego a él, ayudándolo a tener más publicidad. Lo mejor sería quedarse quieta y dejar que el asunto muriese por falta de interés .
Pero a quién quería engañar? Quedarse quieta sería lo mismo que dejarse derrotar, y los texanos jamás se rendían. Si Cash creía que todavía podía organizar esa pelea en Texas, tendría que descubrir lo terca que ella podía ser .

Se acordó de la agenda del día. El periódico decía que la prensa estaría en el lugar de entrenamiento del campeón , juntamente con el oponente, y que habría muchos espectadores. Ya había previsto eso y combinado con otra manifestación de su gente. Guardó un poco de comida para Tom y esperó que Cash saliese de su cuarto. Sólo después é que se aprontó e bajó . Los periodistas la vieron cuando ella entró en el vestíbulo de entrada del hotel . Desde alllá, pudo ver a Cash montando su caballo y partiendo , seguramente hacia el campo de entrenamiento.
- Señora Purdy - los periodistas se aproximaron - Qué hará hoy? Su prometido nos informó que usted no irá a los entrenamientos , pues los acontecimientos de ayer la perturbaron de tal forma que casi necesitó sales para recuperarse .
- Qué atrevimiento! - Bonnie se indignó. - Soy una texana, y los texanos no se desmayan, ni siquiera las mujeres. Mis ancestros lucharon contra indios, mexicanos e ingleses para establecerse en esta tierra, y yo no voy a desistir ahora!
- Pero su prometido dijo que...
- Herbert Snodgrass no es mi prometido - ella lo corrigió. - Es solamente un amigo. Créanme , señores, que estaré en el campo de entrenamiento esta mañana acompañada de las Damas de la Estrella Solitaria y de la Asociación Pastoral.
- Sabe, todo el país está comenzando a interesarse en esta historia - comentó un periodista mientras tomaba notas . - Dicen que hasta que Bat Masterson está cubriendo el tema en su periódico.
- Bat Masterson, el pistolero? - Bonnie preguntó .
- Ahora es periodista deportivo.
- Exacto, y dicen que John L. Sullivan está viniendo para acá también - le aseguró otro.
- Bien, lamento decir que los dos quedarán decepcionados - afirmó ella mientras intentaba pasar -, porque las personas decentes de Texas impedirán este evento, que es en realidad, una carnicería humana.
Herbert se encontraba afuera, parado, luciendo un elegante traje, polainas y un sombrero con forma de coco nuevo y un clavel rojo en la solapa . Sólo le faltaba cruzar los brazos sobre el pecho y un ataúd a donde acostarse. Cómo nunca se había dado de su apariencia y modales afectados ?
- Traje el carruaje, mi querida, pero seguramente no tienes intención de ir allá y convocar todavía más prensa.
- Por supuesto que voy , pero si eres demasiado cobarde como para acompañarme...
- Bonnie! - él estaba sorprendido. - Has cambiado mucho en los últimos días. Estoy estupefacto!
- Oh, cierra el pico ! - ella le gritó al levantar la falda y subir al carruaje. - Vienes o no?
Herbert respiró profundamente unas dos o tres veces y después subió.
- Francamente! Pensé que después de haber visto a esos dos brutos semi desnudos atacándose y toda esa sangre, tu sensibilidad femenina estaría ofendida y...
- Lo que me ofende es que hagas declaraciones en mi nombre.
- De donde yo vengo, las mujeres permiten que los hombres se ocupen de las cosas. - Herbert murmuró.
- Creo que ya te dije que las mujeres texanas son diferentes a las de Iowa - ella dijo, estallando la fusta.
El sujetaba el sombrero con una de sus manos, y con la otra se agarraba al asiento, por miedo a caerse. No pronunció ninguna otra palabra hasta que llegaron al campo de entrenamiento del campeón .
Cerca de un kilómetro antes del cuartel general de Corbett, ellos se detuvieron donde las Damas de la Estrella Solitaria y los religiosos estaban reunidos esperando.
- Buen día. - Bonnie sonreía. - Me alegra ver que encontraron el camino.
El reverendo Tubbs dio un paso adelante.
- Siento mucho habernos perdido ayer, señora Purdy. Trajimos las carteles y la banda, como puede ver.
- Vamos, entonces . Hay que organizarse en hileras y comiencen a cantar cuando estemos cerca , así la prensa conseguirá verlos. Debe haber una multitud, pues me informaron que Bat Masterson llegará hoy y posiblemente John L. Sullivan también .
La cara del reverendo se iluminó.
- John L. Sullivan? Siempre quise conocerlo y ... - se detuvo al darse cuenta que las personas lo observaban. - Quiero decir, me gustaría darle una buena mirada a ese pugilista perverso.
- Nos veremos en pocos minutos entonces - Bonnie dijo, saludando con la cabeza y siguiendo adelante.
Había muchos caballos y carruajes parados frente al granero.
- Oh, no, más polvo y heno! - protestó Herbert.
- No te pedí que vinieses - ella le aclaró .
- Y si necesitas protección ?
Ciertamente ese hombre enclenque no sería rival para el viril empresario.
- No creo que corra a peligro con Cash.
- Cash? ? Es como lo llamas ahora? - Herbert se dio vuelta para encararla mientras se sonaba la nariz.
- Quise decir McCalley. - Bonnie se levantó, preparándose para bajar.
De repente, una cabra pasó corriendo, balando.
- Pero qué ... - Bonnie frunció el ceño .

En el mismo instante Nero apareció persiguiendo a la cabra. Periodistas y espectadores salieron del granero para ver lo que sucedía. La cabra chillaba y el león rugía. Era todo lo que el caballo precisaba para excitarse . Pareció oler al león, entonces se empinó relinchando, casi volcando el carruaje. La cabra daba vueltas alrededor del carro, perseguida por el león. El caballo se empinó una vez más y Bonnie perdió el control de las riendas. Entonces el caballo, asustado, salió en disparada, galopando por el camino, y la cabra y el león iban atrás.
Perdiendo el equilibrio , Bonnie fue arrojada del asiento y perdió las riendas. Ella gritó e intentó tomarlas, pero andaban sueltas en el aire. Todo lo que podía hacer era sujetarse al pescante para no caerse. Atrás oía balidos y rugidos.
- Bonnie! Qué debo hacer? Bonnie!
Ella miró atrás y vio que Herbert corría de un lado al otro, gesticulando sin parar. La cabra y el león corrían por el camino mucho mas atrás del caballo. Los equipos de los pugilistas y los periodistas solamente observaban la escena boquiabiertos. Cash también salió del granero. Bonnie lo vio correr en dirección al garañón gris que estaba amarrado. Herbert ahora corría en círculos, pidiendo ayuda.
Ella tendría que sujetarse firme hasta que el caballo se cansase y se detuviese. Con un león persiguiéndolo, era probable que eso demorase un poco. El polvo del camino se levantaba en nubes mientras ellos pasaban, y los cabellos de Bonnie se soltaron y se alborotaron .
Un poco más adelante, ella oyó un cántico distante.
- Cuidado! - ella gritó. - El caballo está desbocado! León! León!
Las personas de la manifestación parecían no escucharla.
- Marchamos por Sión , oh Sión ...
- León! León! - Bonnie gritaba, pero el grupo estaba demasiado concentrado, con los ojos pegados a los libros de himnos, mientras marchaban.
No habían notado el carruaje descontrolado yendo en dirección a ellos; o tal vez el himno ahogase los gritos de Bonnie y los rugidos de Nero. O tal vez por la palabra "león " se confundía con "Sión ". Ella se agarró al asiento mientras el carruaje avanzaba al encuentro de la manifestación. Podía ver sus caras ahora. Y en detalle .

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