jueves, 11 de noviembre de 2010

DIVINO TESORO - CAPITULO 17 - BETINA KRAHN

CAPITULO 17

Finalmente, después de muchas millas y polvo, vieron una enorme casa de piedras surgir en el horizonte.
— Rothmere — Sterling anunció.
— Es ahí donde vives ? — ella preguntó, admirando la mansión rodeada de árboles y jardines, teniendo en uno de los costados un pequeño lago, cuyas aguas cristalinas reflejaban la luz del sol.
Puertas dobles fueron abiertas a la llegada de ellos por un criado vestido de azul. El hall de entrada era de mármol negro y blanco, y la escalera que llevaba al piso superior era imponente, con lustrosos pasamanos dorados.
Sterling fue saludado por el elegante mayordomo que los recibió.
— El duque estará muy contento con su llegada y ...
El mayordomo fue interrumpido por tres caballeros que se aproximaron, hablando en voz alta.
— Ahora no, ya dije... Salgan de aquí — dijo uno de los hombres con brusquedad.
Los tres dejaron de hablar al ver a los recién llegados.
— Sterling! Muchacho ! — exclamó el más viejo de ellos, exhibiendo una amplia sonrisa. — Dios Todopoderoso, llegaste !
— Tío... — Sterling le sonrió al duque de Rothmere y miró a los dos hombres que lo acompañaban - — Qué significa esto, Delaney?
— Bien... bienvenido, señor — murmuró Delaney, sonriendo. — No lo esperáramos...
— Por supuesto que no. — Sterling enderezó los hombros.
— Tampoco yo esperaba verlo aquí.
Después de proferir uno o dos comentarios inconexos los dos hombres que acompañaban al duque se despidieron y salieron apresuradamente. Las grandes puertas finalmente fueron cerradas.
— Buitres! — exclamó el duque de Rothmere. — Bien, muchacho , ven conmigo . Cómo fue tu viaje ? Espero que no haya sido muy malo . Cielos, estos dos han estado detrás mío día y noche en este último mes. Son mucho peores que los otros — protestó el duque, conduciéndolos al gran salón.
Alguien sujetó el codo de Treasure y carraspeó para llamar su atención. Ella se dio vuelta a tiempo de encontrarse con un criado que mantenía una de las manos extendidas hacia ella.
— Su abrigo, mi lady.
— Oh... — ella se relajó y permitió que él le retirase el pesado saco comprado en la reciente visita a la modista.
A continuación, fue detrás de Sterling, quien ya se encontraba en la gran sala elegantemente amueblada, con lustres de cristal, alfombras persas y carísimas piezas de porcelana.
El duque de Rothmere era un poco más bajo que el fallecido hermano, pero, en general, los dos se parecían mucho.
La misma complexión física, el mentón cuadrado, nariz aristocrática y cabellos canosos. los ojos eran más oscuros y las cejas más gruesas. Pero cuando él comenzó a hablar y a gesticular, Treasure sintió un calambre en el estomago. Eran los mismo gestos de su querido barón.
— Quién es esta muchacha? — el duque preguntó, frunciendo el ceño y aproximándose a ella.
— Es ... — Sterling también se aproximó — Es mi esposa.
— Esposa? — el duque parpadeó varias veces seguidas, como si no pudiese creer en sus ojos y sus oídos. — Esposa? Qué absurdo, Sterling. Ibas a casarte con Larenda en unos meses...
— Hubo un problema, pero por suerte no es de dominio público. De cualquier manera estoy irremediablemente casado... con ella.
— Pero ... exactamente por qué?
— No fue exactamente... — Sterling hizo una pausa, sin saber cómo explicar la situación a su tío.
— Él no quería... — Treasure intervino, ruborizándose.
— No quise preocuparte , tío. — Sterling la retó con la mirada. — Por esa razón no te avisé. Me pareció mejor explicarlo personalmente. Todo sucedió muy rápidamente y no pudo ser evitado.
— Casado. Estoy profundamente decepcionado, Sterling. Sabes que yo quería mucho tu casamiento con Larenda. Y te casaste con una muchacha de las colonias. Ella es hija de alguien importante que yo debería conocer? — quiso saber el duque, evaluándola de arriba a abajo .
— Ella se llama Treasure... Barrett. El padre de ella es uno de los...
— Soy una filósofa — Treasure interrumpió, irritada porque ellos hablaban como si no estuviese presente. — El barón Darcy era un amigo muy querido, mi gran mentor intelectual. Me enseñó muchas cosas, inclusive como ayudar a mi gente a resolver sus problemas.
— Darcy era tu mentor? Creí que él poseía tierras, pero no sabía que ejercía actividades intelectuales. — Philamon Renville miró confundido a su sobrino.
— Si, el barón tenía tierras — confirmó Treasure. — muchas tierras, pero no quiso casarme con Renville para... — ella fue interrumpida por una voz femenina.
— Sterling! — una muchacha rubia, de bella apariencia , irrumpió en la sala en ese instante. — Deberías habernos avisado de tu llegada. — ella se dirigió a Sterling con la mano extendida.
— Estás radiante como siempre, Larenda. — Sterling le tomó la mano y la besó, respetuosamente.
— Larenda, él trajo a su esposa consigo — el duque contó, considerando mejor contar todo antes que la situación se hiciese insostenible.
Boquiabierta, Larenda abrió enormemente los inmensos ojos azules.
— Esposa? Qué ... esposa? Dónde?
— Allí — el barón señaló a Treasure, quien levantó el mentón, a la defensiva.
Larenda se dio vuelta hacia ella y después hacia Sterling.
— Tu ... esposa? — la joven rubia preguntó con un hilo de voz, antes de perder el sentido y caer lentamente desvanecida en el piso .
Treasure nunca había visto nada igual. Las personas que ella había visto desmayarse caían al piso en un solo movimiento y pesadamente . Pero la muchacha llamada Larenda había caído suavemente y sujetando la mano de Sterling.
Los dos hombres presentes se quedaron estupefactos. Sterling la agarró, el barón se aproximó, llamándola por el nombre e intentando reanimarla.
— Déjame verla. — Treasure pasó por al lado del duque.
— Puedes dejarla , tío, ella es competente en esto .
— Creo que es mejor acostarla para que pueda examinarla mejor.
— No — intervino el duque. — Voy a llamar a mi médico particular.
— No será necesario. Treasure puede ocuparse de esto.
Renville, con Larenda en los brazos, subió la escalera que llevaba a los cuartos.

Entonces esa era la mujer con quien él planeaba casarse. Treasure sintió el corazón oprimido. Era una dama, una dama que pertenecía al mismo mundo de Sterling Renville.
Ajeno a los sentimientos que la dominaban, Sterling acostó a Larenda en el centro de una inmensa cama con dosel, y Treasure le pidió al tío y al sobrino que se retirasen para que pudiese proceder al examen . Miró la ropa elegante y ajustada de Larenda, la puso de costado y desató el cordón que ajustaba el corset .
— Ella estará bien. — Treasure apoyó la mano en la manga de terciopelo del saco de Renville y miró a Larenda. — Yo cuidaré de ella.
Mientras él salía, Treasure se volvió para ver a su paciente, aprovechó para analizarla. Larenda no era tan joven como había imaginado al principio, pero era muy bonita. Cabellos rubios, alta y delgada. Piel de porcelana y lindos ojos azules. Era una mujer hermosa , sin duda alguna, de la cual cualquier hombre se enamoraría, incluso su marido. Ahora entendía por qué Sterling se había sentido tan disgustado con ese bizarro matrimonio que los unía.
No pasó mucho tiempo para que Larenda se moviese en la cama, balbuceando unas palabras inconexas.
Treasure se aproximó y vio que el color había vuelto al rostro de la joven dama.
— Estás bien. Creo que fue el shock y ... tu vestido, demasiado apretado. No debes ajustarlo de ese modo. No es bueno para tus vísceras — ella comentó en voz baja . Entonces, notando que la otra muchacha la miraba con asombro, intentó explicar: — Tus órganos, tu intestino...
Larenda abrió enormemente los ojos , pareciendo estar a punto de desmayar nuevamente.
— Vos... Él se casó con vos ? — preguntó, apoyándose sobre los codos y levantando un poco el cuerpo.
— Si, lo siento mucho. No sabía que Renville estaba comprometido. Nadie lo sabía. Pero es la realidad, y creo que poco se puede hacer respecto a eso .
— Oh, por favor, no quise insinuar nada... Sólo me quedé sorprendida.
Larenda se sentó y observó Treasure, intentando descubrir que misterios estaban ocultos detrás de los inmensos ojos violetas de esa que había conquistado el corazón de Sterling Renville, a punto de hacerlo casarse con ella.
— Disculpame por haber molestado a vos y al duque — Treasure volvió a lamentarse. — Me Puedo imaginar muy bien cómo deben estar de sorprendidos. Después de todo , no soy exactamente una dama de la corte.
— Si... No! quiero decir, no sentí tan preocupada. Suelo desmayarme con cierta frecuencia.
— Te desmayas mucho? — Treasure arqueó las cejas.
— No soy una persona muy fuerte. Si lo fuese, hubiese dicho algo cuando mi suegro, o duque, decidió que debería casarme con Sterling. Pero detesto las discusiones , no quiso decepcionarlo y no tuve el coraje de contradecirlo.
— Contradecirlo? — Treasure se quedó sorprendida. Cómo una mujer podría no querer casarse con un hombre guapo, fuerte y sensual como Sterling Renville?
— Dios ! Te acabo de contar mi mayor secreto y ni siquiera te conozco!
— Soy Treasure. Treasure Barrett... Renville, supongo.
— Qué nombre bonito. Treasure...
— No amas a Renville? — Treasure intentaba entender la situación.
— Oh, me gusta él. Pero amar es un poco fuerte. Respeto a Sterling. Él es inteligente, caballero y galante... Además de fuerte y guapo, por supuesto. Pero confieso que también hay ocasiones en que lo considero atemorizante.
— Renville... atemorizante? Arrogante, si , pero ...
— Oh, soy una tonta — Larenda continuó hablando , intentando tomar la mano de Treasure entre las suyas. — Disculpame. Te ofendí. Olvida lo que dijo, por favor.
— No, no me ofendiste . Puedo no haber entendido, pero estoy aliviada por saber que no seré la causa de tu inquietud.



Más tarde ese día, en el cuarto que le había sido destinado, una versión menor del bello cuarto de Larenda, Treasure pasó cierto tiempo observando todo a su alrededor , desde la textura del papel de la pared hasta los delicados objetos de decoración.
Se quedó así hasta que una criada fue avisarle de que la cena sería servida en breve. Treasure intentó imitar el peinado de Larenda, pero no sabía como hacerlo. Entonces, sujetó el cabello en un rodete y bajó.
Cuando entró en el comedor, Sterling la saludó con un gesto educado.
Durante la cena, observó que Renville miraba a Larenda con cierta frecuencia y se sintió extrañamente incomoda. Tuvo que esforzarse mucho para no salir corriendo de allí y volver al cuarto . Sólo su tenacidad la mantenía pegada a esa silla.
Sterling, por su parte , había pasado la mayor parte de la tarde intentando explicarle a su tío el motivo de ese inesperado casamiento, escondiendo ciertos detalles, como el mosquete de Buck Barrett y los puños de Lem Hodgson, así como también el deseo feroz que sentía por Treasure.
Ahora, para no dejarse traicionar , fijaba la mirada en Larenda, quien se había sentado delante suyo . Por primera vez analizaba a Larenda como a una mujer y no como a una dama. Él la había besado una sola vez, y ella había respondido con frialdad y recato. Era muy diferente a Treasure, quien se entregaba a sus caricias con la misma intensidad con que él la buscaba.
— Cuéntanos un poco sobre tu familia, mi querida — el duque dijo, volviéndose hacia Treasure con un brillo de curiosidad en la mirada.
— Mi padre es... Él tiene una granja.
— Es un granjero? — los ojos del duque brillaban bajo al luz del candelabro.
— No exactamente — Treasure sacudió la cabeza. — él no posee tierras, pero conoce de árboles frutales como nadie y también fabrica un delicioso coñac de frutas.
— Delicioso , Dime, y las frutas que tienen son suficientes?
Si. mis hermanos lo ayudan , y hacemos también aguardiente de manzana
— Y como hace tu padre la poda y nutrición de los árboles?
Fue suficiente para que los dos entrasen en una larga conversación sobre podas y cosecha, qué acabó dejando a Renville inquieto. Hasta que finalmente él no soportó mas , se levantó e hizo que Treasure también se pusiese de pie para que pudiese apartarle la silla.
— Fue un día cansador, principalmente para Treasure. Por favor, permite que ella se retire.
Tomó a Treasure por el brazo y la condujo al cuarto.
— Tienes ... tienes un placer perverso en humillarme delante de otros, verdad? — preguntó él, al abrir la puerta del cuarto.
— Yo sólo estaba conversando con tu tío sobre...
— Te oí y no me gustó .
— Bien, fue él quien comenzó la charla . Yo sólo respondí sus preguntas. Pensé que querías que fuese educada...
— Ser educada no significa responder a todas preguntas idiotas que te hacen .
— Te entendí. Sólo debería haberme quedado ahí sentada como una idiota mientras vos...
— Mientras yo qué?
— Por... favor — Treasure no pudo hablar, y sus ojos se llenaron de lágrimas. — Lo siento mucho por Larenda. Vi como la mirabas. — Se mordió el labio para contener el llanto. — Debe haber algo que se pueda hacer para... Para que te divorcies... o ...
Renville la miró sorprendido. Dios , había fijado la mirada en Larenda para desviar el deseo que sentía por Treasure, y ella había entendido todo mal . De repente fue invadido por una enorme oleada de cariño y , sin saber qué demonios lo movían, la abrazó y la apretó junto a su pecho musculoso.
— Oh, Treasure, qué voy a hacer con vos? — murmuró, abrazándola con delicadeza.
Treasure se abandonó en los brazos fuertes de Renville y , en el instante siguiente, sus labios ya se encontraban en un beso apasionado.
Súbitamente, Sterling se contuvo y la apartó .
— Entiendo como te siente, Sterling. Es por Larenda. Sé que debes estar sufriendo.
— No, no es Larenda. Y tampoco voy a divorciarme de vos, Treasure Barrett. Sos mi esposa. Buenas noches.
Renville se alejó rápidamente para no ser subyugado por el deseo de llevarla a la cama.
Con las piernas temblorosas, Treasure se cambió y se acostó en la enorme cama con dosel que la hacía sentirse con una princesa de las historias que gustaba leer. Él la había dejado nuevamente. Pero, no estaba muy triste. Por lo que Sterling había dicho, no amaba a Larenda y no quería el divorcio.
Fue suficiente para que la esperanza se instalase en su corazón. Pero, si vivir con Sterling Renville ya era tan difícil, se imaginaba como sería amarlo más que a su propia vida! Si , porque era eso lo que sucedería si él continuase tocándola de esa manera tan seductora.

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