domingo, 30 de noviembre de 2008

LOBO DOMADO - CAPITULO 15

CAPITULO 15



Marion se encogió debajo de la manta, observando a Dunstan con los ojos medio cerrados. Ellos habían conversado muy poco durante la agotadora caminata de ese día. Ella se había esforzado en controlar su rabia y él parecía demasiado ocupado con sus propios pensamientos. Como un lobo, había caminado con incansable determinación, siempre dejándola a una distancia segura, a no ser por algunas pocas ocasiones en las que, extrañamente, había demostrado ganas de tocarla. En esos momentos Marion podría haber jurado haber visto el fuego del deseo en esos ojos verdes.
No, sólo podía estar imaginando cosas.
El hombre ya tenía problemas de sobra en que pensar, entre ellos el dolor por la muerte de sus amigos y la responsabilidad de impedir que ellos mismos fuesen matados. Además , Dunstan no toleraba la presencia de ella. Evidentemente no creía en lo que ella decía . Eso llegaba a dolerle y Marion tragó en seco. La falta de fe y confianza de Dunstan
era algo que se interponía entre ellos como uno de lo muros del castillo de Campion... algo infranqueable.
Aunque eso fuese penoso para ella, Marion no estaba sorprendida con la actitud del Lobo.. No era de extrañar que él no diese creencia a la historia de ella. Dunstan de Burgh no era hombre que aceptase medias verdades o medias mentiras. Le gustaba las cosas simples y claras. Marion sonrió con amargura. Difícilmente la vida de ella podría ser descripta como simple y clara.
El cansancio se esparcía por su cuerpo en oleadas sucesivas , amenazando con dominarla, pero era necesario resistir. Focalizando sus ojos en Dunstan ella lo observó en detalle , como si mentalmente acariciase los salvajes cabellos negros, los rasgos de su rostro, el contorno musculoso de su cuerpo magnífico. Muy lentamente , como si fuese una fiebre, un extraño calor que parecía sólo existir entre ellos dos fue apoderándose de su cuerpo .
Dunstan había considerado más prudente no encender un fuego y ellos había comido comida fría y habían acampado debajo de un árbol. Ahora él estaba sentado en el suelo con la espalda apoyada en el tronco del árbol, las piernas estiradas y los ojos cerrados. Marion se sintió enternecida con el cuadro que veía. Intentó concentrarse en los detalles de esa figura, queriendo guardar todo en su memoria para cuando tuviese que separarse de él : los pestañas densas , la nariz recta, el mentón cuadrado y la boca sensual .
Marion tragó en seco, asombrada con las reacciones de su propio cuerpo. después posó los ojos en el musculoso pecho de Dunstan, que se movía rítmicamente con lentos movimientos de elevación y compresión. Estaría durmiendo? Aunque sintiese los pies doloridos y el cuerpo cansado, ella necesitaba mantenerse despierta para tener certeza que él se había dormido. Sólo entonces podría escapar.
Ese pensamiento no le causaba ni alegría ni excitación . Antes ella se sentía excitada ante la perspectiva de vencer a un hombre tan fuerte y experto como Dunstan , pero ahora el escapa sólo la dejaría con una sensación de pérdida. Irónicamente, entre todos los sufrimientos recientes, la certeza de que pronto estaría separada de Dunstan era lo que más le dolía. Haber recuperado la memoria la había hecho acordarse de todo lo que ya había sufrido en la vida, de la muerte de sus padres , del ataque a la caravana durante la fuga de Baddersly, pero el amor por el Lobo era tan fuerte que sería la pérdida más profunda. Pero no podía permanecer al lado de Dunstan. Si optase por eso, sería entregada fatalmente al enemigo.
Por más que amase a Dunstan de Burgh, Marion no quería morir por él cuando eso no era necesario.
Y ahora, sabiendo la verdad sobre su tío, sabía que la muerte la aguardaba en Baddersly. Aunque no pudiese probar que Harold Peasely era el responsable del ataque al campamento donde dormían los hombres de Dunstan, Marion estaba segura que durante fuga de Baddersly, muchos meses antes, la caravana de ella había sido atacada por orden expresa de su tío.
Cerrando los ojos ella se acordó del período inmediatamente posterior a la muerte de sus padres , una época en la que se había sentido solitaria como nunca. En los años siguientes se había se transformado en una sombra de sí misma , aislada y asustada por el comportamiento cada vez más violento
de su tío.
Como si estuviese pensando en otra persona, Marion hasta sintió ganas de llorar por la mujer que había sido durante ese tiempo. Esa mujer no sabría enfrentar con buen humor todas las bromas de los hermanos de Burgh ni tendría el coraje suficiente para discutirle al Lobo de Wessex. Dunstan sólo necesitaría empujarla contra una pared e inmovilizarla con una simple mirada. Era posible que el miedo la hiciese perder los sentidos.
Con una sonrisa amargo, Marion creyó que tal vez hubiese sido mejor continuar padeciendo amnesia . Por lo menos no se acordaría de la persona débil que un día había sido . Otra vez cerrando los ojos de ella vislumbraron la imagen de Dunstan, lo que a hizo sentir una oleada de calor a pesar de la noche fría. Se había se transformado en una mujer realmente muy atrevida con el Lobo, hasta se dejaría devorar por él ...
Marion despertó de una especie de somnolencia y miró a la silueta oscurecida de Dunstan. Cómo podía haberse dormido ? Mientras culpaba de eso a su cuerpo cansado ella recorrió con sus ojos los alrededores . Estaba todo oscuro, mas tal vez todavía no fuese demasiado tarde para escapar. Prestando atención a la respiración del Lobo, Marion se quedó esperando hasta estar segura que él dormía. Entonces se levantó lentamente y con cuidado, determinada a huir.
Tal vez esa vez Dunstan no la siguiese. Después de todo , él necesitaba volver a Wessex, tenía problemas mucho más importantes que salir en persecución de una mujer caprichosa. Si por lo menos la dejase partir y empezase a ocuparse de su propia vida... Marion se quedó de pie y dio el primero paso, sin hacer ruido.
- Vas a algún lugar, muchacha?
Marion dio un salto cuando oyó la pregunta.
- Eh... sólo tengo sed - ella balbuceó. - dónde dejaste la odre con agua?
- Está justo ahí, al lado tuyo - replicó Dunstan en un tono furioso.
Evidentemente él no creía en la excusa que acababa de oír. Con gestos rabiosos Marion se agachó para agarrar la odre, preguntándose cuando conseguiría huir de un hombre que parecía no dormir nunca y que se rehusaba a perderla de vista. Después de tomar un buen trago ella se volvió para mirarlo. Ah, qué hombre irritante!
- Recuerda esto , Marion: tu última tentativa de huir de mí acaba de pasar - dijo Dunstan, con dureza en su voz. - Y eso no se repetirá.
La respuesta estaba en la punta de la lengua de Marion, pero la última cosa que ella quería era ser llevada de vuelta a Baddersly en los hombros del Lobo. Y nada ganaría provocando a Dunstan cuando él estaba de mal humor. Lo mejor sería dar a impresión de que obedecía mansamente las órdenes de él. Así podría esperar hasta que se presentase una nueva oportunidad para fugarse.
- Si, Dunstan - dijo Marion, en un tono humilde. Dunstan emitió un rezongo, sin duda guarango , y ella se esforzó para no reírse. Pero pronto él pareció más contento con la sumisión de ella, tanto que pasó a expresarse en un tono más cortés.
- Prefiero hacer personalmente un juicio sobre el tipo de hombre que es tu tío . Pero no debes tener miedo. No permitiré que nadie amenace tu vida.
Esa concesión era un pequeño avance, pero aún así Marion se enterneció . Amaba a ese hombre y le parecía sorprendente que él no se diese cuenta de eso. Si al menos Dunstan creyese en ella... Si las cosas fuesen diferentes...

- Ahora ven acá - él la llamó, extendiendo la mano y hablando con suavidad . - Acuéstate aquí conmigo.
Marion pensó en todo lo que esas palabras podían significar y lanzó un gemido, al mismo tiempo que un escalofrío se esparcía por su cuerpo . Sólo tenía una vaga idea sobre lo que podía suceder entre un hombre y una mujer, pero le era imposible no pensar en las posibles implicaciones de ese invitación . Era posible que el Lobo de Wessex la desease como mujer ? Rápidamente Marion aceptó su sugerencia , el amor que sentía por el Lobo superaba sus temores , su cautela y su sentido común .
Dunstan demostró sorprenderse con esa aceptación .
- Extiende tu manta a mi lado, mujer, e intenta dormir - él ordenó, con frialdad.
Decepcionada y humillada Marion se dio cuenta del error que había cometido. Dunstan no quería acostarse con ella , sino que estuviese cerca de él. .. y sólo para prevenir una futura tentativa de fuga. Esa realidad le llenó los ojos de lágrimas. ­
Ah, había tenido uno de los peores días de su vida ! Ese día ella había presenciado destrucción y muerte en cantidad suficiente para el resto de su vida, pero estaba a punto de llorar sólo porque Dunstan de Burgh no tenía interés en ella como mujer .
Obedientemente , Marion tomó la manta y caminó algunos pasos. Pero pronto paró, vacilante. entonces vio que Dunstan estaba con su mano extendida. Sin pensar en lo que hacía, ella se quitó el guante y puso su mano desnuda sobre la de él.
Ah, qué sensación deliciosa... Los dedos de él eran fuertes y estaban calientes. Marion ya sabía eso, claro, pero no había imaginado lo que sentiría cuando lo tocase de ese modo. La mano de Dunstan continuaba firme, pero ahora sólo transmitía ternura. A Marion le gustaría acariciarla, cubrirla de besos...
En ese instante él pronunció su nombre , en un tono bajo e impaciente. Marion levantó la cabeza, asombrada, intentando ver la cara de él en la oscuridad. Dunstan no dijo nada más pero le fue posible notar que su respiración se había acelerado.
Un largo minuto pasó, después otro más .
- Duérmete - él dijo, finalmente ,soltando su mano y hablando con una voz extrañamente ronca.
Marion lamentó silenciosamente esa interrupción, pero aún así estaba feliz. había tocado a su amado, realmente lo había tocado, y guardaría ese momento en su memoria para siempre. Una vez acostada al lado de él, se envolvió lo mejor que pudo en la manta y cerró los ojos.
Tuvo que reprimir el impulso de levantarse y abrazar su cuerpo . Marion no podía hacer eso, entre otros motivos porque todavía planeaba escaparse. Después de todo , en algún momento ese hombre tendría que dormirse. Y cuando eso sucediese ella quería estar lista.
Marion sofocó un bostezo, sabiendo que necesitaba mantenerse despierta. A todo instante, sin embargo, su mente se ponía a vagar, y la única imagen que aparecía era la de la mano del Lobo, extendida en una invitación .
La noche anterior ella había considerado absurdo e incorrecto dormir al lado de ese hombre. ahora, caería en sus brazos si oyese la más leve sugerencia de eso. Marion sonrió cuando se imaginó acariciando esos cabellos negros , besando ese rostro bonito, acariciando esas manos fuertes pero poseedoras de una increíble ternura.



Ellos fueron despertados por la lluvia. Las gotas comenzaron a caer cerca del amanecer, golpeando el rostro de Marion y obligándola a abrir los ojos. Todavía medio dormida a ella le llevó algún tiempo darse cuenta de donde estaba, pero cuando miró a su alrededor vio que Dunstan ya estaba de pie, ocupado en preparar todo para una nueva caminata. Marion sintió ganas de gritar... o de arrojarle algo por la cabeza.
La perspectiva de pasa un día más caminando la ponía furiosa. Todavía le dolía el cuerpo y tenía los pies llenos de ampollas. No quería nada más que una cama suave y una almohada donde pudiese reposar la cabeza. En vez de eso, se encontraba perdida en el culo del mundo con el Lobo de Wessex como escolta y vigilante.
La lluvia continuaba cayendo, obligándolos a ponerse en movimiento.
- Pronto llegaremos a Wisborough - prometió Dunstan, después de soltar algunos insultos ininteligibles.
Pero observando la sucesión de colinas, Marion comenzó a dudar de eso. Y ni siquiera perspectiva de llegar a una aldea le servía para mejorar su , ya que cada paso dado significaba que ellos se aproximaban a Baddersly.
Aunque todavía no hubiese perdido las esperanzas de escaparse, Marion no sabía como si movería en ese pantano en que el mundo se había transformado. Si no le había sido fácil caminar en la tierra mojada del bosque, sería todavía más difícil caminar en el lodazal en que el camino seguramente se había transformado. A medida que la mañana avanzaba ella se fue empapando hasta los huesos, el agua atravesaba la ropa y penetraba en la piel . No sólo estaba mojada y exhausta, sino también angustiada.
Dunstan proseguía caminando, con la determinación de un soldado entrenado . Y el estóico silencio de él sólo aumentaba la frustración de Marion. Las únicas veces que él daba muestras de notar la presencia de ella era cuando la veía patinándose en el barro . En esas ocasiones él rápidamente extendía la mano para sostenerla, pero pronto esos gestos empezaron a demostrar más impaciencia que el deseo de ayudar de un caballero. Unas gotas de lluvia y la caballerosidad desaparecía, pensó Marion al borde de un ataque de histeria.
Le sera imposible acompañar los pasos largos del Lobo. Naturalmente ella acabó resbalandose nuevamente, y no se cayó porque la mano fuerte del “caballero” la sujetó por el codo.
Después de sacudir el brazo para librarse del asimiento de esos dedos ,ella se quedó parada, recibiendo de lleno las gotas da lluvia en su rostro . Por un largo momento se quedó observando a Dunstan, quien rápidamente había retomado a marcha. Súbitamente él se paró y se volvió para mirarla con ojos inquisitivos . La primer reacción de Marion fue reparar que ese hombre intolerable continuaba guapo como siempre, aunque estuviese empapado y embarrado.
Ni el mas grande amor podía superar la rabia que sintió en ese momento .
- Me sorprende, Dunstan de Burgh, que no hayas pensado en traer una cuerda para amarrarme.
Con ella podrías arrastrarme como si fuese una vaca de tu propiedad.
Dunstan no mostró ninguna reacción , dejando en claro que no esperaba da parte de ella un comportamiento más delicado del q que él mismo adoptaba.
Marion, exasperada, se pasó una mano por la cara .
- Dunstan... me duele todo el cuerpo , estoy llena de moretones debido a la forma en que me agarras! Puedes pensar lo que quieras de mí, pero yo continuo siendo una mujer, una dama , no un objeto que puedes maltratar a gusto.
Eso causó un demorado silencio, durante el cual él se ocupó de examinarla cuidadosamente de la cabeza a los pies.
- Puedes creerme - dijo Dunstan, finalmente. - sé muy bien que sos una mujer.
Marion contuvo la respiración, pero consideró mejor no intentar interpretar esas palabras.
Cuántas veces ya se había imaginado equivocadamente que era el foco de la atención de Dunstan de Burgh? Muchas veces, pero hasta ese momento todo había resultado un gran error de interpretación . Entonces ella enderezó su cuerpo, manteniendo la mirada fija en él.
- Deja de agarrarme!
Dunstan la miró con los ojos estrechados, Tal vez queriendo decir que ella era una mujer, que no podía dar órdenes , y que figuraba entre las personas más insoportables del mundo.
- Prefieres que te deje caer al barro ?
- No!.
Dunstan puso sus dos manos en la cintura.
- Entonces , qué mierda quieres que haga, lady Marion? Ahora él hablaba en un tono sarcástico , como si ella fuese tan idiota como caprichosa. Eso sólo aumentó la rabia de Marion.
- Qué quiero ? Pues voy a decirte lo que quiero, Dunstan de Burgh, barón de Wessex. Quiero parar con esto... con todo esto. - levantando el brazo derecho ella señaló el paisaje que los rodeaba. - Y ahora mismo. por qué debo proseguir en medio de la lluvia una caminata que sólo me llevará a ña muerte? No es bastante que me entregues a las manos de un asesino? También tienes que torturarme ? ­
Marion vio que él apretaba los labios irritado, pero eso no le impidió proseguir con su protesta.
- Vamos a volver, Dunstan, por el amor de Dios! Llévame a Campion, a Wessex o abandóname en la aldea más próxima. Puedes dejarme allí ! Puedes irte . Ve a ocuparte de tus problemas. Vete y cuéntale a quien quiera oírte que fui matada con los otros. No te costará nada decir una mentira . Y eso me salvará la vida!
- Mi padre. .. - comenzó a decir Dunstan, después de hacer una mueca, pues Marion no lo dejó continuar.
- A tu padre le importa un comino con lo que pueda suceder conmigo. Y mi tío se pondrá contentísimo cuando se entere de mi muerte. Imagínate pasará a ser dueño de todas mis tierras.
Marion se quedó mirando a Dunstan, agotada por la vehemencia que había necesitado para hacer su discurso y rezando para que él diese alguna señal de concordancia.
- Ya terminaste ? - preguntó Dunstan, con los dientes apretados.
- No, todavía no . - Marion se agachó y tomó una piedra que vio en el suelo . - Me voy a quedar aquí. Ahora , vete . - otra vez ella se pasó la mano por la cara . - Vete y déjame en paz.
Dunstan no pareció impresionado con eso.
- Si persistes en esa actitud Marion, me veré obligado a cargarte en mis hombros. Así, por lo menos no correré el riesgo de recibir una piedra por la espalda .
Marion no tuvo duda que esa amenaza sería cumplida. Entonces retomó la caminata, pasando por al lado de él y lo rozó con arrogancia .
Ahora ellos caminaban en una especie de senda para ovejas y ella sentía sus zapatos hundiéndose en el barro.
En esa circunstancia era difícil mantener una postura digna, pero aún así Marion siguió adelante , ignorando la monumental figura que la acompañaba.
Algún tiempo más tarde, cuando ellos alcanzaron una elevación, Dunstan levantó la mano para proteger sus ojos de la lluvia y examinó los alrededores. Marion lo imitó y con sorpresa vio algo a una cierta distancia.

LOBO DOMADO -CAPITULO 14

CAPITULO 14



- No podemos quedarnos aquí - dijo Dunstan.
Marion oyó lo que él decía pero no respondió. La horrible sensación provocada por el retorno de su memoria parecía superarlo todo, incluso hasta el dolor por ver tantas personas muertas. Lo más terrible era la conclusión a la que acababa de llegar: su tío , el traicionero de su tío, había mandado aquellos hombres para matarla!
Marion oyó a Dunstan rezongar pero permaneció arrodillada e inmóvil.
- Marion, Marion! - él le gritó, con ansiedad en su voz, agachándose delante de ella y apretándola en sus brazos al mismo tiempo. - No podemos quedarnos aquí , Marion! Lo que pasó no fue un ataque común, porque los asaltantes no se llevaron nada de los carros. Ellos llegaron sigilosamente durante la noche con intención de matar. Y es posible que todavía no hayan terminado su tarea .
- Mi tío - ella respondió, en un tono gutural.
- Olvídate de tu tío! - reaccionó Dunstan, sacudiéndola. - No sé quien atacó a mis hombres, pero sospecho que los hombres de anoche han sido parte de esto. Sólo sé que esto no fue obra de ladrones comunes y corrientes y es muy posible que los atacantes todavía estén cerca. Debemos escapar de aquí lo más pronto posible, sin mirar atrás . - Dicho eso él soltó los brazos de ella y empezó a hablarle con más ternura. - Toma lo que puedas llevar ... una muda de ropa, dinero y la comida que encuentres. Pero apúrate .
Marion se levantó con la ayuda de él y , moviéndose como si estuviese en un sueño, se tambaleó hasta el carro. Llegando allá, tomó una manta para hacer un atado con algo de ropa . Mientras trabajaba las imágenes danzaban delante de ella. Se veía siendo niña , sentada en el regazo de su padre y sonriéndole a su madre, quien le devolvía una sonrisa llena de dulzura. Oh, Dios, había tenido una familia, una familia adorable ! Pero ahora todos estaban muertos... todos menos el traicionero hermano de su madre, el hombre que intentaba matarla.
Marion saltó del carro y , perdiendo el equilibrio, casi se cayó al suelo . Irguiéndose con dificultad, recorrió con sus ojos los alrededores y , como no vio pronto a Dunstan, sintió una oleada de pánico . Ahora ni siquiera pensaba en huir de él. En las condiciones en que se encontraba, no lograba pensar en un plan de fuga. Además , Dunstan era todo lo que le quedaba.
Ahora, más que nunca, Marion necesitaba desesperadamente del apoyo de ese hombre. Cuando lo vio a una cierta distancia, sintió un enorme alivio.
En el instante siguiente corrió a su encuentro , teniendo cuidado de no tropezar con los cuerpos esparcidos en el suelo . Cuando llegó cerca, se arrojó en los brazos de él en un gesto casi desesperado. Por primera vez Dunstan no la retó ni hizo nada para repelerla. En vez de eso, la tomó en sus brazos y la levantó .
- Oh... muchacha - él murmuró.
Por el tono de esa voz Marion sintió una parte del dolor que lo consumía. Y era un dolor muy grande. Algunos de esos hombres lo acompañaban hacia años, eran amigos, pero Lobo de Wessex no podría derrumbarse al suelo y llorar. Era un caballero con una misión y debía cuidar de la seguridad de los dos. Marion necesitó controlarse para no llorar nuevamente... por él.
Después de acunarla por unos instantes, como si calmase a un bebé, Dunstan la puso nuevamente de pie.
- Nuestro traslado será penoso, no tenemos caballos, pero creo que encontraremos una aldea a un día de caminata de aquí . Allí conseguiremos nuevos caballos.
Dunstan miró al cielo, con los ojos estrechados, y Marion hizo lo mismo. después de varios días de buen tiempo, todo llevaba a creer que pronto llovería. Y, por las nubes oscuros que se veían , un aguacero no demoraría en caer. Dunstan soltó un insulto y comenzó a caminar por el margen del camino, haciendo un gesto para que ella lo siguiese.

Durante algún tiempo ellos caminaron por entre los árboles, pero siempre manteniéndose a poca distancia del camino. Así podrían orientarse al mismo tiempo que estaban protegidos por la vegetación.
Cerca de un kilómetro mas adelante Marion se sintió nuevamente descompuesta. Aún así continuó caminando. cuando no soportó más, cayó hacia adelante e instintivamente extendió sus manos para no golpearse la cara contra el suelo . Estando caída allí comenzó a sollozar, hasta que Dunstan se agachó delante de ella. El contacto de su mano , acariciándole el rostro de un modo torpe , sólo la hizo llorar todavía más . Marion sabía que era por todos los sufrimientos que había venido pasando.
- Es mi culpa - ella dijo, entre sollozos. - Todo es culpa mía.
- No digas eso - replicó Dunstan, con voz baja ronca.
- Es así ! ellos están muertos por mi culpa.
- No - él persistió , aunque eso no sirviese de consuelo para Marion.
- No entiendes - ella volvió a hablar.- El ataque fue ordenado por mi tío. Los soldados de él mataron a todos tus hombres.
- No digas eso ! - Dunstan apretó los hombros de ella y Marion levantó la cabeza, mirando a ese rostro bonito que ahora tenía una mueca de sufrimiento. - Para de decir tonterías sobre tu tío. No sé quien asesinó a mis hombres, pero tu tío no tendría motivo alguno para hacer eso. Por lo que sé él hasta el día de hoy no cometió ningún crimen , sea contra vos o contra cualquier otra persona. Por lo tanto, como no tienes ninguna prueba, lo que estás diciendo sólo puede ser fruto de la fértil imaginación femenina!
- No entiendes nada - repitió Marion hablando bajito. entonces ella levantó las manos para esconder sus ojos llorosos, intentando desesperadamente controlarse .
Cuando finalmente retiró las manos, vio que Dunstan continuaba allí , con los labios apretados y los ojos verdes fijos en ella. Sería imposible leer la expresión de ese rostro, pero aún así Marion sabía que él se preocupaba por ella. Había algo en el interior de Dunstan de Burgh, algo más allá del dolor, de la rabia, de la frustración. Entonces, como si oyese los acordes de una melodía hacia mucho tiempo olvidada, ella sintió su corazón llenarse de esperanza. Si él supiese, tal vez...
- Ahora estoy recordando cosa - dijo Marion impulsivamente. - Estoy recordando todo.
Por qué él debería creer en ella?
Dunstan había escuchado atentamente las palabras de la mujer. Sentada en el suelo , con a cabeza gacha y los ojos fijos en sus manos sobre su falda, ella acababa declarar que, milagrosamente, había recuperado la memoria. Qué extraña casualidad ! Esa demente había mentido todo el tiempo y este milagro sólo podía ser una mentira más . Pero algo en la calma con que ella había hablado lo dejaba inclinaba a creerle...esta vez .
Dunstan masajeó su nuca, encontrando difícil concentrarse . Y la concentración era fundamental, ya que de eso dependería la vida de ellos. Por la millonésima vez él maldijo la tarea que había recibido y la mujer que le habían encargado proteger. Soldados leales, buenos amigos habían perdido la vida y él no podría salir en persecución de los asesinos porque necesitaba cuidar a esa mujer delirante!
Eles estaban solos e indefensos en un lugar desconocido. No tenían caballos para huir más rápidamente caso que fuese necesario. Además , como todo llevaba a creer que los asaltantes del campamento no eran ladrones corrientes, Dunstan necesitaba tomar en consideración la posibilidad de que los desgraciados todavía estuviesen con sed de sangre y volviesen a atacar . Entonces él miró hacia atrás, sabiendo que en ese exacto momento ellos podían estar siendo seguidos. Sería difícil decir con certeza el lugar donde se encontraban, pero Wisborough no debía estar muy lejos. A pesar del evidente esfuerzo de la mujer, el desplazamiento de ellos era muy lento. Si comenzase a llover...
Dunstan sintió sus sienes latiendo y cerró los ojos. Lo más pronto posible necesitaba entregar a lady Marion en Baddersly. Así podría volver a Wessex, donde pensaría una forma de vengar a muerte de sus hombres. Qué ganaría quedándose parado allí, escuchando historias fantásticas?
- No me crees, verdad ? Dunstan soltó un gruñido cuando oyó la pregunta, pronunciada como si fuese una acusación.
- Hablaré personalmente con tu tío, tan pronto lleguemos allá - él dijo, absteniéndose de dar una respuesta.
Marion se levantó , su bella cabellera flotando con el viento, y Dunstan se alegró de verla otra vez llena de vida. No le había gustado verla caída de rodillas llorando desconsoladamente. Las lagrimas de una mujer son la debilidad de un hombre, pensó .
- No entiendes nada , Dunstan - ella declaró, apuntándolo con un dedo . - Identifiqué a uno de los soldados de mi tío entre los hombres que atacaron a mi caravana meses atrás. Y ahora tus hombres fueron atacados del mismo modo. Si vos me llevas de vuelta a Baddersly, él me matará!
- Puedes mostrarme una prueba de eso ? - replicó Dunstan, con las manos en la cintura. - Qué evidencias puedes tener de que tu tío es el responsable de lo que pasó en el campamento? Sabes por lo menos como son las flechas usadas por sus soldados ? Guardé la que retiré del cuerpo del muchacho que estaba de centinela en el campamento. Veremos si ella es del mismo tipo.
Marion hizo una mueca y Dunstan se dio cuenta de que prefería ver una sonrisa en esos labios. Entonces se acordó de que todavía tenía una tarea que cumplir y no podía perder tiempo admirando los atributos de una mujer, por más atractiva que ella fuese.
Cuando Marion volvió a hablar fue otra vez con el dedo en alto, ahora clavándoselo su pecho .
- Estás siendo obcecado. Deberías saber que un enemigo puede adoptar procedimientos muy diferentes para no ser identificado.
Dunstan sintió una oleada de rabia cuando pensó en los bastardos que había asesinado a sus hombres a traición , pero no tenía tiempo para continuar con esa discusión delirante. Entonces agarró a Marion por los brazos, dispuesto a ordenarle que se callase la boca. En el instante en que la tocó, sin embargo, se quedó sin habla. Ella estaba enrojecida por la rabia, los ojos oscuros muy abiertos y los labios levemente separados. Súbitamente un impulso se apoderó de él.
Dunstan quería sentir el sabor de ella. Quería meter su lengua entre aquellos labios carnosos y enterrar sus dedos en sus cabellos abundantes. Quería tirarla al piso para cubrirla con su cuerpo , quería enterrarse profundamente en ella y quería aliviar toda esa tensión insoportable . Quería verla con los ojos nublados por el deseo y la piel ardiendo contra la palma de su mano .
Dunstan intentó convencerse de que era la escena que había visto en el campamento, la sensación de la proximidad de la muerte, lo que lo había dejado con ganas de sentir una chispa vida. Mirando a Marion Warenne, sin embargo, se dio cuenta que no sentiría la misma cosa por ninguna otra mujer. Deseaba sólo esa. Y ya.
Marion lo miraba como una liebre acorralada, con la respiración acelerada. Dunstan sospechaba que él también estaba respirando de ese modo. entonces apretó todavía más los brazos de ella, intentando controlarse , pero esta vez Marion demostró sentir dolor y se encogió . Y ahí fue cuando el momento mágico desapareció .
- Por qué siempre tienes que lastimarme, Dunstan de Burgh? - ella protestó.
Dunstan la soltó.
- Vamos , continuemos - él ordenó .
Girando su cuerpo para ponerse en movimiento, ni siquiera se dio vuelta para verificar si ella lo estaba siendo seguido. Entre todas las mujeres del mundo, por qué justamente esta lo afectaba de ese modo?
Dunstan continuó caminando, con los dientes apretados. Esa extraña atracción por una mujer que no era nadie en su vida era una cosa mas para la cual no tenía tiempo. Cuántos días le quedaban por pasar en compañía de ella? Si lograsen llegar a Wisborough ese día mismo, conseguirían caballos y partirían inmediatamente. Tal vez encontrasen por el camino una posada donde pasar la noche. Le gustaría tener una cama caliente y blanda para descansar sus huesos. Entonces apareció en su mente la imagen de Marion acostada en la misma cama, vistiendo una fina camisola y con sus cabellos sueltos .
Dunstan murmuró un insulto y volvió su rostro para mirarla . Marion caminaba con la cabeza baja, era el retrato de la desesperación . Eso lo hizo sentir un dolor agudo, como si alguien lo alcanzase con la punta de una espada en una herida ya abierta. Entonces Dunstan se detuvo y se quedó indeciso por algunos instante. Poco después extendió su mano, incapaz de controlar sus ganas de tocarla.
Marion levantó la cabeza, con un aire de sorpresa, mirándolo con aquellos grandes ojos oscuros mientras Dunstan sujetaba su mano . La única intención que él había tenido era confortarla, pero a partir del instante del contacto fue como si una fuerza mucho mas grande lo atraje a ella Y la innegable sensualidad que emanaba del cuerpo de Marion lo hizo pensar en poseerla allí mismo.
Ella también lo deseaba.
En ese instante el grito agudo de un ave trajo a Dunstan de vuelta a la realidad, haciéndolo acordarse de sus hombres muertos. Sería un pecado y una locura ceder al deseo de la carne ese día . En cualquier momento él podría ser atacado por la espalda con una flecha asesina. Y esa mujer... Por más que la desease, Dunstan no quería que ella muriese como consecuencia de un descuido de él.
Entonces soltó la mano de Marion y , después de insultarse a sí mismo , retomó la caminata.

sábado, 29 de noviembre de 2008

LOBO DOMADO - CAPITULO 13

CAPITULO 13



Marion continuó caminando, preguntándose qué podía haber hecho en su vida para merecer todas las odiseas por las que estaba pasando... Su principal calvario era quien caminaba al lado de ella. A pesar de duplicarla prácticamente en tamaño , Dunstan se movía con una agilidad que ella jamás podría tener, y esa era una de las más grandes injusticias del mundo. como si ella precisase algo más para agregar a la lista de sus propios defectos! Haber perdido la memoria no bastaba? Después Campion la había echado del castillo y ahora... ahora ella estaba haciendo la cosa más ridícula que conseguía recordar.
Después de conocer a los siete hermanos de Burgh, había escogido justamente al más irritante y más repulsivo de ellos para enamorarse .
Eso ahora era obvio, aunque ella no tuviese certeza de cuando había sucedido. En algún momento de ese largo viaje, había comenzado a sentirse atraída por ese hombre insoportable . La noche anterior, cuando él había aparecido para salvarla, Marion había tenido certeza del amor que sentía por él... ese calor, una oleada de sentimientos diferentes a todo lo que conseguía recordar. Era algo que la dominaba completamente , que estaba más allá de su voluntad , tal vez hasta más allá de la voluntad del propio Dunstan.
Tonterías. Marion miró rápidamente hacia él y tropezó con algo , casi cayéndose. Dunstan extendió la mano para sostenerla, apretando su brazo más de lo que sería necesario... pero ella no protestó. Así era él. El hombre era rudo , pero en verdad actuaba con la intención de ayudarla. Y Marion se espantó con otra constatación que hizo: ella no sólo se estaba acostumbrando al carácter taciturno de Dunstan, sino había empezado a gustarle esa expresión seria , ese ceño fruncido, esa mirada reprobadora ....
Tonterías! En verdad nada de eso tenía importancia, porque dentro de pocos días ella sería abandonada a su propio destino, sin derecho a mirar atrás .Y... nada ganaba soñando con el Lobo, tenía sus propios problemas para resolver. Cuanto más se aproximaban a Baddersly, más imperativo se tornaba conseguir escapar. Pero, cómo... si Dunstan no la dejaba ni siquiera cuando ella necesitaba atender sus necesidades fisiológicas?
Y hasta cuando él iba a sostener esa vigilancia opresiva ? Pronto ellos alcanzarían la caravana. Esa noche, tal vez él hasta insistiese en dormir a su lado en esa tienda pequeña ... Marion buscó ignorar la oleada de calor que recorrió su cuerpo cuanto tuvo ese pensamiento. Cerró los ojos y en el mismo instante sintió en su brazo el contacto de su mano . .. real y fuerte.
- Me estás lastimando, Dunstan - ella se quejó , con toda calma.
Eso era verdad, pero no era en el brazo en donde ella sentía el dolor mas grande. Las actitudes del Lobo le afligían el corazón .
- Qué ?
Dunstan la miró y aflojó el aprieto de sus dedos, pero continuó reteniéndola por la manga del vestido. Pero no se disculpó y eso la hizo sonreír. Marion sabía que jamás oiría de los labios del Lobo un pedido de disculpas. Él era el hombre de quien estaba enamorada, y a pesar de la rudeza con la que la estaba tratando , ella quería colmarlo de cariños.
Pero no podía.
Ellos pronto se separarían. Y sería mejor así, porque el Lobo jamás retribuiría sus sentimientos . El podía hallar su cuerpo «tentador», a veces mirarla con un brillo diferente en esos ojos verdes, pero no podía ofrecer lo que Marion quería : amor, un hogar y una familia.
Nunca le daría libertad.
Esos pensamientos eran comandados por la razón y por algunos instantes Marion se quedó muy quieta. Poco después Dunstan la empujó para que ella se pusiese en movimiento. Pero no llegó a lastimarla, eso pasó cuando llegaron cerca de la orilla del camino, donde debería estar el campamento Esa vez los dedos de él volvieron a apretarla con fuerza, provocándole dolor.
Marion levantó los ojos sorprendida, y vio que Dunstan estaba muy tenso, probablemente ni siquiera se daba cuenta de lo que estaba haciendo con ella. Miraba hacia adelante , muy concentrado, como si sintiese en el aire el olor de peligro . Los ojos estaban estrechados y sus dientes apretados, lo que provocó en ella una oleada de temor .
- Qué pasa , Dunstan? .
- Silencio - él ordenó, sin mirarla . ­ Este lugar está demasiado silencioso para mi gusto. Quédate aquí.
Marion oía los pájaros piando y los ruidos provocados por animales pequeños corriendo por el follaje . Todo parecía normal, pero aún así ella permaneció donde estaba, mirando con curiosidad mientras Dunstan marchaba hacia adelante .
Qué bonita espalda y ni hablar de su trasero ... En verdad Marion nunca había reparado en esos detalles de los otros de Burgh, pero era realmente notable ver a ese hombre tan grande moviéndose silenciosamente, como un lobo.
Aún después que él desapareció ella se quedó mirando estúpidamente el mismo punto, pensando en los atributos físicos de Dunstan de Burgh. Le llevó un minuto entero para darse cuenta lo que él estaba haciendo y contuvo la respiración.
El hombre que había jurado que nunca más la perdería de vista y acababa de dejarla sola.
Otro minuto pasó con Marion apenas respirando, inmóvil , pensando en las posibilidades que esa situación ofrecía. Ella podía escapar. Podía alejarse del Lobo, de sus hombres y dek campamento, llevar adelante los planes que había hecho. Aunque el ataque sufrido la noche anterior la había dejado temerosa, ahora era de día y las oportunidades de que eso volviese a suceder eran muy escasas. O no?
Ignorando las advertencias de Dunstan, Marion estudió los alrededores , sabiendo que necesitaba tomar una decisión lo más rápido posible. Si caminase en sentido contrario, recorriendo esa misma senda, era posible que Dunstan no lograse encontrarla. Nunca mas.



Aun estando quieta , Marion sentía su corazón latiendo aceleradamente , tan ruidosamente que casi le impedía oír el canto de las aves. Entonces pasó una bandada de pájaros y ella miró hacia arriba, asustada. La visión de esas alas grises a le causó un escalofrío. Algo malo estaba sucediendo en el camino. Ella no podía ver, pero lo presentía .
Entonces entendió el motivo de la cautela de Dunstan. El campamento estaba demasiado silencioso. Si ellos habían llegado tan cerca, por qué no oía la voz estridente de Agnes, las conversaciones de los hombres, el relincho de los caballos? Aunque el grupo no fuese turbulento, era natural que un grupo de personas y animales hiciese sonidos que serían oídos a cierta distancia. Sin embargo ella no oía nada más allá de las aves. El temor invadió a Marion.
Si algo le sucediese a Dunstan... al principio ese pensamiento la dejó con las piernas débiles y paralizadas, pero poco después ella marchó hacia adelante , deteminada a verificar con sus propios ojos lo que podía estar pasando. Pero después de unos paso rápidos, se detuvo. Y sus planes de fuga?
Ahora, Marion! Debes huir ahora! Entonces ella se dio vuelta , decidida a salir corriendo, pero las piernas se rehusaban a cumplir la orden de su cerebro. Cómo podría huir sin tener la certeza que Dunstan estaba bien? Marion se sintió tironeada por intereses opuestos, por emociones contradictorias . La decisión debía ser tomada inmediatamente. Su libertad o el bienestar de la persona amada?
Fue el momento más difícil de su vida . Finalmente, con una resignación que llegaba a ser dolorosa, Marion cerró los ojos y concluyó que en verdad no tenía opción . Amaba a Dunstan con una intensidad que no podía ser ignorada, algo más fuerte que su propia voluntad .
Tal vez ella lo amase hasta mas que su propia libertad.
Con calmada determinación, Marion respiró profundamente y caminó hasta el margen del bosque. Cuando alcanzó el camino, se paró y miró a ambos lados, temerosa de lo que podría ver.
El campamento parecía calmo, como si sus temores no tuviesen fundamento. Tal vez Dunstan ella fuese demasiado cauteloso y viese amenazas donde no existían . Con un suspiro de alivio, Marion entendió por qué el campamento estaba tan calmo: los hombres todavía dormían. Tal vez todavía fuese mucho mas temprano de lo que ella había imaginado y era muy probable que, sin la presencia de su amo para despertarlos, esas personas hubiesen resuelto dormir por algún tiempo mas.
Marion caminó por la orilla del camino y se aproximó al lugar donde todavía ardían las últimas brasas de una hoguera, alrededor de la cual varios hombres estaban acostados, todos ellos envueltos en sus mantas. Dunstan estaba allí cerca, de espaldas, y sólo entonces Marion notó que esa excesiva calma era atemorizante . Por qué él no estaba gritando para despertar los dormilones ? Sintió un escalofrío.
Marion debió haber producido algún sonido, porque Dunstan se volvió hacia ella. Había agonía en su rostro . Entonces Marion cerró los ojos. Sintió los miedos del pasado mezclándose con los del presente y no tuvo otra opción mas que abrir los ojos... y ver: los hombres de Dunstan en verdad no estaban durmiendo.
Estaban muertos.
Los que se encontraban cerca del fuego debían haber sido muertos mientras dormían, ya que continuaban envueltos en sus mantas , y ahora Marion vio las manchas de sangre. Otros estaban caídos cerca de los carros, tenían los ojos abiertos y heridas de las cuales todavía brotaba sangre. Esos seguramente se habían levantado para luchar.
El silencio sepulcral sólo era quebrado por el sonido de la lona de una tienda siendo agitada por el viento. Ningún gemido se oía y Marion supo que no había sobrevivientes. Tampoco se oían los relinchos de los animales y una rápida mirada a su alrededor le mostró que los caballos habían desaparecido. Ella y Dunstan eran las dos únicas criaturas vivas en ese campamento. Parecía que sólo ellos quedaban en el mundo.
Por un largo momento Marion se quedó inmóvil , su mente registrando de un modo apático lo que sus ojos veían, al mismo tiempo que algo cosa crecía en su interior . Cada escena horripilante aumentaba el vacío que ella sentía y su corazón parecía a punto de explotar. Pero esa aparente apatía desapareció cuando Marion vio el cadáver ensangrentado del joven Cedric. fue como si un dolor demasiado grande a alcanzase todas las partes de su cuerpo, haciéndole difícil respirar.
Súbitamente, la terrible escena delante de sus ojos fue remplazada por la visión de una otra masacre . Marion cayó de rodillas y cubrió sus ojos, pero continuó viendo la misma cosa, con una claridad cada vez mayor.
En la escena que veía con los ojos cerrados, bandidos atacaban como si fuesen demonios salidos del infierno . El joven John, un poco mayor que Cedric, fue el primero en caer . Poco después Marion oyó los gritos desesperados de Enid. Sacando su puñal, ella se volvió para resistir el ataque del hombre que amenazaba a la criada, pero el miedo la dejó paralizada. Y ahora era demasiado tarde .

El rostro del asesino surgió delante de ella, los ojos brillando con perversidad, la argolla de plata colgada en su oreja emitiendo un reflejo lleno de frialdad. Poco después un hombre la atacó, derribándola al suelo . Antes de sentir el dolor de la caída, Marion se acordó de una cosa: ella ya había visto esa argolla en otras ocasiones.
El hombre enmascarado que se vestía como un bandolero en realidad formaba parte del batallón de soldados de su tío .
Marion sintió su cuerpo temblando , respirando con dificultad. Poco después una mano fuerte la sostuvo , impidiéndole caerse a un costado y golpear su cabeza con el suelo .
La apatía fue pasando y ella comenzó a llorar . Lloraba por los soldados de Dunstan . Lloraba por los leales criados que, al acompañarla en su fuga emprendida meses antes, también habían perdido la vida. Y lloraba porque su memoria, que ahora retornaba para atormentarla.

viernes, 28 de noviembre de 2008

LOBO DOMADO - CAPITULO 12

CAPITULO 12



Sin saber qué pensar, Marion se quedó mirando la enorme y oscura silueta recostada en el tronco del árbol. Algún tiempo antes, al tomar la mano de él después de haber sido salvada de una terrible odisea , ella había sentido una felicidad tan grande que casi había llorado de alivio.
Cuando él la había abrazado, consolándola con su sensibilidad torpe, ella había sentido por Dunstan de Burgh algo que no sabría explicar, un torbellino de emociones tan fuertes que la había dejado sin confianza en sus propias acciones. Al ser acariciada en sus cabellos y ver la expresión que había en el su rostro , había sentido necesidad de contener la respiración por algo que parecía ser... deseo.
Marion enrojeció con sólo pensar en eso . Sin embargo, y aunque hubiese sido sólo por breves instantes, había sido como si sólo ellos dos existiesen en el mundo . Parecía haberse borrado los actos antes habían sucedido allí incluso esa terrible escena de sangre. Sólo le había importado la presencia de Dunstan, la forma en que él aceleraba su corazón y le sensibilizaba la piel.
Pero pronto esa magia había pasado, Dunstan otra vez se mostró rudo y grosero y la había arrastrado por el bosque como si ella sólo fuese un fardo molesto . Y ahora él la había puesto en la Rama de un árbol Y se reía de esa situación patética. Qué hombre irritante e insoportable ! Marion se movió , inquieta, y sintió la dureza de la rama clavándose en su trasero. Cómo alguien podría dormir en un lugar como ese?
La falda se le había subido y Marion la sacudió para bajarla. Aunque la temperatura había sido alta ese día, ahora hacía frío en medio del bosque. Entonces ella envolvió con sus brazos sus piernas dobladas, apoyó el mentón sobre sus rodillas y miró al hombre encaramado allí cerca.
En el mismo instante eso sucedió nuevamente... esa delicioso torbellino de emociones. Era sólo porque él la había salvado? Fuese quien fuese ella estaría sintiendo eso por su salvador ? Cómo explicar esa tensión en sus pechos? Marion continuó mirando la figura oscura. No podía tener certeza, pero sospechaba de que esas sensaciones estaban reservadas sólo para Dunstan de Burgh, un hombre bravo, grosero, tiránico, casi demoníaco y ... muy atractivo. Cerrando los ojos para imaginarse la cara de él , ella sonrió ... porque la imagen que vio era la de un hombre taciturno.
Por lo menos él no le había retado demasiado después de encontrarla. Marion no se hubiese sorprendido si tuviese oído un sermón de censura recalcando la idiotez que había cometido. Muy a disgusto reconoció que Dunstan tendría razón si lo hubiese hecho , pues le había advertido sobre todo lo malo que podía suceder: el bosque podía albergar malhechores . Con increíble rapidez la imagen de Dunstan fue remplazada en la mente de Marion por otras. Eran rostros furiosos, pero que la sujetaban. Y no se trataba de los hombres que la habían capturado esa noche, sino de otra situación . En ese mismo instante Dunstan movió a su lado.
- Qué pasa ? En qué piensas?
- En mi pasado.
Dunstan emitió un rezongo irritado, Tal vez queriendo decir que ya estaba harto de tener que buscarla y perseguirla. Pero quien podría criticarlo por eso ? El hombre tenía una propiedad que manejar , deberes que cumplir, mientras ella no era nadie en su vida.
- Tengo miedo , Dunstan - declaró Marion. - No quiero recordar mi pasado.
- Entonces no lo recuerde ...- él le recomendó, envolviéndola con el brazo y empujándola contra su pecho. - Duerme.
Marion todavía no se había olvidado del calor de ese pecho musculoso y se anidó allí, experimentando una enorme satisfacción. Suspiró profundamente y comenzó a relajarse, casi olvidándose de los horrores por los que había pasado esa noche. Deslizó la pierna, por encima del muslo de él y volvió a suspirar.
Marion demoró en notar el cambio que se había operado en el abrazo de Dunstan. Pero notó que los músculos de su brazo se tensaban. y los latidos de su corazón que ella oía pulsando dentro de ese tórax magnífico, antes eran pausadas, y ahora estaban rápidas e irregulares.
Marion contuvo la respiración, creyendo que algún peligro del bosque los amenazaba, pero no tardó en darse cuenta que no era nada de eso. El motivo de ese cambio estaba en ellos mismos, era algo que ahora ella también sentía. Lo que momentos antes había sido una inocente caricia ahora parecía un extraño fuego ardiendo entre ellos dos.
Aunque no pudiese verlos, Marion sabía que los ojos verdes de Dunstan estaban nublados por el deseo. Ella misma tenía los ojos muy abiertos por el temor . Aún así se mantuvo inmóvil , temerosa de que algún movimiento pudiese exacerbar las sensaciones que recorrían su cuerpo , algo que también parecía sucederle a Dunstan.
El ardía en cada parte del cuerpo que ella tocaba, en su rodilla colocada sobre el muslo de él, en la cara apoyada contra su pecho musculoso, en la espalda que él tocaba con su mano enorme. Marion sentía calor hasta en el cuero cabelludo, donde la punta del mentón de él sólo se apoyaba. Y los pechos de ella parecían haberse agrandado y estaban absurdamente sensibles, la tela de su vestido parecía apretarlos sin misericordia. Pero era una era una mujer virgen.
De dónde venía esa sensación deliciosa que no le recordaba a nada de su pasado. Eso era deseo? Se debía a la proximidad de un cuerpo masculino ? Y por qué eso le pasaba sólo con Dunstan? Jamás había estado en los brazos de un hombre, pero en diferentes ocasiones había tocado a cada uno de los de Burgh. Pero sólo Dunstan de los siete hermanos parecía tener el poder de hacerla arder.
Marion sintió su garganta seca y el cuerpo comenzó a dolerle debido al esfuerzo de no moverse . Finalmente, cuando no logró soportar más , se movió un poco hacia arriba , su pierna deslizándose sobre la de él. Dunstan emitió un sonido ronco y ella lo miró rápidamente , pero debido a la oscuridad no pudo ver nada de las reacciones de ese rostro.
- Duérmete - él le ordenó.
Dormirme ? Cómo? Todos los sentidos de ella estaban agudizados debido al contacto físico con Dunstan.
Era la más extraña de las experiencias, al mismo tiempo atemorizante y maravillosa, excitante y terrible. Dunstan querría besarla ? Si al menos pudiese verle la cara !
Estaría serio , o su semblante sería indescifrable ? Sus ojos verdes estarían brillando como los de un lobo que amenazaba con devorarla?
Marion se quedó esperando tensamente , pero Dunstan no hizo ningún movimiento, no emitió ningún sonido . Poco a poco ella fue percibiendo la idiotez de su comportamiento. Por los comentarios descarados que ya había oído de Stephen, sabía que no debería dejarse abrazar por Dunstan.
Enrojeciendo de vergüenza ella movió su cuerpo, pero no se soltó de Dunstan. Por el movimiento que hizo, sintió que corría peligro de caerse al suelo , algunos metros más abajo. Dunstan debió haber percibido eso, porque rápidamente la envolvió en sus brazos. Marion contuvo la respiración y sintió que él hacía o mismo. La posición en que estaba era muy peligrosa y endeble , pero qué podía hacer?
Podía girarse, sentarse sobre su regazo , abrazarlo, sumergirse en su cuerpo . No, no podía hacer eso . Había nombres con que se describía a las mujeres que concedían sus favores con tanta facilidad, nombres muy desagradables. No podía ser que ella estuviese queriendo entregarse al Lobo sin ningún compromiso, como una prostituta cualquiera . No! Quería más que eso para su vida.
Pero era imposible. No importaban los extraños deseos que ella pudiese sentir por él, Dunstan de Burgh era el hombre que, contra la voluntad de ella, la estaba llevando de vuelta a Baddersly, donde la abandonaría. Marion cerró los ojos debido a una súbita puntada que sintió en el pecho . Entonces buscó pensar en otra cosa, lo que acostumbraba a hacer cuando necesitaba mantener la compostura.
- Cuéntame sobre Wessex - ella murmuró.
- Wessex?

Por un instante Dunstan pareció que era él quien había perdido la memoria , como si no se acordase del feudo del cual era el lord. Hasta que comenzó a hablar, al principio lentamente, después con una énfasis que ella no había esperado. Marion casi podía ver lo que él describía: los valles verdes, las colinas , el alto castillo en el centro de todo eso.
Poco a poco a sensualidad entre ellos dos fue perdiendo intensidad. Dominada por el cansancio, Marion sentía sus párpados pesados. La voz grave y musical de Dunstan todavía sonaba cuando ella se adormeció .

El día apenas clareaba cuando Dunstan la despertó. Estaba de pie en el suelo y miraba hacia arriba con una expresión seria. Marion sintió que el hombre que había hablado francamente con ella sobre sus esperanzas de retornar su hogar había desaparecido con la oscuridad. Quien estaba allí era el Dunstan con el ceño fruncido de siempre. Aún así ella sonrió , porque ya se estaba acostumbrando al humor negro de ese hombre.
- Es mejor volvamos a la caravana lo más rápido posible - él dijo. - Sería imprudente permanecer aquí.
Marion asintió y dejó que él la bajase del árbol. Por algunos instantes las manos de Dunstan se demoraron en la cintura de ella, al mismo tiempo que él la miraba con un intenso brillo en sus ojos verdes. Pero pronto él retrocedió, como si ella lo quemase. Estaría Marion imaginándose esas cosas o existía una extraña atracción entre ellos dos? Era muy posible que, ingenua como era, fuese ella la única de los dos que sentía algo especial .
Mientras se ocupaba de alisar su vestido, Marion concluyó que eso último era lo más probable, porque el Lobo de Wessex no podía sentirse atraído por ella. El vestido estaba arrugado, todo sucio y cubierto con manchas de sangre. Cuando pasó las manos por sus cabellos, se dio cuenta que su cabellera era una maraña impenetrable .
Dunstan observaba todos sus gestos .
- Uno no se ve muy agradable en medio de una fuga, verdad, Marion? - él preguntó en un tono cortante.
Listo... El sermón que ella había esperado oír la noche anterior finalmente sería pronunciado, y el humor de ese hombre no parecía ser de los mejores. Para el futuro, sería bueno recordar siempre que no debería despertar a Dunstan de Burgh muy temprano ... pero, de dónde venía ese pensamiento descabellado? Evidentemente, ella jamás tendía la tarea de despertar al Lobo!
Marion se volvió para apartar se pensando en satisfacer sus necesidades fisiológicas, pero la gran mano de Dunstan la retuvo por el brazo. La primera reacción de ella fue dar un tirón para librarse, pero fue en vano. Tras dos tentativas fútiles Marion constató que no tendría escapatoria.
Ya había soportado lo suficiente como para estar de un humor tan negro como el de él. Había sido atacada y secuestrada por dos asaltantes que casi la habían violado, ahora estaba con la ropa sucia y manchada de sangre, además de haber sido obligada a dormir manteniendo el equilibrio entre las ramas de un árbol. El cuerpo le dolía. Y para completar el cuadro, tenía sed , hambre y necesitaba aliviar su vejiga. Lo que menos quería era oír la censura de Dunstan de Burgh.
La rabia parecía haber redoblado las fuerzas de Marion, porque con un violento tirón ella finalmente logró soltarse de la mano de Dunstan.
- No me toques, Dunstan de Burgh! - ella gritó. - Estoy harta de tus modales groseros! .
Por algunos instantes Dunstan se quedó mirándola con la boca abierta, una expresión casi graciosa en el rostro.
- Modales groseros? Esto es el colmo ! Por el amor de Dios! Te salvé la vida, mujer. Sos una mal agradecida!
Dunstan la miró con las manos en la cintura y las piernas separadas. Ahora la expresión de ese rostro era de la más pura ferocidad.
Marion no se intimidó.
- Ahora si me permites...
Cuando se volvió a apartar ella otra vez fue alcanzada por su mano .
- No , no te doy permiso ! - vociferó Dunstan, con los ojos estrechados y los labios contraídos. - No tengo ninguna prueba de que vos tengas el suficiente sentido común como para no intentar otra fuga! Por Dios, mujer! No tienes nada en la cabeza? No sabes lo que esos hombres pretendían hacer con vos anoche? Ellos te iban a usar, abusar y después te iban a abandonar, probablemente muerta!
Mientras hablaba Dunstan la sacudía, como si quisiese a todo costo tener la atención de ella. Marion creyó que debería sentir miedo de ese enorme y amenazador caballero. Tal vez fuese mejor no demostrar ninguna reacción , esperar que él se cansase de eso antes que verdaderamente la lastimase. La única cosa que ella podría hacer sería caer de rodillas y suplicarle perdón. Pero ni loca haría eso.
En vez de eso, Marion levantó la pierna derecha y plantó su pie con todas fuerzas sobre el pie de él
Dunstan hizo una mueca y maldijo .
- Por Dios, escucha lo que estoy diciendo, Marion! Sólo quiero protegerte ! Aunque vos seas tan idiota al punto de no darle importancia a lo que pasó anoche ! Sabes lo que sentí cuando te vi entre aquellos dos hombres?
Aunque él estuviese gritando y continuase sacudiéndola, esas palabras hicieron que Marion, tomada de sorpresa, lo mirase a los ojos . Habría algo más allá de la rabia en la actitud de ese hombre? Había cierta confusión en los ojos verdes de Dunstan y Marion sintió su propia rabia disiparse.
- No, no lo sé - ella dijo . - Qué sentiste, Dunstan?
Soltándola de una forma tan súbita que casi la hizo perder el equilibrio, Dunstan giró y se apartó unos pasos.
- Imagino que ahora entiendes el peligro que representa caminar sola en un lugar como este.
Aunque él hablase con una voz baja y contenida, las palabras fueron pronunciadas con facilidad, como si Dunstan escondiese la verdadera respuesta no sólo de ella, sino también de sí mismo .
O tal vez ella estuviese imaginando cosas. Frotándose el brazo en el lugar donde él la había agarrado, Marion miró al atractivo hombre que caminaba entre los árboles, evitando mirarla , evitando cualquier cosa que pudiese ablandarlo. Sería imposible adivinar lo que él estaba sintiendo.
- Quiero que dejes de hacer tonterías y aceptes que debes volver a tu casa - él protestó .
- Para qué? - replicó Marion, en un tono blando. - Qué diferencia puede haber si muero aquí o en Baddersly?
Esta vez Dunstan se volvió para encararla, de un modo que dejó a Marion amedrentada.
- Tienes que ser razonable, mujer! La diferencia es que aquí morirás de un modo brutal, y que no puedes tener certeza de que la muerte te aguarda en Baddersly.
- Tengo certeza, Dunstan - respondió Marion, con toda calma. Mirando a la distancia ella intentó inútilmente recordar como era Baddersly. Después , levantando lentamente el brazo, apoyó la mano en su pecho . - Yo sé eso, no con a mente o con los recuerdos, sino con el corazón. Lo siento aquí adentro.
Dunstan soltó otro insulto, esta vez bien alto, como si no pensase en que podía herir la sensibilidad de ella. :
- Si no quieres creerme entonces no sé qué decirte para convencerte - declaró Marion, con calma.
A ella no le gustaba dar vueltas y sabía que esa discusión no cambiaría nada, porque Dunstan no estaba abierto a escucharla .
Dunstan hizo una mueca.
- Agotas mi paciencia, Marion. Deberías por lo menos creer en mi padre. Él me recomendó que tomase todos los cuidados y recaudos para que nada malo te sucediese.
- Y ? - replicó Marion. - Tu padre me echó de la seguridad que me ofrecía en el castillo de él, me despachó a un lugar que no conozco, donde quedaré a la merced de un hombre a quien no recuerdo! - El aire de espanto de Dunstan hizo crecer la rabia de Marion, quien apuntó un dedo hacia él, casi tocando su pecho formidable. - Vos, no tienes ni idea de como me siento, Dunstan, porque siempre estuviste rodeado por tus hermanos. Siempre tuviste el cariño de una familia, la lealtad de tus soldados que hasta sacrificarían sus vidas por vos. En Baddersly nada de eso espera , nada más que amenazas y sufrimientos.
Dunstan miró al cielo y otra vez abrió los brazos. - Has enloquecido. O realmente eres una persona estúpida.
- Está bien - dijo Marion, resignada. - Cree lo que quieras. Además, creo que siempre fue así. Sin embargo, en este momento yo debo creer en mis propios instintos.
Dicho eso ella comenzó a caminar pero no logró dar más de dos pasos, porque Dunstan bloqueó su camino. Marion se preguntó como un hombre tan grande podía ser tan ágil. .
- No - dijo Dunstan, con las manos en la cintura, otra vez con esa postura de guerrero mientras la miraba fijamente .
- No Qué ? - preguntó Marion, confusa.
- No - él repitió , con énfasis . - Reconozco que vos me engañaste más de una vez, mujer, pero sería un idiota si te dejase repetir eso. Puedes no dar importancia a tu cuerpo tentador, mas yo sí se la doy . Mi padre me encargó llevarte de vuelta a Baddersly, sana y salva, y no voy a permitir que te quedes ni un sólo instante lejos de mis vista hasta que no te entregue en manos de tu tío. Siendo así , sugiero que te levantes la falda y hagas aquí lo que tengas que hacer. Ya perdimos demasiado tiempo .
Marion quedó boquiabierta y estupefacta. Ese hombre no podía estar hablando en serio.
- Pero... pero... - ella tartamudeó, ruborizándose fuertemente.- No puedes querer que...
Marion interrumpió lo que iba a decir al ver que sus labios se curvaban maliciosamente en lo que era casi una sonrisa .
- Pues si quiero - respondió Dunstan, simplemente.
El rubor de Marion aumentó al extremo.
- Cómo puedes atreverte? - ella protestó.- Yo soy una dama!
En vez de concordar, Dunstan tuvo la audacia de soltar una carcajada.
- Necesitas convencerme de eso - él replicó .
Por primera vez en la vida Marion sintió voluntad de abofetear a alguien. Pero lo que hizo fue alisarse la ropa con las manos, procurando demostrar compostura. Obviamente no podía enfrentar al Lobo de Wessex usando los puños. Tendría que vencerlo usando la razón.
- No seas ridículo y guarango . No lograré ir a ningún lugar en este bosque y vos ya diste muestras de que eres capaz de encontrarme - ella dijo, con cierta amargura.
- Es verdad - concordó Dunstan. - aún así no estoy dispuesto a perder más tiempo. Ahora apúrate. Haz lo que tengas que hacer para que poder partir .
Marion abrió la boca para insistir en su protesta, pero se dio cuenta que sería en vano. Ya había constatado que era inútil discutir con Dunstan de Burgh. Pero lo peor era ver que él parecía estar divirtiéndose con el apuro por cual ella pasaba.
No queriendo prolongar todavía más esa situación conflictiva, Marion bajó a cabeza.
- Ponte de espaldas, por lo menos - ella reclamó. - No voy a darte la espalda de ninguna manera.
Marion le lanzó una mirada fulminante.
- Dunstan!
- Me quedaré mirando a un costado - él concedió. ­- No tengo interés en mirarte, mujer, pero quiero vigilar tus movimientos para que no intentes algún truco nuevo. Y escúchame bien , Marion: no volverás a huir de mí.
Marion giró su espalda hacia él, en un gesto de orgullo, pero las necesidades de su cuerpo eran mucho fuertes.
Entonces ella se agachó para resolver ese problema, acomodando su falda de la mejor forma posible. Sabía que en verdad él no podía ver nada, pero aún así a situación era terriblemente humillante .
- Por casualidad hay por aquí algún riacho donde pueda lavarme? - ella preguntó, otra vez de pie y mirándolo .
- Creo que no, Marion. Esa es otras de las desventajas de huir en un lugar salvaje.
Dicho eso él hizo un gesto para que ella lo precediese en la caminata. Marion acató la orden, apretando el chal alrededor de su cuerpo. Cuando pasó al lado de él, tenía los hombros erectos y el mentón apuntado hacia adelante .
- Jamás te perdonaré por eso, Dunstan de Burgh - ella declaró.
Por más bello, fuerte y aguerrido que él pudiese ser, ese comportamiento no merecía perdón. Por otro lado, era necesario reconocer que parte de eso se debía a la osadía que ella había tenido al desafiarlo. Y otra parte podía se debía a la declarada preocupación del Lobo por la seguridad de ella. .. lo que Marion todavía encontraba difícil de creer. Pero la mayor parte era fruto de la grosería pura y simple . Ese hombre realmente necesitaba aprender una buena lección....
A pesar de su postura de dignidad, Marion todavía estaba dominada por la repulsión . Mientras caminaba, pensaba en la discusión que ellos habían tenido y se acordaba de cosas que le podría haber dicho. A cierta altura se paró miró hacia atrás, casi provocando un choque con el hombre que venía muy pegado .
Estaba delirando o él realmente le había dicho que su cuerpo era tentador?

jueves, 27 de noviembre de 2008

LOBO DOMADO - CAPITULO 11

CAPITULO 11



En otras circunstancias Dunstan se habría recriminado por lanzarse en dirección al peligro con tanta impetuosidad, pero en ese momento no había nada más que pudiese ser hecho. En el instante siguiente otro grito hizo eco, ahora más cerca. Pocos segundos más tarde, ya con la espada en la mano, Dunstan irrumpió en un claro del bosque e hizo un rápido balance de la situación. Marion estaba tirada en el suelo entre dos hombres, uno de los cuales la retenía por los brazos mientras el otro se acomodaba entre sus piernas . Dominado por una furia que jamás había imaginado poseer, Dunstan levantó la espada y partió al ataque, emitiendo un grito de guerra que en otras circunstancia también lo habría asustado.
El hombre que estaba entre las piernas de Marion giró la cabeza en dirección a él pero no tuvo tiempo para ver nada, porque en el instante siguiente tenía su cabeza separada de su cuerpo por un potente y certero golpe de espada. Su sangre voló por el aire, haciendo que el otro hombre soltase un grito y sacase su arma. Pero Dunstan fue más rápido. pasando por encima de Marion, asestó otro golpe con su espada y simplemente cortó el brazo con que el hombre intentaba armarse. Segundos más tarde la misma espada atravesaba el cuerpo del atacante, quien cayó hacia atrás , sin vida.
Por un largo momento Dunstan se quedó parado, respirando pesadamente, el corazón acelerado y los ojos moviéndose hacia los costados buscando nuevos enemigos. Pero el claro del bosque estaba desierto. Nada se movía más allá de las llamas de un fuego que ya comenzaba a apagarse.
Dunstan respiró profundamente y buscó controlarse . No fue fácil. Ya había pasado por muchas batallas y las cicatrices esparcidas a lo largo de su cuerpo eran prueba de eso. Sin embargo, jamás había sentido semejante ganas de matar. Cuando se dio cuenta que tal vez fuese hasta sería capaz de descuartizar los cuerpos , él soltó el aire de sus pulmones y rápidamente giró su rostro.
Toda salpicada de sangre, Marion estaba echada en el suelo con la falda levantada hasta la altura de sus ancas y uno de sus brazos por encima del hombre sin cabeza. Los lindos cabellos castaños se esparcían en una masa desordenada alrededor de su rostro que parecía tener la palidez de la muerte. Dunstan cayó de rodillas al lado de ella.
Marion! - él dijo, apenas consiguiendo susurrar. - Estás ... herida, mujer? - No hubo respuesta y Dunstan sintió una oleada de frío. Y si ella estuviese mortalmente herida? - Marion? Soy yo , Dunstan - él volvió a hablar, ahora con una voz más fuerte.

Como todavía no tenía respuesta, Dunstan apartó los cabellos y apoyó la punta de sus dedos en la frente de ella. Entonces los ojos con pestañas largas se abrieron .
- Dunstan...
Oír su nombre en sus labios fue más que docenas de caricias.
Aceptando la ayuda de la mano de él, Marion se sentó y permitió que Dunstan cubriese sus piernas con la falda . Terminado eso él vio que estaba siendo mirado de un modo que no sabía interpretar. Poco después Marion lo abrazó , escondiendo su rostro en su pecho , se puso a sollozar descontroladamente.
Dunstan la apretó contra su pecho, como no había hecho con ningún otro ser humano desde que Nicholas era sólo un bebé. Se sentía ridículamente torpe para consolar a una mujer desesperada. Pero qué podía saber un hombre endurecido sobre eso ? Los muchos años como soldado lo habían endurecido y las mujeres que llevaba a la cama sólo querían buscaban sexo. Pero esta mujer entre sus brazos necesitaba de algo muy diferente a eso.
Dunstan apoyó la palma de su mano en la cabeza de Marion y comenzó a acariciar sus cabellos con los dedos. Eran tan finos y delicados , más perfectos que la seda . Un hombre podría perderse en esos cabellos... .
súbitamente Dunstan levantó la mano, que dejó caer sobre el hombro tembloroso de Marion. entonces se acordó de que ella casi había sido abusada. Pasaría mucho tiempo antes que ella quisiese tener contacto físico con algún hombre. Después él buscó convencerse de que sólo tenía motivos para despreciar a esa mujer, que estaba en esa situación por culpa de su propia imprudencia.
Pero por más que lo intentase, Dunstan no podía ignorar el hecho que estaba abrazando una mujer increíblemente tentadora. y las lágrimas que ella derramaba en su pecho sólo aumentaban la tentación. La respiración de ella era caliente, esparciendo su calor por su cuerpo . Además podía sentir sus senos comprimiéndose contra su pecho ... Dunstan sintió su miembro llenándose de sangre.
En el instante siguiente Marion levantó a cabeza y lo miró . Pero no había acusación en esos ojos castaños, grandes y mojados. Lo que vio fue horror mezclado con otra cosa que no logró descifrar. Deseo? Culpa ?
Desistiendo de encontrar la respuesta, Dunstan sujetó sus hombros . Rápidamente Marion entreabrió sus labios. Dunstan aproximó su rostro pero pronto se detuvo , casi soltando un insulto.
Poco después se desprendió de ella y se levantó . Si no hiciese eso, acabaría tomando a la mujer que acababa de salvar de los violadores que yacían allí cerca. Además , Marion Warenne no era una criada a la que uno podía usar y luego descartar.
Dándole la espalda, Dunstan intentó pensar como un guerrero. Ese lugar parecía un campamento y era muy probable que los dos hombres muertos no estuviesen solos. Tal vez sus compañeros estuviesen por retornar.
- Debemos irnos - él dijo, sin pensar en la sensibilidad de Marion.
Ahora la mente de Dunstan funcionaba frenéticamente y él se recriminaba por haberse dejado dominar por la furia. Si hubiese dejado vivo a uno de esos hombres, ahora por lo menos podría descubrir quienes eran e y qué planeaban hacer.
Dunstan se rascó a cabeza. Nunca antes, desde que había comenzado a aprender las reglas de un combate, todavía sentado en el regazo de su padre, había actuado de un modo tan temerario y feroz . El deseo de matar lo había dominado completamente . Y ahora sería imposible obtener información de la boca de esos dos. Tal vez los cuerpos caídos pudiesen proveer alguna pista.
Dunstan se agachó al lado de los hombres muertos, examinándolos atentamente. uno de ellos llevaba una espada, lo que no era algo común en asaltantes del camino.
En general los bandoleros se armaban con puñales, dagas, armas livianas. Y el hombre también tenía una bolsa con monedas. Tal vez hubiese asaltado a alguien... o recibido el pago por alguna tarea. Dunstan estrechó sus ojos .
- Qué ... qué está haciendo? - preguntó Marion, con una voz temblorosa.
- Nada - respondió Dunstan, en un tono áspero.
- Puedes caminar o no ?
Marion levantó sus ojos llenos de miedo y Dunstan casi maldijo . No quería agredirla con palabras, pero el peligro estaba en el aire, algo que él casi podía sentir.
Puedes caminar? -
Marion asintió con la cabeza y él extendió la mano, ayudándola a ponerse de pie . - Vamos. Debemos irnos de aquí lo más pronto posible.
Marion bajó sus ojos hacia los dos cadáveres.
- Pero... y ellos ?
Dunstan sintió una oleada de rabia. Es mujer casi había sido violada por esos dos degenerados, y ahora parecía condolida.
- Los animales carroñeros se ocuparán de ellos. - él afirmó.
Mientras caminaba rápidamente por entre los árboles Dunstan notó en las pisadas dejadas al suelo del claro del bosque , una indicación clara de que habían circulado por allí más hombres que los dos que estaban muertos. Eso lo hizo insultar.
Debían salir pronto de allí y buscar un camino seguro. Había mas gente por las alrededores y nadie andaba de noche por un bosque oscuro con buenas intenciones.
- Dunstan - llamó Marion, reteniéndolo por la manga de su túnica.
cuando él se detuvo ella bajó la mano y tomó la de él, aparentemente buscando protección . Un tanto torpemente, Dunstan acarició esos dedos frágiles. Poco después la arrastró sacándola del claro del bosque , la mano que no sujetaba la de Marion iba empuñando la espada.
Una vez en medio de los árboles él se detuvo para adaptar sus ojos a la oscuridad. Poco después retomó la caminata, procurando mantenerse a una buena distancia de la senda y de quien pudiese pasar por allí Finalmente se paró delante de un grupo de robles altos. Después de examinar por algunos instantes los árboles, o por lo menos intentar ver lo que era posible en esa oscuridad, se aproximó al más frondosa de ellos.
- Dormiremos aquí.
La mano de Marion apretó levemente a la de él, como si ella estuviese sorprendida.
- No crees que es mejor que volvamos a donde está la caravana?
- No. Hay otros bandidos por ahí y , en esta oscuridad, no podremos verlos acercarse a tiempo . Sabemos que por lo menos dos de ellos no tenían el menor escrúpulo en atacar a una mujer. Además como ya demostraste que eres capaz de dormir cómodamente en un árbol, este lugar me parece perfecto.
- Pero ... pero ... - tartamudeó Marion.
Con una sonrisa disimulada , Dunstan la sujetó por cintura y la levantó para sentarla en una de las ramas más bajos del árbol. después él también subió y se recostó en el grueso tronco.
- Pero, qué?
El ansiaba oír a respuesta. Aún habiéndola encontrado en la copa de un árbol en su primer tentativa de fuga, se imaginaba que ella se resistiría a pasar la noche encaramada en esa rama. No era un lugar confortable para se dormir.
Marion hizo una mueca.
- Pero ... no esperaras que yo duerma aquí , verdad ?
- Por qué no? - inquirió Dunstan.
Aunque continuase atento a los ruidos del bosque, él estaba comenzando a divertirse con esa situación. La mujer ya estaba recuperada y soportaría un poco de provocación. Difícilmente reconocería que había mentido descaradamente al decir que se había dormido después de haberse subido al árbol. Aún así , Dunstan esperaba que estas circunstancias a la llevasen a sólo decir la verdad. Entonces , se quedó esperando ansiosamente una respuesta o una confesión , pero cuando Marion habló no fue para quejarse del improvisada refugio, sino de la compañía de él.
- No es decente que yo pase la noche al su lado - ella protestó.
Dunstan levantó la cabeza, controlándose para soltar una carcajada.
- No me hagas reír. Debemos permanecer en silencio. Ahora intenta descansar.
Entonces él sonrió , divisando en la oscuridad la silueta de ella.


Por Dios! Esa mujer no había pensado en nada antes de internarse sola en un bosque, pero ahora decía considerar peligroso pasar la noche a su lado ! Un rayo de luz de luna atravesó el follaje e iluminó por breves segundos el rostro de Marion, en el instante en que ella humedecía sus labios. Poco después la oscuridad volvió a cubrirla.
En ese mismo instante la sonrisa de Dunstan desapareció. Tal vez Marion estuviese razón. Podía estar corriendo peligro al pasar la noche con él.

LOBO DOMADO - CAPITULO 10

CAPITULO 10


Dunstan se quedó mirando para los árboles mientras oía distraídamente lo que Walter decía . Ellos habían recorrido una buena distancia ese día y se habían detenido cuando todavía el día estaba claro, con tiempo para cazar lo que sería servido en la cena . Todo indicaba que el clima permanecería estable , lo que significaba que la misión pronto llegaría a su fin. Por qué, entonces, no se sentía bien al pensar en eso?
Bajando sus ojos al fuego, masajeó los músculos de su nuca, que estaban tensos. Los hombres parecían de buen humor y hasta el anciano Benedict hacía bromas con la vieja entrometida que servía a Marion. Marion... Desde esa mañana que Dunstan procuraba no pensar en ella, pero ahora, como si tuviesen una voluntad propia, sus ojos fueron hacia la tienda donde ella estaba.
Como no la vio inmediatamente , él frunció el ceño . El escudero tampoco estaba cerca de la tienda, lo que aumentó la preocupación de Dunstan. Cuando vio a Cedric sentado en medio de un grupo del otro lado del campamento, serenamente masticando carne asada, Dunstan sintió un frío recorrer su espina dorsal .
- Cedric! - el muchacho se levantó rápidamente , atrayendo la atención de todos. En pocas pasos Dunstan cerró la distancia que lo separaba del escudero. - Por qué no estás con lady Warenne?
- Ella ya se retiró a dormir - respondió el muchacho, ruborizándose fuertemente al sentirse blanco de la mirada dura de su amo.
- Y quién te dio permisión para dejar tu puesto?
- Bien... nadie , mi lord . Yo sólo creí que ella estaba durmiendo...
Dunstan buscó controlar la impaciencia y la rabia que comenzaban a dominarlo .
- Benedict está vigilándola? - él preguntó, con los dientes apretados.
- No, mi lord .
Cedric lo miraba con ojos muy abiertos, aparentemente sin entender el motivo de esa explosión. Prefiriendo no decir nada más , Dunstan giró y marchó hacia tienda de la mujer, seguido de cerca por el escudero.
- Pero ... ella dijo que estaba cansada, mi lord - protestó el muchacho.
Dunstan no retardó sus pasos, esperando que sus instintos estuviesen equivocados y que a mujer no hubiese cometido otra locura . Cuando alcanzó la tienda , apartó la lona de la entrada con un gesto brusco . Cedric soltó un suspiro de alivio cuando vio una figura extendida en el piso , cubierta por una sabana blanca, pero Dunstan no era tan ingenuo.
Poco después Cedric soltó una exclamación de horror y se quedó con la boca abierta. Dunstan acababa de levantar sabana con la punta de la bota, exponiendo mantas cuidadosamente acomodadas.

- Ella se fue ! - gritó Cedric. - Pero... yo no pensé que...
- Si, ella se fue ! - repitió Dunstan. - Y es tu culpa ! Cuando yo te doy una orden, quiero ser obedecido sin ningún cuestionamiento. Yo ordeno, vos obedecer y no piensas por tu cuenta !
- Perdóneme, mi lord ! - suplicó Cedric, cayendo de rodillas .
- Levántate , idiota! - tronó Dunstan. - Guardaste el perdón si la encontramos muerta.
Ahora muy pálido, Cedric volvió sus ojos a los árboles. Dunstan siguió esa mirada, contemplando la vegetación y los campos que ladeaban el camino. El sol ya estaba escondiéndose detrás de las colinas y la penumbra anunciaba la oscuridad de la noche. pronto sólo habría la luz de la luna y de las estrellas para guiar la búsqueda que debían emprender.
Dunstan sintió un enorme abatimiento al constatar cuan terrible era la situación .Marion podía estar en cualquier lugar... subida en la copa de un árbol, escondida en alguna caverna o caída en el fondo de un barranco. Y sería prácticamente imposible encontrarla. Ahora era demasiado tarde. Dividir a sus hombres para buscarla sería una imprudencia comparable a la que ella ya había cometido.
- La mujer huyó nuevamente? - preguntó Walter, aproximándose , un tanto ansioso pero sin demostrar mucha sorpresa.
- Huyó.
Dunstan miró con interés a su vasallo, quien tenía los ojos brillantes . Cuando él no dijo nada, Walter retomó la palabra.
- No crees que es mejor que nos separemos para comenzar la búsqueda?
- No - discordó Dunstan, con cansancio en su voz. - Sería muy peligroso. No puedo correr el riesgo de separar a los hombres y ordenar que ellos se internen en el bosque durante la noche para buscar una aguja en un pajar.
Walter creyó que debía insistir.
- El camino está tranquilo y ella está sola allá adentro - él dijo, después de unos instantes. - Si comenzamos pronto...
Dunstan sacudió la cabeza, cortando las palabras de su vasallo.
- Vos me has acompañado hace mucho tiempo como para saber que estás diciendo una tontería . Si, todo lleva a creer que no hay peligro serio en estas colinas, pero si yo estoy vivo hasta el día de hoy es porque no acostumbro a creer en las apariencias.
Walter apretó los dientes , sin duda percibiendo que había merecido lo que acababa de oír, pero Dunstan no le prestó mucha atención a eso . Sólo miró nuevamente hacia el bosque, intentando abandonar a esa idiota a su propia suerte, pero la simple idea de que ella estaba sola en medio del bosque, tal vez muerta de miedo, le oprimía el corazón .
- Pero ... No podemos dejar que ella se escape de ese modo ! - insistió Walter. - Qué va a decir tu padre?
Algo en la voz de Walter hizo que Dunstan levantase la cabeza y mirase atentamente a su vasallo. Esto era una burla ? Una falta de respeto? Con la luz débil del sol poniente, el rostro de Walter sólo mostraba las arrugas provocadas por los músculos contraídos.
Dunstan se rascó la cabeza. debía estar imaginándose cosas. Tal vez debido a su propia frustración y desesperanza, estuviese viendo escarnio donde en verdad no había nada. Pero, qué debía hacer?
- Yo iré solo - él decidió finalmente. - Y voy a encontrarla.
A ella o a lo que quede de ella.
En verdad Dunstan todavía no había pensado cual sería la reacción de su padre en el caso que fracasase en su misión o , peor todavía , si la mujer amada por su familia desapareciese durante esa viaje. La desaprobación de Campion o las críticas de Simon serían las consecuencias menos importantes. En ese momento, todo lo que Dunstan quería era encontrarla viva.
Después se encargaría personalmente de matarla.

Minutos más tarde él caminaba por el bosque. Cedric le había suplicado acompañarlo pero Dunstan le había ordenado quedarse. Sabía que la compañía del muchacho sólo serviria para retardarlo.
Sería imposible adivinar la dirección tomada por lady Marion, ya que sólo una persona demente resolvería internarse en un bosque desconocido cuando la noche ya estaba cayendo. Siendo así , Dunstan simplemente resolvió seguir el camino más lógico por entre los árboles. Marion debía estar pensando que nadie notaría su falta hasta que el amanecer y sin duda quería ganar la mayor delantera posible. Eso no era bueno para Dunstan. Por más rápido que lograse moverse, difícilmente él la encontraría en esa oscuridad.
El bosque parecía una masa densa y sólo muy rara vez la luz de la luna se filtraba por entre las ramas de los árboles. Dunstan pasó a caminar con más cuidado, temiendo no ver alguna pista que Marion hubiese dejado. En la senda que él ahora seguía había ramas y troncos de árboles caídos, lo que tal vez hasta hiciese que ella se hubiese quebrado el cuello en una caída.
En verdad eso era sólo una de las cosas malas que podían sucederle. Habían tantos otros peligros, tantas amenazas para una mujer sola que se aventurase en un bosque desconocido y oscura... Lo mejor era no pensar en las posibilidades y concentrarse en la búsqueda, buscar huellas del paso de alguien , un pedazo de tela rasgada, una rama quebrada, cualquier cosa. Pero era difícil. Por primera vez en muchos años Dunstan se sentía sin fuerzas.
Aunque no fuese un hombre supersticioso, lo que lo mantenía caminando era la creencia de que ella estaba mas adelante . Sin otra idea para guiarlo y no queriendo pensar que ella podría estar muerta en algún lugar del camino, Dunstan simplemente proseguía su caminata, con una urgencia que sólo aumentaba con el paso del tiempo.
Y tenía esa sensación de que algo no estaba bien . Dunstan sentía eso con la certeza de un hombre que caminaba hacia una batalla... o hacia una emboscada. El bosque estaba demasiado silencioso y ni siquiera se oía el ruido de animales de hábitos nocturnos. Incluso el viento parecía haber resuelto dejar de soplar. Dunstan paró y agudizó sus oídos y espió en todas las direcciones.
Entonces, en medio del silencio, ella lo llamó, aunque no fuese el llamado que él deseaba oír. El sonido que rasgó la noche fue un grito que dejó a Dunstan con la sangre congelada. Ese grito aterrorizado de mujer indudablemente había partido de la garganta de Marion. En respuesta, todo el cuerpo de Dunstan entró en actividad.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

LOBO DOMADO - CAPITULO 9

CAPITULO 9


Dunstan se despertó muy temprano . Había dormido sentado en el suelo con la espalda recostada contra un árbol, mirando hacia el camino. La primer cosa que vio al abrir los ojos fue la tienda de lady Warenne. Después de bostezar, se levantó rápidamente y fue a lavarse la cara con el agua del riacho. Cuando llegó allá, cambió de idea y se desvistió completamente para sumergirse en el agua.

Terminado el baño y otra vez vestido, Dunstan sintió una satisfacción que no experimentaba hacia muchos días. Convencido de que había apartado a lady Marion de su pensamiento, se ocupó de despertar a las otras personas para que la caravana se pusiese pronto en movimiento. Había buen clima y él quería sacar provecho de eso.
Cuando estuviesen otra vez en marcha , sería importante mantener ese estado de ánimo, pero en verdad la perspectiva para ese día no parecía muy excitante. Tal vez se estuviese poniendo viejo para llevar esa vida nómade.
Había habido época en que la preparación para un nuevo viaje lo excitaba, pero ahora Dunstan se interesaba más por una buena comida, una cama suave... y a veces hasta soñaba con una esposa con quien pudiese compartir esas cosas. LA idea de matrimonio, que no mucho tiempo antes le era algo impensable, ahora parecía algo que necesitaba . Tal vez ya fuese tiempo de engendrar un heredero.
Dunstan miró atrás y se vio mirando a una mujer de cabellos castaños. se sorprendió reparando en ciertos detalles de ella, cosas que antes habían escapado a su atención . Como la forma en que ella movía los brazos, la indescriptible gracia contenida en cada uno de esos gestos.
Como las curvas generosas de su cuerpo se revelaban por debajo del vestido . El modo en que sus cabellos caían sobre su frente, casi pidiendo que alguien se aproximase a apartarlos.
Poco después Dunstan volvió en sí y se dio cuenta que era un absurdo estar pensando todas esas cosas de una mujer que, en verdad , tenía muchos defectos. Se trataba de una persona irresponsable, imprudente, peleadora, complicada, mentirosa , atrevida ... alguien que no merecía la menor confianza. Con sus tentativas de fuga, Marion Warenne no sólo dificultaba el cumplimiento de la tarea que le había sido encomendada y le impedía regresar a Wessex, algo vital en ese momento.
Dunstan era del tipo de hombre al que le gustaban cosas simples, sin complicaciones. No tenía paciencia para resolver problemas. Sin duda necesitaba conseguirse una esposa y fundar una familia propia, pero no debía pensar en Marion como candidata. Entonces miró la vanguardia de la caravana... muy lejos de ella.
Mas tarde, mientras ellos se aproximaban a una aldea, Dunstan fue hacia atrás en el grupo , buscando a Marion. Aunque no creyese que ella cometería la misma tontería de intentar una nueva fuga, consideraba mejor no correr riesgos.
Como no la vio inmediatamente sintió una oleada de temor . Aún
sabiendo que Marion no intentaría escapar a la vista de todos, Dunstan comenzaba a creer que ella poseía poderes extraordinarios.
Con los dientes apretados tiró de las riendas del animal y se quedó esperando, observando los soldados, los criados y los carros que iban pasando, buscando alguna señal de Marion. A pesar de todos sus esfuerzos para calmarse , la perturbación en él sólo aumentaba... Hasta que oyó un sonido que denunciaba de forma innegable la presencia de lady Marion Warenne. Era una risa franca y musical , un sonido que llenaba el aire de un modo agradable como ningún otro.
Naturalmente era la risa de ella, pensó Dunstan, dejándose contagiar por esa alegría. Pero cuando vio el motivo de esa risa todo su buen humor se disipó . Era Walter quien cabalgaba al lado de lady Warenne, ocupándose de entretenerla con sonrisas y frases graciosas . Mientras Dunstan la miraba ella se rió nuevamente, lo que hizo con que algo en su interior buscase ese sonido como una planta buscaba la luz.

Pero era Walter quien provocaba toda esa alegría, una constatación que dejó a Dunstan con el pecho oprimido. La divertida pareja pasó delante de él , seguida de cerca por Cedric, quien debería ser una protección eficiente para Marion.
Furioso, Dunstan se quedó mirando a Walter, quien estaba cometiendo la imprudencia de cabalgar con Marion en la retaguardia de la caravana, una posición muy vulnerable. En qué estaba pensando ese cretino ? En verdad Walter no estaba pensando, no con el cerebro por lo menos ...
- Walter - lo llamó Dunstan, en un tono de voz que rápidamente atrajo la atención de su vasallo. - Ve a ver como están las cosas allá adelante.
Por un instante Dunstan pensó ver rabia en los ojos del hombre , pero pronto apareció una sonrisa ancha en su rostro , lo que disipó esa impresión.
Lo que vio ahora en la cara de Walter era algo peor. Walter parecía preguntarse si el lord sentía celos. Celos? Dunstan apretó los dientes al sentirse blanco de una acusación tan ridícula. Walter sabía muy bien el desprecio que él sentía por Marion Warenne. Ella era sólo una encomienda a ser entrada, y sería llevada a Baddersly, en el mismo estado que había dejado el castillo de Campion , sin ser tocada por ninguno de los hombres que componían la escolta.
Mientras Walter se apartaba Dunstan estrechó sus ojos con desconfianza, evaluando el súbito interés que su vasallo mostraba por esa mujer. Sin considerar algunos comentarios maliciosos, en ningún momento Walter había demostrado estar interesado en Marion. Ese día, sin embargo, cabalgaba con ella en la retaguardia de la caravana, le decía cosas graciosas , se hacía el galán... Eso, por lo menos, era algo extraño.
- Por qué no te acercas a mí , mi lord ? Me quedé sin nadie con quien conversar.
La voz melodiosa de Marion llamó la atención de Dunstan. Volviendo su rostro vio que ella ahora estaba con el cuerpo erecto y con una cara seria, en una postura mucho menos relajada de la que había tenido cuando estaba al lado de Walter. Eso no contribuyó en nada para mejorar el ánimo de Dunstan.
- Tal vez sea mejor así - él respondió . Por lo menos no tendrás la oportunidad de usar tus encantos femeninos con mis hombres, dejándolos tan aturdidos que se vuelven inservibles como soldados.
Marion agrandó los ojos , como si esa acusación la asombrase. Dunstan se habría sentido tocado por esa reacción si no supiese que estaba lidiando con una mentirosa profesional . Entonces se preguntó si la conversación de ella con Walter no tenía motivos inconfesables. No era descabellada la idea de que Marion buscase atraer al pobre caballero a su propia causa. Difícilmente intentaría sola una nueva fuga por el bosque... Dunstan sintió una oleada de temor .
- Cedric - él dijo, ahora expresándose con calma. - Lady Warenne no debe cabalgar en la retaguardia. Aquí ella está corriendo peligro .
Cedric se acomodó en la montura.
- Si, mi lord ! .
- Vamos a acelerar el paso hasta quedar en medio de los hombres armados - volvió a hablar Dunstan, mirando a Marion.
Entonces ella miró hacia atrás y hacia los costados , como si temiese ver asaltantes acechándolos .
- Es así , lady Warenne - dijo Dunstan, en un tono ácido. - Los caminos son peligrosos.
La inquietud de él aumentó con la idea de que algo malo podía suceder con ella. Tal vez fuese necesario abrir la cabeza de esa mujer para meter allí dentro un poco de sentido común ! Ella no tenía la menor idea de los riesgos que estaba corriendo?
- Viajamos acompañados por un buen grupo de hombres armados, pero aún así debemos siempre estar atentos - advirtió Dunstan. - Por aquí andan grupos de ladrones dispuestos a robar, secuestrar ... o a hacer cosas peores. No tienes idea de lo que puede sucederle a una mujer que cae en manos de bandidos?
Sin responder, Marion se quedó mirándolo con aquellos ojos enormes, llenos de sorpresa ... y de inocencia. Dunstan apretó los dientes antes de retomar la palabra.
- Hay quienes matan para robar, pero en ese caso por lo menos la muerte apresura el fin del sufrimiento. En mi opinión hay cosas peores... mucho peores. Las mujeres, principalmente, pueden ser usadas para finalidades demasiado perversas como para mencionarlas ...
Dunstan dejó de hablar, tironeado entre las ganas de verla asustada y el temor de herir su sensibilidad .
Marion estaría prestando atención a lo que le decía ? Tenía la cabeza agachada, los cabellos sueltos escondiendo buena parte de su rostro, y las manos continuaban sujetando las riendas. Dunstan sintió ganas de agarrarla por los hombros y sacudirla hasta que ella le jurase que no volvería a exponerse al peligro . Pero él no era un hombre rudo. había aprendido a controlarse como su padre y rara vez levantaba la mano contra alguien. Campion sabía ganarse el respeto de todos con una liderazgo seguro y sereno y recompensando a los criados que se hacían merecedores. Era una forma de actuar que Dunstan se esforzaba en imitar.
A veces no era fácil... Dunstan miró nuevamente a la mujer que cabalgaba a su lado . Cómo conseguiría comunicarse con ella ? Por detrás de un comportamiento a veces irresponsable había una persona con una mente brillante, algo que él ya había tenido oportunidad de constatar. Marion debía entender razones . No se daba cuenta de los terribles peligros a los que ya se había expuesto?
- El mundo está lleno de amenazas, Marion, como ya debes saber - él le recordó. - No fue así que conociste a mis hermanos?
Dunstan vio que la pregunta la conmovía . Marion empalideció y se volvió hacia él con los ojos muy abiertos.
- Yo ... No sé - ella respondió.
- Ah, si, la famosa pérdida de memoria - murmuró Dunstan.
Marion asumió una postura fría y él rápidamente se arrepintió de lo que acababa de decir. Buscó convencerse de que los consejos que le estaba dando era para el bien de ella, pero aún así se sentía como si la estuviese agrediendo físicamente y sin motivos.
- No me acuerdo - declaró Marion.
Ahora su mirada era distante y , en cierta forma, parecía más sincera que cuando miraba directamente a los ojos.
Dunstan sintió una agitación en su interior . Lo dominaba un enorme voluntad de tomarla en brazos a esa mujer alocada y protegerla de todos los peligros del mundo. Pero era necesario insistir para que ella lo entendiese.
- He oído hablar de cosas terribles - dijo Dunstan.
- cuando era un joven caballero, vi un hombre con una gran herida en la cabeza caminando sin rumbo durante muchos días, sin estar consciente lo que estaba haciendo.
Marion lo miró y Dunstan sintió ganas de sumergirse en la profundidad de esos ojos maravillosos.
- Gracias , Dunstan - ella dijo.
Fue una palabra simple , pero pronunciada de un modo que lo dejó profundamente conmovido. Todo muy extraño...
- Siempre eres tan serio, Dunstan.
Ahora ella sonreía, lo que o sorprendió . Y era una sonrisa que parecía opacar el resto del mundo. .
Sin decir nada, Dunstan se quedó observando ese rostro sonriente. Dos hoyuelos se habían formado en la cara de Marion, algo tan encantador como pocas veces había visto . Una agradable oleada de calor lo envolvió, dejándolo con el corazón agitado. Ah, qué lindo sería ver esa sonrisa otras veces, muchas veces. Y eso o dejaba con ganas de curvar sus labios en respuesta.
Sólo un hombre hecho de piedra no se vería afectado por esa sonrisa. No era su caso . Dunstan respiró profundamente y se acomodó en la montura.
- No tengo muchos motivos para alegrarme en un viaje como este - él respondió.
Dejando claro que no se sentía alcanzada por su tácita referencia a los problemas causados por su comportamiento , los ojos de Marion brillaron . Esa mujer era alocada, imprudente, irritante... pero lo atraía de un modo casi irresistible. Parecía ser a personificación de todo de a él le faltaba: calor, sensibilidad , cariño. Cariño? Dunstan frunció el ceño pensar esa tontería . Estaba enloqueciendo !
Mi lady, no es necesario que seamos enemigos - él dijo, en un tono educado. - Si nos hubiésemos conocido en otras circunstancias, podría considerarte una mujer agradable. Y te puedo asegurar que vos me considerarías una persona tratable. Pero hay varios asuntos que requieren mi atención y este viaje me está agotando.

- Y qué cosa de este viaje ha sido tan problemático para vos?
Marion hizo la pregunta con los ojos fijos en el su rostro y Dunstan sintió eso como una caricia física.
Vos. Él casi dijo a palabra en voz alta. Vos y tus tentativas idiotas de escaparte, subiéndote a un árbol y escondiéndote en una caverna . Vos y tu sonrisa encantadores. Vos y ese modo de mirarme , tu voz melodiosa , todo eso que me conmueve y me perturba de un modo que ninguna otra mujer jamás logró ...
- Mi presencia es necesaria en Wessex - murmuró Dunstan.
- Por qué? Estás teniendo problemas allá?
Había preocupación en la voz de Marion y él se sintió muy tentado de abrirse. Pero era el primogénito de los de Burgh y había aprendido de su padre que un hombre de verdad no podía mostrar debilidad compartiendo con otras personas sus propios problemas.
- Bien, hay ciertas dificultades - él dijo en un impulso.
- Pero no debe ser nada muy complicado - murmuró Marion.
La ternura de esa voz era un invitación a la confidencia. Otra vez Dunstan sintió tentación de hablar abiertamente, como si Marion de alguna forma tuviese el poder de diminuir el peso de que él cargaba sobre sus hombros , de librarlo de sus preocupaciones, de apaciguarlo...
- Mi vecino, Fitzhugh, está continuamente provocándome - él dijo, hablando lentamente . - Constantemente ataca a mis vasallos e invade a mi propiedad con la excusa de que está persiguiendo bandidos. Debido a esa inseguridad , poca gente se quiere quedar allá cultivando la tierra. Sólo espero que este año tengamos una buena cosecha, o muchos morirán de hambre. Además del trabajo en el campo, es necesario hacer reparaciones en la fortaleza, cavar trincheras...
Esa mujer sólo podía ser mismo una hechicera.
Dunstan se veía hablando con ella sobre asuntos de los cuales ni siquiera hablaba con Walter.
- Qué dice tu padre ?
- Sobre Qué ? - dijo Dunstan, sorprendido con la pregunta de ella.
- Sobre tus dificultades. Apenas puedo creer que él te mandó lejos de Wessex cuando tu presencia es tan necesaria allá.
Marion lo miraba intensamente , el sol se reflejaba en sus cabellos revueltos que se escapaban de la capucha de la capa.
- Dudo que él sepa sobre mis problemas - respondió Dunstan. - No son sus tierras las que está siendo amenazada, sino las mías.
- Pero él es tu padre y te quiere ! ­- protestó Marion. - seguramente puede ayudarte. Y tus hermanos? por qué no hacen algo para ayudarte?
Dunstan frunció el ceño .
Todos ellos tienen sus propias responsabilidades.
- Ah, no las tienen , no - discordó Marion. - Son seis muchachos adultos y saludables con muy poco que hacer en el castillo de Campion. Y apuesto a que todos ellos les gustarían vivir una aventura.
- No parecieron muy dispuestos a ayudarme ­- respondió Dunstan.
- De casualidad , se los pediste claramente ?
Dunstan estrechó los ojos.
- No! Yo no le suplico nada a nadie .
- Ay, mi Dios! - exclamó Marion.. - Eres un idiota y encima orgulloso y terco !
Mientras hablaba ella apartó de su frente una mecha rebelde. Dunstan se preguntó como sería tener aquellos cabellos entre sus dedos, acariciar esos bucles...
- Ellos nunca darán un paso para ayudarte si no saben que eso es lo que necesitas, Dunstan de Burgh! Ellos creen que vos sos invencible y que no precisas de nadie .Alguna pensaste en lo feliz que se sentiría Simon de poder ayudarte ? El saber que vos precisas su ayuda ?
Dunstan dejó de mirar los cabellos de Marion y la miró a los ojos , sorprendido con la vehemencia con que ella hablaba.
Recuperando aliento ella volvió a hablar.
- Simon vive siguiendo tu ejemplo y no tiene oportunidad de conquistar gloria manteniéndose al servicio del castillo de Campion, ya que se trata de una propiedad bien defendida. Sé que él ya pidió para unirse a las fuerzas del rey Edward, pero tu padre se ha rehusado a permitirle eso. Aunque no lo reconozca , al conde le gusta tener a sus hijos a su alrededor . Simon quiere tener la oportunidad de afirmarse como hombre y la mejor forma para hacer eso sería al lado de su hermano mayor . Sería muy bueno también porque tu hermano tendría la oportunidad de constatar que no sos Dios, solamente un ser humano mortal como cualquier, otro como él mismo .
Dunstan se esforzaba en asimilar lo que estaba oyendo. entonces el frío y competente Simon lo veía como un Dios? Era difícil creer eso, así como era difícil pensar que su padre trataría a sus hijos como un rebaño de ovejas.
- También Es necesario pensar en Stephen y en Reynold - volvió a la carga Marion. - ellos necesitan desafíos y en Campion no pueden hacer nada nuevo que ya no hayan hecho. Stephen vive haciendo travesuras y Reynold se consume en su propia amargura. Son buenos muchachos, hombres valientes que se enorgullecerían de luchar por tu causa. Con hombres así a tu lado, Dunstan, quien se atrevería a atacar tu propiedad ?
Dunstan sacudió la cabeza, sin querer creer en esas palabras, pero sabiendo que tenían sentido. Entonces pensó en Simon, un caballero siempre listo a enfrentar y a vencer cualquier amenaza, montando guardia delante de los portones de Wessex. Y Geoffrey... Marion no había hablado de él , pero Geoffrey era el más sensato de los siete hermanos. Seguramente descubriría una forma de hacer con que las tierras de Wessex produjesen el doble de lo que sería cosechado ese año.
Cuando vuelvas , debes informar a tu padre de la situación - le recomendó Marion. - No es una debilidad pedirle ayuda a tu padre y a tus hermanos. Ellos necesitan de tanto de vos como vos precisa de ellos, Dunstan
- Voy a pensarlo - él prometió ahora mirando a esa mujer con respeto.
Tal vez Marion estuviese razón . Qué sacaba él enfrentando todos los problemas solo? Sería correcto rechazar la ayuda de su familia cuando corría el riesgo de perder Wessex? Muchas veces él había corrido en socorro de su padre y de sus hermanos, siempre que eso era necesario. Tal vez hubiese llegado el momento de obtener una recompensa.
La respuesta de ella fue más una de sus luminosas y maravillosas sonrisas, mostrando sus encantadores hoyuelos. Dunstan se sintió absolutamente complacido , y esa sensación no era nada ligado al deseo sexual.
- Ahora si me permites, Marion - él dijo, haciendo que su caballo se apartase.
De un instante al otro, sentía una urgente necesidad de alejarse de la única mujer que se había mostrado capaz de hacerlo cambiar de idea, la única mujer cuya presencia lo afectaba de un modo que le llegaba a doler.
Marion pasó con tranquilidad el resto do día contenta por no ser perturbada por nadie . Aunque le hubiese gustado la conversación con Walter Avery, encontraba extraña la súbita atención que el hombre había demostrado y no quería causar más complicaciones. Cuanto menos personas se interesasen en ella, mejor. Y a pesar de las lúgubres advertencias de Dunstan, ella planeaba una nueva fuga para dentro de muy pronto.
Aunque él no hubiese vuelto a buscarla, Marion constantemente se sentía bajo la mirada atenta del Lobo. A veces levantaba rápidamente los ojos y lo sorprendía desviando la cara , su semblante atractivo permanentemente cerrado. El sólo se preocupaba por escoltarla , pensó Marion, no sin una cierta decepción .
Cuando había estado cabalgando al lado de él, le había parecido ver un brillo de deseo en sus ojos verdes, pero ese brillo debía deberse a algún otro motivo. Dunstan no tenía por qué gustar de ella y menos todavía después de los atrasos que ella había causado en el viaje.
No era de extrañar que él ser siempre estuviese tan serio y malhumorado. Aunque no entendiese por qué Dunstan había aceptado esa tarea, Marion comprendía el motivo de su prisa . Los problemas en Wessex eran serios y exigían la presencia de su amo.
Observando al Lobo montado su caballo, Marion sintió una oleada de admiración por el hombre que tanto ya había despreciado. Sería un sentimiento mutuo? Dunstan siempre la había tratado como alguien sin importancia, pero ese día ella había sentido una cambio en él. Sólo sería su imaginación o finalmente el Lobo de Wessex comenzaba a mirarla con cierto respeto? Por lo menos él demostraba creer que ella realmente había perdido la memoria. Era un pequeño paso, pero uno muy significativo. Tal vez todavía hubiese esperanzas para que el mayor de los hermanos de Burgh, pensó Marion, con una leve sonrisa.
Con cierta sorpresa ella se dio cuenta que hasta le gustaría conocerlo mejor, descubrir qué había detrás de esa máscara de dureza, y hasta tal vez hacerlo sonreír. Marion casi se rió de la tontería que estaba pensando. Naturalmente se trataba de una misión destinada al fracaso. Sería tan difícil cambiar la naturaleza de un lobo como hacer con de un leopardo un animal doméstico.
Tendría que superar la atracción que estaba sintiendo por Dunstan. Aunque él pareciese más dispuesto a creer en lo que ella decía , él continuaba firmemente dispuesto a llevarla de vuelta a Baddersly. Y Marion no tenía menor intención de quedarse en un lugar donde el futuro parecía tan sombrío.
No paraba de pensar en la fuga. Todo el día estuvo esperando el momento en que podría apartar furtivamente el caballo del resto de la caravana, pero la oportunidad no se presentó. Los hombres estaban siempre a su alrededor , alertas para protegerla, y Cedric parecía haber redoblado su atención después de oír las reprimendas de su lord. Además el pequeño caballo de Marion no serviría para una fuga donde sería perseguida por los briosos animales que Dunstan y sus hombres montaban.
No, sería necesario ganar una buena distancia antes que aquellos hombres notasen su ausencia. Marion recorrió con su ojos los árboles y las colinas que se erguían a la derecha. Sólo rara vez se veía algún camino cortando esas colinas. Actuando precipitadamente ella podría perderse en ese bosque y tal vez nunca más a encontrasen. Sería necesario esperar el momento adecuado.
La ocasión se presentó durante la cena.
Aparentemente el Lobo evitaba su compañía .
Marion pidió permiso a Cedric y declaró que quería ir a descansar.
- Pero todavía no oscureció, mi lady - protestó o muchacho, volviendo sus ojos al sol poniente.- Ya sé , pero estoy cansada - argumentó Marion, excusándose con una sonrisa .
Ella sólo esperaba que el escudero de Dunstan la perdonase por la traición. Experimentaba un cierto sentimiento de culpa por dejar que Cedric sufriese las consecuencias de la ira de su amo, pero en ese momento necesitaba pensar en sí misma . Además sabía que Dunstan era un hombre justo y que no llegaría al punto de castigarlo físicamente .
- Buenas noches - ella murmuró.
- Buenas noches, mi lady - respondió Cedric, demasiado ingenuo como para darse cuenta que ella sólo fingía estar cansada.
En verdad Marion estaba cansada, pero no iba a descansar cuando entró en la tienda. Sabía que, cuando ya no tuviese al alcance de sus ojos, Cedric acabaría relajando su guardia. En ese momento ella escaparía.
Marion esperó pacientemente, confiando en que Agnes demoraría para venir a dormir , ya que era tarea de la vieja servir la comida de los hombres. tampoco creía que Dunstan viniese a buscarla. Después de todo , durante el día él ya había llenado sus oídos con consejos sobre los peligros
del mundo .

Espiando desde adentro de la tienda, Marion vio que Cedric se había apartado y ahora se juntaba con los hombres reunidos alrededor del fuego. Agnes y Dunstan también debían estar allá, ya que no había nadie cerca de la tienda. Cubriéndose con el chal de la criada, Marion salió por el otro lado y serenamente caminó en dirección a los árboles.
Ya estaba cerca del tronco del primer árbol cuando oyó una voz grave.
- No vayas muy lejos, vieja.
Sin darse vuelta, Marion imitó de la mejor forma posible la risa aguda de Agnes y se internó entre los árboles, cubriéndose cuanto podía con el chal de la vieja. No demoró en quedar fuera del campo de visión de los que estaban en el campamento, pero ni eso la hizo retardar sus pasos .Esta vez alejarse lo mas pronto posible del Lobo.
Marion prefirió no correr en ese terreno a veces pedregoso, entonces caminaba lo más rápido que podía. Ya estaba muy oscuro debajo de las copas de los árboles, lo que era muy bueno .


A cierta altura encontró una especie de senda y resolvió seguirla. Así, por lo menos no caminaría en círculos. A veces se apartaba a propósito de la senda para no ser descubierta, pero tenía cuidado de caminar siempre cerca. Cuando se ponía muy oscuro, retomaba el camino abierto.
Pronto llegó la completa oscuridad, las hojas de los árboles no permitían pasar la luz de la luna y de las estrellas. Fue entonces que Marion perdió un poco de su osadía. De vez en cuando , el sonido provocado por pequeños animales entre el follaje la hacían contener la respiración.
Al principio su preocupación había sido una posible persecución de los hombres del campamento, pero ahora esos sonidos le parecían la mayor amenaza.
Procurando no pensar en lo que Dunstan había dicho sobre animales salvajes y bandidos perversos, Marion sujetó con firmeza el cabo de su pequeño puñal y prosiguió con pasos cuidadosos. Respirando sólo por la nariz, buscó pensar en la libertad que estaba buscando, una vida que no se limitase a vivir encerrada en una prisión. No dejaría que unos simples sonidos la apartasen de ese objetivo.
Marion estaba convencida de que no había nada ni nadie amenazador en ese punto del bosque... Hasta que de pronto oyó un ruido que indicaba de forma muy clara los movimientos de un hombre.