martes, 25 de noviembre de 2008

LOBO DOMADO - CAPITUL0 8

CAPITULO 8



Dunstan oyó un ruido un poco más adelante y siguió en dirección desde donde había partido el sonido , estaba determinado a golpear a esa mujer para hacerla entrar en razón.
Dunstan! Cuidado con ... - Al reconocer esa voz Dunstan sonrió maliciosamente y apresuró sus pasos. En ese instante sintió que su frente se golpeaba contra una superficie dura.
- ... cuidado con esa saliente de piedra - completó lady Warenne, en tono pesaroso.
Dunstan se tambaleó por algunos instantes y se frotó su frente, pero su rabia superaba el dolor. Ah, no la golpearía, directamente la mataría ! Dunstan levantó su mano para apoyarse en la pared rocosa y procuró controlar su rabia. Jamás había golpeado a una mujer, pero lady Warenne había pasado todos los límites.
- Ven para acá - él ordenó, con los dientes apretados. - Lo siento mucho, Dunstan, pero no puedo - respondió Marion, su voz musical resonó en el ambiente cerrado.
Dunstan contó hasta diez para calmarse , algo que no había necesitado hacer desde cuando era muy joven y se metía en peleas con sus hermanos.
- Por qué no puedes? - él vociferó.
- Creo que me torcí el tobillo, porque no puedo caminar. Tal vez pueda arrastrarme...
Ahora Marion hablaba con voz temblorosa, como si intentase levantarse . Dunstan tragó en seco y se adelantó , teniendo cuidado de no golpearse la cabeza con nada. Finalmente la luz da antorcha mostró la silueta de lady Warenne. Sentada en el suelo con la espalda contra la pared ella parecía pálida y ansiosa. Otra vez Dunstan tragó en seco.
Por algunos instantes pensó en entregarle a ella la antorcha, pero tuvo miedo de prenderle fuego a aquellos cabellos tan abundantes... accidentalmente, por supuesto. Poco después Dunstan miró a su alrededor y se agachó para tomar Marion em sus brazos. Ella era liviana como un ave herida.
Dunstan respiraba agitadamente y sentía su corazón acelerado, pero notó que la reacción de ella era exactamente la misma. Entonces esa mujer no era tan serena como había fingido! .
Prácticamente agachado Dunstan recorrió la corta distancia hasta la salida de la caverna. Sólo después de atravesar la entrada pudo finalmente acomodar el cuerpo que cargaba.
Sin prestar atención a la presencia del escudero él dirigió una mirada dura a la mujer. Ella estaba bastante presentable, aunque cubierta por polvo, y tuvo el atrevimiento de encararlo.
Antes que Dunstan soltase un torrente de insultos, Marion fijó sus ojos delante él.
- Estás herido! -:- ella exclamó, con una voz condolida.
Al sentir en su frente el contacto infinitamente tierno de sus dedos, Dunstan se olvidó, por completo de lo que iba a decir. ¡Su rostro estaba a pocos centímetros del de ella, mirando alternativamente a aquellos ojos enormes y a sus labios carnosos que se entreabrían en una expresión de genuino pesar . La sensación que lo dominó no tenía nada que ver con la herida en su frente .
Marion levantó la punta de su capa para limpiar la sangre que había brotado de su frente y Dunstan intentó recomponerse.
- Sólo es un arañazo - él murmuró .
- No - ella protestó. - Tienes que ocuparte de esa herida.
Su voz era baja y melodiosa, como el maullido de la gata que Dunstan había tenido cuando era niño . Entonces él no resistió el impulso de apretar sus brazos en torno a ese cuerpo pequeño y se dio cuenta que ella contenía la respiración. Después lo miró a los ojos, la preocupación se había transformado en sorpresa, Tal vez también en deseo... Dunstan vio que ella bajaba los ojos a los labios de él. Dios del Cielo!
Algún sonido producido por Cedric trajo al Lobo de vuelta a la realidad. Rápidamente él puso a la mujer en el suelo , como si estuviese cargando una rama llena de espinas y no quisiese lastimarse. Esa mujer podía ser diabólica em su seducción y él lo sabía!
- Adelántate, Cedric - ordenó Dunstan.
El escudero se alejó corriendo . Dunstan giró la cabeza para mirar a lady Warenne. Era el momento de ajustar cuentas con la mujer más irritante del mundo.
- No digas nada. Voy a adivinar - anunció Dunstan, poniendo sus manos em su cintura. - El mismo jabalí volador que te obligó a subirte al árbol se apareció por aquí y te persiguió hasta la caverna.
Marion tuvo la petulancia de mirarlo haciendo una mueca.
- Vamos , no digas pavadas, Dunstan. Fue un hombre el que me arrastró hasta allá contra a mi voluntad ­- ella declaró, con las cejas erguidas y mirándolo directamente a los ojos . - Me obligó a entrar en la caverna y dijo que debía quedarme allí sin gritar. Me amenazó con matarme si intentaba huir.
Después de mirarla fijamente por algunos instantes, Dunstan soltó una carcajada.
- No me vengas con cuentos - él dijo, poco después haciendo una mueca y llevando su mano a su frente.
- Estás herido.
- No es nada - minimizó Dunstan, bajando su mano. - Ahora dime cómo era ese hombre.
- Qué hombre? - preguntó Marion, pareciendo sorprendida.
Dunstan abrió los brazos, exasperado.
- El hombre que te raptó, mierda ! Descríbelo.
- Él era bajo y moreno - respondió Marion, mirándolo sin vacilar. - Tal vez sea uno de los hombres de mi tío, alguien con intenciones...
- Basta de pavadas ! - reaccionó Dunstan. - Si pretendes que crea que tu guardián te amenaza de alguna forma, tendrás que presentarme hechos en vez de conjeturas vagas.
- No puedo ! No puedo acordarme de nada, Dunstan! - declaró Marion, con el rostro tenso y los puños apretados contra su pecho. - He intentado de todas las formas posibles reactivar mi memoria, pero sólo consigo pensar que estoy bajo algún tipo de... amenaza. No puedo decirte exactamente lo que me espera en Baddersly, pero sé que no es nada parecido a la vida de una rica heredera caprichosa, como piensan ustedes los de Burgh!
Ahora ella se mostraba vibrante y Dunstan pensó que prefería esa muchacha llena de vida al ave herida de momentos antes. Las palabras, sin embargo, continuaban siendo ridículas. Todo eso no era más que la fantasía de una mujer... y muy probablemente mas mentiras. Pero... y si fuese verdad ? Dunstan prefirió no pensar en esa hipótesis. Si ella estuviese diciendo la verdad, la misión que le habían encargado era mucho mas compleja.
- Mi querida lady Warenne - él volvió a hablar, en un tono de voz que no admitía réplica alguna. - Ya he oído más de lo que debería de tus cuentos y estoy harto de tus truquitos. Siendo así , y al menos que quieras hacer encadenada el resto del camino hasta tu casa, sugiero que pares de hacer y decir idioteces y que siempre permanezcas en algún lugar donde yo pueda verte.
Esas palabras golpearon a Marion , tanto que ella retrocedió hasta tocar con su espalda el peñasco. Dunstan la estudió de la cabeza a los pies y súbitamente se acordó de algo de que casi se había olvidado. Y fue una constatación que lo dejó todavía más furioso.
- No hay ningún problema con tu tobillo! Dicho eso él levantó la mano como si fuese a abofetearla, en un gesto inconsciente. Marion permaneció inmóvil ... absolutamente paralizada .
Eso dejó Dunstan intrigado. Marion parecía tener certeza de que sería agredida, pero no demostraba estar dispuesta a protestar o reaccionar. Dunstan murmuró un insulto y bajó la mano.
. - En toda mi vida, nunca golpeé a una mujer y jamás lo haré ... por más tentado que me sienta .
Marion no respondió. Ahora estaba con la mirada distante. Dunstan soltó otra palabrota al pensar en lo absurdo de esa situación.
- Vamos ! - él vociferó. - Estoy apurado y cada hora perdida aquí me causa muchas pérdidas.
Marion comenzó a caminar delante de él, con esa gracia serena tan propia de ella. Observándola, Dunstan se sintió terriblemente desconcertado. La bruja mentirosa lo había forzado a hacer una larga caminata por el bosque y merecía ser duramente castigada. Por qué, entonces, era él quien se sentía como si hubiese sido golpeado?
Dunstan murmuró algo y la empujó con la punta de sus dedos para que ella caminase más rápido . No demoró mucho em empezar a menear sus caderas haciendo que a Dunstan se le hiciera agua la boca. El problema era hacia mucho tiempo que no tenía sexo, algo que sería resuelto tan pronto como esa tarea estuviese concluida.
Como no quería tener la imagen de esas caderas balanceándose delante de sus ojos Dunstan apretó el paso y se puso al lado de ella. Marion se asustó cuando lo vio y, queriendo ayudarla, él la envolvió por la cintura. Entonces ella lo miró con los ojos muy abiertos. Parecía tan asustada que él prefirió retroceder nuevamente, volviendo a caminar en la retaguardia.
Otra vez la imagen de esas ancas meciéndose... Mierda! El campamento todavía estaba muy lejos! Con sus piernas cortas, la mujer caminaba a la velocidad de un pajarito. Bajando los ojos para examinar sus piernas , Dunstan vio cuando la rama de un árbol se enganchó en los cabellos de Marion. Dos pasos más y la rama se soltó, yendo a golpearlo directamente en el rostro.
- Carajo! - vociferó Dunstan, lo que hizo que Marion gritase de susto.
Dunstan! - ella exclamó, parándose y mirando hacia atrás , con las manos juntas sobre el pecho .
- Qué pasó ? Ay! ... OH! Yo te hice eso ? Ay, disculpa.
Si ella se hubiese reído abiertamente él podría haberla golpeado sin sentir culpa. Pero Marion no se estaba riendo. ni siquiera sonría. En vez de eso, corrió a su lado con un aire de preocupación en el rostro. Dunstan se preguntó si alguna otra mujer alguna vez lo había mirado de ese modo .
El sonido de gritos viniendo del campamento quebró la magia de ese momento y llamó la atención de los dos. Dunstan murmuró un insulto y, agarrándola del brazo, la arrastró hacia el lado de donde venía el ruido.
Poco después apareció Cedric, con la respiración agitada, seguido por Walter, quien no parecía conseguir parar de reírse.
- Oí los gritos, mi lord , y pensé que usted estaba siendo atacado - le explicó Cedric nerviosamente.
- Yo estoy siendo atacado - murmuró Dunstan.
Dicho eso él marchó hacia el campamento, siempre arrastrando a la mujer.
- Entonces la encontraste en la caverna? - preguntó Walter, evidentemente divertido.
Mirando de reojo a su vasallo, Dunstan dejó muy claro que no estaba dispuesto a responder. Eso sólo sirvió para que Walter se riese todavía más .
- Qué te pasó en la , Dunstan? Ella te atacó ?
Dunstan respondió con una gruñido , mientras Marion contenía la respiración.
- Pero, qué pasó, Dunstan? - insistió Walter.
- Es mejor que dejes que le limpie esas heridas!
- Son sólo unos arañazos - respondió Dunstan, finalmente, sin dejr de caminar.
Afortunadamente ahora ellos estaban en medio del campamento y esa discusión no continuaría .
- No sé - dijo Marion, cuando ellos pararon, sus ojos grandes fijos en la frente de él. - A veces simples arañazos se transforman en heridas feas. Piénsalo, Dunstan. La infección podría hasta llegar hasta tu cerebro - ella advirtió . - Si pasa eso, tus pobres hermanos cargarían con la tarea de cuidar de un hombrote como vos convertido en un vegetal . Por supuesto, no querrías cargarlos con semejante obligación.
Ahora la mujercita tenía la petulancia de burlarse de él. Dunstan la fulminó con la mirada pero ella no se amedrentó. Continuaba enfrentándolo , con un aire de absoluta inocencia como si todo lo sucedido no fuese culpa de ella . Dunstan apretó los dientes . Marion Warenne realmente era capaz de sacar a cualquier hombre de sus cabales.
- Ve a buscar tu caballo - le ordenó Dunstan, en un tono duro.
Poco después giró sobre sus talones y se apartó lo más rápido posible.
Walter lo siguió .
- Estuviste un poco grosero - lo censuró su vasallo, aunque continuaba hablando en tono de broma. Has perdido tus modales de caballero , Dunstan!
- Esa mujer es un peligro y amenaza para todos nosotros ! - gruñó el Lobo, levantando la mano para rascarse la cabeza.
Walter se rió.
- Sólo porque quiere cuidar de tus heridas? Me gustaría ser yo quien tuviera que ponerse en sus manos !
Dunstan le dirigió una mirada amenazador.
Tal vez deba encargarte vigilarla.
Walter sonrió y se encogió de hombros.
- Para mí sería perfecto.
Dunstan agrandó sus ojos. No le gustaba nada la idea de ver al galante caballero pavoneándose como un idiota baboso alrededor de Marion. Walter, quien lo había acompañado durante años, era un gran guerrero y un excelente amigo. Pero las propiedades de esa mujer eran lo suficientemente extensas como para tentar a un santo, y mucho más a un caballero sin fortuna. Dunstan hizo una mueca cuando se imaginó a Walter seduciendo a la heredera y presentándose delante del tío de ella como padre de la criatura que ella llevaría en el vientre.
- No - él decidió, finalmente. - Todos nosotros dejaremos de servir de mandaderos de mi padre. No voy a permitir que el mejor de mis soldados haga el papel de niñera. Cedric se ocupará de eso. .. Espero que a partir de ahora lo haga con mayor eficacia.
En el instante siguiente el muchacho estaba a su tartamudeando sus disculpas. .
- Basta - lo cortó Dunstan. - Voy a darte una oportunidad más, Cedric, pero estás avisado que esta vez no aceptaré disculpas. No pierdas a esa mujer de vista, en ningún momento. Ni siquiera cuando lady Marion te diga que precisa de privacidad. en esos casos, ella deberá extender una manta entre dos arbustos para que nadie la vea , pero no la pierdas de vista a. ..Estamos lidiando con una mujer casi diabólica.
Por algunos instantes Cedric se quedó mirándolo, con un aire de horror y sorpresa. Obviamente era la primera vez que oía a su amo hablar de una mujer en esos términos y el mismo Dunstan sabía que jamás había hecho algo así antes. Pero lady Warenne era muy diferente a otras mujeres.
- Dile a Benedict que te haga turnos con vos para vigilarla - ordenó Dunstan, refiriéndose a un anciano caballero que difícilmente miraría a Marion con intenciones libidinosas.
- Si, mi lord - respondió el escudero, apartándose rápidamente.
Dunstan suspiró y caminó hacia su caballo, que ya estaba esperando. No censuraba Cedric por haber sido engañado. En verdad esa mujercita los había engañado a todos... y dos veces! Pensándolo bien, era mejor que él mismo también mantuviese un ojo en ella.
Acomodándose en la montura, Dunstan suspiró nuevamente y se rascó la nuca. Esa loca atrevida no volvería a engañarlo. Iba a redoblar la vigilancia. La simple misión que le padre le había encomendado se estaba haciendo más complicada de lo que había imaginado.
- Estás de vuelta! - cacareó Agnes mientras Marion subía a la montura . - Qué te hizo el Lobo esta vez?
A pesar de todo lo que había sucedido entre ella y Dunstan en la última hora, y tal vez debido a la risa maliciosa de Agnes, ahora en la mente de Marion sólo había una imagen. Y ella se enrojeció profundamente mientras recordaba los momentos que había pasado en los brazos de Dunstan. Había estado con su rostro tan cerca del de él que había podido ver que aquellos ojos verdes eran de un color profundo como el bosque denso . Por un momento él había parecido querer tragarla con la mirada y Marion juraría que Dunstan la había deseado como mujer en ese momento . Pero en seguida el Lobo prácticamente la había soltado al suelo , como si quisiese librarse de ella lo más rápidamente posible!
Marion suspiró al darse cuenta de su propia ingenuidad. Qué motivos podía haber para pensar que Dunstan sentiría ganas de besarla? Por qué el Lobo de Wessex se interesaría en ella ? Un hombre como ese seguramente tenía a su disposición las mujeres más bellas, más sofisticadas...
En ese instante, como si respondiese a su pregunta, Agnes volvió a reírse.

- Le llamas la atención a él, de eso no hay duda - declaró la mujer, con una sonrisa a la que le faltaban varios dientes. - Sos un gran dolor de cabeza para el hombre, que no está acostumbrado a tratar con mujeres como vos . Estás continuamente en la mente de él. .. mucho más que cualquier otra mujer, Eso te lo aseguro . - Antes de continuar, Agnes sacudió violentamente la cabeza para confirmar lo que decía . - Si, el Lobo está muy interesado en vos. La cuestión es. ..Qué hará él cuando consiga atraparte ? Simplemente rascarse la cabeza?
Agnes soltó una risotada estridente, como si hubiese acabado de decir una cosa muy graciosa, algo que Marion buscó ignorar.
Aún habiendo prestado algo de atención a las palabras de la vieja, Marion resolvió que no quería saber lo que sucedería en caso que el Lobo se interesase en ella. Aunque él no la había agredido físicamente , había estado muy cerca de eso y no quería pensar en esa posibilidad.
Dunstan de Burgh continuaba siendo un campesino bruto, un grosero insensible ! Todo el tiempo estaba gritando , rezongando o insultando . Pero aún así ella no creía que él pudiese agredirla físicamente. Por grandes que fuesen los defectos de Dunstan, Campion no había criado a un hijo violento.
Igualmente Marion creía que necesitaba ser cautelosa. al verlo con la mano levantada, algo en su interior la había hecho buscar protección... aún la protección... de un de Burgh. Marion no intentó descubrir de donde venía esa cautela, pero sospechaba que el origen estaba en el pasado de ella.
Y eso era otra cosa que la perturbaba. Dunstan ni siquiera había tenido la cortesía de escuchar sobre sus temores en relación a su tío, había dejado muy claro que no creía en nada de lo que ella decía sobre Baddersly. Era una reacción que no la sorprendía, ya que ella había tenido ocasiones de sobra para observar el comportamiento de ese hombre. Dunstan constantemente la trataba como a una niña, como a alguien sin vida y voluntad propia, sin capacidad de razonar, sin futuro y sin ideas que mereciesen ser tomadas en cuenta.
Dunstan de Burgh , ya vas a descubrir quien es lady Marion ! En su interior , lo que antes era sólo una chispa ahora se transformaba en una llama que ardía con una intensidad cada vez mayor, un fuego que el escarnio de Dunstan sólo hacía crecer. Dos veces ella casi había vencido al Lobo de Wessex. Ese día él no había demorado mucho en encontrarla y la había tratado con la rudeza propia del salvaje que era, pero eso no volvería a suceder, porque ella no iba a dejar pistas. La tercera vez sería la vencida.
Si él no quería salvarla, ella debía salvarse sola. Independientemente de lo que pensase Dunstan de Burgh, Marion sabía que su vida corría peligro y se rehusaba a ser llevada al matadero como una oveja sumisa.
Ahora sólo era necesario pensar en un nuevo plan de fuga que la llevase para muy lejos del Lobo. Para siempre.

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