viernes, 28 de noviembre de 2008

LOBO DOMADO - CAPITULO 12

CAPITULO 12



Sin saber qué pensar, Marion se quedó mirando la enorme y oscura silueta recostada en el tronco del árbol. Algún tiempo antes, al tomar la mano de él después de haber sido salvada de una terrible odisea , ella había sentido una felicidad tan grande que casi había llorado de alivio.
Cuando él la había abrazado, consolándola con su sensibilidad torpe, ella había sentido por Dunstan de Burgh algo que no sabría explicar, un torbellino de emociones tan fuertes que la había dejado sin confianza en sus propias acciones. Al ser acariciada en sus cabellos y ver la expresión que había en el su rostro , había sentido necesidad de contener la respiración por algo que parecía ser... deseo.
Marion enrojeció con sólo pensar en eso . Sin embargo, y aunque hubiese sido sólo por breves instantes, había sido como si sólo ellos dos existiesen en el mundo . Parecía haberse borrado los actos antes habían sucedido allí incluso esa terrible escena de sangre. Sólo le había importado la presencia de Dunstan, la forma en que él aceleraba su corazón y le sensibilizaba la piel.
Pero pronto esa magia había pasado, Dunstan otra vez se mostró rudo y grosero y la había arrastrado por el bosque como si ella sólo fuese un fardo molesto . Y ahora él la había puesto en la Rama de un árbol Y se reía de esa situación patética. Qué hombre irritante e insoportable ! Marion se movió , inquieta, y sintió la dureza de la rama clavándose en su trasero. Cómo alguien podría dormir en un lugar como ese?
La falda se le había subido y Marion la sacudió para bajarla. Aunque la temperatura había sido alta ese día, ahora hacía frío en medio del bosque. Entonces ella envolvió con sus brazos sus piernas dobladas, apoyó el mentón sobre sus rodillas y miró al hombre encaramado allí cerca.
En el mismo instante eso sucedió nuevamente... esa delicioso torbellino de emociones. Era sólo porque él la había salvado? Fuese quien fuese ella estaría sintiendo eso por su salvador ? Cómo explicar esa tensión en sus pechos? Marion continuó mirando la figura oscura. No podía tener certeza, pero sospechaba de que esas sensaciones estaban reservadas sólo para Dunstan de Burgh, un hombre bravo, grosero, tiránico, casi demoníaco y ... muy atractivo. Cerrando los ojos para imaginarse la cara de él , ella sonrió ... porque la imagen que vio era la de un hombre taciturno.
Por lo menos él no le había retado demasiado después de encontrarla. Marion no se hubiese sorprendido si tuviese oído un sermón de censura recalcando la idiotez que había cometido. Muy a disgusto reconoció que Dunstan tendría razón si lo hubiese hecho , pues le había advertido sobre todo lo malo que podía suceder: el bosque podía albergar malhechores . Con increíble rapidez la imagen de Dunstan fue remplazada en la mente de Marion por otras. Eran rostros furiosos, pero que la sujetaban. Y no se trataba de los hombres que la habían capturado esa noche, sino de otra situación . En ese mismo instante Dunstan movió a su lado.
- Qué pasa ? En qué piensas?
- En mi pasado.
Dunstan emitió un rezongo irritado, Tal vez queriendo decir que ya estaba harto de tener que buscarla y perseguirla. Pero quien podría criticarlo por eso ? El hombre tenía una propiedad que manejar , deberes que cumplir, mientras ella no era nadie en su vida.
- Tengo miedo , Dunstan - declaró Marion. - No quiero recordar mi pasado.
- Entonces no lo recuerde ...- él le recomendó, envolviéndola con el brazo y empujándola contra su pecho. - Duerme.
Marion todavía no se había olvidado del calor de ese pecho musculoso y se anidó allí, experimentando una enorme satisfacción. Suspiró profundamente y comenzó a relajarse, casi olvidándose de los horrores por los que había pasado esa noche. Deslizó la pierna, por encima del muslo de él y volvió a suspirar.
Marion demoró en notar el cambio que se había operado en el abrazo de Dunstan. Pero notó que los músculos de su brazo se tensaban. y los latidos de su corazón que ella oía pulsando dentro de ese tórax magnífico, antes eran pausadas, y ahora estaban rápidas e irregulares.
Marion contuvo la respiración, creyendo que algún peligro del bosque los amenazaba, pero no tardó en darse cuenta que no era nada de eso. El motivo de ese cambio estaba en ellos mismos, era algo que ahora ella también sentía. Lo que momentos antes había sido una inocente caricia ahora parecía un extraño fuego ardiendo entre ellos dos.
Aunque no pudiese verlos, Marion sabía que los ojos verdes de Dunstan estaban nublados por el deseo. Ella misma tenía los ojos muy abiertos por el temor . Aún así se mantuvo inmóvil , temerosa de que algún movimiento pudiese exacerbar las sensaciones que recorrían su cuerpo , algo que también parecía sucederle a Dunstan.
El ardía en cada parte del cuerpo que ella tocaba, en su rodilla colocada sobre el muslo de él, en la cara apoyada contra su pecho musculoso, en la espalda que él tocaba con su mano enorme. Marion sentía calor hasta en el cuero cabelludo, donde la punta del mentón de él sólo se apoyaba. Y los pechos de ella parecían haberse agrandado y estaban absurdamente sensibles, la tela de su vestido parecía apretarlos sin misericordia. Pero era una era una mujer virgen.
De dónde venía esa sensación deliciosa que no le recordaba a nada de su pasado. Eso era deseo? Se debía a la proximidad de un cuerpo masculino ? Y por qué eso le pasaba sólo con Dunstan? Jamás había estado en los brazos de un hombre, pero en diferentes ocasiones había tocado a cada uno de los de Burgh. Pero sólo Dunstan de los siete hermanos parecía tener el poder de hacerla arder.
Marion sintió su garganta seca y el cuerpo comenzó a dolerle debido al esfuerzo de no moverse . Finalmente, cuando no logró soportar más , se movió un poco hacia arriba , su pierna deslizándose sobre la de él. Dunstan emitió un sonido ronco y ella lo miró rápidamente , pero debido a la oscuridad no pudo ver nada de las reacciones de ese rostro.
- Duérmete - él le ordenó.
Dormirme ? Cómo? Todos los sentidos de ella estaban agudizados debido al contacto físico con Dunstan.
Era la más extraña de las experiencias, al mismo tiempo atemorizante y maravillosa, excitante y terrible. Dunstan querría besarla ? Si al menos pudiese verle la cara !
Estaría serio , o su semblante sería indescifrable ? Sus ojos verdes estarían brillando como los de un lobo que amenazaba con devorarla?
Marion se quedó esperando tensamente , pero Dunstan no hizo ningún movimiento, no emitió ningún sonido . Poco a poco ella fue percibiendo la idiotez de su comportamiento. Por los comentarios descarados que ya había oído de Stephen, sabía que no debería dejarse abrazar por Dunstan.
Enrojeciendo de vergüenza ella movió su cuerpo, pero no se soltó de Dunstan. Por el movimiento que hizo, sintió que corría peligro de caerse al suelo , algunos metros más abajo. Dunstan debió haber percibido eso, porque rápidamente la envolvió en sus brazos. Marion contuvo la respiración y sintió que él hacía o mismo. La posición en que estaba era muy peligrosa y endeble , pero qué podía hacer?
Podía girarse, sentarse sobre su regazo , abrazarlo, sumergirse en su cuerpo . No, no podía hacer eso . Había nombres con que se describía a las mujeres que concedían sus favores con tanta facilidad, nombres muy desagradables. No podía ser que ella estuviese queriendo entregarse al Lobo sin ningún compromiso, como una prostituta cualquiera . No! Quería más que eso para su vida.
Pero era imposible. No importaban los extraños deseos que ella pudiese sentir por él, Dunstan de Burgh era el hombre que, contra la voluntad de ella, la estaba llevando de vuelta a Baddersly, donde la abandonaría. Marion cerró los ojos debido a una súbita puntada que sintió en el pecho . Entonces buscó pensar en otra cosa, lo que acostumbraba a hacer cuando necesitaba mantener la compostura.
- Cuéntame sobre Wessex - ella murmuró.
- Wessex?

Por un instante Dunstan pareció que era él quien había perdido la memoria , como si no se acordase del feudo del cual era el lord. Hasta que comenzó a hablar, al principio lentamente, después con una énfasis que ella no había esperado. Marion casi podía ver lo que él describía: los valles verdes, las colinas , el alto castillo en el centro de todo eso.
Poco a poco a sensualidad entre ellos dos fue perdiendo intensidad. Dominada por el cansancio, Marion sentía sus párpados pesados. La voz grave y musical de Dunstan todavía sonaba cuando ella se adormeció .

El día apenas clareaba cuando Dunstan la despertó. Estaba de pie en el suelo y miraba hacia arriba con una expresión seria. Marion sintió que el hombre que había hablado francamente con ella sobre sus esperanzas de retornar su hogar había desaparecido con la oscuridad. Quien estaba allí era el Dunstan con el ceño fruncido de siempre. Aún así ella sonrió , porque ya se estaba acostumbrando al humor negro de ese hombre.
- Es mejor volvamos a la caravana lo más rápido posible - él dijo. - Sería imprudente permanecer aquí.
Marion asintió y dejó que él la bajase del árbol. Por algunos instantes las manos de Dunstan se demoraron en la cintura de ella, al mismo tiempo que él la miraba con un intenso brillo en sus ojos verdes. Pero pronto él retrocedió, como si ella lo quemase. Estaría Marion imaginándose esas cosas o existía una extraña atracción entre ellos dos? Era muy posible que, ingenua como era, fuese ella la única de los dos que sentía algo especial .
Mientras se ocupaba de alisar su vestido, Marion concluyó que eso último era lo más probable, porque el Lobo de Wessex no podía sentirse atraído por ella. El vestido estaba arrugado, todo sucio y cubierto con manchas de sangre. Cuando pasó las manos por sus cabellos, se dio cuenta que su cabellera era una maraña impenetrable .
Dunstan observaba todos sus gestos .
- Uno no se ve muy agradable en medio de una fuga, verdad, Marion? - él preguntó en un tono cortante.
Listo... El sermón que ella había esperado oír la noche anterior finalmente sería pronunciado, y el humor de ese hombre no parecía ser de los mejores. Para el futuro, sería bueno recordar siempre que no debería despertar a Dunstan de Burgh muy temprano ... pero, de dónde venía ese pensamiento descabellado? Evidentemente, ella jamás tendía la tarea de despertar al Lobo!
Marion se volvió para apartar se pensando en satisfacer sus necesidades fisiológicas, pero la gran mano de Dunstan la retuvo por el brazo. La primera reacción de ella fue dar un tirón para librarse, pero fue en vano. Tras dos tentativas fútiles Marion constató que no tendría escapatoria.
Ya había soportado lo suficiente como para estar de un humor tan negro como el de él. Había sido atacada y secuestrada por dos asaltantes que casi la habían violado, ahora estaba con la ropa sucia y manchada de sangre, además de haber sido obligada a dormir manteniendo el equilibrio entre las ramas de un árbol. El cuerpo le dolía. Y para completar el cuadro, tenía sed , hambre y necesitaba aliviar su vejiga. Lo que menos quería era oír la censura de Dunstan de Burgh.
La rabia parecía haber redoblado las fuerzas de Marion, porque con un violento tirón ella finalmente logró soltarse de la mano de Dunstan.
- No me toques, Dunstan de Burgh! - ella gritó. - Estoy harta de tus modales groseros! .
Por algunos instantes Dunstan se quedó mirándola con la boca abierta, una expresión casi graciosa en el rostro.
- Modales groseros? Esto es el colmo ! Por el amor de Dios! Te salvé la vida, mujer. Sos una mal agradecida!
Dunstan la miró con las manos en la cintura y las piernas separadas. Ahora la expresión de ese rostro era de la más pura ferocidad.
Marion no se intimidó.
- Ahora si me permites...
Cuando se volvió a apartar ella otra vez fue alcanzada por su mano .
- No , no te doy permiso ! - vociferó Dunstan, con los ojos estrechados y los labios contraídos. - No tengo ninguna prueba de que vos tengas el suficiente sentido común como para no intentar otra fuga! Por Dios, mujer! No tienes nada en la cabeza? No sabes lo que esos hombres pretendían hacer con vos anoche? Ellos te iban a usar, abusar y después te iban a abandonar, probablemente muerta!
Mientras hablaba Dunstan la sacudía, como si quisiese a todo costo tener la atención de ella. Marion creyó que debería sentir miedo de ese enorme y amenazador caballero. Tal vez fuese mejor no demostrar ninguna reacción , esperar que él se cansase de eso antes que verdaderamente la lastimase. La única cosa que ella podría hacer sería caer de rodillas y suplicarle perdón. Pero ni loca haría eso.
En vez de eso, Marion levantó la pierna derecha y plantó su pie con todas fuerzas sobre el pie de él
Dunstan hizo una mueca y maldijo .
- Por Dios, escucha lo que estoy diciendo, Marion! Sólo quiero protegerte ! Aunque vos seas tan idiota al punto de no darle importancia a lo que pasó anoche ! Sabes lo que sentí cuando te vi entre aquellos dos hombres?
Aunque él estuviese gritando y continuase sacudiéndola, esas palabras hicieron que Marion, tomada de sorpresa, lo mirase a los ojos . Habría algo más allá de la rabia en la actitud de ese hombre? Había cierta confusión en los ojos verdes de Dunstan y Marion sintió su propia rabia disiparse.
- No, no lo sé - ella dijo . - Qué sentiste, Dunstan?
Soltándola de una forma tan súbita que casi la hizo perder el equilibrio, Dunstan giró y se apartó unos pasos.
- Imagino que ahora entiendes el peligro que representa caminar sola en un lugar como este.
Aunque él hablase con una voz baja y contenida, las palabras fueron pronunciadas con facilidad, como si Dunstan escondiese la verdadera respuesta no sólo de ella, sino también de sí mismo .
O tal vez ella estuviese imaginando cosas. Frotándose el brazo en el lugar donde él la había agarrado, Marion miró al atractivo hombre que caminaba entre los árboles, evitando mirarla , evitando cualquier cosa que pudiese ablandarlo. Sería imposible adivinar lo que él estaba sintiendo.
- Quiero que dejes de hacer tonterías y aceptes que debes volver a tu casa - él protestó .
- Para qué? - replicó Marion, en un tono blando. - Qué diferencia puede haber si muero aquí o en Baddersly?
Esta vez Dunstan se volvió para encararla, de un modo que dejó a Marion amedrentada.
- Tienes que ser razonable, mujer! La diferencia es que aquí morirás de un modo brutal, y que no puedes tener certeza de que la muerte te aguarda en Baddersly.
- Tengo certeza, Dunstan - respondió Marion, con toda calma. Mirando a la distancia ella intentó inútilmente recordar como era Baddersly. Después , levantando lentamente el brazo, apoyó la mano en su pecho . - Yo sé eso, no con a mente o con los recuerdos, sino con el corazón. Lo siento aquí adentro.
Dunstan soltó otro insulto, esta vez bien alto, como si no pensase en que podía herir la sensibilidad de ella. :
- Si no quieres creerme entonces no sé qué decirte para convencerte - declaró Marion, con calma.
A ella no le gustaba dar vueltas y sabía que esa discusión no cambiaría nada, porque Dunstan no estaba abierto a escucharla .
Dunstan hizo una mueca.
- Agotas mi paciencia, Marion. Deberías por lo menos creer en mi padre. Él me recomendó que tomase todos los cuidados y recaudos para que nada malo te sucediese.
- Y ? - replicó Marion. - Tu padre me echó de la seguridad que me ofrecía en el castillo de él, me despachó a un lugar que no conozco, donde quedaré a la merced de un hombre a quien no recuerdo! - El aire de espanto de Dunstan hizo crecer la rabia de Marion, quien apuntó un dedo hacia él, casi tocando su pecho formidable. - Vos, no tienes ni idea de como me siento, Dunstan, porque siempre estuviste rodeado por tus hermanos. Siempre tuviste el cariño de una familia, la lealtad de tus soldados que hasta sacrificarían sus vidas por vos. En Baddersly nada de eso espera , nada más que amenazas y sufrimientos.
Dunstan miró al cielo y otra vez abrió los brazos. - Has enloquecido. O realmente eres una persona estúpida.
- Está bien - dijo Marion, resignada. - Cree lo que quieras. Además, creo que siempre fue así. Sin embargo, en este momento yo debo creer en mis propios instintos.
Dicho eso ella comenzó a caminar pero no logró dar más de dos pasos, porque Dunstan bloqueó su camino. Marion se preguntó como un hombre tan grande podía ser tan ágil. .
- No - dijo Dunstan, con las manos en la cintura, otra vez con esa postura de guerrero mientras la miraba fijamente .
- No Qué ? - preguntó Marion, confusa.
- No - él repitió , con énfasis . - Reconozco que vos me engañaste más de una vez, mujer, pero sería un idiota si te dejase repetir eso. Puedes no dar importancia a tu cuerpo tentador, mas yo sí se la doy . Mi padre me encargó llevarte de vuelta a Baddersly, sana y salva, y no voy a permitir que te quedes ni un sólo instante lejos de mis vista hasta que no te entregue en manos de tu tío. Siendo así , sugiero que te levantes la falda y hagas aquí lo que tengas que hacer. Ya perdimos demasiado tiempo .
Marion quedó boquiabierta y estupefacta. Ese hombre no podía estar hablando en serio.
- Pero... pero... - ella tartamudeó, ruborizándose fuertemente.- No puedes querer que...
Marion interrumpió lo que iba a decir al ver que sus labios se curvaban maliciosamente en lo que era casi una sonrisa .
- Pues si quiero - respondió Dunstan, simplemente.
El rubor de Marion aumentó al extremo.
- Cómo puedes atreverte? - ella protestó.- Yo soy una dama!
En vez de concordar, Dunstan tuvo la audacia de soltar una carcajada.
- Necesitas convencerme de eso - él replicó .
Por primera vez en la vida Marion sintió voluntad de abofetear a alguien. Pero lo que hizo fue alisarse la ropa con las manos, procurando demostrar compostura. Obviamente no podía enfrentar al Lobo de Wessex usando los puños. Tendría que vencerlo usando la razón.
- No seas ridículo y guarango . No lograré ir a ningún lugar en este bosque y vos ya diste muestras de que eres capaz de encontrarme - ella dijo, con cierta amargura.
- Es verdad - concordó Dunstan. - aún así no estoy dispuesto a perder más tiempo. Ahora apúrate. Haz lo que tengas que hacer para que poder partir .
Marion abrió la boca para insistir en su protesta, pero se dio cuenta que sería en vano. Ya había constatado que era inútil discutir con Dunstan de Burgh. Pero lo peor era ver que él parecía estar divirtiéndose con el apuro por cual ella pasaba.
No queriendo prolongar todavía más esa situación conflictiva, Marion bajó a cabeza.
- Ponte de espaldas, por lo menos - ella reclamó. - No voy a darte la espalda de ninguna manera.
Marion le lanzó una mirada fulminante.
- Dunstan!
- Me quedaré mirando a un costado - él concedió. ­- No tengo interés en mirarte, mujer, pero quiero vigilar tus movimientos para que no intentes algún truco nuevo. Y escúchame bien , Marion: no volverás a huir de mí.
Marion giró su espalda hacia él, en un gesto de orgullo, pero las necesidades de su cuerpo eran mucho fuertes.
Entonces ella se agachó para resolver ese problema, acomodando su falda de la mejor forma posible. Sabía que en verdad él no podía ver nada, pero aún así a situación era terriblemente humillante .
- Por casualidad hay por aquí algún riacho donde pueda lavarme? - ella preguntó, otra vez de pie y mirándolo .
- Creo que no, Marion. Esa es otras de las desventajas de huir en un lugar salvaje.
Dicho eso él hizo un gesto para que ella lo precediese en la caminata. Marion acató la orden, apretando el chal alrededor de su cuerpo. Cuando pasó al lado de él, tenía los hombros erectos y el mentón apuntado hacia adelante .
- Jamás te perdonaré por eso, Dunstan de Burgh - ella declaró.
Por más bello, fuerte y aguerrido que él pudiese ser, ese comportamiento no merecía perdón. Por otro lado, era necesario reconocer que parte de eso se debía a la osadía que ella había tenido al desafiarlo. Y otra parte podía se debía a la declarada preocupación del Lobo por la seguridad de ella. .. lo que Marion todavía encontraba difícil de creer. Pero la mayor parte era fruto de la grosería pura y simple . Ese hombre realmente necesitaba aprender una buena lección....
A pesar de su postura de dignidad, Marion todavía estaba dominada por la repulsión . Mientras caminaba, pensaba en la discusión que ellos habían tenido y se acordaba de cosas que le podría haber dicho. A cierta altura se paró miró hacia atrás, casi provocando un choque con el hombre que venía muy pegado .
Estaba delirando o él realmente le había dicho que su cuerpo era tentador?

No hay comentarios: