sábado, 22 de noviembre de 2008

LOBO DOMADO - CAPITULO 4

CAPITULO 4


Dunstan no estaba satisfecho. Había llegado al castillo de Campion para... bien, él no estaba muy seguro del motivo que lo había llevado a la casa de su padre, pero no había sido para desempeñar esa misión tan ridícula. Menos todavía en un momento como ese, cuando había tantas cosas para hacer en Wessex. Después de rascarse la nuca él marchó hacia el jardín sin siquiera mirar a la mujer que lo acompañaba.
Mientras lady Marion se había ocupado de arreglar sus pertenencias , él había tomado un baño rápido, cambiándose las ropas sucias del viaje y comiendo algo . Ahora, contemplaba al pequeño grupo de hombres del castillo de Campion que reforzarían la escolta con que la que él había venido. Estaba ansioso por acabar con la tarea encomendada.
- Dunstan!
Al oír el llamado de su vasallo se volvió . Walter Avery, un caballero robusto y rubio que lo acompañaba desde los tiempos en que había servido al rey Edward, atravesó corriendo el jardín con la expresión de alguien a quien no gustaba interrumpir .
- Espera aquí - Dunstan le dijo a la mujer.
Sin esperar su respuesta , salió caminando al encuentro de su vasallo.
- Qué está sucediendo? - preguntó Walter. - No has tenido noticias de Fitzhugh?
- No - respondió Dunstan, haciendo una mueca al oír mencionar el nombre de su vecino. - Mi padre me pidió que escoltase a una huésped del castillo de vuelta a su casa .
Walter frunció el ceño sorprendido.
- Y vos aceptaste?
Dunstan giró la cabeza y se quedó mirando un cantero de rosas que había allí cerca. Sólo ahora se daba cuenta que podría haberse rehusado a cumplir esa tarea. Eso ni siquiera se le había pasado por la cabeza . Siendo el mayor , siempre le había cabido a él hacerse cargo de las misiones de mayor responsabilidad. Como un de Burgh, se hacía cargo de ellas sin nunca quejarse.
- Eso sólo va a tomarnos unas pocas semanas, nada mas allá de eso - él dijo, fingiendo un aire distraído.
Walter sacudió la cabeza. Obviamente no entendía por qué un barón que tenía una propiedad para administrar, lo que ya era suficientemente problemático, aceptaba una misión tan trivial y estúpida... y eso , cuando había otros cinco de Burgh que podían encargarse de la tarea!
- Ocúpate de que tengamos hombres en número suficiente para todo el viaje - le ordenó Dunstan. - Quiero que nuestro viaje sea rápido sin ser agotador, pero sobretodo seguro y sin ningún trastorno.
Después que Walter asintió, evidentemente confundido y se apartó por el jardín para reunirse con los hombres, Dunstan se volvió hacia donde había dejado a la muchacha y vio que ella ya no estaba allí . Poco acostumbrado a ver desobedecidas las órdenes que daba, él apretó los dientes y , enojado, miró a su alrededor . Aunque no demoró en descubrir donde estaba ella , en la otro esquina del jardín rodeada por un grupo de muchachos, y eso lo irritó . Después de tantos años de trabajo duro, combates peligrosos y estudios, ahora se veía obligado a actuar como niñera de una mujer!
Y qué mujer! Mientras caminaba en dirección a la criatura de abundantes cabellos castaños, Dunstan se preguntó qué podía haber hecho ella para caerle tan bien a la familia de Burgh. Poco acostumbrado a lidiar con mujeres, él tampoco veía en sus hermanos un interés por ellas que fuese más allá del sexo . Y aún así , al despedirse de esa joven los rudos de Burgh habían actuado de forma tan melodramática causándoles nauseas y vergüenza a Dunstan.
Ahora lady Marion extendía su mano para acariciar la cabeza de una criatura y Dunstan la observó más atentamente. La mujer ni siquiera era bonita! Era bajita y demasiado voluptuosa para el gusto de aquellos interesados en las mas delgadas. Seguramente Marion había frecuentado la corte de Edward, quien debería haber sido uno de los receptores de los favores de ella. No, no. El rey se interesaba más por mujeres expertas como la ardiente Melissande, quien estaba siempre adornada con joyas caras. Una mujercita tan insulsa como esa no llamaría la atención del rey .
Marion se agachó , haciéndose todavía más baja para hablar con los niños que la rodeaban . Fue en esa posición que Dunstan la encontró. rápidamente la agarró por el brazo y la obligó a levantarse .
- Te dije que esperases por mí en el lugar donde te dejé!
Por un instante Marion se quedó mirándolo con sus ojos muy abiertos, lo que llamaba a atención en un rostro de rasgos tan delicados. Por Dios, esos ojos eran enormes y parecían asustados. Ella tendría miedo de él ? Perfecto! . Así, tal vez en el futuro pensase dos veces antes de desobedecer a una orden de él.
Marion bajó sus ojos , dando la impresión de que se sometería dócilmente, pero poco después levantó la cabeza para encararlo.
- Espero que en el futuro te dirijas con más respeto , Dunstan de Burgh!
Su voz era baja y temblorosa, pero sus palabras eran de una claridad cristalina. Dunstan se quedó mirándola , azorado. No recordaba haber recibido de nadie una reprensión semejante. Era la primera que alguien tenía la audacia de responderle en ese tono . Dunstan sintió ganas de reírse al pensar en el hecho de que esa mujercita, esa muchacha bajita , lo enfrentaba con la cabeza erguida y la mirada firme. Entonces él la soltó.
- Quiero que este viaje transcurra sin trastornos sigue mis recomendaciones y no tendremos ningún otro problema. Ahora, mi lady , ten la bondad de acompañarme.
Dunstan pronunció esas frases educadas con los labios apretados y le ofreció el brazo en un exagerado gesto de cordialidad. Aún dirigiéndole una mirada ofendida, Marion apoyó su mano en su brazo .
Dunstan sonrió , concluyendo que sólo podía haber imaginado ver el coraje en esa mirada petulante. La mujercita estaba comiendo de la palma de su mano . Probablemente ella había pensado que podría controlarlo de la misma manera en que había hechizado a sus hermanos , pero ahora sabía cual era su lugar. Dunstan no tenía la menor intención de soportar caras largas y amargas , así como no se dejaría hechizar por una enanita insignificante de ojos grandes.

Marion dejó que un soldado la ayudase a montar. Sujetó con firmeza las riendas y se quedó esperando que la caravana se pusiese en movimiento. Después de llevarla hasta el caballo, Dunstan se había ocupado de otras cosas, lo que era muy bueno . A Marion no le gustaba el trato de ese hombre. Por más que se hubiese sentido atraída al principio, todo eso había desaparecido por trato impersonal y frío . Rápidamente se había revelado como un hombre sin sentimientos y muy pocos modales !
Marion bajó sus ojos hacia sus manos, que temblaban mientras sujetaban las riendas. Era bueno . Era una manera de exteriorizar la rabia que sentía por el comportamiento cavernícola de Dunstan de Burgh.
Los otros de Burgh no eran así. Cuando ella había llegado , había habido ocasiones en que todos habían sido hasta groseros. Y Reynold continuaba siendo distante y desconfiado, siempre concentrado en esa pierna que le dolía... pero eso no hacía dudar a Marion que él sentía afecto por ella.
Ese razonamiento no se aplicaba a Dunstan. No había excusa para la forma en que él la había agarrado del brazo con su enorme mano, encima seguro que le había dejado un moretón . Marion levantó la cabeza. No haría ninguna concesión con ese Dunstan de Burgh. Había sido él el portador de la mala noticia y ahora se encargaba de alejarla del único hogar que jamás hubiese conocido, de a apartarla de las personas que amaba. Y la iba a llevar a un lugar al cual ella no quería ir.
Al pensar en Baddersly, Marion se puso tensa. Sintiéndose feliz en Campion, hasta había perdido interés en descubrir su pasado. siempre que intentaba estimular su memoria, sentía dolores de cabeza y comenzaba a sudar como si estuviese enferma . Cómo podía querer volver a un lugar que sólo le provocaba malas sensaciones ?
Y ahora estaba bajo la protección de Dunstan, un hombre autoritario que exigía obediencia ciega.
Viajando entremezclada en la caravana, ella no se quejaría de nada y evitaría cualquier confrontación con Dunstan. No perturbaría al grupo ni llamaría la atención de nadie . Permanecería en calma cuando fuese entregada a las manos de un guardián desconocido que la encerraría en un castillo sombrío.
Pero ahora sabía que era una persona diferente. En la convivencia con los de Burgh, había descubierto en sí misma capacidades que desconocía. Prueba de eso era el hecho de haber convencido a los seis hermanos de Burgh, hombres salvajes como lobos, de aceptarla en el seno de familia y en sus corazones.
Y ese poder, por más insignificante que ahora pudiese parecer, no permitía que ella se sometiese a la arrogancia de Dunstan. Tampoco dejaría que él la llevase a lo que podía estar esperándola en .. en Baddersly. Oh, Dios! Sólo el nombre del lugar ya era atemorizante .
Aunque conociese muy poco sobre sí misma , Marion sabía que no era una persona con exceso de imaginación. Y tenía el claro presentimiento de que una existencia horrible la aguardaba. Más que un presentimiento , era una certeza.
No podía aceptar ese destino.
Tomada la decisión Marion sintió una oleada de alivio, como si hubiese escapado de la horca por muy poco . Ahora el mayor problema sería escapar de su escolta, una tarea realmente complicada.
Y Dunstan no estaría nada satisfecho.

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