miércoles, 5 de noviembre de 2008
SALVAJE - CAPITULO 25
Capítulo 25
Teleri miró más allá del fuego , hacia el colchón, donde Roger todavía seguía durmiendo , rodeado por sus animales, igualmente perezosos. Todos, excepto el caballo. Ella se había despertado al amanecer y lo había dejado salir . Y ahora se encontraba en la pradera helada masticando alegremente el pasto congelado.
Ella machacó algunas bayas , le añadió agua, y algo de avena que había estado reservando para cuando llegase frío. Vertió la mezcla en la olla y la colgó sobre el fuego , donde el calor espesaría la mezcla con mayor rapidez.
Mientras alimentaba las brasas , Roger abrió los ojos y le dio una mirada más caliente que cualquier fuego que ella pudiese encender .
Teleri removió las brasas un par de veces, luego dijo: "Buenos días, inglés. Aún perdiendo la mejor parte del día durmiendo , veo".
Él le dio una larga e ilegible mirada . La observó como si tuviese todo el tiempo del mundo para hacer Sólo eso. "Podríamos discutir cual es la mejor parte del día . Yo me inclino por la noche."
Teleri pudo sentir su piel enrojeciéndose y levantó su mentón al responder : A mí me gustan las mañanas."
" Eso veo. Ven aquí, y permíteme enseñarte el placer que es quedarse en la cama por las mañanas."
Ella se rió, pero antes que ella pudiera responder , él extendió su brazo y la agarró por el tobillo, tirándola hacia él. "Roger! Para . Me vas a hacer caer!"
Un momento después ella caía sobre su pecho y lo escuchó gruñir. El cuerpo de Teleri quedó extendido sobre el de él, sus cuerpos pegados de la cabeza a los pies , y sus palma colocadas a ambos lados de su cabeza.
Las manos de Roger subieron por su espalda hasta su cabeza y empujó su boca contra la suya. Metió su lengua dentro su boca y la besó apasionadamente .
Él la dio vuelta y Teleri quedó con su espalda sobre el colchón. Roger acarició su ojos magullado
Él empezó a decir algo pero ella colocó un dedo sobre sus labios para impedirle hablar . "No importa. Mi ojo está muy bien. He visto que te sientes incómodo por lo que le pasó a mi ojo . Pero vos no estabas consciente. ¿Cómo podría culparte?"
" Yo me culpo a mí mismo ."
"Bueno, yo no." Luego, para distraerlo , ella pasó su dedo lentamente por su boca y su mentón . " No te dejes crecer la barba nuevamente ."
"No," él respondió mientras ella frotaba su mandíbula y sus mejillas, cuya piel estaba áspera por afeitarse cada mañana con el cuchillo.
" Me araña cuando me besas ," dijo ella . "Pero me gusta." Teleri tocó sus mejillas y sus cejas, delineó sus ojos y sus orejas sacando el cabello había crecido y ya colgaba a los costados.
Roger detuvo sus dedos con su gran mano, y dio vuelta su palma llevándola a su boca y besándola. Era una de esas cosas tiernas que él hacía y que nunca dejaban de sorprenderla. Y cada vez que él lo hacía, Teleri le entregaba un poco más de su corazón a ese hombre.
Roger chupó uno de sus dedos, fue algo tan inesperado que la tomó con la guardia baja .
"¿Por qué haces eso?" ella preguntó, realmente curiosa.
Él frunció el ceño y sacó su dedo de la boca. "¿Qué coca ?"
"Chupar mi dedo."
Él se rió . "Los hombres y las mujeres se tocan de muchas maneras. A vos no te gusta?"
Ella encogió los hombros . "Me gusta mas cuando chupas mis pechos ".
Roger se rió nuevamente .
"O mi cuello." Teleri hizo una pausa reflexiva. "Pero me gusta mas cuando me llamas amor".
Roger dejó de reírse.
"Nadie nunca me había llamado así , Roger. Nunca."
Roger le dio una extraña mirada . Pero antes que ella pudiese preguntar qué estaba mal, la avena comenzó a hervir y a salpicar en el fuego.
"Oh, no!" Ella lo empujó para sacárselo de encima , luego, usando el borde su falda levantó la olla del fuego y la llevó a la mesa. "No puedo arruinar la comida por estar en la cama con vos . Levántate para que podamos comer esto".
Él se levantó y se acomodó la ropa, luego dobló la manta cuidadosamente del modo en que lo hacía cada mañana.
"El agua para lavarse está en esa esquina, está caliente ", ella le dijo más por encima de un hombro. " Eres afortunado . Cuando yo me desperté el balde tenía una costra de hielo en la superficie del agua."
Roger se lavó en silencio, mientras Teleri recorría el cuarto recogiendo fuentes y cucharas y colocando las cosas sobre la mesa. Sirvió la avena en la fuente y la acercó a él. Luego comieron .
Teleri se preguntó por qué él estaba tan callado, pronto notó que había terminado de comer. Apoyó su cuchara en la mesa y no pidió más. Roger rara vez pedía mas , aunque ella le había dicho que lo hiciera . Era Teleri quien siempre tenía que llenarle el plato sin mediar palabras.
Ella se preguntaba por qué actuaban así ¿Por qué simplemente no pedía otra porción en vez de quedarse en silencio . No entendía a la gente que no terminaba de decir lo que estaban pensando. ¿Cómo se suponía que ella iba a adivinar lo que él quería si nunca lo expresaba ?
Ella se preguntaba cómo sería la vida de Roger , de dónde vendría . Quién era su familia y ese padre al que él afirmaba odiar. ¿Cómo alguien podía odiar a su propio padre? Ella lo miró , pero él no estaba observándola. Parecía como si sus pensamientos estuviesen a kilómetros de distancia.
Teleri decidió que lo mejor era respetar su silencio. Ella inclinó la fuente para volver a llenar su plato .
En el centro de la mesa había colocado una pequeña canasta con algunas de sus cosas favoritas: unas piedras planas que había juntado en el mar, unas conchas marinas y unos hipocampos secos.
A veces, tarde en las noches solitarias, ella ponía algunas de las conchas marinas debajo su almohada para poder escuchar el sonido del mar . Se trataba de un sonido sedante que la hacía sentirse menos sola.
Roger estaba sosteniendo una concha forma de cornucopia , con rayas marrones y pequeñas manchas azules . La daba vuelta en sus manos una y otra vez mientras la estudiaba.
" Se dice que si pones en la oreja una concha marina se puede oír el mar, puedes escuchar las mareas subiendo y bajando ".
Roger la miró y le sonrió . "Ponla en tu oído y escucha ."
"¿Qué?"
"Esa concha . Ponla en tu oído y escucha ."
Roger lo hizo. "¿Qué oyes ?"
"El rugido del mar. Silencio . No se puede escuchar si hablas." Ella esperó. "¿Puedes escucharlo ahora?"
"No, no puedo oír nada si me hablas."
Ella sacudió la cabeza. "Entonces tendrás que ir a escuchar afuera y donde hay menos ruidos. El viento ha cesado y ha salido el sol. Tal vez hasta el aire esté mas caliente ."
Él se puso de pie y miró concha que tenía en la mano, luego le dio a Teleri una mirada triste. Ella hizo una pausa mientras comenzaba a limpiar la mesa y se preguntó por qué la había mirado de esa manera.
Cuándo mierda le había que la amaba o que era su amor ? Roger se pasó una mano por el cabello mientras caminaba por el jardín intentando de recordar lo que había dicho la noche anterior . No recordaba haberle dicho esas palabras. Nunca haría algo tan tonto.
Él no le mentía a las mujeres. Se enorgullecía de eso. Y había estado con muchas mujeres a lo largo de los años, pero sólo a una le había dicho Te amo.
Elizabeth.
Había cierta ironía en el hecho que Teleri fuese la mujer con quien tenía una enorme deuda y que fuera la única mujer a la que nunca debería haber tocado. Ella había salvado la vida . Por propia voluntad le había dado socorro y ayuda a quien era su enemigo , y quien básicamente era un desconocido.
Sin embargo él tenía dificultad en mantener sus manos fuera del cuerpo de Teleri . Ella era una muchacha inocente, no era el tipo de mujer que uno escogía para tener sexo por diversión. Entonces , Roger se preguntó a sí mismo por qué mierda hacía lo que hacía . Ninguna respuesta vino a él. Ninguna respuesta lógica.
Los postigos estaban semi abiertos y él la oyó moviéndose en el interior de la cabaña. Regresó sobre sus pasos y se puso en un lugar en el jardín donde podía espiarla.
Teleri comenzó a tararear mientras trabajaba, y Roger se preguntó si ella sabía lo que estaba haciendo. Era un sonido hermoso. Claro , limpio y perfectamente entonado. La música de un ángel. cada latido del pulso.
Roger miró hacia abajo, porque sentía como si estuviera mirando algo que no debía mirar . Espiarla lo hacía sentirse inmensamente culpable. Entonces abrió la palma de su mano y vio la concha marina .
Una concha marina . Algo tan simple y ordinario , él nunca se habría parado a juntar algo así o peor aún, la habría pisoteado con su caballo . Sin embargo, Teleri la había guardado la cáscara y la preservaba en una cesta y la exhibía con orgullo como si se tratara de los regalos de su dote .
Tocó la concha y recorrió su superficie áspera dedos . La sintió suave y frágil . Se acordó de la anécdota del huevo del gorrión y del modo en que le había enseñado a cortar los hongos. Tomar de la naturaleza pero no romper ni destruir.
Sintiéndose curioso, llevó la concha marina a su oído y escuchó. Se oía un sonido, algo distante y suave como las olas del mar.
Roger frunció el ceño y escuchó con atención , preguntándose si se lo estaba imaginando , del mismo en que se había imaginado que el sol brillaba con mas fuerza el día que el faisán muerto había vuelto a la vida.
Por una razón desconocida, miró hacia la ventana. Teleri estaba secándose las manos con un paño y lo miraba mientras él sostenía la concha marina contra su oído.
Teleri le sonrió, y Roger oyó el mar.
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