jueves, 13 de noviembre de 2008

SALVAJE - CAPITULO 35

Capítulo 35



Los días se hacían cada vez más cortos, lo que le encantaba a Roger, pues cuando un hombre acaba de casarse, las noches son la mejor parte del día.
Merrick volvió tres días después de haber partido , trayendo provisiones y regalos para ambos. Riéndose apareció en la puerta de la cabaña llevando a una enorme horma de queso y dos pequeñas jarras con sidra y una tercera jarra con vinagre de vino. Con el vinagre, Teleri podría hacer pickles de verduras que se podrían conservar y ser comidas durante el invierno.
Al igual que un rey mago, Merrick fue sacando pequeñas bolsitas con especias: canela , nuez moscada, cúrcuma y el azafrán, de sus alforjas. A Roger le regaló una espada, un cinturón y una vaina, y a Teleri un tazón de plata en la que podría guardar las conchas y piedras.

Pero lo que realmente fascinó a Roger fue observar la reacción de Teleri cuando Merrick le dio una pequeña caja de madera tallada con un pestillo de bronce .
"Este regalo", le dijo a ella, "es de mi esposa y mío "
"Pero nos has regalado tanto, mi lord ".
"¿Qué dijiste ?" Merrick frunció el ceño .
Teleri sonrió. "Merrick". Ella ya parecía abrumada por las pocas cosas que Merrick le había regalado.

"Clio querría que tengas algo así".
Teleri abrió la cajita y observó el interior . Su boca cayó abierta.
Adentro había alfileres de acero clavados en un pequeño cojín de seda color violeta junto con tres brillantes agujas de oro. Había dos carreteles de hilo, uno marrón y otro negro y, finalmente, un pequeño par de tijeras de plata con una cadena de plata que uno podría colgar alrededor de su cuello.
Ella tocó el costurero casi reverentemente, y luego tragó en seco mientras miraba fijamente la caja.

Roger se dio cuenta de que porque tenía tan pocas posesiones, ella no conocía objetos como ese, que eran objetos cotidianos para su madre , sus hermanas y casi todos las demás damas que él conocía.
Teleri miró a Merrick. "Gracias. Y gracias a Lady Clio de mi parte. Este es un regalo bellisimo. Lo guardaré como un tesoro".
Merrick sonrió . " Bien !" Él palmeó su muslo y dijo: "Creo que me gustaría enseñarles a jugar ajedrez nuevamente ."
Roger miró a Teleri, quien todavía estaba mirando la caja de costura.
Ella lo miró y le sonrió.
"Merrick gana un juego y de repente se convierte en un experto. Ven, amigo," Roger le dijo a Merrick. "Teleri y yo vamos a enseñarte cómo realmente se juega este juego ."
Esta vez la mente de Roger estaba concentrada en el juego y él y Teleri, que estaban aprendiendo rápidamente, ganaron la reina de Merrick en ocho movimientos.

Estaba oscuro cuando Teleri se levantó de la cama en algún momento entre la noche y el amanecer . Se movió tan silenciosamente como pudo. Roger estaba durmiendo.
Dio la vuelta alrededor de la cama , fue hacia la pequeña ventana cerca del baúl y abrió las postigos . Se sentó en la parte superior del baúl, apoyando su mentón sobre una mano y miró hacia afuera. Todo estaba muy quieto. Todo el mundo debía estar durmiendo en ese momento.

El cielo nocturno era claro y había estrellas . Amaba el cielo nocturno, porque cada vez que lo estudiaba, sentía como si estuviese viendo las estrellas por primera vez.
Quería hacer algo para Roger, algo especial. Eso era lo que había mantenido despierta, mucho después de que le había hecho el amor y luego se había dormido. Tomó el costurero y miró adentro, preguntándose cuán difícil podía ser coser.

Ella no lo sabía, porque nunca antes había tenido una aguja . Nunca había tenido hilo o algo tan maravilloso como ese par de tijeras.

Colocó el costurero a un lado, fue hacia la cama para agarrar una vela. La encendió y buscó en la habitación la camisa color azafrán de Roger , la que había usado debajo la túnica y la cota de malla. Tenía rasgaduras causados cuando ella le había sacado la cota de malla.
Tomó la vela y la camisa, intentando ser tan silenciosa como un ratón, fue hacia la ventana y se sentó. Se acercó la vela y estudió las agujas y los hilos
A los pocos minutos comenzaba a coser.
De vez en cuando, levantaba la vista y observaba a Roger, durmiendo en la cama, su brazo colocado detrás de su cabeza. Ella sonrió.
Le llevó la mayor parte de la noche terminar de remendar la camisa. Y cuando lo hizo, dobló la camisa en su regazo, y se quedó allí, con su mentón apoyado sobre su mano mientras pensaba en su marido. Y cada tanto lo miraba , porque hacer eso la hacía sentirse mejor que toda una noche de sueño.


Roger se despertó para encontrar Teleri ya levantada y su camisa doblado y colocada junto a él en la cama. Miró la camisa con la luz del día. Tenía los agujeros zurcidos con hilo negro. Él se había despertado la noche anterior y la había visto cuando ella pensaba que él dormía.
Con la débil luz de una vela, ella había remendado su camisa, con la cara muy cerca de la aguja y su lengua asomando por esquina de su boca en un estado de profunda concentración. Teleri casi se estremecía cada vez que clavaba la aguja en la tela, y había tenido que contenerse para no reírse cuando se había dado cuenta lo que ella estaba haciendo.

Pero aquí con la luz del dí , vio que los puntos eran todos de diferentes tamaños y se esparcían sobre la tela como un caminito de hormigas. Roger se acordó de su madre y sus hermanas, que se enorgullecían de la delicada precisión de sus puntadas. Esas puntadas eran diminutas, casi invisibles y alineadas en perfectas líneas rectas.
Sus botones nunca estaban flojos y nunca se le había descosido una prenda . Su madre y hermanas eran excelentes costureras y siempre obtenían elogios cada vez que le hacían una nueva túnica o camisa.
Pero la calidad de las puntadas poco le importaban para él. Lo conmovía mucho mas que Teleri, alguien quien, evidentemente, no cosía a menudo, o tal vez nunca antes había cosido, hubiese hecho ese esfuerzo especialmente para él.



A finales de la mañana Merrick y Roger estaban afuera de la cabaña, Merrick sobre su caballo . Estaba regresando a su hogar.
"Estás seguro que quieres quedarte aquí?" Merrick le preguntó nuevamente .
Roger asintió. "Por un tiempo muy largo. Quiero tiempo a solas con mi esposa antes de volver a casa."
"Voy a hablar con Edward y le avisaré a su familia. Edward ni yo dejaremos que nadie sepa que estás aquí , sano y salvo."

Roger le agradeció mientras Teleri salía de la cabaña , secándose las manos con un paño. Se paró junto a Roger. " Te mostraré el camino más directo. Te llevará hasta el borde este del bosque por lo que no tendrás que dar toda la vuelta."

Ella tomó la mano de Roger y caminaron hacia el bosque con Merrick siguiendolo con su caballo detrás. El sendero no estaba muy lejos, pero estaba escondido detrás de una maraña de zarzas y abedules.
Roger nunca habría creído que existía una senda debajo de esa maraña, hasta que vio que Teleri corría algunas de las ramas un lado y un camino casi apareció como por arte de magia .
Ella se dio vuelta y sonrió. "Este es el camino."

Merrick le dio un beso que no fue muy largo , luego rodeó a Roger con sus brazos y lo sacudió. "Adiós. Cuídense , los dos ." Él se detuvo. "Casi me olvidaba de esto". Él buscó dentro de su túnica y le entregó a Roger una bolsa con monedas. "Es posible necesites esto ", él dijo . Luego Merrick le entregó un pequeño pedazo de pergamino.
Roger desarrolló el papel y lo leyó . "¿Qué es esto?"
"Otro regalo". Merrick lo miró . “ Son los nombres de los muchachos de la aldea que la apedrearon."

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