jueves, 25 de noviembre de 2010

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DIVINO TESORO - CAPITULO 31-EPILOGO - BETIINA KRAHN

EPILOGO



Culpepper, Maryland, 1768

Esa tarde calurosa de verano, la mansión Renville vibraba con mucho barullo y actividad. Había invitados dentro y fuera de la casa. Sterling Renville acababa de ser electo para un período mas en la Asamblea de Maryland, y por esa razón había invitado a los habitantes de la villa para celebrar su victoria. Wyatt y Larenda habían llegado para una visita de unos días antes y también había algunas personas venidas de Baltimore.
Philamon estaba sentado en el pórtico con Buck Barrett, discutiendo sobre la causa de una reciente enfermedad que había atacado a los frutales, y el padre Vivant y el reverendo Whitethorn, completamente absortos, jugaban una partida de ajedrez en una de las mesas del jardín. Los cuatro ignoraban los chillidos y gritos de un grupo de niños ruidosos que jugaban y peleaban en el patio.
Treasure y Larenda, embarazada, se presentaron para intentar controlar la situación mientras que Sterling y Wyatt venían de los establos. Los hombres se detuvieron al ver que sus esposas intentaban acabar con las peleas entre los chicos.
Basta ! — Treasure exclamó en voz alta.
— Peleando con tus amigos más queridos? Nunca vi algo igual! —disgustada, miró a los cuatros chicos rubios: Matthew Darcy, Mark Philamon, Luke Penance y John Pierre.
Los niños levantaron la cara y miraron a su madre con ojos que iban desde violeta al azul gris .
— No quiero volver a verlos hacer esto, me oyeron ? Los verdaderos amigos se aman y viven en paz.
— Treasure! — la llamó Annis Barrett, interrumpiendo el sermón que ella le dab a los hijos. — Viste a Modesty? Fui despertarla y no está en la cama. No puedo encontrarla. Ya la busqué por toda la casa.
— Modesty? — Treasure abrió enormemente los ojos , horrorizada.
— Estás segura? — Pero antes que pudiese oír la respuesta, se dio vuelta y le pidió a Sterling e Wyatt que fuesen buscarla.
Al oír que la pequeña Modesty había desaparecido, Buck Barrett y Philamon dejaron de conversar, el padre Vivant y el reverendo dejaron el juego y , finalmente , todos fueron a colaborar en la búsqueda de Modesty Renville. Pero la nena de dos años y medio no fue encontrada en ningún lugar de la casa.
La noche se acercaba, y todos salieron a buscar a la hija menor de los Renville. Treasure insistían en decir que Modesty pronto aparecería, pero el tiempo pasaba y no se tenía novedades de la niña.
Sterling y un grupo de hombres montaron sus caballos y partieron a buscarla por los bosques e granjas da vecindario, pero pronto se puso muy oscuro y tuvieron que dejar la búsqueda para el amanecer.
Nunca el amanecer había sido tan esperado como en ese día. Después un rápido desayuno , salieron nuevamente. Pero, por suerte, no tuvieron que ir muy lejos. A pocos metros de la mansión Renville, una niña descalza y de vestido azul y delantal blanco salió de detrás de un gran carro.
Treasure dio un largo suspiro y se aproximó a su hija.
Modesty Renville sonreía mientras acariciaba una ardillita que traía en los brazos.
Sterling también se acercó, pidiéndole a su hija que pusiese el animal en el suelo , pues él podría morderla, estar enfermo y todas las cosas que un adulto dice en una situación como esa. Pero cuando intentó sacar el animal de los brazos regordetes, la ardilla mostró sus dientes en señal de desafió a quien tratase de cortar su amistad con la dulce nena de cabellos dorados.
Treasure le guiñó un ojo a su marido, antes de arrodillarse cerca de su hija y acariciar la ardilla , quien aceptó la caricia sin problemas. Se oyó un murmullo general y , segundos después, Modesty Renville y su nuevo amigo fueron saludados con mucha alegría. Entonces, cuando Treasure levantó la cara, vio sus padres, que la observaban con un brillo significativo en la mirada.
En ese instante, todos los presentes entendieron que, todo indicaba, que Culpepper tendría una nueva libre pensadora para guiarlos.
Ahora entendían lo que significaba la expresión "nada es por casualidad ". Después de todo , Treasure era el tesoro que el viejo barón le había dejado como herencia a su hijo, y Modesty era un regalo del Cielo , no sólo para sus padres sino también para una pequeña comunidad que florecía en las jóvenes colonias americanas allá por el mil setecientos .


FIN
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miércoles, 24 de noviembre de 2010

DIVINO TESORO - CAPITULO 30 - BETINA KRAHN

CAPITULO 30


El trigo todavía se estaba secando a pesar que era finales de agosto. La avena había sido cortada y también era secada al sol; y las vides estaban cargadas de frutos. Por todo el camino había siñales de que sería otro año de mucha producción en el pequeño valle de Culpepper.
Una brisa suave mecía las hojas y las ramas de los árboles que se esparcían a lo largo del pequeño camino, como si hasta la naturaleza pródiga estuviese dando la bienvenida a la pensadora que finalmente volvía a su hogar.
Dentro del carruaje, Sterling miraba a su esposa, quien se controlaba para no ordenarle al cochero que apresurase los caballos y que no sacaba la vista de la ventanilla apreciando el paisaje y los olores de su pueblo natal. Sterling le tomó la mano y notó que estaba fría.
Lpos campos y la huertas pasaban por la ventanilla, y Treasure se sentía cada vez más ansiosa, reconociendo todo. A la distancia, vio los graneros de Collin y Naomi Dewlap. Pronto estarían en el centro de la villa.
— Crees que ellos me reconocerán ? Crees que las cosas por aquí han cambiado tanto como yo?
— Mi divino tesoror — Renville murmuró —, si , algunas cosas deben haber cambiado. Pero muchas cosas deban seguir igual. Estás preocupada?
Ella asintió, y Sterling la abrazó, compartiendo ese tipo de complicidad que sólo existe entre personas que se aman mucho.
Entonces, cuando el gran carruaje se detuvo en el centro de la minúscula plaza, una pequeña multitud pronto los rodeó. Sterling descendió primero y se dio vuelta para ayudarla a hacer lo mismo. Treasure alisó el vestido de terciopelo y acomodó el sombrero , buscando rostros familiares.
— Lila Cole, Tilli Gilcrest — ella sonrió.
Todos se quedaron mirándola boquiabiertos, apenas pudiendo creer en lo que veían. Parecía Treasure Barrett, la pensadora... pero tan elegante y en un carruaje!? Nadie se movía, y la tensión crecía.
— Will? — Treasure miró a un joven de pecas. — Will Treacle? — ella lo llamó.
La cara del muchacho se iluminó al ver a Treasure abrir sus brazos para él. Con dos pasos, Will se anidó en los brazos de ella. Todos comenzaron a hablar al mismo tiempo, pero el alboroto era música para los oídos y el corazón de Treasure.
Cuando ella lo soltó, Will corrió para llamar al padre Vivant, y la gente empezó a narrarle los acontecimientos del último año que. Le contaron que algunos muchachos habían luchado contra os franceses, como Pierre Fayette y Johnny Cole. También hablaron de la nueva iglesia en la plaza de la villa. Comentaron que habían sufrido una epidemia de gripe en el invierno, pero gracias al padre y a Collette Rennier nadie había muerto. Claude Justment había ayudado a perforar un nuevo pozo fuera de la villa y habían instalado dos cisternas. Collin Dewlap había terminado la casa de hielo en sus tierras y ahora tenían hielo la mayor parte del verano . Habían tenido una buena primavera y abundantes lluvias para las plantaciones. La cosecha había sido muy productiva .
Treasure! Dios del cielo... sos vos ! — el Padre Vivant atravesaba la multitud, corriendo. ?l la abrazó y , antes de soltarla, la miró a los ojos.
— Dios, cómo nos preocupamos por vos, mi pequeña. Déjame mirarte ! —El se apartó para verla mejor. — Estás tan linda! El Señor te trajo a casa - Barón , sea bienvenido también.
— Oh, Treasure — Lila Cole sujetó el brazo de Treasure —, debes conocer al reverendo Whitethorn. ?l vino a Culpepper esta primavera para comenzar una iglesia. Una verdadera iglesia protestante.
— Reverendo — Treasure extendió la mano al nuevo religioso, y cuando miró nuevamente al padre Vivant se dio cuenta que había una cierta animosidad entre ambos.
— Esta es una gran y agradable sorpresa — Sterling rompió la tensión —, dos iglesias en un mismo pueblo . Eso significa que Culpepper está progresando y que las tierras aquí deben valer el doble ahora.
— O que se necesita el doble de arrepentimiento — declaró el reverendo, mirando en dirección al padre católico , quien murmuró algunas palabras en francés.
Para romper la tensión, Treasure los invitó ambos a una cena en la mansión Renville esa misma noche, y los dos aceptaron prontamente.
Sterling, entonces, llevó a su esposa de vuelta al carruaje y solicitó que Will Treacle fuese pedirles a los Barrett que fuesen a la mansión.
Cuando el carruaje se puso en movimiento, Treasure saludó a todos y se acomodó en el asiento con expresión preocupada. Miró a Sterling y vio que su marido la observaba. Sabía que él estaba leyendo su mente, pero aún así dijo:
— Creo que ellos no me extrañaron mucho.
— No estés tan segura de eso. — Sterling se rió.
— Pero creo que es verdad. Collette Rennier cuidó de los enfermos, y Claude trató de inventar y hacer muchas cosas interesantes.
— Treasure — Sterling le tomó el mentón, forzándola a mirarlo — Estás triste porque ellos han comenzado a pensar por si mismos? — Su tono era provocativo , pero él estaba serio. — Calmate , mi amor. Ya era tiempo que ellos caminasen con sus propios pies. Además , vos pronto tendrás muchas cosas que hacer y no podrás estar caminando por allí todo el día como hacías cuando eras soltera.
Treasure le devolvió la sonrisa y suspiró profundamente.
Al llegaron a la mansión, los criados los esperaban para darle la bienvenida. Treasure fue abrazada por el viejo Bailey, por la señora Treacle y por todos los demás criados de la propriedad, a excepción de Alf y Hanley, quienes se excusaron, diciendo que olían a establo.
La pareja fue conducida al interior de la casa, y Treasure se detuvo en el gran vestíbulo, mirando todo sin poder decir una sola palabra. La señora Treacle lloró un poco y fue preparar la cena festiva para esa noche.
Pronto, Buck, Annis, la pequeña Sally y Pen Barrett llegaron y corrieron para abrazar a su hija y hermana que no veían hacía tanto tiempo. Buck estaba orgulloso de verla tan elegante. Sally hizo un millón de preguntas y Pen fue hacia su cuñado para preguntar qué los traía de vuelta a Culpepper. Todos se quedaron en silencio para oír a Sterling explicar su nueva función.


Aquella noche, la cena fue servida con gran estilo, y Treasure se sentó en el lugar de la anfitriona, ladeada por el sacerdote y por el reverendo. Sterling se sentó del lado opuesto del a mesa y todo salió muy bien , terminando con un brindis hecho por Buck, dándole la bienvenida a su hija y su yerno.
Sterling, disfrutando su papel de anfitrión, también propuso un brindis por su amada Treasure y por el nuevo Renville, que debería estar llegando al mundo en aproximadamente seis meses.
— Es verdad ? — preguntó Annis, mirando cariñosamente a su hija.
— Es verdad. Estoy esperando un bebé — Treasure confirmó, ruborizándose.
Todos celebraron con muchas ganas, hasta que el padre Vivant tomó la palabra.
— Mis plegarias fueron atendidas, Treasure Barrett, pues vas a tener un bebé para que yo lo bautice , entonces sé que el sacramento que administré para ustedes fue verdadero y fue bendecido — dijo el padre, secando una lágrima furtiva antes de acercarse a abrazarla. — Tenía el corazón oprimido sin saber si había actuado correctamente, pero ahora un bebé lo cambia todo. Y habrá un nuevo Renville para que yo bautice.
— Para que usted bautice ? — el reverendo Whitethorn se levantó muy tenso . — Los Barrett, y sin duda los Renville, no son católicos romanos.
— Ellos son de mi rebaño, si , señor — el padre Vivant declaró. — Cuidé de ellos en la enfermedad , recé con ellos en sus tribulaciones y los casé ! Y , por la Virgen María, también los bautizaré!
De repente, los dos religiosos se pusieron a discutir, y fue Treasure que se levantó para interrumpirlos.
— Basta ! No quiero peleas en mi mesa y mucho menos por culpa de mi bebé! Tal vez quieran que rompa al bebé en dos para que cada uno se quede con una parte!
La alusión al rey Salomon y el famoso pasaje bíblica fue demasiado humillante para los dos religiosos, y ambos se callaron en el mismo instante.
— Padre, usted derramará el agua, y el reverendo dirá la bendición. Y el bebé será bendecido dos veces, por dos hombres de Dios. Está bien así ? — dijo Treasure, volviendo a sonreír.
Los dos no parecieron satisfechos, pero no tuvieron el coraje de rechazar la sabia sugerencia.
Más tarde, cuando los invitados se marcharon , dejando solo a la familia, Buck intentó explicar:
— El reverendo llegó a Culpepper a finales de abril. Pronto , él y el padre Vivant comenzaron a pelearse y la gente no sabía qué hacer, teniendo que escoger entre los dos.
— Eso es deplorable ! — Treasure exclamó. — Pero prometo que pensaré en una solución.
Al oír esa promesa, todos los presentes respiraron aliviados y , durante el resto de la noche, los Barrett y los criados de la mansión se quedaron a oírla contar todo sobre Rothmere y Londres.
Algún tiempo después, Buck bostezó y se declaró exhausto.
Probando ser un buen yerno, Sterling puso el carruaje a disposición de la familia para llevarlos a su casa, y poco después, cuando ya estaban solos, tomó a su esposa en sus brazos y la cargó al cuarto principal. La colocó sobre la gran cama con mucho cariño y le besó la punta de la nariz .
— Me pregunto cómo Wyatt y Larenda se estarán arreglando sin nosotros — Treasure dijo, recordando el entusiasmo de Larenda cuando los cuatro llegaron a la casa de Wyatt, en Filadelfia.
— Espero que sean felices. Y si recuerdas bien , ellos no parecían necesitar de nuestra compañía durante el viaje en barco. Además, los veremos el próximo mes, cuando vayamos a Filadelfia, y los invitaremos a visitarnos. De cualquier modo, probablemente vendrán cuando el tío Philamon llegue para Navidad.
Sterling se acostó y acurrucó asu esposa, explorando con los manos cambios que el embarazo estaba provocando en el bello cuerpo de su amada Treasure. En ese cuerpo estaban sus mayores tesoros: su mujer y el hijo que ella engendraba.
— Sos feliz, mi Treasure?
— Oh, si , Sterling. Prefiero estar aquí en este cuarto con vos a estar en cualquier otro lugar en el mundo. Fue en este cuarto que nos amamos por primera vez.
— Y todavía estás preocupada que tu gente parece no necesitarte ?
— No mucho. Tal vez no me necesiten como solían hacerlo , pero todavía precisan una pensadora , incluso hasta el mismo padre Vivant. Probablemente encontraré otras maneras de ser útil.
Se besaron , y las caricias de Sterling hicieron que Treasure se olvidase del resto del mundo.
— Pronto tendrás un bebé para mantenerte ocupada, mi amor.
— Tu hijo...
— O hija — él agregó, besándola la punta de la nariz. — Y mientras yo esté ayudando a las colonias, me temo que habrá muchísimas cosas para ser hechas en esta casa. No me gusta dejarte sola, pero tendré que ir a Boston en dos semanas.
— Bien, creo que no debes preocuparte por mí . Sé como administrar la mansión Renville.
— Estoy seguro de eso — él se rió.
Algún tiempo después, cuando Treasure se había dormido en sus brazos después haber hecho el amor apasionadamente, Sterling se levantó y fue hacia las puertas dobles del cuarto. El aire frío de la noche lo envolvió , y se acordó de otra ocasión en la que había estado en ese mismo lugar, mirando el valle iluminado por la luz de la luma. Pero ahora se sentía extrañamente feliz y en paz consigo mismo y con los recuerdos de su padre.
— Estoy aquí, padre — él susurró. — Traje a nuestra Treasure a casa. — Miró a la mujer delicada que dormía como un ángel en la inmensa cama matrimonial . En ese momento, entendió lo que le destino le había reservado.
Si . Treasure era la herencia que su padre le había dejado , el divino tesoro que había venido a buscar en Culpepper. Era la mejor herencia que un hombre podría darle un hijo, el más divino de todos los tesoros: un gran y verdadero amor.

martes, 23 de noviembre de 2010

DIVINO TESORO - CAPITULO 29 - BETINA KRAHN

CAPITULO 29


A las diez y media de la mañana siguiente un carruaje llegó con una escolta militar para llevar a Sterling Renville al gabinete del ministro de Relaciones Exteriores. Sterling miró al oficial y sintió un frío en el estomago. Algo estaba mal. Qué podría querer el ministro con él ? Había quedado sorprendido cuando un mensajero había venido a avisarle que estaba siendo esperado con urgencia. Era cierto que tenía amistad con muchos parlamentarios y que había intercedido en favor de Wyatt en la Bolsa de Cereales, pero eso no quería decir que circulase por medios oficiales.
Sin embargo, por más sorprendido que estuviese, Sterling nada le preguntó al oficial que lo escoltaba y nada le fue dicho. Durante trayecto, alisós sus manos enguantadas y jugueteó con su bastón, intentando no pensar mucho. Al llegar , fue llevado a un oficina espaciosa y confortable.
después de unos terribles quince minutos, la puerta se abrió. Sterling se quedó sorprendido al ver al primer ministro William Pitt en persona, acompañado por el subsecretario del Tesoro y sir Alfred Patten, de la Bolsa de Cereales. Pitt se sentó detrás del escritorio de nogal y los otros dos se acomodaron entre Pitt y Sterling. Cuando el ministro en jefe lo felicitó por el resultado del interrogatorio, Sterling agradeció, sólo sacudiendo la cabeza.
— Usted es un hombre interesante, barón Renville — dijo el primer ministro, levantando su mentón fino. — Es un hombre que sabe de dinero... a pesar de no tenerlo. Y su reputación es... digamos, controvertida. Usted es una paradoja . Un hombre ambicioso... sin una posición que le de oportunidad de progresar.
— Con todo respeto, señor. No entiendo como las paradojas de mi carácter puedan interesarle — Sterling dijo, aparentando calma.
— Es mi interés en su persona lo que me lleva a ofrecerle un puesto donde pueda progresar . Inglaterra necesita un hombre como usted . Lo que tengo para ofrecer le va a caer muy bien porque también es una paradoja.
— Temo no estar entendiendo, señor.
— Usted conoce nuestras colonias en América... sabe como ellos son de tercos en producir beneficios para la nación. Nuestros colonos esperan que administremos sus territorios sin molestarlos demasiado y sin cobrarles impuestos. Tuvimos que luchar mucho para hacerles pagar su parte en el costo de la guerra con Francia y para proveer alimentos para nuestros soldados. Necesito un hombre que entienda de economía y que no tenga miedo de arriesgarse cuando sea necesario. Necesito a alguien que entienda el modo de pensar de los habitantes de las colonias y que no sea convencido por ellos para defender sus intereses en detrimento de los de la corona. Necesito que represente los intereses económicos del Ministerio de Relaciones Exteriores, para que la guerra sea financiada y para que nuestras tropas estén bien equipadas y alimentadas. Y usted es el hombre que quiero.
Atónito, Sterling se movió en la silla, intentando entender lo que estaba sucediendo. Le estaban ofreciendo un lugar... un importante puesto en el gobierno, aunque fuese en las colonias?
Una hora más tarde, cuando Sterling salió del Ministerio , Pitt lo observó entrar en el carruaje a través de la ventana de vidrio de su elegante gabinete.
— Espero que no estemos cometiendo un error enviando a Renville a las colonias — Pitt dijo , recordando de que el señor Franklin había sido el gran incentivador de la idea de designar al barón para el cargo.


Sterling descendió del carruaje antes que éste se detuviese completamente. Entró corriendo, entregó el sombrero a Huddleston, preguntando por Treasure.
— Ella está en la salita privada, señor.
— Treasure! — él gritó, excitado, antes de notar que había otras personas con ella.
Wyatt estaba sentado al lado de ella en el sofá, y delante de de ellos nadie menos que el Doctor Benjamin Franklin.
— Qué sucedió no Ministerio ? — ella insistió, apretando el brazo de su marido.
— Me ofrecieron ... un puesto ... en las colonias. Como administrador financiero, en el Ministerio de Guerra.
Wyatt pegó un grito y Treasure se arrojó en brazos de su marido.
— Aceptaste ? — Treasure preguntó, sujetando las manos de su marido entre las suyas.
— Si, acepté .
— Y eso significa... — Treasure l o abrazó, con los ojos brillando de alegría.
— Significa que te llevaré de vuelta a Culpepper, como prometí cuando te enfermaste en el barco. — Sterling miró a su esposa y a Larenda, quien acababa de entrar en el aposento y las vio intercambiar una mirada de complicidad. — Ey , por qué tengo la impresión de que algo raro está pasando aquí?
— Ah, querido, tal vez sea porque Larenda y yo estamos muy felices porque no tendremos que separarnos — Treasure dijo , mirando ala que se había convertido en una gran amiga en el último año.
Sterling continuó mirándolas sin entender exactamente qué estaba sucediendo.
— Es muy simple , Sterling — Treasure habló animadamente. — Wyatt le pidió la mano de Larenda y al duque y él aceptó. Por lo tanto , los dos van a ir a vivir en Filadelfia, lo que significa que estaremos muy cerca.
— En este caso, creo que todo está bien cuando acaba bien — Sterling dijo, sonriéndole a la joven que consideraba como a una hermana, antes de tomar la mano de su adorada esposa y correr con ella al cuarto, donde podrían celebrar la gran noticia . Estaba tan excitado que ni siquiera se acordó que tenían visitas en la sala.
— Te amo , Treasure— el le besaba la nariz, las mejillas y el cuello.
— Dijiste que me llevarías de vuelta a Culpepper como habías prometido. Cuándo hiciste esa promesa?
— Cuando te enfermaste a bordo del Indulgence. Me prometí que si te sanabas te llevaría de vuelta a Culpepper. Ahora ha llegado el momento de cumplir mi promesa.
— Eso quiere decir que ya no odias a Culpepper ? Podría ser feliz viviendo conmigo y trabajando en las colonias?
— Por el momento . Pero te aviso que planeo hacerme rico y que vos no interferirás en mi trabajo.
— Oh, prometo que no haré nada de eso. Crees que en Filadelfia hay mesas de naipes?
— Treasure, estoy hablando en serio.
— Oh, Sterling. Sé que serás maravilloso ayudando a las colonias.
— No comiences con esa fiebre por las colonias nuevamente... No planeo quedar allá para siempre. Un día me será ofrecido algún cargo mejor y volveremos para Londres.
— Sé que actuarás correctamente, Sterling, con las colonias y con nosotros.
— Nunca fingí ser un santo, Treasure — él murmuró.
No, pero sos un hombre bueno y fuerte, que quiere ayudar a las personas y puede ser gentil cuando se lo propone. Eso es suficiente. — ella pasó los dedos por los cabellos rubios de su marido. — No dolió tanto cuando pensabas, no ?
— Qué?
— Que diga que sos gentil. Sos más parecido al barón Darcy de lo que piensas. Por eso no nos echaste de Culpepper. En realidad estabas preocupado por nosotros.
Ante la mención del nombre de su padre, Sterling se tensó .
— Sé que no amaste a tu padre, Sterling... Pero te entiendo y confieso que yo lo amé por nosotros dos.
Sterling se sentó en la cama y trató de alejarse de ella, pero Treasure se lo impidió y se arrodilló detrás de él.
— El barón me enseñó todo lo que podría haberte enseñado a vos. ?l me dio el amor que yo te doy a vos. EY algún día le voy a enseñar eso a nuestros hijos ... — ella se detuvo , mordiéndose el labio, y rezó para que no hubiese ido demasiado lejos .
El rostro de Sterling estaba impasible, sus ojos , cerrados, incapaz de lidiar con una nuevo sentimiento . Durante años, había vivido bajo el peso de resentimientos, odio y preconceptos. Cuando había viajado a las colonias era un hombre absolutamente encapsulado . Y desde esa primera noche en la biblioteca de su padre, Treasure le había mostrado que había un mundo nuevo por descubrir.
Ella lo había desafiado y lo había atraído , había provocado su orgullo y le había enseñado a amar. La dulzura y la decencia de ese inmenso corazón había sido suficiente para acabar con su codicia y vanidad. Con su inocencia y sabiduría, Treasure le había dado otro significado a los acontecimientos de su vida, y le había dado nuevas experiencias y nuevos descubrimientos respecto del mundo. Si , ella lo había completado como hombre en un mundo dominado por hombres. Y sólo ahora él se daba cuenta que esos valores habían sido inculcados en Treasure por su padre.
Sterling la miró con ternura. Había sido por intermedio de esa mujer extraordinaria que había conocido un poco a su propio padre.
— Te amo más que a mi propia vida, Treasure — Sterling susurró, emocionado. — Y creo que vos también me amas.
— Oh, si , querido, te amo mucho! — Treasure confesó, cubriendo la cara con besos.
Sterling la puso sobre su regazo y la abrazó, sonriendo.
Esa noche hicieron el amor apasionadamente, y , después, cuando reposaban satisfechos Treasure se atrevió preguntar:
— Sterling?
— Si ?
— Cuándo partiremos?

lunes, 22 de noviembre de 2010

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RISAS Y SONRISAS SOBRRE LAS RELACIONES AMOROSAS

DIVINO TESORO- CAPITULO 28 - BETINA KRAHN

CAPITULO 28

Los pasos de Sterling hacían eco en las calles oscuras, húmedas y vacías. Sin saco y sombrero él temblaba bajo el viento frío de primavera. Se detuvo en la intersección de dos calles transitadas, sin saber con seguridad que camino seguir.
Ya había tomado una decisión. Su vida había tomado un rumbo que él no había planeado . Sus valores ahora eran otros: consciencia, amor, cosas buenas y correctas que hacer. No había analizado los motivos, pero sabía que la responsable era Treasure Barrett y que eso había empezado en Culpepper.
El había puesto el bienestar y las necesidades de los otros antes que las suyas. Comenzó a caminar y pronto estaba corriendo. Tenía que llegar a su casa para compartir sus descubrimientos y conclusiones con la única persona que realmente le importaba: su esposa.
El cuarto de Sterling estaba oscuro y en silencio. Su visión se adaptó y vio a Treasure donde esperaba que estuviese: en la cama, esperándolo. Fue hacia la cama y la miró por un momento, admirando sus cabellos sedosos, la piel sedosa y la voluptuosidad de su cuerpo dormido. Se sentó en el borde de la cama y la tomó en sus brazos. Ella sintió su ropa helada y se despertó.
— Llegaste ! — ella susurró, pasando los brazos alrededor de su cuello . — Estaba tan preocupada por vos ! Qué sucedió? Sácate la ropa mojada y ven a la cama para que pueda calentarte.
— Tengo muchas cosas para contarte , Treasure — él dijo, antes de besarla. — Debo encontrar un modo de salir de esto sin herir nadie. Necesito que pienses conmigo. — Treasure lo abrazó sonriendo. — Ahora.
— Ahora? — ella preguntó sorprendida. — Tiene que ser ahora?
Treasure se acurrucó cerca de él, dispuesta a escuchar. Renville habló sobre ganancias y decisiones simplificadas, sobre ética y sobre la dificultad de actuar con egoísmo. Ella se sonrojó cuando Sterling dijo que sentía celos de como ella hacía caridad, de como respetaba los sentimientos de los demás y de su necesidad de ayudar a la gente . Luego tocó el tema del dilema de ese momento: Larenda y Wyatt. No quería que ellos sufriesen.
De vez en cuando, Treasure lo interrumpía para besarlo. Y los dos intercambiaron ideas, analizando posibilidades, uniendo sus pensamientos como unían sus cuerpos.
— Creo que deberíamos contarle a Wyatt y a Larenda lo que está sucediendo.
— Te parece? — Sterling frunció el ceño. — No me gustaría ver a Wyatt sacrificarse.
Bien... deja que se sacrifique un poco — Treasure lo provocó. — Dile que tendrá que aceptar casarse con Larenda, o por lo menos comprometerse con ella, para impedir los avances de Vance. De ese modo, el duque ya no tendría que designar a Vance su sucesor y eso ... solucionará el problema de Larenda, haciendo que Wyatt se acerque a ella nuevamente.
Hum? — Sterling abrió enormemente los ojos . — Solucionará qué? Qué pasa entre Larenda y Wyatt?
— Wyatt la besó y ahora la está evitando, por vergüenza por su conducta. Creo que los dos podrían enamorarse si fuesen incentivados.
— Wyatt besó Larenda? Y quieres forzarlo a... — Sterling soltó una buena carcajada. — Me está gustando. Él es un puritano y merece eso.
— Sterling! Debemos hacer esto por ellos... porque ellos podrían ser muy felices.
— Si, pero eso no quiere decir que yo no pueda divertirme un poquito.


Wyatt se sentó en la sala de visitas adelante de Larenda al final de la mañana siguiente, mirando a Sterling y a Treasure y a continuación a Sterling nuevamente. Evitaba mirar a Larenda.
— Novio? — él preguntó, con la voz ronca.
— Novios? El señor Colbourne y yo ? — Larenda se ruborizó y miró a Treasure, quien sonreía, satisfecha.
— Oh, sólo en papeles , por supuesto — Sterling agregó. — bien... ustedes tendrán que aparecer juntos en público de vez en cuando. Vance se pondrá furioso... Pero tendrá otras cosas para mantenerse ocupado. Sólo tendremos que mantener a Larenda lejos de sus intenciones matrimoniales. Y , amigo, no puedo pensar en nadie mas con quien ella estaría más segura que con vos.
— Lo que Sterling estás queriendo decir es que hemos pensado mucho respecto a esto . Parece una medida extrema, pero las alternativas son peores: la esclavitud de un matrimonio, la ruina económica y social para nosotros y un embargo todavía más duro para las colonias — Treasure miró a Sterling. — Creo que ellos deben saber el resto, también.
Cuando Sterling terminó de explicar la situación, Wyatt y Larenda habían recobrado su color normal.
Wyatt habló. — Será un escándalo cuando deshagamos el casamiento, y es intolerable pensar en la reputación de lady Larenda, en buen nombre y honor ...
— Las malas lenguas y a comentan el hecho que continúe viviendo en la misma casa que Sterling — Larenda balbuceó. — Qué podría significar un chisme mas? Especialmente si es para salvarme de un casamiento con Vance Montreaux — Ella miró a Wyatt y él se sonrojó, una vez más . — Entenderé si el señor Colbourne encuentra el plan ... desagradable. Pero debe haber alguien, en algún lugar, a quien le gustaría ... ayudarme.
Larenda había entendido el mensaje y estaba actuando de manera acertada.
— Tal vez debiésemos dejarlos discutir a solas — Treasure sugirió.
Larenda vio a la pareja salir y cerrar la puerta, y su corazón se aceleró. Era todo o nada. O forzaba a Wyatt o renunciaría a él.
— Señor Colbourne — Larenda se levantó temblorosamente — Sé que un hombre con su sensibilidad debe sentirse chocado y espantado con esta propuesta. No lo culparé si ...
— Mi reticencia está causada por la preocupación por vos, lady Larenda. Unirla a un hombre de las colonias, a un abogado...
— Sos de las colonias, pero sos un caballero — ella protestó, dando un paso adelante . — Un hombre atractivo y galante, de sentimientos nobles e ideales elevados — Larenda lo miró .
— Larenda! — Wyatt estaba sorprendido por la manera en que ella lo había descripto . — No me detestas?
— Podría condenar a un hombre por haberme salvado? Podría detestar a un hombre cuya gentileza borró la sensación desagradable que tuve en los brazos de ese crápula? Estoy en deuda con vos , por lo que debes considerarme una abusadora por pedir más...
— No! De ningún modo! — Wyatt se aproximó con las manos en los bolsillos del saco para resistir el deseo de abrazarla. — Te ofrezco mi protección y mi apellido por el tiempo que lo necesites. — Él capituló y tomó las manos de Larenda, mirándola directamente a los ojos azules.
Fue un momento largo, y finalmente ella murmuró:
— Estaré en deuda con vos para siempre . No sé cómo podré recompensarte.
Pero Larenda estaba mintiendo, ella no sólo sabía como recompensarlo sino que tenía un plan para hacer que la llevarse al altar y , con a ayuda de su gran amiga y prima, sabían que todo saldría bien.


Los Renville asistieron a varios eventos sociales en las semanas que
siguieron . Treasure y Larenda tenían motivos diferentes. Mientras Treasure buscaba hacer contactos que pudiesen ayudar a su marido, Larenda estaba cerca de Wyatt pensando en su propio futuro. Los tobillos de Larenda parecían repentinamente haberse vuelto débiles, lo que exigía que Wyatt la tuviese que estar sosteniendo siempre contra su cuerpo . Conversaban sobre muchos temas, y Wyatt le contaba como era Filadelfia y su casa, pero no intentaba besarla ni hacer ningún contacto físico con ella.
Cierta noche conversaban animadamente cuando Wyatt hizo un gesto amplio con el brazo y golpeó la copa de vino de Larenda, que se derramó sobre su pecho, en la parte frontal del vestido.
— Ohhhh! — ella gimió, intentando escapar de las personas que intentaban ayudarla, para quedarse a solas con Wyatt, quien la condujo a una sala adyacente.
— Oh, Larenda, disculpame — Wyatt pidió, sacando un pañuelo del bolsillo y entregándoselo a ella para que intentase secarse.
Pero ella no tomó el pañuelo, sólo miraba a Wyatt con ojos brillantes . Él extendió el brazo, pero se detuvo a mitad camino.
— Creo que... Es mejor que vos hagas eso — dijo, desviando la mirada.
— Mi vestido está arruinado — Larenda susurró —, no puedo quedarme así . Tendrás que llevarme a casa.
El sacudió la cabeza, diciendo algo sobre Treasure y Sterling, pero ella le impidió continuar diciendo que la noche no sería arruinada por su culpa . Wyatt aceptó y pronto los dos entraron en le carruaje y fueron a la casa de Renville.
Entraron en el hall, e Wyatt se preparaba para partir cuando Larenda lo tomó por la manga del saco y llevó la otra mano a su sien .
— Debe ser la emoción — ella murmuró.
Wyatt entregó el sombrero a Huddleston y la condujo a la sala de visitas, amparando-a con un brazo alrededor da cintura.
A sala estaba na penumbra, e Larenda se allegó más a él.
— ya estoy me sintiendo mejor... — ella susurró, entreabriendo os labios.
Wyatt no logró ignorar la provocación, bajó la cabeza y le besó los labios con delicadeza. Entonces, un intenso calor lo invadió cuando Larenda retribuyó el beso con pasión. Wyatt la enlazó por la cintura y pronto ella enlazaba los brazos alrededor de su cuello.
— Larenda... No tengo derecho...
— Sos mi prometido, mi futuro marido. — Larenda pasó nuevamente los brazos alrededor del cuello de Wyatt e hizo que la abrazase más apretado.
— No... — él luchaba para no ceder. — Sos una inglesa y yo alguien de las colo...
— Entonces cásate conmigo de verdad, Wyatt — Larenda impidió que él protestase, cubriendo los labios con los dedos. — Hazme una mujer de las colonias, también.
Wyatt no resistió y la abrazó con fervor, empujándola contra los almohadones del sofá. Sus besos se hicieron mas apasionados, y pronto los dos perdían completamente la noción de realidad.
— Quiero que me ames, Wyatt — ella pidió.
— Pero ya te amo , Larenda — él gimió, apoyándose sobre uno de sus codos. — Aceptas casarte conmigo? Sacrificarías toda tu vida por ir a vivir a las colonias?
— Sos un tonto — ella susurró, besándole los labios. — Por supuesto que si . Quiero que me ames por el resto de mi vida.

domingo, 21 de noviembre de 2010

DIVINO TESORO - CAPITULO 27 - BETINA KRAHN

CAPITULO 27


Sterling fue pidiendo permiso , y mientras se aproximaba, la escena tomaba aspectos alarmantes. Treasure estaba de pie sobre una silla e sujetaba algo na palma da mano. El hombre a su lado se agachó , levantó un pedazo de su enagua y comenzó a frotarla con una concha de cristal! Wyatt era el hombre que la sujetaba por la cintura, y lady Corley sujetaba la falda superior de Treasure para que el desconocido pudiese continuar con el experimento, bajo las miradas atentas de todos los presentes.

Los murmullos cesaron y hubo una silenciosa expectativa cuando Franklin apoyó la concha sobre la lámina de oro. Hubo un fuerte jadeo cuando la concha atrajo a la lámina de oro. Entonces Franklin acercó la concha cargada de electricidad al antebrazo de Treasure, quien dijo sentir como si su brazo estuviese siendo pinchado por espinas. Hubo un clamor general, y todas las matronas se presentaron como voluntarias para repetir el experimento.
La demostración se transformaba en un caos cuando Sterling se aproximó a su esposa, apartó a Wyatt y él mismo sujetó Treasure por la cintura, intentando sacarla de ese espectáculo.
— Dr. Franklin, fue muy interesante! — Treasure intentaba no se dejar ser apartada por su marido. — Pero tiene que conocer a mi marido!
— Pero por supuesto, mi querida. — Franklin miró a Sterling.
— Este es el hijo de Darcy Renville, Sterling Renville, y este es el doctor Benjamin Franklin, de Filadelfia. Él es un grande pensador ... y un amigo de tu padre... — Treasure miró a su marido y a la platea .
— Y hace experimentos en público con enaguas de mujeres casadas. — Sterling estaba rojo de rabia, pero fue subyugado por los aplausos de todos y no le quedó otra opción mas que cooperar.
Llevó a Treasure al rincón menos ocupado de la sala y empezó a beber rápidamente, intentando contener su rabia. Pero el nombre Franklin hizo sonar una campana en su mente. Alguien dijo que esa selecta audiencia había pedido una demostración, incluyendo a la anfitriona , lady Corley. Renville se calmó y comenzó a prestar atención a lo que su esposa decía.
— ... Lady Corley insistió en una demostración. Oh, Sterling, siento mucho, fuiste apartado de tus amigos — ella le sonreía .
— Entonces es el hijo de Darcy Renville? — Franklin también sonreía. — Lo habría reconocido en cualquier lugar. Un poco más alto, tal vez , pero exactamente como su padre.
— Difícilmente — Sterling contradijo al inventor . — No soy como el barón Darcy, señor. Soy inglés.
— Todos nosotros lo somos — Franklin hizo un gesto con la mano , mostrando a los invitados.
— No me refiero a las colonias, señor — Sterling retrucó, y Franklin continuó sonriendo, sin rencor. — Además, cada vez más la gente resalta las diferencias entre ellos.
— Exactamente — intervino Wyatt — Es lo que he dicho, Sterling. Tenemos intereses en común, pero no todos. Consideremos el embargo a los granos de las colonias.
— Una amenaza a dos economías — Franklin opinó.
Pronto, los tres se pusieron a intercambiar ideas, y a ellos se unieron otros caballeros, congregados en un rincón tranquilo de la sala de visitas. Treasure hizo que Sterling se sentase a su lado en un sofá, y Wyatt y Franklin colocaron sillas para estar cerca de ellos. Wyatt le pidió que un criado les sirviese más vino.
— Por las colonias! — Wyatt propuso un brindis , y Sterling levantó su copa para acompañarlos.
— En verdad , estoy aquí hace poco más de ocho meses, pero extraño mi querida Filadelfia. Hay tanto vigor en esa gente ... y tantas oportunidades. Sólo siento no tener más veinte años para enfrentar todos los desafíos que hay para nosotros en las colonias.
— Pero usted no es viejo, doctor Franklin — dijo Treasure, sonriendo. — Y todavía tiene muchas cosas por hacer en la vida: su elección para la Sociedad Real, sus trabajos, su sociedad filosófica, su biblioteca, su academia...
— Ah, pero el futuro glorioso pertenece a los jóvenes hombres como... su marido. Hombres de visión con conocimiento y buenas conexiones para lograr cosas muy valiosas para nosotras.
— Ya le he dicho esas cosas a Sterling — intervino Wyatt. — Le dije que más tarde o mas temprano tendremos que tener todos los atavismos de las civilizaciones más antiguas: educación, industrias, navegación, arte y placeres. Ya tenemos un buen comienzo con usted como guía . Y les digo una cosa: las oportunidades en las colonias surgen cada mañana...
Sterling se movió en la silla, pero permaneció impasible. Los tres hacían afirmaciones, y Sterling sintió un calambre en el estomago al mirar a Treasure, Wyatt y Franklin. El entusiasmo y la camaradería entre ellos era irritante. Parecían contagiados por un sentimiento que hacía que sus ojos brillasen y sus corazones se hinchasen dentro de sus pecho. Dos intelectuales y un soñador, todos entusiasmados por una tierra que sólo le había traído dolor y miseria.
Por otro lado, tenía que admitir que América podría haberle robado la herencia, pero también le había dado una compañera, como él nunca había pensado existiese. Treasure Barrett era una intelectual de ojos violetas que había despertado sus más profundos sentimientos e instintos. Y era su amor por ella que ahora lo hacía comenzar a ver el mundo desde otro ángulo.
— Esto es fascinante — Sterling se levantó del sofá —, pero tengo negocios que tratar esta noche que fueron ... interrumpidos. — él apretó la mano de Treasure y sacudió la cabeza a los dos caballeros antes de retirarse.
Franklin y Wyatt se levantaron , y Treasure suspiró, observando los movimientos bruscos de su marido. Wyatt siguió a su amigo, y Franklin se sentó al lado de Treasure.
— A él no le gustan mucho las colonias — ella sonrió, como si pidiese disculpas —, Y con razón, creo . Toda a su fortuna se quedó en Culpepper, y no tiene mucha esperanza de recuperarla. Iba a heredar el título y los bienes de su tío, pero se casó conmigo y perdió eso también. Temo que nuestra pequeña demostración de esta noche interrumpió negocios importantes que él tenía que tratar.
Benjamin Franklin prestó mucha atención a lo que Treasure decía respecto al embargo y al plan de Sterling para suspenderlo.
— Ese plan realmente es muy inteligente — Franklin declaró, pensativamente .
— Sterling también es un intelectual . Tiene un razonamiento rápido y pensamientos profundos. Lo que no tiene ... es un futuro. Necesita un foco para su mente inquieta y su energía acumulada. Estoy segura que encontraría un modo de ganar el dinero que él tanto aprecia . Un hombre como Sterling necesita... una causa, algo de lo cual él forme parte. Él se sentiría horrorizado si me escuchase hablar, pero es la verdad ; es mucho más parecido a padre de lo que quiere admitir.
Franklin miró a Treasure con aire solemne.
— La disputa entre los hombres es una cosa extraña y terrible,Treasure Renville. Pero donde hay un gran conflicto generalmente hay grandes ideas y grandes oportunidades. Y nuestra guerra con Francia por las colonias no es una excepción. Pitt, el primer ministro, es muy parecido a Sterling Renville. Es astuto y muy determinado. Su visión de Inglaterra y de sus colonias es diferente. Él no sólo quiere salvar a las colonias de los franceses sino que también quiere salvar al Nuevo Mundo de la influencia francesa. Él es ambicioso y necesita hombres audaces que adopten su nueva política. Muchos de los hombres que el rey ha enviado prefieren sentarse alrededor de las hogueras de los campamentos tomando vino, esperando a que los franceses se muevan . Son caballeros con fortunas seguras que no tienen nada que ganar con la victoria.
— Pero Sterling no es militar — Treasure parecía un poco confundida.
— Pero es un hombre inteligente y que entiende de economía. Y hay una guerra para financiar. La falta de provisiones y fondos tienen estrangulado los esfuerzos de los ingleses desde el principio. Sería una oportunidad para un hombre como Renville... una idea, un futuro. Un hombre que aprende a amara una mujer puede también aprender a amar a un país.
Era algo para pensar.


Dos días después de la fiesta de los Corley, Sterling recibió la visita de sir Alfred y , cuando salieron de la biblioteca, Sterling sonreía. Sir Alfred había entendido los puntos de vista de Sterling y quería hacer una visita a lord Serrelton a la tarde siguiente. Serrelton, lógicamente, estaba entusiasmado con la posibilidad ventajosa de casar una hija. Y Sterling, por supuesto, esperaba favores de los dos hombres. Su plan finalmente parecía en franco progreso.
Envió un recado a Wyatt, quien no demoró en aparecer personalmente. en la cena de esa noche, los dos amigos pasaron en claro una charla para la presentación de Wyatt a los selectos miembros de la Bolsa de Cereales. Después, se retiraron a la biblioteca por el resto de la noche, y Treasure y Larenda fueron al jardín apreciar los tulipanes que habían florecido. Para Treasure, el olor de la tierra en primavera le recordaba a su hogar en Culpepper. Para Larenda, la primavera significaba otro cumpleaños pasado sin un compañero.
Treasure se movió en el asiento que compartía con Larenda y miró a su amiga.
— Sterling y Wyatt todavía están reunidos en la biblioteca. Tal vez si les ofrecemos té ellos salgan un poco de encierro.
— Lo dudo — Larenda replicó. — No creo que algún placer mundano aleje al señor Colbourne de sus amadas colonias ni por un minuto — su tono era tan cáustico que Treasure abrió enormemente los ojos . — No es que me importe lo que él piensa.
— Algo sucedió entre ustedes dos aquella noche, en la casa de lord Duncan. — Treasure le tomó la mano para que ella no escapase.
—Vance... Hizo... avances — Larenda balbuceó, ruborizándose. — Y yo no lograba impedirlo, él estaba furioso y ...
— Oh, Larenda! Yo creo que ahora puedes lidiar con él.
— El señor Colbourne... Wyatt... intervino y me... salvó. Luego él me besó y ...
— Y ? — Treasure apretó a mano de Larenda. — E... o qué?
— Y él me tocó... — Larenda bajó la cabeza. — Verdaderamente... me tocó.
— Oh... — Treasure quería saber lo que Larenda realmente quería decir con "me tocó ", pero por el momento era suficiente con saber que Wyatt había intentado un contacto físico con ella. — Y vos te enojaste ?
— Oh, no! Nunca pensé que una mujer podría sentirse... Vos sentís lo mismo con Sterling?
— No hay nada de malo con que gusten los besos de un hombre o sus caricias, Larenda. no debes sentirse mal...
— No soy yo ... es él. Me pidió muchas disculpas y ahora apenas me mira. Nunca me sentí de esa manera con un hombre, Treasure. Y él me evita. Qué debo hacer?
Treasure estaba sorprendida. La delicada y contenida Larenda arrebatada por el sobrio y moralista Wyatt Colbourne. El destino era sin dudas un gran bufón , que jugaba con el corazón de los hombres. Treasure sacudió la cabeza.
— Si conversases con él, tal vez ...
— Oh, Treasure, no puedo — Larenda empalideció.
— Wyatt no es un galán conquistador, Larenda. creo que no te habría besado si no sintiese nada por vos. Fue respetuoso, no ?
— Muy — Larenda susurró. — Crees que es porque yo soy una dama y él es de las colonias?
— Claro que no — Treasure negó, pero se quedó en la duda. Tal vez una esposa noble como Larenda no fuese aceptable en la consciencia democrática de Wyatt. — Pero déjame pensarlo.


La presentación de Wyatt a diversos miembros de la Bolsa de Cereales fue muy bien recibida. Pero la victoria fue un tanto oscurecida por el conocimiento de que el trabajo de él, a pesar de ser necesario, no era determinante para la suspensión del embargo.
Una semana más tarde, Sterling se sentó en la biblioteca para hacer cálculos respecto del embarque . Se recostó en la silla y sonrió al ver a Treasure arrodillada en el jardín, cuidando un cantero de flores. Por la ventana entreabierta, la oía canturreando y conversando con los gatos que circulaban por el jardín. Nunca había visto una interacción tan fuerte entre tierra, animales y personas. La observó acercar un puñado de tierra a sus fosas nasales y cerrar los ojos , absorta. Ella debía extrañar mucho su tierra y su gente.
Había llegado una carta del padre Vivant. La carta había sido enviada a la oficina de Wyatt y desde allí enviada por el secretario del abogado. Preguntaban por la salud de Treasure, diciendo que ella estaba en las plegarias de todos. Cuando él le entregó la carta, Treasure la llevó a su corazón, y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Ella no hablaba Culpepper, cumpliendo la promesa de no molestarlo con su amor por las colonias. Pero Sterling sabía que sentía nostalgia cuando ella le preguntaba si volverían a Rothmere para ayudar al duque.
Voces en el pasillo interrumpieron sus pensamientos. Huddleston apareció en la puerta de la biblioteca para anunciar la presencia de Vance Montreaux, quien , sin esperar, dispensó al mayordomo con un gesto arrogante y entró.
— Sabía que querías verme, primo — el arrogante caballero caminó hacia la ventana y miró afuera con el mentón erguido. — Creo que ha llegado el momento de que terminemos una conversación . Siempre me gustó esta casa, pero está un poco... venida abajo . Cuando yo sea el duque, haré que sea completamente restaurada.
— No es un poco prematuro, Vance? El tío Philamon goza de perfecta salud y no hubo declaración de sucesor.
— No es tan prematuro . Acabo de venir de Rothmere. Tío Philamon finalmente está convencido de que me nombrará su sucesor. Está todo decidido. Sólo hay un detalle a ser resuelto.
Sterling se levantó y se aproximó a su primo. Vance había aprovechado su ausencia en Rothmere para convencer a su tío de hacer lo que quería. Qué mierda de persona ! Debería haber pensando que Vance intentaría un golpe bajo de ese tipo.
— El anuncio de mi noviazgo con Larenda. Mi designación como sucesor será anunciada una semana después del compromiso, qué podrá tener lugar la próxima semana.
— Dudo mucho — Sterling miró firmemente a Vance. — Larenda no quiere.
— Oh, yo creo que si quiere — Vance apoyó las dos manos en el bastón, con afectación. — Últimamente ella no ha estado muy bien , pero siempre te ha escuchado y creo que va a oírte una vez más cuando le recuerdes que su deber es casarse conmigo — él argumentó con superioridad.
— Y qué te hace pensar que yo haría eso? — Sterling preguntó, seguro de que había más algo que su primo todavía no le había dicho.
— Lo harás porque sos un hombre de negocios, primo. Sos inteligente y suficientemente disciplinado como para no mezclar sentimientos con intereses personales. Somos del mismo tipo, de la misma generación de Renville, y no tememos perseguir lo que deseamos. Quiero el título, lo que significa que tendré que casarme con Larenda. Y la tendré ... con tu ayuda.
— Vete a la mierda , Vance. No somos del mismo tipo! Has enloquecido .
— Oh, me vas a ayudar , primo, no tengas duda — Vance levantó el mentón, exhibiendo toda su arrogancia. Me he enterado de un cierto plan de inversión que ocasionaría una serie investigaciones si fuesen expuestas al escrutinio público.
— Cómo te...
— Eso no es importante — Vance interrumpió Sterling. — Lo que es importante es el hecho de que abriré la boca si no haces lo que digo. Y créeme, si hablo sería el escándalo del siglo! Y su apellido quedará borrado de los círculos económicos. Y entonces, no tendrás ningún futuro.
— Desgraciado de mierda ! — Sterling se movió para agarrar a su primo, quien lo eludió a tiempo. — Si crees que me vas a intimidar con eso, estás muy equivocado.
— Vas a recurrir a la fuerza bruta, nuevamente, Sterling? Pensé que habías aprendido que eso es perder el tiempo.
Sterling intentó agarrar a Vance, quien lo amenazó con el bastón.
Finalmente los dos se atacaron como chicos, pero con la fuerza de dos hombres adultos . Sterling le lanzó un puñetazo al mentón, y
Vance tambaleó , mientras Sterling se arrojaba en una poltrona. Vance se levantó, y los dos se atacaron nuevamente. Esa vez era una pelea real... una batalla que debería haber ocurrido años atrás.
— No! Sterling... No! — alguien lo tomaba por el brazo.
El miró y vio a Treasure horrorizada. Ella se interpuso entre los dos, agarrando los brazos de su marido e intentando empujarlo lejos de Vance.
— Oye a tu querida esposa de las colonias, Sterling — Vance dijo, entre dientes . — Ya hiciste eso una vez, lo que te costó el título de duque.
— Sterling! — Treasure intentaba hacer que la marido mirase a ella. — No lo escuches.
— Sal de aquí — Sterling vociferó.
A pesar de su arrogancia , Vance tenía sentido común y, por eso, giró sobre sus talones y comenzó a dejar la sala.
— Dos días, Renville. Tienes dos días — Vance agregó con brusquedad. — Las proclamas nupciales serán anunciados, de lo contrario sabes lo que haré. — él se dio vuelta y se marchó.
— Nunca... Nunca más interfieras de ese modo — Sterling le dijo airado a Treasure.
— Por Dios , qué querías que hiciese? Que me quedase parada viéndote matar a tu propio primo? Los oí discutiendo desde el jardín...
— Y viniste a entrometerte en un asunto que no te concierne!
Después de lo que habían compartido en las últimas semanas, Treasure se sintió chocada por la arrogancia de su marido. Pero no iba a soportar eso nuevamente.
— Qué quiso decir con anuncio del compromiso ? — Pero sólo había una persona casadera en la casa y sólo una por quien Vance Montreaux podría tener interés . — Larenda... discutiste con Vance por Larenda. Él quiere casarse con ella... para heredar el título de duque de Rothmere...
Sterling reconocía que matar a golpeas a Vance no sería solución. Pero no iba a contarle nada a Treasure antes que hubiese pensado al respexto. Entonces, se dio vuelta y se dirigió a la puerta.
— A dónde vas? — Treasure se anticipó, cerró la puerta y se apoyó en ella. — No vas a salir de aquí antes que me cuentes qué sucedió! — Y sacó la llave de la cerradura.
— Dame la llave — él intentó tomar a llave, pero Treasure la puso entre sus pechos. — Treasure!
— Te la daré después que me cuentes por qué ibas a matar a golpes a Vance — ella lo desafió.
— No es asunto tuyo ! Vamos , abre la puerta antes que te ponga sobre mis rodillas nuevamente!
— Vance insistió en que hagas algo... respecto al compromiso...
— Por favor, Treasure.
— Vance quiere que convenzas a Larenda de casarse con él ! — ella finalmente dedujo. — Pero por qué haría eso? Vance sabe que él no te gusta ...
— Basta , Treasure, esto no es asunto tuyo... — él al sujetó por los hombros.
— Soy tu esposa, Sterling! Todo lo concerniente a vos es asunto mío , si . Y , sea lo que fuese , los cabezas piensan mejor que una . — Treasure se acordó del tono de voz de Vance Montreaux. — Él te está forzando a hacer que Larenda se case con él. Es así , verdad?
— Treasure! — él se apartó blandiendo los puños en alto. Se detuvo cerca da escritorio, cerró los ojos e intentó recuperar el control .
— Sterling... prometiste hablar conmigo.
El abrió los ojos . Treasure realmente esperaba que cumpliese la promesa hecha en la cama, en medio de la mayor crisis de su vida. Él era un hombre cuya honor estaba asociado al éxito en lo material. Sterling quería ganancias, y Vance le había dicho que los dos eran do mismo tipo. Serían del mismo tipo ?
Cuando Treasure lo tomó por la mano y lo condujo al sofá, él no opuso resistencia.
Vance sabe sobre mi plan — Sterling dijo, mirando a su esposa. — Y lo usará para arruinarme , si no convenzo a Larenda de casarse con él y anunciar el compromiso en los periódicos, después de mañana.

— Pero vos no estás haciendo nada ilegal, cierto ? Sólo estás comprando y vendiendo granos, porque el embargo fue suspendido.
— Técnicamente es así . Pero los inversores dieron una ayuda para la suspensión del embargo. Si eso fuese contado de manera tendenciosa, podrá parecer como algo muy malo . Y Vance , sin duda ninguna, tiene capacidad para hacer eso .
— Es una cuestión de ética — Treasure murmuró.
Si, lo era. Renville pensó y llegó a la conclusión de que sería mucho más fácil si todo girase alrededor de ganancias en vez de analizar si era correcto o errado.
— Bien, qué haremos? Tenemos que considerar nuestras opciones — Treasure ya se sentía animada por el nuevo desafío que había surgido.
La única opción que venía a la mente de Sterling era avisarle a los inversores, cancelar toda el plan... restablecer el embargo. Ningún barco dejaría el puerto, y todo quedaría aplazado para ocasión.
— La llave, Treasure.
Ella le entregó la llave y Sterling salió de la biblioteca.

sábado, 20 de noviembre de 2010

DIVINO TESORO - CAPITULO 26 - BETINA KRAHN

CAPITULO 26

La primavera llegó fría y húmeda, y con ella muchas personas que se encontraban fuera de Londres. Nobles y damas eran vistos en galerías de moda, salones de té y conciertos.
El exótico matrimonio de Sterling Renville se había hecho famoso, y todos querían conocer a la mujer de las colonias que había conquistado su arrogante corazón. Invitaciones comenzaron a llegar, y Sterling admitía con reticencia que ser una persona famosa tenía sus ventajas. Con una vida social agitada él tenía acceso no sólo a inversores sino también a políticos.
Sus planes involucraban a sir Alfred Patten, que era influyente en la Bolsa de Cereales. Las conexiones de sir Alfred permitirían que consiguiese apoyo para la suspensión del embargo y un acompañamiento naval a los barcos mercantes, para minimizar el riesgo de pérdidas. Sterling planeaba conseguir el apoyo de sir Alfred la noche del baile en la casa de lord Corley.
Y fue un confiado Sterling Renville quien condujo a su esposa y a la viuda de su primo al tan esperado baile. ?l miró a Treasure y se sintió orgulloso. El vestido rojo le quedaba a la perfección, y el cabello sujeto detrás de la nuca tenía algunos bucles insinuándose sobre su cara delicada. Treasure no había querido usar peluca ni polvo de arroz en los cabellos, argumentando que el talco terminaba cayéndole sobre los hombros, causándole picazón. Sterling tampoco quiso usar peluca y , para ser solidaria, Larenda también había ido con el cabello al natural. Pero cuando llegaron a la fiesta se sorprendieron : la mayor parte das mujeres también usaba el cabello al natural, y Sterling pudo darse cuenta como su esposa ya influenciaba a la sociedad londinense, que llevaba años de tradición.
Ellos bailaron varias veces, acercándose cada vez más a sir Alfred Patten. Treasure era saludada efusivamente, y Sterling se sentía satisfecho , pero Larenda se mostraba un tanto ansiosa. Sterling notó que ella buscaba algo o a alguien entre la multitud que se aglomeraba en el enorme salón. Cuando él mencionó que Vance Montreaux no había sido invitado, Larenda pareció relajarse.
Entonces el momento que Sterling estaba esperando finalmente llegó. Sir Alfred se había aproximado para servirse una copa de bebida.
— Sir Alfred, es un placer volver a verlo — Sterling lo saludó . — Permítame presentarle mi esposa, señora Renville.
— Dios del cielo, la señora Renville, es la muchacha que vino de las colonias y que tiene mucha suerte en el juego. Encantado de verla, mi querida. Conoces lord McMurtree? — él señaló un caballero a su izquierda. — McMurtree, esta es la persona responsable de los abacaxis de Rothmere.
— Oh, sir Alfred — Treasure dijo, con los ojos brillando. — El triunfo de los abacaxis en realidad pertenece al duque. Intentó hacer las compresas para su dolor lumbar?
— Mi esposa — Sterling interrumpió — es una fanática de las hierbas. Pero ya se conocen, entonces?
— Nos conocimos en la fiesta de Año Nuevo en Eiderly. Cenamos juntos. Si , usé sus compresas, joven, y el tratamiento que me prescribió fue muy eficaz.
Treasure le sonrió a sir Alfred y después a Sterling, quien se ruborizó.
— Lady Patten y su hijo también se encuentran aquí? — Sterling preguntó.
— Oh, si . Ella debe estar conversando con las damas, y él con las criadas — sir Alfred comentó con desaprobación.
— Bien, eso no es tan malo , no ? Ella podría estar haciendo algo más grave.
Sir Alfred soltó una carcajada, codeando al hombre a quien había llamado McMurtree.
— Discúlpenos, sir Alfred. Debo saludar a otras personas — declaró Sterling, alejándose con Treasure.
Cuando estaban fuera del campo de visión de la mayoría, Sterling la miró muy seriamente.
— Treasure, qué le dijiste...
— EY!! Aquí estaban ! — los interrumpió Wyatt, acercándose. — Los busqué por todas partes.
— Genial — Sterling dijo, entusiasmado. — Por favor, quedate con Treasure e impide que ella se meta en problemas mientras intento suspender tu maldito embargo — Renville sonrió y se apartó .
— él todavía teme que yo me comporte mal. Todo lo que hice fue hacerle un comentario a sir Alfred.
— Quién? Sir Alfred Patten? — Wyatt lanzó un pequeño silbido. — Entonces queda explicado. La misión de Sterling para esta noche es : ganarse la simpatía de sir Alfred.
— Para su plano? Por qué él no me dijo nada ? Tal vez habría podido ayudar.
— Sabes respecto al plan ? — Wyatt preguntó, sorprendido. — él no me cuenta ni la mitad de lo que está sucediendo. Se trata del embargo . No te sientas excluida. Sterling no está acostumbrado a consultar con otras personas ni permitir que alguien lo ayude.
Treasure suspiró e intentó aceptar el consejo de Wyatt. Los dos entraron en el bien iluminado salón de baile y fueron tragados por las parejas que bailaban . Treasure fue muy requerida, y Wyatt se quedó parado en el lugar buscando a una joven rubia. Y , cuando la encontró, rodeada por una rueda de admiradores, sintió celos.
Algún tiempo después, lady Corley, muy agitada, se acercó de Treasure y la apartó de Wyatt.
— Mi querida — lady Corley la tomó por el brazo —, simplemente tienes que venir conmigo para conocer al hombre más interesante y fascinante de las colonias... te va a encantar , estoy segura!
Treasure fue prácticamente arrastrada hacia la sala de visitas, con Wyatt siguiéndolo. Se detuvieron cerca de un grupo de personas elegantemente vestidas que rodeaban a un hombre de mediana edad, no muy alto y vestido de terciopelo marrón. Usaba polvo blanco en el cabello y tenía ojos castaños vivos y escrutadores.
— Aquí está él... — lady Corley los presentó y Treasure extendió la mano, que el hombre aceptó con una sonrisa — Señora Renville, este es Benjamin Franklin, de Filadelfia. La señora Renville también es de las colonias. De qué lugar exactamente Treasure?
— Maryland — Treasure logró balbucear, mirando a su interlocutor con admiración — de Culpepper... Benjamin Franklin, el pensador e inventor?
Ben Franklin sonrió como un niño que recibía un premio.
— Bien... Yo diría que sólo soy un aspirante a esos títulos . Y que practico constantemente para merecerlos . Encantado, señora Renville — él continuaba sonriendo. — Renville? Pariente de Darcy Renville, de Maryland?
— Padre de mi marido — Treasure explicó. — él fue mi mentor y un querido amigo, y hablaba usted con mucho respeto.
— Qué espléndido! ?l está aquí con usted ? — Franklin miró a su alrededor.
— El barón falleció en abril — Treasure le informó. — Estoy aquí con mi marido, Sterling Renville. Y hay otra persona de las colonias con nosotros, Wyatt...
— Colbourne! — Franklin sonrió, caminando hacia Wyatt con la mano extendida y gran familiaridad. — Dios nos bendiga , es como estar de vuelta en mi querida Filadelfia! Cómo está tu familia, mi muchacho? — Wyatt le respondió y Franklin volvió a mirar a lady Corley. — Madame, usted realmente tiene un excelente círculo de amistades, que no suelo encontrar cuando vengo a Londres.
Todos rieron, y él se volvió nuevamente hacia Treasure.
— Darcy fue su mentor? Entonces la dama es la persona que él solía describir cuando nos encontrábamos en nuestra Sociedad Filosófica. — Treasure se sonrojó y sonrió. — La pequeña que sabía el teorema de Pitágoras y que se interesaba por los cataplasmas de hierbas?
— Creo que soy yo, si — ella continuaba sonriendo . — Pero quizás; tal vez la hipotenusa de Pitágoras es fácil que ser curandera.
Hubo más risas.
— No puedo decirle cuantas veces el barón Darcy me habló sobre usted y su trabajo en la Sociedad. Creo que nadie aprovechó más la biblioteca de él que yo.
Los dos continuaron conversando por algún tiempo, intercambiando ideas y opiniones, cada uno buscando descubrir otros filósofos para explorar. Y no notaron que atraían una gran audiencia. Benjamin Franklin adoraba ser admirado, y Treasure estaba encantada.
Conversaron respecto a la curación con hierbas y sobre grandes filósofos y sobre la Sociedad Real.
— Queríamos mucho asistir a la demostración sobre electricidad usted presentó en Baltimore, pero desafortunadamente no pudimos hacerlo.
Aquella fue la clave para Franklin, quien comenzó a discurrir sobre su tema preferido: electricidad.
— ... y entonces , mi propia contribución realmente es la idea de que todo lo que llamamos electricidad en verdad es un ... vamos decir, un fluido que va desde un punto positivo a un punto negativo...
— Cómo un rayo? — los ojos de Treasure brillaban. — Entonces el cielo es positivo y el suelo es negativo?
— Exactamente! — Franklin proclamó, sonriendo.
— Oh, haga una demostración para nosotros de electricidad ! — interrumpió lady Corley, aplaudida por todos.
Súbitamente, la curiosidad científica se convirtió en el tema de la noche.
— Bien, no sé... — Franklin murmuró, pero no con mucha energía. — Una verdadera demostración necesita de equipamiento específico, madame — Sus ojos recorrieron las personas pidiendo con más insistencia.
— Pero seguramente, debe haber algo que pueda usar. Pongo mi casa a su disposición — lady Corley insistía, y pronto todos la seguían, así como Treasure y Benjamin, al comedor.
El aire estaba cargado de animación, y Franklin pidió un pedazo de vidrio liso y todos se pusieron a buscar. Treasure vio una concha de cristal con un largo cabo en la mano de una empleada y la pidió. Franklin sonrió y pidió un trozo delgado de lámina de oro, como las usadas para restaurar marcos de cuadros.
Pronto todo fue colocado a disposición del inventor americano.
Excitados y hablando en voz alta, todos se acercaron para ver lo que iba a suceder. Franklin tuvo de elevar la voz para ser oído. Y , para ser visto, lady Corley sugirió que él se subiese a una silla. Treasure era su asistente en la demostración, que él denominó como "electricidad estática". Los espectadores fueron aconsejados a permanecer lo más quietos posible para no bloquear el movimiento del aire.
— Casi me olvidaba ... — Franklin sonrió. — También necesito de un pedazo de tela de seda. Tal vez ... — él parpadeó — una enagua.
Al ser atendido, Franklin puso la lámina oro sobre la mano abierta de Treasure, pidiendo que ella se quedase lo más inmóvil posible. Luego explicó que la fricción de la seda en el vidrio produciría una corriente eléctrica que tendría la capacidad de mover la lámina de oro. Y fue lo que sucedió, causando aplausos de todos los presentes.


Sterling esperaba más progreso con sir Alfred, pero él había sugerido ir al comedor a tomar algo. Sabía que a sir Alfred no le gustaba el estilo de vida de su único hijo y que quería casarlo con alguien de una familia rica. Lord Serrelton había pedido ayuda a Sterling para conseguir marido para sus hijas, de ese modo Sterling vio la posibilidad de agradar a sir Alfred con la unión de dos poderosas familias.
Fueron al comedor y percibieron que algo estaba sucediendo. Había un gran grupo de personas bloqueando el paso . Sir Alfred hizo un comentario respecto a que ponche no estaba muy bueno , mientras Sterling estiraba el cuello para ver si lograba saber qué estaba ocurriendo. Y , cuando descubrió lo que era, pensó que se iba a desmayar.
Treasure estaba de pie al lado de un señor de mediana edad, de rostro sonrojado, hablando sobre "cargas" y "atracción positiva". Y , por Dios , un hombre la enlazaba por la cintura!
Renville... — dijo sir Alfred —, Esa no es su esposa?

viernes, 19 de noviembre de 2010

DIVINO TESORO - CAPITULO 25 - BETINA KRAHN

CAPITULO 25


— Mierda, Renville! — Wyatt levantaba os brazos demostrando exasperación. — Sabes exactamente lo que estoy quiero decir. Son intereses particulares... Es corrupción!
— Despiértate, Colbourne. Por el amor de Dios! — Sterling se levantó y salió de detrás del escritorio. — Este es el modo en que el mundo funciona. Cuando se quiere algo, es necesario también dar algo. Te lo avisé. La moral no lleva a nada en el mundo de los negocios. Podríamos anular tu maldito embargo, pero sólo si hay interés de las personas influyentes en la Bolsa de Cereales.
— No debemos olvidarnos que vos también tienes un interés en esto.
— Si, es verdad. Te advertí sobre eso también. Sabes lo que siento respecto a tus malditas colonias, Colbourne. Te dije que sólo que te ayudaría si eso fuese provechoso para mí. Perdí la mierda de mi herencia en esa maldita colonia y no les debo nada. Este plan de inversión resolverá el problema del embargo e también garantizará el mercado a futuro. Esto te saldrá bien y volverás a ti casa como héroe . Por eso , ya no quiero oír tus lamentos. Esto es estrictamente una cuestión de negocios.
— Es corrupción, simple y llanamente , Renville.
Como siempre, las discusiones entre ellos eran calurosas. Los dos amigos estaban rojos de indignación y se hizo un largo silencio. Poco después, Wyatt se dio vuelta , salió de la biblioteca y dejó la casa pisando fuerte.
Paradas en el pasillo, Treasure y Larenda intentaron descubrir qué había sucedido
— Colbourne no se va a quedar para la cena? — Larenda preguntó, todavía sujetando el bordado en sus manos.
— No.
Desanimada, Larenda volvió a la sala, y Treasure miró a a su marido con aire interrogativo . ?l y Wyatt habían discutido nuevamente, lo que siempre la dejaba preocupada, pues los dos eran muy tercos.
— Qué pasó? A Wyatt no le gustó tu plan ? ella finalmente, logró preguntar.
— Cómo lo sabes ?
— Ustedes gritaban.
— Allané un camino para que él llegase a la Bolsa de Cereales. Y sus exagerados escrúpulos, sus ideales políticos fueron ofendidos por el modo en que eso fue obtenido.
— El embargo... — ella dijo, acercándose al escritorio.
Sterling no se sorprendió porque ella supiese respecto al embargo , y estaba demasiado irritado como para hablar, pero sabía que Treasure descubriría la verdad más tarde o más temprano.
— Desarrollé un plan de inversión e hice que esas personas se enterasen que estaba buscando un selecto grupo de inversores para... para sacar ventaja del bajo precio de los cereales de las colonias.
— Causados por el embargo.
— Si. Y , por supuesto, esperaba que algunos de los principales financistas de la Bolsa de Cereales, o personas con poderosas conexiones. Algunas provincias de Alemania tuvieron pésimas cosechas durante dos años. Ellos pagarán precios altos por los granos. Los barcos recomenzarían a navegar, tendríamos escolta militar en los viajes y la mercadería llegaría a salvo. El embargo sería suspendido, los granjeros recibirían dinero y mis inversores quedarían satisfechos con las ganancias.
Era un plan verdaderamente brillante.
— Y vos también obtendrías ganancias?
— Si. Yo no haría nada si no hubiese ...
— Ganancia — ella completó la frase observándolo. — Y por qué a Wyatt no le gustó el plan ?
— él es un idealista que piensa que el gobierno debería estar en manos de hombres sin intereses en las transacciones comerciales que controla . Puedes imaginar eso ? Nadie hace nada sin obtener alguna ventaja . Esas son las ideas democráticas con las que él fue infectado en Filadelfia. ?l quiere mi ayuda, pero también quiere que todos hagan caridad ... y que no obtenga nada a cambio . Eso no existe. — Renville volvió al escritorio y sacó papel y tinta de un cajón. Se sentó taciturno y comenzó a escribir. Treasure se acercó y puso las manos sobre la de él, impidiéndole continuar escribiendo.
— Tienes que ayudarlo, Sterling. Vos sos un pensador brillante y debes mostrarle el camino .
— Pensador ?! Yo no soy un pensador , ni nada que se le parezca!
— Si, lo eres , Sterling. La gente te busca para pedirte consejos y vos los ayudas. Larenda, el tío Philamon, la gente de Rothmere, lord Serrelton y diversos miembros do parlamento y... yo . Siempre estás ayudándome .
— Ayudando? Dios! — él se levantó muy enardecido y casi derribó la tinta que había puesto en la pluma. — Y cuándo fue que te ayudé , mi sabia esposa?
— Vos... me trajiste de Culpepper cuando no era obligado hacerlo.
— Créame, ayudarte sería la última cosa en que estaba pensando en esa situación . Estaba enamorado y ... enloquecido de deseo!
— El amor es una gran ayuda, Sterling, incluso cuando no se sabe. Por vos aprendí muchas cosas, tuve otros tipos de sentimientos y experiencias. Una intelectual no podría pedir más.
— Pero eso prueba que soy un pensador — él murmuró — porque yo quiero más que conocimiento . Quiero ganancias . Quiero un futuro ... — él no terminó la frase, y llegó a la puerta con solo cuatro vigorosos pasos.
Minutos después, el sonido de la puerta del frente siendo golpeada llegó a Treasure, quien continuaba en la biblioteca, rígida y aparentemente impasible.


Treasure había oído a Huddleston en la puerta del frente y salió corriendo de la sala de visitas, esperando que fuese Sterling. Ya era tarde, y él no había vuelto para la cena.
— Sterling está ? — Wyatt preguntó, e fue conducido por el mayordomo.
— No. Pensé que era él.
— Bien... dudo que tu marido quiera verme. Pero tenía que venir para intentar reparar las cosas.
— Entonces quedate y esperalo . Entra, Wyatt, ven a tomar un té conmigo.
Los dos se sentaron en la sala de visitas y se miraron mutuamente .
— Esta vez, realmente lo ofendí — Treasure dijo en voz baja. — le dije que era un pensador y que tenía que ayudarte.
— Oh, querida... — Wyatt cerró los ojos .
— No lo comprendo, Wyatt — ella confesó. — a veces él es calculador y parece intentar ser frío y distante. Piensa mucho en la ganancia de las cosas ... — ella sollozó y sacudió la cabeza. Sus ojos se pusieron nublados. — Luego cambia completamente y gasta hasta su último centavo para saldar las deudas del duque. Probablemente sería un hombre rico si no hubiese gastado su dinero en Rothmere con las deudas del tío Philamon. Si la ganancia es su principal objetivo, por qué Sterling no se ocupa sólo de su propia vida y se olvida de los demás ? Respecto a vos, Wyatt. ?l aceptó ayudarte , a pesar de lo que siente en relación a Culpepper y las colonias. Y yo? Mi marido tenía todos los motivos del mundo para odiarme, para dejarme en Culpepper. Podría haber habido una anulación si no me hubiese llevado a Filadelfia, verdad?
— Habría sido más fácil.
— ?l se esfuerza para parecer duro y materialista; hasta parece que teme ser considerado una buena persona ! — Treasure abrió enormemente sus bellos ojos. — Oh, fue exactamente eso que hice, no ?
Wyatt sacudió la cabeza y esbozó una sonrisa de simpatía.
— Creo que tocaste su herida. Conozco a Sterling hace mucho tiempo. Sabes que fuimos juntos a Blundell, en Devon. ?ramos amigos en Filadelfia. La madre de él se quedó con mi familia después de... después de dejar a Darcy Renville.
— Ella estaba enferma ... — Treasure comentó.
— Y con mucha nostalgia de Inglaterra. Darcy era el hijo menor del viejo barón , sin el fardo de un título, y podía hacer lo que quisiese. Escogió una bella esposa de sociedad y construyó una elegante casa en la colonia. Ella odiaba ese lugar, sin vida social, sin futuro, sin nada de lo que le gustaba. Entonces, insistió en que Sterling fuese enviado a Inglaterra para estudiar, y para que estuviese lejos de la influencia de su padre. Yo tenía nueve años y él ocho, cuando nos pusieron en un barco. Ninguno de los dos quería ir, y los chicos de Blundell no nos recibieron bien. Nosotros éramos de las colonias, ya sabes... Y los chicos de esa edad pueden ser extraordinariamente crueles, nos llamaban los colonos y se rían del padre de Sterling, llamándolo bufón idealista, y cosas peores. Yo sufría en silencio, pero Sterling peleaaba constantemente. No sé cuantas veces peleó por mí. Nunca olvidaré ese primero año. Sterling fue azotado varias veces. No sé como sobrevivió. No quería aprender latín , pues decía que volvería a su casa pronto y que su padre se lo enseñaría. Aparentemente, Darcy había comenzado a enseñarle, antes de ser abandonado por Elizabeth.
Hubo un largo silencio, y Treasure comenzó a llorar.
— Finalmente, él comenzó a estudiar y le fue muy bien — continuó Wyatt. — Pero cada frase que aprendía , él odiaba mas a Darcy Renville. Creo que los ideales filantrópicos de Darcy fueron un pes para Sterling durante toda su vida. No sé si debería estar contándote todo eso, Treasure.
— Vos y yo lo amamos, Wyatt. Es nuestro deber ayudarlo.
— él no soportaba la idea de ser considerado bueno y generoso. Esas cualidades eran de su padre, y Sterling se sentía traicionado por él. Darcy nunca visitó a su hijo, ni siquiera después de la muerte de Elizabeth.
Eso explica el odio que Sterling sentía por su padre.
— El cínico es un idealista decepcionado. Oí eso en algún lugar y le calza a Sterling como un guante.
Su padre lo había decepcionado , así como a sus expectativas y a sus esperanzas para la vida y para un futuro. Un hombre como Sterling tenía que tener algo a que dedicar su vida y tal vez la codicia fuese un ideal más aceptable que a filantropía de su padre. Ahora ella lo entendía perfectamente bien. Para todo en el mundo había una razón, y la historia que acababa de oír explicaba quien era su marido.



Ya era tarde, la cama estaba fría y la mente de Treasure muy confundida. Cuando oyó ruidos en el cuarto contiguo al suyo, comprendió que Sterling había llegado. Se levantó , se puso una bata y fue allá. Abrió la puerta y entró.
El estaba parado cerca de la chimenea, mirando las llamas. No la oyó, y fue sólo cuando se dio vuelta para tomar un coñac que notó su presencia.
— Estaba preocupada por vos — Treasure dijo, mirándolo a los ojos.
— Necesitaba un tiempo para pensar solo — él tomó todo el contenido de la copa de un sólo trago. Cuando terminó, la miró .
Treasure era su esposa, su amor. Había invadido su corazón, su vida y ahora su alma. Y , una vez dentro de su alma, había empezado a reorganizar las cosas con su instinto femenino . Había abierto partes vulnerables, dormidas hacia años.
— Creo que puedes... tener razón . Tal vez , a mi manera, sea un intelectual, un pensador ... — él se aproximó nuevamente a la chimenea y miró las llamas. — Pero mi motivación es diferente a la tuya. Generalmente espero algo a cambio.
— Lo sé — ella susurró.
Renville miró los bellos ojos violeta y vio en ellos mucha aprensión y algo mas, que no logró identificar.
— Me esperaba que lo supieses. Hay algo que no sepas ?
— Si — ella se acercó, sonriendo. — No sé cómo vas a a hacer el amor conmigo esta noche. Todo lo que sé es que será en tu cama.
Renville sonrió .
— Odio contradecir a una intelectual , pero estás equivocada. Creo que no haré amor con vos esta noche. Dejaré que vos me hagas el amor .

jueves, 18 de noviembre de 2010

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DIVINO TESORO - CAPITULO 24 - BETINA KRAHN

CAPITULO 24



— Oh, Sterling, olvidamos a Larenda! — Treasure exclamó a la mañana siguiente al bajar para el desayuno .
Fueron rápidamente al piso inferior y encontraron a Larenda sentada en la sala de visitas, dividida entre el bordado y la preocupación por saber qué habría sucedido entre Treasure y Sterling.
Los dos intentaron explicar lo que había pasado, y pronto Larenda superó el oprobio de haber sido olvidada y volvió a su habitual buen humor.
Treasure no quería perder a Sterling de vista, pero a la tarde él había insistido en llamar a lord Harry Eagleton y ella tuvo de conformarse. Se retiró a la biblioteca para huir de la mirada inquisidora de Larenda, y fue allá que Sterling la encontró somnolienta e inclinada sobre un libro de música, que citaba los compositores mas famosos.
— Todavía somos ricos? — ella preguntó, sonriendo.
El la besó en los labios y en la nariz y se sentó en el sofá a su lado.
— Por el momento . Lord Harry fue al banco muy temprano y depositó el dinero en mi cuenta, Treasure... — él parecía estar luchando por decir algo.
— El dinero es tuyo, Sterling. Nunca tuve dinero y no sabría qué hacer con el. Vos conoces las deudas del duque y sabes como hacer inversiones. Algún día podrías explicarme eso?
— Si, lo haré — él a acercó y le besó los labios con pasión.
— Oh! — ella exclamó, ruborizándose y señalando el libro. — Estoy leyendo sobre los grandes compositores. Dicen que se forman bellas imágenes en nuestra mente cuando escuchamos buena música. Lo habías pensado ? Centenas de diferentes instrumentos siendo ejecutados al mismo tiempo? — Sus ojos brillaban. — Has tenido la oportunidad de escuchar eso ?
Sterling la miró, anticipando la expresión del rostro de Treasure cuando ella escuchase a Handel.
— Si, ya lo he hecho . Y vos también lo oirás.


A la noche siguiente Sterling llevó Treasure y a Larenda a los jardines de Vauxhall a un concierto de George Frederich Handel. Cuando estaban por salir de la casa, llegó Wyatt Colbourne y lo invitaron a unirse a ellos.
Más tarde, en la cama, él la amó con pasión, la melodía todavía resonaba en sus oídos.
Había muchas cosa para mostrarle a Treasure, y en las semanas siguientes él se convirtió en su mentor en el temas de arte cultura, historia y otros refinamientos de la civilización. Fue una experiencia única volver a aprender el mundo a través de la curiosidad y del punto de vista de ella. La llevó a museos, conciertos, galerías de arte y parques. Al final del invierno muchas veces ellos sólo eran vistos en galerías y exposiciones. Ellos iban tomados de las manos, con las cabezas cercanas y , ocasionalmente, Treasure tiraba de la manga del saco de Sterling horrorizada con algún comentario que él hacía. Parecían dos amantes, y no marido y mujer, y muchas veces las personas susurraban al observarlos.
Sterling pensaba cómo había podido dudar que Treasure era una intelectual . Ella observaba todo con sabiduría y curiosidad. Sabía muchas cosas, pues había leído mucho , pero, a veces , se sentía confundida por la discrepancia entre la realidad y lo que encontraba en los libros. Sterling la observaba y se reía, ayudándola a coordinar sus ideas y sintiendo que en el proceso su mundo se iba transformado.
Cierta noche ella le sacó la bata que él vestía y estudió sus hombros perfectos como los del David, de Miguel ?ngel. Esa noche había sido particularmente encantadora . Habían asistido a un concierto en el Convent Garden y habían invitado a Wyatt para acompañarlos. Larenda había sentido una indisposición en el momento de salir y no había podido ir, lo que fue una pena, pues era evidente que Wyatt estaba interesado en ella. El viejo amigo de Sterling aparecía cada vez con más frecuencia y usaba las más variadas excusas para quedarse a solas con Larenda, quien no se mostraba del todo indiferente. Era sólo una cuestión de tiempo para que los dos ganasen coraje para confesarse sus verdaderos sentimientos .
Pensando en eso, Treasure suspiró y se acordó que la única cosa que faltaba para ser completamente feliz era volver a su hogar y volver a ver a su familia. Quizás algún día podría convencer a Sterling de que a vida en las colonias no era tan mala como imaginaba.
— Hum — ella murmuró, acurrucándose contra él. — Nunca podré agradecerte lo suficiente por estar enseñándome tantas cosas, especialmente historia. No había dado cuenta que la mayoría de los filósofos que escribieron los libros de la biblioteca del barón están muertos.
— Historia siempre fue una de las mis materias favoritas. Es extraño que él no tuviese libros de historia en la biblioteca.
— Estoy comenzando a sentirme culpable por ocupar tanto de tu tiempo — ella murmuró.
— No tengo nada para hacer que sea más importante que eso, Treasure.


Al día siguiente, Wyatt apareció y ellos lo invitaron a cenar. Era obvio que él quería hablar con Sterling a solas y que Larenda se sentía agitada con la presencia de él. Por eso , después de la cena, Treasure se retiró a una salita con Larenda, dejando a los dos amigos .
— No te gusta mucho de Wyatt, verdad? — Treasure preguntó, observando las miradas de Larenda en dirección a la puerta que separaba la sala de la biblioteca.
— El señor Colbourne es amigo tuyo y de Sterling. ?l es ... bienvenido aquí — Larenda no levantó la vista del bordado que tenía en sus manos.
— Fue ese pequeño contratiempo en la sala de visitas aquella tarde? Todavía no lo olvidaste ?
— ?l es... tiene ... una mirada extraña — Larenda miró a Treasure, con el ceño fruncido.
— Wyatt? — Treasure sonrió. — Claro que no. ?l es más caballero que Sterling.
— No me gusto el ... modo en que él me mira. Me Causa escalofríos. No sé como Sterling puede conversar con él durante tanto tiempo. — Larenda se sonrojó y apretó los labios, como siempre hacía cuando daba su última palabra sobre algún tema.
Treasure sacudió la cabeza, disimulando una sonrisa.
— Sterling lo está ayudando con ... asuntos de las colonias, me parece.
Honestamente, Treasure no sabía cómo Sterling podía ayudarlo. ?l había pasado los últimos días a su lado y actuaba como si ella fuese la única cosa que le importaba en el mundo. Qué había sucedido con todas las personas que se acercaban él para pedirle consejos? Lord Serrelton y los otros...
— Larenda, Sterling ha recibido visitas últimamente?
— La gente de costumbre. Como él no ha estado en la casa, han dejado sus tarjetas y prometieron volver.
Treasure pidió permiso y fue a la biblioteca. El escritorio estaba en orden y había una bandeja de plata con numerosas tarjetas de visita y notas. Lanzó una mirada curiosa a los papeles y se puso a pensar si esa conducta correspondería a escuchar una puerta cerrada o mirar a través del agujero de la cerradura.
— ...nada es más importante de que eso... — Sterling le había dicho al amarla.
Era lisonjero, pero no habría un dejo de cinismo en esa declaración? Por primera vez, en varias semanas, Treasure pensó en el futuro.


Considerando el modesto tamaño de la casa de lord Serrelton en la ciudad, el número de invitados para esa noche era exagerado. Era un grupo selecto, una élite, más conocido en círculos bancarios que en reuniones sociales. Sterling miró a su esposa antes de responder a la invitación por escrito.
— Lo prometí... No me acercaré a las mesas de juego... Ellos tienen mesas de juego, no ?
— Treasure... — Sterling frunció el ceño.
— Oh, sólo miraré. Crees que lord Harry estará presente? — Treasure preguntó, sonriendo.
— Prometerlo — Sterling la miró muy serio. — Podrás bailar con cualquier hombre que esté conversando con vos, pero sin mencionar cosas en latín . Y no podrás acercarte a las mesas de juego.
Ella suspiró, se acercó y le hizo una caricia en la cara.
— Lo prometo.
Larenda miró a Sterling y a Treasure tomados de las manos en el interior del carruaje que los conducía a la casa de lord Serrelton, suspiró y desvió la mirada. En el último mes había presenciado la intimidad de la pareja, sus miradas apasionadas y sus contactos furtivos, y eso a hacía sentirse extraña. Un calambre en el estomago, una presión en el pecho e, inevitablemente, se acordaba de lo que Treasure le había dicho sobre que Sterling era un hombre muy cariñoso.
Suspiró nuevamente sin mover mucho la cabeza para no despeinar la elegante peluca que usaba. Sentía orgullo del comportamiento de Treasure, del cual era particularmente responsable. Pero cada vez más, a pesar de ser muy bien tratada y siempre incluida en los programas de la pareja, se sentía sobrando. Y ese sentimiento a veces la irritaba, y ni los trabajos manuales parecían aliviar su tensión. Ni la lectura ni el reposo durante las tardes eran suficientes para hacerla olvidar que sola estaba en el mundo. Larenda se sentía diferente, extraña. Qué le estaría pasando?
La presencia de ellos nos salones londinenses ya no era tan comentada. La gente se estaba habituando a ellos. Pero esa noche, un par de ojos los focalizaron con redoblada atención.
Larenda se dio vuelta inquieta y vio a Wyatt Colbourne acercarse para saludar a Sterling y a Treasure y para dirigirse a ella con galanteos. Nerviosa, desvió la mirada y se encontró con Vance Montreaux.
— Vance... — ella empalideció.
— Dulce lady Larenda... Sterling — él los saludó con exagerada reverencia, ignorando a Treasure, lo que fue notado por Sterling, quien abrió enormemente los ojos . — Y, por supuesto, tu esposa de las colonias — Vance agregó a tiempo. Sujetó a Larenda por el brazo y continuó: — Me enteré que no estabas en Rothmere y me vine a encontrarte aquí en Londres, mi querida. Permíteme este baile y la oportunidad de escuchar tus... aventuras. Por favor, discúlpennos.
Ruborizada, Larenda se apartó con Vance Montreaux.
— Qué maleducado . Ni siquiera esperó a ser presentado a Wyatt — Treasure comentó.
— A Vance no le gusta la gente de las colonias y no disimula eso — Sterling murmuró entre dientes .
— Un sentimiento del cual acabarán se arrepintiéndose . Nosotros, das colonias, debemos quedar unidos — Wyatt declaró, en lo que fue apoyado por una sacudida de cabeza de Sterling, lo que dejó a Treasure muy orgullosa y con los ojos brillando de alegría.
Larenda agradeció a Dios el baile fuese un minué , pues sus pasos complicados no dejaban tiempo para que Vance pudiese conversar. Las palmas de las manos de él eran demasiado húmedas , y sus ojos oscuros no se desviaban de ella. Su mirada era penetrante, lo que la hizo querer abandonarlo en el medio de la danza.
— Treasure es nueva en sociedad y creí que mi presencia sería de mucho valor para ella aquí en Londres — Larenda justificaba no haberse quedado en Rothmere para recibirlo.
— Un sentimiento de gran generosidad de tu parte, mi querida, aparecer con ellos y enfrentar los comentarios. Pero un tanto condenable. Tu continua aparición con ellos en público afectará tu reputación. Tienes que pensar en el su futuro como lady de Rothmere. No quiero que mi futura esposa sea blanco de rumores.
— Pero ... Vance... yo — Larenda se sintió irritada, pero tragó en seco y no respondió. Vance era famoso por sus opiniones groseras.
Larenda no podía soportar su toque, sus miradas e su arrogancia. De acuerdo con su opinión, ella no debía continuar relacionándose con un hombre con el cual había noviado y que se había casado con otra.
De modo general, las personas tenían razón. Ella había quedado pegada a Sterling por... seguridad. Se había permitido continuar en la casa de su suegro y aceptar la sugerencia de casarse para evitar las inseguridades de enfrentar la vida sola. Y ahora, parecía que había dejado que las cosas fuesen demasiado lejos . El único remedio para eso sería otro casamiento... con el heredero... con Vance Montreaux.
Ellos continuaron bailando hasta que Sterling se acercó para una contradanza con ella. Larenda se seintió aliviada por la protección de Sterling y , cuando, poco después, Vance la sacó para bailar nuevamente, ella ya no se sentía intimidada.
La noche continuó con Vance monopolizando a Larenda, Sterling haciendo contactos con importantes caballeros del mundo de negocios y Wyatt yendo a todos los ambientes que Larenda ocupaba. Treasure observaba a Larenda con Vance y notaba que ella estaba completamente desatenta.
Ella ya había comentado con Treasure que no le gustaba de Vance y que no quería casarse con él. Le mencionó eso a Sterling, quien miró a la pareja con genuina preocupación.
Vance había bebido demasiado y intentaba apretar a Larenda. El alcohol había disminuido sus escrúpulos, y él justificaba la reticencia de Larenda como siendo parte de un juego de seducción, lo que aumentaba todavía más su deseo por ella.
— Qué caluroso está aquí dentro — Vance protestó. — Vamos encontrar un lugar más aireado para descansar los pies. — Y sin esperar la respuesta condujo a Larenda a otra sala donde no había nadie.
— Debes partir para Rothmere inmediatamente — Vance la enlazó por la cintura continuando con sus órdenes. — Yo te seguiré en una semana para que las proclamas del casamiento sean publicadas. Luego haremos los votos de la manera más rápida y decente posible. Ya esperé demasiado tiempo, Larenda. — él le besó os labios de modo sensual, Larenda intentó se desprender, pero no tuvo éxito.
Cuanto más intentaba alejarse, más fuerte se hacía su abrazo, y él buscaba separar sus piernas con la rodilla, a pesar de la falda y las enaguas.
— No... Vance... — Larenda continuaba intentando desprenderse de él.
Pero el joven atrevido no desistía fácilmente, por el contrario, buscaba penetrar su boca con la lengua y sus dedos veloces intentaban acariciarle los pechos.
— Quieres, sabes que quieres. Seguramente hacías este juego con Sterling también; viven en la misma casa hace mucho tiempo, y él es un famoso...
— No, Vance... por favor — Larenda balbuceaba. — Por favor, para
— Ya esperé demasiado para probar las delicias de tu cuerpo. Ahora tendré el título y a vos para calentar mi cama.
Larenda logró ver una sombra en la puerta y empujó a Vance con más energía.


Wyatt había dejado Sterling y a Treasure. La noche era un desastre total , por varios motivos. Sterling lo había presentado a algunos hombres importantes, pero era con Sterling que ellos querían conversar. Sólo había bailado una vez con lady Larenda, quien había pasado la noche escoltada por un hombre a quien Sterling consideraba un oportunista . Y , cuando vio a Montreaux conduciéndola a una sala aislada, decidió seguirlos. Los encontró abrazados, aparentemente divirtiéndose, pero cuando vio los bellos ojos azules de Larenda mirarlo como pidiendo socorro, decidió intervenir.
— Lady Larenda... — él tenía los puños cerrados — te he buscado por todos lados.
Vance giró la cabeza para observarlo.
— Cómo se atreve a interrumpirnos, caballero? — él preguntó, sin disimular su rabia.
— Cómo se atreve usted — Wyatt se aproximó, parándose al lado de Larenda — a comprometer la reputación de una dama exponiéndola al riesgo de ser descubierta? Se volvió loco? Por favor, lady Larenda, permite que te acompañe fuera de esta sala, inmediatamente!
— Quién se piensa que...
Pero antes que Vance pudiese concluir la frase, Larenda ya se había apartado con las manos en el brazo de Wyatt.
— Cómo se atreve a interferir? — Vance gritó. — Larenda! Vuelve aquí!
Wyatt la abrazó, dejándola por algún tiempo llorar con la cabeza apoyada en su pecho
— Realmente querías irte de allá, no ? — él preguntó, levantando el delicado mentón de Larenda.
Ella sacudió la cabeza afirmativamente, gruesas lágrimas caían por el rostro delicado, lágrimas que Wyatt intentaba secar con sus largos dedos.
— Yo no quería... — Larenda cerró los ojos . — él me forzó, y no pude escapar...
— Está bien — Wyatt continuaba amparándola —, ese cretino no te tocará nuevamente. Lo prometo. Hablaré con él y ...
— No, no debes hacer eso. Habría un escándalo y podrías salir herido. No quiero que seas herido por mi causa.
Entre tantas personas que podrían rescatarla, tenía que ser él... Pero su abrazo era reconfortante y envolvente, y sin duda Wyatt era un hombre atractivo y gentil. Sin darse cuenta , pasó los brazos alrededor de la cintura de él y una vez más apoyó a cabeza en el pecho anc ho.
Era ese contacto tierno y amoroso que él quería de Larenda desde el primer momento en que la había visto. Entonces, movido por un impulso, se inclinó para apoderarse de sus labios.
El beso de Wyatt era firme , y Larenda se sintió increíblemente bien.
— Eres muy linda, lady Larenda... Doce Larenda... — Wyatt le besó el cuello , llegando cerca del contorno de los pechos, que aparecían en el limite del escote.
Larenda se entregaba a esas caricias que, por primera vez, despertaban su femineidad. Sólo las prendas impedían que se uniesen completamente. Y fueron esas barreras que trajeron a Wyatt de vuelta a la realidad .
Lentamente, él se levantó, tirando a Larenda por las manos.
Su expresión era de consternación, y ella luchaba por entender por qué él la dejaba cuando todo parecía estar tan maravillosamente bien .
Avergonzado, Wyatt hizo que ella se sentase en un diván que estaba en el largo pasillo.
— Yo ... — él miró a su alrededor para evitar la mirada de Larenda. Dios, qué había hecho? La había salvado de Vance para infligirle el mismo tipo de ofensa? — Lady Larenda... Por favor, disculpame. Voy a acompañarte de vuelta al salón de baile.
Larenda lo miró confundida, los labios rojos y el pecho jadeante . Parecía incapaz de moverse.
— Por suerte , nos detuvimos a tiempo. Disculpame.
Sin esperar una respuesta, Wyatt la condujo de vuelta al salón principal . Ella no decía nada , lo que sólo aumentaba el arrepentimiento y la culpa que lo asolaban.
Cuando llegaron al salón donde se encontraban Sterling y Treasure, Wyatt se sentía el último de los hombres. Tenía que aprovecharse de una dama que acababa de ser molestada por otro hombre. Había pedido disculpas, pero ella permanecía muda y se quedó así hasta el final de esa noche.
Larenda, siempre había sido tan gentil y, parecía estar paralizada.
Treasure y Sterling intercambiaron miradas preocupadas cuando la llevaron de vuelta a la casa. Era obvio que algo había sucedido, pero qué?

— Ella dijo algo? — Sterling preguntó más tarde, con el ceño fruncido, mientras se quitaba el saco.
— Ni una palabra. Pero mañana descubriré que? sucedió. Nosotros, los filósofos, tenemos nuestros propios métodos.
— Hum — él murmuró. — Claro que los tienen — Y diciendo eso se acercó la cama donde Treasure ya se encontraba acostada. — Quieres aprender más formas de amarse?
Treasure se rió y abrió los brazos para él.
Quiero aprender todo lo que puedas enseñarme , marido.

No muy lejos de allí , acostada en su cama, Larenda miraba el techo, sin poder dormir. Se sentía en el centro de un huracán, recordando la deliciosa sensación de estar en los brazos de Wyatt Colbourne, de sus labios y sus manos sobre su cuerpo. Nunca había experimentado un sentimiento tan intenso y poderoso, ni se imaginaba que ciertas sensaciones realmente existiesen, aunque Treasure ya hubiese hecho alusiones al respecto. Ni siquiera Robert, su finado marido, había sido capaz de despertarle semejante nivel de deseo. Ahora veía a Wyatt Colbourne, el abogado de las colonias, con otros ojos.