sábado, 28 de febrero de 2009

LA TREPADORA - BUSHNELL -CAPITULO 8

CAPITULO 8

“El amor, a quien pintan ciego, es vidente y perspicaz porque el amante ve cosas que el indiferente no ve y por eso ama. “ José Ortega y Gasset



JANEY WILCOX era la clase de mujer que las otras mujeres consideraban que no valía nada, pero que los perros y los niños misteriosamente la adoraban. En las tribunas del Torneo de Béisbol de la celebración de la independencia , el 4 de Julio para Celebridades se sentaron a cada uno de sus lados , dos muchachitos. Los chicos, de seis y ocho años, no podían ser más diferentes uno del otro - uno muy delgado y el otro extremamente gordo. Pero los chicos no sólo eran hermanos, sino también eran los hijos de nada más nada menos que George Paxton (marido de Mimi) y su primera esposa, Marlene.
El menor, llamado Jack, apretaba la mano de Janey con el tipo de fervor indisimulado que sólo se encontraba en los niños que todavía no habían descubierto la crueldad del mundo . El mayor, llamado George Jr. (“George , el Marica ” para los niños malvados de su escuela), estaba ocupado estudiando las estadísticas del partido . Digger estaba bateando.
- Si él lanza la pelota fuera del campo y corre todas las bases, el equipo de ellos tendrá un 53% de oportunidad de vencer - dijo Georgie, con gran confianza. Era casi una versión en miniatura de su padre, incluso en su propensión a tener las uñas de los pies gruesas y en su tendencia a pescarse resfríos, resultado de un virus residente.
- - Pero... - continuó analizando George Junior - si él erra la bola, el equipo tiene un 24% de posibilidades de perder.
- Es así ? - preguntó Janey, espiando mas allá del campo la base principal, donde Digger, vestido con una camiseta raya, pantalones de brin y un sombrero de lona practicaba golpes con el bate en el aire.
- Crees que él nos va a dar un autógrafo? - preguntó Jack nerviosamente, tocándose un diente flojo con el dedo. Sus dientes eran una fuente constante de molestia . Todos los dientes se le estaban cayendo últimamente, y aunque todos le dijesen que otros nuevos le crecerían , él no tenía tanta certeza de eso.
- Y si le pedimos un autógrafo , y él se niega ?
- Vamos a pedírselo a Patty, sólo para asegurarnos - dijo Janey amablemente. Se inclinó para hablar con Patty, quien estaba sentada al lado de Jack, y le dijo : - Jack tiene miedo que Digger no le firme un autógrafo.
Patty reticentemente desvió la mirada de Digger . Cuando estaba cerca de él en ese tipo de evento, siempre temía por su seguridad. Temía que algún fotógrafo no fuese verdaderamente un fotógrafo , sin algún tipo de fanático enloquecido que quisiese atacarlo .
- Si él no te firma un autógrafo, puedes venir a hablar directamente conmigo - dijo Patty.
Tanto Janey como Patty eran extremamente pacientes con los niños. Ambas habían sido baby sitters en la adolescencia, siguiendo la antigua tradición americana , pero en Hamptons, donde las niñera eran básicamente profesionales, y ninguna muchacha era tan buena y paciente como ellas.

Desde las tribunas justo encima de ellas, Roditzy Deardrum asistía a esa escena con una mezcla de enojo y celos. Ella se enorgullecía de “conocer a todo el mundo” - desde los famosos hasta los espectadores, que sólo podían asistir al evento si eran invitados . Roditzy sólo había resuelto asistir para honrara Janey y a Patty con su presencia. Claro que sus acciones estaban motivadas por un deseo de demostrar que era íntima con el astro del rock, Digger. Pero jamás había esperado ser desplazada por... dos pendejos.
Y lo peor de todo, pensó Roditzy, era que ellos no presentaban los requisitos básicos necesarios para los niños de una ciudad como Hamptons . El mas pequeño era mas delgado que un alambre , y el grandullón era ... como decirlo ... era ... inmenso. Roditzy no tenía mucho contacto con niños , pero no tenía ni menor idea que hoy en día un chico pudiese ser ... tan grande . El chico tenía la panza del tamaño de un hombre de mediana edad. Es chico no debería estar en un spa , perdiendo peso y sometido a una dieta estricta? Mirando con desagrado para Georgie, le dio un empujón y retomó la conversación , diciéndole a Janey:
- Bien, parece que él no va se a escapar de la justicia.
- Quién ? - preguntó Janey, que había dejado de prestarle atención unos minutos antes.
- Peter Cannon! - recordó Roditzy. - Mi padre es abogado y dice que, como era de esperar , él también evadió impuestos.
Patty dio un suspiro bastante alto y giró los ojos hacia Janey, quien fingió no haberlo percibido. Sin querer decepcionar Roditzy, a quien consideraba un factor “útil” en la escalada social , Janey le dijo :
- Lo que no entiendo es cómo tantos actores confiaron en él .
- Janey , los astros y estrellas no son considerados las personas más astutas del mundo - afirmó Roditzy. - Además , el malandra los tomó a todos al principio de sus carreras. - explicó ella, mirando a Patty de reojo .
- Cuánto tiempo mas la gente va a estar hablando de eso ? - quiso saber Patty.
- Ah, hasta que estalle el próximo escándalo - Entonces todos van a olvidarse de este muy rápidamente - comentó Roditzy con aire de quien conoce de esas cosas.
En el campo, un actor de cine antiguamente muy solicitado, llamado Jason Bean, le lanzó una bola rápida a Digger, quien ahora estaba en la base principal. Digger intentó batearla la bola y erró, y varios fotógrafos registraron ese momento.
- Todo tiene que ser documentado por los papparazzi? - preguntó Patty.
- Patty, es un evento a beneficencia - comentó Janey.
- Quién es esa de allí? - indagó Roditzy, que era tan voluble en tema de concentración como un mosquito borracho. - Está mirando a Patty hacer más o menos una media hora.
- Quién?
- Esa - dijo Roditzy, indicando con la cabeza . Una muchacha morena, de blusa y minifalda de jeans y baratos zapatos de taco alto, miraba fijamente en dirección a ellas. Cuando la miraron , ella desvió los ojos muy rápidamente .
- No tengo la menor idea - dijo Patty.
- Es tan vulgar... tan vulgar ! - comentó Roditzy, indignada. - Cómo fue que ella entró aquí ? Hamptons realmente ya no es lo que era antes !

“No basta que una esposa sea fiel, es menester que su marido, sus amigos y sus vecinos crean en su fidelidad”. Jean Jacques Rousseau


Janey se rió, notando con ironía que ya había oído a algunas personas decir lo mismo que Roditzy. Mirando de reojo la multitud, sus ojos se semi cerraron y el estomago se le oprimió , como siempre le psaba cuando veía inesperadamente a Zizi. Y Janey descubrió que él estaba con Mimi, en una escena inevitable, ya se estaba haciendo familiar e irritante . Los dos estaban muy entretenidos en una conversación aparentemente bastante íntima e agradable. Janey podía llegar a desconfiar, pero Mimi tenía la tendencia a ser superficialmente íntima con todas las personas , y Janey no conseguía imaginar que Zizi encontrase a Mimi atractiva , principalmente porque ella era, por lo menos , 15 años más grande que él. Además, ellos sólo parecían conversar todo el tiempo sobre caballos. Pero eso le despertaba sus propias frustraciones: Janey ya había declarado su total falta de interés por esos animales, era imposible meterse en la conversación de ellos sin dar la impresión de que estaba compitiendo desesperadamente por la atención de Zizi.
- Podemos ir a Maidstone después de aquí? - preguntó George, ansiosamente. - Tengo un truco con cartas que me gustaría enseñarles.
- Ah, Georgie, que divino eres - dijo Janey, mientras observaba a Zizi y a Mimi encaminarse hacia las tribunas. - Pero hoy no podemos. A lo mejor Mimi puede llevarte ?
Al oír el nombre Mimi, Jack arrugó la cara y Georgie miró hacia abajo, concentrándose en sus zapatillas . Los hijos de George no querían mucho a Mimi, y Mimi consideraba que Jack era “demasiado meloso ”. Con Georgie la relación era peor - apenas soportaba mirar al chico , y , siempre que él entraba en la sala, ella inventaba una excusa para mandarlo hacer algo afuera con una criada.
Janey había hecho una amistad con los chicos porque sabía muy bien lo que era ser un niño , estar fuera de todo, y estar constantemente en duda respecto a lo que iba a suceder. Pero últimamente los chicos parecían estar pasando demasiado tiempo eb su compañía. Al principio, ella se sintió emocionada cuando Mimi la invitó a acompañarlos a Maidstone Country Club, que era el club más exclusivo de Hamptons, pero en las últimas dos semanas, en más de una ocasión, Mimi había desaparecido durante una hora o algo mas, dejando a Janey a cargo de los niños . Todas esas veces Mimi había vuelto alegando haber tenido una emergencia en su casa, pero Janey se preguntaba por qué, con una equipo de cuatro criados de tiempo completo , habría algo en la casa que necesitase tanto de la atención personal de Mimi.
Y ahora, con esa sensación de enojo acompañada de una escena desagradable , Janey se imaginaba si esa “emergencia” no sería Zizi. Pero eso, pensó ella, intentando tranquilizarse , era imposible. Mierda!. Allí estaba Zizi, justo debajo de ella, ayudando a Mimi a subir la primer grada de la tribuna, se lo veía muy amable y concentrado escuchando algo que Mimi estaba diciendo. Por qué él no la miraba a ella de esa manera? , Janey pensó frustrada, recordando que la última vez que él la había mirado de ese modo había sido la primera vez en que habían visto. Pero desde ese momento, cada vez que la veía, la trataba con una vaga y jovial amabilidad, como si él fuese una estrella del fútbol americano y ella una entre tantas muchachas tontas enamorada de él. Era claro que su comportamiento distante sólo aumentaba el deseo de Janey, y ella se sentía reducida a una porquería cuando estaba cerca de él.
Voy a ganármelo, Janey pensó , pero si pudiese descubrir cómo hacerlo ! En las últimas semanas, Zizi rápidamente se había tornado una estrella en la sociedad Hamptons - con su buena apariencia y su carisma- naturalmente era invitado a todas las fiestas . Su popularidad había aumentado debido a su rechazo - hasta el momento - de caer presa de los encantos de cualquiera de las mujeres. A esa altura, él fácilmente ya podría haberse acostado con toda una serie de mujeres bellísimas, pero el hecho era que no había hecho eso. Siempre se mostraba solo y eso parecía indicar que era un hombre que encaraba seriamente la búsqueda de la mujer perfecta y de su verdadero amor.

Lo que no daría por ese tipo de amor, pensó Janey, mirando su espalda ancha , con esos hombros amplios y esa cintura maravillosamente estrecha. Ora, Seguramente dejaría todos sus planes y su carrera , viajaría con él, hasta podrían hasta vivir en la Argentina y a ella no le importaría si fuesen pobres.
Sintió una puntada violenta de celos cuando Mimi posó su mano sobre la mano de él y lo dejó ayudarla a subir la segunda grada de las tribunas. Por un segundo, Mimi se desequilibró con una tabla floja y Zizi le agarró el brazo para afirmarla. Ellos se rieron , y Janey se preguntó por centésima vez qué carajo tenía Mimi que ella no tuviese. Dinero y status social, sin duda - pero le quedaba la duda si a Zizi le impresionaban esas cosas
“La Princesita de América”, Janey murmuró e irritada se arrancó un pedazo de uña con los dientes, recordándose otra vez de que, por más que se esforzase, jamás podría cambiar el hecho de que ella venía de una familia común y corriente de clase media. Pero era ella quien era popular , no Mimi; era ella quien aparecía en televisión, en las revistas y afiches de la calle, y si eso no era suficiente para atraer el interés de un hombre, ella no sabía qué lo sería. Mimi, por otro lado, no era nada mas que una anfitriona de eventos sociales de alta sociedad ... y estaba casada. Oh , Janey , de pronto te volviste tan puritana!
Tal vez fuese eso, pensó Janey, acomodándose el cabello debajo de la gorra de béisbol, mientras miraba a Zizi y a Mimi con los ojos bajos. Tal vez justamente el hecho que Mimi no estuviese “ disponible “ era lo que hacía que Zizi se sintiese seguro con ella . A los ojos dos ricachones de Hamptons, iba a parecer que Zizi era una “especie de protegido” de Mimi, que ella había resuelto adoptarlo y que ahora lo llevaba a todos lados, exhibiéndolo como un perrito mimado. Zizi le hacía la fiesta y Mimi le lanzaba las sobras de langosta de su mesa. Para todos los efectos, también podía decirse que Mimi también había hecho eso con Janey. Sin duda, Mimi entendía que nada era más que perfecto que Janey y Zizi formasen una pareja, pero ella no había facilitado eso ni un poquito hasta el momento.


Digger intentó batear la bola y otra vez erró, mientras que al lado de Janey, los chicos gimieron con decepción.
Vamos , tranquilízate , pensó Janey. Ciertamente conocía el tipo de hombre que sólo se interesaba cuando creía que una mujer no estaba interesada en él . Había leído en un libro que eso se llamaba histeria masculina . Bueno , si era eso lo que captaba el interés de Zizi, ella era perfectamente capaz de convertirse en un “mujer no disponible:. Iba a comenzar a seducir a alguien mas - a cualquiera . Tal vez a... - ella pensó con ironía amarga - tal vez a Selden Rose.


Selden... Desde ese primer partido de polo, cuando ella había vuelto a su casa con él en su estupendo automóvil (No se había podido resistirse a él ... al automóvil, por supuesto )Selden la seguía por todas partes, como un perrito faldero . Era una pena, pues por un minuto o dos, cuando ella había entrado en su automóvil, fascinada por la belleza de esa máquina, había hasta pensado en él como un posible candidato. El automóvil de por sí indicaba que él estaba en una posición, dinero y buen gusto... Pero en ese momento él había empezado a hablar interminablemente sobre los detalles del automóvil - como había buscado a los fabricantes originales de los asientos de cuero y del cromo especial usado en los rayos de las neumáticos Y después de 15 minutos, los ojos de ella se habían puesto vidriados del tedio. Pero Selden, siendo quien era, no pareció darse cuenta de eso, ni su interés disminuyó, a pesar de lis constantes rechazos de Janey a salir con él. Ella sabía que le bastaría levantar un dedito para que él viniese corriendo, y viendo a Mimi y a Zizi sentándose en las tribunas debajo de ella, resolvió que era eso exactamente lo que iba a hacer.

Mimi e Zizi se dieron vuelta y saludaron con la mano , y el pequeño Jack miró hacia arriba , sus ojos abriéndose con miedo. Un montón de personas venía a la casa de su padre todos los fines de semana, de modo que él y su hermano, Georgie, no se tomaban el trabajo de recordar sus caras, pero de ese jugador de polo él se acordaba. Él había venido a la casa dos veces cuando Mimi estaba a solas allá, y en esas dos veces había amenazado con subirlo sobre un caballo, diciendo que él sería un pequeño jinete .
Sintiendo la incomodidad de Jack, Janey desvió los ojos de Zizi contra su voluntad y empujó a Jack más cerca de ella . Janey no sabía si iba a tener sus hijos propios , pero había un determinado aspecto de su relación con los niños sobre el cual estaba segura : sabía que, para “el hombre perfecto” , no había imagen más conmovedora que la de una muchacha siendo cariñosa con los niños .
Digger finalmente logró acertar un golpe y la tribuna irrumpió en gritos.
- Vamos , ahora ellos tienen una posibilidad de 27% de ganar el partido - afirmó Georgie, solemnemente.
- Qué crees, Jack? - preguntó Janey.
- Debe ser así. No me gusta la matemática - respondió Jack.
- Sabes, qué? A mí tampoco - dijo Janey. ella sonrió y le acarició los cabellos. Cuando Jack escondió su rostro en su brazo, ella rezó fervorosamente para que Zizi estuviese mirando esa escena maternal.

viernes, 27 de febrero de 2009

LA TREPADORA - CANDACE BUSHNELL - CAPITULO 7

CAPITULO 7

“En la sociedad no todo se sabe, pero todo se dice.”
Anatole France


Tantos secretos, pensó Mimi esa misma tarde, mirando a su alrededor en la mesa. Bien , ella también tenía algunos secretitos. El único que no escondía sus sentimientos era Selden; intentaba conquistar a Janey con encanto seductor, sirviéndole copas de champagne y procurando hacerla hablar sobre su carrera de modelo.
El grupo en la mesa consistía de ella misma, Janey, Selden, Mauve y Comstock. Estaban inevitablemente reunidos en una mesa baja en la carpa, considerada un lugar privilegiado debido al viento. Había un balde sobre a mesa, conteniendo una botella de Veuve Clicquot, y una bandeja de sandwiches , pero nadie parecía estar divirtiéndose . El clima estaba tan pesado como el calor opresivo en ese recinto , y se podía sentir el olor a tormenta en el aire. Aún así , Mimi estaba disfrutando el espectáculo.
Comstock y Janey se ignoraban mutuamente con el tipo de artificialidad que hace que una persona piense que había algo más en la relación entre ellos de lo ellos que dejaban translucir. Tres veces Mimi había visto a Janey lanzarle a Comstock una mirada irritada e interrogativa, y en todas las ocasiones Comstock deliberadamente había girado la cabeza hacia el otro lado. Mauve también parecía haberse dado cuenta de , porque ya no estaba molestando a Janey preguntándole sobre su relación con Peter Cannon. Mauve había visto a Peter en una fiesta la noche anterior, y había quedado indignada porque él había tenido la osadía de aparecer en público. Selden fingía estar interesado en la conversación, pero estaba escrito en su cara que deseaba que Mauve se callase la boca y lo dejase conversar con Janey. En cuanto a Janey, probablemente sólo porque no le gustaba Mauve, defendía con uñas y dientes el derecho de Peter Cannon a aparecer en eventos públicos.
- Hoy en día nadie tiene vergüenza, verdad Comstock? - dijo Selden. El comentario parecía contener un borde bien afilado.
- La vergüenza nunca llevó a nadie a ningún lugar - replicó Comstock.
Se hizo un silencio mortal en la mesa. Janey tomó un trago de champagne y miró el campo de polo, donde el equipo de Zizi estaba recibiendo una copa de plata.
- No sabía que te gustaba tanto el polo - le dijo Selden.
- Hay muchas cosas que no sabes sobre mí - respondió ella, seca y grosera. Mimi deseaba que Janey fuese un poquito más afable con Selden. Él en el fondo era un buen hombre , y tenía todo lo deseable en un candidato . Era uno de esos hombres que una mujer necesita descubrir por detrás de s apariencia. No era glamoroso, sino demasiado orgulloso y confiando en sí mismo.
Pero Comstock era un sujeto completamente diferente. Tenía un cuerpo horroroso , pecho ancho (casi con senos femeninos), barriga abultada y piernas cortas y delgadas Y cada vez que lo veía, Mimi no podía dejar de imaginar que la mitad superior de su cuerpo no combinaba con la parte inferior . Esta tarde, él estaba vestido con ropa apretada, una camisa negra de Prada pegada al cuerpo, un pantalón cuya cintura quedaba por debajo de su barriga , y sandalias Prada negras que dejaban a la vista unos pies horribles . Estaba continuamente secándose el sudor con un pañuelo de lino, , como si el mero acto de estar vivo fuese un grande esfuerzo.
Pero eso no le impidió de encender un cigarro.
- Y entonces, Comstock? - dijo Mimi. - Todavía no me has contado qué estás haciendo.
- Una película con Wendy Piccolo - respondió él.
- Quién es ella ? - preguntó Mimi. - Ah, si, la recuerdo ahora. Esa muchacha con cuerpo escultural.
- No sé cómo ds el cuerpo de ella - dijo Comstock, espiando a Mauve de reojo . Se recostó en la silla fumando, como si la conversación ya estuviese cerrada. Como la mayoría de los magnates, él no se tomaba el menor trabajo en esforzarse a menos que fuese por algo que le hiciera ganar dinero, pensó Mimi.
- Bien, gente - dijo ella, lanzándole una mirada como si él no fuese más importante que un criado. - Creo que es hora de irnos.
Janey la miró .
- Yo me voy a quedar - dijo Janey . Ya había resuelto que no se iba a ir de allí sin hablar con Zizi nuevamente. - Quiero felicitar a Harold.
- Me Había olvidado que Harold Vane es el patrocinador del equipo - comentó Mimi.
- Yo también creo que me voy a quedar - dijo Selden. - quiero conocer al dueño del equipo .
- Ellos lo llaman patrón - lo corrigió Janey, con más rispidez de lo necesario.
- Vos no fuiste novia Harold? - preguntó Mauve.
- Novia , si - confirmó Janey. .
- él se crió en New York - dijo Mimi.
- En la Quinta Avenida - confirmó Janey.
- Qué casualidad que no nos hayamos conocido... - comentó Mauve.
- Por qué lo conocerías? - quiso saber Janey. - Conoces a todas las personas que vivieron en la Quinta Avenida?
- El fue a la universidad Harvard, reconocí su nombre - dijo Selden, entrando en la conversación.
- Bien, entonces queda probado que Harold Vane es un Don Nadie - comentó Comstock. - Nadie que haya estudiado en Harvard logró ser alguien importante en la vida.
-Ten cuidado con lo que estás diciendo - dijo Mimi. - Selden estudió en Harvard.
- Parece que en ciertos círculos ese antecedente es tabú - afirmó Selden.
- Bien , como todos nos vamos a quedar, debemos pedir más champagne - dijo Mimi, sacando la botella del balde y sirviendo las últimas gotas en su copa.



El grupo mejoró bastante en el momento en que Harold Vane y Zizi llegaron y se sentaron, pero la armonía todavía estaba ausente en esa mesa . Siendo una anfitriona por excelencia, Mimi no podía dejar de notar esas cosas, y vio con cierta irritación que Janey había conseguido sentarse entre Zizi y Harold; por lo tanto , Selden estaba ahora entre Mauve y Harold. Eso era pésimo para Selden, pero Mimi podía entender los motivos de Janey. Zizi era tan atractivo que era imposible para una mujer estar cerca de él y no pensar en sexo. Mimi miró con atención el rostro de Zizi. No tenía ningún ángulo malo ; cuanto más lo miraba, más guapo lo encontraba . Y en un punto uno acababa sintiendo que él no era humano , sino una criatura hecha por Dios para un planeta más perfecto. Janey, por supuesto, también era deslumbrante, pero sólo eso no los hacía una pareja perfecta.
Disimulando lo que sentía, Mimi sonrió y miró a las personas alrededor de la mesa. Harold conversaba con Selden sobre negocios, mientras Janey intentaba captar la atención de Zizi insinuando que él era un gaucho por haber crecido en una granja en Argentina. A pesar de su belleza, Janey alimentaba algún tipo de resentimiento contra los hombres; usaba la técnica de ser agresiva con ellos para captar su interés. Desgraciadamente, Mimi pensó , tomando un trago de champagne, estaba usando esa técnica con el hombre equivocado. Intuitivamente, Mimi había entendido instantáneamente que Zizi tenía valores tradicionalmente europeos, y sólo podría considerar la agresividad de Janey como algo desconcertante . De hecho él ya estaba comenzando a mirar a su alrededor , como quien pide socorro. Además , la persona con quien Janey debería estar usando esa táctica era Selden.
De repente, Zizi se volvió hacia Mimi y le sonrió , y los dos intercambiaron una mirada de comprensión mutua. A Mimi le gustaba de Janey; sentía por ella ese sentimiento fraternal que las mujeres sienten cuando saben que van a convertirse en amigas. Pero para que se convirtiesen en amigas, Janey iba a necesitar aprender que no podía conquistar a todos los hombres que se le antojase, principalmente si Mimi estaba presente. Iba a necesitar aprender a ceder . Y por lo tanto , empleando una técnica de comprobada eficiencia, le dijo a Zizi:
- Jugaste en Palm Beach este año? - Mimi sabía que era la única de la mesa que conocía algo de polo, y fue entonces, que hablando del tema predilecto de Zizi, Mimi logró monopolizar por completo la atención del muchacho.

LA TREPADORA - CAPITULO 6

CAPITULO 6
“Qué cosa extraña es el hombre ; pero que cosa aún mas extraña es la mujer.”
Lord Byron



Ya estaban a mediados de junio , el primer fin de semana del a temporada de polo en Bridgehampton, y la temperatura se mantenía en unos excepcionalmente sofocantes 32 grados.
Bajo una enorme carpa blanca, Janey Wilcox se encontraba sentada en
una silla dorada, abanicándose con un ejemplar de la revista Hamptons. Sus cabellos estaban sujetos en un rodete, y ella estaba prácticamente desnuda, con una musculosa dorada y un minúsculo short rosa. Pero hecho de tener su cuerpo tan expuesto no aliviaba ni un poco el calor, y el sudor le caía continuamente por el cuello y el pecho, y terminaba depositándose entre sus senos. Dos días atrás , un viento extraño y caliente había comenzado a soplar desde el norte, fustigando a los bañistas con un torbellino de arena y cubriendo todo con una capa fina de polen y polvillo. Ir a la playa se hizo imposible - incluso simplemente estar al aire libre era incómodo . Pero aún así la temporada social de verano prosiguió a todo vapor, y la alta sociedad de Hamptons sonreía , se sacaba fotos y hablaba de las fiestas en las que habían estado la noche anterior con un entusiasmo renovado.
En la tarde del sábado, el lugar donde todos debían estar era el Polo, aunque el acuerdo tácito sostenía que ese juego les interesaba muy poco. Observar un partido de polo era lo que una persona hacía cuando quería apartarse de la multitud asfixiante y glamorosa que se reunía dentro de la tienda VIP. Durante los últimos veinte minutos, Janey y Mimi venían desafiando de buen grado esa convención social, sentadas en las sillas VIP al borde del césped , mientras bebían champagne. Mimi sujetaba los binoculares delante de su rostro. Al apartarlos, se acercó de Janey y, señalando Zizi, comentó :
- Mi querida, mira ese muchacho allí , es simplemente irresistible. Sin duda es la única cosa que vale la pena ver en ese juego.
Janey soltó una risita y tomó los binoculares, fingiendo estar viendo a Zizi por primera vez, mientras pensaba que esa manía de Mimi de hablar como si fuese una vieja . Debía ser otras de las extrañas afectaciones de los ricachones . Un rasgo que ella había descubierto dos días atrás , cuando Janey había llamado a su amiga para preguntarle si quería ir al Polo.
- Querida - dijo Mimi, como si estuviese resucitando de una tumba -, sabes cuántos partidos de polo he visto en mi vida? -
Por un instante, Janey temió que ella estuviese rechazando la invitación . Pero en el segundo siguiente, Mimi continuó hablando , con una vocecita de colegial: - Pero el deber me llama! Por lo tanto , iré con vos.
Todo hubiese estado perfecto, si Mimi no la hubiese telefoneado el viernes para decirle que Selden iba a venir ese fin de semana . Mimi le había preguntado si no le importaría que él fuese al partido de polo también. Janey tuvo que fingir que no conseguía imaginar nada mejor, cuando en realidad no podía imaginar nada peor . Y entonces Mimi había sugerido que se encontrasen para almorzar juntas antes, sin Selden, para poder hablar de él. Selden era la última cosa de la cual Janey quería hablar, principalmente cuando el tema de ese hombre, sólo conseguía hacerla recordar a Zizi. Pero como ella y Mimi realmente no se conocían muy bien , Selden sería un buen punto de partida para entrar en otros temas más interesantes, específicamente conversaciones sobre todas las demás personas que ambas conocían, tales como Comstock Dibble.
Janey era suficientemente astuta como para saber que, hasta conocer bien a Mimi y poder evaluar sus motivos, sería un terrible error revelarle la verdad sobre su antigua relación con Comstock Dibble . Pero no podía dejar de hacer una vaga inferencia a que, a cierta altura, Comstock “había estado” con ella.
Comstock Dibble se había convertido en algo tan molesto y preocupante como un grano en el culo para Janey. Especialmente debido a la carta preocupante que había recibido en esa mañana. La carta había sido enviada desde New York; probablemente había sido enviada poco antes de la fiesta de Memorial Day. La carta Comstock Dibble insinuaba que ellos necesitaban concluir una negociación relativa al “guión” que ella debía escribir. Por parte de Janey, ese asunto entre ellos ya había quedado concluido, y la carta no pasaba de ser una tentativa ridícula de Comstock Dibble para amedrentarla . Aunque Janey no lograse adivinar el motivo por el cual él persistía en esa campaña de intimidación, se propuso informarle a Comstock que no podía amenazarla, y creía que la mejor forma de conseguir eso sería fingir que no sabía de nada de lo que él hablaba.

Janey semi cerró los ojos para espiar por los binoculares, su mirada acompañó la sublime silueta de Zizi cuando él levantaba el taco y golpeaba la bocha con tanta furia que la mandó al otro lado del campo. Era
demasiado pronto para que ella revelase sus verdaderos sentimientos por él, de modo que preguntó con la mayor inocencia:
- Quién é él ?
- Debe ser ese jugador de polo del cual Pippi ha estado hablando - respondió Mimi. - ella tiene la impresión que él estaba queriendo seducirla .
- Pero él es demasiado guapo para ella. A propósito , dónde está Pippi?
- Haciendo una prueba para un papel.
- Ah, estoy segura que él es uno de esos hombres que le hacen creer a todas las mujeres que está interesado en ellas - comentó Janey, creyendo que esa regla se aplicaba a todas, menos a ella. Estudiando el rostro de Zizi a través de los lentes de los binoculares, se acordó de todas las palabras de la conversación entre ellos, y decidió que aquello había sido demasiado espontáneo y genuino como para ser considerado una charada más por parte de él.
- De cualquier manera, eso no importa - dijo Mimi. - No es buena idea casarse con un jugador de polo.
- Por qué no? - preguntó Janey abruptamente.
Mimi soltó una carcajada .
- En primero lugar, ellos son duros de cerebro . Y en segundo lugar, viajan todo el tiempo . - ella levantó la mano para pedirle los binoculares. - Por lo tanto , sería como casarse con un artista de circo... quiero decir, tal vez no exactamente igual. Él debe ser muy bueno en la cama. Un garañón, entiendes?
Janey inmediatamente pasó a defenderlo.
- Apuesto que él no así - retrucó ella. - Me parece que es una persona sensible.
- Si es sensible - dijo Mimi, devolviéndole los binoculares -, no va a durar mucho en East End. Mimi parecía haber perdido el interés en Zizi, porque comenzó a mirar a su alrededor . - Estoy preocupada por Selden.
Janey preguntó con la mayor inocencia.
- A qué hora debía estar llegando aquí ?
- A las tres - respondió Mimi. - Y ya casi son cuatro menos cuarto .Espero que no se haya perdido otra vez. No lo ves por ahí , verdad?
Con reticencia, Janey desvió el enfoque de los binoculares del campo de polo, fingiendo estar buscando a alguien en la multitud detrás de ella. Mimi continuó hablando , pensativamente:
- George adora a Selden. Cree que él le va a ganar mucho dinero... él ya tiene mucho dinero , pero George dice que no le extrañaría si Selden entre los cinco hombres mas millonarios dentro de unos dos años.
- No me digas! - exclamó Janey. - Pero sabes muy bien que yo no me impresiono con e; dinero.
- Janey Wilcox! - Mimi exclamó. - Apenas te conozco , pero si me dices que no te impresionas con el dinero, estás mintiendo . Y no me gustaría ser amiga de una mentirosa! - Mimi soltó esa frase en un tono extrañamente jovial, y Janey sospechó que debía haber usado ese tono con sus compañeras ricachonas del internado suizo . No podía decidir si Mimi estaba bromeando o hablando en serio y sintió temor.
Por lo tanto , decidió poner paños calientes y dijo :
- Supongo que toda mujer se impresiona con el dinero...
- Claro que impresionan - confirmó Mimi. - no sirve de nada fingir que no es así, porque no debe haber nada peor que tener que mantener a un muerto de hambre ... Y no te dejes engañar por la apariencia de Selden. Los hombres realmente exitosos no suelen parecer gran cosa.
- Yo casi lo hallé... interesante y atractivo - dijo Janey, casi ahogándose al pronunciar esas palabras. Y entonces , para disimular la repulsa que sentía, agregó : - Pero Mimi, ya te lo dije antes, no creo que yo le haya gustado a él, te lo digo sinceramente.
- Ah, pero qué es eso, mi querida - retrucó Mimi. - Yo conozco a los hombres, y créeme, Selden está interesado en vos . Tendrías que haber visto cuan entusiasmado se quedó cuando le dije que vendría al partido de polo con vos.
- Tal vez él cambió de idea, entonces - murmuró Janey, dirigiendo los binoculares a la entrada del campo de polo . Una hilera de automóviles pasaba entre dos cercas. - Hay una fila larga de automóviles queriendo entrar - dijo ella. - Ese es uno de los problemas de este lugar . Ellos no saben organizar el estacionamiento.


Mientras examinaba la fila de autos, sus ojos fueron atraídos por un Jaguar XK 120 1948 con motor de seis cilindros. El automóvil era tan extraordinario que Janey sólo había visto uno en toda a su vida: en una exhibición de automóviles clásicos en Bridgehampton. Se preguntó quién tendría dinero suficiente para tener ese automóvil y focalizó los binoculares a la cabeza del conductor.
Había algo perturbadoramente familiar en los cabellos del conductor, y con un sobresalto, Janey constató que el rostro era el de Selden Rose. Azorada, se preguntó qué estaría haciendo él en un automóvil así - demasiado espectacular como para combinar con él -y pronto se dio vuelta hacia Mimi.
- Acabo de ver a Selden Rose. Debe estar por llegar en cualquier momento - Janey dijo, con un suspiro, reflexionando que una de las más lamentables reglas da vida: eran que los caras más amargas las que poseían los mejores autos. Y, con una cierta resignación, volvió su atención otra vez hacia el campo de juego.

“Más de uno le debe el éxito a su primera esposa, y su segunda esposa a su éxito. “ Jim Backus


Selden Rose tenía una cabellera abundante y desaliñada que parecía nunca parar de crecer. Su amplia sonrisa infantil exponía dientes endurecidos por el flúor y no habían sido perfectamente alineados por los aparatos de ortodoncia de la década del 1960. Él venía de los suburbios de Chicago y aparentaba ser un amor de persona. Después de encontrarse con él unas dos o tres veces, se podía creer que él sólo era un hombre estrictamente profesional concentrado en escalar en una gran empresa, pero era
mucho más que eso; era un de los integrantes de un grupo que había logrado llegar a la cima, y en realidad era tan ambicioso que todos los que lo rodeaban sabían sin duda que él iba a llegar a la cumbre . Sólo había uno o dos cargos por encima de él - presidente de la empresa Movie Time - y Selden se tomaba muy en serio su propósito de ser exitoso allí. Su meta era administrar todo el grupo económico Splatch Verner.

Movie Time era una división de Splatch Verner, un conglomerado de medios de comunicación que se consideraba el más grande y más importante que cualquier gobierno . Era una típica empresa americana, lo que dicho en otras palabras implica que por fuera, la “empresa” cuidaba bien de sus empleados, dándoles beneficios y opciones de compra de acciones; era políticamente correcta, siempre afirmando que no tenían preconceptos étnicos y que combatía el acoso sexual , pero en el fondo era una firma comercial como cualquier otra, administrada por gente que acordaba tácitamente que su trabajo era a cosa más cercana a ir a la guerra sin estar en un frente de combate. EN los últimos cincuenta años, Splatch Verner había comprado revistas y estudios cinematográficos, estaciones de TV , editoras, proveedores de Internet, teléfonos y satélites, y agencias de publicidad. La empresa producía entretenimiento , lo publicitaba y lo distribuía; su objetivo era que el público comprase sus productos, y los comprase en masa, sin que nadie cuestionar sus verdaderas motivaciones, que eran tener ganancias a cualquier costo. Los hombres que conseguían subir a la cima de Splatch Verner comprendían que era una “directriz de la empresa” aplastar como un insecto a cualquier persona que se opusiese a ellos. Un productor independiente y solitario no tenía oportunidad de enfrentarse a ellos. Splatch Verner no creían en la historia de David y Goliat. Y los ejecutivos de Splatch Verner decían, un poco en broma y un poco en serio , que cualquier que los amenazase “no volvería a almorzar en ese mundo otra vez”.
Siendo un hombre da Splatch Verner por excelencia, Selden Rose no eraalguien llamativo , ni en sus ropas, ni en su comportamiento; en el único aspecto que deseaba destacarse era en la elección de su segunda esposa.
Muchos de sus colegas, que eran jefes de división, y como él, eran cuarentones, recientemente se habían vuelto a casar otra vez, descartando a sus primeras mujeres (la mayoría de ellas atractivas, uno o dos años más jóvenes que ellos, y serias, como la primer esposa de Selden, que era abogada), por mujeres más excitantes, diez o quince años más jóvenes . El jefe de publicidad se casó con la primera bailarina del American Ballet Theatre, una jovencita morena, de ojos muy grandes y misteriosamente callada; el jefe de división de TV. estaba casado con una pianista rusa que alegaba ser descendiente directa de los Romanov. Otras segundas esposas eran una ingeniera que había asistido a Harvard, una autoridad política republicana que tenía su propio programa en la CNN, y una renombrada artista plástica . Janey Wilcox no sólo entraría perfectamente en esa lista, sino que superaría a todas las “segundas esposas” , convirtiéndose en el objeto de envidia de la empresa. Selden ya estaba comenzando a rotularla mentalmente "modelo... y belleza internacional".
Selden Rose estacionó su automóvil y salió , acomodándose los anteojos Ray-Ban . Normalmente, él habría cerrado el capot y cerrado con llave el automóvil, mas se estaba sintiendo excepcionalmente altivo y confiado . Había quedado muy contento al descubrir en la fiesta de Mimi que Janey Wilcox no era tan hueca y burra como pensaba que podía ser . Por detrás de lo que él clasificaba como apariencia "engañosa", creía entrever una bondad infinita. Como muchos hombres sin experiencia afectiva, y que por lo tanto no entendían a las mujeres, le resultaba imposible imaginar que una bella mujer pudiese ser culta , o aceptar la idea de que ella tal vez no gustase de él. En vez de eso, Selden atribuyó los comentarios mordaces de Janey a una naturaleza defensiva, lo que era comprensible, viniendo de una muchacha tan atractiva que seguramente había sido maltratada e intimidada por hombres que no eran tan "buenos" como él. Sospechaba que Janey Wilcox jamás había sido realmente amada y que ella jamas había tenido una relación "sana y saludable " antes ( Ay Selden no te imaginas cuanta razón tienes en eso último ...).
Selden se daba cuenta y creía que Janey era una mujer que necesitaba ser salvada.
El punto era que a Selden Rose le gustaba pensarse como una especie caballero medieval salvador de damas, un verdadero príncipe azul, y mientras caminaba serenamente en dirección a la tienda VIP , él reflexionó que ciertamente no había mostrado su mejor ángulo a Janey en la fiesta de Mimi. Pero eso se debía principalmente a sus nervios, y le excitaba saber que una mujer todavía podía ponerlo nervioso. En los dos años desde su divorcio, Selden había conocido a lindas mujeres , pero ellas rendían a él como la puta mas vulgar de Los Angeles que exhibe “su mercadería” con un vestido adquirido esa mism tarde. Pero Janey Wilcox era diferente: ella poseía belleza sumada a una especie de genialidad.
Hoy tendría cuidado de darle una impresión correcta, pensó Selden , dándole su nombre a una joven que sujetaba una lista de invitados . La ley suprema en Splatch Verner era localizar un talento y arrebatarlo antes que los otros pudieran descubrirlo, y Selden estaba seguro que ese mismo principio se aplicaba a Janey. Su estrategia sería atacar e actuar rápidamente, y antes de que el verano terminase arrebatarse la presa.
La muchacha marcó su nombre en la lista e indiferentemente levantó la soga para dejarlo pasar. En el corto camino hasta la tienda, había un grupo de siete o ocho fotógrafos al lado de los cuales Selden planeaba pasar disimuladamente, sin llamar su atención. Pero parado justo en frente de él, pareciendo al mismo tiempo feliz y resignado por la atención de los fotógrafos, estaba Comstock Dibble. Su brazo rodeaba rígidamente la cintura de una mujer alta y morena, cuya sonrisa revelaba un centímetro y medio de encías. Selden la reconoció como la novia de Comstock, a quien había conocido en la fiesta.
Le parecía graciosos el hecho que Comstock supuestamente estuviese de novio con una mujer como Mauve Binchely, quien probablemente era más vieja que Comstock y eso lo hizo pensar que Comstock estaba perdiendo su talento.
Y eso no sería sorpresa, pensó Selden. Comstock Dibble era uno de esos tipos medio rebeldes que se sentía con el derecho de actuar por cuenta propia. Eso estaría bien hace veinte o treinta años , pero actualmente, cuando había billones de dólares en juego , Comstock era considerado una persona imprevisible de temperamento incontrolable; los ejecutivos estaban comenzando a comentar que no se podía confiar en él. Selden jamás había querido mucho a Comstock y sospechaba que él iba a recibir una gran patada en el culo en breve. Pero ellos trabajaban en el mismo rubro y se conocían hacia años y , entonces , dándole una palmadita informal
en la espalda y extendiéndole a mano, Selden lo saludó
- Hola, Comstock!
Comstock se dio vuelta , sus ojos enrojecidos revelaron que él esperaba una intromisión indeseada. Selden no pudo determinar si estaba contenta de verlo o no; entonces acabó concluyendo que no.
- Selden Rose, eres bienvenido - dijo Comstock, completando un segundo después : - Qué estás haciendo aquí ?
- Lo mismo que vos, creo - respondió Selden. - Vengo a ver los ponies.
- Ese es el tema que te trae por aquí ? - preguntó Comstock con escepticismo .
- Eso dicen - dijo Selden.
- Entonces resolviste venir a Hamptons a pasear - comentó Comstock, incapaz de disimular su disgusto.
- con permiso - intervino un fotógrafo. - Podemos sacar una foto de los dos juntos?
- No, gracias - respondió Selden. Se volvió hacia Comstock Dibble y, adoptando el mismo tono astuto que Comstock había usado con él, dijo : - Algunos de nosotros preferimos ser reconocidos por nuestros colegas mas que reconocidos por el público.
El comentario fue hecho en tono de broma, de forma no intencional, pero le pegó de lleno al blanco , y Comstock arrugó la frente . El hecho era que era a la madre de Comstock a quien le gustaba mostrar las fotos de su hijos a sus amigos , Eso la ponía orgullosa, y todos lo consideraban como un equivalente al Príncipe Carlos , y ella, la reina madre . Pero eso era algo que un niño privilegiado como Selden Rose jamás podría entender.
Por un momento Comstock se quedó parado mirando a Selden desaparecer entre la multitud , hasta que un tirón insistente da Mauve en su manga lo trajo de vuelta a la realidad . Le lanzó a los fotógrafos una mirada significativo, como ordenándoles que cesasen de tomar fotos . Jamás le había gustado Selden Rose, pero en ese instante su enemistad se cristalizó en una roca de odio.

jueves, 26 de febrero de 2009

LA TREPADORA - BUSHNELL - CAPITULO 5

CAPITULO 5

“Si la pasión, si la locura no pasaran alguna vez por las almas… ¿Qué valdría la vida?”


La gente en New York dividen todo en pequeñas categorías, y después , como los especialistas en diamantes, examinan y clasifican mínima partícula. Y eso sucedía particularmente en Hamptons.
El trecho de casi cincuenta kilómetros entre las ciudades de Southampton hasta East Hampton era considerado el más codiciado; dentro de tal se dividían dos áreas “ al sur de la autopista ” y al “norte de la autopista”. Y a partir de esa división una centena de criterios mas podían ser empleados para determinar si un un terreno era más favorable que otro. Criterios tales como la proximidad al mar o las profesiones de los vecinos. Janey estaba profundamente consciente de esas minúsculas distinciones, pero había un área con la cual ella siempre discordaba respecto al consenso general: secretamente prefería el área norte al área sur. Adoraba las vastas extensiones rurales y las callejuelas serpenteantes que había descubierto la primera vez que había venido a Hamptons, diez años atrás. Manejar por esos caminos siempre había sido su escape. Un año atrás ella se había visto forzada a pasear por ellas a bordo de un automóvil prestado por el hombre con quien se estaba acostando en esa época. Y ahora, pasando la marcha de tercera a segunda, y tomando una acentuada curva al lado de un puesto de frutas de una granja , disfrutaba inmensamente el hecho de que finalmente estaba haciendo ese camino con su propio automóvil.
AY Janey! Quién te ha visto y quien te ve ...
Habiendo dejado a su hermana en East Hampton, ella había decidido que ese era el día perfecto para dar un paseo por la tarde. En una recta , Janey pasó la palanca de cambio a cuarta y aceleró a 110 km por hora . Sus cabellos, sujetos en una cola caballo, flotaban salvajemente detrás de ella . Janey adoraba la sensación de libertad que la velocidad le daba, y en ese momento, reflexionó que no tenía limite para su hambre de velocidad. Pero luego necesitó reducir la marcha para tomar la curva que llevaba al harás de Los Árboles.
Alisando sus cabellos , redujo la velocidad a treinta kilómetros por hora e hizo un relevamiento de los varios automóviles estacionados en el terreno. Mierda! El estacionamiento estaba complicado . Bien al final , en un ángulo difícil en el cual ningún otro automóvil podría entrar , estaba la Maserati negra de Harold Vane. Janey la reconoció inmediatamente, porque tres años atrás ella había su amante durante todo el verano , y había pasado mucho tiempo en ese automóvil, como pasajera y acompañante de Vane. Harold era un hombre demasiado nervioso como para ser un buen conductor, pero cuando Janey le había dicho eso, él la había mirado furioso , y había hecho chirriar el embrague al cambiar la marcha. Janey nunca más tocó ese tema.

Condujo el Boxster por una caminito de tierra, considerando que su querido y amado Harold, con sus dientes reluciente y sus zapatos siempre lustrados, era mismo un tremendo exhibicionista. Pero como él era tan encantador y generoso ( Le había prestado dinero a Janey el verano pasado, cuando ella estaba medio muerta), era difícil culparlo de cualquier otra cosa.
Y ahora, pensó Janey, verificando su rostro en el espejo y aplicándose el labial Pussy Pink, su marca registrada, con toda calma, él había resuelto comenzar a jugar al polo! Eso era algo extraordinario, principalmente porque Harold, madurito y con ciertas disfunciones sexuales era la última persona que ella podía imaginarse montada sobre un caballo. Pero Janey tenía la “impresión” de que el polo iba ser la moda de ese verano, y Harold era una de esas personas que adoran ser líderes en las nuevas tendencias . Y como él supuestamente había ganado una fortuna en el mercado de acciones en los últimos dos años, por qué no pasaría su tiempo libre haciendo lo que se le antojaba , por más ridículo que pudiese parecer?

A la distancia, minúsculos jinetes sobre minúsculos caballitos corrían sobre un campo un verde aterciopelado, pero estaban demasiado lejos como para poder distinguir sus identidades. Janey comenzó a caminar tranquilamente en dirección a ellos, pensando en cómo estaría Harold de contento (y sorprendido) al verla . Inmediatamente Janey descubrió que había un pequeño obstáculo: había llovido en los últimos dos días, y sus sandalias Dolce & Gabbana se hundían humillantemente en la tierra blanda, lo que la desequilibraba demasiado. Esto no va a funcionar, pensó ella, recorriendo a los tropezones la corta distancia de vuelta hasta su automóvil para sacarse las sandalias.
Cuando se inclinó para abrir la hebilla de la sandalia, tuvo la desagradable sensación de que alguien la estaba observando . Detestaba ser tomada desprevenida - además siempre había detestado estar en situaciones en las cuales no conseguía controlar la impresión que podía causar - y levantó la cabeza repentinamente. Y no estaba equivocada: no sólo estaba siendo observada, sino que estaba siendo observada justamente por la persona a quien ella quería impresionar: Zizi.
Tiene que ser el azar, pensó Janey . Él estaba recostado sobre un Range Rover con los brazos cruzados sobre el pecho De dónde diablos él
había venido , pensó Janey, el campo estaba desierto cuando ella había llegado . En su rostro había un sonrisa burlona , como si supiese que ella había venido específicamente para encontrarlo. Y lo peor de todo, pensó Janey , mientras se equilibraba contra el auto : él era tan guapo como le había parecido cuando lo había visto manejando su Ferrari. No, era mejor todavía : era un macho absolutamente fabuloso . Tenía ese tipo peligroso de belleza masculina por la cual una mujer podía lanzar su orgullo por la ventana, sin pensarlo dos veces - y él sabía de eso.

Por un segundo, Janey llegó a pensar en entrar a su automóvil y marcharse (Para dejarlo intrigado), pero en ese instante él se aproximó a ella. Janey miró rápidamente sus propios pies, preguntándose si él se iba a parar para conversar con ella . Pero en vez de eso, él siguió caminando con pasos largos y cuando pasó por al lado ella dijo, bromeando:
- Necesitas botas.
- Botas? - se rió ella. - Para qué?
- Por el barro - respondió él, girando su rostro sobre su hombro.
Y se fue .
Janey sintió unas ganas casi incontrolables de salir corriendo detrás de él - Que probablemente era lo que él esperaba que ella hiciese - pensó Janey mientras estaba parada allí , con un pie descalzo sobre el pasto.
Y entonces él se detuvo y le giró .
- Y ? - preguntó.
- Y qué ? - respondió ella.
- Puedo ayudarte ?
- Estoy buscando a Harold Vane - explicó ella, como que para aclarar el hecho de que no estaba detrás de él.
- Ah, el patrón. Yo puedo llevarte hasta donde está - dijo el muchacho, lanzándole una mirada intensa que sugería algo mas. Él volvió hasta el Range Rover, abrió la puerta, y sacó de adentro un par de botas altas.
- Aquí tienes - dijo él, con un sonrisa burlona.
Le extendió las botas a ella y sus dedos se tocaron. En ese momento, una corriente eléctrica recorrió ambos cuerpos. El shock dejó a Janey atontada y ligeramente desorientada, como si hubiese perdido todo sentido de perspectiva . Habría sentido él la misma cosa que ella, Janey pensó desesperadamente , o sólo sería su imaginación? Y, si no lo hubiese sentido, qué significaba eso ?
En seguida él comenzó a atravesar el campo con pasos largos con la confianza de un joven dios, mientras ella lo seguía torpemente , descalzada e intentando acompañar su ritmo. No lograba sacarle los ojos de encima y cuando él giró y sonrió , Janey vio que él tenía un aire de bondad combinando con un distanciamiento mundano que es la marca de las personas cuya belleza las destaca del resto de la humanidad.
- Te gusta de polo? - él preguntó, y ella respondió con una franqueza atípica:
- No. Ni un poquito.
Ella levantó as cejas, como desafiándolo a desaprobarla, pero hubo menos agresión y más franqueza en ese gesto del que normalmente habría empleado con un hombre. Y él la recompensó con una carcajada agradecida. Janey respondió con una carcajada muy espontánea, y se asombró al ver como sus capas de falsedad parecían haber desaparecido, revelando quien realmente era ella. Fue entonces que sus ojos se encontraron en una brillantez de complicidad .
- Este día realmente está resultando perfecto - dijo ella.
El ruido de cascos de caballos llamó su atención, y desde el otro extremo del campo de polo un grupo de caballos y jinetes vino galopando en dirección a ellos , detrás venía un hombre cuyo cuerpo podría ser descripto como un saco de papas sujetado precariamente a una silla de montar . El saco de papas se bamboleaba precariamente en todas direcciones al mismo tiempo; cuando él se aproximó, Janey divisó la silueta de Harold Vane, su ex amante.
De repente, el grupo desde el otro lado del campo se dio vuelta y comenzó a galopar a dirección de Vane . La expresión asustada de Harold indicaba que sabía que un choque sería inevitable. Abandonando su pose “ de supuesto jugador de polo” , él se entregó a la merced del caballo, quien , él presumía, probablemente no quería ser atropellado también, y literalmente se abrazó al cuello del animal. El caballo, una yegua vieja llamada Biscuit, que había recientemente sido retirada de su establo con el expreso objetivo de soportar el peso de Harold sobre su lomo , inmediatamente entendió lo que tenía que hacer. Mordiendo el freno para que Harold no lograse detenerla de forma alguna, por más que tirase de las riendas, ella trató de correr hacia el establo en un galope desenfrenado.
En ese punto, la única preocupación de Harold Vane era seguir encima de Biscuit durante el kilómetro y medio que lo separaba del establo, desde donde un cuidador salió corriendo con aire enojado y de desaprobación. Repentinamente Vance divisó las curvas agradables de una bella mujer y, un segundo después , entendió que esa mujer era nada mas y nada menos que la modelo Janey Wilcox. Pero qué diablos estaría ella haciendo allí ?Para su consternación , vio que ella estaba cerca - demasiado cerca - del astro de polo. Ellos no se estaban tocando (todavía, pensó él con malicia ), pero había una cierta dosis de intimidad entre ellos . Ella tenía su rostro dirigido hacia él, y él la estaban mirando a los ojos . Vane no permitiría que su único goleador se involucrase con Janey. Definitivamente, iba a necesitar tener una conversación seria con Zizi y cortar el mal de raíz. Planeaba vencer en ese campeonato y necesitaba la concentración total de Zizi.
Y Zizi se vería obligado a obedecer sus órdenes, Vane pensó , aferrándose al cuello de Biscuit . Después de todo , él era el patrón , el hombre que investía un millón de dólares por mes en ese equipo , y los jugadores de polo argentinos eran intensamente leales y obedientes a los deseos de su patrón. Por lo tanto Vane decidió que realmente no había necesidad de preocuparse demasiado respecto a Janey Wilcox. Se recordó de que ella ya había estado en sus brazos y que él ya la había rechazado. Janey era una de esas mujeres que, a pesar de conquistar a los hombres con tremenda facilidad, no lograba retenerlos a su lado.
Cuando el establo finalmente surgió detrás de un matorral, surgió una verdad que su vanidad masculina jamás admitiría : envidia. Si , él había rechazado a Janey Wilcox, pero eso no necesariamente significaba que él quería que otro hombre la tuviese. Y mucho menos un hombre veinte años más joven, dos veces mas delgado que él , cien veces más guapo y, por encima de todo, unos treinta centímetros más alto que él.

Este hombre es exactamente lo que quiero, pensó Janey, cuando volvía a su casa manejando su automóvil. Cuando se trataba de emociones humanas básicas - como amor, odio, envidia, alegría y triunfo - Janey no era sofisticada ni poética. Sentía lo que sentía con la fuerza de una verdad genuina - y resolvió que estaba tan enamorada de Zizi como jamás en su vida había estado.
De cualquier forma, pensó ella, saliendo por la Vía 27 de Hayrack Road ( tomó ese camino a propósito - el tránsito lento le daría tiempo para pensar), no iba a intentar conquistar a Selden Rose. No ahora, después de esos pocos minutos mágicos con Zizi. En ese instante, el recuerdo de su encuentro con Selden Rose en la fiesta de Mimi tres noches antes le trajo una triunfal sensación de diversión . Los hombres están cayendo como moscas a tus pies, Janey reflexionó victoriosamente.

“Entre hombre y mujeres no hay amistad posible. Hay pasión, enemistad, adoración, amor, pero no amistad.”
Oscar Wilde


Su primera impresión de Selden le decía que en apariencia, él era aceptable. : alto y moreno, y aunque obviamente tenía más de cuarenta años, su rostro todavía guardaba alguna facciones agradables de su juventud . Pero cuando él había apretado la mano de ella, dándole una sonrisa lenta y ensayada , ella se había dado cuenta que él tenía la postura antipática de un hombre que sabe que es un buen partido y que no quiere que nadie se olvide de eso.
Y entonces, con un ligero suspiro de resignación, ella se había sentado al lado de él. Cuando ella se había acomodado , él le había dado la espalda , y Janey había tenido la clara impresión de que él no se merecía el vestido que ella había escogido para esa noche.
Selden parecía estar entretenido conversando con la gente que estaba en ;a mesa de ellos.
- El problema con las personas de hoy en día ... - Selden dijo, con la confianza de un hombre que presume que sus opiniones siempre serán tomadas en serio - ... es que sin una guerra, no hay objetivo moral... Las personas se tornan apáticas y amorales porque se permiten olvidarse de la realidad de la muerte... No queremos enterarnos de la muerte ni aclimatarnos a ella . Hoy en día la muerte ocurre tras de puertas cerradas... Nadie ve más la muerte...
Janey, quien realmente no estaba logrando seguir el hilo de esa conversación, comentó :
- Aclimatarnos? Qué palabra rebuscada para East Hampton...
Selden giró hacia ella y sin un resquicio de sarcasmo en su voz, como si realmente la considerase una burra, preguntó:
- Quieres que te explique el significado de esa palabra?
- Y estropearme el placer de tener que buscarla en el diccionario? No es necesario - dijo Janey, mientras tomaba un trago de champagne.
- Entonces, quédate con las ganas - dijo él, como si no tuviese idea de que hacer con ella. Janey resolvió que él no tenía sentido del humor ni roce social , probablemente porque era de Los Angeles. Y entonces , deliberadamente se dio vuelta hacia el hombre a su izquierda, y Selden, hacia la mujer a su derecha.
El hombre a la izquierda de Janey era un senador republicano de New York , un hombre sencillo pero poderoso, tenía unos sesenta años y se llamaba Mike Matthews. Debatiendo los beneficios de una suba de impuestos en New York , Janey logró mantener una conversación fluida durante el aperitivo pero cuando los platos fueron retirados hubo un hiato en la conversación, y ella volvió a darse vuelta hacia Selden. Ciertamente él parecía tener un inagotable repertorio de opiniones idiotas, según Janey observó, mientras lo escuchaba hablar sobre las diferencias entre los hombres y las mujeres con la elegante mujer a su derecha. Ese tipo específico de conversación era inevitable, pensó Janey, debido al hecho que Selden era soltero - siempre era apenas una cuestión de tiempo hasta alguien preguntar a un soltero
- La verdad es que, biológicamente, los hombres eligen a las mujeres en base a su apariencia física. - Y ahí Selden tuvo el coraje de agregar, en un tono triunfal: - Y esa es la única cosa que el feminismo jamás conseguirá cambiar.
La cuarentona a su derecha sonrió con indulgencia, mientras Janey soltaba una risita desdeñoso, haciéndolo darse vuelta hacia ella.
Janey le sonrió . No podía haber sido en un momento mas oportuno . Ella había estado aguardando una oportunidad como esa. Algunos días atrás cuando había estado en Book-Hampton, había encontrado un libro neo feminista llamado Belleza . El tema básico era como las expectativas de los hombres arruinaban las vidas de las mujeres, y, como de costumbre, ella había hojeado el libro , absorbiendo algunos hechos y frases para usar en las reuniones sociales.
- En verdad - Janey dijo, con la mayor calma posible - estás equivocado. Antes de 1900, o sea antes de la revolución industrial, de la redistribución de la riqueza, los hombres solían elegir a las mujeres en base a su posición social, o a su capacidad de engendrar hijos que pudieran ser mano de obra. La elección de una compañera no tenía nada que ver con la belleza y la apariencia física...
- Ah, convengamos ... - dijo Selden desdeñosamente como si hubiese sido interrumpido por una niña irritante. Tomó un trago de agua y comentó :
- Y entonces Helena de Troya, en dónde queda ubicada ? - como si eso probase toda su teoría.
Janey sabía que él iba a mencionar a Helena de Troya , el libro había prevenido a los lectores de que hombres como siempre se acordaban de ella.
- Qué pasa con ella ? - dijo Janey, encogiendo los hombros . - Los ingleses eligen a las mujeres en base al arbol genealógico de su familia y no en base al carácter de la mujer ?
- Estás queriendo decir que eso es lo mejor? - indagó él, con sarcasmo de un hombre que no está acostumbrado a ser contrariado.
- No estoy diciendo que sea mejor o peor - dijo Janey, arrojando sus cabellos sobre su hombro. - Lo que estoy diciendo es que vos no deberías hacer generalizaciones sobre los hombres basándote en tus propias actitudes inmaduras. - Después Janey se recostó en la silla , con el corazón a los saltos dentro de su pecho, temiendo, por un instante, que hubiese ido demasiado lejos ...
Pero ciertamente lo había colocado en su debido lugar, ella pensó mientras doblaba en Ocean Road. Durante el resto de la cena, a propósito ella lo había contradicho en todo lo que él decía, sólo para obligarlo a hablarle . Cuando la cena terminó, ambos se levantaron al mismo tiempo y salieron en direcciones opuestas, y cuando Selden pasó por al lado de ella más tarde, Janey apenas le lanzó un discreto saludo con la cabeza. Lo hizo sólo por educación, como si apenas lo conociese.
Y eso, decidió Janey, cuando entraba al garaje de su casa, era exactamente lo que planeaba hacer la próxima vez que encontrase a Selden.

LA TREPADORA - CADANCE BUSHNELL

CAPITULO 4
"Es bonito tener dinero y cosas que puede comprar el dinero, pero también es bonito tener las cosas que el dinero no puede comprar." George Horace Lorimer



Tres días después , pocos instantes después de la una de la tarde, Patty Wilcox estaba sentada en un banco delante de la tienda de Ralph Lauren, en East Hampton, esperando a que su hermana, Janey apareciera.
Patty se preguntó por qué si sabía que Janey iba a llegar atrasada, había salido de casa tan apurada para poder estar en la tienda exactamente a la una de la tarde, hora que habían arreglado encontrarse . Ciertamente no era - Patty pensó , buscándola inútilmente en la calle - porque creyese que Janey podía ser puntual, para variar. El motivo era que, cuando Janey hablaba, Patty le obedecía ciegamente . La relación de ellas era la típica relación entre la hermana mayor y la hermana menor, y había momentos en que Patty hasta le tenía un poco de miedo por su hermana...
Esa mañana, a las 11 horas, la Janey había llamado y su voz animada le dio a entender que todo en la vida de Janey iba muy bien , luego le preguntó a Patty si quería ir hacer compras con ella esa tarde.
- No sé - respondió Patty vacilante. - no sé si es conveniente.
La risa de Janey demostraba que Patty estaba siendo ridícula.
- No necesitas comprar nada?.
- No es eso - retrucó Patty. - sólo que no estoy segura si debería ser vista haciendo compras en este momento.
- Ay, Patty! Los fotógrafos no te están persiguiendo todo el tiempo . Nadie va a saber quien eres.
No, pensó Patty, pero iban a saber quién era Janey, y aunque Patty no tuviese prueba de eso, se le pasó por la cabeza que Janey sería perfectamente capaz de llamar a un columnista de chimentos que amaría publicar que la esposa de Digger, quien había sido estafado en un millón de dólares por Peter Cannon, estaba haciendo compras en Ralph Lauren. Y en ese momento , como siempre le pasaba cuando tenía malos pensamientos respecto a Janey, Patty se sintió culpable , y por esa culpa había acordado encontrarse con Janey a la una . Y ahora, hambrienta y ligeramente enojada, Patty miraba a su alrededor , pensando en comprarse una gaseosa.
Pero pronto recordó que no podía hacer eso, porque si Janey viniese y viese a Patty tomando una gaseosa le lanzaría “esa mirada”. Y, en ese día en especial, con todo lo que le estaba pasando, Patty no necesitaba que nadie la censurase por sus debilidades . Era preferible padecer hambre que ser recordada que necesitaba perder entre dos y cinco kilos.
Claro que Digger no concordaba con eso .
Con la mirada fija en un cine ( donde Danza de huesos, una de las películas de Comstock, estaba siendo exhibida), Patty pensó en como Digger vivía diciéndole que debía enfrentar a su hermana. Pero Digger no conocía a Janey tan bien como ella. Digger era la única persona que parecía misteriosamente inmune a los encantos de Janey - y , aunque tuviese que admitir que, si ese no había sido uno de los motivos por los cuales se había casado con él, ciertamente era una de las cosas que hacían que él le gustaba. Pero también significaba que Digger nunca entendería como ella realmente se sentía en relación a Janey. La verdad era que, auqnue a veces Patty le tuviese miedo a Janey en persona, también temía por la vida de ella.
Había en su hermana algo muy seductor, pero esa seducción también era peligrosa, porque Janey inevitablemente conseguía dañar a cualquier persona que se involucrase con ella. Era un hecho del cual Janey felizmente parecía no tener consciencia. A veces Patty no lograba evitar desear que algo malo le sucediese a Janey, y que ella aprendiese la lección, aunque no tuviese certeza de cuál sería esa lección. Y en ese momento se sentía culpable, porque Janey era su hermana, y no uno debería desearle algo así a una hermana .
Aun cuando era niña, Janey no había sido alguien que se pudiera considerar normal, pensó Patty, estudiando impacientemente la calle. Siempre había habido una indiferencia suprema y llamativa en Janey. Todos los veranos en el club de campo, mientras las otras niñas nadaban y jugaban al tenis, Janey, quien era gordita y nada atlética y no quería que la viesen en traje de baño ( qué ironía!!), se sentaba en una mesa de picnic en el parque y jugaba a los naipes. Otras niñas intentaban hacer amistad con ella, pero Janey las rechazaba con un comentario desdeñoso.
Por lo tanto , no era realmente sorprendente que toda la familia se hubiese sentido aliviada cuando Janey había sido aceptada en la agencia de modelos Ford a los 16 años. En ese primer verano, ella se quedó afuera durante tres meses, y Patty recordaba que ese verano había sido el mejor de su vida - había ganado el campeonato de natación para niñas hasta 12 años - y , para variar, nadie de su familia estaba peleando continuamente . Entonces, al verano siguiente, Janey supuestamente se había ido para siempre. sólo que eso acabó saliendo mal. Aunque nadie en su familia jamás había tocado el tema ni dijese por qué . Patty sólo sabía que jamás olvidaría el final de ese segundo verano, cuando Janey tenía 18 años, y acababa de volver del sur de Francia, tan diferente como si hubiese viajado a otro planeta y hubiese vuelto hecho una extraña. Había llegado cargada de maletas Louis Vuitton y ropas de diseñadores de Francia e Italia, carteras Chanel y zapatos de Manolo Blahnik. A lo largo de una tarde le había mostrado a a Patty todas esas cosas y le había contado cuanto había pagado por ellas. Patty se acordaba de que sólo una cartera había costado 2.000 dólares, y , cuando ella había puesto una cara de espanto, Janey le había dicho que no valía la pena vivir si no era posible tener lo mejor que la vida tenía para ofrecer .
Patty volvió al banco con un suspiro. Siendo una tarde de un martes de junio, la calle principal de East Hampton estaba muy tranquila , pero Patty comenzaba a sentirse enojada. Pasó un Mercedes, después un Range Rover y un Lexus; parecía que nadie en Hamptons tenía un automóvil que costase menos de 100.000 dólares. Se acordó que su propio Mercedes era igualmente caro , pero eso no le impedía sentirse una intrusa que, por más que intentase , jamás se sentiría como si realmente formase parte de ese escenario. Había sido Digger quien había pagado el Mercedes, y por lo tanto realmente no le pertenecía a ella.
Tal vez el problema fuese que todo era demasiado perfecto , Patty reflexionó ; esas tiendas de antigüedades perfectamente bien conservadas que se alineaban al principio de Main Street. O tal vez sólo fuese esa impresión de riqueza que el lugar causaba; las vidrieras de las inmobiliarias presentando fotos aéreas de mansiones de diez millones de dólares, mientras que la tienda de lingerie de al lado cobraba 150 dólares por un par de bragas de algodón. O tal vez fuese el hecho que estar en los Hamptons era muy diferente que estar en New York , y en cualquier momento uno se podía encontrar cara a cara con un conocido inconveniente.
Y eso fue exactamente lo que sucedió. Los pensamientos de Patty fueron interrumpidos por una voz venida de la nada, muy estridente, y gritando en un celular: “Pero te dije no lo dejes entrar! El cliente está furioso!” Un instante después la figura de Roditzy Deardrum surgió desde detrás de un árbol .

Roditzy era una relacionista pública cuya foto había sido recientemente publicada en la tapa de la revista New York. Tenía exactamente la misma edad que Patty - 28 años - y, gracias al dinero de su madre, dirigía su propia empresa de relaciones públicas llamada Ditzy Producciones . Roditzy acabaría una prisión francesa debido a un muy sospechoso accidente ocurrido en un barco en el sur de Francia, accidente en el cual varios de sus amigos habían perdido brazos y piernas durante una fiesta donde había corrido el éxtasis. La fiesta había sido organizada por la propia Roditzy, pero en ese momento, todavía no había ocurrido nada de eso, y ella era considerada la reina das fiestas de New York. Ella era la responsable de organizar los eventos más irreverentes y proveer los mejores invitados. su último evento había sido un espectáculo ridículo en el cual unos perros exhibían vestidos y ropas de diseñador especialmente hechas para esa ocasión Y Roditzy
había logrado convencer a varios astros y estrellas de cine para que asistiesen . Patty sabía que su oportunidad de escabullirse ya había pasado, porque oyó a Roditzy decir: “Mira, acabo de ver a Patty Wilcox, necesito colgar ”, y pronto Roditzy ya estaba a su lado.
- Pa-a-a-a-at-ty! - gritó ella, haciendo que varias personas que pasaban girasen sus cabezas. - Cómo estás!!?
- Estoy bien - respondió Patty, mientras Roditzy la besaba levemente en ambas mejillas.
-hace una eternidad que no te veo! - dijo Roditzy. - Qué estás haciendo?
Esa era justamente la pregunta que Patty esperaba evitar, pero como ahora era inevitable, apenas dijo :
- Nada.
- Nada? - preguntó Roditzy, como si fuese incapaz de comprender una respuesta así.
- Exactamente. Nada - confirmó Patty. - Ahora sólo me ocupo de cuidar mi casa.
La expresión de Roditzy indicó lo contrario, pero ella dijo :
- Pero eso es muy antiguo . Demasiado antiguo.
Patty cruzó los brazos sobre su pecho y asintió, pero por dentro estaba convencida de que Roditzy la miraba como si ella fuese algún tipo de loca.
-Pero qué haces durante todo el día? - insistió Roditzy.
- Ah, muchas cosas... - dijo Patty. Ciertamente no le iba a decir a Roditzy que durante el año pasado había estado intentando quedar embarazada pero no lo había logrado , que necesitaba tener un hijo más que por cualquier cosa en el mundo porque amaba a su marido desesperadamente y necesitaba asegurarse que su relación con él se consolidase a través de un hijo . Después de todo qué podía entender una muchacha como Roditzy sobre el mágico misterio de ser joven, estar enamorada y totalmente dedicada a un hombre?
Roditzy se aproximó , intentando crear un vínculo de intimidad que no existía entre las dos, y bajando la voz, preguntó:
- Cómo está Digger? Quiero decir, después de todo ese asunto que están hablando de...
- Peter Cannon? - preguntó Patty. - Está bien.
- Exacto - dijo Roditzy. - No sé qué pasó a Peter Cannon, vos lo entiendes ? Todos pensaban que él era formidable. Era el mejor amigo de todo el mundo... Recuerdas sus fiestas tan locas en su loft ? Si la gente supiese que él estaba financiando todo esa cocaína con nuestro dinero...
- Ah, es mejor dejarlo allí - la cortó Patty.
- Es Mejor- concordó Roditzy. Y después exigió saber: - Ustedes van estar por aquí el fin de semana que viene ? Necesito que vengan a una fiesta que voy a organizar para...
- Digger va a estar de viaje en una gira - dijo Patty, con gran firmeza, interrumpiendo a la otra mujer . - Va a estar afuera por dos meses.
- Bien, entonces podrías venir vos sola - insistió Roditzy. - Voy a pedirle a uno de mis asistentes que te pase a buscar en un automóvil. Así puedes divertirte sin necesitar preocuparte por como volver a tu casa.
Roditzy se quedó mirándola con ese modo animado de quien no va a aceptar un no como respuesta, y Patty no logró protestar.
- Maravilloso ! - exclamó Roditzy, y después , con el aire de alguien que quien está muy ocupado en cosas muy importantes, ella abrió el celular y entró solemnemente en la tienda de Ralph Lauren.
Patty se dejó caer pesadamente en el banco, súbitamente consciente de que iban a pasar dos meses más sin lograr embarazarse , porque Digger estaría de gira . Y encima de eso , se vería obligada a ir a una fiesta que no tenía el menor interés para ella - Por qué carajo todos en New York siempre estaban exigiendo su presencia en un lugar u otro? Y todo era culpa de Janey, quien se había atrasado. Si Janey hubiese sido puntual una vez en la vida, tal vez ella no se hubiese encontrado con Roditzy.
Pero ahora, finalmente, divisaba a Janey, subiendo ruidosamente por la calle 27 en su Porsche Boxster. Podía oírla aproximándose a toda velocidad porque ella manejaba ese automóvil como si fuese un caballo de carrera - hacia los cambios tan ferozmente que todos a oían el ruido del motor , y hacía eso a propósito, para que las personas levantasen sus cabezas y la viesen. últimamente estaba siempre queriendo que todos la mirasen y eso preocupaba a Patty. Porque, de hecho , las personas no siempre decían cosas agradables sobre Janey...
El automóvil se detuvo delante de Patty, y con gran ampulosidad Janey salió y cerró con un golpe la puerta. Vestía una blusa de red sin mangas de Prada y jeans blancos . Con una sonrisa completamente natural, que no se parecía en nada a la sonrisa falsa y canalla que ella exhibía en los carteles y afiches la calle, le hizo señas a Patty. Y, en ese momento, Patty se encogió por dentro, como siempre le sucedía, y borró todos los malos pensamientos que había tenido sobre Janey: después de todo, cómo alguien podía ser tan bella como Janey y ser tanta mala como ella se imaginaba?
Y se sintió peor, porque con un “hola , hermanita” ,Janey tomó el brazo de su hermana (del mismo modo en que Mimi había hecho con ella algunas noches antes) y le dijo :
- No quería contarte esto por teléfono porque sabía que te ibas a negar, pero quiero comprar alguna pavadita en Ralph Lauren, y después llevarte a almorzar a Nick’s o Toni’s - que dos de los restaurantes más exclusivos de Hamptons. Eso bastó para que Patty se sintiese mas culpable todavía.
- No podríamos cancelar la compra? - preguntó Patty, queriendo evitar un encuentro más con Roditzy Deardrum. - Me estoy muriendo de hambre.
- Claro que no - respondió Janey. Y luego, lanzándole a su hermana una mirada penetrante, preguntó: - Cómo está a Digger? - su tono parecía casual, pero sus ojos parecieron abrir un agujero en el cerebro de Patty, agujeros destinados a extraerle la verdad. Por un momento, Patty tuvo la horrible sensación de estar ahogándose.
- Vamos yendo... - dijo ella débilmente, y Janey sacudió la cabeza , comprensivamente . Con ese único gesto, Patty sintió que Janey entendía todo. Y mientras ellas subían por la calle hasta Nick’s , Patty pensaba que el don de Janey era que ella hacía que la gente sintiese que podían contarle los pensamientos mas terribles, profundos y tenebrosos que se pasaban por la cabeza. Janey comprendería cualquier cosa.

A los 18 años, Janey se consideraba capaz de arrancar confidencias, y rápidamente había entendido que conseguir información era poder. No toda la información era importante ( un error que la mayoría de las personas cometía), pero si el acto de escucharla . Eso creaba un vínculo entre ella y el confesor - una especie de pacto de amistad tácito, que ella podría utilizar más tarde para obtener aquello que realmente necesitase.

Y ahora, sentada en una mesa en la parte delantera de Nick’s , su rostro exhibía unas suaves arrugas de conmiseración adecuadas para ese tipo de situación. Y aunque ella pareciese estar concentrada, una otra parte de su cerebro estaba enfocado en la puerta. En cualquier momento ella aguardaba la llegada de Mimi Kilroy, y eso le iba a exigir el empleo de otro tipo de técnica social entre las muchas que dominaba.
Esa misma mañana, Janey había telefoneado a la casa de Mimi con la excusa de agradecerle por haberla invitado a la fiesta. Mimi no estaba, y Janey, le había dicho a la criada que la había atendido que era “ muy buena amiga da Mimi”, y logró arrancarle la información que después de su clase de equitación Mimi iría a almorzar no Nick’s. en ese momento, Janey resolvió que ella también iba almorzar a Nick’s. El único problema era que no podía ir allí a almorzar sola y, haciendo una lista mental de las personas posibles, decidió llamar a Patty.
Ni siquiera vaciló un instante en usar a su hermana para alcanzar su objetivo después de todo no podía decirse que era adoración lo que exactamente sentía por ella. Siempre había amado a Patty, supuesto, pero de la forma automática en que las personas aman a sus familiares. Pero en los últimos dos años había comenzado a quererla realmente . Y eso, Janey se decía, era porque antes no conocía bien a Patty . Jamás habían participado de los mismos círculos sociales hasta Patty se había convertido en productora de la discográfica VH1, había conocido al rockero Digger, y el año pasado, se había casado con él. Desde entonces, Janey había pasado a apreciar la simplicidad y la bondad de Patty, y su estimulante falta de ambición. Tres meses después de casarse con Digger, Patty había abandonado su empleo para pasar a ocuparse de su de casa y criar los hijos que esperaban tener. Y por supuesto , Janey entendía muy bien valor de tener una hermana casada con un rockero famoso. Aunque Digger no le gustase exactamente , necesitaba admitir que, si Patty se hubiese casado con un bombero - como Janey se había imaginado que Patty haría - las dos hermanas no se habrían aproximado ni un poquito.
Y el efecto de dos cabezas rubias unidas en una intimidad familiar no era fácil de encontrar . No había imagen más encantadora que el afecto fraternal. Esa - Janey sabía- era exactamente la imagen que Mimi deseaba ver, sabiendo que eso la mostraría bajo una luz más tierna y humana. Por lo tanto , forzándose a dirigir sus pensamientos lejos de su propia ambición, Janey se obligó a concentrarse en Patty, quien estaba jugueteando con un servilleta de lino doblado en la forma de un complicado origami de cisne.
- Patty? - ella la llamó.
- Si? - respondió Patty.
- Cómo has estado? De verdad.
- Bien - dijo Patty, después abrir la servilleta y extenderla en su regazo. - Estoy bien. Vi a Roditzy Deardrum entrando en Ralph Lauren.
- Cómo le va a Roditzy? Me gusta ella, sabes? Creo que es buena gente - comentó Janey.
- Te gusta? - dijo Patty. - Yo la considero una bruja.
- es que es medio irritante - concordó Janey - pero finalmente sólo está intentando triunfar en la vida, como todo el mundo. Siempre me trató muy bien ...
- Claro que te trata bien ...
- A Vos, no?
- Está intentando obligarme a asistir a una el sábado por la noche.
- Y qué hay con eso ? - Janey llamó al camarero con un gesto. - - - Deberías ir a más fiestas.
- Por qué?
- Por qué no?
- Cuál es el objetivo?
- Tal vez no haya objetivo. sólo salir y estar con amigos.
- La mayoría de esas personas no se toleran entre sí.
- Cómo es que sabes eso? Las personas no son perfectas, sabías? Todos tenemos defectos y límites . Tal vez se quieran y se toleren hasta donde pueden...
- Pero eso para mí no basta...
- Ah, vamos, Patty. Cuéntame, cuál es el problema?
- Sabe qué? - dijo Patty. - No sé por qué todos viven intentando ser como esas personas... como si eso probase que son importantes, entiendes ? Cuando vi a Roditzy, pensé : sé cual es su problema . Ella tiene baja autoestima.
Janey sonrió .
- Esa es otra cosa de Digger?

- No - respondió Patty, medio ofendida. - Yo sola pensé eso . Por qué ella vive corriendo y gritando en un celular . Porque necesita llamar la atención y probar que es alguien ... Hablando de eso, nosotras dos también podemos tener ese problema de baja autoestima. Te preguntaste alguna vez por qué nunca nos sentimos realmente felices?
Janey reflexionó sobre lo que a hermana estaba diciendo. Era verdad. Ella nunca se sentía completamente feliz. Siempre tenía la ligera impresión de estar arrastrándose por la vida.

- Ves ? - dijo Patty. - Es debido a algo que mamá y papá no hicieron cuando éramos chicas. Nunca nos incentivaron a hacer nada. Nunca nos dijeron que podíamos tener éxito o que podíamos ser algo en la vida?
- Pero ellos nos incentivaron - retrucó Janey.
Ella se recostó en la silla . Estaba comenzando a enojarse . Patty era una de esas personas suertudas que conseguían todo lo que querían en la vida sin esforzarse. Cuando eran chicas, Patty era la mas pequeña y la mas mimada por su madre y su padre - Patty parecía tener una forma especial de hablar con cada uno de sus padres, mientras Janey no conseguía llevarse bien con su padre y tenía una relación antagónica con su madre , además de siempre haber sido considerada la más bonita de la familia. Patty formaba parte de un grupo de porristas , y jamás se había sacado buenas notas en el colegio, aun así la Universidad de Boston había aceptado su matrícula. Patty era una de esas muchacha que nunca renunciaban a sus valores morales para mejorar su nivel de vida, pero tampoco necesitaba hacerlo porque tenía mucha suerte . Y después
había conocido a Digger y se había enamorado de él. Janey jamás se había enamorado verdaderamente, no por lo menos de la forma en que Patty se había enamorado, pero consideraba que era eso muy importante, y todavía creía que si encontrase al hombre adecuado encontraría el verdadero amor, y con eso habría conquistado todo en la vida. El problema era que para encontrar ese amor primero tenía que conocer a cientos de idiotas .
Janey respondió medio exasperada:
- Pero , Patty, tienes todos los para ser feliz.
Patty miró la servilleta sobre su regazo, arrojando sus cabellos rubios cobrizos sobre su hombro - Le quedaría mucho mejor si se lo aclarase un poquito, pensó Janey - y preguntó:
-Estuviste embarazada alguna vez?
Qué pregunta!, Janey pensó , y se tomó un momento para responder.
- Bien ... - Janey dijo, bromeando. - Le he dicho a algunas personas que estaba embarazada.
- Estoy hablando en serio, Janey...
- No que yo supiese...
- Hace un año que estoy intentando embarazarme y todavía no lo he conseguido - dijo Patty.
En ese exacto momento, Mimi Kilroy llegó.

“Todo poder es una conspiración permanente.”
Honoré de Balzac

Janey ya estaba aguardando la llegada de Mimi por lo que le había parecido horas, pero en vez de comportarse de manera habitual, que sería levantar la vista y recibir a Mimi con la mano, ella se obligó a parecer completamente absorta en la conversación que estaba teniendo con su hermana.
- Sabes, Patty - Janey dijo. - eso no tiene importancia. Todos saben que es normal lleve un año... ya fuiste al médico? - Pero sus pensamientos estaban completamente concentrados en Mimi.
En la noche del sábado , al volver a su casa de la mansión de Mimi, Janey tuvo un pensamiento súbito : jamás había tenido ninguna amiga, y de repente vislumbró el valor de tener una amiga como Mimi y descubrió que la amistad de ella tal vez le pudiese ser más útil que todas las relaciones que había forjado con hombres poderosos. La gente nunca cuestionarían una amistad entre dos mujeres de la misma manera en que desconfiaban de la amistad entre un hombre y una mujer, principalmente si un hombre era rico y la mujer bonita. Por otro lado, Mimi era tan poderosa e influyente como la mayoría de los hombres que conocía . Si pudiese transformar el interés de Mimi por ella en una amistad genuina, tenía la impresión de que sería capaz de llegar muy lejos. Con la aprobación de Mimi, todas las puertas de la sociedad se abrirían para ella...
Pero el único problema era que, en principio, Janey no sabía bien cómo conquistar la amistad de Mimi. No era simplemente debido al hecho de que todos querían ser amigos de ella, y Mimi, como todas las mujeres famosas de New York no necesitaba nuevos amigos. La base del problema era que Janey jamás había desarrollado la habilidad de trabar amistades instantáneas con otras mujeres. Cuando era pequeña, vivía siendo burlada por un grupo de chicas que la provocaban impiadosamente por tener un enamoramiento con un muchacho más grande; siendo adulta, Janey se había vengado robándole los hombres a otras mujeres debajo de sus propias narices . Por eso sus relaciones con mujeres siempre habían sido precarias. Janey no confiaba ellas, y ellas no solían - y frecuentemente con razón- confiar en Janey. Pero Janey tenía una gran intuición, y esa noche había entendido que la seducción no siempre tenía como objetivo el sexo, y que tal vez sería acertado abordar a Mimi de la misma forma que abordaría un hombre.
El primer paso del plan de Janey consistía en hacer Mimi se tropezara con ella a toda hora, de ahí había surgido la idea de citar a Patty para almorzar. Debería parecer mera coincidencia que ella y Patty estuviesen almorzando en Nick’s, pero lo más importante era que Janey quería que Mimi viniese a ella, y no al revés. Y con eso en mente, insistió en ubicarse en una mesa en el frente, cerca de la puerta. A menos que Mimi fuese ciega, sería casi imposible dejar de ver a Janey, y luego las reglas de la etiqueta social la obligarían a actuar de la forma más adecuada, y Mimi se vería forzada a decir por lo menos ‘hola’.
Y entonces pareciendo concentrarse en Patty, mientras observaba a Mimi de reojo , Janey trató poner una expresión lo más comprensiva posible.
- Qué crees que debo hacer? - Patty preguntó.
Patty, que ni siquiera había dado notado la llegada de Mimi y ni siquiera sospechaba de las verdaderas intenciones de Janey, respondió , desesperadamente :
- No sé ! A veces siento miedo de transformarme en una de esas mujeres enloquecidas que raptan bebés de otras personas...
Y antes que Janey pudiese responder, Mimi de repente la vio y con una voz discreta y suave , murmuró :
- Janey, mi querida. Sos vos?
Janey se dio vuelta fingiendo sorpresa. Mimi había venido directamente de la clase de equitación y estaba vestida con una camisa inmaculadamente blanca, pantalones de montar blancos y ajustados y botas de montar hechas bajo medida. Janey notó con una puntada de envidia que Mimi probablemente era la única mujer del mundo que podía parecer desvastadoramente delgada usando calzas blancas, y eso era imperdonable.
- Mimi - la saludó Janey, levantándose graciosamente de la silla , y extendiendo la mano. Si Mimi le diese un beso en la mejilla sería una buena señal, pero como Mimi era conservadora tendría que ser ella quien tomase la iniciativa. Y de hecho, después de tomar la mano de Janey, Mimi se inclinó hacia adelante para permitir que Janey apoyase sus labios en su mejilla, como si hacía habitualmente.
- Pero qué coincidencia! - dijo Janey. - Acabo de llamar a tu casa para agradecerte por la invitación a la fiesta.
- Fue buena, verdad ? - dijo Mimi. Debe tener por lo menos cuarenta años, pensó Janey, pero todavía tiene una cara infantil extremamente cautivante. - Rupert se quedó absolutamente enloquecido con vos, y George me dijo tres veces que estabas muy linda... y acabo diciendo que se divorciaría de mí para casarse con vos. Y Selden parecía muy interesado. Ustedes dos parecían estar teniendo una conversación muy animada durante la cena.
No era una descripción muy correcta, pues “desentendimiento” era probablemente el término más adecuado, pensó Janey, pero ese no era el momento de revelar sus verdaderos sentimientos hacia Selden Rose.
- Me pareció un hombre extremamente interesante - dijo Janey con convicción , y a Mimi pareció gustarle eso.
Janey se dio vuelta hacia su hermana y dijo :
- Conoces a mi hermana, Patty?
Mimi extendió la mano.
- Ciertamente conozco a su marido. Todos viven diciendo que él es mucho talentoso. Dicen que va a ser el próximo Mick Jagger...
El no tiene nada que ver con Mick Jagger! Patty sintió ganas de gritar, pero en vez de eso, se vio diciendo educadamente:
- Gracias .
Ciertamente era irónico Mimi fingiese conocer a Digger y que afirmase que le gustabas, pues Digger definitivamente no gustaba de ella. Pero en el segundo siguiente, de una manera típica en New York , su hermana y Mimi parecían haberse olvidado completamente de ella. Mimi se dio vuelta hacia Janey, y comentó :
- Janey, no me contaste que ibas estar aquí durante el fin de semana.
- Ah, es cierto - dijo Janey. - Me voy a quedar todo el verano .
- Entonces debemos encontrarnos - comentó Mimi. - Durante la semana no tengo nada que hacer . George sólo viene los fines de semana, pero los hijos de él están aquí, y me parece horrible que las criaturas se queden con una niñera todo el tiempo ... Mauve también está aquí. Conoces a Mauve, verdad ?
- La conozco , si - dijo Janey, con un gesto de cabeza. No era la pura verdad, ya que Janey sólo había sido presentada a Mauve una vez o dos veces , pero “conocer” también significaba “ reconocer la existencia de alguien”.
- Pobre Mauve - dijo Mimi, en un gemido teatral, sacudiendo la cabeza de forma que hizo que Janey desconfiase
- Estar en pareja con Comstock Dibble. Le vivo diciendo que no necesita hacer eso, pero ella no me escucha. Me dice que está enamorada de él. Mauve tiene un genio terrible... pelean todo el tiempo... Ellos no ni siquiera logran ponerse de acuerdo en la fecha en que se van a casar.
Patty miró a Mimi y luego a Janey con un enojo cada vez mayor. No era tan ingenua como para no saber que Mimi y Mauve eran grandes amigas, Pero entonces , por qué Mimi hablaba así de su mejor amiga? Pero naturalmente Janey ignoraba completamente ese hecho - tenía en su cara la expresión atenta de gatito, que hacía que el interlocutor pensase que era la persona más interesante del mundo .
En el momento siguiente, Janey dijo jadeando :
- Tal vez ellos no se casen.
- Ah, pero van a casarse - aseguró Mimi. - Y ahí va a venir un desastre... De cualquier forma, prométeme que me llamarás mañana... Adoro a Mauve, pero no es necesario que almuerce con ella todos los días... Janey,
sabes andar a caballo?
Janey vaciló apenas un momento antes de responder que si.
- Excelente - dijo Mimi. - Vamos dar una cabalgata y a conversar sobre Selden. Estoy realmente intrigada con todo eso-
Janey emocionada por la gloria de es momento, soltó su típica risita estridente .
Pocos minutos después , después de Mauve Binchey hubiese llegado con cara de traste , Mimi y Mauve se retiraron a su propia mesa, y Janey finalmente volvió a sentarse . Parecía haberse acabado de ganar una medalla de oro, y Patty se preguntó qué tenía Mimi que se había convertido en alguien tan interesante para Janey.
Mientras comían las ensaladas que habían llegado mientras ella y Mimi conversaban, Janey sólo conseguía pensar como el plan con Mimi había salido mucho mejor de lo que había conjeturado y en como Mimi Kilroy había insistido en encontrarse con ella. En verdad había logrado mas de lo que esperaba : una cosa era ser invitada a una fiesta de cien personas, y otra completamente diferente ser invitada a pasar un tiempo a solas con Mimi. Estaba tan concentrada en su victoria que, cuando levantó la mirada y vio Patty, quedó con ganas de que ella compartiese ese momento de gloria.
Pero la expresión en la cara de Patty la trajo de vuelta a la realidad muy rápidamente . Por la cara que Patty tenía parecía sacer que Janey la había traicionado , y Janey una vez más recordó que, aunque Patty estuviese casada con un rockero famoso, no estaba muy al tanto de las cosas de la vida en los altos círculos sociales de New York . El año anterior, Patty había recibido cierta atención de los medios, al casarse con Digger, pero eso no le había gustado mucho y se había recluido tan pronto cuando pudo, alegando que consideraba que todo el circo de los medios era una “falsedad ”. Por un segundo, Janey se vio a sí misma y a Mimi a través de los ojos de Patty - dos mujeres glamorosas, narcisistas y superficiales intercambiando saludos y palabras nada sinceras - y se dio cuenta que su hermana en parte tenía razón . Pero la percepción de Patty acababa siendo excesivamente simple: Patty era demasiado inmadura como para entender el valor de la hipérbole, y como un contacto aparentemente insignificante y superficial podría facilitar el acceso a otras cosas mucho más interesantes.
- Ay, Patty, qué te pasa? - Janey comenzó a decir, pero Patty la interrumpió.
- Cómo puedes hacer eso ? - preguntó.
- Hacer qué ? - indagó Janey.
- En primer lugar, jamás en tu puta vida supiste cabalgar ...
- Ah, y ese es el problema? - dijo Janey, sin darle importancia . - Sólo vamos a pasear... no a participar en una carrera. Francamente, Patty, montar un caballo puede ser tan difícil? - Los ojos de Janey se semi cerraron, y Patty entendió que no había nada que Janey odiase más que ver sus motivaciones siendo cuestionada por alguien .
- Le mentiste - susurró Patty.
- Por favor, Patty. - Janey dejó la ensalada de lado, resignada. - Necesitas parar de tomarte todo tan ... tan en serio . Por qué no puedo ir a dar una vueltita a caballo con Mimi Kilroy? Soy tan horrible que no puedo ni siquiera hacer una nueva amistad?
La boca de Patty se curvó hacia abajo y sus hombros cayeron, indicando su derrota. Aparentemente una vez más Janey había conseguido alcanzar el control de la situación, y aunque Patty supiese que algo estaba errado , no quería contrariar la lógica de Janey - después de todo, quién era ella para decirle a su hermana de quien debía ser amiga o no ? Pero por qué esa amiga tenía que ser Mimi Kilroy? Por qué no podía ser una persona normal?
- Francamente, Patty - dijo Janey, con firmeza. - Mimi es buena persona. Y además , vos probablemente sólo estés enojada debido al comentario que ella hizo sobre o Digger. Cómo Mimi podría saber que él no consigue...
- Janey!...
Recordando la admiración en la voz de Mimi cuando ella había mencionado a Digger, Janey recordó que su parentesco con Patty e Digger sería una ventaja para establecer una amistad con Mimi .
- Vamos, Patty - dijo ella, extendiendo la mano sobre mesa para apretar la mano de su hermana. - Debes encarar todo esto con calma. Estoy segura que hay una solución simple. Ya se te ocurrió que tal vez Digger esté fumando demasiada marihuana ?
El rostro de Patty mostró haberse dado cuenta de algo nuevo, algo que hizo que ella se sintiese aliviada. Janey sonrió por haber sido capaz de ayudar a Patty.


Desde un rincón en el fondo de Nick’s, los ojos de Mauve Binchely volvían una y otra vez hacia Janey. Ella es linda - pensó Mauve -, debo reconocer eso, pero se consolaba pensando en el hecho de que la belleza de Janey era una belleza vulgar.
- Realmente, Mimi - dijo Mauve. - Cómo puedes hablar con ella ? Ella no es nadie , además tiene una pésima reputación. Dicen que se ha acostado con la mitad de los hombres de New York , incluso con Peter Cannon.
- Quién ? - indagó Mimi. Y siguiendo la mirada de Mauve, exclamó : - Janey Wilcox? - Después soltó una carcajada . - Sabes que no me importan las reputaciones, Mauve. Si me importasen, la primer persona con quien no hablaría sería con Comstock Dibble!