domingo, 8 de junio de 2008

CONVICTA - CAPITULO 13

Capitulo 13


Cinco días después que el anuncio del casamiento de Sara con Louis de Bourget hubiera aparecido en el periódico Gazette de Sydney, Jeremy se presentó en Glenbarr. Abrió la puerta del estudio donde ella estaba trabajando sin hacerse anunciar, con un ejemplar arrugado del Gazette en la mano.
- Recibí esto ayer - dijo él. - Es verdad ?
Ella lo miró fríamente.
- Si te refieres al anuncio de mi casamiento... si , es verdad .
El retorció el periódico en sus manos, invadido por una furia repentina.
- Dios del cielo! Has enloquecido ? No puedes casarte con De Bourget!
- Y qué tienes contra él ?
- Nada, a no ser que no sirve para ser tu marido. Nunca hubo dos personas menos adecuadas para convivir juntas . Te Imploro que lo reconsideres.
Como el tono de voz de él se había suavizado , y Sara lo miró mas cordialmente. Tenía la ropa y las botas cubiertas de una capa espesa de polvo de las caminos; y cabello húmedo de transpiración. Ella nunca podía mirar a Jeremy sin recordar los primeros años en Kintyre, los días mas felices de su vida.
- Entonces, dime - dijo Ella amablemente -, por qué crees que no fuimos hechos el uno para el otro?
- Las personalidades de ustedes , objetivos e ideas extremamente diferentes. El espíritu y las perspectivas de vida de Louis de Bourget pertenecen a Francia antes de la Revolución. él ve a la colonia como una Francia renacida, siendo los condenados los campesinos . él no entiende y desconoce lo que vos has sufrido aquí. Cómo es que alguna vez podrá llegar a conocerte? Y vos lograrás dejar atrás todo lo que vos y Andrew crearon juntos?
- Es para mantener las granjas y todo eso que creamos que voy a hacer esto - retrucó ella, enojada. - Desde que Andrew murió , he vuelto a ser una ex convicta. Y mis hijos han sido tratados como hijos de una ex convicta. Es justo criarlos así ?
- Tus hijos también son hijos de Andrew - dijo él firmemente. - Serán capaces de pelear sus batallas. Y odiarán a un padrastro que gozará de las ganancias de Andrew .
- Mis hijos necesitan de un padre - dijo ella. - y yo ... necesito un marido.
Las manos de Jeremy, apoyadas en el escritorio, temblaron ligeramente.
- Si es un marido lo que quieres, cásate conmigo! Debes concordar con la idea de que yo me adecuo mejor a ese papel que Louis de Bourget.
Ella quedó boquiabierta; un rubor intenso invadió su cara poniéndola escarlata.
- Vos?
Ele se inclinó hacia adelante hasta que su rostro quedó a centímetros de ella.
- No, eso no te serviría, verdad ? Yo sólo soy otro ex condenado. Mil rayos partan a tu alma de mercenaria, Sara! Ve allá, y cásate con tu francés, pero acabas de perder a tu capataz. Que me coman los lobos pero no voy a continuar trabajando como un esclavo para proveerle mas vestidos para que Madame De Bourget visite el Palacio del Gobernador! Encárgate vos misma de tus tierras de aquí en adelante .
- No tendrías el coraje de irte . A dónde te irías ? preguntó ella con voz débil.
- Estaré ocupado usando mi tiempo para mi propia ganancia. Ya te consagré demasiados años de mi vida - dijo él abruptamente.
- No puede irte así ! - objetó Sara, levantándose de un salto.
- Ya es hora que te des cuenta que no puedes decirme "Haz esto" o " Haz aquello". Voy a actualizar las cuentas de la granja y te las mandaré aquí. No hay necesidad de que nos veamos otra vez.
El se dirigió con pasos largos a la puerta, pero después giró .
- Me olvidaba, la Señora Ryder me pidió que te entregara esto. - Colocó el recado en el escritorio y salió .
Sara intentaba controlar su rabia mientras leía el recado de Julia.

Mi querida Sara,
Estoy segura que vas a perdonarme por lo que te voy a escribir. Sólo lo hago con la esperanza de que te detengas para reflexionar sobre la idea de casarte con Louis de Bourget. Estás dispuesta a desistir a todo aquello que vos y Andrew construyeron en la colonia para instalarte en Bauon ? O será que Louis de Bourget va a desistir de Bauony se trasladará a la ciudad para satisfacer tus intereses? Considero que ambas posibilidades sólo te traerán confusión e infelicidad .

La carta repetía lo que Jeremy había dicho . Ella no tenía ninguna intención de vender las granjas ni el almacén. Louis sabía que pertenecían a los hijos de ella. él había sugerido mandar a venir a un gerente de Inglaterra para que se ocupe de la tienda y tal vez dos agricultores para ayudar a Jeremy en las granjas . Por supuesto que, después del casamiento, él esperaba que ella le dedicase mas tiempo, pero Sara creía que él se mostraría paciente hasta que los agentes en Londres encontrasen al tipo de personas de que se necesitaba para los negocios .
Julia y Jeremy estaban equivocados. Pero , aun así , Sara no consiguió reprimir las lágrimas al enfrentar el hecho que Jeremy se iba de su vida . El futuro sin él se presentaba sombrío y atemorizante.

Sara esperó un mensaje o una visita de Richard hasta el día de su casamiento, pero no recibió ni una cosa ni la otra, y se resignó con el hecho de que él debía sentirse demasiado celoso como para aceptar ese casamiento . Ella y Louis se casaron una mañana de Abril, y sólo los Ryders, los tres hijos de Sara y Elizabeth de Bourget asistieron a a la ceremonia. Sara consideraba que David, Duncan y Sebastián estaban bastante contentos, pues para ellos Louis era un amigo de confianza, pero Elizabeth se sentía obviamente confundida con todo aquello.
Esa noche, Glenbarr resplandecía de luz. Las salas estaban impregnadas con el aroma de flores; criados con guantes blancos venidos de Bauon se deslizaban por las salas. Las carruajes desfilaron frente a la puerta de entrada por primera vez en mas de un año.

Sara se puso al lado de Louis para recibir a los invitados. Lucía el vestido de seda azul que él le había traído de Londres. Tenía un peinado elaborado y se había puesto un poco de polvo de arroz. El vestido era demasiado elegante para Sydney, pero Sara se sentía feliz con él y con la manera en que Louis la miraba . Saludó, sonriendo, un invitado por vez: los Macarthurs, los Patersous, los Johnstons... Sabía que muchos de ellos todavía no la aprobaban, pero como la esposa de Louis estaban obligados a recibirla de nuevo en su círculo.
En medio de la alegría, recordó la modesta ceremonia de casamiento en casa dos Ryders doce años antes, donde el único color del escenario había sido dado por las casacas rojas de los oficiales do regimiento. Se acordó del trabajo y del amor puestos en la preparación de la inacabada casa en Hawkesbury y dos momentos felices que había vivido allá . Después, pensó en Bauon , blanca, elegante y fría. Sería feliz nuevamente, se dijo a si misma. Estaban equivocados aquellos que creían que ese casamiento sería desastroso. Hizo una gran reverencia cuando el gobernador y la Señora King llegaron.
Anunciaron al capitán Barwell y a su esposa. ellos se aproximaron sin prisa . Alison venía primorosamente peinada y llevaba un vestido de brocado color durazno, pero a pesar de toda su belleza parecía frágil como un pedazo de cristal . Richard, estaba mal humorado y no miró a los ojos de Sara.
Mas tarde Se oyó decir que Richard Barwell se había desgraciado aquella noche y había avergonzado a su mujer, embriagándose notoriamente.

SARA y Louis fueron a Bauon inmediatamente después del casamiento. El campo estaba calmo con sus castaños secos de otoño y los días llenos de sol. Durante casi cuatro semanas, Sara se sintió descansada y satisfecha, pero no tardó en recibir noticias perturbadoras: una árbol había caído sobre el capataz contratado para hacerse cargo de la granja de Toongabbie, matándolo. Louis aceptó reticentemente regresar con ella a Sydney para contratar un nuevo capataz.
Su vida de casada sería así. Louis dejó bien en claro que la quería en Bauon , y ella iba a allá siempre que podía. Pero cuando iba, nunca dejaba de mirar atrás, a las cosas que quedaban por hacer en Sydney, y los períodos que pasaba con Louis en Bauon eran siempre muy cortos. Recibía noticias de problemas en una de las granjas o en la tienda, y la procesión de niños y criados, carruajes y equipaje regresaba mas una vez a Sydney, y el rostro de Louis asumía una expresión aterradora.
Los nuevos capataces de las granjas eran, por hablar generosamente , débiles reemplazos de Jeremy. Este había comprado una granja en Hawkesbury, a seis kilómetros de Kintyre, y Sara había oído decir que la joven bonita que había sido puesta a su disposición como gobernanta vivía muy feliz como su amante. Sara intentó permanecer indiferente.
Descubrió que necesitaba tiempo y paciencia para adaptarse a su vida de casada con Louis; él no se contentaba tan fácilmente como Andrew, exigía mucho de una mujer. La indumentaria de Sara tenía que estar inmaculada y ser apropiada desde mañana temprano hasta retirarse a la noche a su cuarto; ella compraba vestidos extravagantes por encomienda . Louis cenaba siempre con un ritual de elegancia. Sara adquirió rápidamente el hábito de hablar en francés con él, y en las largas conversaciones que tenían aprendió que debía abordar muy mucho superficialmente los temas agrícolas o comerciales, porque eran temas que a él no le divertían no le interesaban. Pero era capaz de una grande pasión y ternura, y Sara se sentía tan absorbida y fascinada por él que comenzó a temer perder la lucha por mantener intactas su personalidad y sus ambiciones en relación a los hijos.
No podía contar a Elizabeth de Bourget entre una de las dificultades que empañaron ese primer año de casada con Louis. Los tres muchachos se mostraban francamente encantados con la hija de su padrastro, y a medida que los meses iban pasando, ella también pasó a reclamar la atención y el amor de Sara.
Louis no daba ninguna excusa por rehusarse a participar en los negocios de Sara.
- No tengo intención de transformarme en un esclavo - decía él. - Y es en eso en lo que estás transformándote, Sara.
Ella sabía que Louis estaba convencido de que, si ella continuase no contando con su ayuda, llegaría a un punto en que no tendría otra alternativa mas que deshacerse de algunos de los bienes de Andrew.
Discusiones como esa eran bastante frecuentes, pero no eran serias, hasta que Louis supo que Sara esperaba un hijo. Quería que ella permaneciese en Bauon hasta que el bebé naciera, que sería en Mayo. Ella le imploró que se quedaran en Glenbarr. Discutieron el asunto amargamente, pero , a finales de Febrero, Sara cedió a los pedidos de Louis para descansar hasta el nacimiento del bebé, pero afirmó que Bauon quedaba demasiado lejos , por lo tanto acabaron por llegar a acuerdo sobre permanecer en Kintyre.



CUANDO la noche comenzó a caer sobre Hawkesbury, y su caudal engrosado por las lluvias adquirió un aspecto sombrío y siniestro. Sara se detuvo en la ventana da sala de cenar para mirar los desoladores estragos en los campos de Kintyre mas cercanos al agua . Las inundaciones eran típicas de la estación, pero aquella vez no habían venido con un espectacular muro de agua que se abatía sobre la región después las grandes lluvias en las montañas. La invasión del agua había sido gradual e implacable. Durante un mes, los agricultores del valle habían despertado con el golpeteo de la lluvia en sus tejados. El ganado había sido movido de sitio, y las casas habían sido abandonadas; las familias se mudaron a las granjas de los vecinos que vivían en tierras mas altas. El caudal del río había aumentando desde Marzo centímetro a centímetro, hasta estar a mas de un metro por encima del nivel normal.
Desde las ventanas de Kintyre se veía el centro de las aguas, una corriente muy fuerte que parecía seguir el curso original del río. El agua exhalaba un olor a podrido . Se veían pasar carcazas hinchadas de vacas y carneros, muebles de las casas inundadas - sillas , cuadros y mesas. El cielo, lúgubre y ceniciento , no mostraba señales de cambio, y cesaba de haber en el aire el mal olor del barro y los sembradíos podridos.
Andrew había construido Kintyre bien encima del nivel de las marcas dejadas por otras inundaciones. Los carneros, incluyendo los valiosos merinos, se encontraban a salvo, acorralados en corrales improvisadas en los campos barroso detrás de la casa, pero las reservas de heno y los anexos mas próximos al río habían desaparecido, así como algo de ganado.
Cuatro agricultores habían llevado a sus esposas e hijos a Kintyre en busca de refugio. Los hombres regresaron a sus granjas para reunir las vacas. Las niños de las cuatro familias, siete en total, compartían la galería con Elizabeth y los tres muchachos . Les fue prohibido ir mas allá de la galería y estaban aburrido con esa restricción. Brromeaban y discutían ; hacia ya tres días que sus risas y sus gritos llenaban todas las horas do día.
Los seis trabajadores condenados que las cuatro familias habían traído consigo estaban decididos a gozar ese ocio inesperado. No habían mostrado ninguna intención de ayudar a Annie Stokes , o a Bess y Kate, las dos otras criadas de Sara. La casa era un caos de confusión. Las pisadas embarradas dejados por las botas de los niños habían manchado los alfombras; las paredes estaban llenas de marcas de dedos. Y el incesante ruido da lluvia les ponía a todos los nervios de punta.
Cansada, Sara se apartó de la ventana y se dirigió a la cocina. Durante esa semana, había pensado muchas veces en Jeremy y en lo que le habría sucedido. La ubicación de su granja era tan favorable como la de Kintyre, pero suponía que las sembradíos de él también habrían sufrido daño.
Cuando Sara entró en la cocina, Annie cerraba la puerta del horno.
- Esta es la segunda vez que hago pan en tres días, mi lady . Si la lluvia no cesa pronto , nos vamos a conseguir alimentarlos. - Se aproximó a Sara. - Oh, señora está tan pálida! Me gustaría que el señor estuviera acá para obligarla a descansar como debe ser ... ya está llegando a termino .
No había pasado una hora siquiera en los últimos tres días sin que Sara suspirase de gratitud porque Louis no estaba en Kintyre. él había partido hacia diez días a Sydney, pues el Hawk había regresado de la India, y Louis había sido a hablar con el capitán do barco en vez de su esposa . Se sentía sola en Kintyre sin él, pero era imposible imaginarse a Louis en medio de ese caos.
Annie examinó rápidamente la mesa puesta para la cena de los niños.
- Bien , es mejor que vayamos a llamar esos malandrines ahora. Después, se tapó la boca con la mano . - Le Pido disculpas, mi lady . no me refería a Elizabeth ni en a los tres suyos. - Ella levantó la voz.
- - Bess, ve a buscar a los niños ... Esto parece un circo ... es lo que esta casa parece desde el día en que ellos llegaron acá. No está bien.
Sara no podía censurarla por sentir rencor . Esas familias comían y dormían a costa de ellos sin decir ni una palabra de agradecimiento, sirviéndose de Kintyre como si fuese un hospedaje. Sara calculó que en los años que habían pasado luchando por conservar sus tierras junto al río muchas veces debían haber envidiado la suerte de los dueños de Kintyre y ahora pretendían hacer sentir su presencia.
Tomó un pan que se encontraba en una mesa al lado y comenzó a cortarlo . Miró a Annie, del otro lado de la cocina, sirviendo rápidamente la carne y legumbres en los platos, y envidió su energía. Sara intentó acomodar el chal mas convenientemente en torno a su cuerpo pesado. Las semanas que faltaban que la criatura naciera le parecían interminables. Ese embarazo había sido mucho mas cansador que los otros . Louis se mostraba tierno, aunque no hablase mucho de la criatura. Sara sabía que él quería un hijo varón para heredar Bauon , y por eso ella rezaba para que fuese niño.
Los niños entraron corriendo. un muchachito pelirrojo le sonrió a Sara cuando ella le colocó un plato delante.
- Matamos una cobra, Madame De Bourget. Era de este tamaño.
- Abrió muy grande los brazos.
- Pero a dónde la has encontrado , Timmy? Seguramente no entró en la galería, verdad ? - Cuando él bajó la cabeza, Sara se volvió a su hijo mayor. - No estaba en la galería, verdad , David?
- La cobra estaba muy cerca de la galería , madre - dijo él, arrepentido. - Creíamos que podría querer entrar en la casa.
Sara se ruborizó ligeramente.
- Prometieron que ninguno de ustedes saldría de la galería. - Miró la punta de la mesa. - David, dónde está Sebastián? él estaba con ustedes cuando mataron la cobra?
El frunció la frente , intentando recordar .
- Creo que si.
Sara miró afligida a su alrededor .
- Debe andar por ahí! Kate, corre hasta allá afuera y llámalo. Lleva una lampara. Annie, vamos buscar dentro de la casa.
Diez minutos después, Sara y Annie ya habían regresado a la cocina. Sebastián no estaba dentro de la casa. Se dieron vuelta, esperanzadas, cuando Bess y Kate entraron.
- No sirvió de nada, mi lady .Lo llamamos y lo llamamos. No está aquí cerca de la casa - dijo Kate.
Annie tocó el brazo de Sara.
- Debe estar con los hombres. Yo voy hasta los establos, y Bess y Kate pueden ir hasta las cabañas de los hombres. Si él no estuviera en ninguna parte , Trigg organizará una búsqueda con hombres y lamparas. Van a ver que lo encuentran en minutos.
Ya era noche oscura. Sara fue hasta a la puerta, aterrorizada, y miró el vacío de la oscuridad delante suyo . Al fondo del declive, el agua subía con regularidad . No conseguía dejar de pensar en la incesante curiosidad de Sebastián. Sólo tenía seis años: para él, las inundaciones eran una gran aventura. Se Volvió desanimadamente hacia la cocina. El pequeño rostro de Sebastián y su voz ansiosa parecían rodearla. Recomenzó a cortar el pan, pero después posó ruidosamente el cuchillo .
- David, quiero que vengas conmigo - dijo ella. - Voy a dar otra recorrida alrededor de la casa.
Habían salido de la cocina. Camino de la puerta, Sara se detuvo para tomar una lampara, y capas para David y para ella. Se encontraron con una cortina de lluvia al abrir a puerta. David la miró la oscuridad receloso .
Ella se inclinó para mirarlo bien.
- Qué pasa, mi querido?
Los labios del muchacho temblaban .
- Sebastián... es el mas chico. Siempre me dijiste que yo debía hacerme cargo de él. No es mas que un bebé, y se perdió, es culpa mía.
- Mi querido, Nadie tiene la culpa. Oh, David, no pongas así. Vamos a encontrarlo , mi amor. - ella le dio un beso y le tomó la mano.
El suelo en un lodazal. Oían allá abajo el rugir de las aguas crecidas del río. Sara levantó la lampara.
- Grita conmigo, David.
- Sebastián!
No obtuvieron respuesta y avanzaron unos metros.
- Sebastián!
Llegaron al lugar donde el camino de las carruajes se juntaba al camino de entrada , y David se detuvo repentinamente.
- Madre ! El agua ... ya cubrió el camino!

La luz oscilante iluminó el agua, una línea negra casi lamía los pies de ellos. Las aguas nunca habían llegado hasta allí. Por primera vez , Sara comenzó a temer que la casa corriese peligro.
- Tenemos que volver - dijo ella, y cuando se dio vuelta , la luz incidió en un objeto blanco caído junto a una piedra.
- El caballo de Sebastián! - gritó David.
Era el juguete preferido de Sebastián, un caballo de madera pintado de blanco con manchas negras que uno de los trabajadores condenados de Kintyre había hecho para él. Las riendas eran un cordel rojo que le confería un aire alegre que tanto había atraído Sebastián. Después de agarrar el juguete, Sara levantó nuevamente la lampara.
- él tiene de estar cerca . Sebastián!
Subían la cuesta del declive. Sara estaba jadeante y sintió repentinamente la primera contracción atravesarle el cuerpo como un fuego. Todavía faltaban siete semanas para llegar a termino .
Dio un grito ahogado:
- David, tengo que volver a casa!
- Madre , está enferma? - El muchacho le pasó el brazo alrededor de la cintura para ayudarla.
Mientras se dirigían a la casa, Sara se sentía inmensamente angustiada al pensar que Sebastián podía estar allí cerca, precisando ayuda, pero hizo un esfuerzo por concentrarse en poner cuidadosamente un pie delante del otro. Estaba consciente de la enorme necesidad de apresurarse y, sin embargo , no conseguía obligar a su cuerpo a hacer el esfuerzo que le era exigido. Sostenía con determinación el caballo de madera, apretándolo contra si, y fue acometida por otro espasmo. El dolor y la debilidad no tardaron en nublar todas las otras sensaciones; estaba bañada en sudor y la capa mojada se le pegaba al cuerpo . Finalmente, con el raciocinio embotado por el esfuerzo de resistir las oleadas de dolor, ella cayó pesadamente contra una piedra. Sus ganas de luchar se evaporaron y ella se aferró a la piedra, sollozando violentamente.
Súbitamente, David comenzó a empujar su capa con insistencia.
- Estoy viendo una lampara. Madre , mira! Es el señor Hogan!
Exhausta, Sara giró la cabeza.
- Jeremy? Jeremy aquí...!
La oscuridad comenzaba a envolverla cuando sintió que Jeremy la levantaba en brazos.

Al nacer el sol, Annie, cansada, comenzó a preparar el pequeño almuerzo para los hombres, quienes, liderados por Jeremy, habían pasado la noche buscando a Sebastián. Durante la noche, el agua había alcanzado su altura máxima, pero antes del amanecer el viento había amainado y la lluvia había parado . Apareció una sombra en la puerta da cocina. Annie se volvió y vio a Trigg.
- Y ? - preguntó ella, ansiosa.
Trigg sacudió la cabeza .
- No hay señales del niño Sebastián. Todos Vamos a descansar unas horas, después comenzamos otra vez. El agua ya habrá descendido a esa altura.
- Ya casi no quedan esperanzas para el pobre niño - dijo Annie con lágrimas en los ojos .
- Hay alguna noticia de la señora?
- Oh, si , mi Dios! Fue hace cuatro horas atrás ... una niña. Un bebé muy pequeñito , es la cara del padre. La señora pasó un mal momento. Parece que no quiere tener al bebé con ella ... está allá acostada y siempre preguntado por Sebastián. Ojalá el señor ya estuviese acá !

JEREMY abrió a puerta del cuarto de Sara lentamente. Ella estaba acostada en la cama de dosel forrada de blanco, con los ojos muy abiertos, mirando por la ventana al cielo sin nubes. Su cuerpo estaba terriblemente inmóvil , el rostro y los labios sin color. Cuando él la llamó en voz baja , ella volvió a cabeza.
- Jeremy! hay alguna novedad ?
- Por el momento , no. - él se aproximó a la cama. - Pero existe la posibilidad de que lo encontraremos ahora que ya es de día.

La luz matinal revelaba su rostro abatido. Jeremy notó que ella aferraba el caballo blanco de madera con las riendas de cordel rojo como cuando lo había encontrado . Lo apretaba como si temiese que se lo sacasen.
- Todavía no vi a tu bebé, a tu hija - dijo él delicadamente.
- Mi hija? Perdí a Sebastián. él también era un bebé. - sus dedos buscaron la mano de él y la agarraron febrilmente. - No conseguía creerlo cuando te vi, Jeremy. Te necesitaba mucho ...
- Vine cuando supe que el agua estaba subiendo - susurró él, besando sus dedos con los labios. - Oí decir que Louis estaba en Sydney.
- No creo que Sebastián todavía pueda estar vivo - dijo ella débilmente. - Pero el hecho que vos estés acá ya es una ayuda. Vas a quedarte , verdad ?
- No voy a abandonarte - dijo él, inclinándose y besándola delicadamente en los labios.

HENRIETTE, el bebé, ya tenía tres días cuando Jeremy se decidió finalmente a regresar a su granja. Se necesitaría un esfuerzo gigantesco a lo largo de todo el valle de Hawkesbury para borrar los vestigios de la catástrofe, y era necesario la presencia de todos los hombres en sus propias tierras.

Sebastián no había sido encontrado. Ya no había ninguna esperanza de que estuviese vivo. Sara lloraba la pérdida de su hijo, pero parecía finalmente encontrar algo de consuelo en Henriette. Se quedaba acostada con la bebé durmiendo a su lado y casi no hablaba a no ser para pedir noticias.
Jeremy se preparaba para partir, de pie en los escalones de la entrada, dando las últimas instrucciones a Trigg, cuando dos caballeros comenzaron a subir al trote por la cuesta - Louis de Bourget y D'Arcy Weutworth, el médico. La camisa de Louis estaba sucia, y sus botas cubiertas de barro seco; estaba sin afeitar y parecía cansado y preocupado. ya debía estar al corriente del nacimiento de su hija y de la desaparición de Sebastián. Jeremy todavía no había hablado con él desde su regreso de Londres y no sabía cómo Sara le había relatado a su marido el último encuentro de ambos, y si Louis podría tomar su presencia allí como una gran impertinencia.
Pero Louis se aproximó con la mano extendida.
- Qué bueno que estabas acá, Hogan. Debes haber sido de gran ayuda para mi mujer.
Jeremy apretó calurosamente la mano del otro hombre.
- Traigo noticias de Sebastián - prosiguió Louis. - Encontraron el cuerpo esta mañana en el río . cerca de nueve kilómetros de aquí. Quedó atrapado en un árbol . Lo Descubrieron cuando el agua descendió .
Jeremy dijo:
- Conozco a todos los hijos de los Maclays desde el día en que nacieron . Quedaría agradecido si me permitieses...
- Claro que. Tienen que ser amigos de Sebastián quienes lo traigan casa. Y ahora tengo que ir a decirle mi mujer que lo encontraron.