martes, 10 de junio de 2008

CONVICTA - CAPITULO 16

Capítulo 16


EN AQUELLA última noche del año 1812, en Glenbarr reinaba un aire festivo cuando Sara subió a su cuarto. Se detuvo en lo alto de las escaleras para mirar a su alrededor . La balaustrada estaba cubierta de guirnaldas de flores, y había enormes jarrones con flores silvestres en todos los rincones de la casa.
EN la sala de cenar, las mesas estaban puestas; la sala de estar estaba preparada para los juegos de cartas. Habían montado un toldo alegremente iluminado en el jardín para bailar, con vista para al puerto . El cielo estaba límpido; mas tarde, habría luz de luna.
- Todavía no estás vestida, madre ? - David salía del cuarto.
Ella sacudió la cabeza .
- No me lleva tanto tiempo como a Elizabeth.
- Aun así , Elizabeth no conseguirá quedar tan bonita como vos ! - dijo él.
Sara lo miró con satisfacción . David, ahora tenía 18 años, se había transformado en un joven pensativo y reposado. Era un perfeccionista y no intentaba hacer nada que no tuviese certeza de poder terminar eficientemente. Estaba preparándose ahora para se hacer cargo de la granja de Priest. Parecía bastante feliz, sin embargo daba la impresión de que hacía eso sólo porque no le quedaba nada mas para hacer.
Se Abrió ruidosamente una puerta mas al fondo del corredor. Duncan salió del cuarto, sonriendo.
- Qué tal estoy , madre ?
- Estás espléndido, Duncan.
El tenía un encanto un poco desaliñado y una confianza que no permitía que cualquier dificultad se interpusiese en su camino. Todas las personas lo adoraban.
- Madre , te importaría reservar una baile para mí? - pidió él.
- Será con mucho orgullo que bailaré contigo, mi querido.
Sara estaba casi lista cuando Louis entró en el cuarto . él sonrió , después avanzó hacia la ventana.
- Va a hacer un calor de morirse mañana à- dijo él, mirando el cielo sin nubes. - El día ideal para poner toda a gente de pie en las carreras. Tengo la desagradable certeza de que no voy a conseguir derrotar a David en el Magistrates Purse.
- Tal vez le haría bien a David ser derrotado en algo - dijo Sara.-, es un demasiado exitoso en la mayoría de las cosas.
- Es preciso algo mas que una carrera para acomodar a David. - El tono de voz ligeramente impaciente hizo que Sara se volviese rápidamente. No estoy sólo hablando sólo de David. Estoy hablando de todos los niños , Sara... Duncan, Elizabeth y hasta Henriette. Es una pena que no haya aquí nada que los acomode en el mundo de vez en cuando. Ellos tienden a olvidarse que esta colonia es un mundo muy pequeño.
- Claro que tienes razón. Pero, qué podemos hacer?
- David está en edad para ir a Londres: Ya tiene edad suficiente para gozar de la ciudad .
Sara notó que las manos le temblaban ligeramente cuando las extendió para tomar los guantes.
- Y los otros?
- Lo Necesitan tanto como él. Elizabeth tiene 17 años, acabará por enamorarse aquí de algún subalterno del regimiento sin saber que existen otro tipo de hombres. Debería conocer el resto del Mundo mientras es joven. - El Se puso detrás de ella, ayudándola a cerrar el collar de zafiros que le había regalado. - Vayámonos todos, Sara.
Espantada, Sara tiró la cabeza hacia atrás.
- No quiero ir. tengo miedo! - dijo ella vehementemente. - Estoy en esta colonia hace veinte años. Tengo aquí mi posición. Y vos me pides que la abandone y vaya a enfrentar los chismes en Londres?
Las espesas cejas de Louis se unieron .
- Estás dejando volar tu imaginación . Ya hace mucho tiempo que Londres reconoció que se cometieron muchas injusticias con las sentencias de deportación. Tienes una posición y dinero. Londres no se preocupa mas que de eso.
Golpearon la puerta y ésta se abrió violentamente. Era Elizabeth, radiante y bella en su vestido de seda blanco, su primero vestido de baile. Dio una vuelta en frente a ellos.
- Estás maravillosa! - dijo Sara, encantada.
Elizabeth se rió , excitada. Después, se detuvo .
- Padre, ya hablaron del asunto? - preguntó ella vacilante.
- Si, ya discutimos el asunto.
Elizabeth corrió junto a Sara.
- Por favor, madre , di que si ! Estoy deseosa de ver Londres.
Sara alisó sus guantes.
- Parece que están intentando tomar la decisión por mí - comentó ella, mirando a Louis.
El rostro de él fue atravesado por una sonrisa lenta. Inclinándose hacia adelante , la besó en la frente. Después, le ofreció el brazo y descendieron juntos las escaleras para recibir a los invitados.

Al día siguiente, Sara se encontraba de pie junto a las tribunas con Elizabeth, asistiendo a la final de la carrera Magistrates Purse, cuando vio al perro salir repentinamente del medio da multitud y correr que alocadamente hacia la pista cuando los primeros caballos se aproximaban al galope. Louis venía en cuarto lugar, del lado de afuera, y casi atropelló al perro. Su caballo se desvió violentamente y cayó; Louis fue eyectado con mucha fuerza. Los tres caballeros que venían detrás no consiguieron pararse a tiempo y pasaron por encima de él y del caballo.


La multitud, a los gritos, saltó de las tribunas y corrió hasta él. Sara cerró los ojos con fuerza y se apartó .
Supo después que Louis se había partido el cuello con la caída. El médico dijo que él probablemente ya estaba muerto aun antes de que el primer caballo lo hubiera pisado.

EN LA SALA encima del almacén que todavía tenía el nombre de Andrew Maclay, Sara miraba indiferentemente la lluvia que golpeaba las paredes de las casas y embarraba las calles.
Louis sólo había fallecido hacia dos días, y, de nuevo en lágrimas, ella se entregaba a la angustia y a la enorme tristeza que sentía. Era casi imposible creer que él había desaparecido. él había logrado , como nadie hasta entonces, someter la voluntad de ella a la suya. Lo Quería de vuelta. Quería sus conversaciones, su hábito de divertirse con las cosas que ese pequeño mundo se tomaba muy en serio. Quería su elegancia, su encanto y la pasión que él poseía.
Los golpes en la puerta allá abajo fueron repentinamente chocantes. La voz del jefe de los criados llegó hasta ella.
- Madame De Bourget no se encuentra aquí! Usted está equivocado, Señor Hogan.
- No soy idiota . Fui a Glenbarr y el hijo de ella me dijo que ella había venido acá.
Jeremy! - gritó Sara, y descendió corriendo las escaleras. Una vez abajo le hizo señas a Jeremy para la acompañase hasta la sala principal.
- Sólo estaba cumpliendo las órdenes de Madame De Bourget - dijo el criado a Jeremy. - Discúlpeme
Media hora después, Sara y Jeremy todavía se estaban mirando mirada uno al otro, indiferentes a las sombras que se movían en el piso con el temblor de la llama de la única vela encendida. Ella estaba de pie , muy derecha, retorciendo su pañuelo ; él recostado en la pared con el sobretodo sobre los hombros.
Entonces, ya está decidido , Sara - dijo él, quebrando un largo silencio. - No puedo creer que estás tan dolida al punto de echar por la borda todo aquello que construiste aquí por un capricho tonto. - las sombras acentuaban su ceño fruncido.
- Ya estoy cansada de decirte que no se trata de un capricho tonto. Louis me hizo ver que eso era importante para las niños. Un año o dos, después vuelvo. David y Duncan volverán conmigo, espero de propia voluntad , pues para ese momento ya habrán descubierto que sus vidas aquí poseen algo mas merecedor de amor y de trabajo que lo que Inglaterra tiene para ofrecerles.
- Y qué tiene Inglaterra para ofrecerte a vos ? - Su voz se había endurecido. - Crees que me engañas con ese sentimentalismo de que vas a allá por los niños? Vas por ese idiota del Richard Barwell! Siempre lo deseaste, y ahora él es practicamente tuyo. - Jeremy respiraba pesadamente.
Sara casi retrocedió .
- Cómo te atreves a decirme eso teniendo a Louis muerto apenas hace dos días?!
- Mi Dios, cuando pienso que estuve tanto tiempo inventando excusas para explicar la maneraen que te comportabas ! Me decía a mí mismo que los sufrimientos por los que habías pasado te habían enseñado a pensar primero en vos misma . Tuve esperanzas de que el amor de Andrew hubiese destruido parte de tu amor propio. Pero , profundamente , no cambió nada. Ahora, estás planeando conquistar otro trofeo al que siempre aspiraste.
- No me digas sermones, Jeremy Hogan! - gritó ella vehementemente. - Piensas que me conoces completamente , pero ni siquiera comenzaste a comprender qué tipo de mujer soy. Estás perdido por tus celos porque no caí en sus brazos cuando vos me deseabas! Tengo muchas razones para estarte agradecida, pero mi gratitud no te dá derecho a decirme como debo comportarme.
El la miró intensamente.
- Voy a salir por esa puerta, Sara, y voy a casarme con la primera mujer presentable que se me aparezca. La única cosa que voy a exigir es que no tenga ambiciones y que no piense en otra cosa que no sea su hogar. Quiero que sea tierna y dócil. Será tan diferente a vos como sea posible, Sara. Y espero nunca mas volver a verte !
Después, se volvió y atravesó la sala con pasos largos. La puerta se cerró con un enorme estruendo.