jueves, 19 de junio de 2008

UN CABALLERO EN MI CAMA - CAPITULO 8

CAPÍTULO 8

El calor en el hombro de Isolde se transmitió a la mano de Donal y se extendió por todo su cuerpo . Exquisita, orgullosa, y sin embargo completamente vulnerable, ella lo conmovía , su encanto traspasaba todas sus barreras para llegar a los sitios mas inesperados de su ser.
Su conciencia.
Donal arrugó la frente.
Intentó retirar su mano, pero no podía. Sus dedos permanecieron presionados firmemente contra su hombro como si ellos hubieran adquirido mágicamente la capacidad de no obedecer a su voluntad.
Una maldición obscena subió sigilosamente pero su garganta pero él reprimió su fuga tosiendo. El hombro de ella comenzó a temblar. ¿O tal vez era su mano la que temblaba? Él tosió otra vez.

¿" Estás enfermo?" se oyó la voz suave de ella .
¿"Enfermo ?" Donal sacudió su cabeza, momentáneamente aturdida.
Ella asintió. "Estás tosiendo."
"Tragué saliva," dijo él, asombrado con la facilidad con que una mentira había pasado por sus labios.
Isolde Maclnnes era una mala influencia .
Sus mentiras constante lo contagiaban a decir falsedades.

"He estado con muchas mujeres." La revelación inesperada saltó de su boca antes de que él pudiera taparla con otra tos. "Si insistes en este ... camino, debo hacerte saber que tomarte a vos en efecto sería un placer, pero que no serías la única, y eso no te permitiría doblegarme a tu voluntad."
Sus ojos se ensancharon pero ella sostuvo su mirada firme. "Eres un guerrero renombrado," dijo ella, un temblor leve yacía debajo de las palabras dichas tranquilamente. "Un hombre muy viajado y ... alguien de aspecto... agradable . Yo no esperaría exclusividad. "
¿Aspecto agradable ?
Eso lo elogiaba, pero su corazón se sobresaltó, y luego comenzó a latir con un ritmo lento y profundo.
"Un número incontable de mujeres, mi lady ," dijo él, maldiciéndose por dejar que su alabanza lo afectase. "Todos interludios muy agradables que recuerdo con cariño, pero no me preguntes sus nombres ya que los he olvidado ... excepto unos pocos."
Ella se puso rígida y su mano liberó su hombro por fin. " Sólo los hombres santos viven una vida de abstinencia," ella dijo , su voz neutra a pesar de la tensión que él sabía crecía en ella.
"Hay unas cuyas caras también se han borrado de mi memoria."
Ella desvió la mirada . "Ese es el modo en que los hombres toman tales .... tales cosas tan a menudo y a menudo ceden al impulso en el lugar y el momento que surge . Dudo que haya muchos que puedan recordar cada lugar, cada cara y cada momento ."
Donal se frotó la nuca ..
" Sin embargo vos aseguras que creer nuestra unión carnal traerá la paz eterna a esta isla ?" Él hizo una pausa, sus labios se torcieron en una sonrisa escéptica. ¿"Por qué vos no te borrarías de mi mente tan fácilmente como las otras antes de vos ?"
Con una postura rígida de orgullo, ella dijo, "Correré el riesgo."
Donal ahogó un insulto obsceno . Por todos los Santos, ella no se daba cuenta que él le estaba dando la última posibilidad para abandonar ese tonto curso de acción que ella parecía determinada a seguir? ¿ No Podía ella darse cuenta que él procuraba proteger sus modestia con una retirada antes que ella cruzara un limite que pronto podría lamentar?
Él aclaró su garganta y probó una tentativa final antes de olvidar toda su caballerosidad. ¿"Entiendes lo que te digo , Isolde de Dunmuir?"
Ella giró sus ojos luminosos hacia él. "Sí, Donal de Baldoon, lo entiendo. Te preguntas por qué yo me considero capaz de sostener tu interés por el tiempo suficiente para asegurar la paz en esta isla."
"Ninguna chica mantuvo mi atención más que el tiempo que me tomó disfrutar de un revolcó agradable para los dos." Él deliberadamente retuvo la revelación que sellaría su destino y terminaría con su estado virginal más rápido de lo que ella podría sacar otro frasquito con sus pociones de dudoso contenido.
La simple verdad era que, por ella, él se sería capa de abstenerse de todas sus otras conquistas amorosas ... aun si tuviera que soportar la demencia de los ancianos de su clan!
Donal caminó alrededor de la mesa y colocó sus manos ligeramente sobre sus hombros. ¿" Todavía deseas perseguir ese ... objetivo ?" él preguntó, su corazón latiendo bruscamente por la respuesta que él sabía que ella daría.
"Sí ," dijo ella con un pequeño suspiro, luego bajó su mirada .
Algo salvaje, , caliente e indomable creció en él. Contempló su cabeza inclinada, su boca estaba demasiado seca para hablar. Sus pestañas espesas y brillantes revoloteaban contra su piel pálida, su puntas como si hubieran sido bañadas en oro líquido.
Sus manos sobre sus hombros tensos ... queriendo más. Donal tragó en seco , perdiéndose en su resolución.

Pestañas de oro.
Ojos besados por el ámbar.
¿Qué otras tentaciones descubriría cuándo emprendiese el viaje sensual al que ella lo estaba invitando ? Cerrando sus ojos, él tomó una respiración profunda, irregular .
El suave aroma a flores silvestres lo rodeó, envolviéndolo con su hechizo como si ella hubiese tendido metros y metros de redes fuertes alrededor de él, hasta atraparlo completamente.
Donal abrió sus ojos para encontrar su mirada en él, había calma en su cara, su comportamiento era integro ... resignado. Lista.
Tuvo la extraña premonición que estaba siendo conquistado y no siendo el conquistador.
Apartando esa sensación inquietante, él sacó sus manos sus hombros y las colocó en sus caderas. Donal estrechó sus ojos y trató de ver más allá de su máscara de la determinación serena.
¿" Estás segura?" él preguntó una vez mas . ¿"Realmente entiendes lo qué sucederá si cumplo tus deseos?"
"Sí," ella volvió a confirmar sin la más leve vacilación.
"Entonces que así sea," Donal dijo, su voz muy ... ronca.
Sosteniendo su mirada fija, él pasó el dorso de sus nudillos por la curva suave de su mejilla. Ella parpadeó y un temblor le recorrió el cuerpo , pero su temblor no se comparaba con la manada de perros salvajes que recorría el cuerpo él. Hacía demasiado tiempo, meses en verdad , que no atendía sus necesidades viriles.
Y nunca lo había hecho con una muchacha tan fina y delicada como Isolde de Dunmuir.
Quitando la mirada de ella, se concentró en las sombras claras y y oscuras sobre piso donde llegaba la lu de luna que entraba por las ventanas.
Dios Santo, estaba en una encrucijada.
"Mi lady , eres la doncella virgen y muy deseable, intacta, y aún así te entregarías a mí," Donal dijo más para él que para ella.
Ella debió haberlo oído, pues dio un suspiro suave. "La pérdida de mi virginidad es un pequeño sacrificio a cambio del bien que espero hacer entregándote mi inocencia."
Todavía contemplando los rayos de la luz de luna, Donal momentáneamente la vio como la había visto en su sueño lascivo: no rindiéndose inocentemente , sino girando en un baile erótico, vistiendo nada mas que la tela de seda, etérea y brillante como los rayos de luna que se derramaban en su habitación.
Su cuerpo se tensó en reacción. La confusión lo invadió . Y no sabía si debía sentirse jubiloso o indigno . Una parte de él, sin embargo, no se preocupaba con tales dudas morales.
Dando la espalda a la fuente de su dilema, él se pellizcó el puente de su nariz hasta que la necesidad aguda que palpitaba en su ingle cesara.
En el momento que lo logró , él se dio vuelta para enfrentarla. ¿"Qué sabes del acto... del acoplamiento ?" él preguntó muy bruscamente. ¿"Qué conocimiento tienes de los hombres? ¿Eres consciente de lo que pasará si ... cuándo te monte?"
Ella tomó una respiración y mordió su labio inferior , y un rubor rosado matizó sus mejillas en respuesta .
Isolde de Dunmuir no sabía nada o muy poco sobre hombres.
Algo en su corazón se irguió con una sensación de triunfo .
Y ... de temor.
Nunca había estado con una mujer virgen.
"Puedo ser una mujer virtuosa de origen noble , pero no soy una ignorante," dijo ella por fin, pero el temblor en su voz reveló más que sus palabras.
Donal luchó por impedir que su boca sonriese tontamente. El tomar y saborear semejante premio sólo causaría problemas más tarde. Ya fuese Doncella pura o sirena consumada, el acostarse con ella no debería servir ningún objetivo mas que su fuga.
¿"Ignorante?" Él se concentró en el frío del grillete de hierro que rodeaba su tobillo derecho y puso una cara neutra. " Nunca te llamaría así," aseguró él. "Tal vez una muchacha muy cuidada y protegida, pero con certeza una muchacha bastante culta."
"Me he informado." Su tono tenía una nota de desafío.
"Los hombres de Dunmuir no son monjes. He observado a más de uno desaparecer entre sombras con una criada , y he visto lo que hacían allí."
Donal arqueó una ceja. "Entonces sabes cómo un hombre toma a una mujer?"
Ella asintió con la cabeza.
Tomando un jarro de la mesa , él sirvió cerveza en la jarra. Él le lanzó una mirada . "Y esos breves vislumbres de los hombres de tu clan con las criadas complacientes es la suma de todo tu conocimiento?"
Su rubor se profundizó y algo raro vaciló en sus ojos. Ella humedeció sus labios. "He observado a los animales."
¿"Los Animales?" Una risa áspera se formó en la garganta de Donal pero él la contuvo y alivió su asombro pasando una mano por su cabello. "Viejos tomando criadas en rincones oscuros," resumió él. "Perros acoplándose . Piensas que yo me manejaría así ... aun en estas circunstancias tan extrañas?"
Su expresión se endureció. "Como me trates es de poca d importancia , sólo que lo hagas. Es el resultado lo que importa, no los medios."
Donal maldijo entre dientes y tomó un lento el sorbo de cerveza. La miró por sobre el borde de la jarra. Un juego extraño de emociones pasaban a través de su cara hermosa pero él no podía descifrarlas .
Pero Donal sabía que ella mentía.
Ocultaba algo.
Podía sentir las mentiras y el engaño pendiendo en el aire entre ellos. Su instinto de guerrero le decía que ella quería algo más que la mera paz.

"No soy uno de los ancianos dementes de tu clan , no es tan fácil engañarme a mí, mi lady ," dijo él. "Algo más profundo que la alianza de clanes te preocupa."
¡Y ser comparado con esos viejos libidinosos y los perros en celo me ofende ! su orgullo masculino deseó retarla .
Ella encontró su desconfianza con una mirada más inocente que diez vírgenes cantando salmos. "Engañarte es la última cosa en mi mente, Donal . Tampoco mentí sobre estar informada."
Las esquinas de los labios de Donal se movieron nerviosamente con la respuesta.
"Lo estoy," insistió ella, enderezando sus hombros contra las duda de él. " Bien informada , quiero decir."
"Querida , estás tan informada sobre los placeres de la carne como la madera fría de esa puerta," dijo él, reprimieron el impulso de mostrarle exactamente cuan equivocada ella estaba.
Una chispa de cólera cruzó su cara. " No sólo estás manchado con la sangre de un asesinato, lord Macean," dijo ella, sus ojos iluminados por la agitación, "sino que juzgas muy mal a las mujeres. Yo realmente estoy bien instruida en todos los aspectos de la pasión carnal y he aprendido el arte de la seducción."
"La muerte de tu hermana no mancha, ni mis manos, ni a mi hermano," dijo él, estremeciéndose, muy enojado por su persistencia en poner la culpa en él. Sus otras declaraciones lindaban el absurdo y le causaban risa.
¡Aprender el arte de la seducción!
Él dejó a su mirada fuese a ella. "Bien instruida en los placeres de la carne, verdad?"
Ella tuvo la audacia de asentir con la cabeza. "Me he entrenado en los modos de complacer a los hombres ," dijo ella, valientemente.
Urgido por impulsos nada caballerescos, Donal estrechó sus ojos y dio un paso lento hacia adelante. Un depredador a punto de echarse encima de un cordero. ¿"Nadie te ha advertido sobre e; cuidado de las palabras que pasan por tus labios?"
Ella tragó y dio un paso atrás .
Sus propios labios se arquearon con diversión, él cerró la distancia entre ellos. ¿" Te enseñaron el arte de la seducción, hmmm?" Donal la su miró fijamente desde lo alto . "Demuéstramelo," él dijo, y dobló sus brazos .
Su cabeza se inclinó en un ángulo desafiante,. "Como desees ," dijo ella, llevando ambas manos a su camisa.
Ella comenzó a deshacer los nudos restante , y para sorpresa de Donal, en vez de esperar con anticipación el momento en que sus pechos encantadores quedaran libres , hubo un temblor imperceptible en su labio inferior.
Ella involuntariamente estaba incitando emociones de naturaleza muy peligrosa en él...
Haciéndose una mueca ante su tentativa torpe de seducirlo, Donal agarró sus manos y las bajó a los costados. " Mi lady ," él dijo soltándola, "alabo tu buena voluntad de refutar mi opinión sobre tus ... talentos, pero creo que prefiero hacer yo mismo la prueba."
Los montículos cremoso de sus pechos se elevaron su indignación. "No te molestes, mi Lord."
"Ah, pero debo." Acariciando su mentón, Donal observó la indignación ella presentaba. "Te he advertido que no puedes jugar con mis pasiones, y vos , mi lady muy reverenciada, me has ofrecido demasiado para que yo ahora me abstenga de tomar este premio tan deliciosa.”
Ella se quedó quieta como una piedra, su mirada fija en la suya, un orgullo feroz brillando en sus ojos magníficos. "Entonces, qué te detiene ?"
Tu inocencia, la conciencia de Donal gritó.
"Nada pero deseo prolongar el placer que tendremos ." Su voz profunda, baja y deliberadamente perezosa, encubrió sus preocupaciones verdaderas.
Ella cruzó sus brazos . ¿"Por qué deberías preocuparte por el placer, o el aburrimiento, de nuestro ... ah,... acoplamiento , cuando aseguras haber olvidar los nombres y las caras de tus amantes ?"
¡Porque vos no sos como ellas, y porque tengo que desflorar a una virgen!
¿"No me digas que vas a ahorrarme el dolor y la brusquedad del acto ?" Inclinando su cabeza a un lado, ella lo miró , la mirada en su cara, le hizo preguntarse si ella poseía la extraña capacidad de leer las mentes. “No es consideración lo que busco o espero de vos ."
Donal pasó una mano por su cabello. "Sé muy bien lo que quieres . Y he prometido cumplir con tus ... necesidades." Él hizo una pausa para inhalar profundamente . "Muy eficientemente."
Él caminó más cerca.
Tan cerca que él captó el aroma seductor de flores silvestres . "Sí, querida , yo sé lo que quieres . Pero es lo que está por detrás de tu deseo lo que me intriga."
La mirada de él le causó pánico " Me agarró mintiendo otra vez" pensó ella .
" No Quiero nada mas que la pa ... "
“La paz y la alianza de clanes, lo sé ," dijo él, haciéndola callar colocando dos dedos contra sus labios exuberantes.
Sólo la certeza que ella escondía algún motivo secreto , oscuro e inquietante lo salvó de sucumbir al impulso poderoso de reemplazar sus dedos por sus labios. “Mi lady, he visto tantas batallas como vos has visto días. Yo no estaría estar parado aquí delante tuyo, si no hubiera aprendido a una edad muy joven a controlar mis instintos y a oír mis instintos ," aseguró él.
"Y en este momento, ellos me dicen que tienes más de una razón para desear la paz." Él hizo una pausa. "Para desearme."
"No te deseo."
¿"No?" Él resbaló sus dedos por su mentón y levantó su cara. "Entonces, por qué tiemblas ?"
"Tengo frío."
"Lo que eres , mi lady, es una mentirosa," dijo él, mientras remontaba la línea de su mandíbula con su pulgar.
Un jadeo ahogado escapó de su garganta y Donal sonrió. "Dulce Isolde," murmuró él, "No hay ni un hueso frío en tu cuerpo.”
Envalentonado porque ella no se retiraba de sus caricias, él se complació tocando con la punta de su dedo la peca en su mejilla.
Un grave error .
Algo feroz y elemental lo invadió con ese contacto, una oleada temible de deseo crudo que dominó csu cuerpo. ¡ Y todo por tocar con la una yema de su dedo una solitaria peca !
Pero era peca que él había ansiado tocar desde el primer momento que la había notado sobre su pómulo izquierdo.
Donal el atrevido , el gran lord del Clan MacLean y amo de Baldoon, caballero campeón del reino escocés, valiente defensor de las Islas ... rendido y conquistado por una peca.
Sus cejas se arquearon con preocupación y él sacó su mano de su mejilla.
Enlazando sus manos detrás de su espalda, él la miró, pero se esforzó por ver a Baldoon y a todos aquellos dentro de sus grandes muros . Forzadose a no concentrarse en ella, y en la tentación que ella implicaba ,sino en el caos que enfrentaba su casa si él no pudiera escapar pronto.
Necesitando distanciarse de ella, Donal volvió a la cama y retomó su pose habitual contra su poste de la cama.
"Sí, eres una mentirosa ," él dijo, y esta vez sus palabras no tenían ni un rastro de suavidad.
Tampoco sonrió.
Y ella tampoco. " Estoy sometida a muchas presiones , caballero . Nada más."-
La amargura de su voz pesó en su conciencia , inconscientemente ella le había mostrado un punto débil, pero él no podía perseguir y matar a quien quiera que estuviera molestándola o amargándola .
Tenía demasiados problemas apremiantes .
"Una carga compartida es una carga menos pesada ." Las palabras salieron de sus labios antes que él terminara de pensarlas.
Donal frunció el ceño. Dios Santo, casi juraría que ella lo había hechizado.
"No quiero compartir mis infortunios con otros, y menos con vos," dijo ella. "Lo que quiero es librarme de ellos."
"Y la paz." Donal le recordó, tratando de no sonar burlón.
Ella sacudió la cabeza. "Sí, sobre todo eso. Dios mediante , si mi plan da frutos , veré todos mis objetivos cumplidos."
Donal levantó una ceja. "Espero que estés a punto de revelar la naturaleza de tus otros objetivos?"
El fantasma de una sonrisa revoloteó a través de sus labios. "No".
"No, no debo esperar eso ? O no divulgarás otros objetivos?"
Ella lanzó una mirada breve a las ventanas estrechas. "Eres el medio para cumplir mi objetivo más deseado . Es por eso que estás aquí."
Donal se apartó del poste de la cama. El tono pensativo de su voz le erizó el cabello de la nuca . "Debo tomarte aquí," dijo él sin rodeos, declarando el hecho como una verdad cruda.
Pero en vez soltar su lengua, ella simplemente asintió con su cabeza su acuerdo, una pequeña sonrisa cautelosa se dibujó en sus labios y en sus ojos.
El estremecimiento de Donal se extendió por sus brazos . ¿" Todavía deseas perseguir esta tontería después de todo lo que te he dicho?"
¿"Dicho?" Ella era la imagen de inocencia.
Inocencia fingida.
Donal plantó sus manos en sus caderas. " Quiero saber si todavía deseas que te tome, sabiendo que mi interés desaparecerá después que lo haya hecho ?" Estrechando sus ojos , miró directamente . "Es lo que siempre sucede."
Ella dio un pequeño suspiro, un suspiro resignado, y avanzó para parase directamente delante de él. Ella alzó su vista hacia él y su corazón se detuvo.
Tuvo un mal presagio.
Él estaba a punto de recibir una parte de sus "presiones."
"Piensas que deseo conservar tu interés, lord MacLean?"
Donal simplemente esperó. Afortunadamente, no tuvo que esperar por mucho tiempo.
" Te alabas demasiado, Donal . No es tu atención permanente lo que deseo obtener, sino un hijo ," dijo ella, la determinación brillando en sus ojos. "Quiero que me des un niño."

En el momento más difícil de la noche, Ian MacLean se quedó inmóvil sobre su cama y miró el dosel esculpido que estaba encima de su cabeza. Sus manos descansaban encima de varias capas de mantas bordadas de la más fina calidad
Los cortinajes pesados, suficientemente suntuosos como para complacer los gustos exquisitos de un rey lo encerraban como un capullo en la oscuridad. Un mar de sedas, pieles, y ... vacío.
Con un grito de angustia oído por nadie salvo las paredes de su habitación, él apartó las mantas y se sentó de repente.
¡"Lileas!" El estallido del nombre en su garganta, provenía de las profundidades de su alma.
Un dolor feroz apretó su pecho y le aplastó su alma. "Mi querida." Esta vez las palabras eran bajas más que un susurro, perlas suavemente murmuradas por un hombre atormentado.
Sus manos agarraron los pliegues de las cortinajes pesados de la cama, sus dedos clavándose en la opulencia de la seda lujosamente bordada para evitar caer en el abismo del infierno.
Él ladeó su cabeza oscura. "Lileas, te extraño ..."
Sus grandes hombros, doblados y encorvados, comenzaron a temblar. Cuando los sollozos retumbando profundamente en su pecho traspasaron sus labios, Ian soltó las cortinas de la cama y sepultó su cara en sus manos. Sólo después de que no tuvo más lágrimas para derramar y su voz estaba demasiado ronca como para expresar su dolor, sólo entonces él abrió las cortinas y bajó sus pies.
El silencio opresiva de la habitación lo invadió.
Muerto.
Tan completamente acabado como la vida preciosa de su esposa .
Sus pasos fueron hacia la ventana iluminada con luz pálida de la luna, desde allí vio los muros fuertes de Baldoon.
Lanzando un gran suspiro, él se apoyó contra la ventana y dejó que el aire de la noche lo refrescase. Miró la extensión interminable del mar.
Una niebla suave se elevaba en el horizonte distante, silenciando el oleaje rítmica del mar, y encubriendo su superficie.
Ian presionó su frente contra el dintel de la ventana , dando la bienvenida a su frialdad.

Esforzando su vista , él miró profundamente en la oscuridad negra de la noche, buscó entre las sombras hasta que encontró lo que buscaba. Lady Rock , medio escondida por capas tenues de niebla estaba a la deriva, pero estaba allí.
Una serie de piedras inocuas que parecía rompió la superficie del mar cerca de la costa rugosa de la isla Doon.
Un islote rocoso de muerte, una isla tan asesina como el bastardo de MacKinnon quien había abandonado a su esposa allí, condenándola a ahogarse.
Condenando a su corazón a morir con ella.
Apartándose de la ventana, él pasó una mano sobre su cara y se hundió cansadamente en uno de los dos asientos esculpidos en la pared.
Los Asientos, "suyo y de ella" embellecidos con almohadones de seda alegremente coloreados.
Un lugar donde Lileas y él habían pasado muchas horas fr alegría , simplemente haciéndose compañía.
Ahora los almohadones se habían idos, como su esposa ... él estaba sentado sobre la piedra fría y desnuda .
Apoyando su espalda contra la pared, Ian giró su cabeza hacia el mar. Lady Rock había desaparecido tragada por la bruma o sumergida por el agua de la marea .
Pero él seguía mirando fijamente, mirando detenidamente la oscuridad y la capa de niebla plateada como si su sola voluntad pudiera hacer emerger la roca de la marea.
Mucho tiempo después, él se puso de pie y cerró los postigos. "Pronto serás vengada, mi querida ," le dijo a la habitación oscura y silenciosa
"Una semana, no más, y la venganza será mía." Volviendo la espalda a la ventana, él frunció el ceño ante el vacío enorme de su cama magnífica.
Su fría cama.
"Siete días, y me embarco, Lileas," él dijo, y comenzó a avanzar .... "Siete días y los MacKinnons lamentarán haber nacido."




A esa misma hora de la noche , pero lejos , muy lejos, la vieja Devorgilla estaba delante de su chimenea, removiendo las brasas . Una lluvia de chispas y humo recompensaron sus esfuerzos y envolvieron su cara arrugada con una sonrisa satisfecha.
Con su mano libre sobre su cadera, ella pinchó la turba que ardía hasta que las chispas se convirtieron en llamas, y el humo fragante salió densamente por el agujero la de chimenea en el techo bajo.
Con sus huesos viejos calientes otra vez, ella apoyó contra el atizador de hierro contra la pared y volvió su atención a la olla negra suspendida encima del fuego y su contenido burbujeante, un contenido asqueroso . Inclinándose , ella espió el brebaje que echaba vapor, y lo olió.
Y lo olió otra vez.
"Harumph," ella se quejó, y tomó una cucharón de la mesa cercana.
Todavía murmurando, ella hundió la gran cuchara en la poción que burbujeaba y trajo una pequeña muestra a sus labios. Lo probó , y cacareó con regocijo.
Una segunda prueba, y ella quedó convencida.
Con entusiasmo creciente , la bruja usó el cucharón para llenar una taza de estaño abollada . Ella lo tomó en un trago .
"El incienso y el agua bendita no son tan potentes," ella le informó a Mab, el gato de tres colores que dormía en el suelo de piedra.
El gato abrió sus ojos y la contempló. Una mirada arrogante, una reprimenda por atreverse a interrumpir su sueño. Pero la mirada arrogante de Mab sólo aumentó el regocijo de Devorgilla.
Era la primera vez que ella había notado que los ojos de Mab eran de dos colores.
Riéndose con ganas, rengueando como de costumbre, la bruja cruzó el cuarto principal de la choza y fue hacia el mueble de madera con hierbas e ingredientes para sus preparaciones.
" Una buena noche para hacer mosca de bueyes," ella se felicitó a si misma mientras estudiaba la colección de hierbas, polvos y aceites , y otros objetos mágicos.
Sus labios se apretaron, ella frotó su mentón y dejó que de sus ojos nublados pasaran de un jarro al siguiente. Después de un momento, ella tomó una pequeña fuente de madera y comenzó a llenarla con una pizca de esto y una porción más generosa de aquello, y las mezcló , luego llevó la fuente afuera, donde la levantó hacia la luz pálida de la luna.
"En nombre de los antiguos dioses," cantó ella, "por la luna y las estrellas, te conjuro..." Un viento leve y extraño llevó la bendición.
Satisfecha , Devorgilla bajó la fuente y le dio a la luna una cabezada humilde de agradecimiento. Cuando volvió a la choza , fue directamente a la caldera y volvió el contenido de la fuente en su poción y la revolvió.
Todo por ayudar.
Todo para el bien .
Aunque algunas no se lo agradecerían todavía.