domingo, 22 de junio de 2008

UN CABALLERO EN MI CAMA - CAPITULO 11

CAPÍTULO 11

¡Por Dios , Donal! " Gavin MacFie se puso de pie y avanzó tanto como la cadena de su tobillo se lo permitiría. ¡"Dios mío !" él gritó, abrazando a Donal.
"Pensé que estabas muerto. Ellos no me informaban sobre vos ." Él soltó a Donal, una amplia sonrisa iluminó su cara con la barba de unos días.

Donal devolvió la sonrisa a su amigo. " Estos muchachos amables quisieron con todo su corazón que me muriese”.
"Pero," él dijo con tanta jovialidad como su voz ronca le permitía, " no les di el gusto."
"Bastardo arrogante," gruñó Rory entre dientes y sacudió la cadena, probando el anillo de hierro a la que estaba sujeta . Aparentemente satisfecho, él caminó hacia la puerta. " Si no fuese por nuestra lady errada , te rompería la boca de un puñetazo y te haría escupir los dientes."
"Cálmate ," el gigante lo reprendió, apartándose para dar paso a una serie de muchachos cargando un gran bulto en sus brazos delgados. "El Verano está cerca. Pronto los cuervos estarán chupando sus huesos ."
¿"Ah, sí?" Gavin cerró sus manos en puños. "Dame mi espada y veremos el cuerpo de quien será la carroña."
Donall se apoyó contra la pared y fingió apartarse de la situación. Pretendió examinarse sus propios nudillos. "Sabes lo que dicen, Gavin. Perro que ladra, no muerde."
Gavin sacudió su cabello castaño rojizo y se rió. Para el asombro de Donal, los labios del gigante se curvaron en una sonrisa. Rory hirvió, sus ojos ardían con tal furia que no le habría sorprendido a Donal para ver salir vapor de sus oídos.
"Di tu plegarias, canalla hijo de puta ," Rory murmuró entre dientes , sacando de repente su puñal. Dio un amenazante paso hacia delante, antes que el anciano, el inesperado defensor de Donal, entrase en la celda.
"Calma no sea que me vea tentado de mandarte al pozo negro," le dijo a Rory. Con una cara severa, Rory tomó su posición cerca de la puerta, con las manos apoyadas en sus caderas, sus piernas, separadas.
Lorne inclinó un vistazo agudo al puñal en la mano de Rory. "Guarda eso."
" Me gustaría cortarlo en pedazos," protestó Rory. Con una rápida y ultrajada mirada a Donal y a Gavin, él guardó su arma en su cinturón, y salió por la puerta.
"Ve a enfriarlo ," le dijo Lorne al gigante, luego inclinó su cabeza hacia la puerta en un gesto claro para que Niels, también, saliese la celda.
Niels obedeció, agachándose en el dintel bajo de la entrada y desapareció en la penumbra del pasillo más allá. Los muchachos de la cocina se apresuraron a salir tras él.
En el momento que sus pasos se desvanecieron , Donal se apoyó más pesadamente contra la pared . Lanzó una mirada a la manta que los muchachos de la cocina habían traído para él.
Santos, estaba tan cansado.
Frunciendo el ceño tan enigmáticamente como pudo - para esconder su dolor - expulsó un suspiro profundo. Por la gracia de Dios, sus manos ya no temblaban, pero en el instante en que sus manos habían dejado de sacudirse, sus rodillas se habían aflojado
Estaba Tambaleante.
La mirada de Lorne fue brevemente hacia las rodillas de Donal. Sus ojos se ensancharon imperceptiblemente, pero no dijo nada .
Simplemente le dio a Donal una asentimiento breve . "La comida debe llegar pronto, y más tarde un baño." Señalando los bultos de telas apoyados contra la pared lejana, él añadió, “ Eso es la ropa de ustedes. Todo está allí. Salvo sus armas. No Puedo hacer nada más por ustedes ."
"Puede dejarnos .... " Gavin se detuvo en medio de la oración por una mirada de advertencia de Donall .
Ignorando la perplejidad de Gavin, Donal devolvió el asentimiento del anciano. “ Es bastante, y es apreciado," dijo él, asombrado por sus propias palabras.
Había hablado de mala gana , pero había sido totalmente honesto.
"Entonces, caballeros, les deseo noches buenas." Y luego se retiró.
Gavin soltó su respiración en un suspiro impetuoso. ¿" Quién diablos era ese?"
"Un amigo." La respuesta vino de algún lugar tan profundamente dentro Donal que ni él mismo podía comprender su razonamiento. "No me preguntes por qué, pero creo que él es un amigo."
¿"Pero no tan amigo como para estar dispuesto a liberarnos?" Gavin se sentó en su manta.
"Me parece que no," dijo Donal francamente, y buscó su propio lugar de descanso.
¿"Y quién es la lady errada que el patán mencionó ?", Gavin quiso saber . ¿" Acaso es la atractiva jefa de los MacInnes?"
Donal lanzó un mirada de reojo a su amigo. Como él había sospechado, un brillo tenue de diversión chispeó en los ojos color de avellana de Gavin.
Una mirada que Donal conocía bien.
Y temía.
La lengua charlatana de MacFie y sus modales encantadores muy a menudo los habían sacado de situaciones complicadas.
El hombre era una fuente inagotable de buen humor.
Un amigo leal y un guerrero experto, de una manera extraña estaba dotado con una capacidad casi sobrenatural para encantar a a las mujeres.
A veces.
Y Donal profundamente deseó que ese no fuese el caso.
Fingiendo desinterés en sus palabras , Donal extendió la manta de lana que Lorne había provisto. Alisó las arrugas de la manta vieja con gran cuidado.
Gavin aclaró su garganta.
Sonoramente.
Haciendo una mueca , Donal se preparó para la provocación que sabía que vendría.
"Estás poniendo demasiado cuidado en ese trapo viejo y apolillado que te regalaron , amigo." Gavin comenzó a rascarse el mentón. "Entonces se trata de Lady Isolde ."
¿"Qué sabes de ella?" , replicó Donal antes que pudiera encubrir sus palabras con una actitud distante.
Gavin estiró sus brazos y relajó su cuellos . "Algunos afirman que es la doncella mas bella que jamas haya nacido en estas islas."
Donal apoyó su cabeza contra la pared. "Ella es ... digamos ... pasable."
¿"La has visto?" Gavin preguntó con claro interés . "Mierda , eres un bastardo con suerte ," dijo él sin malicia. " Mis ojos lascivos no han tenido nada para mirar , mas que estas paredes miserables."
"No la he estado mirando con lascivia," replicó Donal, inexplicablemente enojado por el uso de esa palabra por parte de Gavin.
"Ahhhh..." Las esquinas de la boca de Gavin se curvaron en una sonrisa pícara. "Entonces eso fue lo que pasó."
"Lo que pasó está mas allá de la imaginación de cualquier persona”. Donal se pellizcó su nariz. "No me lo creerías si te lo dijera."
"Hagamos la prueba ." Gavin apoyó sus brazos sobre sus rodillas dobladas.
"Desiste, Gavin. Estoy agotado y con sueño." Donal cerró sus ojos. "Pronto te enterarás de la naturaleza de mi relación con esa dama."
¿"Sueño?" Gavin se inclinó a un lado y clavó sus dedos en las costillas de Donal. "No te atrevas a dormirte después de hacer una declaración así . ¿ Qué clase de relación tienes con ella?"
Los ojos de Donal se abrieron enormemente . "Por el culo de Satanás , MacFie, tengo el aspecto de haber estado divirtiéndome con una mujer ?"
Gavin se frotó el mentón . "Mojado , despeinado y con la ropa rasgada como está, yo diría que te divertiste. ¿Tal vez jugando con ella en el mar?" Su voz estaba llena de humor. "Y ahora estás fastidiado porque estalló una tormenta y tuvieron que volver a la fortaleza?"
"No te pedí una opinión." Cerrando sus ojos otra vez, Donal buscó refugiarse en el sueño.
Dios sabía que necesitaba descansar.
Pero la sonrisa pícara de Gavin a pesar de la gravedad de su situación grave, penetraba insidiosamente debajo de sus párpados cerrados, quitándole el sueño a Donal, y despertando su ira.
Abrió sus ojos y lanzó un mirada de soslayo al canalla que sonreía abiertamente. "Por Dios , estoy contento de verte," él dijo, y pasó una mano por su cabello.
La sonrisa de Gavin se hizo más grande. Inclinándose a través del espacio entre sus mantas, él dio a Donal una palmada amistosa en el hombro. "Y yo a vos."
"Oh..." Donal hizo una mueca de dolor .
¡"Por Dios !" La cara de Gavin empalideció. ¿"Qué te han hecho ellos?"
"Toda clase de torturas," suspiró Donal, luchando por impedir que sus párpados se cerrasen.
Torturas espantosas y torturas exquisitas.
Gavin retrocedió contra la pared. Él pasó una mano por su cara y lanzó un suspiro largo. "Mi Dios, lo siento," dijo él. " Yo Bromeando sobre muchachas y frivolidades. Pero sólo quería levantarte el ánimo."
"Y realmente lo hiciste ...." Donal suavemente frotó su hombro mientras hablaba "Ya me siento mejor .”
¿" "Deseas hablar de ello?"
"Tal vez más tarde." Sería mejor alejar esos recuerdos libidinosos de su mente antes .
Pero ni el aire fresco de la tormenta podía limpiarle totalmente sus pensamientos.
¿"Cuándo más tarde?"
"Quizás después de que ellos hayan traído la cena y el baño que nos han prometido," dijo Donal, acomodando la tela escocesa de lana sobre sus piernas. "Pero te advierto, pensarás que quiero convertirme en un juglar y que estoy inventando el cuento más escandaloso que jamas hayas oído ."
¿"Dónde te tenían ellos ?" Gavin indagó. "No me digas que ellos han llevado su venganza al extremo de atarte a una roca en el mar?"
Donal levantó una ceja. "Estuviste bastante cerca," confirmó él. No viendo ningún propósito en evadir el tema , Donal soltó un suspiro largo, y luego le describió el calabozo del sótano y como había pasado sus días colgado del techo con una cadena.
¡"Por todos los santos y profetas!" Los ojos verdes claros de Gavin se ensancharon.
Donal le dio una sonrisa triste. " Te aseguro que ni los santos ni los profetas me ayudaron , amigo."
Mirando la celda diminuta, Donal añadió, “ Estoy contento de que a vos te hayan tratado un poco mejor. Nada de paredes cubiertas del lodo, ni criaturas de cuatro patas deslizándose por tu cuerpo , ni estiércol en el suelo ."
"Dios... ellos han ido demasiado lejos ... "
"Sí, demasiado lejos , en efecto," concordó Donal.
Apretando su boca en una línea severa, él se calló y fijó su mirada en las llamas que bailaban de la antorcha que Lorne había colocado en un soporte de hierro cerca de la puerta.
La luz de antorcha emitía un suave brillo en la celda.
Una llama de oro en un mar de oscuridad.
El mismo oro líquido de las trenzas de la muchacha.
El mismo fuego que él sabía corría por sus venas.
La pasión desenfrenada que ni ella sabía que poseía.
Hasta que él se lo demostrara
Donal se sobresaltó al salir de su ensoñación, y lanzó una mirada rápida a Gavin. Cielos Santos, casi se había dormido ... y no sabía si él había murmurado aquellas palabras en voz alta, o sólo las había pensado
¿"Qué dijiste?" vino la voz de Gavin , sonaba sospechosamente inocente". "No puede oírte por los truenos , estabas murmurando entre dientes ."
Donal hizo una mueca. No necesitaba ver la sonrisa de diversión de MacFie o para saber que en efecto había hablado en voz alta. Y, desgraciadamente, lo bastante alta como para ser oído.
"Dije, 'Espera a saber donde he pasado las noches,"' Donal dijo, tratando de disimular su vergüenza .
¿"Las pasaste en otra parte?"
Ahora realmente tenía toda la atención de Gavin.
"Sí." Donal desvió la mirada de los ojos curiosos de su amigo, Donal se tapó firmemente con la manta caliente.
Nunca había sentido tanto frío.
O se había sentido tan agotado.
Un baño caliente sería el paraíso .
¿"Te torturaban por las noches?" Gavin indagó, y Donal no se atrevió a mirarlo . Podría presentir la imaginación salvaje de su amigo desplegándose .
Sus Dedos se clavaron en las costillas de Donal otra vez.
Donal suspiró con frustración .
"Sí, también he sido torturado por las noches ," confesó él. "Y esos procedimientos resultaron ser un tormento mucho peor que los que me infligían durante el día."
Gavin inclinó su cabeza. ¿"Por qué presiento que te refieres a la jefa ?"
Donal lo fulminó con la mirada , sus labios se comprimieron en una línea apretada. Maldición , Gavin realmente podía leer la mente de un hombre. No le sorprendería que pudiera ver a través de las gruesas paredes de Baldoon.
La sonrisa pícara de Gavin apareció. "Sí, tengo el fuerte presentimiento que te refieres a ella"
Donal suspiró su respiración contenida.
"Porque ," él dijo, concediendo la victoria a su amigo, "me refiero a ella."

Él no venía.
Isolde se mordió el labio inferior y trató de no pensar en el retraso . Ya habían pasado las plegarias del anochecer , y era tarde en la noche . Incluso la tormenta furiosa había pasado, dejando sólo una humedad fría y una llovizna persistente. Pero la confusión de Isolde aumentaba con cada latido de su corazón tembloroso.
Cada minuto de espera era atormentador . Por qué Rory y Niels no lo traían a su habitación esa noche?.
Las lecciones ... del arte de la seducción.
Los besos caballerescos.

Ella contempló el candelabro de plata que adornaba su mesa . Un tesoro que ella había rescatado de la vieja habitación de sus padres, un cuarto desprovisto de vida desde el fallecimiento de su padre . Un lugar oscuro y lleno de telarañas y recuerdos.

Con el ceño fruncido, ella pasó sus dedos sobre la base reluciente. Había pasado una hora puliéndolo para que recuperase su antigua gloria, hasta buscando velas de cera perfumadas ... todo para impresionar a MacLean.
Pero él no había venido.
Y las velas ya no estaban firme , elegantes y encendidas, sino medio derretidas como sus esperanzas para esa noche, también, habían muerto de una muerte humillante.
Al menos había cenado bien.
Así como Bodo.
No quedaba ni una miga de la comida que le habían traído esa noche . Ella hasta le había pedido al cocinero que trajese la comida personalmente , pues no confiaba en Rory ni en la entrometida de Devorgilla.
Sí, había cenado bien.
Pero no la habían besado como unos besos de caballero.
Con un suspiro profundo, ella se puso de pie . Por centésima vez esa noche, cruzó la habitación, abrió la puerta, y espió el pasillo largo, lleno de sombras.
El pasillo largo, lleno de sombras, y vacío.
Apretando sus puños, ella se juró que iba a hablar con Niels y Rory como primera cosa a la mañana siguiente . Ninguno de los se había dignado a venir a decirle por qué no habían traído a MacLean.
Furiosa de preocupación, cerró la puerta otra vez, y apoyó su espalda contra ella. Una madera dura que le recordó al pecho musculoso de Donal, el atrevido .
¡"Mierda !" gritó alejándose de la puerta.
El insulto la hizo sentir bien.
¡Dios Santo, ella hasta había pintado sus pezones para el Lord arrogante!
Con un Calor inundó sus mejillas - y otros sitios inmencionables de su cuerpo - ella agarró rápidamente el pequeño pote con el rubor de rosas y lo fulminó con una mirada . ¿ Realmente Había pensado en pararse delante Donal usando la camisa transparente que Evelina le había prestado , con sus pezones pintados de rojo?
Sí, lo había pensado.
Y la admisión la hizo empezar a caminar impacientemente en su cuarto . Bodo la miraba desde su cama, su cabeza apoyada en sus patas, sus ojos muy perplejos.
Comprensivos, tal vez.
Pero ella no quería compasión.
Ni de su amado Bodo .
Frunció el ceño y apretó sus labios .
Los labios que ansiaban ser besados.
Su caminata tortuosa la llevó hasta el poste de la cama.
El poste de la cama que usaba Donal .
Incapaz de evitarlo , ella hizo una pausa para pasar sus dedos por la longitud del poste .
Liso, fuerte , y sólido ... perfecto.
Como él.
Sus dedos se cerraron con más fuera alrededor del pote de rubor.
Pensó en el hombre que pensaba seducir.
El que seduciría.
Sólo tenía que aferrarse a su única imperfección, su gran pecado ... la mancha de la sangre de Lileas en sus manos . Un estremecimiento la sacudió ... una oleada de vergüenza ...la inundó . Incluso aquel pensamiento oscuro no podía disipar completamente el deseo que ella sentía por él, la necesidad que él había despertado en ella.
Sintiéndose completamente derrotada, soltó un largo y profundo suspiro. El pequeño pote de rubor de rosas se resbaló de sus dedos. Casi se agachó para recuperarlo, pero un gran cansancio la propulsó a ir hacia su cama en cambio.
Con dedos temblorosos, abrió las cortinas de la cama antes de despojarse lentamente de su vestido de negro y quitarse la breve camisa de Evelina.
Se limpiaría la pintura de sus pezones por la mañana. Pasó las yemas de sus dedos por las figuras esculpidas en el poste de la cama.
El poste de la cama.
Su poste de la cama.
Entonces, antes que sus pies la llevasen a la puerta para dar otra ojeada infructuosa al pasillo silencioso, ella sopló la vela, y subió a su cama vacía.
No era que esperase dormir.

No, probablemente pasaría el resto de la noche acostada boca arriba, totalmente desnuda salvo por la pintura roja que cubría sus pezones, muchas capas de sabanas y mantas subidas hasta su mentón, contemplando el dosel de la cama, y deseando besos caballerescos.

En un rincón oscuro y tranquilo de Dunmuir, un rincón escondida donde nada mas que el olor húmedo de la lluvia y el almizcle terroso de la lujuria podría meterse, Evelina dio un suspiro suave del placer, y se colocó cómodamente en los brazos de su viejo caballero.
Saciada y complacida, ella jugó con el vello gris de su amplio pecho, y depositó besos dulces en el hueco caliente donde su cuello se unía con sus hombros.
El guerrero dio un suspiro satisfecho , y pasó su mano callosa por la curva de su cadera. "Nada me da mas alegría que tenerte en mis brazos ," aseguró él, resbalando sus dedos a lo largo de su muslo antes de rozar ligeramente los rizos íntimos húmedos de su pubis , mientras ella movía sus propios dedos sobre el vello del pecho masculino.
"Y ahora que te has saciado una vez, piensas simplemente sostenerme en tus brazos ?" Evelina ronroneó, separando sus muslos para invitarlo a una exploración más íntima.
Su amante aceptó la idea, hundiendo su mano más profundamente entre sus piernas, ya no suavemente, sino exigentemente, moviéndose en círculos hasta que ella arquease sus caderas, presionándose contra su mano, abriendo sus muslos aún más ampliamente en su necesidad desenfrenada.
"Saboréame," ella lo urgió , las palabras eran una orden, pero una orden a la que ningún hombre podría negarse.
Al anciano caballero ni se le ocurrió negarse . Con un gemido irregular , y una agilidad que desmentía su edad, la acostó de espaldas y de buena ganó acceso a todo lo que ella le ofrecía.
Y él no levantó su cabeza canosa hasta que no extraído gemidos y contracciones del cuerpo femenino . Suspiros, temblores, y la liberación del éxtasis.
Con un suspiro profundo, el viejo caballero se estiró al lado de ella sobre la manta simple y la tomó en el círculo de sus brazos . "Eres mi vida, Evelina," él dijo, y ella se puso rígida.
"No debes esas tontería," advirtió ella, un temblor le recorrió la espalda.
Un temblor ella esperaba que él confundiera con los vestigios últimos, de su climax.
¿"Tonterías?" Él se incorporó sobre su codo para mirarla detenidamente, y el fuego en sus ojos la hizo estremecerse.
¿" Cómo te atreves a llamar tonterías a mis sentimientos por vos ?" él exigió, acomodando la manta sobre su cuerpo.
Ella suspiró y le dio una sonrisa pensativa. "No son tus sentimientos, querido ," dijo ella, quitando el cabello de su frente húmeda. “Tus sentimientos no son tontos."
"Entonces, qué? Por dios! " Su voz vino profunda y áspera contra el repiqueteo suave de la lluvia y los ronquidos bajos de aquellos que dormían en sus mantas no muy lejos de allí , afortunadamente ignorantes de los dos amantes acostados en un rincón oscuro y aislado del salón.
"Dejémoslo así," suplicó ella, tocando con sus dedos sus labios. "No sirve de nada irritarse."
¡"Entonces no me irritas!" El caballero anciano agarró su mano en la suya , y besó su muñeca. "Si no te gusta verme fastidiado, deja de lado tus ideas tontas y cásate conmigo ."
Evelina suspiró. "No me hagas lamentar haberme quedado esta noche aquí, mi amor."
" Yo te amo , Evelina. Yo soy un hombre de honor, y me gustaría verte donde perteneces ... como mi esposa , a mi lado."
El corazón de Evelina se oprimió. "Es porque eres un hombre de honor que no me casaré con vos ," suspiró ella, usando sus años largos "de profesión" para encubrir el dolor que le causaba le rechazarlo. "No quiero ver que te desdeñen o desprecien ."
"Piensas que me preocupa lo que los chismosos puedan decir?"
"Estoy muy consciente de que eso no te preocupa," dijo Evelina, cerrando sus ojos contra el daño ella sabía que podía causar . “Soy yo quien me preocupa . Ahora, por favor, guarda silencio antes que todos te oigan y nos descubran."
¡"Tal vez ellos deberían descubrirnos !" el viejo caballero afirmó, su frustración era palpable.
"Por favor, mi amor, disfrutemos de lo que tenemos ." Evelina metió su mano debajo la manta y comenzó a dibujar círculos lentos y suaves en su pecho.
Círculos tranquilizadores ... ella esperaba.
"Cálmate , y vamos a dormir." Ella colocó un beso suave en su hombro. " Tenemos toda una noche juntos por delante . Nuestra primer noche completa . Eso es bastante."
"Nunca será bastante," murmuró su amante, pero ya su respiración se había tranquilizado , y pronto sus ronquidos tranquilos se unieron a los de sus parientes dormidos.
Pero Evelina no durmió.
Ella simplemente esperó el amanecer como lo hacía durante otras innumerables noches de insomnio.
Mirando fijamente la oscuridad, escuchando la caída suave de la lluvia y el suspiro susurrante del viento.
Y, de vez en cuando, limpiando las lagrimas de sus ojos.