miércoles, 11 de junio de 2008

CONVICTA -CAPITULO 17 - FINAL

Capítulo 17

EN UNA MAÑANA de Junio de 1814, Sara abrió los ojos en el cuarto que ahora ya le era familiar, en su casa, situada en Golden Square. Los ruidos de Londres ya se oían. Pensó en el día que la aguardaba. tenía correspondencia que atender , tenía que visitar a sus agentes de navegación, dar un paseo por el parque y después ir a una fiesta en casa de Lady Fulton, en St. James Square.
Hasta hacia unas semanas atrás, esa rutina había sido asombrosa . Había un enorme contraste entre la Londres donde ahora habitaba y la que había conocido con su padre. Alquilar una casa para vivir, tener un carruaje, habría parecido un cuento de hadas para la aprendiza de costurera del pasado . Ahora, era Sara quien contrataba una de las mas conocidas costureras, pero tenía a veces la extraña sensación de que la joven Sara era quien asistía a las recepciones y a las fiestas.
Había sido mas fácil de lo que había imaginado ocupar una posición que destacada en Londres. A excepción de las personas que componían el círculo real, todas las otras parecían considerar la elegancia y la riqueza como los únicos indicadores de aceptación, y en esos dos puntos no había nada que cuestionarle a Sara. Circulaban historias sobre su pasado de convicta, pero el poder del dinero la había transformado, en muchas mentes, era víctima inocente de un grave error judicial. La Admiraban y ella sacaba bastante partido de eso.
Richard Barwell había contribuido a presentarla en sociedad .El la había recibido con entusiasmo, y la casa en Golden Square había sido alquilada a través de Lady Fulton, una amiga de él, quien daba fiestas para presentarle a Elizabeth, a David y a Duncan a los amigos apropiados. Era todo muy excitante, pero Sara quedó sorprendida al descubrir cuan cansada estaba de Londres: de la interminable ronda de costureras, cenas y diversiones.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por Elizabeth, quien entró con un susurro de sedas, trayendo una toca nueva.
- Es una mañanas caliente , me da ganas de dar un paseo a caballo en Bauon - anunció ella. - Creo que no me apetece ir a la fiesta de Lady Fulton esta noche. Y David dice que no va.
EN los últimos meses, Sara había notado el creciente afecto que su hijastra sentía por David, y había notado también que David continuaba tratando a Elizabeth de la misma manera que antes , con una mezcla de afecto y bromas.


Elizabeth poseía toda la pasión y la posesividad de Louis, y estaba terminantemente decidida a obtener todo lo que quisiese . Sara había visto que ella no había perdido la cabeza allí en medio de todas esas lisonjas y atenciones, que le habrían hecho perder la razón a muchas otras muchachas. En unos años, Elizabeth heredaría la fortuna que Louis le había dejado y poseía igualmente una belleza expresiva que atraía las atenciones donde quiera que fuese. Ella misma estaba plenamente consciente de eso y del hecho que podía llegar a casarse con un noble allí en Londres. Pero mientras David se mantenía desinteresado, ella casi parecía incapaz de extraer placer del dinero que poseía y de su bello rostro.
David estaba en la puerta.
- Buen día, madre .
- Dónde está Duncan? - preguntó Sara. - Y Henriette?
- Henriette ya comenzó las lecciones, y Duncan fue a dar un paseo a caballo por el parque - dijo David, sentándose en la cama. Debo decir que él escogió una hora bastante impropia.
- Duncan es el único de nosotros que tiene juicio suficiente para ir allá cuando hay lugar para cabalgar! - estalló Elizabeth. - Está siempre tan lleno de gente por la tarde.
Sara miró con tristeza a uno y al otro. Estaban siendo criados, como el resto de todos los jóvenes en Londres, a base de un exceso de placeres que llegaban a hartarlos. Deseó ardientemente que nunca hubiesen salido de Nueva Gales.
- Vas a dar un paseo hoy a la tarde? - le preguntó Elizabeth indolentemente.
- Estaba pensando en ir a Fitzroy Square , a buscar noticias de Matthew Flinders. - El explorador que había hecho los mapas de la costa de la Nueva Gales del Sur estaba muriéndose . - Se ha mantenido vivo sólo para ver su libro impreso, y comienzo a dudar que consiga vivir lo suficiente para ver el primer ejemplar.
- El libro sobre el viaje de él ? - preguntó David. - Ya lo acabó?
Sara asintió.
- Dos volúmenes y un atlas. Lo llamó Un Viaje a Australia. Pero el Almirantazgo y la Sociedad Real insistieron en que debía llamarse Un Viaje a la tierra Austral . Si alguna vez alguien mereció el honor de bautizar el continente, ese alguien fue Flinders, pero hasta eso le quieren sacar.
- Australia ... - murmuró Elizabeth.
David se levantó y se dirigió con pasos largos a la ventana.
- Es a misma burocracia estúpida que maneja todo en Nueva Gales . El Departamento de las Colonias está diez, o quince años atrasado en relación a los colonos mas progresistas. La cuestión de los carneros, por ejemplo... Si al menos le diesen a los colonos las pastos que necesitan ... Estamos todos condenados a vivir en la costa del país hasta que los carneros y el ganado no tengan mas pastos para comer.
Parecía que habían pasado semanas sin que él siquiera mencionase la colonia. Sara se puso a pensar si no sería ese el motivo de su desinterés . Habría él comenzado a perder esperanzas en el futuro de la colonia ?
- Las montañas, David - dijo ella. - no puedes haber olvidado las cartas que recibimos contando que Blaxland y Lawson, con el hijo de D'Arcy Wentworth, han descubierto un paso a través de las montaña .
- He estado esperando recibir mas noticias - dijo él impacientemente. - Y qué está haciendo el Gobierno? Nada. Charlie Wentworth dice que vieron tierras excelentes desde las cumbres de las montañas, y el Departamento de las Colonias ya ordenó que se hiciese una camino para que se comience a poblarlas? Ni pensarlo ! Eso significaría que un sector de la comunidad se apartaría del control del Palacio del Gobernador, y ellos nunca van a querer que eso pase.
El joven se dio cuenta del aire espantado de Sara.
- No quería gritar, madre . - Hizo un gesto expresivo. - Creo que es mejor salir un poco para librarme de este mal humor. Puedes venir, Elizabeth. Te va a hacer bien.
Ella se levantó ansiosa. Sara vio el rostro de ella resplandecer de felicidad.

EL CARRUAJE de Richard Barwell giró por Golden Square. Para él, la vida en ese momento era algo cómodo y agradable; su buen humor era ilimitado. Había nacido para ser encantador e idolatrado, pensó Sara, sentada a su lado, el tipo de hombre de quien las mujeres se enamoraban por centenas. Ella misma no conseguía darse cuenta porque era que no se casaba con él. Richard no paraba de presionarla casi desde el día en que ella había llegado a Inglaterra. Hacia seis meses que Sara vacilaba, y cada día que pasaba sin que David mencionase el regreso la colonia aproximaba mas .
Había amado a Richard toda su vida y todavía lo amaba, pero Había aprendido a analizar ese amor. Ya no era la fuerza consumidora que había sido con la joven Sara, ni él podría volver a causarle la angustia que ella Había sufrido cuando él había llegado a Nueva Gales .
Richard se inclinó hacia ella.
- Sara, por qué no te casas conmigo y pones fin a toda esa indecisión ? Comienzo a ponerme impaciente.
Ella sacudió la cabeza .
- Todavía no. Tengo que darle mas tiempo a David... Y a Duncan y a Elizabeth.
- Sara, ellos ya no son niños. Libéralos.
- Disculpa. Voy a intentar tomar una decisión en breve.
- Muy en breve, espero . Este lento cortejo es bastante agradable, pero , en el fondo, nosotros hemos estado cortejándonos casi toda la vida . No será momento de que acabemos con eso, mi querida?
Sara se despidió de Richard, sintiéndose como si hubiese conseguido huir.
David se asomó desde lo alto de las escaleras cuando ella iba a entrar en el hall . él nunca había tenido esa expresión - un brillo de pasión y entusiasmo que le hacía recordar a Andrew.
- Estábamos esperándote , madre . - Ella subió apresuradamente las escaleras.
Cuando entró en la sala de estar, Duncan y Elizabeth se aproximaron a ella.
- El señor Macarthur estuvo acá, madre .
Sara se quitó la toca.
- Trajo noticias de la colonia ?
Macarthur hacía visitas ocasionales a Golden Square, así como Bligh, ahora vice almirante, aunque los criados hubiesen recibido órdenes de nunca dejar entrar a uno de ellos si el otro estuviese allí . El tribunal militar no había podido juzgar a Macarthur después de la rebelión; él sólo podía ser juzgado en Nueva Gales . Sabiendo que Macquarie tenía instrucciones para procesarlo y que no había posibilidad ninguna de escapar al veredicto de culpable, él permanecía exilado en Inglaterra, haciendo de tripas corazón .
- Muchas noticias! - estalló Duncan. - Macquarie mandó al Inspector Evans a seguir el camino descubierto por Lawson y los otros , que lleva mas allá de las montañas. él descendió a las llanuras del otro lado y recorrió mas de ciento cincuenta kilómetros mas allá del punto donde ellos habían llegado. Los terrenos son mejores que los mejores terrenos del lado de la costa. Las tierras fértiles se extienden hasta perderse de vista.
David lo interrumpió :
- Piensen sólo en los rebaños que vamos a poder criar!
- Eso significa que quieres volver, David? - preguntó Sara.
- Claro que si . Quiero tener mis propias tierras ahora. De aquí en diez años puede hacerse una fortuna con la lana.
- Y las otras granjas? - preguntó Sara en voz baja .
El hizo un gesto impaciente.
- Rinden bastante, pero pertenecen al modelo antiguo, al tiempo en que la agricultura era tan importante como las ovejas. Mas allá de las montañas, será el país de las ovejas.
Duncan golpeó repentinamente su mano en su muslo.
- Te hago una apuesta , David. Dame esos diez años y voy a mostrarte quien es el mejor criador de carneros de la colonia .
Sara lanzó una carcajada nerviosa.
- Quien los oiga hablar puede pensar que las granjas de mi lado de la montaña son sólo unos campitos para plantar legumbres.
David le respondió pacientemente:
- No es eso, madre . Pero ese emprendimiento es tuyo. No hay nada de ingrato en querer hacer algo nuestro. Mas allá de las montañas, existe todo un continente que pertenecerá a aquellos que vayan a conquistarlo .
Ella asintió, recordando aquella mañana límpida en que el Georgette se preparaba para partir de la Ciudad del Cabo . En ese momento, Andrew casi había usado las mismas palabras de David.
Oyó a Elizabeth intervenir.
- Tengo intención de volver con ustedes .
David y Duncan le respondieron casi al mismo tiempo:
- Por supuesto que vienes con nosotros !

LA CASA de Lady Fulton estaba repleta de personas bien vestidas cuando Richard tomó la mano de Sara y la condujo a una pequeña sala .
Empujó un banco forrado en pana para que ella se sentara.
- Entonces, hay historia que tienes que contarme - comenzó él.
- Cuentala ya!
El se mantuvo silencioso mientras ella se esforzaba por describir la cena pasada en aquella noche en la sala de estar e Golden Square. Después, dijo:
- Entonces vas a volver a Nueva Gales ? - Cuando ella asintió , él prosiguió : - Estás cometiendo un error, Sara. Si ellos quieren construir sus propios mundos, es mejor dejarlos solos.
- No tengo intención de seguirlos en su expedición mas allá de las montañas. Me quedaré en la zona de la costa. Pero me di cuenta esta tarde que no puedo permanecer mas tiempo en Londres. Me siento ahogada y sofocada aquí.
Richard le dio unas palmaditas en la mano con un aire bastante distraído.
- Vas a creer que soy un pretendiente cobarde por no me pondré de rodillas para implorarte que te quedes. Pero para ser franco, mi querida, la verdad es que no sé por qué me siento un tanto aliviado con todo esto . Todavía tienes demasiada energía y personalidad para el tipo de hombre en que me transformé. Cuando sea viejo, seré un exigente y aburrido. Supongo que Alison se adecuaba mas a mí de lo que pensaba.
Los labios de Sara dibujaron una sonrisa .
- Richard, no era esto lo que yo estaba esperando ... descubrir que apenas estás ligeramente decepcionado.
El lanzó una pequeña carcajada .
- Siempre estuviste rodeada de hombres que te adoraban, y no dudo que mas hombres vendrán en el futuro..
Ella tiró la cabeza hacia atrás y comenzó a reírse. Por un momento , Richard se quedó mirándola espantado pero después se dio cuenta de la ridícula situación en que se encontraban y comenzó a reírse también . Pasados unos instantes, él se inclinó hacia adelante y la besó en los labios. Sara lo abrazó , y sus carcajadas fueron ahogadas por el beso.

GOLDEN SQUARE estaba bañada por la luz de la madrugada de verano cuando Sara regresó a la casa. Abrió las cortinas del cuarto y se quedó mirando la plaza allá abajo.
- Voy a volver - susurró ella. - Voy a volver.
Aquella tierra cruel y austera había conquistado a David, a Duncan y a Elizabeth como la había conquistado a ella. Parecía exigir una lealtad extraña y opresiva : era una tierra que se amaba o que se odiaba, pero Nadie permanecía indiferente. Personas como Richard la odiaban - y ella se mostraba dura con esas personas.
Ella suspiró , se apartó de la ventana y se volvió . Veía su imagen reflejada en el espejo de pie , del otro lado del cuarto. Inclinó un poco la cabeza y comenzó a examinar lo que veía: el rostro, y el peinado elaborado, su cuerpo esbelto debajo del vestido de brocado, cortado ala altura del pecho.
- Sara... Sara Dane - dijo ella en voz baja a la imagen en el espejo. - Ya es hora que comiences a recordarte que no tardarás en envejecer.
- Después, los ángulos de la boca se arquearon en un esbozo de sonrisa . - Pero todavía te queda algo de tiempo. Algo de tiempo y un amor por vivir.


FIN