Nadie puede ser feliz sin un amigo,
Ni puede estar seguro de ese amigo hasta que pasa por un momento desgraciado .
Proverbio escocés
Georgina envió notas a todas las personas que conocía. Nadie vino a sacarla bajo fianza de la cárcel. Ni siquiera aquellos que aún no habían vuelto a sus casas de ciudad . Ni una sola persona de las que había asistido al baile Bayard. Ni una sola persona de las que había bebido su
De su champaña o había comido la costosa comida pagada con el dinero Bayard.
Ni una sola persona de las que ella había conocido por años, y a algunos gran parte de su vida. Nadie vino. Ni siquiera los sirvientes. El policía le dijo que ellos habían sido quienes habían saqueado la casa, llevándose los artículos de valor como pago de sus sueldos.
Georgina estaba sentada sobre una litera sucia cubierta con una manta apolillada llena de pulgas.
Las manos le temblaban, del mismo modo en que le habían temblado cuando se había perdido en el parque
tantos años atrás. Se sentía una niñita otra vez, muy asustada por dentro
Apoyó los codos sobre sus rodillas y presionó sus manos contra sus ojos ardientes. Por primera vez en su vida, no sabía si podría sobrevivir.
Una puerta chirrió y pudo oír al carcelero caminando por el pasillo adyacente a las celdas.
"Si , es Georgie".
¿Eachann?
La cabeza de Georgina subió rápidamente y un alivio
la invadió pero se sentía demasiado mareada como para ponerse de pie. Pero ese sentimiento no duró mucho.
Se levantó y se aferró a las rejas. "Sácame de aquí".
Eachann miró al carcelero. " Qué debo hacer ?"
" Pagar la fianza de diez dólares y firme un documento aceptando la responsabilidad completa sobre ella ".
"Fírmalo, Eachann".
El oficial miró a Georgina y a Eachann, y luego dijo, " Ella no puede volver a esa propiedad bajo ninguna circunstancia . Esa casa y todos sus contenidos le pertenecen al banco ".
Eachann la observó atentamente.
Si él me hace implorarle , lo mataré.
"Volverás a la isla conmigo ?" Él no parecía tener intención de hacerla implorar.
"Sí".
" Por propia voluntad ?"
" Sí. Firma el documento y sácame de aquí ".
Cinco minutos más tarde, Georgina dejaba la cárcel bajo la custodia de Eachann MacLachlan, el hombre que la había arrebatado. Secuestrado.
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