miércoles, 24 de febrero de 2010

LA VIUDITA - CAPITULO 4 - GEORGINA GENTRY

CAPITULO 4



Era casi de noche cuando volvió al hotel a cena. Al principio algunas Damas se mostraron vacilantes, pero con el liderazgo de Bonnie, comenzaron a ponerse más animadas. Todas parecían ansiosas en relación a la reunión del día siguiente. Bonnie era una líder de éxito, Danny se enorgullecería de ella. ese pensamiento casi la hizo atragantar, entonces terminó de comer y fue al vestíbulo del hotel . Vio a McCalley al mismo tiempo que él la vio. Tenía una rubia voluptuosa colgada de su brazo. Cash se dio vuelta , tal vez intentando evitarla.
Ignorándolo, Bonnie subió al cuarto e comenzó a leer un libro llamado "la mujer Moderna en un Mundo de hombres" . En la conferencia, ella había planeado apoyar el movimiento sufragista, pero la disputa con el empresario de boxeo se había convertido en una prioridad.
Después de algunos minutos, se cansó de la lectura, deseando tener algo más para hacer. Oyó una canción a lo lejos, que hablaba de bailes y de corazones rotos. Su corazón sólo había sido partido por la muerte de Danny. Nunca se había enamorado de ninguno de sus maridos. Hans le había ofrecido refugio en un momento de necesidad; siempre le había estado agradecida, pero no lo había amado. Había creído estar enamorada de Clint Purdy, quien la había cortejado y se había presentado como un hombre respetable. No se había dado cuenta que el interés de él era otro. Pensando en eso, notó que McCalley se parecía mucho a Clint. En cuanto a bailes, tenía escasas oportunidades de ir. Era muy posible que el empresario de la violencia estuviese con la rubia en uno de ellos en ese mismo momento. Bonnie suspiró. no había mucho que hacer en Shot Gun, pues todos vivían demasiado ocupados con el trabajo en las granjas. Por eso mismo se había ofrecido para cuidar temporariamente de la biblioteca. Amaba estar rodeada de libros.
Desde afuera oyó pasos y sonidos ahogados. Reconoció la voz de barítono de McCalley junto con la de una mujer. Oyó el ruido da puerta abriéndose. Entendió entonces que su cuarto estaba pegado al de él. Justo ahora que quería permanecer lo más lejos posible de él . Y lo peor era que McCalley había traído a una mujer!
Oyó el sonido de un gramófono viniendo del cuarto al lado. Cómo iba a dormir? Bien, solamente eran las siete de la tarde , no podría presentar un reclamo. Notó, entonces, que el pañuelo que había colocado en el ojo de la cerradura de la puerta comunicante se había caído. No quería que ese degenerado la espiase. Iba a colocarlo de vuelta cuando la curiosidad la llevó a mirar por la cerradura . No era nada ético, pero muy tentador. Y si él estuviese con una doncella en apuros? Una menor de edad que hubiese sido llevada por engaño? Una mujer que estuviese allí en contra de su voluntad? Debía averiguar.
Cuando miró , lo que vio le demostró que no se trataba de ninguna muchacha inocente. Era la rubia indecente que había visto abajo, ahora bailaba pegada a Cash. El le susurró algo al oído , y ella lanzó la cabeza hacia atrás lanzando una carcajada.

- Fifi, qué bueno que llegaste a la ciudad. Te extrañé mucho . - Cash dejó de bailar y la besó. Y que beso! Bonnie jadeó al ver como él le tocaba los pechos. - Fifi, sabes que me encantas , no?
Bonnie intentó imaginarse qué le encantaba de ella , algo que tenía que ver con el sexo , con certeza . De repente se sintió acalorada. Nadie jamás la había besado así, ni sus maridos. Comenzó a transpirar, con ultraje e indignación. Esa mujer sólo podía ser una ... Cómo se atrevía a traer a una prostituta a un hotel familiar y respetable ? Indignada, metió el pañuelo en la cerradura , sintiéndose un tanto avergonzada por haber espiado.

Tal vez debería hacer algo para rescatar a esa mujer , pero con el oído pegado a la puerta, entendió que ella no quería ser salvada. Qué oprobio! Qué indecencia!
Indignada, Bonnie bajó al vestíbulo del hotel y se presentó al hombre detrás del mostrador :
- Soy la señora Purdy, estoy con la conferencia de las Damas de la Estrella Solitaria. Hay algo muy escandaloso está sucediendo en el cuarto 203 A. Un hombre está con una mujer y me temo que le esté haciendo ... mal.
- Quiere decir... que va a matarla ? - el hombre preguntó alarmado .
- No... Que va a seducirla .
- Cuál es el cuarto?
- El 203 A. Es mejor que se apure, antes que algo suceda y con eso manche la imagen de este hotel.
- Si, señora. - El empleado subió, seguido por Bonnie. Cuando golpeó la puerta de Cash, ella se escondió en su propio cuarto, pegó el oído a la puerta y prestó atención.
- Vayase, estoy ocupado! - gritó Cash, contrariado. - Qué mierda quiere ? Estoy muy ocupado!.
Bonnie oyó al empleado disculparse por la interrupción , pero le informó que había habido un reclamo de una señora quien , probablemente, lo había visto entrar acompañado.
- Así no puedo . Me voy - dijo Fifi.
- No te vayas, ya me lo saco de encima - le imploró Cash.
- Hum, no sé ... tal vez... - ella se dio vuelta y partió.
Bonnie espió por la puerta entreabierta cuando Fifi salió, acomodándose el vestido desaliñado. Cerró la puerta y sonrió . Continuó escuchando la conversación entre los dos hombres.
- Quién carajo presentó el reclamo , Murphy?
- Una viudita medio tímida, muy decente y respetable. Cash gimió.
- Ya me imagino quien es. No le basta con meterse en mis negocios, ahora quiere meterse en mi vida personal.
- Vas a volver a encontrarte con Fifi? - preguntó el empleado .
- No escuchaste lo que dijo ? Creo que mi diversión se acabó por hoy.
- Los muchachos están muy entusiasmados con la pelea. Ya hay apuestas.
- Si , mañana a la tarde me voy a encontrar con la señora Pendigast para cerrar el negocio. Ahora creo que voy a ir al bar. Quieres bajar conmigo? - Cash dijo .
- Por supuesto - Murphy respondió y los dos bajaron . Dos horas más tarde Cash volvía al cuarto, seguramente muy furioso. Menos mal que él no sabía que Bonnie se encontraba en la habitación contigua . Ella verificó si la puerta comunicante estaba trancada y se preparó para dormir. Pero no lograba conciliar el sueño. Intentó concentrarse en la reunión del día siguiente, pero sólo se quedó acostada recordando lo que había visto por el ojo de la cerradura.
Cuando, finalmente, se durmió, soñó que era ella quien estaba en los brazos de Cash y quien recibía sus besos. La boca era caliente, la lengua le acariciaba los labios mientras sus manos deshacían su rodete . El abrazo era firme, para que ella no se escapase. Los dedos se movían sobre los pechos y ella temblaba de deseo, queriendo que él explorase todo
su cuerpo y más.
Con un sobresalto, Bonnie se despertó temblando y jadeando. El cuarto estaba caluroso , pero no tan caliente como su cuerpo. Arrojó las sabanas, se levantó de la cama y abrió la ventana. Nunca había tenido un sueño erótico y el hecho que el protagonista fuese Cash la enervaba todavía más.

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