domingo, 12 de octubre de 2008

LA TRAMPOSA - CAPITULO 27

Capítulo 27

A PHILOMENA NO LE GUSTÓ LA EXPRESIÓN PRESUMIDA en la cara de la nieta de Kabayn . La muchacha estaba tramando algo. Nunca debería haber dejado que ella regresase a la casa de Nicholas Grimshaw con sólo una miserable mascota como rehén de la negociación . A pesar de las amenazas de Philomena, ese despiadado funcionario del condado podría estar viniendo a la mansión en ese mismo momento.
Pero Philomena no tenía otra elección. Necesitaba desesperadamente esa llave. Era la única forma de abrir la celda donde había confinado a su marido. Si perdía esa llave , si su marido no era “milagrosamente devuelto” a Torteval después de la muerte de su padre, ella se arriesgaría a perder toda la herencia. Y ella había trabajado mucho más bastante y duro en este esquema para hace eso.

Entonces mientras cruzaba través de los arbustos altos del campo que quedaba detrás de la mansión Torteval e iba hacia el viejo molino, ella escudriñó el bosque semi tapado por la niebla y se preguntó si el siniestro funcionario estaría acechando en las sombras.

Cuando finalmente Philomena apartó de un empujón a Desirée en la puerta del molino, y la cerró con un golpe detrás de ellas, la muchacha la sorprendió dando varios pasos hacia atrás y poniéndose lejos alcance de daga.

Philomena se habría acercado de modo amenazador hacia ella, pero su nariz comenzaba a verse afectada por presencia de ese maldito gato , y ella estaba repentinamente se vio abrumada por la inminente necesidad de estornudar.

A través de sus ojos llorosos vio que Desirée sacaba a la bestia de dentro del costal colgado de un gancho en la pared. Cuando la muchacha se agachó en el piso y aflojó la parte superior del costal, Philomena sospechó que la muchacha podría usar a la bestia como un arma, lanzándose esa cosa espantosa a la cara. Philomena se irguió hacia atrás y lanzó la daga que tenía en la mano hacia el animal, al mismo tiempo que se sacudía con un estornudo.
La daga se clavó el piso, sin acertar al gato, quien se movió a toda velocidad a un rincón oscuro del molino. Sólo entonces Philomena se dio cuenta de las consecuencias de su acto impulsivo.
La nieta de Kabayn, dándose cuenta de su ventaja repentina, sacó la daga del piso , con una sonrisa de victoria, la blandió delante de ella .
“Creo que mi posición se ha alterado, ” ella dijo, mostrando el cuchillo de manera amenazadora.
Philomena comenzó a temblar con furia y frustración. ¿Por qué todo tenía que ser tan complicado? Era mucho pedir que las personas se muriesen cuando se suponía que debían morir , que los sirvientes obedeciesen sus órdenes al pie de la letra, y que no existiesen sorpresas desagradables. . . o gatos?
“No seas tonta ! ” ella replicó. “ Ya tienes a tu maldito gato . Todo lo que quiero es la llave . Si creas mas problemas ...”

“Quiero el juego de damas.”
“¿ Qué?”
“ El juego de damas de Nicholas Grimshaw. Sus hombres lo robaron.”

Philomena estrechó sus ojos . Recordaba ese juego de damas . Los sirvientes habían estado jugando a las damas en el gran salón . Ella se los había quitado, porque los estaba distrayendo de su trabajo. Luego había resuelto conservarlo para sí misma, pues esa artesanía era demasiado fina para ser tocadas por las manos mugrientas de los sirvientes.

Philomena se mordió el labio. Si hubiese estado en cualquier otra circunstancia, le habría dicho a la muchacha que no, y tendría que encontrar alguna forma de matarla en el acto, y luego sacarle a a la fuerza la llave de entre sus dedos cadavéricos. Pero no podía darse el lujo de cometer más errores a esa altura.

Las cosas ya se habían descarrilado demasiado . Demasiada gente sabía de sus planes. Había tenido que matar al maldito abogado con sus propias manos. . Ahora, no sólo tenía que acelerar la muerte de su suegro, sino que tenía que encontrar la manera de deshacerse de los testigos.
Y ya había demasiada sangre en sus manos .
Quizá si esta vez cediese, y le diese a la muchacha ese maldito juego de damas, ella se iría.
“Muy bien, ” Philomena replicó . “ Tendrás tu estúpido juego . Pero tendrás que ir al salón para buscarlo, y si estás pensando en algún tipo de trampa, te juro que te meteré en un costal y lo echaré al río.” Ella puso énfasis a su amenaza con un estornudo que sacudió su cuerpo y que hizo que el gato se escapase del molino pasando por debajo de la puerta.

Las cosas fueron bastante bien en el camino hacia el salón . La muchacha no intentó ningún truco , y el funcionario no apareció de repente desde el bosque. Cuando entraron al solar, Philomena había comenzado a pensar que había sobrestimado la capacidad de la muchacha. Quizá ella simplemente quería el juego.

Luego ella cerró la puerta, y todo cambió.

Cuando Philomena le extendió el juego con una sonrisa insincera y por fin vio la llave en la palma de la mano, ella recibió una advertencia muy importuna.
“Si yo fuera usted usaría esta llave lo mas pronto posible .”
Ella sonrió burlonamente. “No sabes para qué es la llave .”
“Yo no , ” ella admitió. “Pero Nicholas Grimshaw si.”

Por un instante, la sonrisa presumida en la cara de Philomena se congeló. Su corazón se paralizó. “Ya veo, ” ella logró murmurar.
“Después que el funcionario partió para su trabajo esta mañana , le hice una visita a su marido.”
La boca de Philomena se puso seca.
“Él me contó todo , ” Desirée continuó. “Cómo fingió su secuestro y lo confinó porque él no tenía el estómago para llevar a cabo sus planes de envenenar a su padre. Como Lord William creyó que su hijo estaba muerto, citó a su abogado que volver a escribir su testamento , no nombrándolo a él como heredero , sino a su sobrino . Y fue usted, no Hubert Kabayn, quien asesinó al abogado y destruyó ese testamento . Y que después de que su padre haya muerto , usted tiene intención de escenificar “ el regreso milagroso” de George para reclamar su herencia, la cual usted espera que él comparta generosamente .”
Philomena comenzó a temblar mientras planes iban siendo develado delante de sus ojos. Miró hacia abajo , al cuchillo, todavía asido firmemente por la muchacha. ¿Podría vencerla físicamente , recobrar la daga, y silenciar para siempre a esa perra impertinente?
“ Ni lo pienses, ” Desirée dijo, colocando el juego de damas debajo de su brazo y blandiendo el cuchillo. “Si no regreso, entonces el funcionario sabrá quien es la culpable. Y no pienso que podrás despojarlo de su puesto cuando el nudo corredizo de la horca se deslice alrededor de tu cuello.”
Philomena estaba mareada. Todos sus planes. . . Tanta paciencia. . . Tanta persistencia . . . ¿ Todo eso para nada?

A pesar del pánico invadiendo su cuerpo , no podía perder el control ante semejante daño . Ni podía permitir que el miedo la paralizara. Necesitaba tiempo para pensar.

“ Un delincuente astuto sabe cuando el juego se terminó , ” la muchacha añadió . “ Has perdido. Abandona tus planes. Libera a tu marido. Al muy tonto todavía le importas . Quizá te perdonará.” Luego ella apretó la empuñadura de la daga : “Pero quiero que sepas esto. Si continuas con esto , entonces te veré colgada en la misma horca donde Hubert Kabayn dio su último aliento.”
Con esa horrenda promesa y una inclinación de cabeza breve , la muchacha se marchó dejando a una Philomena jadeante y conmovida. Pero la conmoción pronto fue reemplazada por la furia, y una vez que la muchacha estaba afuera , Philomena desahogó su frustración en el cuarto, tumbando velas al piso, empujando las sillas y lanzando la loza contra las paredes .
Su único arrepentimiento después , cuando se quedó jadeando en medio de la destrucción del solar, fue que su empleado no hubiese estado allí y que ella hubiese podido desahogar su furia en él. De ese modo habría podido conservar sus bellos objetos.

Mucho mas calma después del acceso de ira , Philomena comenzó a pensar más claramente. Era absurdo y ultrajante pensar que esa mocosa arrogante podía tener el control de la situación ahora . El mundo giraba en torno a los deseos de Philomena, porque ella siempre había logrado ser más lista , adular , amenazar o intimidar a aquellos que se interponían en su camino . Ella había golpeado, había secuestrado , y había asesinado a varios hombres para lograr sus fines. Y no estaba dispuesta a dejarse dominar por la astucia de la nieta de un ladrón .

De alguna manera debía existir una forma de salir de todo eso. En verdad, en poco tiempo, una idea comenzó a cobrar forma en su cerebro.
Quizá no todo estaba perdido. Quizá había una forma de conservar al menos en parte su plan original y librarse de esa muchacha molesta de una vez por todas. Implicaría asestar el golpe en el momento adecuado , un gran sacrificio , y muchos riesgos, pero finalmente podría obtener aquello que había deseado todo el tiempo.
Si la muchacha había visitado a George esa mañana . . . . . Y lo dejó había dejado solo en la celda. . .
Era el momento de hacerle una visita final a Lord William.
Una hora más tarde, Philomena canturreaba una melodía mientras salía paso de su habitación con un frasco vacío. Con la cantidad de arsénico que había colocado en el vino esa vez, él seguramente estaría muerto para el atardecer . Casi deseó poder quedarse para actuar el papel de la hija acongojada y observar la agonía final, antes de la muerte .
Era lo mínimo que se merecía por haber soportado la indignidad de ser reemplazada como heredero en favor de un sobrino.
Pero tenía otras cosas que atender.

Agarrando un cuchillo de la cocina, ella se puso la capa y se puso en marcha hacia la vieja cárcel de Canterbury con paso enérgico. Cuando llegó a ese lugar horrible, casi no tenía aliento y estaba empapada en sudor. Arrugando su nariz, ella entró en el lugar oscuro, inmundo y húmedo .
Siempre había tenido intención de matar a su pobre marido , después que él heredará la riqueza de su padre. La perturbaba el hecho de matarlo antes que Lord William estuviese muerto, cuando todavía quedaba una mínima posibilidad de que reformulase el testamento . Pero no tenía mas opción. Su esperanza ahora era acabar con todo eso rápidamente.
“¡Carcelero!”
Cuando el carcelero se acercó cojeando, ella tuvo el deseo de apartarlo de un empujón y clavarle la daga en su barriga llena de grasa. Pero lo necesitaba como un testigo , entonces Philomena contuvo su impulso .
“ Mi lady , ” él dijo con sorpresa.
“Estoy aquí para verlo.”
“¿Otra vez?”
“¿Cómo que, otra vez?”
“Su criada vino a averiguar sobre el estado de él hoy más temprano.”

“¿ Mi criada?” ella demandó fingiendo confusión. “ Yo no envié a ninguna criada.”
Él se encogió de hombros. “Ella tenía la llave.” Él estrechó sus ojos con desagrado. “Y esa muchacha atrevida le dio mi cena. Mi cena ... imagínese .”
Philomena se mordió la lengua . Ella pensó que su capacidad para contenerse era admirable. Pero había obtenido lo que quería. El carcelero podía reconocer que había visto a Desirée allí esa mañana .
Sacudiendo la cabeza, ella le hizo una seña para ir hacia la celda, asegurándose que el carcelero se quedase afuera para oír cuando abrió la puerta.
Fue directamente a enfrentar al ocupante de la celda. Oyó a George jadear “ .... Mena?”
Y luego él no respiró más.
Ella cortó su garganta rápidamente para que no hubiese gritos. Luego, cuando él cayó al piso, ella se inclinó al lado de el cuerpo en agonía , y procedió a apuñalarlo debajo las costillas varias veces. Seguramente una de las puñaladas le perforaría el corazón.
Intentó no pensar en toda la sangre. Finalmente sus ojos se pusieron en blanco , y él dejó de contorsionarse.
Estremeciéndose de disgusto , ella soltó la daga sobre el piso y dejó escapar un grito chillón.
El carcelero llegó corriendo . Ella medio se arrastró hacia la puerta mientras él entraba precipitadamente. La puerta se abrió de par en par , revelando el horripilante asesinato.

El carcelero se quedó sin aliento. “¡Jesús !”

Philomena se aferró histéricamente a la ropa del carcelero y sollozó, “ él está muerto!
¡Él está muerto! ¡Oh, Dios mío, está muerto!”
Los ojos del carcelero se abrieron con pánico mientras la miraba . “ Usted lo . . .”
“ Debió haber sido esa mujer ! ” ella gritó . “¿Quién es ella? ¿Quién vino esta mañana ?”
Ella lo soltó y enterró su cara en sus manos ensangrentadas. “¡Por Jesucristo ! ¡Ella lo mató! ¡Ella mató a mi marido!”

Afortunadamente , el carcelero era lo suficientemente idiota como para tomar sus palabras literalmente. Él observó la cruenta escena delante de él, murmuró insultos entre dientes , y luego se rascó la mandíbula pensativamente. “ Por Dios, mi lady , no estoy seguro quien es ella .”
“Oh, Dios mío ! ” ella gimió. “¡Oh, Dios Mío!”
Él frunció su ceño . “Pero ella tenía la llave, mi lady . Y recuerdo su apariencia .”
Eso era todo lo que Philomena necesitaba . Después de varios sollozos obligatorios, ella persuadió al carcelero de acompañarla para ver al alguacil para que pudiese describirle a la asesina.
Fue ridículamente simple. Philomena lloró lastimosamente delante del alguacil, lamentándose por el hecho que tras tantos meses buscando a su amado marido y cuando finalmente había encontrado el lugar donde sus secuestradores lo habían confinado, , ella había llegado a la vieja cárcel sólo para encontrarlo muerto mientras su suegro agonizaba en su lecho de muerte.
El carcelero supo que no debía cuestionar su historia. Le gustaba la idea de ser el héroe del momento . Y describió lo poco recordaba de la apariencia de la muchacha - su cabello oscuro, su capa oscura, su boca bonita - Philomena sutilmente fue aportando detalles que irrevocablemente incriminaba a la criada del funcionario .
“Desirée Kabayn, ” ella jadeó ante la revelación, apoyando una mano encima de la manga del alguacil. “Pudo haber sido ella. Ella es la nieta de ese hombre que cometió el asesinato en Torteval.” Philomena frunció el ceño, como si tratase de encontrarle sentido a todo. Luego jadeó y llevó una mano a su garganta. “¿Puede haber sido ella quien secuestró a mi marido en primer lugar?”
El alguacil frunció el ceño . “Lo dudo . Ella es una muchacha de buen carácter. No creo que ella. . . ” Él cortó su frase, y una expresión muy peculiar apareció en su cara, una que lo empalideció drásticamente . “Dios Santo . Ella me preguntó sobre la vieja cárcel esta mañana .”
Philomena reprimió una sonrisa. Eso iba mucho mejor de lo que había esperado. Era como si la estúpida muchacha hubiese colocado el nudo de la horca alrededor de su propio cuello.
Ella cerró su puño en la manga del alguacil. “ Dios santo , si ella secuestró y asesinó a mi marido, entonces hay que detenerla antes que mate a mi ... ” Ella soltó un sollozo, golpeando ruidosamente una mano contra su pecho.

Luego ella agarró con ambos puños la manga del alguacil . “¡No la deje, se lo pido! ¡ Debe hacer algo! Debe ...”
El alguacil amablemente quitó sus manos de su ropa . “No se preocupe , mi lady . La detendré inmediatamente .”
Eso no bastante bueno. Tenía que estar segura que el funcionario del condado no tuviese la oportunidad de intervenir a favor de la muchacha, y Philomena no descansaría hasta que supiese que Desirée Kabayn fuese silenciado para siempre.
“Caballero , ” ella dijo suavemente, apretando su mano en las suyas , “ mi padre político se está muriendo en este mismo momento . ¿ No Puede hacer nada para acelerar la ejecución ? Sería un acto de buen corazón enviar a la asesina de su hijo al infierno antes que él ascienda al cielo.”
El alguacil se puso incómodo con esos planes tan apresurados, pero sabía que el dinero de los nobles Torteval sostenían a la aldea de Canterbury. “El funcionario no está en la ciudad, pero supongo que puedo reunir los testigos, puedo obtener evidencias . Si ella se declara culpable ...”
“¿La puede colgar esta misma noche?”

Él se sobresaltó , quitando su mano. “¿Esta noche? ¡No, mi lady ! No hay tiempo para preparar la ejecución . Necesitaré llamar al ejecutor de Rochester.”
¡Maldición con la burocracia de la ley!
“Mañana , entonces.”
Su semblante ceñudo se profundizó . “¿Mañana? Es sábado, mi lady .”
Su mentón comenzó a temblar con ferocidad, pero ella le hizo creer que era porque estaba por llorar .
“Se lo ruego , alguacil, concédame esta una petición. El sacerdote retrasará la misa a mi pedido . No sé si mi suegro vivirá después del sábado, ” ella gimió, ahogando un sollozo. “Por favor deje que él vea que se hace justicia para que pueda morir en paz.”
El alguacil realmente estaba disgustado. “ Al funcionario de Kent no le gustará esto.”

“¿Grimshaw?” Philomena refrenó la furia creciendo dentro de ella, sabiendo que el alguacil no sería conmovido por su furia. La forma más fácil de manipularlo era insultar su escaso poder. “ Pero alguacil, ” ella preguntó con mordacidad, “ el funcionario no considera que usted tenga alguna autoridad independiente de la suya?”
Él dejó escapar un suspiro de descontento. “Muy bien. Mañana .”
Philomena logró darle una sonrisa agradecida, aunque habría preferido ver a la muchacha colgada inmediatamente , antes de que el funcionario volviese a su casa.
Por otra parte, no quería privarse del espectáculo de observar a Nicholas Grimshaw siendo forzado a enviar a su amante a la horca. Era muy tentador la idea de unirse a la chusma del pueblo esta vez y asistir a la ejecución. Muy tentador.
“Una cosa más, ” ella dijo. “ Sin duda el funcionario será. . . Renuente. . . a ahorcar a su criada. Por favor asegúrese que él no vea la orden d ejecución hasta el último momento posible.”
****

Como Nicholas había esperado, sólo había castigos menores para ser administrados en Chilham, lo cual era algo bueno , porque había descubierto, para su gran preocupación, que la llave que le había confiscado a Desirée faltaba de su bolso . Esa diablilla de dedos ágiles de alguna manera había logrado robarle la llave.
Sabiendo que ella sería incapaz de resistir la tentación, estaba seguro que Desirée había ido a la vieja cárcel de Canterbury para saber el si la llave encajaba en el cerrojo.
Cómo Hubert Kabayn había obtenido la llave él no lo sabía , la vieja cárcel había estado desocupada por mucho tiempo. Había sido rodeada por una empalizada para marcarla como un lugar peligro, y sólo un tonto entraría a ese edificio en ruinas a punto de desmoronarse. Un tonto o una muchacha muy terca.
Era casi el atardecer cuando llegó a Canterbury, el alguacil aparentemente lo había estado esperando en el plaza . El hombre parecía inusualmente inquieto mientras llamaba a Nicholas con señas. Nicholas notó que sus ojos estaban hinchados.
“ Qué te sucedió en los ...”

“No es nada .” El alguacil contestó , luego le dio a Nicholas un rollo de pergamino . “ Hay una orden de ejecución en la horca. Es para mañana .”
“¿Mañana?” Nicholas frunció el ceño. “Es Sábado.”
“Es una situación especial, un asunto muy urgente , ” él dijo secamente. “El delito fue cometido esta mañana . La denuncia y los testigos vinieron esta tarde.” Él evitó los ojos de Nicholas cuando agregó, “ La ejecución debe ser llevada a cabo mañana al amanecer antes de la misa.”
“Pero ...”
“ Podrías querer visitar a la prisionera. Ahora mismo .”
Antes que Nicholas pudiese contestar, el alguacil giró sobre sus talones y caminó enérgicamente .

Nicholas le observó alejarse . ¿Una ejecución en un día sábado? ¿Y con tan poco aviso ?
Era muy inusual . A veces se administraba justicia de un modo rápido cuando un muchacho era atrapado golpeando a un perro de caza o cuando una esposa era encontrada en la cama con otro hombre que no era su marido . Pero una ejecución en la horca. . .

“Por las Bolas de Satanás , ” él masculló.

Durante todo el camino de vuelta desde Chilham, él había esperado con ilusión ver a Desirée - eso era, si la muchacha traviesa no se había sepultado a sí misma debajo de las ruinas de la vieja cárcel . Tenía intención de darle un regaño por haberle robado la llave de su bolso . Luego la castigaría. Creía que la muchacha merecía cien látigos. Eso lo había hecho sonreír , pensando en tenía intención de usar esos látigos.
Pero ahora sus planes habían sido alterados . ¿Qué había querido decir el alguacil al sugerirle que visitase a la prisionera? Ciertamente él sabía que era una costumbre Nicholas pasar con el condenado la noche anterior a su ejecución. Era una cortesía que él siempre había tenido con esos pobres hombres. Nunca había conducido a un hombre a la horca sin concederle algún tipo consuelo , sin ofrecerle algo de tranquilidad a su espíritu, y usualmente les ofrecía una gran cantidad de alcohol . No podía perder la costumbre de esa cortesía ahora, sin importar cuán fuerte fuese la tentación de volver a su casa para estar con Desirée.
Nicholas suspiró, dejando caer el pesado bolso de herramientas. Luego desenrolló el pergamino con la escasa luz del atardecer . ¿Quién era el desgraciado delincuente que el alguacil tenía tanta prisa en ejecutar?
Cuando vio el nombre en el pergamino, le pareció tan increíble, tan imposible, que había leído mal . Ahogando la risa , se frotó los ojos, alzó el pergamino hacia los últimos rayos de luz del sol, y miró de nuevo.

Desirée Kabayn.

Su mente no podía recobrarse , pero su corazón empezó a producir sonidos lentos duros y tan ominosos como un trueno.

No, él pensó.
Es un error.
O una broma.
Sí, era eso. El alguacil y Desirée le habían gastado una broma .
Pero mientras más estudiaba el documento, más rápidamente su corazón latía, y mientras se daba cuenta que no era una broma , sino una verdad escrita en una orden judicial, una orden judicial que demandaba la ejecución de Desirée Kabayn por el asesinato de Lord George Torteval.

Repentinamente no pudo moverse, no pudo respirar. Su corazón se le clavaba contra las costillas, y un profundo temblor dominó sus huesos. Estupefacto, Nicholas nunca advirtió que el pergamino se resbalara de sus dedos helados.

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