miércoles, 22 de octubre de 2008

SALVAJE - CAPITULO 8

Capítulo 8



Teleri se movía metódicamente, intentando no entrar en pánico, mientras clavaba estacas en el centro del círculo de piedras en la meseta sobre el valle. Usaba una roca plana para clavar las estacas , luego ató las manos del caballero de modo que él quedase acostado sobre su espalda. Ella levantó las rodillas de él un poco y luego le ató lo pies juntos a una sola estaca.

Cuanto mas llena y alta la luna, más fuerte sería el poder curativo de las piedras. Un cuarto de luna era suficiente para curar a un faisán, pero ella nunca había intentado curar a un ser humano.

A veces las piedras funcionaban y a veces no. Era como si Dios eligiese cuando ejercer el milagro de la vida, incluso entre esas enormes piedras de granito.
Teleri cayó de rodillas al lado de él y abrió la bolsita con piedras, y las colocó en su mano. Cada una tenía una marca . Por ensayo y error había aprendido cual era el orden en que debía ponerlas.

Una por una, puso cada piedra con su símbolo sobre el pecho del inglés, siguiendo la forma de la luna. Luego se enderezó, todavía de rodillas, pero con la espalda recta. Levantó su rostro hacia la luna y extendió sus brazos a los costados . Tomó algunas respiraciones profundas. Y rezó.


Su piel está fría pero él siente que quema. Le duele al tragar. Cada vez que intenta tragar siente como si tuviese fuego en los oídos. Está acostado sobre algo duro ? Rocas?
¿Qué están haciendo con él? ¿Está muerto? ¿Piensan que él está muerto y en verdad no lo está?
¿Ese es el cielo? Su piel está demasiado caliente. Debe estar en el infierno. ¿ Uno va directamente al infierno o pasa un tiempo en el Purgatorio , ese lugar que la Iglesia de Roma siempre menciona.
No puede moverse. No puede mover ni los brazos ni los pies para. El cuerpo no le responde. ¿Por qué?
Hace tanto calor. Luego el calor disminuye.
Rápidamente, demasiado rápidamente, y ahora tiene frío.
Una mujer se ha acercado.
Elizabeth?
No ella canta una plegaria.
Es una monja?
Tiene los brazos estirados , como Cristo.
El calor vuelve, y luego desaparece nuevamente . Pero ahora no siente frío.

Una extraña sensación lo envuelve , casi como si una nube lo rodease , como si estuviera siendo cargado por ángeles. La garganta todavía le arde, cerrándose, estrechándose , pero el dolor es cada vez más frío . Siente como si estuviese perdiendo capas de piel .
Algo líquido lo invade , no es sangre, sino algo claro y limpio… fresco, como agua bendita.
Su cuerpo está flotando. Levemente. Está elevado en el aire .
Una pluma.
Una estrella.
Un halcón volando hacia el cielo. El dolor desaparece. Entonces rápidamente ese momento mágico se evapora. Y luego él se queda dormido.


Teleri estaba sentada en un taburete de madera, su mentón apoyado sobre sus brazos en el antepecho de la ventana . Estaba tan cansado, tan adormecida que sentía como si no tuviese huesos.

Observó el horizonte del lado este , justo por encima de las copas de los árboles, donde estaba amaneciendo . Había un silencio absoluto en ese momento antes del amanecer, un momento en que todos en el mundo parecían estar dormidos.
Excepto ella.
Finalmente se enderezó, estiró sus brazos y se desperezó . Sacó los brazos por la ventana y cerró los postigos , y luego se dio vuelta.
El Inglés seguía durmiendo. Su respiración era regular , su sueño , tranquilo. Por primera vez, realmente parecía estar durmiendo y no estar muriendo.

La curación de los seres humanos no era una tarea fácil. Cruzó el piso de tierra para pararse al lado de él. Le hizo bien ver que el color de su piel había mejorado. Estudió su cara por centésima vez porque por alguna razón no podía desviar la mirada . Había algo en él que la atraía como las abejas eran atraídas a las flores.
Ocupaba mucho espacio con su gran cuerpo . Ella preguntó cómo se vería él de pie en esa habitación. Tenía rasgos muy finos. Para ser un inglés.

Su nariz no era ancha en la punta como la del Hermano Dismas en el Castillo Camrose , el monje que tanto le temía a su abuela. Su frente era firme y no plana como la de algunos de los granjeros de la aldea.
Su perfil le recordaba a los perfiles de los que había visto talladas en la puertas del priorato de Aberhorddu, un perfil fuerte y anguloso . El perfil típico de los reyes.
Le gustaba el color rojizo de su cabello, recordó el modo en que el sol había brillado sobre el cuando había estado en el otro margen del río
. El tenía pestañas muy largas. Eran oscuras, al igual que sus cejas, y parecían plumas contra su piel. Teleri se inclinó y pasó su dedo sobre las pestañas para ver si eran tan largas como parecían.
Realmente lo eran.
Ella sacudió la cabeza. Se estaba volviendo loca . Probablemente por falta de sueño. Pero antes de irse a acostar , ella se inclinó sobre él, y acomodó la manta tapándole los hombros. Luego se enderezó, y se estremeció un poco.
El aire en la cabaña estaba fresco. Teleri se masajeó los brazos mientras cruzaba hacia el rincón opuesta, donde había armado una cama de paja sobre el piso de tierra.

El Cerdo ya estaba allí, completamente dormido, roncando como siempre lo hacía. El Halcón estaba en su lugar habitual , sobre el lomo del cerdo dormido . Teleri se sentó en la cama de paja, Luego, se acostó de costado , su cabeza apoyada cerca del cálido vientre del cerdo .

Ella suspiró , porque ella sentía que realmente iba a a dormir, luego bajó la tela de su túnica hasta cubrirse los pies descalzos. Finalmente, puso sus manos debajo de su mejilla.
Un momento después estaba completamente dormida.

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