Capítulo 11
"No te muevas, Inglés!"
Roger observó a la joven que estaba sentada en un banco de madera y que lo mantenía a distancia con una horqueta que parecía el tridente del diablo.
Era difícil de creer que ella era la misma mujer que había visto en el círculo de piedras, con un faisán en su regazo , la mujer que le había acordar a las estatuas de María Magdalena y de Ruth.
La maldita ladrona de caballos.
Ella lo miró con un par de ojos agudos del color del bosque. Uno de esos ojos estaba magullado e hinchado .
Su cabello era de un extraño color, algo entre marrón , nuez y dorado, y tenía una salvaje melena de rizos , algunos de los bucles caían sobre sus senos y otros colgaban mas allá del asiento del banco.
Debía tener unos veinte años . Era joven y sus facciones bastante bonitas para ser una bruja. Vestía ropa tosca, pero parecía sorprendentemente limpia. Los dedos de sus pies descalzos se apretaban al travesaño inferior del banco , la única señal externa de que realmente estaba tensa.
Luego él miró hacia abajo y comprendió por qué.
No había cuerdas. No estaba atado al suelo . Ya no estaba amarrado.
Su mentón estaba levantado en desafío, sus ojos verdes estaban clavados en él, mirándolo con coraje, o quizá lo miraba intensamente, de la misma manera que un animal acorralado observa esperando el primer movimiento de su atacante.
Roger abrió la boca e intentó hablar. "Uhhhrrr". Un gemido salió de su boca
Ahora sonaba como si alguien le hubiese cortado la lengua.
Teleri lo miró sorprendida mientras él sacudía la cabeza como si con eso pudiese comprender mejor .
"¿Te duele la garganta?"
Él sacudió la cabeza e hizo una mueca , luego se sentó moviéndose lentamente hacia adelante .
Ella saltó fuera del banco , su rostro tenso y agitó la horqueta cerca de su rostro. "Te lo aviso, inglés. Si intentas dañarme o haces cualquier movimiento , voy a usar esto ".
Inglés. Ella usaba la palabra como si significase” sucio” . Roger miró la horqueta, su arma. Ella no era una mujer alta . Ella ni siquiera le llegaba a; mentón , el mentón lampiño que la ladrona de caballos y bruja galesa le había afeitado.
Una simple horqueta de madera no la protegería en caso que él decidiese hacer algo . El era uno de los caballeros de Edward, no un animales que ella podía capturar y mantener en una jaula , como lo hacía con el halcón , las liebre y el tejón.
Igualmente Roger no creía que pudiese hacer un movimiento rápido o controlado . Se sentía cabeza mareado por las drogas o por la caída , o por ambos, y la habitación todavía parecía moverse a su alrededor .
Un sudor frío cubrió su frente y su mentón, y el estomago se le subía hasta cerca de la garganta. Dios mío … si tuviera que vomitar con la garganta tan ardida .. ,sería la muerte . Roger tomó una respiración profunda.
" Te caíste de cabeza."
Él la miró lentamente . Por un breve momento la muchacha tenía dos cabezas, varias narices, y una cara borrosa.
"Te caíste del caballo", ella añadió, como si estuviera intentando ayudarlo a recordar.
Ah ! Roger recordó. La ladrona de caballos. Él frunció el ceño .
Ella no retrocedió ni avanzó . "Sin duda fue bueno que cayeras golpeando tu cabeza dura , inglés, de otro modo podrías haber resultado gravemente herido."
Roger le frunció el ceño , una acción que envió una puntada de dolor a la cabeza y a las sienes. Él hizo una mueca , dejó escapar un pequeño gemido de su boca seca.
Roger le dio una mirada que debería haberla fulminado en ese instante . Muchos hombres habían corrido ante esa mirada. Los cobardes huían del campo de batalla con esas . Sus hermanas solían salir disparando como gallinas buscando la protección de su madre.
Pero la bruja galesa sólo levantó su pequeño mentón , lo miró directamente a los ojos, y esgrimió el horqueta más cerca de su rostro.
Si Roger hubiese confiado en el poder de su mirada o en su fuerza física, se habría estirado y habría agarrado la horqueta , pero se sentía mareado por el modo en que ella agitaba el arma delante de sus ojos. Y no confiaba en que su cuerpo fuese a obedecer las órdenes de su cabeza .
" Tienes una deuda conmigo , me debes la vida."
Él la miró , no estaba acostumbrado a que le hablase con semejante coraje y arrogancia. Y mucho alguien que era nadie . Las única mujeres que le habían hablado así eran su madre y la Reina. Por lo general, las mujeres intentaban mostrarse sumisas.
Pero ella estaba parada en el centro de una cabaña de piso de tierra, erguida orgullosamente a pesar de su ropa de campesina y sus pies descalzos, con unas arrogancia confiada, como si no fuese una pulga intentando domar a un perro.
Llevaba un tosca camisa marrón y una túnica azafrán, atado a su cinturón colgaba una bolsa de cuero rojo . Esa bolsa le llamó la atención, ya que era un objeto valioso que contrastaba con su ropa sencilla.
Al igual que el caballo árabe, él decidió, esa bolsa de cuero muy probablemente era robada. Y no le gustaba que ella le recuerde lo que le debía, porque eso sólo le recordaba que había fracasado como hombre y como caballero. Y ningún caballero quería que le recuerden que es un ser mortal .
"Voy a hacer un pacto con vos , inglés ", ella dijo, su nariz levantada en el aire . "Puedes permanecer aquí hasta que estés mejor , luego podrás partir y nunca mas volver aquí".
Él no dijo nada.
"Y no te llevarás al Caballo con vos ", ella añadió. "Él es mío."
Roger sabía que él haría lo que se le antojara .
"Voy a compartir mi comida con vos . Te voy a ayudar a curarte , pero no me vas a pagar por haberte salvado la vida llevándote mi caballo."
Roger trató de decirle que ese caballo no le pertenecía.
"No trates de hablar, inglés. Pronto volverás a recuperar la voz."
Hablar ? Roger miró la mano que ella tenía levantada . Ella no era nadie para decirle qué hacer o no hacer . Intentó hablar, pero un gran nudo en su garganta no dejaba que las palabras saliesen. Todos los que emergía de sus labios eran sonidos guturales . Quería gritar maldiciones a los cielos por no poder expresar lo que quería decir .
Entonces, en vez de hablar , intentó ponerse de pie. Su gran altura le jugaría como una ventaja . Le demostraría que ella no podía darle órdenes.
Ponerse de pie fue un nuevo error. Se tambaleó con tanta fuerza que casi se cayó de cara al piso . Pero llegó hasta la pared y apoyó allí su peso.
Sintió un dolor agudo en su pie. La pierna cedió y no lo sostuvo . Roger cayó pesadamente sobre su trasero , luego bajó la vista y observó sus pies.
Uno de ellos estaba hinchado y tenía el tamaño de un repollo.
Entonces la miró a ella.
"¿Me olvide de mencionar que te lastimaste el pie?"
Roger trató de avanzar hacia ella, arrastrándose , pero se detuvo. Había estado atado como un animal en una trampa , se expresaba con sonidos que eran mas de un animal que de un ser humano . Lo único que le faltaba era arrastrarse en cuatro patas.
Se detuvo estando en cuatro patas , estaba furioso . Tomó varias respiraciones profundas para calmarse. Luego se sentó, sus manos apretadas en puños , y su mirada clavada en ella.
"Si quieres arrastrarte y volver al lugar de donde vienes, siéntete libre de hacerlo." Ella clavó la horqueta en el piso tierra y cruzó un pie descalzo sobre el otro. "O puedes quedarte aquí hasta que estés lo suficientemente bien como para volver a tu casa."
Un silencio absoluto llenó el cuarto . Había una tensión viva entre ellos.
“ He oído que ustedes los caballeros ingleses tienen un código de honor. Debes darme tu palabra de que no te llevarás el caballo ".
¿Qué sabía ella de honor? Una muchacha que robaba caballos , bolsos y todos los animales que había traído del bosque. Ella lo había tenido atado como a un animal , y ahora estaba esperando y exigiendo que él hiciese un juramento.
Tenía pocas opciones . Roger miró su pie hinchado. Todavía le dolía el cuello , la garganta y la cabeza. Se sentía débil y lento en sus reflejos . No le gustaba el ultimátum de esa muchacha , y no quería darle nada salvo problemas porque eso era lo ella merecía. Sin embargo, su sentido común le decía que por el momento, tenía pocas opciones.
"¿Estás de acuerdo, Inglés? ¿Me das tu palabra?" Ella ladeó la cabeza y le dio una mirada que lo desafiaba a decir que no.
Un silencio largo se estableció entre ellos dos .
Roger cerró los ojos con frustración. Y asintió.
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