miércoles, 22 de octubre de 2008

SALVAJE - CAPITULO 7

Capítulo 7


El caballero inglés tranquilo estaba más la mañana siguiente, y su piel se sentía más frío al contacto. Después de tres noches su barba prolijamente recortada había crecido y comenzaba a rizarse , lo que hacía difícil la limpieza de la herida del cuello , sobre todo porque la herida se había hinchado.

Entonces Teleri le había afeitado la barba con un cuchillo afilado. Esa había sido una tarea complicado, ya que ella sólo tenía un buen sano . El otro ojo, el que el inglés le había golpeado, estaba tan hinchado como su cuello y le dolía al contacto.

Teleri colocó un tazón de madera con agua fresca y tuvo que echar a las molestas ardillas para que no perturbasen al enfermo . El Cerdo estaba en el rincón opuesto comiendo raíces diente de león y ignorándola, lo cual era su castigo porque Teleri no le prestaba atención a él.

Como de costumbre, el halcón que no volaba estaba posado sobre el lomo del cerdo como si hubiera echado raíces allí. Todos los otros pequeños animales estaban en sus jaulas o fuera de la cabaña. Los gorriones curiosos estaban sobre el alféizar de la ventana picoteando los pedacitos de pan seco que ella les había dejado.
Teleri empezó la tarea lenta y cuidadosamente, sumergió el cuchillo en la fuente de agua fría luego pasó la hoja lentamente a lo largo de su piel. Él no se movió , lo que era una suerte porque la única práctica que ella había tenido en ese área habían sido las pocas veces que había afeitado el pelaje alrededor de una herida de un zorro o una ardilla.

Cuando pasó la hoja con más fuerza por su áspera barba y la piel hizo un sonido ronco , parecido a la voz del caballero . Le afeitó el mentón y el costado hasta la mejilla . La tarea era más difícil alrededor de su boca.

Mordiéndose el labio inferior durante un breve momento, ella miró fijamente su boca, intentando decidir exactamente cómo sacar el vello grueso. Finalmente ella pellizcó ligeramente su labio con dos dedos y movió la hoja despacio y con precisión sobre la piel.
Cuando terminó ella se arrodilló y soltó un suspiro de alivio. Listo.
Lo miró fijamente .
Para su sorpresa y consternación, las barba rojiza no servía para ocultar un mentón débil , sino que escondía algo más. El inglés era un hombre guapo, muy guapo.

Su rostro anguloso , sus facciones parecidas a las de un halcón. Mejillas hundidas donde la barba ha estado y labios y boca obstinadamente firmes incluso en estado inconsciencia . Había una pequeñas líneas en las esquinas de sus ojos, líneas que decían que ese hombre se reía frecuentemente.

Sólo por un instante, ella se preguntó de qué se reía ese hombre . Se reía con sus hijos? Con su esposa? No llevaba anillo de matrimonio, ni siquiera un anillo de sello.
Sus cejas eran más oscuras que su barba, pero igualmente de un color rojizo oscuro como su cabello. Si alguna abría sus ojos, ¿ de qué color iban a ser?

Su piel que había estado más fresco esa mañana, debía haberse sido tan enfriado con el aire de la noche, porque al mediodía ya estaba febril otra vez . Un rubor se propagaba desde su cuello hasta su frente y unas gotas de sudor cubrían su rostro.

Teleri preparó una sopa de vegetales con ajo, mostaza y trébol dulce, luego se la dio de beber en la boca para aumentar su fuerza para luchar contra esa fiebre recurrente. Le lavó el rostro, y luego le aplicó una nueva pomada en el cuello.
Más tarde ese mismo día, cuando nuevamente se puso inquieto, ella le cortó la túnica y le colocó paños húmedos sobre su amplio pecho.
Por la noche, el inglés forcejeó una y otra vez con las ataduras que lo sujetaban , y ella no tuvo más remedio que acostarse sobre él nuevamente para poner fin a su agitación . Fue tan extraño, pues tan pronto como ella apoyó su mejilla sobre su pecho desnudo, él se calmó repentinamente , y, una vez más, Teleri levantó la cabeza y lo observó para ver si él todavía estaba vivo.

Él dijo una sola palabra. Y su expresión era atormentada, una expresión de intenso dolor y angustia .
La palabra era el nombre de una mujer. El sonido salió de sus labios de forma suave, casi tierna , y sin duda, amorosa.

Luego, lágrimas salieron de sus ojos, a lo largo de esas líneas de risa , cayendo a lo largo de sus sienes, luego se resbalaron hacia su cuero cabelludo, donde desaparecieron como si nunca hubiesen estado allí.


Elizabeth estaba de pie en la puerta de la sala. Una capa azul cubría su cabello y arrojaba sombras sobre su cara. Él no la había visto en
dos semanas . No había dormido con ella por mucho más tiempo. El pasa las noches despierto pensando en ella. Es su cara la que ve cada vez que cierra los ojos, como si lo largo de los años su imagen hubiese estado grabada en su mente . Ella es dueña de su corazón, y lo ha sido por lo que parece ser una eternidad . Él ha esperado tanto tiempo para verla nuevamente . Y ahí está ella.

Ella susurra su nombre y él camina hacia ella, toma sus manos entre las suyas. Él ve que ella está llorando. El trata de retenerla , pero ella se suelta, le vuelve la espalda rapidez . La luz se hace mas débil borroneando la imagen.
"No puedo verte nuevamente , Roger."
Él escucha las palabras pero no las cree, no de parte de Elizabeth. Ella le pertenece y siempre ha sido suya.
"No, Elizabeth,” él le dice riéndose. " No hablas en serio ."
Ella se da vuelta nuevamente. Sus ojos están secos porque ahora ella está enojada . "Hablo en serio . Pero vos no me escuchas, porque no es lo que quieres oír. Por eso he esperado tanto tiempo en venir ha hablar con vos ."
"Te voy a escuchar . Dime cuál es la razón es que te hace pensar que no me vas a ver nuevamente ."
"La mejor de todas las razones." Ella hace una pausa y le da una mirada directa. "Hugh está de vuelta."
"Tu esposo está muerto".
Ella sacude la cabeza. "Él estuvo secuestrado hasta que se pagó el rescate a Neville. Estuvo enfermo mucho tiempo, pero no murió."
Sus palabras eran como manos asfixiando su garganta. "No amas a Hugh Bigod".
Ella desvía la mirada . "No sabes lo que sucede entre Hugh y yo. Vos, Roger, no sabes lo que hay o no hay entre mi marido y yo ."
"Siempre me has amado."

Ella apoya sus dedos sobre una mesa de madera. "No creo que lo vos y yo tuvimos fuese amor, Roger." Ella lo mira a los ojos . " Vos eras demasiado joven cuando nos conocimos. Ni a vos ni a mí nos gustaba que nuestros padres nos dijesen a quien se podía amar o no amar. Eso es lo que teníamos en común".
El cierra la distancia entre ellos. Él sabe que lo que siente es amor. La fuerza a darse vuelta y la besa para demostrarle lo que verdaderamente existe entre ellos . Esa cosa que lo carcomía día y la noche como algo que estuviese vivo en la parte más profunda de su ser . Si eso no era amor, entonces él debía estar loco.
Ella no responde a su beso. Ella no hace nada, sólo se queda allí. Desapasionada. Fría.

Él la mira directamente a los ojos, deseando ver su necesidad .
Pero en esos ojos no hay amor. No hay nada que él quiera ver allí.

Peor todavía. Lo que él ve en sus ojos es lástima. Él maldice y se aleja antes de hacer algo tonto como golpearla . "No tienes que elegir entre nosotros, entre Hugh y yo. Voy a permanecer en tu vida, aunque Bigod todavía sea parte de ella."

"Sí. Vos estás dispuesto a permanecer . Pero Hugh no. Y yo me niego a engañar a mi marido deliberadamente. Él es mi marido. Ante los ojos de la ley y ante Dios. Él es un hombre bueno, Roger, y yo no voy a herirlo ."
"Pero eliges herirme a mí ".
"Búscate a alguien que te ame del modo que mereces ser amado."
"Ya lo hice,” dijo ella.
Ella negó con la cabeza. " No , Roger, es persona no soy yo ." Ella camina hacia la puerta. "Adiós, Roger. Te deseo lo mejor." Elizabeth se va y cierra la puerta.

Él puede oír sus pasos en la escalera de piedra, un sonido que parece un eco vacío, el mismo sonido con un mensajero golpea una puerta antes de anunciar que alguien ha muerto.
Elizabeth se aleja . El silencio que deja detrás de ella es ensordecedor. Él está en el centro de la sala mirando las vigas de madera en el techo y, sin embargo, no ve nada.
Él apenas puede respirar. El dolor que oprime su corazón lo deja sin aliento. Oye que el caballo de ella se aleja . Ella lo está dejando. Sin nada. Vacío.

Y Roger gritó.

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