lunes, 27 de octubre de 2008

SALVAJE - CAPITULO 14

Capítulo 14

Roger se había equivocado.
Y había descubierto eso aun antes de ver esa escena en la pradera. Había oído de gente que tenía la extraña habilidad de domesticar ciervos, aves y caballos, incluso animales mas grandes como elefantes y leones.
Pero nunca había visto una con sus propios ojos. Un ciervo con la cabeza apoyada en el regazo de un ser humano ?
Aturdido y sintiéndose raro, regresó a la cabaña donde el pequeño mundo a su alrededor era natural. Pero ahora observó el interior de la cabaña con una nueva perspectiva .

Observando todo de más cerca, vio que los animales dentro las jaulas no estaban cautivos . Roger estaba parado directamente en frente de la parte superior jaula.
El tejón dentro de ella era ciego , sus ojos blancos lechosos no veían nada detrás de las barras de madera de su jaula.

Roger tomó una baya del borde la jaula que el animal había querido alcanzar . Él mantuvo la baya madura sobre su dedo delante de la nariz del tejón. El tejón se quedó congelado por un segundo, luego olió e fruto . De repente arrebató la baya y la metió en su boca, dejando una pequeña gota de jugo morado en el dedo de Roger.

Se secó el jugo en su pantalones , y luego estudió todos los animales enjaulados. Junto al tejón ciego había un conejo con sólo tres patas. Una liebre tenía una cicatriz dentada porque su pata había quedado atrapada en una trampa de hierro. No era necesario ser un gran pensador para darse cuenta de lo que le había sucedido a esos animales.




Apoyando su peso sobre la muleta, Roger extendió su mano para frotar a un armiño que casi no tenía pelos . Era extraño . Como si el pequeño animal estuviera desnudo y desprotegido ante el mundo. Y se acordó de su barba afeitada a la fuerza. No ha estado sin barba desde que era un muchacho adolescente y se la había dejado crecer únicamente porque su padre se reía de él en el gran salón , diciéndole a todos que él era demasiado joven y demasiado inmaduro para hacerle frente .

La barba crecería nuevamente , en caso de que Roger eligiese conservarla . Pero tal vez no la quería. Tal vez le gustaría enfrentar a su asesino con la cara desnuda , porque su rostro sería la última cosa que ese bastardo cobarde vería en su vida . El hombre que lo había ahorcado se llevaría la imagen de Roger al Purgatorio y esa imagen lo acosaría por toda la eternidad.

Una de las jaulas se sacudió , y él levantó la mirada. La puerta de madera parecía floja , pero no lo suficientemente floja como para que el zorro que habitaba en su interior pudiese salir . El zorro aferró la puerta con su pata y ladeó su cabeza observándolo . Sus ojos marrones oscuros estaban alerta, moviéndose a la izquierda y a la derecha, luego sus ojos le hicieron una profunda evaluación , lo que hizo que Roger se sintiese como si estuviera siendo observado por los ojos de un hombre, no de un animal.

Luego el zorro cautivo se intentó darse vuelta y avanzar hacia un pequeño tazón sin agua colocado en una esquina de su jaula. Pero el zorro apenas podía moverse , arrastraba su cadera derecha , tropezó, y quedó caído en el piso de la jaula. Y permaneció allí, derrotado.
Los zorros son los animales más rápidos del bosque. La velocidad de sus pasos eran un desafío para el hombre y el caballo.
Pero no en el caso de ese zorro. Dado que una de sus patas traseras cojeaba, era como si toda su espalda no tuviera huesos.

Roger se dio cuenta que él era un caballero que no podía vengar el daño que le habían causado del mismo modo que ese zorro no podía correr por el bosque. El estaba rengo , herido como esos animales, dependiendo de una muleta hecha con la rama de un árbol , su voz sólo era algo más que un susurro y tenía la garganta hinchada y en carne viva porque había sido colgado.
Colgado . Se cuelga a los ladrones , a los cazadores furtivos y a los traidores, no a los caballeros del rey.
Era una situación humillante y Roger quiso gritar su rabia y su frustración, y lo peor… la terrible vergüenza que sentía por lo que le había sucedido.

Su mandíbula se puso tensa y todo su cuerpo comenzó a temblar .
Roger no podía hacer nada mas que estar allí soportando los efectos de su rabia . Agarró la muleta con tanta fuerza que perdió la sensaciones de su mano, y el puño de su mano libre comenzó a agitarse también.
Estuvo así un largo tiempo. Cuánto tiempo, no lo sabía. Porque todo lo que podía hacer era estar de pie allí viendo su rabia cruda .
Cuando finalmente el ataque de furia e impotencia terminó , se sentó en el taburete , agotado. Miró alrededor de la cabaña, su único refugio por el momento.
Tenía opciones. Podía regresar rengueando a Glamorgan, pero no tenía intención de hacer eso . Se sentía demasiado débil para hacer eso ahora. Necesitaba darse más tiempo para pensar y mas tiempo para sanar. Había llegado el momento de planificar sus acciones .
Alguien lo quería ver muerto. Y lo deseaba con suficiente intensidad como para haberlo colgado.

Por ahora, le permitiría creer que estaba muerto. Al menos hasta que recobrase la fuerza para luchar, luego dejaría esa cabaña y encontraría al hombre que le había hecho eso . Se tocó la garganta hinchada, luego cerró los ojos porque todavía le dolía.
Unos minutos más tarde abrió los ojos , no veía nada pero sentía todo , y se hizo un juramento , por su honor, que iba a hacer sufrir a quien le había hecho eso .
Un segundo después escuchó una risa, distante, clara y limpia como el viento. Venía de afuera , del prado, él supuso . El sonido llegó a través de la ventana abierta y pareció inundarlo , pareció impregnar su piel y entrar dentro de él como una luz blanca, algo que era lo contrario de lo que acababa de sentir. Una luz potente inundando su oscuridad.

Ahí estaba él agitándose de rabia, mentalmente planeando la venganza, mientras ella estaba fuera riéndose y alimentando animales salvajes. Roger se sintió como si estuviera en un mundo extraño - una especie de bosque encantado - donde nada era lo que parecía, donde el mundo real desaparecía con un simple deseo o una simple esperanza, y donde el dolor era reemplazado por la felicidad. Hacia tanto tiempo que no experimentaba la felicidad que ya se había olvidado de cómo se sentía.

Él había asumido que ella era nada más que una ladrona y una especie de bruja medio loca que algún día se convertiría en una vieja hechicera que hacía brujerías con los animales que atrapaba.
Pero todos a su alrededor mostraba lo contrario . Esos animales no podían vivir libres en la naturaleza por sus lesiones. Ella los había salvado , del mismo modo en que lo había salvado a él, un hecho en el que no había pensado , aunque ella continuamente se lo recordaba.
Él tenía una ; ella tenía razón.

Sin embargo, le ha tomado mucho tiempo darse cuenta de esa verdad. Ella era responsable de haberlo salvado , del mismo modo que ella había salvado a todos esos animales. Había tenido la sensación que ella era un ser muy espiritual cuando la había visto en el círculo de piedras con el faisán . Y nuevamente había tenido esa sensación cuando la había visto con los ciervos .

Tendría que haber confiado en esa primera sensación, porque sus instintos generalmente eran correctos . Pero no lo había hecho. Su ira por haber sido ahorcado había afectado mucho más que su voz y que su orgullo.
Lo había cegado.
Era momento de domar a la bestia salvaje dentro de él .

Teleri recogió la cesta y la enganchó de su brazo. Caminaba con sus descalzos sobre la tierra caliente y se dio vuelta la esquina, luego se detuvo delante de la puerta abierta y observó.

Él estaba sentado en el taburete, ahora, la muleta firmemente agarrada por su mano con los nudillos blancos .
Tenía el aspecto de querer asesinar al mundo.
Se le cruzó por la que tal vez no tendría que haberlo desatado.

Para que la buena suerte la acompañase ella sacó una ramita de romero de las hierbas que llevaba en la canasta y se la puso entre los dedos de los pies. El romero servía para alejar al diablo si uno lo colgaba cerca de la puerta, entonces colocó otra ramita en una hendija de la puerta. Teleri pensó que no podía dañar a nadie a ser cauteloso , porque en ese momento no tenía la horqueta para defenderse , sólo su instinto y su fe ciega.
El inglés no parecía notar que ella estaba parada allí. Sus ojos y sus pensamientos estaban muy lejos en ese momento .
Teleri tomó una respiración profunda y entró . Dejó la cesta se desliza se por su antebrazo hasta su mano. Pasó la cesta de una mano a la otra , secretamente tomando coraje.

Pensó que podría usarla contra él si el ingles faltaba a su palabra y decidía atacarla.
Pero no lo hizo. Él la miró y parecía verdaderamente sorprendido de que ella estuviese allí . No intentó hablar , pero la miró con ojos curiosos, no amenazantes, la miró como si la estuviera viendo por primera vez.
"La muleta funciona bien?" ella preguntó , porque el silencio era peor que su pregunta tonta.
Él asintió.
"Qué bien ." Ella pasó al lado de él, pero no demasiado cerca, y colocó la cesta sobre la mesa, agarró las hierbas y las pasó a una caja , buscó una madeja de hilo . Ató los tallos de las hierbas con el hilo , pero estaba muy consciente de su mirada siguiendo cada uno de sus movimientos. Sus ojos eran como un fuego recorriendo su espalda. Luego ella empezó a tararear , fingiendo que no sabía que él la estaba mirando.

Pero dentro suyo todas las emociones se mezclaban en un torbellino , miedo , nerviosismo y otra cosa no podía nombrar pero que aleteaba en su estomago , como las alas de un colibrí intentando buscar la salida.

Teleri miró fijamente la madeja de hilo . No tenía su cuchillo para cortar.
Pero el sentido común le decía que no debería sacar el cuchillo de su escondite , entonces llevó el hilo a su boca y lo cortó con los dientes. Terminó de atar las hierba pero ella siguió cortando pedazos de hilo con los dientes Y mientras lo hacía lo observaba de reojo .
El se enderezó del taburete .
Teleri se detuvo.
Colocó la muleta debajo de un brazo.
La respiración de Teleri se detuvo en su pecho y su mirada lo siguió mientras él cruzaba la habitación, y luego sacó el cuchillo de su escondite como si hubiera sido él quien lo había escondido allí.
Ella estaba tan sorprendida que no podía moverse, ni siquiera dar un solo paso.
Roger regresó rengueando hacia ella con el cuchillo en la mano.
El corazón se le subió a la garganta y ella se olvidó de respirar. Era una tonto!
Entonces él levanto la vista y se detuvo de repente, mirando intensamente su cara.
Teleri sintió que la sangre se le bajaba a los pies y se preguntó si esa era la última cosa que sentiría.

Roger rápidamente dio vuelta el cuchillo de modo que la hoja quedó contra su palma y la empuñadura hacia ella. Era evidente que le estaba ofreciendo el cuchillo.
Teleri supuso que si él le iba a cortar la garganta, ya lo habría hecho.
Ella tomó el cuchillo como si nada fuera de lo común estuviese sucediendo , como si su corazón no galopase velozmente y como si sus rodillas no estuviesen trabadas , y cortó el hilo para atar el último grupo de hierbas. Cortó unos pocos hilos más.

Por su parte, él siguió observándola.
"He terminado de atar las hierbas", ella explicó innecesariamente porque no podía soportar el silencio y su mirada. "Este hilo …", ella añadió , "… es para atrapar armar una trampa para atrapar moscas ."
Su voz sonaba tranquila y calma. Lástima que no estuviese sintiendo eso dentro suyo.
Con el cuchillo todavía apretado en su mano, sólo por precaución , ella se volvió y tomó una vasija con agua y la miel que estaba en un estante, y luego pasó el hilo dentro del líquido un par de veces hasta que estuviese bien recubierto. Lo sostuvo en alto para comprobar que estuviera recubierto con una capa de dulce , luego caminó hacia el centro de la habitación y con una mano arrastró el taburete debajo de una de las vigas del techo.
Ella comenzó a subirse.
Roger hizo un ruido ahogado y sacudió la cabeza.
"¿Qué pasa ?"
El señaló el taburete , y luego sacudió una mano mostrándole el modo en que el taburete se movía.

Y cuál era la novedad?, Si, el taburete se tambalea . ¿Piensa que soy idiota ? Con el tiempo Teleri había aprendido a equilibrarse con el balanceo de taburete. Subiéndose al banquito era la única forma en que podía llegar a los estantes más altos y a las vigas de la cabaña. "Tengo que usar el banco para atar el hilo ". Ella señaló las clavijas en viga donde ataba los hilos atrapa moscas.
Si le preocupaba su inestable posición en el taburete , debería haberla visto el día en que ella intentado sacar eses clavijas. Se había caído dos veces y había rengueado durante días y días.
Ella vio mirada perpleja. "Voy a atar el hilo allí", ella explicó nuevamente.
Roger observó la clavija en la viga, luego su mirada volvió a ella y sacudió la cabeza.
" Ya te lo dije . Este hilo es para las moscas", ella repitió, intentando no darse vuelta mientras él se acercaba hacia ella. Ahora Roger estaba de pie a menos de un metro de distancia , mirándola tan intensamente.
"Las moscas se pegarán al hilo con miel ", ella explicó sencillamente. "Luego las llevo afuera y las dejo libres".
Roger la miró durante mucho tiempo, luego él sonrió, y sonrió con ganas.
La sorpresa debió haberse mostrado en su cara porque él comenzó a reírse.

Era sonido un sonido grueso como si estuviera riéndose debajo del agua.. Él se calmó y llevó su mano a su cuello como para recordar lo que le había ocurrido.
Ambos se quedaron así, en silencio, él tocándose las marcas rojas de su garganta, y su mirada clavada en ella.
A su alrededor, las cosas eran las mismas. Todo era familiar. Su cabaña las paredes de adobe y el techo de paja , el única hogar que Teleri había tenido en su vida. Y todavía era la misma que siempre había sido. Las mismas palomas y gorriones piando en las ventanas. Las moscas molestas y la trampa del hilo con miel .
Sin embargo, en ese momento un viento suave entró a través de las ventanas abiertas , le sopló el cabello y le secó la boca. Teleri pudo sentir el gusto y el olor del otoño , la sequedad en el aire y el extraño aroma que marcaba el cambio de estaciones. Pero había algo más que ese olor en el aire.
Algo más que las estaciones estaba cambiando. Un cambio que estaba sucediendo ahora. En ese mismo momento. Dentro de ella.
En la mayoría de los casos, nunca se daba cuenta que algo había cambiado hasta que era demasiado tarde. De repente miró hacia arriba y notó que las cosas eran diferentes.

Pero a veces, como en ese momento , cuando ella sólo intentaba vivir su vida como mejor podía, llevando una existencia tranquila en un mundo donde la tranquilidad no era fácil de encontrar , y entonces algo sucedía. Nada que ella pudiese señalar claramente . Nada que pudiese controlar. Y sin embargo, realmente podía ver el cambio viniendo a ella.

Sabía que no podía hacer nada al respecto, porque el destino era así, sólo los tontos trataban de luchar de luchar contra el destino . Pero en ese momento lo supo. Fue consciente de que su vida nunca sería la misma.
La miradas de él encontró la de ella y la mantuvo . Una emoción tácita se estableció entre ellos. Su mano aún tocaba su cuello, casi como si tuviese miedo que ese momento pasara.
Un caballero con miedo a algo? Una idea tonta , pero Teleri podía ver su miedo. Estaba allí en sus ojos. Estaba en el aire que de repente se había hecho denso entre ellos, ella sintió el olor a miedo - muy similar al olor que los animales emiten cuando están asustados.
Había visto suficientes animales heridos y atacados . Sabía exactamente como olía el miedo. Instintivamente se tocó la cicatriz cerca de su ojo. El miedo era la razón por la cual ella vivía en el bosque, escondida de un mundo cruel y sin sentido.

Y después de lo que le había sucedido a ese hombre, que era un hombre en primer lugar, no sólo un caballero, ella sabía que había razón para temerle al mundo como le temía. .
"Lo siento", ella dijo, bajando la mano de su mejilla, deseando que esas palabras fuesen suficientes para calmarlo , pero sabiendo que no lo eran.
Roger asintió, y luego extendió la palma de su mano.
"¿Qué quieres?" , ella preguntó.
"El hilo ", él le susurró las palabras con claridad. "Dame el hilo ".

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