domingo, 19 de octubre de 2008

SALVAJE - CAPITULO 4

Capítulo 4


El día siguiente fue uno de esos momentos extraños del año en los que el clima no permitía determinar qué estación del año era : verano o otoño. La noche anterior , después de que Teleri hubiese perdido al caballero en el bosque, el aire se había vuelto lo suficientemente fresco para que Teleri tuviese que cerrar todas las cortina , pero esa mañana el sol brillaba, y el aire estaba tibio .
A media mañana Teleri estaba fuera de su cabaña, sus manos guardadas dentro de su túnica color azafrán, su cabeza gacha mientras estudiaba el suelo pedregoso .
Había perdido la bolsita de cuero rojo otra vez .

Pero esta vez no estaba sobre su cama, o sobre el antepecho de alguna de las ventanas, o atado a otro cinto . Tampoco estaba astutamente escondida en un rincón de algunas de las jaulas , ni la comadreja o el zorro la tenían , ni la ardilla la había escondido en el hueco del tronco del olmo que quedaba enfrente de la ventana .

No estaba adentro o cerca de la cabaña . No podía encontrarla . Teleri plantó su puños en sus caderas y escarbó con su pie desnudo el suelo .
Piensa, niña tonta. ¿Dónde dejaste la bolsita roja?
Ella recordó que la tenía cuando había bajado del caballo, justo antes de entrar al Bosque del Diablo , pero todo lo que había tenido en su mente en ese momento era escapar del inglés.

Teleri cruzó el puente de piedra y fue hacia un pequeño prado
Unos pocos patos y gansos salvajes picoteaban el suelo buscando lombrices . Una paloma blanca bajó volando para posarse en un viejo árbol y el Caballo tomaba agua en el arroyo.

Esta vez, Teleri temía realmente haber perdido la bolsita con piedras. Entonces volvió su rostro hacia el sol. Ella creía en lo que su abuela le había enseñado : el sol, la luna, el cielo sabían más de lo que un hombre jamas podría saber.

Porque mientras los hombres dormían, la luna estaba despierta, el sol brillaba mientras los hombres estaban demasiado ocupados como para detenerse y mirar a su alrededor. Los hombres eran seres limitados , sus ojos habían sido hechos para sólo ver lo parcial y momentáneo, pero el cielo siempre podría ver mucho más allá .

Teleri cerró los ojos , extendiendo sus brazos a los costados de la misma manera que había hecho cuando había rezado en el círculo de piedras. El sol le calentaba la cara. Los rayos penetraban su piel y la hacía sentirse tan viva que su preocupación y su temor se fueron evaporando.

Teleri estuvo allí tomando respiraciones profundas por un rato . Luego, lentamente al principio, empezó a dar vueltas . Giraba y giraba. La falda de su túnica volaba a su alrededor , haciendo que los patos y los gansos se alejasen . Luego recitó:
"Oh sol en lo alto,
Ayúdame, por favor, no puedo demorarme
Estoy aquí girando y girando ,
Algo se me ha perdido y no lo puede encontrar ".


Teleri dejó de girar lentamente y abrió los ojos. Se sintió mareada por un momento Luego miró a su alrededor.

La luz del sol formaba sobre el suelo un largo dedo de oro que apuntaba a un estrecho camino que llevaba hacia el Bosque del Diablo .
Teleri tomó esa dirección, tarareando mientras caminaba. Afortunadamente la bolsita era roja, por lo cual no tendría problema en encontrarla , incluso allí en ese bosque espeso.
Ella había caminado por un rato, y ya estaba en el interior del bosque cuando una brisa silbó a través de las copas de los árboles. Teleri levantó la mirada y pudo ver el sol a través de las grietas entre las ramas altas como si le señalase sus pasos siguientes.

Un viejo roble de tronco rugoso estaba ubicado en la bifurcación del camino donde otro grupo de caminos se abrían en distintas direcciones. Ese árbol era un lugar que le gustaba a Teleri porque su tronco nudoso se parecía a la cara arrugada de un hechicero.


A veces cuando el sol estaba alto la cara del hechicero parecía estar sonriendo. Algunas veces la miraba severamente . Pero la mayoría de las veces esa cara la miraba fijamente como si pudiera leerle los pensamientos ,los sueños y los deseos.

"Hola , Árbol", ella lo saludó informalmente . " Tienes una cara muy sabia el día de hoy. Y yo necesito de la ayuda de un hombre sabio." Ella hizo una reverencia como si el árbol estuviese vivo de verdad y no sólo en su imaginación. "Dime, por favor, Hechicero Cara - de - árbol , ¿ha visto mi bolsita roja ?"
Teleri se enderezó y observó las sendas que se abrían en el camino . El sol brillaba sobre las dos sendas que el árbol separaba . Teleri señaló a una y otra senda mientras cantaba una antiguo canción druida, el favorito de la vieja Gladdys :
" Tengo que elegir ,
avena, cebada, o trigo ,
Uno, dos, tres,
Tengo que elegir ,
huevos, mantequilla, o queso,
Uno, dos, tres ...! "


Su dedo quedó señalando la senda de la izquierda . Pasó por debajo de las ramas del roble, luego pasó una maraña de rosas blancas salvajes donde las abejas zumababan enloquecidas , más allá de un olmo caído había una maraña de hiedra y viñedos.
Y fue allí donde vio la bolsita roja . Teleri la tomó y la ató a cinto con cinco nudos. No la iba a perder nuevamente .
Volvió por la senda hasta la bifurcación del camino donde estaba el viejo roble , se detuvo y le hizo una reverencia de agradecimiento al hechicero de cara arrugada, y luego continuó hacia su casa.

No has encontrado lo que está perdido…

Una voz?

Teleri se congeló. Se dio vuelta lentamente, esperando ver a un hombre parado detrás de ella.
El Inglés!
Su garganta se cerró por miedo. Él podría haber estado escondido allí toda la noche y esperándola.
Teleri observó en todas las direcciones . Nada se movió. No había ningún sonido, ni siquiera las abejas zumbaban. Teleri miró el árbol por un momento, búsquedas algo a alguien entre sus ramas.
Nada. Nadie.

Frunciendo el ceño , ella miró fijamente al hechicero de cara arrugada. A pesar que él parecía estar devolviéndole la mirada , realmente sólo era el tronco nudoso de un árbol . Eso y nada más. Sacudiendo la cabeza, Teleri se dio vuelta y retomó su marcha.

No has encontrado lo que está perdido …
Ella se dio vuelta nuevamente . "¿Quién está ahí?"

No hubo respuesta . Entonces ella se agachó lentamente, su mirada yendo hacia la izquierda y la derecha mientras recogía una rama rota para usar como arma. Necesitaba algún tipo de protección. Se movió lentamente , hasta quedar de pie delante del viejo árbol.
La brisa silbó través de las ramas nuevamente .
Teleri observó las ramas.
Era sólo el viento? Parecía que alguien lloraba ...
Era cierto que el viento podía aullar....
Entonces algo o alguien gritó.
Ella se sobresaltó, alzando la rama como si fuese una espada.

No había nadie allí. Teleri dio dos pasos, se acercó a la senda que no ha elegido, se internó en la maleza.
Una vez más, el viento silbó, pero esa vez no sonó como una voz.
"Hola?" ella gritó . "Hola!"
No hubo respuesta.
Teleri miró hacia abajo y descubrió huellas en el suelo . Se arrodilló por un momento. Eran huellas frescas, no tenían más que dos días . Ella estudió, la huella de un pie en la tierra mojada.
Extendió la mano y tocó la huella.
Debía ser de alguien alto y fuerte pues las huellas eran profundas .

Teleri no se movió , se quedó allí casi congelada, tocando una de las huellas y mirando fijamente la senda.
Podría ser el Inglés escondiéndose . Miró a su alrededor nuevamente mientras se ponía de pie lentamente . Miró las sendas delante de ella . Si volvía a su casa por el camino que había venido, él podría seguirla. Si tomaba la otra senda, él podría atraparla y matarla.
Crack! .
Qué fue eso? Un paso?

Entonces Teleri corrió, corrió tan rápido como pudo, corrió tomando la senda no conducía a su cabaña, se internó mas profundamente en el bosque y se fue acercando al río .

Sus pies hacían crujir las hojas y las ramitas caídos. El corazón le golpeaba en el pecho. Sentía latidos en los oídos. Corrió lo más rápidamente que pudo. Las ramas le arañaban la piel . Las espinas se enganchaban en su ropa. Pero ella siguió corriendo muy rápido.
Y más rápido.
Entonces tuvo la oportunidad de echar un vistazo por encima de su hombro.
Teleri tropezó y golpeó su cara contra la tierra . Las hojas volaron a su alrededor . Le llevó un momento darse cuenta de lo que había pasado. Tirada boca abajo, ella jadeo.
Bajo su pie desnudo había algo duro , áspero y frío. Empujó su cuerpo para levantarse , se quitó el largo cabello que le caía sobre la cara.
Un instante después, gritó.

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