viernes, 24 de octubre de 2008

SALVAJE - CAPITULO 10

Capítulo 10


La pequeña bruja lo había drogado. Roger sentía su cabeza como si hubiera bebido un barril entero de vino. Tenía la lengua mas seca que un desierto de Oriente. En pocas palabras se sentía como el demonio .

Su garganta todavía le dolía, pero logró tragar sin sentir que estaba tragando un sapo gigante .

Cuando pudiese poner sus manos sobre la persona que lo había colgado le haría cada momento de la agonía que él estaba pasando , antes de matarlo . No sabía quien era esa persona.
Alguien que lo conocía probablemente . El cobarde lo había llamado por su nombre. Él escuchó su voz llamándolo nuevamente por su nombre. Escuchó la risa y de repente era como si estuviera reviviendo el episodio de la horca.
Sus dedos y sus manos comenzaron a temblar. Roger apretó los puños y se quedó sentado allí, esperando que el temblor pasase.

No sabía cuánto tiempo yació acostado allí , o si había dormido, pero cuando abrió los ojos sus manos estaban planas contra la superficie del colchón. Ya no temblaba.
Levantó su cabeza y su mirada recorrió el cuarto.
Ella se había ido.

No había nadie dentro de la cabaña, excepto los animales , un tejón, un zorro, algunas liebres y un par de comadrejas - en sus jaulas. El cerdo estaba atado con una cuerda corta en un rincón lejano. Un halcón caminaba sobre la espalda del cerdo. El ave era el único animal libre en el cuarto.

El sonido de un charloteo viniendo desde la ventana lo hizo mirar hacia arriba. Unas ardillas estaban sobre el alféizar de la ventana, sus colas se sacudían mientras olisqueaban unas bayas que alguien evidentemente, había puesto allí.
Esas bayas son una trampa , él pensó.
Las ardillas lo miraron , entonces charlaron entre ellas como si fueran damas de la corte ocupadas con el más reciente y sabroso chisme. Roger les gruñó - el único sonido que podía parecía salir de su garganta - y las ardillas huyeron .
Agradézcanme , chismosas, porque si yo no las hubiese salvado estarían encerradas dentro de una jaula como el zorro y el tejón o, peor aún, atado como estoy yo .
Su cabeza cayó nuevamente contra el colchón y estuvo quieto allí por un momento, pensando, mirando lo único había estado mirando desde que se había despertado en la oscuridad, las vigas de madera del techo encima de él.
Luego, lleno de frustración, tiró de la soga que sujetaba sus muñecas, una acción que ya era una costumbre a esa altura, ya que parecía que tiraba de las cuerdas casi tan a menudo como suspiraba .
Pero esta vez se quedó paralizado. Cerró el puño y tiró con la mano izquierda nuevamente . O todavía seguía atontado por el veneno de la bruja o la soga de la mano izquierda estaba floja .
Tironeó con la mano. La cuerda estaba suelta.

Por los próximos minutos forcejeó, se retorció, tiró… empujó y tironeó , hasta que logró que su mano quedase libre. La deslizó a través del nudo de la cuerda. Luego trabajó tan rápido como pudo para desatar la otra mano. Esa era su oportunidad de escapar .

Roger se sentó demasiado rápido y la habitación giró a su alrededor . Sostuvo su cabeza con sus manos por un momento, luego tomó una respiración profunda para calmar su estomago , y comenzó a aflojar las l cuerdas que ataban sus tobillos.
Se arrastró de rodillas , luego usó el antepecho de la ventana para ayudarse a ponerse de pie . Sus piernas se sentían muy flojas y tuvo que apoyarse en la pared para evitar caerse. Usando la pared como apoyo, se movió cuidadosamente hacia la puerta, tropezó ligeramente cuando salió a la luz del sol de la tarde.
Ella no estaba en los alrededores.

Dio unos cuantos pasos, dando la vuelta a la esquina de la cabaña, donde observó todo a su alrededor buscándola a ella.
El caballo árabe estaba en el prado, más allá de un puente de piedra que atravesaba un arroyo. Pero no vio señales de la mujer.
Miró en todas direcciones y se movió tan rápidamente como pudo debido a la debilidad , la rigidez de sus piernas y los pies descalzos. Pequeñas piedras puntiagudas se le clavaron en las plantas de los pies. Tropezó varias veces , porque realmente no podía correr. Su cuerpo no obedecía las órdenes de su mente.

Fue tambaleándose a través del terreno y del puente que llevaba a la pradera. Lentamente se acercó al caballo, que estaba pastando en la hierba. Cuando se acercó al animal, Roger intentó hablar para calmar al caballo y para poder monatrlo inmediatamente.
Pero cuando Roger abrió su boca , nada salió. Sólo un sonido estrangulado.

El caballo lo miró todavía masticado pasto . Lentamente , Roger extendió una mano y le acarició las crines y la marca blanca en su cabeza, movió suavemente su mano por el cuello del caballo y le tocó las crines.

Entonces, antes que el animal se diese cuenta lo que iba a hacer , él montó su elegante lomo. Se agarró a los crines y clavó sus talones en los flancos.
El caballo todavía estaba inmóvil como una piedra.
Roger lo acicateó varias veces más, y finalmente chasqueó su lengua para incitarlo a andar.
El caballo avanzó a través del prado hacia el borde .
Lo logré ! Roger se rió solo , sintiéndose arrogante y libre. Estaba libre! Estoy escapando , pensó mientras él y el caballo se dirigían hacia los árboles y la libertad.

Escapar a dónde? A las piedras? No sabía si sus hombres todavía estaban allí. Disminuyendo el ritmo de su caballo observó dos posibles caminos. El estudio de los caminos duró un segundo.
Hubo un silbido alto y agudo .
El caballo árabe giró bruscamente a la izquierda.
Y Roger cayó a la derecha.



Teleri dejó de sacudir la hierba y el polvo de la manta y dio unos pasos más cerca de la ventana. Miró adentro . EL inglés todavía estaba inconsciente.
Se volvió y colgó la manta de un sauce y la golpeó con una escoba unas cuantas veces, luego la descolgó del árbol y la fue doblando mientras entraba en la cabaña, donde cubrió al caballero inconsciente que había intentado robarle su caballo. Cruzó la habitación en silencio, se sentó a la mesa donde sus amigas las ardillas mordisqueaban unas nueces y una bayas que ella había colocado allí para ellas.

Con el mentón apoyado en su mano, ella dibujó círculos imaginarios sobre la superficie mesa, mientras ella miraba distraídamente a las ardillas . Teleri dio un gran suspiro. "Me he metido en un gran lío."

Las ardillas la miraron y metieron mas bayas en sus mejillas regordetas. Teleri suspiró y cambió la mano para apoyar su mentón , luego tamborileó sus dedos en la mesa .

Tamborilear sus dedos nunca podría resolver su problema : un caballero Inglés que debía pesar cerca de ochenta kilos . Un caballero inglés que iba a estar realmente enojado cuando se despertase.
Es la manera en que él la miraba lo que la ponía nerviosa. Él no necesitaba su voz para intimidarla. Con sólo ver sus ojos azules alcanzaba, él no necesitaba palabras para amenazarla.

Desde el momento que lo había encontrado , ella sólo se había ocupado de salvarle a vida. Ni siquiera había tenido tiempo para pensar en qué haría una vez que él se despertase. ¡Qué tonta !
Y ahora que él había despertado, ahora que él la fulminaba con la mirada y ahora que él luchaba por soltarse de las cuerdas, Teleri comprendía en que situación difícil y peligrosa se había metido.
Este es el pecado de los comedidos, ella reflexionó . Movido por las mejores intenciones, uno se mete en una situación ajena, uno se entremete para ayudar y termina metido en un problema diez veces mas compleja de la situación inicial. Quién me mandó a meterme en lo que no me concierne?, ella se preguntó preocupada.

Se quedó sentada allí, preguntándose que debía y que podía hacer. La fuente estaba delante de ella , con la poción de hierbas que lo hacía dormir . Pero ciertamente no podía mantenerlo drogado indefinidamente .
O podía?

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