martes, 8 de julio de 2008

HECHO CONSUMADO, CAPITULO 5

Capítulo 5


- ¿Se ha despertado?
Emma observó la expresión esperanzada de su primo cuando ella se unió a la mesa a la hora de cenar, luego suspiró cuando ella negó con la cabeza. Ella había estado sentada junto a Amaury todo el día, mirándolo hasta que sus ojos se enturbiaron con el esfuerzo, pero él no había despertado. Su quietud comenzaba a preocuparla enormemente.
- No, él no se ha movido ni un poco, - confesó ella de mala gana. - Alden está con él. Nos avisará si hay algún cambio.
El Rolfe frunció el ceño, su mirada se encontró con la del obispo, que estaba sentado enfrente.
Observando el intercambio de miradas, Emma levantó sus cejas.
- ¿Qué pasa ?
Ambos hombres la miraron entonces, sus expresiones compasivas.
- ¿Qué están pensando? - Emma preguntó cautelosamente.- Me miran como si estuviera condenada.
- Creo que su primo y el obispo se preocupan por lo que pasará con vos si tu nuevo marido muere - dijo Blake suavemente , y Emma giró hacia su izquierda para mirarlo bruscamente.
- Mi marido no morirá, - dijo ella más severamente de lo que hubiese querido. - Además, nada me pasará.
- ¿Piensas que si tu segundo marido muere tan pronto después de la boda, Bertrand no llamará una vez más a su puerta?
Emma se puso rígida en la sugerencia.
- No. Yo…
- Vos quedarías viuda otra vez, como lo eras ayer. Y Todavía tendrás el control de las tierras que Bertrand quiere.
Emma palideció ante sus palabras, su mirada voló preocupadamente hacia los criados que se movían por el salón. Pensar que esa gente, entre la que se había criado, sufriría el maltrato de Lady Ascot le revolvía el estómago . Quizás ella misma estuviese en peligro de caer bajo su tiranía . Además, también estaba el asunto del rey y del peligro que Lord Bertrand representaba si quería consiguiese más poder. Y ella no tenía ni siquiera la esperanza de que el nacimiento de un heredero aplazara esa posibilidad. Su menstruación le había llegado esa misma tarde.
Amaury no podía morir. Era así de simple. Él no podía morir… ella no quería casarse con Lord Bertrand.
Extendiendo la mano, Rolfe cubrió su mano con la suya para consolarla, pero Emma la alejó y se puso en pie bruscamente.
- Debo ir a ver a mi marido, - murmuró ella, escabulléndose de la mesa.
Amaury estuvo inconsciente durante más de tres días, tres días que Emma pasó clavada a su lado en la cama, cuidándolo. Ni la preocupación ni los argumentos de Rolfe, Blake, o sus criados la movieron de aquel punto. Incluso el obispo intentó convencerla , pero se rindió cuando vio que era inútil.
A pesar de su preocupación constante y de su esperanza de que él despertara, Emma no fue consciente inmediatamente cuando su marido finalmente despertó, de repente abrió sus ojos como si él sólo hubiese estado durmiendo la siesta. Emma lo vio, pero le llevó un momento a su cerebro registrar lo que su mirada nublada había presenciado. Cuando finalmente su mente confundida lo asimiló, ella saltó de su asiento y se cayó de rodillas al lado de la cama, susurrando su nombre.
El dolor inundó su cabeza cuando él la giró para mirarla, y la contempló bizqueando los ojos.
- Te duele la cabeza - murmuró ella, declarando lo obvio, luego se puso en pie y se movió rápidamente hacia la puerta. Abriendo la puerta, ella llamó a Maude y Alden, luego hizo una pausa y miró al obispo, que pasaba en ese momento.- ¡Mi Lord obispo!
- Sí, mi lady, qué puedo hacer algo por usted?- Él se detuvo ante ella, estirando el cuello ligeramente en una tentativa de ver el interior del cuarto.
- Sí . Busque a Maude y dígale que traiga el té que le pedí que hiciera esta mañana para el dolor de cabeza de mi lord . Él está despierto.
- ¿De verdad? - El hombre anciano no se molestó en esconder su alivio ante la noticia.
- Sí.
- La avisaré inmediatamente, - prometió el obispo, girándose sobre su talones, sólo volver a girarse rápidamente -. ¿ Dijo que lo prepararon esta mañana?
- Sí, temí que le doliese la cabeza cuando despertara.
- ¿Pero… cómo sabía que despertaría hoy?
- No lo sabía. He hecho que ella prepare ese té todos los días ,- le informó Emma, luego cerró la puerta en su cara sorprendida y volvió junto a la cama.
Los ojos de su marido estaban cerrados otra vez. Ella no estaba segura si él dormía o no, pero decidió no molestarlo hasta que Maude llegara con el té. Era una poción que sabía muy mal. Sin duda él se negaría a beberlo, pero le aliviaría el dolor.
Mordiéndose el labio, ella lo examinó con cuidado cuando volvió a su asiento. Ahora Parecía haber un dejo de color rosado en su piel pálida, pero era la única diferencia en su aspecto.
La puerta se abrió y Maude se apresuró a entrar con Alden pisándole los talones. Ambos miraron con impaciencia al hombre que ellos habían ayudado a atender mientras Emma tomaba la taza con té tibio.
-¿Es verdad, mi lady?- preguntó el escudero con impaciencia.- ¿Él se despertó?
- Sí.
- Ah, Dulce Jesús , gracias, - murmuró Maude fervorosamente.
Inclinándose sobre su marido, Emma tocó su cara suavemente, luego sonrió cuando sus ojos se abrieron.
- Maude te ha traído una bebida para aliviar el dolor de cabeza,- murmuró ella suavemente . - Si te ayudo, piensas que podrás sentarte para beberlo?
- Sí.- Amaury frunció el ceño cuando oyó su propia respuesta. Él había pensado hablar de su voz normal robusta, pero apenas había salido de sus labios un débil susurro. Entonces trató de sentarse, sólo para encontrar que no parecía tener fuerza para hacerlo por sí mismo.
Viendo su dificultad, Emma ignoró el ceño fruncido en su cara y dejó la taza en la mesa al lado de la cama, luego se movió para ayudarlo justo cuando Alden se acercaba del otro lado de la cama para ayudarlo también. Ambos ignoraron el modo en que él se quejó irritadamente cuando lo ayudaron para sentarlo, luego llevaron la taza hasta sus labios.
Amaury tomó un sorbo de la poción antes de escupirla sobre la cama con repugnancia.
- Estás vivo.
Emma giró su cara hacia la puerta, con el ceño fruncido ante el comportamiento de su marido, al escuchar aquella voz alegre. Blake y su primo entraban, el obispo justo venía detrás.
- No por mucho tiempo - jadeó Amaury con voz débil, no mucho más fuerte que el susurro que había pronunciado antes. - Mi esposa trata de envenenarme.
Emma miró a su marido con el ceño fruncido.
- Esto no es veneno, es… - Sus palabras murieron en su boca cuando una mano grande de repente agarró la suya mucho más pequeña cuando trataba de llevar de nuevo la taza hasta los labios de su marido. Levantando la cabeza, ella vio a un hombre altísimo sobre ella como un ángel de la muerte. Él era al menos unos veinte centímetros más alto que su gigante marido y fácilmente dos veces más corpulento. También era tan feo como el pecado, con una cara que parecía como si Dios le hubiese aplastado sus facciones.
- Esto es sólo té - susurró ella, intimidado por su tamaño . - Hecho con corteza de sauce blanca. Alivia el dolor.
Unos ojos de un azul tan brillante que rivalizan con la belleza del mismo cielo la miraron, y Emma se encontró aguantando respiración. ¡Por Dios!, era asombroso encontrar esas dos piedras preciosas en un rostro tan poco atractivo. Emma todavía trataba de recuperarse de su sorpresa, cuando el hombre de repente asintió con la cabeza y apoyó por delante de ella el borde de la taza sobre labios de su marido.
- Tápate la nariz, eso ayudará, - murmuró Emma cuando Amaury giró la cabeza para rechazar la bebida. - La cerveza ayudará a matar el gusto después ,- añadió ella, agarrando la taza con cerveza que había estado junto a la cama por si él hubiese despertado sediento. Murmurando algo entre dientes, su marido permitió que el forastero lo ayudase a ingerir el líquido, entonces hizo una mueca y tomó inmediatamente la taza que ella sostenía. Sabiendo que estaba realmente demasiado débil para sostener la bebida, Emma lo ayudó a sostenerla y beber, sosteniéndola hasta que hizo una seña indicando que ya había bebido bastante.
Dejando la taza sobre la mesa, ella lo miró ansiosamente, haciendo todo lo posible por ignorar al hombre que todavía estaba a su lado como un ángel de venganza.
Después de muchos rezongos y muecas para demostrar su repugnancia por la medicina que Emma le había dado, Amaury suspiró y miró al hombre.
- Estoy contento de verte, Pequeño George . Su voz era un poco mas fuerte ahora .- ¿Debo suponer que tuviste éxito en tu tarea?
Dándose vuelta hacia el recién llegado, Emma lo vio afirmar con la cabeza brevemente.
-Bien- Amaury centró su atención ahora en Blake y en Rolfe, quién se había movido alrededor de la cama para estar de pie donde Maude había estado hasta hacía sólo un momento. - ¿Qué pasó?
- Fuiste atacado por bandidos - Blake lo informó.
Amaury asintió con la cabeza cuando recordó.
- Seis de ellos, - murmuró él en tono grave.
- Sí.
- Me agarraron desprevenido. Asustaron a mi caballo. Él me derribó al suelo ,- Amaury confesó con irritación.
Blake levantó sus cejas al oírlo, ya que era un acontecimiento raro el que Amaury fuese tomado desprevenido, sin mencionar el hecho de ser derribado.
- Maté cuatro… no a tres. Creo que al cuarto solo lo herí.
Blake asintió con la cabeza.
- Él se escapó.
- ¿Y los otros dos?
- Muertos.
- La flecha, - murmuró Amaury, cuando él recordó su propia sorpresa al ver la flecha clavada en la espada de uno de ellos. Aquella distracción le había costado mucho, comprendió él ahora, levantando una mano para tocar suavemente la venda que Emma le había puesto en la cabeza.
Recordando el dolor que había parecido romper su cráneo cuando él había sido golpeado por el hombre, él hizo una mueca. Sólo ahora había recordado al último hombre y su garrote . Sin duda su atacante había caído derribado por una flecha también, probablemente meros segundos después de conseguir asestarle el golpe. Si no hubiese sido así, Amaury no tenía duda de que él estaría muerto ahora.
- Dos fueron abatidos por flechas, - dijo Rolfe, verificando sus pensamientos ahora.
- ¿ Las flechas de quién ? - preguntó Amaury, frunciendo el ceño.
- De Lord Darion, - dijo Alden con excitación.
Él parpadeó al oír esto.
- ¿De quién?
- Lord Darion. Lord Rolfe dice que es un espíritu de los bosques.
Blake sonrió ligeramente al ver la cara excitada del muchacho.
- Parece que, aparte de un problema serio con bandidos, también tienes a un ser misterioso en el bosque. Y eres afortunado de tenerlo , de otro modo muy probablemente estarías muerto .- La sonrisa de Blake desapareció cuando él añadió, - Has estado inconsciente durante tres días.
-¿Qué? - Amaury quedó consternado al oír eso.
- Sí, mi lord - anunció el obispo, colocándose detrás de Emma ahora para unirse a la conversación. - Tres días. Hemos estado muy preocupados por usted.
Amaury finalmente permitió que su mirada recayera sobre su esposa. Él había evitado mirarla desde el momento en que había despertado y la había visto inclinado sobre él sonriéndole. Aquella sonrisa había sido tan brillante que casi le había dañado la vista . Había quedado fuertemente impresionado al verla sonreírle así. Hasta ahora en su matrimonio él no le había dado ninguna razón para que le sonriera así. Lamentablemente, ahora que deseaba ver su expresión, su cabeza estaba inclinada, y sus pensamientos escondidos de él.
- deberías descansar, mi lord - murmuró ella ahora, todavía mirándose detenidamente las manos que ella retorcía nerviosamente sobre su regazo.
- He dormido durante tres días,- respondió Amaury molesto, irritado al ver que no podía descifrar su expresión.
- Sí, pero Lady Emma tiene razón, - murmuró el obispo ahora, apoyando su mano sobre su hombro. - Necesita descansar para seguir curándose , y también usted debe descansar, mi lady - añadió el obispo severamente, dando a su hombro un apretón suave mientras él hablaba - Usted no ha dormido durante estas dos noches y tres días.
- Él tiene razón, mi lady - Alden la miró detenidamente a través de la cama. - No ha dejado el lado de la cama de mi lord desde que fue herido. Se enfermará si no descansa pronto.
Amaury se animó ligeramente ante aquellas noticias, luego frunció el ceño sobre ello.
- Sí, esposa. Te acostarás y descansarás.
Emma lo miró al escuchar eso, pero su expresión no era la que él había esperado. Más que estar contenta por su recuperación o preocupada, ella parecía inmensamente enojada.
- Por qué siempre tiene que haber alguien ordenándome que me vaya a la cama?
Rolfe sonrió abiertamente ante su disgusto.
Porque, mi querida prima, siempre pareces estar poco dispuesta a hacerlo por tu propia voluntad.
* * *
- ¿Por qué lo llaman Pequeño George?- preguntó Emma la mañana siguiente cuando se unió al amigo de su marido en la mesa del gran salón .
Blake apartó la vista del pan y el queso que desayunaba para mirar a Emma cuando ella tomó asiento a su lado en la mesa. Él sonrió ligeramente cuando él vio el modo que los criados evitaban al enorme hombre y miraban nerviosos hacía donde él estaba sentado junto a otros hombres.
- Porque él es enorme.
Emma miró con el ceño fruncido .
- Eso parece tener poco sentido, mi lord.
- Pocas cosas en la vida lo tienen, mi lady.
Emma levantó sus cejas al oír eso.
Blake se encogió de hombros.
- Explícame por qué tu primer marido no atendió sus deberes conyugales hacía vos.
Él había querido formular la pregunta como una prueba de que había cosas sin sentido, ya que, realmente, uno se preguntaría cómo era posible que su difunto marido no hubiese encontrado a esa mujer lo bastante atractiva como para acostarse con ella. Comprendió en el momento en que su cara se ruborizaba violentamente por la vergüenza, para luego palidecer, que había cometido un error.
- Quizás él me encontró fea - susurró ella apesadumbrada , y Blake la miró con ojos desorbitados. No tanto por sus palabras, ya que muchas mujeres le habían dicho cosas similares sólo para lograr elogios. Su sorpresa se debía a que esta mujer parecía realmente creer sus palabras.
-¿Mi lady, nadie te ha dicho que eres hermosa? - preguntó él ahora.
Emma suspiró otra vez.
- Mi padre… y mi primo, por supuesto,- murmuró ella suavemente . -Pero ellos me aman y pienso que me lo dijeron porque sabía que eso me complacería - obviamente ella no creía que fuese cierto.
- ¿Nadie más te lo dijo ?
Emma sacudió su cabeza, sus ojos enfocados en la mesa mientras que sus manos jugaban con un trozo de queso.
- Bien.
Blake se enderezó en su asiento y le regaló su sonrisa más brillante, a pesar de que ella no lo miraba ahora.
- Permíteme que yo te lo diga, Lady Emma. Eres una criatura completamente encantadora. Tu pelo es del color del oro bruñido. Tus labios tan dulces como pétalos de una flor recién abierta. Sus ojos tan grandes y bonitos como los de un ciervo. Realmente eres … - Él hizo una pausa inseguramente cuando ella de repente se dio vuelta y acarició su brazo dulcemente.
- Eres muy amable , mi lord, pero no tienes que mentir.
- No estoy mintiendo, - dijo él rápidamente.
-¿Entonces por qué Fulk me ignoró?- preguntó ella simplemente. Antes de que él pudiera contestarle, ella se puso de pie y abandonó la mesa.
Emma iba a mitad de camino a través del salón cuando su primo la encontró. Sonriendo, él se curvó ligeramente para besar su frente a modo de saludo.
- Buenos días, querida prima. ¿Confío en que dormiste bien?
- Sí, - Emma suspiró. - ¿Y vos ?
- Como un bebé.
- Bien - murmuró Emma, siguiendo su camino y dirigiéndose la puerta que llevaba hacia las cocinas.
- ¿A dónde vas?
- Voy a darle a Lord Amaury un poco de té. Su cabeza debe dolerle todavía. El té aliviará el dolor y lo ayudará a dormir.
- Él está dormido , - le dijo Rolfe inmediatamente, dando un paso hacia ella. - Acabo de ir a verlo. Fui a decirle que el Señor Obispo y yo tenemos la intención de marcharnos hoy.
- ¡¿Hoy?! - Emma hizo una pausa repentinamente y se volvió de nuevo hacia él, su expresión consternada .- Pero si acabas de llegar.
- He estado aquí cuatro días, - le recordó él suavemente.
- Sí, pero todavía no hemos tenido la oportunidad de charlar.
- Sí - Rolfe sonrió irónicamente. - Yo había esperado que pudiéramos hacerlo a lo largo del camino hacia la corte. Sin embargo, con tu marido herido, no me parece que puedas venir con nosotros.
Emma parpadeó ante esto.
- ¿Por qué Amaury y yo debemos ir a la corte?
- Él debe jurar lealtad al rey como nuevo Duque de Eberhart.
- Ah, sí. - Ella miró detenidamente hacia el suelo apesadumbrada , luego pareció reanimarse. - Podría retrasar tu partida hasta que mi marido esté lo bastante bien para viajar? Podríamos…
- No. - Rolfe sacudió su cabeza suavemente. - El rey sin duda ya debe estar preocupado por mi tardanza. Probablemente piensa que Bertrand tuvo éxito llegando antes de la boda y que arruinó sus planes.
- Envía a un mensajero.
- No. No puedo confiar en que nadie lleve esta información, Emma. Bertrand nunca debe averiguar que el rey lo planeó de esta forma. Él crearía muchos problemas - Sonriendo al ver su expresión afligida, él le dio un breve abrazo. - Le daré al rey tus saludos y tu gratitud y le diré que tu marido y vos nos seguirán en… - Él levantó una ceja. -¿dos semanas?
Mordiéndose el labio, Emma miró insegura sus manos. Ella sólo había estado en la corte una vez, cuando había ido a tener la audiencia con el rey. A su padre no le había gustado la vida de la corte, diciendo que era promiscua y corrupta. Él había rechazado llevarla allí siendo niña. En su primera visita como adulta, Emma había encontrado que tenía razón. Ella había llegado el día antes de su audiencia y había planeado quedarse durante dos o tres días después, pero había cambiado de idea la primera noche. Realmente, ella nunca había pensado ver a tantos pavos reales reunidos en un salón , y eran muy rencorosos además. Ellos habían tratado con gran placer de humillar a Emma su primera noche en la cena, riéndose disimuladamente en voz alta detrás de sus manos sobre cuan desaliñada y sencilla era ella.
Eso era la verdad. Al lado de ellos ella había parecido probablemente una pequeña campesina vestida con ropas claramente pasada de moda. Pero hasta entonces ella había pasado toda su vida en el campo, ¿y a quién tenía ella que impresionar? De todos modos, no habían sido sólo sus comentarios e insultos que la habían perturbado y la habían hecho cambiar de opinión respecto a su permanencia allí. Había sido la reacción furiosa de Rolfe. Él se había sentido ofendido por uno de los comentarios de una dama poco cautelosa. Si Emma no lo hubiese detenido, ella sospechaba que él habría contestado mordazmente a la desafortunada mujer, pero ella lo había detenido y había calmado su furia con una sonrisa ligeramente divertida.
Emma probablemente tenía más riquezas que todos ellos juntos. Era lo que hizo que su desprecio casi la divirtiese . Ella seguramente podría permitirse vestidos diez veces más finas que las suyas, o al menos iguales a los suyos . Emma no había aportado tierras o ganado a su marido con su dote; las propiedades de su padre y los animales habían quedado para Rolfe. Emma aportado sus joyas, todas aquellas había heredado de su madre, mas las de su padre. Y ahora sospechaba que esas joyas eran la única razón por la que Fulk se había casado con ella. El castillo de Eberhart estaba muy necesitado de una contribución de dinero cuando ella había llegado. Todo parecía a punto de derrumbarse en ese castillo . Un poco de esa riqueza había sido usado a su llegada, reconstruyendo y restaurando el castillo para que recuperase su antigua gloria, pero la cantidad usada sólo había sido una mera porción de su dote. Y esa era sin duda la razón por la cual Lord Bertrand había estado tan impaciente por reclamarla como su esposa. Tal riqueza no era fácil de conseguir.
Suspirando, Emma miró detenidamente a su primo, recordando la furia que él había mostrado en su breve visita a la corte. Ella había decidido entonces que no debía permanecer más tiempo en la corte. No había deseado avergonzar a su primo, o verlo disgustado . Ahora tenía que pensar también en su marido. No deseaba avergonzarlo … o verlo desacreditado y humillado también, pensó de repente cuando recordó lo que Alden le había dicho sobre que Amaury sólo tenía dos túnicas: la que había llevado puesta a su boda y la que llevaba puesta cuando fue atacado, una vieja túnica que ahora tenía además un desgarro en el brazo.
Amaury era un duque ahora, y el Duque de Eberhart no debería ir mal vestido, se dijo ella. Aparte de esto, estaba el asunto que él sin duda se resfriaría por su costumbre de dormir sin ropa .
- Dile que iremos en un mes - le dijo Emma a su primo ahora. - ¿Y puedes hacerme un pequeño favor cuando llegues a Londres?
Rolfe levantó sus cejas de manera inquisitiva.
- Encuentra el sastre más fino de la ciudad y envíalo aquí. Dile que le pagaré generosamente y dile que traiga sus mejores telas.
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- Eso es lo que Fulk consiguió, Amaury. La pobre muchacha no tiene confianza en sí misma y muy mala autoestima debido su abandono. Ella cree que es poco atractiva. ¿Lo sabías? He hablado con Rolfe, su primo, sobre ello. Me gusta él, parece un buen hombre. Él afirma que la vida de Emma ha sido muy protegida. Recibían pocos invitados en Kenwick. Su tío, su padre no gustaban recibir visitas después de la muerte de su esposa, según parece. Él centró su vida en Lady Emma y su primo después de quedar viudo .
Amaury frunció el ceño mientras veía caminar a Blake por el cuarto. Era muy raro ver a Blake tan excitado. Amaury estaba medio tentado de decirle que se callase y se sentase. No le gustaba ver al hombre al que había oído alabar a tantas mujeres como si fuesen ángeles, ahora alabando a su mujer, incluso sintiendo indignación ante sus sentimientos heridos.
Acomodándose contra las almohadas con disgusto, alisó la ropa de la cama con un rápido movimiento malhumorado. Su esposa había insistido en que se quedase en la cama ese día para descansar. Él se había quejado al principio, para después se había resignado pues se encontraba terriblemente cansado. Había pasado otra noche agitada, moviéndose y dando vueltas intentando no tocar a la mujer a su lado en la cama. Ella finalmente había cedido a los deseos de todos de que descansara y había decidido aposentarse en el cuarto de huéspedes, pero Amaury se lo había prohibido, ordenándole dormir en la cama matrimonial . Emma había cumplido con la orden diligentemente, esperando hasta que todos hubieran abandonado el cuarto antes de cambiarse rápidamente y ponerse ese espantoso camisón de noche negro otra vez detrás del biombo y meterse en la cama.
Su esposa se había dormido casi antes de apoyar su cabeza en la almohada, demostrándole que ella había estado agotada. Él, sin embargo, no había sido tan afortunado. Amaury había sido incapaz de detener su mente y caer en el sueño profundo que había estado esperando . La culpa era de sus pensamientos, por supuesto. Si él hubiera sido capaz de controlar sus fantasías lascivas, podría haber descansado. En cambio, había permanecido allí contemplando su cuerpo dormido e imaginando cómo sería hacer el amor con ella… correctamente… sin dos o tres docenas de personas del otro lado de la puerta apurándolos como si estuvieran en una carrera.
Finalmente había caído en un sueño agitado justo antes del amanecer , sólo para despertar poco después cuando el sonido de la puerta de la habitación al cerrarse silenciosamente anunciaba la salida de su esposa del cuarto. Ella había vuelto momentos más tarde para encontrarlo intentando ponerse de pie para alcanzar su propia ropa. Por supuesto ella le había ordenado que volviera a la cama inmediatamente. Amaury podría haberse negado a no ser porque… porque estaba a punto de caerse por la debilidad que sintió . Apenas había logrado equilibrarse antes de desplomarse sobre la cama. Emma lo había ayudado a acostarse correctamente en la cama, enrojeciendo y desviando su cara al ver su desnudez, luego le había informado que le traería un poco de té.
A pesar de sus argumentos asegurando que no estaba cansado y que no tenía que quedarse en la cama, él se había encontrado quedándose dormido poco después que ella lo había abandonado, sólo para ser despertado momentos después por Lord Rolfe. El primo de Emma se había acercado para informarle que él y el obispo se marchaban. Amaury había escuchado esa información con distante interés, pero había murmurado un sincero “Dios los resguarde y les permita un buen viaje” antes que Rolfe hubiera cambiado el tema de la conversación hacia su prima. Amaury rápidamente había deducido la verdadera razón detrás de la visita de Rolfe cuando éste empezó a darle un sermón sobre como tratarla, agregando horribles amenazas de las consecuencias que tendría si él abusaba de ella de cualquier manera.
Amaury al principio había estado muy enojado por la creencia de Rolfe de que tenía derecho a interferir en su matrimonio , pero luego Amaury había refrenado su furia lo suficiente como para admitirse a sí mismo que él hubiera hecho lo mismo por una hermana o una prima . Entonces en vez de agarrar su espada y cortarle de un golpe el dedo con el que Rolfe lo señala, Amaury simplemente había cerrado los ojos y había fingido dormirse en medio de su sermón . Habían pasado unos minutos y un par de ronquidos antes que Lord Rolfe hubiera notado su sueño fingido; entonces él había murmurado unas palabras de disgusto y se había marchado. Pero sólo un momento su amigo Blake había entrado en el cuarto.
Al principio, Amaury se habían alegrado de la llegada de su amigo, pensando para pedirle que llevara a Pequeño George y algunos hombres más y fuesen hacer un rastrillaje por los bosques, cuidando, por supuesto, de no atacar a nadie que llevara un arco. No deseaba dañar al hombre que le había salvado su vida. Pero antes que pudiera saludarlo , Blake le había relatado la conversación que él había tenido en la mesa con Emma y había comenzado a lamentarse sobre “ su baja autoestima” y como consideraba que Amaury debería “manejar el asunto .” Amaury disgustado , prestó poca atención a las palabras de su amigo.
Realmente, era ultrajante que todos parecieran tener que decirle cómo debía tratar a su esposa. Realmente todos pensaban que él era tan idiota y tan torpe?
- Debes ayudarla a aumentar su confianza y mejorar su autoestima , Amaury. Ella necesita que la adulen mucho .Que la aprecien. Debes…
- ¡Deja de decirme cómo debo tratar a mi propia esposa, curandero de almas ¡ - gritó Amaury finalmente.
Blake se puso rígido al oírlo.
- Yo solo estaba...
- Metiéndote donde no te llamaron . Encuentra tu propia esposa y ocúpate de ella.
El disgusto de Blake desapareció tan rápidamente como había aparecido, y la diversión tomó su lugar.
- Mis disculpas, Amaury. No quería que te pusieras celoso. No sabía ya estabas tan enamorado de ella .
Los ojos de Amaury se estrecharon inmediatamente.
- No estoy celoso.
- Sí, lo estás.
- No, no lo estoy.
- Sí, lo estás.
- No, no… mierda …- Amaury agarró su cabeza y gimió cuando sintió que un rayo de dolor atravesaba su cerebro.
- Yo sabía que lo estabas - se rió Blake, luego giró y rápidamente dejó el cuarto.
Maldiciendo, Amaury se reclinó en la cama y cerró los ojos. Quizás ahora podría dormir un poco, pensó . Realmente le era imposible hacerlo cuando su dulce y pequeña esposa estaba a su lado. Se preguntó brevemente como habría sido la noche de boda si Fulk realmente hubiese consumado su matrimonio, luego comprendió que si lo hubiese hecho él no se habría casado con Emma. Ella muy probablemente habría tenido un par de niños y tendría la libertad de casarse o no. En ese caso, Lord Bertrand no habría sido ninguna amenaza para ella.
Esa ideas lo consternaba un poco. Si no hubiese sino porque Fulk no había poseído a su esposa, Amaury no estaría aquí… en esa cama… en ese castillo… con una pequeña y dulce esposa perturbando sus sueños.
Suspirando, giró su cabeza para mirar detenidamente la ventana al lado de la cama, sólo para comprender que la ventana no estaba abierta como había pensado la primera noche. Tenía un cristal. ¡Caramba ! Su castillo tenía ventanas de cristal, pensó él con una sonrisa. Era un artículo caro y poco común. Había visto cristales pero en el castillo del rey.
Él tenía ventanas con cristales, pensó con placer, luego sacudió la cabeza otra vez. Era asombroso para él que Fulk no hubiese deseado permanecer aquí. Lo tenía todo … una esposa hermosa, ventanas con cristales… ¿qué más podía desear un hombre?
Recordando el viaje que había hecho hasta llegar allí y todas las suposiciones que había formulado, frunció el ceño, pero no se sintió demasiado tonto al pensar en su suposición de que ella sería una bruja. ¿Qué otra cosa podía él pensar? Según todos decían, ellos habían estado casados aproximadamente dos años y Fulk no sólo no se había acostado con su esposa, sino que la había mantenido apartada como un secreto para todo Londres. Quizás para toda Inglaterra.
Seguramente era por eso que su esposa había llegado a la conclusión de que era fea, comprendió Amaury ahora. Después de todo, Blake le había dicho que Rolfe le había contado que recibían pocos invitados en su casa cuando era niña. Aquel tiempo lo había pasado conviviendo con su padre y su primo. No había habido nadie para cortejarla o alabar su belleza, salvo esos dos hombres que la amaban. Cuando su marido la había descuidado, sólo le había quedado suponer que era poco atractiva.
Era verdad, pensó Amaury con un suspiro. Su autoestima no existía. Ella estaba necesitaba ser adulaba, necesitaba aumentar su estima, y como su marido era su deber reconocer y atender sus necesidades. Siendo ese el caso, tenía mucho trabajo por delante, pensó con el ceño fruncido. Sí, tendría que alabar su belleza.
Golpeteando sus dedos con impaciencia en la cama, observó con furia el cuarto. Era muy molesto que Blake hubiese percibido esa necesidad de su esposa antes que él. Después de todo, esa era su obligación como su marido . Y de repente, el hecho que ella no estaba a su lado ahora lo enojó mucho mas . Ella estaba en algún sitio en el castillo, haciendo lo que fuese que las mujeres hiciesen para pasar el tiempo, mientras Blake, - el hombre adorado por todas las mujeres también estaba por allí, suelto, en algún lugar.
Maldiciendo , Amaury apartó las sábanas y las mantas ,se incorporó para sentarse en el borde de la cama. Que lo condenaran si su amigo iba a ser quien atendiese las necesidades su esposa. ¡Era su obligación hacerlo ! ¡Él era su marido!
-¡Mi Lord! ¡Lady Emma! ¡Lady Emma! ¡Él está tratando de levantarse!
Él se dio vuelta para fulminar con la mirada a la puerta mientras la criada Maude se alejaba rápidamente, impaciente por esparcir chismes sobre él . Insultando en voz baja, Amaury sacudió la cabeza y centró su atención en luchar para ponerse en pie.
Mierda ¡ Después de todo este era su castillo ! Podía levantarse si lo deseaba. Él era el lord aquí, y se lo aclararía a su esposa también, decidió, poniéndose en pie.
- ¡ Marido!
Toda la bravura de Amaury desapreció para ser remplazada por una mueca culposa cuando la voz preocupada de su esposa inundó el cuarto y vio lo que estaba haciendo.

-¿Qué haces ? ¿Estás loco? - Emma reprendió a su marido cuando entró precipitadamente en el cuarto. - Debes descansar para recuperar tu fuerza, no derrochar la poca que tienes.
Amaury frunció el ceño, luego suspiró y decidió hacerle caso a su orden. Era difícil discutir que él no tenía que quedarse en cama cuando se balanceaba débilmente sobre sus pies. Parecía que había consumido la mayor parte de su fuerza en enojarse. Aparte de estar un poco mareado, de repente también se sentía muy cansado.
Poniéndose a su lado, Emma lo agarró rápidamente por el brazo para estabilizarlo, luego lo impulsó a sentarse en la cama una vez más. Sus piernas ya tambaleaban debajo él, Amaury dio un gruñido cuando volvió a sentarse en la cama, luego suspiró con resignación cuando su esposa armó un gran alboroto mientras lo ayudaba a volver a acostarse y lo arropaba con las sábanas y las mantas . Sin embargo un poco de su fuerza volvió y quiso enderezarse en la cama cuando ella entonces solicitó permiso para retirarse del cuarto.
- ¿ A dónde vas ?
Emma giró , sorprendida por el obvio tono rudo de su voz.
-Pensaba ir a la cocina a ver como iba la cena.
- No, tu lugar está aquí. - Las cejas de Emma se elevaron ante aquella declaración.
- Si, pero debes descansar, mi Lord , yo tengo deberes que…
- Como tu marido, ¿no soy yo tu primer deber? "
Ella frunció el ceño al escuchar esto.
- Si, mi Lord , pero necesitas descansar.
Amaury hizo una mueca, pero no argumentó el punto.
- Deberías descansar también, esposa.
-¿Yo? Pero yo no estoy herida, - protestó ella inmediatamente.
- Sí, pero tienes dos noches de sueño que recuperar.
- Pero… yo no estoy cansada.
- Sí, lo estás.
- No, yo….
- No discutas, esposa. Si te digo que estás cansada, entonces lo estás.
- Pero yo ....
- ¿No soy yo tu lord ? - preguntó Amaury con un suspiro impaciente.
- Sí, pero…
- Entonces tu lugar está a mi lado. En la cama.
Emma lo miró fija e inexpresivamente durante un momento, luego dejo caer sus hombros con un suspiro y se movió detrás del biombo para cambiarse. Le Pareció lo mejor para mejorar humor en ese mismo momento. Amaury había sufrido un traumatismo craneal después de todo y eso podía confundir el cerebro de algunas personas . Ella esperaba que la aflicción pasara con un poco de tiempo.
Gruñendo su satisfacción, Amaury se hundió hacia atrás contra las almohadas y se relajó. Estaba increíblemente satisfecho consigo mismo. Era verdad, parecía estar demasiado débil para dejar su cama. Sin embargo, ahora nadie tendría la posibilidad de elogiar a su esposa y él repararía el daño hecho a su estima, pero a su manera. Además, su esposa había mostrado una gran tendencia a mandarlo desde que había sido herido . Ejercer su autoridad como él lo había, hecho había servido para recordarle cual era su lugar. No estaba bien dejarse mandar por una mujer, de eso estaba seguro.


Amaury estaba completamente satisfecho por el modo en que había manejado las cosas hasta que su esposa salió de detrás del biombo con el horripilante camisón negro y había subido en la cama. Entonces un poco de su satisfacción se perdió cuando comprendió lo que había hecho.
Maldición, ella estaba en la cama , a su lado otra vez. No conseguiría descansar o dormir ahora. Frunció el ceño, la miró detenidamente desde distintos ángulos, luego se forzó a mirar hacia otra lado y forzó su mirada a ver la puesta del sol a través de la ventana.
-¿Esposo?
Amaury giró rápidamente para lanzarle una mirada a su esposa ante su tímido murmullo.
-¿Si?
- Deberías descansar, - le recordó ella con cuidado.
- ¡Hmm!. - Él se movió contra las almohadas, frunció el ceño ligeramente y volvió a mirar la ventana, preguntándose qué estarían haciendo en ese momento sus hombres. Sin duda estarían por allí holgazaneando, comiendo excesivamente y divirtiéndose haciendo nada . Tendría que ocuparse de disciplinarlos cuando se levantase. También tendría que ocuparse de los bandidos, pensó con gravedad.
- ¿Marido?
- Si.- Amaury gruñó la palabra, luego trató de no parecer tan feroz cuando vio la incertidumbre en la cara su esposa. Realmente, ella pareció una mezcla extraña de mujer mandona y doncella tímida.
-¿No puedes descansar?
Él estuvo a punto de negarlo, luego suspiró y se encogió de hombros .
- ¿Te gustaría conversar ? - preguntó ella entonces, y Amaury giró hacia ella con algo de sorpresa.
- ¿Conversar? ¿Con quién, esposa? No hay nadie mas aquí, salvo vos.
La mirada fija de Emma se estrecho ante esto.
- Sí, esposo. Eso es verdad, soy la única que está disponible. ¿Tan imposible es que puedas hablar conmigo?
Amaury apenas notó la ironía en sus palabras, pues aún estaba sopesando la pregunta. Amaury nunca había "hablado" con ninguna mujer. Su madre había muerto en el parto , y él había sido criado durante los pocos primeros años de su vida por su abuelo, un anciano hosco, autista, para ser mas exactos . Luego había sido adoptado. El lord con el que él se había criado había tenido una esposa, desde luego, pero raras veces parecía dirigirse a ella excepto para darle órdenes. Amaury nunca había visto la necesidad de "hablarle" de algo de interés o de importancia, entonces Amaury lo había imitado y había hecho poco más que asentir con la cabeza de modo ausente como muestra de respeto
Las únicas mujeres con las que habían estado en su vida eran las prostitutas que acompañaban su ejercito . Había pasado muchos años luchando una batalla u otra, tratando de ganar dinero para comprarse una propiedad. Durante aquellas varias batallas, él apenas había tenido el tiempo para hacer el uso de los servicios de aquellas mujeres, y mucho menos para desperdiciar tiempo "hablándoles". ¿Qué le había dicho?
-¿Mi Lord ?
Contagiado de la impaciencia en la voz de su esposa, Amaury giró sus ojos hacia ella , echo una ojeada a su expresión poco prometedora. Su pequeña esposa lo miraba bastante enojada en ese momento. Aclarando su garganta, consideró qué podría decirle, luego recordó su intención de reforzar su confianza y su autoestima .
- Eres bonita.
Emma parpadeó ante sus palabras. Estas sonaron más bien como una acusación que como un elogio. Realmente su marido era extraño, decidió ella. Ese pensamiento trajo a su mente otra singularidad que él había mostrado durante su noche de boda, y sus ojos recayeron furtivamente sobre su ingle . Desde luego, ella había comprendido que ‘eso’ no era realmente una singularidad, no después de lo que él había hecho con ‘ eso’ . Si lo había usado para la consumación del hecho , entonces seguramente todos los hombres debía tener ese miembro o ‘tercer pierna’. Un pensamiento inquietante . ¿Había tenido Fulk uno así? ¿Y si lo tenía, habría sido tan grande cuándo crecía? Ella dudaba eso , ya que Fulk había sido de cuerpo pequeño .
- Esposa.
- ¿Si? - Emma enrojeció con aire culposo cuando levantó sus ojos rápidamente.
- Te Dije que sos bonita, - Amaury le recordó ahora. - ¿No tienes nada que decir?
- No, no creo que lo sea.
Amaury se puso rígido ante esto.
- Si yo te digo que eres bonita, entonces lo eres.
- Sí, marido, - murmuró Emma obedientemente .
Amaury gruñó, pero continuó frunciendo el ceño. Sospechaba que ella simplemente estaba de acuerdo porque era su deber hacerlo así, no porque hubiera comprendido la verdad de sus palabras.
- Te dije que eres bonita, - repitió él una vez más.
- Si, marido. Eres muy amable por decirlo.
- No soy amable. Esa es la verdad.
- Si vos lo dices , esposo. Cuéntame cómo salvaste al rey. - Cuando él simplemente frunció el ceño, ella le dio un codazo, - Rolfe me dijo que salvaste al rey de unos asesinos en Irlanda.
Amaury asintió de mala gana.
- Sí.
Emma esperó que le explicara sobre algo sobre eso, pero Amaury simplemente se quedó sentado allí frunciendo sus labios con desagrado.
-¿Quiénes eran ellos? - preguntó ella finalmente.
- Irlandeses.
Ella hizo una mueca ante esto.
- Sí, claro que eran irlandeses, pero…
- Esposa, no es apropiado que un hombre hable de la guerra con una dama.
Emma lo miró detenidamente con desconfianza ante aquel anuncio. Rolfe hablaba de la guerra con ella. Y su padre antes que él. Ellos no veían nada malo en eso. Seguramente su marido .... bromeaba? Lamentablemente, ella había tenido pocas pruebas hasta ahora de que su marido tuviese un espíritu bromista.
-¿Por qué?- preguntó ella finalmente.
- ¿Por qué?
- ¿Por qué no es apropiado que un hombre hable de la guerra con una mujer?
Amaury frunció el ceño, tratando de recordar lo que él había oído sobre el tema de la guerra y las mujeres. La verdad era que nunca había oído a nadie hablar de ese mérito, o de la falta mérito de eso. Simplemente había asumido que era inaceptable. Después de todo, todos afirmaban que las mujeres eran criaturas delicadas y sensibles , que se desmayaban y lloraban ante la menor provocación. Hasta había oído que ellas sufrían de vez en cuando de palpitaciones de corazón.
- Muy probablemente te desmayarías y tendrías palpitaciones, - le informó él ahora, luego asintió con la cabeza para acentuar sus palabras cuando ella lo miró detenida y dudosamente.
-¿Desmayo y palpitaciones?
- Sí. Las mujeres son conocidas por tener un carácter débil, esposa, - informó él. - Es por eso que debes descansa ahora.
- ¿Todas?
- Sí. Las mujeres son el género más débil. Ellas son más débiles físicamente, débiles de voluntad, y aún más débiles en su mente. Es por esto qué ellas deben ser tratadas con cuidado, primero por sus padres y luego por sus maridos.
Los ojos de Emma eran dos rayas cuando lo miró airadamente. Nunca antes había oído algo tan ultrajante . Su padre y su primo nunca le habrían dicho tales cosas. Ellos la habían tratado como a una igual, excepto cuando vino se trataba de practicar con la espada. De todos modos ella sabía que lo que Amaury decía era una creencia popular , de modo que trató de ser razonable.
- Te concedo que los hombres son generalmente más fuertes físicamente que las mujeres, - dijo Emma.
- Y mentalmente, - insistió Amaury rápidamente.
- No.
- Sí, es el carácter, esposa. Las mujeres, si no son guiadas con cuidado, son las criaturas más traicioneras.
- No. Seguramente no puedes creer eso - ella lo miró horrorizada.
Amaury se encogió de hombros.
- Consideremos a Eva.
- ¡Consideremos a la Virgen María! - Emma se recupero rápidamente.
Él hizo una pausa ante eso.
- Eso es verdad, la Virgen María era una mujer excepcional; sin embargo…
- ¡Y consideremos a Judas o al Rey Herodes como ejemplo de hombres!
- No puedes contarlos pues ellos eran hombres malos, - protestó él inmediatamente.
- Justamente, entonces no podemos culpar a Eva por sus malas decisiones.
Amaury la miró brevemente confuso, entonces recuperó un poco de su arrogancia.
- Mi lady, según Tomás de Aquino…
- Oh, sí. Vamos a oír lo que él tiene para decir. Un hombre célibe que muy probablemente detestaba a las mujeres. Sí, su juicio sería intachable.
El ceño de Amaury se oscureció.
- Vos …
- Además Tomás de Aquino está muerto, - añadió Emma secamente
- Pienso que sería buena idea cambiar de tema, esposa.
- ¿Por qué?
- Comenzaste a temblar.
Emma abrió la boca para discutir, pero lo pensó mejor. No tenía temblores, pero estaba muy enojada. No deseaba discutir con su marido, entonces decidió que un cambio de tema podría ser la mejor de todas las opciones posibles.
- ¿Quién es el Pequeño George?
- Es mi primer hombre al mando.
-¿Pensé que Sir Blake tenía ese puesto?
-¿Sir Blake? - Él sonrió de repente abiertamente- Más bien, él es Lord Blake. Mi amigo y compañero.
-¿Compañero?
- Sí. - Él levantó la cabeza ligeramente, el orgullo reflejado en su cara. - Somos caballeros. Conducimos doscientos de los mejores guerreros en Inglaterra. Nuestros servicios son muy demandados. Podemos pedir el dinero que deseamos por nuestros servicios . Y … - Su voz se desvaneció, frunció el ceño lentamente, pues comprendió que ya no podría afirmar eso. Él era un duque ahora con un gran patrimonio y criados a su disposición. Lamentablemente, eso le había venido , no por su propio trabajo, sino por su matrimonio y por la mujer menuda a su lado . En verdad ella era el ama aquí. Él había sido testigo de esto durante la mañana de su ataque. Los criados siguieron sus órdenes suavemente dadas con respeto y presteza, todos ansiosos por ganarse su favor. Él aún tenía que ver si ellos hacían caso y si lo hacían, temía que fuera por miedo, no debido al respeto ganado, ya que ellos no lo conocían aún.
Era una posición extraña en la que se encontraba Amaury. Él siempre había sido respetado y seguido por su habilidad en las batallas, por su imparcialidad, y su táctica aguda. En cuanto él había terminado su entrenamiento y había ganado las espuelas de caballero, había comenzado a contratar sus servicios a aquellos que necesitaban un guerrero capa. No había pasado mucho tiempo antes de que él se hubiese encontrado siendo seguido de trabajo en trabajo por otros hombres. Sin que se dijera una palabra, él de algún modo había terminado siendo su líder, conseguía los contratos para la compañía de soldados , pagaba los honorarios de sus hombres , y ahorraba tanto como le era posible para un día poder comprar su propia propiedad. A lo largo de los años, el tamaño de su compañía había crecido de tal manera que cuando se había reunido con Blake otra vez algunos años atrás, el tamaño de grupo habían alcanzado más de ciento cincuenta hombres.
En aquel tiempo, Amaury había estado pensando dejar a algunos hombres, y había estado rompiéndose la cabeza con la decisión. Su tamaño había crecido hasta tal punto que mientras ellos eran los primeros en ser considerado para contratos grandes, eran demasiado grandes para muchos de los empleos más pequeños pero más abundantes. Esto había causado encuentros entre ellos mismos con poco por hacer excepto la bebida y prostitutas en demasiadas ocasiones.
Blake había sido la solución a su problema. Con él como compañero, ellos podrían separar los hombres en do grupos para cubrir los contratos más pequeños, y aún estar disponibles para los más grandes cuando fuera necesario. El arreglo había sido muy acertado.
-¿Por qué era él un noble?
Amaury alejó sus pensamientos de su mente y echo un vistazo a su esposa con el ceño fruncido.
-¿Qué dices ?
- Lord Blake. ¿Cómo ganó él el título de nobleza ? ¿También salvó a alguien importante?
Amaury sonrió abiertamente y sacudió la cabeza.
- No. Él nació siendo noble . Él es Lord Blake Sherwell.
Cuando ella simplemente miró fijamente hacia él inexpresivamente, Amaury dijo:
- Su padre es Lord Rollo Sherwell, el Conde de Hampshire.
Emma quedó boquiabierta ante esto, su rostro ruborizado con vergüenza. Era bastante malo que ella lo hubiera llamado sir cuando él era un Lord, pero ella podría haber sido perdonada por esto si él recién hubiese recibido el título. Llamarlo sir cuando él era el hijo de un conde era imperdonable. Y todo era culpa de su esposo desde luego. Él debería haberle explicado esas cosas.
Amaury se echó a reír por su expresión, y Emma le miró con el ceño fruncido.
- Esto no es nada gracioso, marido. Yo podría haberlo insultado de algún modo a Lord Blake .
- No, - dijo Amaury ahora, inmediatamente serio. - Eres es mi esposa, y no hiciste nada para insultarlo.
Emma suspiró ante aquella proclamación. Al parecer su marido pensaba que simplemente tenía que ordenar algo para que se hiciese así. No tenía ningún sentido que discutiera con él sobre ese incidente , entonces ella trató de satisfacer su curiosidad.
-¿Por qué el hijo del Conde de Hampshire se hizo un mercenario?
Amaury se encogió.
- Él se hartó de holgazanear esperando a que su padre muriera, supongo.
Emma lo miró boquiabierta.
- ¿Él te dijo eso?
- No. Pero, por qué otra cosa dejaría un hombre su propia casa? - Le pareció absurdo. Él había deseado una casa de su propiedad por largo tiempo, simplemente no podía comprender por qué otro hombre abandonaría su casa. Aunque ahora que él tenía una, y comenzaba a sentirse incómodo por el modo en que la había ganado. Una cosa era trabajar mucho y ganarla, o incluso casarse con una vieja bruja tacaña que hiciera su vida miserable. Entonces él sentiría que la había ganado también. Pero haberla ganado a través de un matrimonio con una mujer dulce no le parecía justo, de algún modo era como ... un robo.
Emma detecto la expresión de disgusto en la cara de su marido, y decidió que la discusión respecto a su amigo lo perturbaba. Y era la última cosa que él necesitaba en ese momento que esta reponiéndose de sus heridas, entonces cambió el tema otra vez.
-¿De dónde es Pequeño George? Lo oí hablar esta mañana y tiene un acento extraño.
- Él viene del norte.
-¿Cómo llegó a tu ejercito ?
Amaury se encogió de hombros .
- Lo conocí junto con Blake. Nosotros éramos escuderos. Él es el cuarto hijo de un barón con una pequeña propiedad justo al sur de Escocia.
-¿Cuál era la tarea que tenía que hacer que retrasó su llegada aquí?
- Él tenía que casarse.
-¿Casarse? - Sus ojos se ensancharon ante esto. - Me gustaría conocer a su esposa.
- No puedes. No por ahora al menos. Ella se detuvo a visitar a unos parientes en el camino hacia aquí. El Pequeño George dijo que ella vendrá en una semana o dos.
- Ah, - Emma murmuró con decepción. Realmente le gustaría conocer a la mujer. ¿Siendo su marido un hombre tan grande, seguramente su esposa sería ser una amazona para poder acomodarlo ... alojarlo ... en su cuerpo ? Emma enrojeció ante la indecencia de sus propios pensamientos y procuró buscar otro tema . - Dime más sobre los asesinos que trataron de matar al Rey Ricardo . Cómo hiciste…
- Hablar de ese tema es muy agotador, - dijo Amaury de repente, recostándose sobre las almohadas.- Tengo sueño.
Emma lo miró airadamente , luego suspiró y se recostó sobre la cama. No iba a hacer el papel de tonta reclamando la atención de su agotado marido. Parecía que él no deseaba hablar de su valiente acto. Su actitud era frustrante. Y egoísta también, ella decidió. Especialmente cuando su curiosidad era tan grande. Ah, bien, ella decidió, cerrando los ojos. Lo averiguaría tarde o temprano. Molestaría a su primo hasta que le revelara toda la historia . Mientras tanto, le pediría perdón a Lord Blake por su error de llamarlo sir, le explicaría que todo era del todo culpa de su marido, y le preguntaría su opinión sobre la salud de su marido.
Ella lo había escuchado cuidadosamente mientras habían hablado, y consideraba que las extrañas creencias que Amaury tenía sobre las mujeres y su maldad intrínseca , simplemente podían deberse a la herida en su cabeza. Lo mismo que esa fastidiosa insistencia en que ella descansara, cuando no estaba cansada.
Seguramente todas esas peculiaridades se debían a los golpes recibidos en su cabeza . Realmente no podía creer de que su marido creyera las cosas que había afirmado esa noche.