martes, 22 de julio de 2008

MALICIOSA - CAPITULO 2

Capítulo 2



"Sofía!"

Ella se dio vuelta ante el sonido familiar de la voz frenética de su amiga.

" ¡Espera! " Lady Edith corrió tan rápidamente como pudo para alcanzarla pero su tiara de oro se deslizó sobre sus ojos y su velo cayó al suelo.

Los rulos rojos cayeron sobre los ojos de su amiga . Edith se detuvo repentinamente como si estuviese cegada por los rulos, se tocó la cabeza en un segundo, después frunció el ceño, y se dio vuelta para observar como grupo de niños salvajes pisoteaban su fino velo . Ella tomó la tela de la seda , le sacudió la suciedad, mordiéndose el labio inferior en un momento de indecisión.

Incluso a una distancia corta Sofía podía ver las huellas de suciedad ; estaba arruinada.

Edith estudió el velo , después se encogió de hombros y colocó el velo sobre su hombro. Con ambas manos, acomodó la tiara de oro que coronaba su cabeza y luego se apresuró para alcanzar a Sofía. Su respiración era agitada cuando ella llegó a su lado .

" ¡Faltaste al baile, Sofía! "

" Habrá más bailes después de la cena ." Sofía miró hacia la izquierda, y luego a la derecha. ¿Dónde estaba él?

“¿Dónde ibas tan apurada? "

" No Estoy apurada ." Sofía disminuyó la velocidad de sus pasos, pero no pudo evitar que su mirada recorriese la muchedumbre buscando a alguien un túnica azul.

" Pensé que ibas a permanecer en la torre todo el día para molestar al Rey."

" Cambié de idea . Decidí que podría ser mucho más molesta aquí entre la gente ."
Lady Edith frunció el ceño , después siguió la mirada de ella . " ¿ A Quién estás buscando? "

" ¿Buscando? " Sofía le dio la mirada mas inocente que tenía . " ¿Yo? Buscar? " Ella se detuvo brevemente. " ¡ A vos, por supuesto! "

Ella enlazó su brazo con el de Edith , y sonrió brillantemente cuando agregó, " ¿Viste cuanta gente hay aquí hoy? Temía que nunca te encontraría. Había tan poco espacio que no pude acercarme a la tienda donde venden higos y dátiles." Sofía se detuvo brevemente. " ¿Puedes imaginarte?

" ¡Estoy Hambrienta ! " ella continuó . " Es un Trabajo muy arduo lanzarle maldiciones a la cabeza dorada de Edward ." Ella desvió la mirada de la cara severa de Edith y agregó ferozmente, " Vamos! No me mire así , él merece esas maldiciones! "

" No sé si debo envidiar tu coraje o sentirme feliz de no ser tan tonta como vos."

" Piensas así porque Edward no te hace la vida imposible . Eres afortunada de tener un hermano que cuida bien de vos."

" El rey te cuida, Sofía."

“ Si . El se divierte destruyendo mi vida." Sofía continuó mirando la muchedumbre y buscando al hombre. Cuando ella no lo encontró , tiró del brazo de Edith " Ven, vamos. Las carreras comenzarán pronto. Iremos primero a la a tienda de los higos . Yo pago hoy ." Ella
hizo una mueca y acarició al pequeño monedero de seda que colgaba de su cinturón. " Todavía tengo todas las monedas de la fiesta de Candlemas, que Edward me dio para que permaneciera en silencio durante la lucha entre su hombre y Lord Giles."

Edith gimió. " Todavía no puedo creer que hayas llamado al campeón del Rey “la flor mas tierna del jardín”, no puedo creer que le hayas dicho que no tenía más de fuerza que las pulgas de un establo . Sofía, ese hombre es enorme ."

" Un verdadero gigante " Sofía todavía sonreía. " Pero con un ego tan grande como su manos con forma de patas de jamón”.

Edith tembló y murmuró, " Yo No tengo el valor para hacer ese tipo ce cosas temerarias”.

" No se trata de decir cosas temerarias, sino cosas que es necesario decir , Edith. Y yo continuaré expresando mis opiniones siempre que sienta que debo hacerlo ."

Edith sacudió la cabeza, su expresión era una mezcla de temor y envidia. “ Fue una cosa absurda poner a prueba al rey de esa manera."

" No tan absurdo para mí , esa noche dejé el gran salón con cinco monedas ganadas dentro de mi zapato. Dos monedas de oro de Edward y tres de plata por mi apuesta con sir Lowell."
Edith se detuvo tan repentinamente como si se hubiera chocado con una pared. " ¿Hiciste una apuesta? "

“ Si . Aposté por el oponente."

Edith rápidamente se persignó .
"¿Por qué no debería hacer una apuesta? "

" Porque es un pecado."

" Eso no se detuvo al obispo Culbert y padre John de participar en la apuesta, " Sofía agregó en un tono malicioso. " Sólo porque nosotros, vos y yo , tuvimos la desgracia de haber nacido mujeres no significa que no podamos tener las mismas diversiones que los hombres."

" Por supuesto que no podemos. No somos hombres. No tenemos su fuerza , su energía ... "

" Si dices su inteligencia , te dejo plantada aquí y ahora."

" Bien, yo no llegaría tan lejos, pero Sofía si continuas así, te estás buscando que algo terrible te suceda. Verdaderamente te lo digo . El rey no va a dejar que lo presiones y lo provoques de esta manera . A Él no le gusta ese tipo de comportamiento en vos . Incluso Eleanor no podrá defenderte si continuas comportándote así. Y si el rey verdaderamente se cansa de vos y te casa con alguien tan tremendo como… como… " Ella bajó su voz y susurró con horror, " ¿Cómo
Lord Alfred? "

Alfred De Bain era un hombre lujurioso de 45 años , con las manos del tamaño de un buey y pequeños ojos marrones , como los de un ratón , que prometían crueldad. Él había tenido 21 hijos y ya había enterrado a siete esposas, y ninguno de sus hijos había llegado a cumplir quince años con vida.

" Si Edward intentara casarme con alguien tan horrible, me clavaría un puñal en el corazón, enviaría mi alma al infierno , y pasaría el resto de la eternidad atormentándolo ."

" No Debes bromear respecto a quitarte tu propia vida. Es un pecado mortal. ”

" ¿Quién está bromeando? " .

Con eso , Edith enmudeció.

Demasiado tranquila y callada para Sofía. Edith era su mejor amiga y su silencio repentino puso muy incómoda a Sofía. Una pequeña voz en su mente le dijo . " Edward sabe que yo haría algo horrible. Acaso no he logrado rechaza y alejar a cada hombre que Edward me ha presentado como pretendiente ? " .

Edith le dio a Sofía una mirada extraña y dijo suavemente, " Pienso que algún día encontrarás a un hombre que sea más inteligente que vos . Alguien que no se asustará y no se escapará de tus bromas pesadas."

" Bueno, por lo menos no estaré aburrida ." Pero Sofía no dijo lo que ella sentía, que ya conocía a ese hombre y que se había escapado.

" Quizás deberías casarte con Lord Geoffrey , " Edith dijo. " Él es muy rico."

" Lord Geoffrey es mas aburrido que una tostada. No es alguien a quien yo podría amar , Edith." Su voz se debilitó y ella miró a su amiga y le confesó, " Con cada pretendiente que me presentan , intento imaginarme estar en sus brazos. Me imagino siendo besado y abrazada. Pero nunca puedo imaginarme estar con algún hombre sin que mi mente esté pensando en algo más. "

" Pero vos siempre aseguras que buscarás tu propio destino. ¿No podrías hacerlo con alguien que simplemente te quiera, alguien como Lord Geoffrey ? "

Ella sacudió la cabeza. " Si alguna vez me caso, y no estoy diciendo que lo haré - quiero que haya entusiasmo en mi matrimonio ."

Edith la miró fijamente como si le hubiera crecido otra cabeza y tuviese cuatro ojos.

" ¿Qué hay de malo en eso ? Mi vida es bastante aburrida ahora. No Podría soportarlo si mi matrimonio fuese igual de aburrido. En ese caso prefiero hacerme monja ." Ella se detuvo brevemente, después agregó , " Pero Edward dice que no me aceptarán como novicia en ningún convento del país."

Edith se cubrió la boca con una mano e intentó sofocar una risita.

" ¿Qué es tan divertido ? "

"Lo Que dijiste ." Edith comenzó a reírse.

" No lo encuentro nada divertido en querer algo de entusiasmo y excitación en mi vida."

Edith continuó riéndose .

Sofía frunció el ceño , después plantó sus manos en sus caderas, golpeó ligeramente su pie y aguardó una respuesta mientras que Edith continuaba con su risa tonta.

" En primer lugar no puedes hacerte monja, " Edith dijo, tragando su risa. " La iglesia no podría aceptarte . Y debes saber que el rey nunca dejaría que tu enorme dote vaya a parar a la iglesia. Y finalmente y lo más importante, un matrimonio con vos nunca será aburrido. No con vos , Sofía ! "

" Hablas como Eleanor, " Sofía dijo con repugnancia.

“ Bien ." Edith parecía encantada. " Eso es una buena cosa . Me encantaría se exactamente como la reina ."

A Sofía no . Ella nunca querría ser como la reina, y tener que estar casada con semejante monstruo. " El hombre con quien me case tendrá que ser un caballero. Valiente y honesto ." Ella echó su rostro hacia el cielo y una cara vino a su mente, tan rápidamente que casi le cortó la respiración. " Un hombre con de cabello tan negro como el pecado y hombros tan anchos como un puente levadizo. Él debe ser alto. Confiado. Fuerte ." Con Su mentón todavía en alto , ella miró a su amigo. " No Aceptaría nada menos que un gran guerrero."


" Los guerreros tienen corazones duros. Algunas de las mujeres dicen que esos hombres llevan sus batallas a la alcoba. Muchos golpean a sus esposas."

Sofía recorrió la muchedumbre con la mirada , todavía buscando a ese hombre de cabello negro, de hombros anchos y expresión confiada, y agregó alegremente, " Si mi marido me golpease , yo le cortaría el corazón y se lo daría de comer a los cerdos del castillo ."

Edith le golpeó ligeramente el hombro, frunciendo el ceño. "
¿Estás segura que no estás buscando alguien? "

" Edith." Sofía la paró. " Dime algo . ¿ A Quién estaría buscando yo ? Vos estás aquí." Sofía le sonrió . " Ven , ahora. Hay está la tienda . ¿Ves? " Sofía señaló en la dirección a una tienda con un estandarte . Asió la mano Edith y la arrastró.

La tienda era pequeña, simplemente una carpa con cuatro postes y una mesa .

Debajo de un toldo verde un vendedor de piel oscura vendía higos y dátiles con miel junto . Había pequeños barriles con sabrosas aceitunas y aceite de oliva traídos de Oriente .

" ¡Mi lady ! " El vendedor saludó a Sofía con un cabeceo rápido, después su mirada fue hacia el monedero lleno que colgaba de su faja. Con una reverencia , él señaló todas sus mercancías. " Mire todo lo que hay . Vea aquí. Un dulce de frutas hecho en el cielo ."

Delante de ella había bandejas con frutas glaceadas, melosas, pegajosas. Suculentas. Tentadoras. Se le hizo agua la boca , como si no pudiera esperar para probarlas.

El vendedor no era ningún tonto y captó su reacción , pues agregó, " Placeres intensos para la lengua de Mi lady."

" Entréguele a la dama lo que se pueda comprar con esta moneda! "

Una gran moneda de plata voló por el aire y cayó en la mano rápida del vendedor .

" ¡Todos en Inglaterra saben que la lengua de lady Sofía Howard necesita algo para ser endulzada ! " La risa masculina hizo eco detrás de ella .

Edith masculló algo que Sofía no oyó y se dio vuelta Pero Sofía no necesitaba oír las palabras de su amiga . Ella conocía la voz desagradable de Richard Warwick .

Él era el hijo de barón John Warwick y había sido su némesis y su rival desde que eran niños, cuando él la pellizcaba en las misas, le ponía ranas en su espalda , y le había robado los zapatos que ella se había quitado durante las misas de Navidad . Había habido veces en que ella había tenido que salir de la capilla de rodillas dobladas
para que Edward o Eleanor no viesen que sus pies descalzos . Cada vez que ella oía la voz de Richard casi podía sentir los pinchazos producidos por los guijarros del suelo del patio en las plantas de sus pies.

Sofía había rechazado una oferta de compromiso matrimonial de él que dos años atrás , no sólo porque nunca podría amarlo, o nunca podría imaginarse en sus brazos, sino porque él seguía siendo una persona muy fastidiosa . Casi podría apostar que había sido él quien había revelado sus planes de participar en las carreras de caballo y quien se lo había contado al rey.

Sofía no se dio vuelta . Ella dijo muy dulcemente, " Devuélvale su moneda, vendedor. No necesito que ningún hombre me compre dulces ." Ella sacó una de las monedas de oro del soborno cobrado a Edward de su monedero y la entregó.

Hubo un grito de asombro, porque el oro valía diez veces la moneda de plata de Warwick y una mujer tenían raramente su propio dinero. En general era un hombre quien pagaba por sus compras, y quien llevaba el dinero , lo que le permitía conservar su virilidad y poder como controlador de los gastos de un castillo.

Entonces Sofía se dio vuelta para enfrentar a Richard Warwick. Era el mismo Dick* de siempre ( Nota de traducción: Dick es el sobrenombre usual de quienes se llaman Richard. Al mismo tiempo Dick es un apelativo corriente para la palabra pene ) . Tenía el mismo cabello rubio pálido que se enralecía con el tiempo. Sus ojos eran marrones oscuros, pero casi se ponían negros siempre que él la miraba. Sofía no sabía qué significaba cuando él la miraba así, pero sabía que ella no le gustaba Richard

En otro sentido , Richard Warwick era impresionante, porque se había puesto muy alto, su cuerpo era fuerte, y su cara , atractiva. Sofía sentía que Richard era como un huevo que había sido dejado durante demasiado tiempo en un nido : perfectamente normal por fuera , pero totalmente podrido por dentro.

Los ojos de Warwick se estrecharon de la manera que lo hacían siempre, y se oscurecieron, lo cual la perturbó . No le dejaría saber que su mirada la afectaba. Ella levantó el mentón y sacudió la cabeza antes de darle la espalda y decirle al vendedor, " Tendré tres de esos y cinco de esos otros ." Ella señaló las bandejas de dátiles e higos " ¿Qué quieres, Edith?”

Edith se acercó a Sofía como si pudiera ocultar la mirada enojada de Warwick detrás de ellas.
Sofía decidió entonces que él era como la mayoría de los hombres. Si no podían controlar a una mujer con sus palabras, su prepotencia , o su inteligencia (aunque en Dick Warwick la palabra inteligencia era un término meramente descriptivo), luego intentaban quebrar su espíritu con la fuerza de su mano.

La cara Richard Warwick le dijo que a él no le gustaba como se estaban desarrollando las cosas. Él dio pocos pasos hasta ponerse al lado de Sofía, después anunció en su voz potente , “ Por favor , cuéntanos , mi lady . ¿Cómo obtuviste esa moneda de oro? " Él se detuvo brevemente, estudió a la gente que los oía. " Ver a una mujer con una moneda de oro ... a uno lo hace pensar ."

Hubo murmullos suaves que venían de la gente que se había parado y miraba ese intercambio interesante entre el lord y la lady. Esos murmullos extrajeron una sonrisa satisfecha de Richard Warwick y muecas astutas de sus compañeros, un grupo de jóvenes nobles recientemente nombrados caballeros: Sir Thomas Montgomery y Roberto de Lacy, junto con Alexander Mortimer y William de Pembroke . Todos le dieron a Sofía las mismas miradas masculinas desconfiadas.

Ella eligió fingir que no existían

Pero en un momento alguien le pellizcó el trasero . Muy fuerte.

Sofía se estremeció porque le dolió y porque no pudo evitarlo, pero se dio vuelta y le lanzó una mirada feroz a Warwick, quien tenía una expresión indiferente aunque ella sabía que ese pellizco cruel venía de esos dedos.

Él era un cerdo, con todas la letras, pues inmediatamente él dijo, " Quizás mi lady recibió el oro porque vendió algo."

Ella le dio una mirada severa. " ¿Qué estás queriendo decir , Dick? "

Él se encogió de hombros como si no fuera nada importante. Miró rápidamente a su alrededor , a las caras que lo observaban .

" ¡Dilo ! " ella exigió.

Él levantó sus manos hacia delante como si se entregara a ella y su frente arrugada era una expresión de inocencia fingida. " Nada, salvo que una mujer tiene poco que vender, " él se detuvo brevemente , " salvo sus … favores."

Él acababa de llamarla una puta en público. Simple y directo. Sofía quería abofetearlo con tantas ganas que las palmas de sus manos le picaban. Ella se forzó a no reaccionar.

Por voluntad y por orgullo , se dio vuelta de nuevo hacia el vendedor, le dio una sonrisa, y señaló con indiferencia una fila de higos endulzados exhibidos en una bandeja. " Tres de ésos, por favor ."

Mientras que el hombre colocaba los dulces dentro de una hoja de higo seca y los ataba eficientemente, ella se dio vuelta lentamente reuniendo toda la fuerza de voluntad que poseía.

Miró directamente a Warwick. " Esta dama no está en venta ." Entonces ella evitó sus ojos, y bajó su mirada hacia su propia pechera sacudiendo un polvo imaginario de su vestido. Después de un momento de silencio ella agregó, " Creo que vos y Lord John descubrieron eso el año pasado.”

Sofía subió su mirada , dándole su sonrisa más brillante.

Él no dijo nada.

" Vos no hiciste cinco ... no ocho… “ , ella golpeó ligeramente un dedo contra sus labios fruncidos . Entonces Sofía asintió. " Si, claro el número es ocho . ¿ No hiciste ocho ofertas matrimoniales ? "

Entonces Sus amigos se rieron . De él.

" Eso es verdad, Warwick." Thomas Montgomery le dio una palmada en el hombro. " Ella no te aceptaría a vos más que a cualquiera nosotros como marido . ¡Aunque nos pusiéramos de rodillas! "
Warwick se ruborizó intensamente . Su cuello estaba casi púrpura.
De reojo ella vio su mano deslizarse hacia abajo, hacia su trasero .

Sofía lo eludió tan rápidamente que casi tropezó con Edith, pero logró asirse a un poste de la tienda. Las campanillas que colgaban de él sonaron en el aire caliente, como advirtiendo de lo que estaba por venir.

" ¡Ouch! " Edith gritó . Su mano fue hacia su propio trasero y se lo frotó mientras se daba vuelta . Por un momento desconcertante ella frunció el ceño mirando a Warwick. " Vos me pellizcaste."

Warwick balbuceó una tontería .

" ¡ Me pellizcaste! "

" Por favor , Lady Edith ... " Él intentó calmarla.

" No intentes negarlo. Vos estabas detrás mía, Richard Warwick, te sugiero que ceses con esta provocación. O le contaré a mi hermano sobre esto."

El hermano de Edith , Henry, Lord Peveril , era un hombre corpulento de unos treinta años, increíblemente rico y un guerrero renombrado, y el dueño de tres de los castillos más fuertes de las Tierras Medias, y de otro mas al norte , en Newcastle. Su riqueza y su reputación extensas le permitían tener una enorme cantidad de soldados. Él era un hombre del Rey leal ,, honesto pero temible, y él adoraba a su hermana menor, la dulce y mansa Edith. Todos en Inglaterra sabían que él no vacilaría en desafiar a cualquier persona que pensara había ofendido a su hermanita .

" Mis disculpas , Lady Edith." Richard arqueó profundamente su cintura en una reverencia , un gesto tan magnífico como insincero . Un momento después el grupo de jovenes camorristas comenzó a caminar alejándose silenciosamente , pero no sin que antes Warwick mirase por sobre su hombro y le lanzó a Sofía una mirada letal .

Ella hizo una mueca y sacudió su mano con displicencia , lo que hizo que su mandíbula se apretase , pero continuó caminando, su
Espalda tan rígida como un espolón .

Sofía se dio vuelta hacia su amiga.

Edith la miró por un momento, y luego dijo , " Ese pellizco que todavía me quema en el trasero , era para vos ."

“ Si ." Sofía intentó no sonreír. Era verdad. No le había gustado que pellizcara a su amiga. Pero , el mundo era un lugar muy duro y uno tenía que cuidarse como pudiese .

Edith debió haber leído los pensamientos de Sofía , porque comenzó a reírse.

" Eres traviesa, Sofía. Muy traviesa. Tremenda . A veces maliciosa. Dejaste que tu amiga soportara un castigo que era para vos ."

" Eso no es así , Edith." Sofía hizo una mueca . ‘Sólo me moví más rápidamente que vos ."

" Si, lo hiciste este vez. Pero la próxima vez miraré a donde me coloco cuando Richard Warwick esté cerca ."

" ¿Puedes imaginarte tener que casarte con él? " Sofía tembló. " ¡Lo viste ! Richard debe ser cruza de ser humano y langosta."

" Su cara se puso del color de una langosta cuando le dije que le contaría a Henry." Edith la miró, se mordió el labio , e hizo una mueca .

Sofía pensó en la cara roja de Dick

Un momento más tarde Sofía se reía también. “ Lo sé. No le dirás nada a tu hermano."

" Tentada como estoy, no le diré nada, él le arrancaría la piel a Warwick . Pero amenazar con la ira de Henry ciertamente tiene sus ventajas."

“ Si . Hay veces que desearía tener un hermano que me cuide ."

Edith le dio una mirada severa. " Otro hombre mas para que lo vuelvas loco o para que lo tengas comiendo de tu mano ? "

" ¿Yo? "

"Si … vos."

Sofía acabó de reírse , deslizó su brazo alrededor de la cintura de Edith . " Ahora debes elegir tus dulces. Se nos está pasando el día."

Edith dio vuelta de nuevo para mirar los dulces y Sofía se quedó de pie allí, golpeando ligeramente su pie con el pasar del tiempo e intentando ser tan paciente como fuera posible . Finalmente, el paso del tiempo la hizo estallar . " Edith. Puedo sentir que mi piel se arruga con el tiempo que te estás tomando . Elige tus dulces. Por favor ."

" Lo haré." Pero Edith se detuvo mordiéndose el labio.

Sofía no pudo soportarlo más. " Vamos . Te ayudaré a decidirte. Vendedor ... " Ella señaló un higo y comenzó a hablar, pero Edith la detuvo.

" ¡No, no! Ya me he decidido. En verdad ."

¡Finalmente!

" Por lo menos creo que me decidí."

Sofía gimió mentalmente. " ¿Cuánto hay para decidir? Higos o dátiles. ¿Cuáles quieres? "

“ No es tan simple. Hay higos cubiertos con miel … Otros con azúcar de Chipre. ¿Ves allí? Esos en esta bandeja tienen vainilla . Éstos tienen canela , esos nuez moscada . Y mira éstos. El vendedor dice que tienen almendras en el medio ."

El hombre asintió . " Las mejores almendras del norte de Roma. Pero éstos, mi lady , son muy especiales porque fueron embebidos en vino y especias de Oriente , después se le ponen avellanas molidas de Francia."

" Compra uno de cada uno, Edith. Por favor ."

" No podría. Eso sería glotonería y tendría que pasarme toda la mañana de mañana rezando. Solamente necesito otro momento. Almendras en el centro , " Edith dijo con un sentido de admiración . " Es casi como si las almendras hubieran crecido dentro de los higos por un milagro."

" El único milagro ocurrirá cuando vos finalmente te decidas, " Sofía murmuró, después sacudió la cabeza y se dio vuelta detrás hacia la muchedumbre otra vez . Con su mano en su cadera, se preguntó por qué el resto del mundo no podría pensar y actuar como ella lo hacía. ' Eso haría la vida tanto más fácil .

Entonces decidió que su caballero había desaparecido completamente. Casi era como si él no hubiera existido en verdad. Después de un minuto o dos comenzó a preguntarse si quizás lo había imaginado.

Entonces , de reojo, vio algo azul viniendo de alrededor de una esquina. Su cabeza oscura se asomó por encima de la muchedumbre.

'”Era él. ¡Dios ! ¿ él caminaría hacia ella ?

Sofía se dio vuelta y tiró de la manga Edith y. " ¡Edith! "

" Ya He elegido. Ves allí está . Él los está envolviendo para mí.

" ¡ Muy Bien! " Sofía giró . " Retirémonos , entonces. " Ella arrebató la mano de Edith y comenzó a arrastrarla a través de la multitud.

" ¡Espera! ¡Tus monedas! ¡Y mis dulces! " Edith soltó su mano de la de Sofía y volvió de nuevo a la tienda. Agarró su paquete y las monedas del cambio, y después corrió de nuevo hacia Sofía, quien estaba determinada a encontrar al caballero esta vez. Arrastró a Edith junto con ella. No iba a perderlo de vista . No otra vez.

Edith apretó su mano y Sofía la oyó pedirle disculpas a todos con quienes se tropezaban . Sofía casi corría , y lanzaba codazos y rodillazos para abrirse paso a través de la multitud.

" ¿Cuál es la prisa? "

Sofía miró en ambas direcciones. " Las carreras están empezando ."

" ¡Pero las carreras son de aquel lado ! " Edith intentó señalar en dirección opuesta .

" No esa carrera, " Sofía murmuró mientras que alcanzaban el punto donde ella había visto al caballero. Ella se detuvo , mirando a la izquierda y la derecha .

Desapareció otra vez. El hombre debía estar hecho de humo.

Edith tenía su mano sobre su pecho y ella intentaba normalizar su respiración. " No hay nada aquí. Ninguna carrera . ¿Ves? Te dije que íbamos en dirección incorrecta.”

" Quédate aquí. " Sofía saltó por encima de una cerca como si fuera un muchacho de los establos en vez de una dama de la nobleza. Encima de la cerca se quedó parada , bamboleándose al principio, pero luego extendió los brazos a los costados para mantener el equilibrio.

" ¿ Qué hace? ¡ Bájate de allí! No es seguro ." Edith caminó hacia ella, mirando fijamente para arriba con expresión preocupación.

Algunas piedras de la cerca crujieron bajo los pies de Sofía y ella oyó a Edith jadear .

" Estoy bien ." Sofía se movió a lo largo de la pared con toda la habilidad de un equilibrista de las ferias de Mayo. " ¡Mira ! ¿Vea? " Ella dio dos pasos rápidos para probarle a Edith que estaba en control total de la situación.

Pero Edith no la vio porque tenía su mano sobre sus ojos y se estremeció como si Sofía realmente se hubiera caído.

No me tiene mucha fe , pensó Sofía, y luego miró el camino de esa cerca ; más adelante se hacía mas alta. Si pudiera llegar a la parte más alta, donde cerca de piedra volvía una arcada , podría ver el terreno circundante al castillo .

Sofía se movió más cuidadosamente hacia la sección más alta de la pared, dando pasos más pequeños porque era una construcción vieja . De hecho, era tan vieja que solamente estaba hecha de piedras planas unidas con un poco barro .

" Me has estado mintiendo ." Edith la miró con el ceño fruncido .

Sofía estudió de nuevo la pared delante de ella y dio pasos cortos como el equilibrista de la feria, su lengua colgaba de una esquina de su boca, sus brazos extendidos y rectos mientras se concentraba en su equilibrio. " ¿ En qué te he estado mintiendo ? "

" Solamente un tonto creería que no estás buscando a alguien. Debo dejarte ahora . En este mismo momento. Mereces aprender una lección."

Sofía captó la ofensa en la voz de su amiga y ella se detuvo y observó hacia abajo. “ Bien entonces. Te lo iba a contar en un momento. Necesito ir un poquito más alto… "

¿Decirme qué? "

" No todavía. No deseo romperme el cuello ." Sofía dio dos pasos más y se concentró en alcanzar un tramo , donde las piedras parecían lo bastante sólidas como para sostenerla sin desmenuzarse. Una vez más ella miró a la muchedumbre; y casi perdió el equilibrio.

" Cuidado , Sofía. Esas piedras están flojas. Nada ni nadie puede ser tan importante como para que te arriesgues a caerte . Por favor. Baja."

" ¡Pero es importante! " Sofía bajó su voz y susurró, " Estoy buscando un hombre."

Los ojos de Edith se ensancharon como dos platos . " ¡Sabía que algo pasaba ! " Edith intentó chasquear sus dedos pero estaban pegajosos por los dulces . Ella frunció el ceño y los observó y luego miró hacia arriba. " ¿Quién es él? "

" No lo conozco. Quizás vos puedas ayudarme a buscarlo."

" ¿Cómo puedo buscarlo ? No sé cómo es ."

" Él es alto y usa una túnica azul cielo. Tiene cabello negro, del color de un cuervo, y una cara angulosa y atractiva , que de sólo mirarla, Edith, te olvidas de respirar ." Ella puso sus manos en la sección más alta de la pared y puso su pie en una pequeña repisa, lista para levantarse hacia arriba. " Si puedo llegar un poco más alto, seguramente podré ver si él es… está por aquí” Todavía agarrándose a las piedras, ella miró hacia abajo.

Detrás de Edith, y en ángulo recto a ella, estaba ese caballero increíblemente guapo .