sábado, 26 de julio de 2008

MALICIOSA - CAPITULO 6

Capitulo 6


El sol bajaba lentamente esa tarde, como si no quisiera no dejar el día y darle paso a la luna. El aire se ponía fresco. Estaban en abril, una época complicada del año en la que el aire de la noche seguía siendo frío como en el invierno y los días ya eran cálidos como en la primavera.

Sofía caminó del camino de grava en el jardín . Escuchaba la manera en que sus zapatos crujían sobre la grava. Sonaba como un conejo que mascaba una zanahoria fresca.

Su sensación de anticipación crecía a medida que se aproximaba al banco del jardín. Caminó más rápido, pasando al lado de las coles y los nabos regordetes, más allá de las hierbas aromáticas, donde ella se detuvo brevemente y aspiró el olor del tomillo y el romero frescos.
Retardó sus pasos cuando el banco estuvo a la vista, repentinamente intimidada por lo que estaba haciendo.

Imagínate lo que él pensaría si te viese salir corriendo , muchacha tonta! Sir Tobin de Clare era arrogante y tenía un ego enorme, si encima descubría que ella estaba tan emocionada , no podría pasar con su ego por los pasillos del castillo.

Entonces en vez de correr, ella paseó contando lentamente sus pasos como si estuviese entrando en una iglesia durante la misa . Cuando finalmente alcanzó el banco, se quedó parada allí durante mucho tiempo antes de sentarse. Se acomodó y después metió sus pies debajo del banco y esperó. Al instante siguiente cruzó los tobillos, después ajustó su capa, estiró hacia fuera su falda para que cubriese los zapatos rojos.

Estaba sentada sobre sus manos, pero después decidió que parecería estúpida sentándose sobre sus manos entonces las dobló sobre su regazo. Tampoco quería dar la imagen de que estaba creando . Abrió las manos y puso las palma sobre su regazo, después las
estudió por un tiempo largo, las veía enormes, como si pertenecieran a otra persona.

El tiempo se desliaba muy lentamente . Miró a su alrededor pero no vio a Tobin de Clare y ciertamente no quería que él viniera y creyese que ella lo estaba buscando ansiosamente . Quizás debería haber llegado tarde. Tecleó sus dedos sobre su muslo, después se dio cuenta que lo que hacía y colocó una palma encima de la otra.. El tiempo se movía más lentamente, entonces ella jugó con las lanas de su capa hasta armar una mullida pelusa entre sus dedos. La miró fijamente , después la dejó caer a un lado del banco , sacudiendo su cabeza con un nerviosismo tonto.

Un instante después una figura rápida y oscura apareció corriendo desde un árbol vecino. Ella se sobresaltó, hasta que se dio cuenta que era un pequeño tordo marrón con pecho blanco. El pájaro tomó la pelusa con su pico y voló dirigiendose al árbol con la lana en su pico .

Sofía se sentó mas cómodamente, enlazando sus manos alrededor de sus rodillas mientras se inclinaba hacia atrás y observaba al pájaro unirse con su compañera en el árbol.
El nido estaba en una rama baja, donde sería vulnerable al ataque de los gatos del castillo y a las urracas que intentaban tan a menudo robarse las crías.

Repentinamente quiso advertirle a los pájaros de subir ese nido , decirles el riesgo corrían. Pero ellos no entenderían su advertencia. Entonces se quedó sentada allí, mirando los pájaros construir su maldito nido , mientras se prometía que nunca esperaría por un hombre.

La silueta oscura de Lady Sofía Howard era visible desde la arcada en la entrada de la lechería , donde un grupo de jóvenes bebían un vino oscuro de Burdeos. Habían tomado demasiadas copas como para llevar la cuenta.

Ella todavía estaba sentada en el mismo banco desde que había llegado al jardín. Desde entonces, el aire de la noche se había puesto húmeda por el rocío.

Sir Tobin de Clare la había observado cerrándose la capa más y mas a medida que el tiempo pasaba, y ahora ella casi estaba acurrucada sobre el banco, y solamente se veía su silueta oscura.

Tobin se dio vuelta hacia los otros en el cuarto. " Ella ha estado sentada en el jardín por el tiempo suficiente . Dos velas han ardido desde que llegó ." Él se pasó una mano por la boca para sacarse los vestigios de vino, y cruzó la arcada. Él enfrentó a los otros. " He ganado."

Richard Warwick se inclinó contra un barril de vino y miró hacia fuera, al jardín. Se dio vuelta y encaró a Tobin, derramando su vino con el movimiento. Él se rió . " Lo hiciste , de Clare." Él sacudió la cabeza con incredulidad, después se bamboleó levemente por su borrachera , pero eso no lo detuvo de llevar su copa de vino a su boca y de beberla profundamente.

Los hombres que estaban allí eran los testigos de la apuesta. Eran los mismos hombres que habían solicitado la mano de lady Sofía Howard en matrimonio y habían sido rechazados . Todos nobles jóvenes, todos hombres ricos, todos hombres orgullosos. Ninguna mujer , ninguna mujer incluso la ahijada del rey, los tomaría por tontos. No sin una cierta clase de indemnización.

Thomas Montgomery levantó su copa y la elevó . " ¡A la salud de Clare! " Él tragó su bebida y se secó la boca con una manga, después volvió a llenar su copa y la de Roberto de Lacy, quien estaba caído contra una pared como una marioneta con los ojos cerrados. " ¡ A la salud De Clare! " Él repitió, levantando su copa pero todavía sin abrir los ojos. Él suspiró cansadamente y sacó su gorda bolsita con dinero . Apenas abrió un ojo , y le lanzó la bolsita con oro a Tobin, quien la atrapó en el aire. Tobin estaba asombrosamente sobrio como si no hubiese tomado una sola gota del vino.

Uno por uno los hombres pagaron sus apuestas con monedas de oro y plata, a excepción de Geoffrey Woodville, quien pagó con rubíes y esmeraldas porque él era un asno arrogante y siempre quería sentirse superior a sus pares.

Tobin observó sus ganancias. Había suficiente dinero en sus manos para comprar espuelas de oro y muchos caballos .El no necesitaba ese dinero. Su padre era uno de los hombres más ricos de Inglaterra. No le importaba el dinero, pero a los otros si .

Los muchachos continuaron brindando a al a salud de Tobin . Cuando sus gritos se hicieron más obscenos , él se alejó de la pared y se dio vuelta, observando el jardín otra vez, por apenas un momento, para dar una rápida mirada al banco donde Sofía había estado sentada esperándolo .


El banco estaba vacío.
Tobin frunció el ceño y no se dio vuelta hacia los otros por un momento, incluso cuando Montgomery le dijo algo y le dio una palmada en la espalda . Tomó otra copa de vino ofrecida por uno de ellos , la llevó a sus labios y bebió, observando fijamente ese banco vacío y preguntándose por qué la bebida no satisfacía el vacío que sentía.
Miró el vino oscuro , lo sentía tan amargo ... era extraño , porque él había abierto un barril del mejor vino francés del rey Edward .

" ¡A la salud de Clare! ¡Quién conquistó a la rosa llena de espinas! "
" ¡Por el mejor de todos nosotros! ¡A la salud de sir Tobin de Clare! "

" ¡ Si ! ¡ Tobin de Clare! Apuesto a que la rosa llena de espinas todavía está sentada en ese banco, y que se le ha congelado el culo con este frío ! Valió la pena perder mi bolsa con oro para verla sentada allí todo este tiempo! "

Todos se Rieron e hicieron comentarios obscenos sobre diferentes partes privadas de lady Sofía Howard.

Tobin no tenía una sensación de triunfo, y ciertamente ningún sentido de honor. Y por honor había sido que había empezado esa apuesta. En realidad había empezado con un comentario arrogante de su parte hecho en una maldito momento , un comentario estúpido del cual no había podido retractarse . Mientras que observaba fijamente su copa de vino vio un par de ojos violeta mirándolo desde el vino . Escuchó a los otros bromear sobre la señorita frígida y espinosa llamada Sofía.

Pero él sabía la verdad, lo que los otros no sabían. No había nada de frígido en ella. Sus espinas estaban allí para protegerla; todo era una gran fachada, una fachada que él habría podido explorar más profundamente si no hubiera hecho esa apuesta y si su honor no estuviera en juego. Tomó un sorbo más de vino y luego por una razón inexplicable miró hacia arriba.

Ella estaba parada en el umbral. Sofía Howard, la joven a la que llamaban la Rosa Espinosa . La arcada era tan grande que ella pareció muy pequeña , pero Sofía no era pequeña. Su mirada parecía mas débil y más vulnerable.

Tenía la misma capa azul y agarraba los extremos con sus puños apretados. Su cara estaba pálida como la nieve, la expresión en ella era una máscara de dureza y amargura, sus ojos se estrecharon y se enfocaron exclusivamente en él .
Tobin no sabía cuánto tiempo ella había estado allí, pero había sido el tiempo suficiente para entender lo que sucedía.
Tobin no se movió. No habló. Ya la había humillado lo suficiente esa noche. Los otros no necesitan saber que ella estaba allí.

Algo agudo y ardiente lo apuñalaba por dentro . Algo desconocido para él, algo que se sentía como vergüenza.

Sofía se quedó para allí un momento muy largo, como si intentara memorizar lo que estaba viendo. En ese instante , Tobin entendió que esa no era un chiste mas o una broma que ella pronto olvidaría. No era una broma. No había diversión en so . Ni siquiera una batalla de egos y orgullo.

Ella se dio vuelta , alejándose lentamente, con su cabeza en alto.
. Por apenas un instante él se preguntó cuánto le había costado a ella hacer eso. No había lágrimas . No había sollozos. Ningún grito histérico femenino . Todo lo que ella había hecho era alejarse, con su cabeza en alto y la bella capa azul arrastrándose pesadamente detrás de ella.
. Tobin miró fijamente ese umbral vacío durante mucho tiempo, todavía viéndola aunque sabía que ella se había ido. Era como si su imagen le ardiese en sus ojos. Después, por el tiempo largo no pudo ver nada. Sólo un borrón. Tobin sacudió la cabeza, llevó su copa a sus labios, y bebió profundamente, intentando borrar la imagen de lo que había visto.


. No le dijo nada a nadie , sólo bebió hasta que la copa quedó vacía. Luego bebió hasta que todas las odres de vino quedaron vacías.

Su mente nunca cayó en un estupor, su humor no cambió. No pudo emborracharse. Porque ni todo el vino del mundo no podía sacarle la culpa que sentía por lo que acababa de hacer.