lunes, 21 de julio de 2008

MALICIOSA - PROLOGO

LIBRO 1

Por los errores que cometimos
Por lo tonto que éramos
Por el amor juvenil
La malicia es un mito inventado por la buena gente para
Explicar lo que le causa atracción en otras personas

-Oscar Wilde



Ella se estaba sentada en un cuarto de la torre. Sola . Quizás olvidada por el caos de actividad que se desarrollaba dentro del castillo. Su mano se posó sobre una mesa tallada donde había un reloj , un caprichoso reloj de agua que contaba los minutos y las horas con gotas de agua. Era un aparato de aspecto singular hecho de metal y un globo de vidrio, adentro había unos pájaros que aleteaban sus alas cuando suficiente agua había caído para formar una hora. Ella lo había comprado muchos años atrás, en un acto impulsivo en la Feria de Mayo , donde ese objeto había sido un absoluto espectáculo.
En ese día caluroso de primavera en que los granjeros y los aldeanos de Kent se habían reunido alrededor de una carpa colorida , Sofía se había parado cerca, mirando y escuchando mientras que él les demostraba a todos cómo el tiempo pasaba justo derecha delante de sus propios ojos.
¡Cuenten las gotas de agua! ¡Vean transcurrir el tiempo!
Como el resto de la muchedumbre ella había sido atraída adentro de la tienda , incluso había caminado más cerca del objeto , sorprendida porque alguien realmente hubiese atrapado el tiempo en un globo de vidrio . Ella había abandonado la feria de Mayo ese día con el maravilloso reloj de agua firmemente apretado contra su pecho y su monedero vacío.
Quizás había sido un excesivo optimismo o la ignorancia juvenil , pero la posesión de ese reloj le hizo creer que había ganado un cierto poder sobre el tiempo y de ese modo, sobre su propio futuro.
Pero cuando llegó el invierno de ese año, un día el agua dentro del reloj se congeló como si el tiempo se hubiera detenido repentinamente. Día tras día, hora tras hora pasaban a pesar del reloj congelado, hasta que Sofía supo la pura verdad : ella nunca había tenía el secreto del paso del tiempo escondido seguramente en su cuarto.
Ahora ella no necesitaba de ningún reloj para ver el paso del tiempo. Por las mañanas cuando ella se despertaba y se miraba en el vidrio pulido, veía los cambios que el tiempo habían hecho en su cara: pequeñas líneas sobre sus labios , en su cuello y en su frente y los pliegues en las esquinas de sus ojos. Su cara había cambiado tanto como su vida. Como gotas de un reloj de agua, el tiempo había pasado dejando pequeños cambios aquí y allá.
Cuando ella era joven y estaba impaciente por crecer, Sofía había vivido su vida a toda velocidad y puro impulso . Había vivido su juventud de manera temeraria , del mismo modo que las cabras del castillo: obstinada, cegada a la razón , chocando con cualquier cosa que por casualidad o a propósito se interpusiera en su camino . Pero ahora ella se daba cuenta que eso era sólo una determinación testaruda, impulsada por su necesidad de correr hacia el futuro, Nada de eso había hecho que movimiento del tiempo fuese mas rápido .
Tiempo, muerte, vida, todo eso estaban en su mente ese día. Porque era en días especiales, en los días que marcaban la vida de uno , cuando se sueña sobre el pasado.
Ella se levantó de su silla cerca de la ventana, después cruzó el cuarto de la torre. Abrió las puertas pesadamente talladas de un gabinete y sacó una caja un regalo de un comerciante que quiso complacer a la esposa del conde de Gloucester.
Dentro de la caja estaban dos manuscritos. Uno estaba compuesto de páginas de un papel muy viejo , tan suaves que casi se sentían como una tela . Esas páginas estaban contenidas en dos cubiertas de plata sólida con repujados de cobre con los dibujos de las colinas de Castilla , la tierra patria de la reina Eleanor . Las cubiertas estaban aseguradas con una pequeña cerradura en forma de cisne.
El otro manuscrito era simple ; no tenía costosas cubiertas de plata, ni cerradura que guardasen el contenido de ojos curiosos . Sus cubiertas estaban hechas de un cuero marrón suave y atadas junto con cordones de cuero crudo.
Sofía sacó el manuscrito adornado. Un momento más tarde , con la pequeña llave del hierro que colgaba de una cadena alrededor de su cuello, la cubierta de plata fue abierta. Ella abrió las tapas de metal y un rico y exótico olor a anís se vino desde adentro, el mismo olor que sentía siempre que Eleanor entraba en un cuarto.
Había pasado mucho tiempo desde que ella había mirado esos libros.
Ella tomó el libro y lo trasladó a un asiento cercano , un banco de madera con una almohadilla bordada con una escena de un torneo. Vio las puntadas coloridas que la reina Eleanor le había intentado pero no había podido enseñarle.

Ella colocó el libro sobre su regazo y abrió las cubiertas, pasando algunas páginas hasta que encontró una página marcada con el sello de una rosa . En lo alto de la página, las letras curvas formaban su nombre, escritas con una tinta color vino , el color que Eleanor había amado tanto . Entonces Sofía comenzó a leer.

“Sofía .Desde la edad de cuatro años, lady Howard ha sido apadrinada por mi marido, Edward Plantagenet, su primo, quien es el rey de Inglaterra. Sofía era una niña encantadora, de belleza angelical , pero obstinada y traviesa . Con cada año, ella se hizo más encantadora, y más obstinada. Cuando tenía doce años , una mirada a su bella cara hacía que los hombres adulto se detuvieran y se quedaran boquiabiertos, porque su cabello negro era una cortina larga y sedosa , y su piel era como nieve virgen en los prados. Pero eran sus ojos, sus ojos violetas claros, lo que hacía que la mirasen y que pensasen que no podría haber sido másbella. Ella es alt y se maneja con una seguridad y confianza como si fuera el rey en persona .
Lords y caballeros que han logrado ver brevemente el perfil de Sofía en mi carro han demandado tenerla como esposa. Como la ahijada del rey , ella tiene una rica dote , que combinada con su belleza exquisita , la convierten en un premio muy valioso .
Tod iba bien hasta que esos hombres estúpidos la conocieron .
Muchas veces durante los últimos años, los gritos Edward han hecho eco en las paredes del castillo. " ¡Esa niña está quemado mi cerebro con sus tonterías y travesuras y ahora ningún cabello crecerá en mi cabeza! " Una vez Edward había llamado a unos médicos italianos para que lo examinasen. Edward afirmaba que su cerebro hervía y que los cabellos que crecerían en su cabeza serían del color de las llamas del infierno. Eso había sido poco después del un fallido compromiso entre
Lord Geoffrey Woodville y Sofía. Ella tenía 14 años al momento del compromiso , y ese fue considerado por todos como una espléndida alianza.

Sofía no consideraba que ese compromiso fuese espléndido. Cuando el joven lord vino a cortejar seriamente a Sofía, ella se puso grasa de cerdo en su propio cabello para que pareciera grasoso y sucio . Se frotó en la cara hojas de sauce para hacer que su piel tomase un color cetrino y verdoso , mas tarde usó un espantoso vestido color amarillo azafrán que le daba un aspecto pútrido a su piel. Observar su entrada en el gran salón fue muy gracioso pues ella lo hizo caminando y rengueando como la vieja bruja vieja que pide limosna en las puertas del castillo.
Viendo a lady Sofía en su primera encuentro , recuerdo que Lord Geoffrey preguntó si la muchacha no estaba enferma . Cada ve que Edward no la miraba , ella ponía sus ojos bizcos y metía comida en sus oídos y su nariz. Lord Geoffrey Woodville y su comitiva se marcharon apresuradamente antes de las plegarias de la tarde y viajaron de noche, porque él no quería disgustar al rey. Pero pronto llegaron noticias de que él juró que no se casaría no engendraría hijos con la idiota del castillo.
Ha habido otros hombres , todos hijos de familias nobles, en la corte , incluso un príncipe español . Pero Sofía ha continuado rechazando a sus pretendientes… a todos, hasta que Edward amenazó con forzar un matrimonio . He podido contenerlo para que no llegase a eso . Pero desde entonces no ha habido mas ofertas de matrimonio así que la única cosa que atormenta a Sofía es el aburrimiento, algo que ella no puede tolerar por mucho tiempo . Apenas esta mañana , ella me dijo que casi deseaba que se presentara otro pretendiente para divertirse un poco y para que el tiempo no pasara tan lentamente.
He rogado a Dios y suplicado a los Cielos para que envíen a alguien, el hombre apropiado para mi terca y traviesa Sofía .”



Sofía cerró el libro invadida por la típica sensación que nos invade cuando recordamos algo sucedido hace tiempo. Diversión. Pudor. Un poco de tristeza. Todo al mismo tiempo.
Ella sabía que seguía siendo la misma mujer a la que se referían esas páginas. Todavía tenía el mismo pelo negro, los mismos ojos violetas, la misma boca ancha que dejaba escapar comentarios inesperados que evitaban que su marido estuviese muy seguro de que la conocía muy bien.
Ella era igual por dentro, pero se había suavizado por los hechos de la vida y por el amor
Qué extraño era que ahora la gente que la conocía a ella y a su marido por primera vez, percibiesen la ternura con la que él la miraba, la expresión apacible de ellas , y como ellos no tenían pudor o temor de demostrar al mundo cuanto se amaban . Esos mismos observadores a menudo decían , " ¡Ah! ¡La de ustedes es sin duda una unión de amor! Amor a primera vista, indudablemente ."
Entonces su marido la miraba con diversión en sus ojos
celestes. Y su respuesta era siempre la misma : " ¿Amor a primera vista? Más bien fue guerra a primera vista ."
Mientras todos se reían del ingenio de sus palabras , él le hacía un guiño de ojo. Pero él no sabía que esos extraños decían la verdad. Incluso ahora, todos esos años más tarde, siempre que ella lo miraba a su marido su respiración quedaba atrapada en su garganta como había sucedido el día en que Eleanor escribió esas palabras, el día en que la reina había rezado por ella , porque ese día era la primera vez que Sofía vería a sir Tobin de Clare.