viernes, 25 de julio de 2008

MALICIOSA - CAPITULO 5

Capítulo 5


Él supo en que momento ella perdió control. Fue por la manera en que ella lo besaba. Ella pensaba que el cambio en el beso era su idea. Pero No lo era.

El beso con los labios cerrados con el que Sofía pensaba que pagaba su deuda, cambió cuando él pasó su lengua lentamente a lo largo de la línea de sus labios. Ella abrió la boca e hizo un sonido pequeño, extraño, como si todos los secretos que ella había estado guardando acabaran de escaparse.

Sofía no tenía ningún conocimiento de ese tipo de deseo. Tobin lo sabía. Aunque solamente tres años mayor que ella, él tenía mucha mas experiencia. Pero al tiempo era algo nuevo para él , había en ese beso algo diferente, una sensación extraña, como si estuviese perdiendo algo el juego que en realidad había ganado . No podría definir en que ese beso era diferente . Pero no le hizo caso , porque no podía definirlo. Lo que fuera, no importaba. Probablemente era el resultado de demasiadas jarras de cerveza y demasiado poco sueño la noche anterior .

Tobin movió las manos de la pared y las deslizó por el cuerpo ella, agarrando su trasero con una mano y levantándola más alto, su otra mano que apretó la nuca de ella , para mantener la boca de Sofía donde la quería , para mantener el control del beso . Su lengua fue mas profundamente dentro su boca, probando esos secretos dulces de ella y él supo en que momento ella estaba perdida.

Podía sentir que su cuerpo entero se entregaba . Ella aflojó su asimiento firme de su cabeza y pasó una mano por su cabello como si solamente estuviese conducida por su propio deseo, como si su mente activa aguda y perspicaz ya fuera parte de eso.

Luego ella se presionó más cerca a su cuerpo, y su lengua siguió repentinamente los movimientos de la suya. Esa muchacha apasionada con todo su atrevimiento, con todo su desafío y su actitud atrevida verdaderamente ardía por él.
Sería tan fácil ir más lejos.
Quizás demasiado fácil.

Su mano se movía hacia el borde de su falda , para tocar un tobillo y luego moverse hacia arriba. Él quería tocar sus piernas. Quería sentir sus pechos en sus manos, sentir el peso de ellos, presionar sus pulgares contra los pezones y sentirlos endurecerse porque él los había tocado. Y quería saborearlos. Quería saborear todo el cuerpo de Sofía.

Él se inclinó levemente, y su mano estaba alrededor de su tobillo. Las tiras de cuero de su zapato estaban anudadas allí. Enredas como sus emociones confusas.
Ella no lo detenía . No hizo ningún movimiento para hacerlo. Tobin se sintió libre para tomarla.

Sofía Howard, quien no dejaba que nadie se acercara a ella y que alejaba a cualquier persona que se atreviese a intentar cortejarla, tenía su lengua en su boca y una pierna casi enganchada alrededor de su cintura.
Ese era su plan.
Pero, también, la deseaba intensamente, y eso no era parte de lo que Tobin había planeado.

Él se alejó tan rápidamente como un cautivo que ha sido liberado, soltándola tan precipitadamente que un grito pequeño de susto se escapó de los labios de Sofía.

Él dio dos pasos atrás y por apenas un pequeño momento, no se movió. No sabía por qué, pero no lo hizo. Su respiración y su corazón estaban acelerados . Entonces la miró.

Ella estaba parada allí, mirándolo con ojos dolidos y desconcertados, como un animal pequeño que acababa de ser golpeado por su amo.

" Debo irme."
¿Qué pasaba Su voz? Sonaba más profunda que lo usual , como si viniera de alguien mas, como de su padre.

Ella miró hacia abajo como si intentara ocultar el hecho de que se sentía tan insegura. Él entendía el orgullo, lo entendía porque él tenía un gran orgullo . Pero para una muchacha de solamente quince años, el orgullo no podía ser tan importante

Él llevó su mano a su cara, tocó su mejilla pálida, después frotó ligeramente su mentón y lo levantó con un dedo.

Sus ojos era enormes, ojos de los que un hombre podría enamorarse demasiado fácilmente y muchos ya lo habían hecho , a pesar de que ella los sacaba corriendo de su vida .

Pero Tobin vio allí era una cierta humedad . Ella estaba al borde del llanto. Las lágrimas parecían balancearse en los bordes de sus pestañas gruesos. Lo sorprendió. Tobin no pensaba que Sofía Howard pudiera sucumbir a las lágrimas .

Ah, ella verdaderamente era una inocente por haberse conmovido tanto con un beso. Pero ese pensamiento no lo detuvo . Él
pasó su pulgar a lo largo de sus labios hinchados y húmedos.
" Encuéntrame en jardín de la reina con la primer campana de las plegarias del crepúsculo , dulce Sofía . Acabaremos con esto ."

Ella sacudió la cabeza.
Tobin le dio una mirada significada para plantear un desafío y agregó con una sonrisa burlona. " ¿Honrarás tu deuda? "

Ella no dijo nada , sólo lo miró por un momento largo y tenso. Ella lo calibraba, Tobin lo sabía, y buscando algo en su cara, pero él sabía bien como ocultar lo que él sentía. Sabía que eso era muy importante con ella, porque Sofía era inteligente y él no dudaba que ella utilizaría cualquier debilidad suya para su propia ventaja. Además Tobin sabía que ella nunca encontraría lo que ella buscaba allí.

Él se encogió de hombros , después sacudió la cabeza. Se dio vuelta y abrió a la puerta, lanzando el golpe final . " Me Olvidaba de con quien estaba tratando."

La cabeza de ella se elevó velozmente . " ¿Qué quieres decir con eso? "

Él la enfrentó . " Solamente que eres una mujer, y las mujeres saben poco de honor." Con esas palabras él salió y cerró la puerta.
La puerta fue abierta con un empellón y se estrelló contra la pared de piedra.

Él se dio vuelta, echó una mirada por encima de un hombro.

Ella venía corriendo a través de la puerta abierta . " Yo Sé sobre el honor, Tobin de Clare." Ella casi escupió las palabras. " Y estaré en el jardín a la hora acordada ." Sus manos se cerraron en puños apretados . Ella pareció darse cuenta y relajó su postura, después puso sus manos en sus caderas y le dio una de sus miradas directas. " Crepúsculo . Después de la primer campana. Entonces arreglaremos esto para siempre, vos y yo ."

Él no dijo nada. Se dio vuelta y se marchó.
Tobin amaba ganar.

Sofía se sentía perdida , casi tan perdida como se había sentido el día en que la reina le había dado las pertenencias de su madre . Habían pasado tres años desde entonces, casi cuatro, pero ella todavía se quedaba observando la cómoda de su madre de la misma manera que lo había hecho ese día.

En la cómoda encontró un exquisito collar de perlas de su madre. Sofía se preguntaba cómo algo que parecía tan encantador, casi mágico, podía verse tan inapropiado en ella. Después de todo ese collar pertenecía a su madre. ¿No había alguna parte de su madre en ella?

Pero ella no se sintió encantadora cuando intentó usar el collar . Lo que ella sintió fue una sensación de derrota y frustración. Del mismo modo en que sentía en los momentos de soledad y enfrentaba el hecho que ella, en el futuro, se vería forzada para actuar femeninamente , a comportarse como una mujer.

Ella dio un paso más cerca de la cómoda , donde dejó caer un puñado de perlas. Rodaron juntas al fondo del cajón.

Hasta un momento ante , esas perlas habían formado de un bello collar . Ahora eran partes sueltas de un collar roto , sin un hilo que las sostuviera juntas, como la familia en la que ella había nacido.
Sofía había intentado trenzar el collar con su cabello . Pero el collar se había roto, dispersado las perlas en el piso . Ella se había arrastrado por todo el cuarto, hasta encontrar cada perla , como si encontrarlas significase curar de alguna manera su propia vida.
Pero no funcionó.

Ahora las cuentas de oro y las perlas del collar estaban sobre una capa azul de fina lana de Flandes y una bufanda de seda . Esas eran las pertenencias mas valiosas de su madre'. Un legado que pasaba de madre a hija, de una mujer a otra. Su único lazo con la familia que había tenido por unos pocos años.

Sofía contempló las joyas y las prendas, luego colocó sus manos sobre ellas, después cerró los ojos tan firmemente como pudo , quería y necesitaba en ese momento recordar el rostro de su madre.
Podía recordar cuando ella era pequeña, estando parada en lo alto de las escaleras del castillo de Torwick. Podía recordar la frialdad del piso debajo de sus pies descalzos. Podía recordar el tamaño de las grandes puertas en la parte inferior de la escalera, puertas que se abría a un nuevo mundo enorme.
Podía recordarse observando a su madre y a su padre bajando esas escaleras y la capa azul de su madre casi flotando detrás de ella.

Pero no importaba cuanto lo intentara no podía recordar el rostro de su madre . Sofía abrió los ojos y rápidamente sacó su manos de los artículos sobre la cama, como si la hubieran quemado. Sabía que la imagen de su madre se había ido para siempre y que nada podría traerla de vuelta . Incluso tarde en la noche, cuando yacía con sus ojos cerrados, casi soñando , intentaba verla, pero solamente veía la silueta de una mujer, como una pintura que nunca fue terminada.

De vez en cuando, se miraba en el espejo , y captaba una algo vagamente familiar en su propia cara, una expresión, una arruga en la frente o la forma del mentón , o quizás el color de sus ojos.
Era por eso que había intentado en varias ocasiones usar las cosas de su madre , porque pensaba que quizás podía activar su memoria si pudiese reconstruir la apariencia de su madre en ella misma .
Pero no podía.

La bufanda de seda era demasiado larga para ella. La capa le quedaba como cualquiera de sus propios capas; no la hacía parecer más alta ni mas elegante , ni flotaba detrás de ella cuando bajaba las escaleras .

Siempre que había intentado usar las perlas le parecían que era un objeto fuera de lugar en ella.

Frustrada, se sentó sentada en la cama y apoyó el mentón en un puño, sacudiendo sus pies fastidiosamente. A veces deseaba que la reina nunca le hubiera dado las pertenencias de su madre.
Pero lo había hecho , exactamente después que Sofía había tenido su primer flujo femenino . Por dos días ella se había escondido en un viejo cuarto de almacenaje, asustada, llorando , preocupada porque había pensado que se estaba muriendo y tenía miedo de contárselo a otra persona.
La reina Eleanor la había encontrado, la había convencido de confesar su angustia, y después le había explicado “las cosas que se suponía que toda mujeres debía saber . "

Sofía había entendido la importancia de ese día porque Eleanor le había dicho que ese era un momento especial de su vida y por eso le había entregado a Sofía las posesiones de su madre. Sofía se había convertido en una mujer. Eleanor le había explicado que las muchachas que ya tenían un compromiso matrimonial podían casarse poco después del comienzo de sus flujos femeninos . Le había explicado que eso se debía al hecho que ellas ya podían comenzar sus propias vidas como adultas y podían crear sus propias familias. Le había contado qué cosas sucedían entre los hombres y las mujeres y de donde venían los bebés . Se suponía que eran las madres quienes daban ese conocimiento a sus hijas.

Sofía había pasado de ser una niña a ser una mujer en un solo día. Repentinamente se había convertido en una muchacha casadera. Y ese día había sentido dolorosamente la pérdida de su madre, porque sabía que eran las madres quienes les explicaban a sus hijas las cosas sobre vida , los nacimientos y el amor, pero la reina había tenido que hacerlo en ausencia de su madre.

Eleanor le había dado el paquete posesiones de su madre , envueltas dentro de la capa de lana azul.

Sofía había estado sola con sus propios pensamientos con su nuevo cuerpo esa noche. El cuerpo de una mujer en vez del otro cuerpo , familiar y conocido, que ella siempre había tenido. Este nuevo cuerpo tenía espasmos de dolor . Un dolor que sonaba en su bajo vientre como el sonido de la cuerda de un arco cortándose. Le dolía mucho. Finalmente se había quedado dormida después de mucho llorar tapada con esa capa azul, con las perlas y la bufanda apretadas contra su pecho, porque la hacía sentir como si una cierta parte de su madre estuviera allí con ella.

Y ahora, en este momento, otro día especial en la vida de una mujer : la primera vez que su corazón cantaba algo que Sofía pensaba podía ser el amor verdadero, ella estaba parada en la misma habitación , esperando que las campanas anunciaran las plegarias del crepúsculo , mirando las cosas de su madre y sintiéndose tan perdida , tan estúpida y tan sola como el día de su primer flujo.

Querría preguntarle a su madre sobre lo que sentía. ¿Eran sus sensaciones lo que sentían todas las muchachas? ¿Significaban lo que ella creía que significaban ? ¿Esa emoción salvaje que le recorría el cuerpo era amor? Se sentía como amor. Debía ser amor. Y en alguna parte profunda dentro de ella, Sofía deseaba compartir la alegría de lo que ella sentía con alguien importante como su propia madre.

Sofía contempló las perlas que no sabía usar , la bufanda que le quedaba mal cuando la ponía sobre su vestido, las cuentas y las perlas rotas, y sintió un vacío omnipresente invadirla otra vez. Una tremenda sensación de soledad que no podía ocultarse a sí misma de la manera que se la ocultaba al resto del mundo.

Ella le ocultaba al mundo sus debilidades y sus miedos con una fachada de osadía y seguridad . Su necesidad feroz de esforzarse para no ser simplemente “una mujer mas” realmente ocultaba su secreto más profundo, la cosa que mas la avergonzaba de sí misma. Sofía Howard realmente no sabía que era “ser una mujer “.

Repentinamente las campanas sonaron con fuerza . El sonido la hizo sobresaltar. Se quedó sentada allí, mordiéndose el labio , mirando fijamente sus manos , su vestido y sus zapatos. Tomó una respiración profunda, después se llamó cobarde. Le llevó un minuto para enderezar sus hombros, para encontrar el valor de levantarse e ir a buscar lo que deseaba .

Fue hacia la puerta. Casi podría sentir su sangre comenzar a calentarse, siendo bombeada con fuerza con a través de sus venas. Anticipación. Era algo que había estado sintiendo todo el día, una emoción maravillosa y casi perversa que sentía en su cuerpo apenas con el mero pensamiento de Tobin de Clare.

Se detuvo brevemente en la puerta de su habitación , su mano apoyada sobre la madera de roble . La esperanza era una cosa muy extraña. Incluso la persona más cínica y agnóstica del mundo no podía borrarla completamente . La Esperanza permanecía en la mente de uno, como una pequeña chispa que esperaba la brisa mas leve para encenderse en una llama.

Miró hacia atrás , a su cama, después corrió y tomó la capa azul. La sostuvo por apenas un momento, después la lanzó sobre sus hombros y ató las cintas firmemente debajo de su mentón .

Un momento después Sofía corría escaleras abajo y se dirigía al jardín de la reina . Abrió una puerta y salió al patio. Ajustó la capa azul alrededor de sus hombros. Eso era parte de su pasado

Pero la impaciencia que sentía, la humedad en sus ojos y la opresión en su pecho y en su corazón eran parte de su futuro.

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