sábado, 6 de septiembre de 2008

EL HIGHLANDER SILENCIOSO - CAPITULO 17

Capitulo 17


Thomas condujo Mairi al fondo del salón y a las cocinas, donde la dejó a cargo de la señora Morgan. Ella resultó ser una mujer cuya cara parecía esculpida en piedra . Probablemente no le daría ningún dato sobre la amante de su marido . Mairi ni se atrevió a preguntar.
Bien , qué cálida bienvenida para la nueva esposa del lord de Baincroft, pensó Mairi, sacudiendo la cabeza con tristeza. Aunque era bello y confortable, ese castillo ocultaba secretos oscuros y amargos.
Parecía que su marido era temido por sus vasallos, pero no igualmente ellos le faltaban el respeto. A ese problema tenía que agregar el hecho que tendría lidiar con la amante de Rob, quien tenía un carácter explosivo y nada de sentido común . Esa mujer volvería, Mairi no tenía duda.
Después que Rob le hubiese dado el castigo por la bofetada y por el robo del caballo , Mairi con certeza tendría que tratar a esa mujer . Expulsarla, aunque estaba entre sus derechos, era inadmisible, y era responsabilidad de la lady del castillo ocuparse que ese tipo de problemas fuesen resueltos.
Gracias a Dios, Rob había elegido una Maclnness como esposa. Una mujer más débil podría haber considerado esa tarea como odiosa. Ella, sin embargo, aceptaba el desafío con dignidad.


- Nada de fiesta esta noche - dijo Rob haciendo señas ,y luego cruzó los brazos sobre su pecho con la frente fruncida.
De acuerdo ! - exclamó Thomas aliviado. Siento mucho lo que pasó con Jehannie, él le comunicó por señas, frotando su mano sobre su corazón y pasando el pulgar por su rostro para indicar el nombre de su hermana. Luego continuó con movimientos duros y enfáticos. Intenté convencerla de que se marchase . Juro que lo intenté!

Sin duda, Thomas debía haberlo intentado. Rob sabía exactamente cuan irreductible y temeraria Jehannie podía ser.
Thomas parecía vacilante, ahora.
Tu esposa Cree que mi hermana es tu amante.
Rob levantó los ojos hacia el techo, en un gesto de desánimo, luego cayó sentado sobre una silla, al lado de la chimenea y suspiró.
Se lo explicaré más tarde.
Thomas sintió, su rostro todavía era de preocupación.
- Jehannie está desaparecida.
- Jehannie va a ir a buscar a mi madre - Rob aseguró, en voz alta, pues Thomas estaba de espaldas . - Es lo mejor. - Luego cambió de tema, pues no había nada más que pudiesen hacer, por el momento , acerca de Jehannie. - Debemos prepararnos para un ataque del primo de mi esposa - dijo, amontonando las palabras y sin preocuparse en corregir su atropello. Con Thomas, no necesitaba tomarse ese trabajo. Su amigo lo comprendía.
Thomas lo miró dejando escapar un largo suspiro.
Andy me contó que los hombres del nuevo lord los habían seguido , y vos los mataste.
Rob usó las manos de nuevo y le contó a Thomas todo lo que había pasado. Sospechaba que Andy ya se había anticipado en el relato de la historia completa, cuando había llegado a Baincroft el día anterior, trayendo a Jehannie.
Interrogaste al prisionero que capturaste ?, preguntó Thomas.
Trouville lo interrogó. Ranald Maclnness quiere ver a Mairi muerta, si no puede casarse con ella. Rob le explicó a Thomas su convicción de que serían atacados en días.
Thomas admitió que eso podía ser un problema. Baincroft tenía pocos soldados acostumbrados a batallas.
- Voy a examinar las defensas - resolvió Rob, levantándose y dirigiendose a la puerta, dispuesto a hacer por lo menos algo productivo ese día.
Su amigo lo tomó por el brazo.
- Qué pasa ? - Rob preguntó, bajando sus ojos hacia Thomas, quien continuaba sentado.
- Y Jehannie, Rob? Acepté que ella fuese a quedarse con lady Anne y lord Edouard, pero , después ? Qué va ser de ella ? Tengo que pensar en algo.
Había una súplica en los ojos de Thomas, no la súplica de un súbdito a su lord, sino la de un amigo a otro. Thomas adoraba a Jehannie.
Rob comprendió la situación de Thomas, como hermano. No era justo que ella sufriese por algo que no era culpa suya, por el compromiso roto por otra persona . Aunque ella hubiese reaccionado de forma absurda y vergonzosa para ambos delante de todos, Rob no tenía intención de castigarla.
Pero eso no sería para el bien de ella , s Jehannie necesitaba aprender a controlar sus impulsos . Cuantas veces él y Thomas habían pensado que eso era necesario, para resguardar a Jehannie de sí misma? Para prevenir que hiciese alguna tontería que podría meterla en graves problemas ? Muchas veces. Era un asombroso que ella hubiese llegado a la edad adulta ilesa. Aún enojado como estaba , Rob sabía que haría cualquier cosa dentro de sus posibilidades para evitar que Jehannie sufriese.
- Pondré todo en su debido lugar , pronto - él afirmó a su mejor amigo, con una sonrisa que no dejaba lugar a dudas. Le dio un palmadita afectuosa en el brazo de para tranquilizarlo .
- Deberías hablar con ella - sugirió Thomas. -No vas a hablar con ella ?
- Si, después de resolver mi problema con Ranald Maclnness.
Los hombros de Thomas se relajaron, y su comportamiento cambió por completo. La preocupación pareció evaporarse, dejándolo mas aliviado .
Thomas probablemente lo conocía mejor que cualquier otro hombre, y creía que Rob lograría resolver cualquier situación.

Rob respiró profundamente y salió a supervisar a los guardias. Sería una larga tarde y una noche todavía más larga, él sospechaba.
Tenía que inspeccionar la armería en primer lugar, para determinar si todo estaba en orden. Las armas debían ser examinadas y distribuidas, y cada hombre debía tener su posición asignada para defender el castillo, en caso de un ataque.
Gracias a Dios, hacían maniobras de entrenamiento todos los meses y sus soldados se mantenían en forma, aunque no hubiese muchos para instruir. Nunca había sido preciso contratar más soldados , sería un gasto innecesario , además de un gasto extra en alimentos y hospedajes. Quién podría haber adivinado que algún día él iba a necesitar un ejército?
Enfrentar esa noche iba a requerirle más esfuerzos que preparar una batalla. Por más que desease a su esposa, Rob ahora se daba cuenta que había sido precipitado en hacerle esa promesa.
Llevarla a la cama, implicaría revelarle su secreto primero, para que ella pudiese escoger si se quedaría con él o anularía el matrimonio . Y no había tiempo suficiente antes de aposentarse , para evaluar cuál sería la reacción de ella. Rob iba a estar demasiado ocupado esa tarde preparando las defensas.
Rob se pasó la mano por el rostro, demorándose en la mejilla que todavía le ardía por la bofetada de Jehannie. Como si no tuviese suficientes problemas, Mairi sospechaba que él tenía una amante, una amante con la audacia de mostrar públicamente su rabia y huir robándose su caballo.
Qué estaría pensando su esposa de él en ese momento? Y cómo podría hacerla cambiar de idea en tan pocas horas?

A lo largo de esa tarde , Rob dejó de lado sus preocupaciones lo mejor que pudo y se concentró en los preparativos. Ranald Maclnness seguramente no esperaría que él estuviese preparado para un ataque tan pronto.
La trompeta sonó al final de la tarde, cuando Rob venía de la armería con su espada recién afilada. Por un instante, esperó una señal del centinela de la torre, informando que los escoceses de las Highlands se aproximaban.
En vez de eso, uno de los portones se abrió lo suficiente como para que Andy, el rubio pasase con su caballo. Rob se dio cuenta inmediatamente, que algo andaba mal . Había dado órdenes a Andy de que siguiese a Jehannie y se ocupase de su seguridad.
Andy galopó hacia el patio y desmontó rápidamente , arrojando las riendas al joven Elfled, quien había acompañado a Rob en la verificación de las armas.
- Ella desapareció! - gritó Andy, su rostro rojo por la agitada cabalgata. Le expresó con señas que la había perdido.
No está con mi madre?, preguntó Rob, por gestos. Andy se sacó el yelmo e sacudió la cabeza , gesticulando.
- No. No la vi en ningún lugar del camino. Simplemente, desapareció! Es necesario que salgas a encontrarla!
El corazón de Rob casi se detuvo . Si Jehannie se hubiese cruzado con lord Maclnness y sus hombres… pero entonces recordó que ella solía desaparecer cuando era niña, cada vez que algo no salía del modo en que ella quería. No sería del todo imposible que ella estuviese usando uno de sus trucos ahora. Estaba amargada y tan llena de rabia como él nunca la había visto.
Aún así, Jehannie sabía mejor que nadie que no debía aproximarse a un grupo de hombres extraños y también sabía como eludirlos, si los viese acercándose . No había modo de que Lord Maclnness y sus hombres pasasen desapercibidos.
Si, por alguna trampa del destino, los hombres hubiesen avistado a Jehannie, Rob sabía que el caballo que ella había robado la ayudaría dejar a escapar . Ella era una excelente amazona y el garañón era rápido como el viento. Salvo por el problema con los Maclnness, él no veía ninguna razón para salir a buscarla .
Rob se preguntó en qué lugar ella había decidido esconderse esta vez, en la vieja torre en ruinas o en alguna de las cabañas de los pastores . No tenía dudas de que ella se quedaría escondida hasta que todos los pobladores de ambos los castillos hubiesen agotado sus esfuerzos para encontrarla.
Pero las cosas no serían así esta vez, decidió Rob. no tenía ni hombres ni tiempo que perder en una búsqueda inútil. Ni siquiera mandaría a uno de sus hombres hasta el castillo de su padre para pedirle que se ocupase de buscar a Jehannie . Si ella era tan tonta como para pensar que todos iban a abandonar sus tareas y correr como perros detrás de ella , Jehannie estaba absolutamente equivocada.
Ella se escondió, le dijo a Andy. Dejaremos las cosas como están.
- A Thomas no le va a gustar esto!
Rob arqueó las cejas. Andy nunca había dado mucha importancia a lo que Thomas pensaba. Aunque no normalmente se llevasen bien, Thomas jamas había permitido que Andy olvidase quien de los dos había nacido bastardo y quien ocupaba un nivel social más alto.
O realmente está preocupado por Thomas, o todavía sigue enamorado de Jehannie como lo había estado cuando eran niños , Rob pensó,
Yo le contaré a Thomas, lo tranquilizó Rob.
Andy aceptó su respuesta con reticencia . Luego miró a su alrededor y se dio cuenta que había una actividad extraña en el patio.
- Los Maclnness?
- Probablemente. Creo que llegarán en un día o dos. - Con aire ausente, Rob pasó su dedo por el filo de su espada , admirando la suavidad del acero finamente templado.
- Hay Órdenes ? - preguntó Andy, enderezando los hombros y dejando las preocupaciones respecto a Jehannie a cargo de Rob.
- Busca tus armas. Descansa . Asume la guardia de medianoche.
- Bien - aceptó Andy, vacilando por un momento antes de marchar hacia su alojamiento. - Lady Mairi, está bien ?
- Muy bien - respondió Rob, contento de que su esposa hubiese conquistado el afecto de uno de sus amigos.
- Ya se lo contaste ? - indagó Andy, con una mirada significativo.
Rob gruñó , sin ganas de enfrentar ese problema, cuando tenía tantas cosas en que pensar.
- No quiero consejos, Andy!
El hombre se retiró sin hacer comentarios.
Si más alguien se atreviese a decirle lo que debía hacer ese día, pensó Rob, tendría reacción idéntica a la de Jehannie. Pero no sería no sólo una bofetada. Una cabeza iba a rodar ...!

No hay comentarios: