miércoles, 10 de septiembre de 2008

EL HIGHLANDER SILENCIOSO - CAPITULO 23

CAPITULO 23


Mairi ignoró las miradas curiosas que la rodeaban , cuando entró en el salón, vestida con ropa de hombre. Llevaba sus propias ropas dobladas bajo el brazo, mientras pasaba al lado de todos, intentando mantener un aire de dignidad.
Cambiarse nuevamente en las barracas habría sido demasiado arriesgado, después que los hombres se habían dispersado de cerca de los portones.
Además , después de haber sido arrancada tan intempestivamente de su lecho nupcial esa mañana, necesitaba bañarse, cepillar sus cabellos y arreglarse de manera apropiada.
Los zapatos cómodos patinaban en la escalera y los las piedras que sobresalían del piso le lastimaban los pies, haciéndola recordar de la idiotez de no haber buscado sus botas. Debía parecer ridícula caminando como un pato que pisaba huevos , ella pensó.
Qué le importaba que esas personas la viesen así vestida de hombre? Después de todo , ellas ya habían decidido que ella no les gustaba , sin importar lo que ella hiciese. Todavía tenían la esperanza de que Rob pudiese reemplazarla con la hermana de Thomas.
Mairi suspiró al abrir la puerta del cuarto y arrojar sus ropas sobre la cama. Aun mientras se libraba de la túnica harapienta y los pantalones, Mairi pensó seriamente en conservarlas y usarlas abandonar ese lugar.
Mairi había esperado que Rob confiase en ella, después de que se había entregado carnalmente a él . Ella no le había probado que quería ser su esposa en todos los sentidos? Ella no había hecho todo lo que había podido para ganarse su confianza ?
Con toda a honestidad, Mairi tenía que admitir que había habido poco tiempo, tanto la noche anterior como esa mañana para que él se explicase. Pero Rob le debía a ella una explicación.
Aunque creyese estar enamorada de Rob, Mairi sabía que ese sentimiento probablemente había nacido de la poderosa pasión y atracción que existía entre ellos dos. Ese deseo mutuo había sido evidente desde el principio, pero , solo, difícilmente sería la base de un amor verdadero.
Quizás no tenía derecho a esperar sentimientos más profundos por parte de Rob, de forma tan prematura. Y tenía que admitir que ella misma podía estar confusa, todavía bajo el impacto del éxtasis sexual recientemente descubierto . No, no podía ser amor, debía ser lujuria, pasión ... sin embargo era un sentimiento tan intenso que parecía mucho mas importante que eso.
Ambos habían obtenido placer en esa cama, pero qué se podía hacer con eso ? Aunque eso no fuese algo para despreciar , no era suficiente, ella pensó, con un suspiro de tristeza.
En verdad , Rob había ido mucho mas allá que meramente cumplir con sus deberes conyugales, y ella estaba segura de que le había dado mucho mas placer que cualquier esposa le daría a su esposa . Los recuerdos deliciosos de sus manos recorriéndola, la sensación de su lengua atrevida acariciándole todo el cuerpo , la estremecieron . Con sólo reproducir las imágenes de lo que habían hecho en su mente le provocó una oleada de calor que la hizo temblar de deseo.
Sería muy difícil vivir sin él, después de esa noche. Si , sería casi imposible desistir de ese place , aunque fuera para salvar su orgullo.

Mairi sumergió un paño de lino en la fuente con agua y se lavó el rostro , el cuello, los brazos , las piernas, los pechos y su entrepierna , logrando refrescar el ardor que quemaba en esa zona . Se frotó con fuerza, como para borrar las marcas de los besos, las caricias, y el olor de Rob que todavía impregnaba su cuerpo. Lavar los recuerdos de una noche de pasión no disminuyó en su deseo de tenerlo nuevamente esa noche. Y todas las noches, de allí hacia adelante . Deseo de compartir su cama, de tener sus hijos, de ocuparse de su comodidad y de su felicidad de todas las formas que una esposa lo hacía . Ese era su sueño más secreto. Pero Rob tenía el poder de lanzar esos sueños contra las rocas da realidad, si nunca llegase a amarla.
Mairi podía amarlo para siempre , pero eso podría no ser suficiente para satisfacer a ninguno de los dos en los años que vendrían.
Y ni quería penar en la idea de que su marido se imaginase que ella fuese lady Jehan en la cama.... No si alimentaba esa idea iba a llegar a odiarlo . Honestamente, tenía que confesar que ya se sentía resentida ante la preocupación de Rob respecto a esa mujer, rehén en las manos de Ranald. Hasta ella misma estaba preocupada por su rival en el amor por Rob.
Necesitaba esperar para ver qué sucedía, después de que Rob hubiese enfrentado el duelo con su primo y una vez que hubiese salvado a su antigua prometida . Eso tenía más sentido que escaparse por el portón del fondo, huyendo de la situación..
Aunque su fuga fuese exitosa , siempre le quedaría duda de si había actuado precipitadamente , sin darle a Rob la oportunidad de confiar en ella
Por último, y no lo menos importante, Mairi no tenía ni idea de a donde podría ir, si pudiese escapar.
Podría volver a Craigmuir, por supuesto. Estaría segura después de la mañana siguiente, Ranald seguramente moriría y la vida de su padre estaría vengado, tal como se había prometido a sí misma.

El clan le daría las bienvenida a su hogar, pero Mairi también sabía que el consejo buscaría inmediatamente escoger otro hombre, para ocupar la posición de lord. Habría una reunión para decidir quién ocuparía ese puesto, y entonces ella tendría que contentarse con apenas ser una mujer más del clan . No habría más privilegios especiales por ser la hija del lord.
Pero podría permanecer en Baincroft , como la esposa de un hombre que no confiaba en ella? Ser el ama de un pueblo que la trataba con desdén?
Sopesando todas esas consideraciones, Mairi se dio cuenta que la única opción prudente era quedarse donde estaba. por el momento .
Después que Rob hubiese rescatado a lady Jehan, vería que vientos soplaban entre ellos dos.
Miró de reojo a las ropas masculinas que estaban en el piso y decidió que iba a usarlas nuevamente. Cuando la mañana llegase, se iba a disfrazar y saldría con los hombres a presenciar el combate . Mientras que Rob no la viese, a nadie mas le importaría que ella estuviese allí, aunque la reconociesen. Y de ses podría ver la cara de Rob en el momento en que él se reuniese con su antigua novia.
Si él diese alguna muestra de que todavía prefería a esa mujer, ella dejaría Baincroft. Por más que creyese que lo amaba, no aceptaría migajas de su atención y no aceptaría competir con otra mujer para ver quien se adueñaba de su corazón.
Mairi arrojó el paño de lino en la fuente y pasó sus manos mojadas por su cara , para refrescar la súbita oleada de rabia. Podría tomar otro rumbo, si fuese preciso . Craigmuir siempre había sido necesitado mas costureras...
Tenía ganas de esconderse por el resto del día, pero sabía que no lo haría. La gente de allí no la trataría mejor, si se convirtiese en una mujer recluida y aislada . Ya la consideraban bastante extraña, Mairi sospechaba. Mientras tanto viviese en Baincroft, fuese por ese día, apenas, o por el resto da vida, ella asumiría el papel de lady, de baronesa. Era su derecho.
Con esa decisión tomada, Mairi se vistió y descendió confiada hacia el salón y pasó a organizar las tareas, para pasar de la conmoción en que estaban a una actividad mas productiva. Eso no iba a ganarle el cariño de la gente de Baincroft, Mairi lo sabía , pero toda esa gente tenía la obligación de obedecer sus órdenes .
Se entregó al trabajo, creyendo que eso haría que el día pasara más rápidamente . Pero desgraciadamente , las horas interminables se arrastraron con una lentitud enervante . Rob y la mitad de los hombres habían llegado para la comida del mediodía, habían comido y bebido de pie, y luego habían salido apresurados . Todos, dentro del castillo y en el patio, parecían estar inmersos en sus actividades. Aunque los eventos aparentemente iban a tener lugar fuera de las murallas, quién podía predecir lo que los hombres de Ranald podrían hacer cuando él fuese derrotado? Podría ocurrir una batalla. Y el contingente de Rob era menor en número, Mairi había oído a sir Galen afirmar eso .
Poco después de que Rob hubiese terminado su comida , llegó un segundo grupo para comer. Mairi buscó aproximarse a de sir Galen.
La razón para haberlo elegido para conversar era que el caballero le había dirigido una media sonrisa al entrar al salón. Era la expresión máxima de afecto que había logrado de la gente de Baincroft en esos días . Además , había sido Galen el encargado de negociar con Ranald.
Mairi suponía que él era el capitán de guardias, aunque nadie los había presentado.
Sir Galen parecía el más viejo de los hombres y se comportaba con extrema seguridad. Ella recogió su copa de cerveza y se aproximó al lugar donde estaba el caballero , recostado contra la pared del fondo de la sala .
- Qué podría suceder cuando mi Lord mate a Maclnness? Cree que el resto de sus hombre va a partir en paz?
Ele se encogió de hombros y habló, mientras mordía un pan:
- No, Mi lady , no lo harán. Pero eso no tiene importancia .
- No tiene importancia ? - ella preguntó, con un aire de incredulidad.
Sir Galen tragó y sonrió, mostrando sus dientes blancos.
- Lord Rob mandó buscar refuerzos en Trouville. Eso será una ventaja a nuestro favor.
Gracias a Dios. Mairi tomó un trago de cerveza, antes de preguntar:
- Por qué no simplemente rodearlos y dominarlos y acabar con todo esto ? Por qué mi marido debe luchar con Ranald solo?
El arqueó una ceja, con expresión de sorpresa.
- Por el honor de lord Rob, naturalmente. No se puede soslayar un aspecto tan importante como ese, no lo cree, Mi lady ?
Ella asintió con la cabeza .
- Muy cierto , pero mi primo no merece ningún respeto y no poseer honor alguno . Él ordenó que mi padre fuese asesinado y planea hacer lo mismo conmigo. O va a hacerme enviudar para casarse conmigo.
- Noto que mi lady no teme por su destino - él comentó, con una sonrisa extraña, mordiendo el pan y masticando mientras la observaba.
Ela lo miró a los ojos , extremamente seria.
- Confío en las habilidades de mi marido, pues fui testigo de ellas. Sin embargo me gustaría tener un puñal de mano, en caso algo salga mal .
- Mi espada estará a mano, no lo dude - él declaró.
- Una idea muy alentadora , sir. Pero Cree que podría encontrar una faca para mí ? No algio muy grande , por supuesto, pero algo afilado y eficaz?
El miró de reojo a una pequeña daga que ella traía en la cintura.
- Afile bien esa que tiene. Le Servirá para abrirse las venas, si lo peor sucediese y el bastardo de su primo venciese.
Mairi soltó una carcajada.
Oh, no seamos extremistas, no estoy pensando en suicidarme ! Todo lo que quiero es un arma afilada y eficaz en mi mano. Con eso me sentiría más segura.

Sin despegar los ojos de ella, sir Galen se agachó y llevó su mano a su bota, sacando una daga de cabo de hueso, tres veces mas grande que la de Mairi. Era negra como el pecado y tenía una profunda ranura color sangre . Una arma peligrosa. Justamente lo que ella necesitaba.

- Tenga cuidado de que eso no vaya a parar a un lugar equivocado - él le avisó, con las cejas erguidas, su enorme bigote torcido a un lado.
Ella sonrió con una calma fingida, tomando la daga y la escondió en los pliegues de su vestido.
- Si, la enterraré en el lugar correcto, si la necesidad me obliga, puede estar seguro . Muchas gracias, sir Galen.
El la miró a de arriba a abajo como si evaluase sus méritos. Luego , asintió con la cabeza , pareciendo satisfecho. Tragó el resto da cerveza y se apartó.
A escondidas, Mairi empuñó el arma, probando su peso. Podría nunca precisar usarla, pero por lo menos ahora no se sentía tan vulnerable como antes, cuando había partido de Craigmuir.
Si , ella iba a acompañar a Rob afuera de las murallas mañana. Tenía que hacerlo, pues no podría esperar dentro de los portones hasta que alguien viniese y le contase lo que había sucedido.
Aunque no dudase del resultado del combate, Mairi necesitaba ver, con sus propios ojos, como Rob trataría a lady Jehan, cuando la hubiese librado de Ranald. Necesitaba observándolos, poco después de ese momento de victoria, para descubrir los verdaderos sentimientos de su marido para con esa mujer.
Después de eso, sabría qué debía hacer. Y si tuviese que partir de allí, ya estaría vestida y armada para el viaje.
Tomada esa decisión, Mairi llevó la daga al piso de arriba y la escondió , junto con los pantalones y la túnica, debajo del colchón, para que Rob no las viese y se las sacase .
El resto de día lo iba a pasar entre los extraños, intentando actuar como el ama del castillo.
Mairi preocupó cuando Rob no apareció a cenar. Todos sus caballeros, inclusive sir Galen y sir Thomas, habían desaparecido, así como la mayoría de los otros hombres.
Aun el joven y tímido sacerdote que ella había encontrado brevemente durante los quehaceres del día estaba desaparecido. No esperaba que todos estuviesen reunidos en la mesa para la cena, pero el hecho que ninguno de ellos estuviese allí la intrigaba.
Mairi presidió la mesa, apenas consiguiendo masticar un bocado con tantas miradas clavados en ella. Todos debían culparla de la situación. Aunque no desease, tenía que admitir que ellos tenían una buena razón para juzgarla responsable .
Si Rob no se hubiese casado con ella y la hubiese llevado a allí, ahora no tendría que enfrentar a Ranald en una lucha a vida o muerte, y Baincroft todavía sería el lugar pacífico que ellos siempre habían vivido.
En su cuarto, Mairi esperó por horas, segura de que él llegaría trayéndole la confianza de que no iba a fallar.
Rob había estado allí, antes que ella, o alguien había entrado, pues el baúl con ropas estaba abierto y la chimenea, encendida.
Rápidamente verificó si la daga que sir Galen le había dado y las ropas masculinas continuaban en el mismo lugar. Para su alivio , estaban debajo del colchón, como ella las había dejado .
Si por lo menos Rob apareciese y pudiesen amarse una vez más , ella suspiró. Era un buen momento para que él confiase en ella y le dijese la verdad sobre su sordera , aunque él ya debía suponer que ella conocía su secreto. Difícilmente esosería una prioridad, dada la importancia de los otros problemas que lo afligían, pero podrían conversar y estar juntos .
Casi había pasado la mitad de la noche y Rob todavía no había venido a reunirse a ella. Mairi decidió que debía salir para encontrándolo. Se no fuese por otro motivo, quería desearle buena suerte y reafirmarle que creía en él.
Recogió una bata de lana que nunca le había visto usar. Se envolvió en ella, inhalando el olor de Rob en la tela suave. Los zapatos de cuero se deslizaban prácticamente inaudibles por el piso piedras, cuando ella descendió la escalera .
Tenía intención de buscara Rob entre aquellos que dormían en el salón, pero , al examinar los cuerpos extendidos, se dio cuenta que sólo había mujeres allí. Estarían todos los hombres despiertos , de guardia?
Mairi abrió la puerta del salón, descendió corriendo los escalones y salió al patio, cerrando la bata de Rob contra su cuerpo, para protegerse del frío de la noche. Todo estaba silencioso, y en el aire había una expectativa casi palpable.
Había un número pequeño de centinelas sobre las pasarelas de las murallas, Mairi notó con sorpresa. Dos guardias patrullaban los portones principales y otros dos vigilaban el portón de reja . Aquello parecía extraño para la noche que debería ser la de la primera batalla que presenciaban en décadas.
Miró de reojo a su alrededor, hacia las edificaciones dentro de las murallas. Aunque la luna llena iluminase las sombras, los barracas se asemejaban a un lugar aislado y siniestro, donde ninguna mujer se atrevería entrar en medio de la noche, con tantos hombres a un paso de una batalla.
Y si la atacasen, creyendo que ella era alguien que había penetrado furtivamente las murallas para atacarlos a traición? Reconsideró la idea de buscar a Rob allí.
Desde la puerta de la capilla, emanaba un haz de luz.
Mairi cruzó el patio y se aproximó , imaginando qué estaría ocurriendo . Una reunión secreta ? No se oían voces.

Al entrar, ella contuvo el aliento. Centenas de velas lanzaban su luz sobre la multitud sombría que allá dentro se amontonaba.
Algunos de los hombres estaban de pie , otros arrodillados. otros, agachados en los rincones. Sólo unos pocos ojos se volvieron para mirarla. La mayoría tenía los ojos cerrados, porque dormían o porque oraban.
Parecía que todos los habitantes varones de Baincroft, salvo los pocos guardias que ella había visto en las murallas, habían asistido a una extraña y silenciosa ceremonia.
Vestido enteramente de blanco, Rob yacía echado, su cuerpo abierto en forma de cruz en el atrio, con el mentón apoyado sobre el frío piso de piedras.
Mairi cayó de rodillas e hizo la señal da cruz. Nunca había visto una escena así en toda su vida. Qué significaba aquello?
Encontró con los ojos a Andy. El muchacho estaba arrodillado a pocos pasos de distancia y la observaba , pareciendo horrorizado de verla allí.
Mairi estaba a punto de hacerle una señal para que él la siguiese afuera y contase lo que estaba sucediendo, cuando sintió que la empujaban por el brazo.
Thomas. Mierda!
- Sígame , él exigió que ella se levantase y lo acompañase, Mairi se olvidó de Andy y fue detrás del caballero. Estaba desbordada de curiosidad y no le importaba quien le fuese explicar, sólo quería descubrir el significado de ese ritual .
Cuando estuvieron fuera del alcance para ser oídos, preguntó :
- Qué es eso ? Y cuánto tiempo va a durar?
- Toda la noche . Él está en una vigilia.
- Entonces, él se va a quedar dormido mientras mi primo le corta el cuerpo de arriba a abajo? No tiene cerebro , sir Thomas? - Mairi arrojó los brazos hacia arriba en señal desesperación . - No puede decir una plegaria y acabar con todo eso ? Puede apostar su alma mortal que mi primo no va a dejar de dormir esta noche !
Thomas se rió, una risita ligera y llena de significado, lo que irritó a Mairi todavía más.
- Ah, entonces usted es una mujer práctica. Nada de esas plegarias inútiles y ayunos sin sentido para usted .
- Por mil demonios , él no comió??! - ella exclamó, agarrándolo por el brazo. -- Escuche lo que le voy a decir ! Esto no es necesario ni prudente!
- Yo se lo aconsejó por su propio bien - respondió Thomas, sacudiendo la cabeza. - Pero Rob es así. Una vez que toma una decisión, nada no nadie, lo puede hacer cambiar de idea. Hace esta vigilia, pues cree que es lo que debe hacer .
- Pero , Por qué ? él Cree que va a perder?
- No, claro que no! - Thomas suspiró y pasó los dedos por su cabello . - él quiere que no haya dudas respecto a quien va a luchado del lado del bien, mañana. Rob quiere acabar con esa antigua creencia de que tiene un pacto con Satanás , que sacrificó su facultad de oír para poseer poderes demoníacos.
- Por Dios y la Virgen ! Qué locura es esa? - preguntó Mairi, llevando las manos a su rostro espantada. - Su propia gente pensaría una cosa así de su lord?
- Aparentemente, ese hombre de las Highlands , su primo , cree eso - Thomas explicó, haciendo una pausa antes de proseguir. - Y Rob tiene miedo de que usted lo crea también.
- Pero se trata des estupideces de ignorantes … - Mairi murmuró irritada y se volvió , rápidamente, para entrar en la capilla y decir a su marido cuan equivocado estaba.
Thomas la agarró por la espalda de la bata y casi se cayó sobre ella, al perder el equilibrio. Ella se dio vuelta rápidamente para ayudarlo , sujetándolo por el brazo.
- Idiota ! - ella lo reprendió . - Vaya a sentarse a algún lugar antes que se rompa la otra pierna !
- Venga conmigo, entonces - él exigió con los dientes cerrados -, pues no puede entrar allá e interrumpir la vigilia.
Mairi se mantuvo irreductible.
- Rob no necesitó una vigilia, cuando luchó en Craigmuir. Tengo la más absoluta convicción de que Dios estuvo del lado de Rob ese día, sin necesidad de nada de esto! - señaló para a capilla y bufó con rabia.
Thomas se le aproximó furioso.
- Mi lady, se lo advierto, no se burle de eso que él hace allí adentro . Puedo soportar cualquier cosa, menos que se burlen de él, comprende? - él le agarró el brazo, sus dedos enterrándose en su carne, a través de la tela. - Robert es un hermano para mí.
- No un hermano de sangre - ella rebatió , usando el dolor del asimiento cruel de su mano para alimentar su rabia. - Pero hubieran sido como hermanos si Rob se casaba con Jehannie , verdad ?
- Es cierto - él admitió . - Si fuese dejado a mi arbitrio, él la llevaría a usted esta misma noche allá afuera y traería a mi hermana a esta casa, al lugar donde ella pertenece!
- Entonces, debo agradecerle a Dios esa pierna quebrada, pues así puedo enfrentarlo ! - Ella lo sujetó por la muñeca , se la retorció y logró desprenderse de Thomas . Ella casi lo hizo caer.
Thomas se enderezó pero no la tocó nuevamente, dándose cuenta , obviamente, que era mejor no provocarla.
- Lamento lo que dije . No quise decir eso - él murmuró, en un tono rencoroso.
- Claro que quiso decirlo, a mí no me engaña - ella replicó.
A pesar furia, una certeza mayor se apoderó de Mairi . Thomas tenía razón, ella jamas podría atreverse a entrar en la capilla e intentar persuadir a Rob de abandonar su vigilia. Le causaría más amargura que un bien, si lo hiciese. Ella podría avergonzarlo delante de sus soldados, y él nunca le perdonaría eso. Ni siquiera iba a dormir después , de tan enojado que estaría.
Rob probablemente conocía sus fuerzas mejor que ella, y debía sentirse confiado de que podría hacerlas prevalecer a pesar de la falta de comida y de sueño. Tenía que confiar en su marido , totalmente, pues no había otra opción.
- Déjeme, Thomas, voy a volver al castillo. Y, ya que yo no puedo, vaya y cuide él. Intente hacerlo descansar un poco y de comer antes del combate .
El se limitó a mirarla con odio, como si ella hubiese sugerido cometer una blasfemia . Tal vez así fuese, ya que ella no sabía nada acerca de esos rituales. Los hombres de las Highlands eran diferentes. Pero Mairi no podía evitar preocuparse por Rob.
Caminó por el patio y subió los escalones. Antes de cruzar las puertas del salón, ella se volvió y vio que Thomas entraba en la capilla. Se preguntó , por un instante, en qué medida, exactamente, ese caballero tenía influencia sobre su marido. Y, para no ser hipócrita e ir al centro del problema, qué cantidad de esa influencia le correspondía a Lady Jehan .
A la mañana siguiente, lo iba a descubrir.

No hay comentarios: