lunes, 15 de septiembre de 2008

EL HIGHLANDER SILENCIOSO - CAPITULO 29

Capítulo 29


Rob esperó impacientemente el retorno de Mairi, casi incapaz de creer en lo que había sucedido. Su esposa había vuelto a Baincroft por libre y propia voluntad .
Al principio, había exigido las tierras de sus dote y la disolución del matrimonio , Thomas le había contado .
Ella había acusado a Jehannie y a él de haber intentado matarla , administrándole veneno. Eso no lograba entenderlo. Paro parecía que Mairi veía las cosas de manera diferente ahora. Por lo menos , él tenía alguna esperanza de que fuera así.
A pesar de los gritos y la confusión se había dado cuando ella lo había defendido de la sobreprotección de Jehannie. O así Thomas se lo había contado . Rob había apenas había comprendido la última parte del discurso , cuando Mairi había declarado que él le pertenecía. Que era su hombre.
La esperanza había crecido en su corazón. Los dos podrían entenderse de allí en adelante , y se preguntó si Mairi realmente creía que se pertenecían uno al otro. Y por qué ella había decidido eso tan de repente.
Por simpatía y compasión o por sentido del deber? Ninguna de esas cosas serían suficientes para construir una vida juntos. El quería más de parte de ella. Y Mairi se merecía mucho más de él, mucho mas de lo que le había entregado hasta ahora.
- Llegó el momento - Rob se dijo a sí mismo, al verla aparecer en la puerta. -
Thomas se volvió para mirarlo .
- el momento de qué?
- Oh, el momento de eso ... ! - él simplemente exclamó, sonriendo. Le hizo un gesto a Gunda y le ordenó que llevase comida, vino y agua caliente a su cuarto.
El había pasado una larga noche rastrillando los campos vecinos , en busca de Mairi y estaba hambriento. Mairi debía estar mas hambrienta todavía.
La verdad fuese dicha, el hambre lo atormentaba, pero su deseo por Mairi era mayor. Debes ser paciente con ella , Rob se advirtió a sí mismo. Había mucho que hablar, antes de hacer el amor. Si volvían a hacer el amor nuevamente...
Thomas se recostó contra la pared.
Tienes problemas, le dijo a Rob con señas.
Rob lo observó con una mirada interrogativo.
Todos van a llamar a tu esposa loca del demonio.
Dijeron cosas peores de mí, Rob admitió . Y de vos.
Por unos instantes se quedaron así, mirándose el uno al otro, hasta que Thomas soltó los brazos a los costados, en un gesto de cansancio .
Repentinamente volvió a usar el lenguaje de señas.
Te mentí. Ellos van a amarla. Ella es fuerte, honesta e inteligente. Como vos. Thomas bajó la cabeza por un momento y , entonces, afirmó. Y ella tiene razón.
Sobre qué?
Su amigo suspiró, sus hombros se derrumbaron .
No precisas más de nosotros, ni de Jehannie ni de mí.
Siempre voy a precisar amigos, Rob le aseguró. Mairi también precisará amigos, no importa lo que crea en este momento.
Rob estaba asumiendo que Mairi se quedaría en Baincroft.
Ella no me quiere para nada, afirmó Thomas.
Vos tampoco le tienes afecto a ella, pero eso puede cambiar. Rob arqueó una de las cejas, en advertencia. Él quería cambios, en caso que Thomas permaneciese en el castillo.
Thomas se apoyó en los bastones y se apartó de la pared , hablando lentamente para que Rob lo entendiese.
- Muy bien , vos sos quien decide …
Mairi había entrado vacilantemente. Estaba parada, en la puerta , con las manos entrelazadas. Lucía su más inocente sonrisa, pero, en sus ojos, Rob podía ver aprensión y miedo de que él pudiese castigarla por la pelea con Jehannie.
Com todo el derecho , él podría hacerla pagar por las falsas acusaciones, por haber peleado con Jehannie y por haberlo hecho pasar una noche de desesperación , desapareciendo como había hecho . Pero Rob sabía que no haría nada de eso. Estaba demasiado feliz de tenerla allí, sana y salva en su casa.
- Han hecho las paces? - Rob preguntó.
Mairi asintió con la cabeza, lanzando una rápida mirada a Thomas, quien los observaba.
- Tu hermana se fue con lady Anne. Dijo que no debemos preocuparnos por ella.
- Tenemos otras cosas más importantes para preocuparnos que con mi caprichosa hermana , pienso - respondió Thomas, con una sonrisa . - Tu marido exige que seamos amigos.
Mairi apretó los labios por un instante, aunque exhibía una mirada de puro alivio que Rob consideró encantadora.
- Entonces que así sea - ella murmuró, formando las palabras lentamente. Y lo hizo más para provocar a Thomas que para que Rob la comprendiese, él estaba seguro . - Desde que usted respete todo lo que yo diga y haga, estoy segura que podremos llevarnos muy bien , sir Thomas.
Rob observó el rostro contrariado de Thomas. Era hora de intervenir , antes que aquellos dos comenzasen a pelear. Ellos nunca podrían hablar mirándose a los ojos sin que saltasen chispas, y él tenía que aceptar ese hecho.
Esperaba tener por delante muchos años para resolver las cosas que todavía tensas entre ellos dos, pero no planeaba comenzar en ese instante. Tenía asuntos más importantes que tratar.
Ven conmigo - le ordenó a Mairi, tomándola por el brazo, sin darle ninguna cualquier opción . Él se dio cuenta de la sonrisa provocativa que Mairi le lanzó por sobre el hombro al enfadado Thomas.

Cuando entraron en el cuarto, Rob notó que ella había perdido la arrogancia y la valentía. Ahora había una Mairi intimidada que casi parecía irreal.
- Siéntate y come - él dijo, señalando la comida que Gunda había traído.
Obediente como nunca, ella se sentó , partiendo un pedazo de pan fresco y ofreciéndoselo a él. Rob lo aceptó y también la copa de vino que ella le sirvió. Rob se sentó frente a ella.
La comida terminó rápidamente , sin que Mairi hubiese dicho ninguna palabra. Se había Limitado a observarlo como un animal predador listo para atacar. Ella obviamente esperaba alguna forma de castigo, pero claramente no tenía miedo de él.
Rob bebió el resto del vino, apoyó la copa sobre la mesa e se levantó , para estirar los músculos. Ella continuó observándolo, limpiando sus uñas y masticando pensativamente.
No había más excusas para demorar la conversación . Los dos tendrían que llegar a un entendimiento. Rob necesitaba saber si a esposa continuaría viviendo allí, con él, por las razones correctas y no por deber o por piedad.
Ele se arrodilló al lado del baúl y sacó unos pergaminos y el grafito , en caso necesitasen escribir. Cuando los colocó sobre la mesa, ella frunció la frente,
- No! - ella exclamó, mirándolo a los ojos . Se levantó . Al aproximarse a la cama, se volvió , cruzó los brazos sobre su pecho y dijo : - Vos y yo vamos a hablar.
Resignado, Rob comenzó:
- Te casaste engañada.
- Si, lo sé - ella retrucó con un suspiro. - Mi padre lo sabía? - ella preguntó, estrechando los ojos.
- Lo sabía. Me perdonas, Mairi?
- Si vos me perdonas. Yo siempre me hago juicios precipitados sobre las cosas y esta vez me comporté mal. - Ella se encogió de hombros y se pasó la mano por la frente. - Estaba muy enojada, tenía miedo… estaba preocupada.
- Y ahora?
- Estoy contenta.
- Contenta de estar conmigo?
Las palabras de ella salieron en una catarata , y Rob levantó una mano para silenciarla.
- Háblame lentamente, por favor. - Rob se aproximó , se paró delante de ella, para que pudiesen estar cara a cara, las manos de ella apoyadas en sus hombros, las de Rob , en la cintura de Mairi. - Ahora, comienza otra vez.
Hablando con pausas, ella le contó que había sospechado la verdad la noche en que había sido atacada en el campamento, cuando había visto el intercambio de señas entre él y Andy . Más tarde, había tenido dudas, durante el baile. Pero sus sospechas se habían confirmado, cuando habían llegado a Baincroft.
Para la sorpresa de Rob, ella también le relató como se había sentido entonces. Y no le escondió ninguna de las preocupaciones con respecto a los problemas que su falta de audición podrían causarle al matrimonio y a la vida de ella. Raras veces alguien le había hablado con semejante franqueza. Mairi había sido directa y honesta . Rob admiró el esfuerzo de concentración de Mairi, para hacerse comprender. Ella exageraba los gestos de sus manos y usaba las palabras más simples, pronunciando una a la cada vez, hablando en voz más alta que la normal, creyendo que aquello podía ayudar.
Mairi estaba consiguiendo tener éxito. Él entendía cada palabra y lograba comprender el sentido de cada frase. Con el tiempo, él se acostumbraría a la manera de hablar de su esposa, así como había sucedido, muchos años atrás, con Trouville y con Henri. Pero ahora tenía que asegurarse ese tiempo.
- Quieres tu libertad? - él preguntó, manteniendo la voz baja, casi en un susurro.
- Oh, no! - Mairi respondió , negando vehemente con la cabeza .
- Por qué no?
La pregunta crucial había sido hecha. Rob esperaba la respuesta. Mairi no era persona de romper un juramento. Pero Él no quería tenerla a su lado, si ella, lamentaba la unión.
Mairi pareció estudiar cómo responder, escogiendo las palabras con indecisión. Luego , enterró sus dedos en los hombros de él, casi von desesperación .
- Porque… … me importas !
Rob se inclinó y la besó en la frente. Luego , se apartó, muy serio.
- Puedes irte - dijo. - Tomaré la medidas necesarias para disolver el matrimonio . Recibirás Oro. Criados. Tu propia casa.
Las manos pequeñas temblaron cuando ella tomó el rostro de él y lo miró profundamente a los ojos .
- Oh, Rob, esta es mi casa. Yo quiero quedar aquí. Yo te quiero - Con un suspiro profundo, ella preguntó : - Me entiendes?
Ele sonrió y aproximó los labios a los de ella.
- Claro que te entiendo.
El alivio lo invadió . Mairi lo quería . Rob sabía que no era piedad , deber o algún errado sentido de honor lo que la mantenía junto a él. Gracias a Dios!
Pero debería tener preocupaciones . Cualquier mujer las tendría. Por más que la desease y que estuviese listo para tomarla como su esposa para siempre, Rob todavía tenía cosas que explicar. Posó su mano en el vientre de Mairi.
- Nuestros bebés ... - él dijo, esperando transmitirle confianza - Nuestros hijos vana a poder oír. - Aunque ella no hizo preguntas de como él sabía que sus hijos no heredarían su sordera, él podía leer las dudas en los ojos de ella. - Yo oía - Rob le explicó, sonriendo con los recuerdos. - Oí las canciones de mi madre. Mi perro ladrando . La gente conversando . Tenía dos… tal vez tres años, cuando tuve una fiebre.
El rostro de Mairi se entristeció.
- Y ahora... no escuchas nada? - ella preguntó, tocando suavemente sus orejas.
- Tambores. Silbidos. Flautas.
- Ah! Lo sabía! - ella exclamó con una sonrisa.- El baile! Bailas perfectamente! •
- Lo sé - él admitió , sonriendo también. - Bailo mejor que vos! - bromeó Rob , recibiendo como respuesta un golpe en su brazo.
- Puedo aprender el lenguaje de señas? - ella preguntó ansiosamente.
- Puedes aprenderlo y mejorarlo con mas palabras - él contestó, besándole los dedos.
Mairi lanzó una carcajada.
Dios, como amaba ese modo de reirse. Mairi parecía tan llena de alegría, tan espontánea. Su risa debía sonar como música, Rob pensó.
- Este es tu nombre - Rob dobló los dedos y los guió , como si tocase un pequeño instrumento.
Mairi repitió los movimientos varias veces, pareciendo encantada. Luego , preguntó :
- Cuál es el tuyo ?
Mairi observó atentamente mientras Rob movía tres dedos en el medio del pecho, para señalar el blasón de los MacBain que siempre llevaba allí,
- Quién usa las señas? - preguntó Mairi.
- Al principio sólo mi madre. Ahora, todos.
- Tres palabras - ella comentó . - Siempre dices frases de tres palabras . Por qué ?
- Ya lo dije . Tres son suficientes.
- Supongo que si - respondió Mairi, con un aire soñador. - Si son las palabras correctas.
Rob le levantó el mentón y la miró a los ojos, muy seriamente . Cruzó las manos sobre el corazón y, en seguida, las abrió , extendiéndolas hacia ella. Quería declarar sus sentimientos.
- Yo te amo.
Mairi suspiró de placer y se inclinó . Besó levemente en la boca, con inmensa ternura.
- Yo te amo - ella repitió , imitándole el gesto. Palabras y más palabras podrían ser intercambiadas entre ellos dos en los años venideros. Pero las cosas más importantes ya había sido dichas allí, en ese instante.

Rob se inclinó sobre ella, deliberadamente rozando su cuerpo con el de Mairi, una promesa implícita que no necesitaba ser expresada en palabras.
- Espera ! Creo que sé otra seña ! - ella exclamó, riendo con tanta dulzura que Rob podría jurar haber oído el sonido . Los dedos de Mairi se entrelazaron en sus cabellos y ella se acostó sobre la cama , arrastrándolo con ella . - Esto significa ven a la cama…
El respondió de la manera más elocuente posible, usando la boca y las manos para demostrar sus intenciones.