domingo, 28 de septiembre de 2008

LA TRAMPOSA - CAPITULO 12

Capítulo 12



NICHOLAS, incapaz de formar palabras, simplemente respiraba con dificultad.
Dios , la muchacha era bella. Seductora. Impresionante. Y la pequeña arpía sabía exactamente lo que estaba haciendo . Tenía que admitirlo, Hubert había sido astuto al tomar sus servicios.
Por un momento, su cuerpo pareció absolutamente convencido de permitirse el gusto de una tarde de placer sensual.
Luego Desirée colocó con sonrisa afectada, amarrando su camisa sobre sus hombros, y él se dio cuenta que había sido nada más que una treta muy bien ejecutada.
Entretanto, Desirée, completamente ignorante de la sangre que hervía en las venas de Nicholas y el sudor encima de su labio superior, casualmente estudió el tablero, descubriendo un movimiento.
“¡Ajá!” Ella saltó sobre su ficha y la sacó del juego.
Nicholas clavó los ojos en las fichas negras y blancas, incapaz encontrarles sentido .
Real o fingido, el coqueteo de Desirée lo había puesto completamente nervioso. Ninguna mujer lo había mirado así desde . . . desde que se había convertido en un funcionario.
Cuando las mujeres tenían el valor de mirarlo, era con terror , con odio o con un pedido llorosa. Se había olvidado lo que era ser el objeto del flirteo de una mujer.
Aparentemente, también se había olvidado de cómo jugar a las damas. Movió una unidad incautamente hacia adelante, directamente delante de una ficha de ella.
“¿Ves?” Ella le dijo, reclamándole inmediatamente . “ Es distracción.”
Él sacudió la cabeza en su locura. Podía haber pasado un largo tiempo desde que había sido seducido por una muchacha, pero en algún tiempo sus admiradoras femeninas habían sido tan abundantes como las margaritas. Todas las muchacha adoraban al hijo menor del carnicero.
En verdad, antes que Nicholas hubiese comenzado a trabajar para la ley, él realmente había sido un seductor.
“¿Qué hay de vos?” Ella preguntó. “Cuéntame sobre tu infancia.”
Él evitó su mirada y estudió el tablero , determinado no cometer otro error. “Después que nací, mi madre se casó con un carnicero con dos hijos. Trabajé con ellos en su tienda como era un muchacho.”
“¿ Y tu verdadero padre ?”
Él apoyó sus dedos tentativamente encima de una de sus fichas, considerando su siguiente movimiento. “ Esperaba que me convirtiese en un mercenario. Él secretamente pagó entrenarme para la guerra.”
“¿Es verdad ? Entonces, por qué te convertiste en un funcionario?”
Alarmado por su pregunta, él empujó la pieza oblicuamente, luego la devolvió a su lugar. Nadie nunca le había preguntado eso a Nicholas. La mayoría de la gente creía que él había nacido para ejercer violencia, así como un lobo nace para matar.
No le había dicho a nadie la desagradable verdad, que cuando tenía quince años, su padrastro había sido ahorcado por venderle carne e mal estado a un lord. Después de todos esos años, la imagen horripilante todavía lo atormentaba , el pataleo horrible y los movimientos agitados de su cuerpo y su padrastro amordazado estrangulado lentamente hasta morir. Pero la peor parte era que quien debería haber estado en la horca era Nicholas. Él había sido quien había vendido la carne.
Su padrastro había ido a la horca por él.

Desde ese día, atormentado por una culpa insoportable, Nicholas se había jurado hacer todo lo posible para asegurarse ningún niño sufriese en la horca como le había ocurrido a él. Había tomado el puesto poco envidiable de ser un funcionario del condado para asegurarse que la justicia fuese administrada compasivamente.
Pero no estaba dispuesto a contarle eso a Desirée . Tenía una reputación cruel que conservar.
“ Es un trabajo bien pago , ” él mintió.
Él deslizó una ficha hacia adelante, luego estrechó sus ojos suspicazmente sobre el tablero . ¿ Cómo diablos había perdido tantos fichas?
Desirée no perdió el tiempo , resbaló una ficha oscura más cerca de su lado del tablero. “¿Y tu madre?”
“Ella murió años atrás.”
Nicholas frunció el ceño . Algo definitivamente no estaba bien . ¿Cómo Desirée había avanzado tanto en el tablero en tan pocos movimientos? Él hizo su movimiento.
Ella empujó su ficha para contrarrestar su movimiento. “¿ Cómo obtuviste las cicatrices de tu cara?”
Él arqueó una esquina de la boca. “Las mujeres enojadas me lanzan piedras.”
Nicholas levantó la vista , y ella culpablemente evitó sus ojos.
“¿ Respecto a Cuál cicatriz Quieres saber ?” Él preguntó, reticentemente sacrificando uno de sus piezas.

Ella recogió su ficha e inclinó la cabeza señalando su frente. “La que tienes allí, en la frente.”
“ En Dover. Un gentío enojado. Aunque mi víctima no sufrió mucho con el nudo corredizo de la horca.”
“¿ Y esa ?” Ella señaló con su semi circulo en su mejilla.
“Un grupo de muchachos me emboscó en un desafío en Tenterden.” Él sonrió desagradablemente con el recuerdo . “ Agarré a uno de ellos y lo llevé a la posada, le mostré mis instrumentos de tortura. Nunca mas tuve un problema en Tenterden otra vez.”
“¿Y esta ?” Ella extendió la mano para tocar su mandíbula, y por un momento él quedó estupefacto. Ella lo tocaba tan atrevidamente. Era otra cosa a la cual él estaba desacostumbrado.
“Esa fue de una mujer que metí en la cárcel de Folkestone.”
“¿Una mujer?” Desirée empujó una ficha negra a un lado del tablero.
“Se enfrentó a mí como un gato salvaje, ” él dijo, frotando el pulgar sobre la cicatriz, “ Estaba asustada de quedarse en la cárcel , aterrada por temor a ser violada por la noche.”
“¿Y fue violada?”
Él sonrió burlonamente. “No.”
Desirée arqueó una ceja desconfiadamente.
Él se explicó, “ Yo. . . la vigilé toda la noche.”
Su sonrisa de superioridad era irritante. Y cuando miró hacia abajo , al tablero otra vez, él habría jurado las piezas no estaban donde él las había dejado. “¿De quién es el turno ?”
“Mío.” Ella alcanzó su lado con el siguiente movimiento. “ Coróname.”
Refunfuñando, él coronó su ficha, luego hizo una cuenta rápida de sus fichas, aprendiéndose de memoria el número. Movió uno de sus discos hacia el borde.
Ella estudió el tablero . “¿ Cuántas ejecuciones Has hecho ?”
Él le dio una mirada desdeñosa. “Pienso que es mi turno de hacer una pregunta.”
“Pero ya te he contado todo...”
“¿ Cuál es tu color favorito?” Él se recostó contra la pared, doblando sus brazos sobre su pecho. Él sospechaba que ella hacía trampa, y si ella lo hacía, entonces los dos podrían jugar a ese juego.
Ella tomó una de sus fichas, preparada para moverla. “¿Por qué querrías saber eso?”

“Ninguna razón en especial . Solamente la curiosidad.”
Ella se tomó un momento para decidirse . “ Azul. No, verde.”
“¿Qué tipo de verde?”
“¿Cómo que tipo ?”
Ella movió su ficha a un nuevo cuadrado, y él la vio poner una de sus fichas fuera de la bolsa y en su regazo. Nicholas se hizo el desentendido.
“¿El verde esmeralda o el verde pino ?” Él le preguntó. “¿ Verde musgo? ¿ Verde pasto?”
Una arruga diminuta arrugó su frente. Obviamente, nadie le había preguntado una cosa así antes. “No sé. . .”

“Oh, ” él dijo, inclinándose hacia adelante para tomar su mano y mirar fijamente sus ojos con una seducción cargada de significado “ O tal vez prefieres el verde humo de mis ojos.”
Ella parecía alarmada y excitada al mismo tiempo. Su mano se tensó debajo de su asimiento , pero ella no se apartó. “ Yo. . . yo. . .”
“¿Sí, mi pequeña tramposo?” Él ronroneó.
Ella parpadeó . “¿Qué...?”
“Coróname, ” él murmuró.
“¿Qué?”
“Coróname.” Él inclinó la cabeza señalando el tablero .
Ella siguió su mirada y frunció el ceño. Mientras titubeaba torpemente bajo su atención él había usado su antebrazo para deslizarla cuatro de sus fichas hacia el borde.
“Cómo . . . ?”
Él pasó su pulgar sobre su mano y le dio una sonrisa astuta. “ Distracción.”
“Mierda , ” ella masculló, sacando su mano de debajo de la de él y reticentemente coronó su ficha.
Él se rió. “ Solamente una muchacha temeraria intentaría embaucar a un funcionario.”
“ Solamente un hombre temerario invitaría a una tramposa a participar de un juego en primer lugar.”
“ Es Verdad.”
Pero Nicholas voluntariamente cometió ese error otra vez.
Y otra vez.


Y otra vez, Desirée lo desafió a nuevos juegos de damas hasta que la mañana se hizo tarde. En vez de detener el juego para cenar, ellos comieron unos dados de jamón frío y pan duro y unas manzanas como postre . Cuando la tarde se hizo noche , y las velas comenzaron a apagarse una por una, ellos todavía jugaron. Finalmente Azrael empezó a hacer sus rondas nocturnas, rondando por la casa en busca de ratones, pero sólo después de que el tercer bostezo de Desirée Nicholas reticentemente la deseó buenas noches, dejando la caja del juego sobre la mesa y retirándose a su dormitorio.
Nunca él había pasado un más sábado agradable. Qué deleite había resultado ser esa muchacha maliciosa. Para ella, el desafío del juego no era el juego en si mismo, sino su habilidad para hacerle trampa sin ser percibida. En cuanto a Nicholas, no podría haberle importado menos el juego de damas. Él simplemente había disfrutado su compañía.
Desirée era una mujer inteligente, encantadora, deseable, una de esas raras criaturas cuyo ingenio estaba tan sorprendente como su belleza.
Dios lo ayudara , pero no quería que ella se fuese. No Todavía .
Como se acomodó más cerca del fuego , Desirée sonrió. No había tenido tanta diversión desde la época en que había ganado tres chelines de un lord completamente borracho una tarde en una taberna. Hoy no había apostado nada y no había ganado nada.
Pero la compañía agradable, las horas que habían pasado volado por la diversión que había tenido.
En verdad, era no una vida tan mala, estar en un lugar bajo techo , pasar los amaneceres fríos cocinando gachas de avena dentro de una casa caliente en vez de estar caminando por las calles embarradas con un pedazo de pan duro , dormir en un colchón relleno con plumas en vez de dormir sobre paja infestada de pulgas. Tener un compañero para jugar a las damas y un gato amigable que se rozaba contra sus piernas mientras ella hacía tareas domesticas simples por un salario decente . Eso estaba muy lejos de ser una vida miserable.
No ganaba tanto dinero como habría ganado con los juegos de azar , claro está, pero era trabajo honesto . Nunca tenía que estar vigilando por encima su hombro, no tenía que pasar hambre durante dos días seguidos , o estar preguntándose cuales serían sus siguientes hospedajes .
Hubert siempre había dicho que los delincuentes no podían darse el lujo de dejar que la hierba creciera debajo sus pies. Un delincuente siempre estaba moviéndose y escapándose. Pero aun él tendría que admitir ésta er una situación beneficiosa para ella. De hecho, era exactamente el tipo de situación a la que él la había estado empujando en las últimas semanas antes de su muerte.
Y en verdad, el hecho que su benefactor fuese un funcionario no podía era una desventaja como parecía . ¿Qué mujer no querría la protección del bruto más temido de la ciudad?
El único problema era Nicholas en sí mismo. Él le había dejado perfectamente claro que éste era sólo un arreglo temporal. De alguna manera ella tendría que convencerlo de cambiar de idea.
Ella sonrió abiertamente ante las brasas encendidas. No debería ser demasiado difícil. Otra cosa que Hubert siempre le había dicho era que Desirée podía hechizara un monje y hacerle quitar la ropa interior.



Lady Philomena fue arrancada de su sueño con un grito ronco. Su pulso martillaba en su pecho. La pesadilla aterradora la había dejado estremeciéndose con un sudor frío en la piel .
¡Alguien había robado la llave!

Dominada por el pánico, ella arrojó hacia atrás las mantas , protestó cuando se enredó con las cortinas de la cama. Tirando la seda a un lado, ella frenéticamente se vistió a oscuras, poniéndose rápidamente un vestido y la capa con una prisa inusual.
Por días ella había revisado toda la mansión buscando esa maldita llave . Pero ni su búsqueda meticulosa ni la presión que ejerció sobre el administrador había dado frutos.

Al principio, ella había estado convencida que la llave se había perdido dentro de la mansión. Se debía haber caído de su escondite sobre las espadas cruzadas en el gran salón y debió haber sido pateada o barrida debajo de un mueble o en alguna grieta del piso de piedra. Les había prohibido a los sirvientes que cambiasen la paja del piso por miedo a que la llave podía perderse entre ellas.

Pero las horas que había forzado a Godfry a arrastrarse sobre la paja del piso del gran salón como el cerdo que él parecía, habían sido en vano. Philomena había llegado a la conclusión que la llave debía haber sido encontrada por alguien, probablemente un muchacho de la cocina o algún niño que había pensado que la llave era un bello objeto .
En ese caso, ella sólo tendría que ejercer presión sobre los criados para extraer la información necesaria y convencer al culpable de entregar la llave . Hasta ahora, esa tarea no había dado resultados.
Pero ahora su sueño horrendo la despertó a una tercera posibilidad.
Quizá alguien sabía exactamente para que servía esa llave .
Alguien del grupo familiar Torteval.
Alguien con oídos afiladas. Con ojos vigilantes. Y, ella decidió, con un deseo de muerte.
Y eso estaba estropeando sus planes perfectamente trazados .
Era tiempo de tomar el asunto en sus propias manos, lo cual llenaba de terror su alma. Sus planes requerían que ella adoptase un papel distante , discreto, desconectado de cualquier cosa malvada . Ya era bastante riesgoso que ella estuviese envenenando lentamente a su propio suegro. Lo que estaba a punto de hacer era tan arriesgado y temerario como un zorro sacudiendo su cola debajo de las narices de un grupo de perros de caza.
Pero, qué otra elección tenía? No podía le confiar a nadie más esa tarea.

Rápidamente, antes que cualquiera pudiese interrogarla acerca de su propósito, ella se colocó una capa alrededor sus hombros, subió la capucha para cubrir su cara.
Cuando el amanecer comenzó a alumbrarse en el cielo de negro , ella atravesó las puertas de Torteval, yendo hacia el pueblo específicamente a ese lugar malsano , húmedo, apestoso e infernal, en el que ella había vista una vez, medio año atrás.




Para Nicholas, el día pasó como un borrón. Después del placer de la compañía de Desirée del día anterior , apenas podía concentrarse en su trabajo. En todo lo que él podía pensar era en llegar a su casa y estar con ella tan pronto como fuese posible.

Pero al atardecer, cuando Nicholas se apresuró hacia casa y abrió el portón de entrada , su sonrisa de anticipación se desvaneció y su corazón se apretó con recelo.
No había humo saliendo de su chimenea.
Ninguna luz acogedora emanaba de la casa .
Los postigos estaban cerrados.
¿ Desirée lo había traicionado? ¿ Ella le estaba mostrando sus colores verdaderos y se había marchado ? ¿ Se había escapado con el dinero que él la había dado para ir mercado esa mañana ?
Era su propio culpa . No debería haber confiar en una mujer que trabajaba de embaucadora .Pero no pudo evitar sentir una puntada de desilusión. Maldita muchacha, en sólo unos pocos días se había acostumbrado a volver a la casa para encontrar su cara bonita y el olor de una comida rica cocinándose en el fuego.
No había duda. Esa maldita diablilla definitivamente se había robado un pedazo de su corazón.
Suspirando, cerró el portón detrás de si . Se quitó la capucha de su capa y peinó su cabello con los dedos , luego caminó con pasos pesados hacia la casa . Se preguntó qué mas se habría
robado .

En el momento en que él abrió la puerta, supo que había estado equivocado. Desirée estaba allí.
Su perfume femenino flotaba en el aire, y vio luz tenue en la casa , la vio un pollo en la mesada , había un costal de harina en el estante, y frascos nuevos cerca del barril de cerveza.
“¿Nicholas?” Ella llamó desde el dormitorio. “¡ Estoy aquí!”
Ridículamente, su corazón realmente revoloteó ante el sonido de su voz.
Ella no lo había traicionado, después de todo.
Y cuando cerró la puerta detrás de si , un pensamiento aún más maravilloso cruzó por su mente, un pensamiento que encendió su sangre y despertó su entrepierna. ¿Por qué ella estaba llamándolo desde su dormitorio? ¿Ella lo estaba esperando allí? ¿En su cama?
La esperanza irracional aceleró su pulso mientras entraba en el cuarto oscuro. “¿Desirée?”

Un pedernal fue raspado y ella encendió la vela al lado del catre .
Ella no estaba de su cama.
Sino alguien más .

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