sábado, 13 de septiembre de 2008

EL HIGHLANDER SILENCIOSO - CAPITULO 26


CAPITULO 26
Estaba seguro . Mairi había dejado escapar un gemido. Rob retornó a las tentativas de intentar despertarla. Sus piernas y sus brazos temblaban de cansancio mientras trataba de sentarla, dándole palmaditas en el rostro. La cabeza de Mairi se ladeó hacia un costado , como si tuviese el cuello quebrado.
Rob suspiró desanimado. La colocó de vuelta sobre las almohadas, se apoyó sobre uno de los codos y descansó por unos instantes. Aquello no estaba funcionando.
Le tocó la vena del cuello para sentir el pulso. Aunque no fuese fuerte y rítmico como debería ser, los latidos del corazón continuaban constante. Eso era importante , aunque no fuese suficiente para reanimarla.
Todo era culpa de él. Si por lo menos , no hubiese ido tan lejos para impresionar a Mairi con sus habilidades y buscado agregar al duelo una cuota adicional de emoción, con sus insultos , sus burlas y provocaciones , tal vez el desenlace hubiera sido diferente .
Por qué no había terminado simplemente con el problema? El hecho de no haber matado a Maclnness inmediatamente había permitido que Mairi fuese atacada.
Rob sabía que Mairi lo observaba, ella había afirmado que asistiría al duelo . Y él la había reconocido disfrazada con las ropas del joven Elfled. Pero había demasiado tarde para mandarla de vuelta a la seguridad del castillo sin revelar su identidad delante del enemigo. Luego , él había resuelto exhibirse como un macho ante su hembra , en una última tentativa de probarle a su esposa su habilidad como guerrero, su valor y su merecimiento de tenerla como esposa.
Hubiera sido muy fácil acabar con el duelo rápidamente , considerando el odio debilitante de Maclnness unido a su falta de entrenamiento adecuado. Con un simple golpe, Rob podría haberlo derrotado y haber evitado ese desenlace tan fatídico . Sin embargo , cualquier acción precipitada, también podría haber provocado la muerte de Jehannie en manos del hombre de Ranald. Mas allá de impresionar a su esposa, Rob había pensado que, si prolongase el duelo por algún tiempo, el captor de Jehannie podría distraerse, dejando margen para que el arquero de Trouvillele disparase una flecha.
Y algo así había sucedido, pero el protagonista había sido la astucia de Jehannie y la audacia de su valiente esposa.
EL precio que Mairi había tenido que pagar por ese acto de bravura era altísimo . Él sólo podía rezar para que ella no terminase pagando con su propia vida.
Rob se levantó , soltó las hebillas y se sacó la cota de malla , dejándola caer al piso . Se Arrancó la camisa sudada y las la colocó sobre la armadura. Sacó el puñal que traía escondido dentro de su bota y suavemente cortó el resto de la camisa ensangrentada que Mairi traía puesta . En seguida, le quitó las botas y , con toda a delicadeza, el resto de la ropa .
Ella parecía una niña, acostada allí, una muchachita pálida y sin vida. Rápidamente, tomó una túnica y se la colocó por su cabeza.
Volverían a amarse otra vez en esa cama ? Mairi se había adueñado de su corazón y eso era un hecho innegable . Sólo Quería una nueva oportunidad para demostrarle cuanto la amaba, cuanto la admiraba, en todos los sentidos…
Rob alisó la tela de la túnica , pasando las manos por el cuerpo de Mairi. Luego la cubrió hasta el cuello con las pieles, para calentarla.
No te mueras, Mairi - Rob murmuró.

- Cómo está ella? - preguntó Jehannie, quien había entrado silenciosamente en el cuarto, trayendo un pequeño frasco en la mano.
Jehannie colocó el frasco sobre a mesa y suspiró.
Sosiega tu corazón, ella va a vivir.
Haz algo, él imploró, con los ojos, posando la mano sobre el hombro herido de Mairi.
Jehannie volcó agua dentro de una copa. Otra infusión de hierbas, él adivinó, por el olor . Juntos hicieron que Mairi la bebiese.
Los ojos de ella estaban ligeramente abiertos, pero la mirada era vacía y ausente. La sangre de Rob se congeló en sus venas ante la imagen . Tuvo miedo que ella hubiese muerto y él no se hubiera dado cuenta . Se apresuró a sentir el pulso.
- Gracias a Dios - Rob murmuró, sintiendo las latidos débiles.
Jehannie se quedó observándolo, mientras recogía las ropas que él le había sacado a Mairi y las llevaba fuera del cuarto . Cuando retornó, pocos instantes después , ella tenía una sonrisa nos labios.
- Encontré a Elfled en el cambiador , estaba desnudo y furioso. Mairi le robó las ropas.
Rob intentó sonreír en respuesta, pero no lo logró .
Jehannie fue unirse a él en el borde de la cama. Ella se mostró incansable en sus tentativas de despertar a Mairi , mientras la energía de Rob se debilitaba visiblemente. La falta de sueño y comida , unido al dolor que sentía lo estaban hundiendo en la desesperanza.
- Deberías descansar - declaró Jehannie.
- Cuando ella se despierte - prometió Rob, enviándole una mirada de reprobación.
Gunda apareció en la puerta con una bandeja llena de comida. Su mirada curiosa se posó en ellos, pero no dijo nada. Jehannie hizo un gesto para que la criada colocase la bandeja sobre a mesa, al lado de la chimenea. Cuando Gunda se retiró, Jehannie tiró Rob por la mano, apartándolo de Mairi.
- Déjala por un momento , vamos a esperar que las hierbas surtan efecto . Ven. - Caminó hasta a mesa donde Gunda había dejado la bandeja. - Come.
Rob no tenía ganas de comer, sin embargo, hizo lo que ella sugería pues necesitaba fuerzas para enfrentar las horas que vendrían.
Cuando, finalmente, terminó de comer, Jehannie le tocó el dorso de la mano y le dijo, con señas:
No es tu culpa.
El se levantó y le dio la espalda. Caminó algunos pasos y se quedó mirando por la ventana, incapaz de sentirse menos culpable .
Segundos después sintió que los brazos de Jehannie lo rodeaban por la cintura, vio sus dedos enlazados sobre su estomago , y sintió que ella apoyaba la cara contra su espalda. Necesitaba desesperadamente ese consuelo , pero sabía que no debía permitir que Jehannie actuase de esa manera.
Sujetandola por las muñecas, Rob rompió el abrazo y dio un paso atrás. Al volverse, lo que vio en los ojos de ella fue sólo compasión.
Jehannie le hizo una pregunta , colocando la palma de la mano sobre el pecho de él, a la altura del corazón, y señalando en seguida a Mairi.
La amas?
Rob asintió con los labios apretados y una mirada llena de aflicción.
La expresión de Jehannie se llenó de dolor y, entonces, ella lo abrazó nuevamente , apoyando su cabeza en su pecho. Rob se sintió incapaz de rechazar la solidaridad que ella le ofrecía. Luego de una ligera vacilación, retribuyó el abrazo.
Ella había comprendido . Jehannie haría todo lo que estuviese a su alcance para salvar a Mairi, no sólo porque se lo debía a ella, sino porque no quería lastimar el corazón de Rob. Pasase lo que pasase , ella jamas dejaría de ser su amiga.
Se quedaron abrazados por un instante y luego ella se apartó . Le dio una palmadita leve en el rostro y le sonrió.
- Juntos, Robbie - ella dijo. - Como antes. Vamos a ocuparnos de esta paciente dormilona ! - Jehannie lo tomó por la mano y llevó hasta la cama.
Para su sorpresa, al aproximarse , Rob notó que los ojos de Mairi estaban abiertos. Y alertas. Dos brasas azules encendidas, llenas de acusaciones, y de lágrimas.
Oh, no! - él gruñó . Los pensamientos de su esposa no eran misterio para él. Rob sabía exactamente lo que Mairi debía estar pensando.

Mairi no pudo soportar la expresión de súbita aflicción en el rostro de su marido . Rob debería estar esperando que ella se muriese . Ella desvió la mirada hacia lady Jehan, quien parecía estar a punto de desfallecer.
- Robbie! - gritó la mujer, los dedos se cerraron sobre le brazo de Rob. - Ella se despertó ! Lo estás viendo?
Rob la había visto, Mairi pensó con una sonrisa de tristeza. Y parecía estar imaginando como podría explicar su comportamiento de instantes atrás.
Qué otra cosa podía pensar después de haberlo visto abrazado con otra mujer? La mujer que él había amado y con quien había querido casarse ? Aquellos sentimientos no parecían ser parte del pasado.
Mairi movió la cabeza , intentando aclarar sus ideas. Pero todo parecía girar en el cuarto. Tristemente, se aferró a un sentimiento: la rabia.
Por el amor de Dios, ella todavía no había dado último suspiro, y ellos ya se abrazaban y acariciaban ? Un rabia negra la invadió y la abandonó tan rápidamente como había surgido . Qué le importaba ? Ella se estaba muriendo.
Mairi cerró los ojos con fuerza, deseando volver a ese mundo nebuloso del cual había conseguido escapar, con tanto esfuerzo. Estaba tan cerca y era menos doloroso que la realidad…

- No te duermas! - exclamó Rob, sacudiéndola. Apoyó su rodilla en la cama , hundiendo el colchón.
Sácale las manos de ella, imbécil! - le gritó Lady Jehan, enojada, empujándolo.

Imbécil. Mairi tenía ganas de reírse , pero no tenía fuerzas. Rob se había sentado a su lado y le apretaba el cuello con los dedos. Eso dolía. Donde quiera que él la tocase, le dolía. Su cuerpo parecía estar en llamas. Por qué Rob actuaba así ?
Su cabeza latía dolorosamente. Tenía la lengua seca y la boca amarga , como si hubiese tomado vino en mal estado.
- Agua - ella logró murmurar, sin esperar, en realidad, que alguno de los dos atendiese su pedido.
Ellos casi la ahogaron . Mairi escupió el exceso de agua , cuando Rob la levantó de las almohadas, y lady Jehan volcó una copa llena de agua dentro de su boca.
Ella tentó librarse, pero sus brazos parecían estar adormecidos . Sin condiciones para defenderse, ella tragó parte del líquido frío .
- Déjenme - ella balbuceó, sin aliento por el esfuerzo. - Váyanse de aquí .
La mujer se rió, una risa sonora que hizo que Mairi desease vomitar.
- No vamos a hacer eso , después de todo el trabajo que nos diste - dijo Jehan, con una sonrisa . - Me Temo que tendrás que pasar por algunas torturas antes.
Rob apartó bruscamente una mecha de cabellos de la frente de Mairi y , entonces, pasó el brazo debajo de los hombros de ella, para levantarla. Ella agradeció ese contacto , aunque le doliese. No! Se dijo a sí misma, no podía permitirse tener pensamientos equivocados. Quería absorber las fuerzas de él, Era eso. Quería eso de él, pues ya no tenía mas fuerzas propias. Ninguna.
Antes que Mairi supiese lo que estaba sucediendo, ellos la había colocado de pie , apoyada entre los dos.
- Camina! - Rob le ordenó secamente.
- Necesitas sudar - le explicó Lady Jehan. - Pronto vas a poder dormir cuanto quieras. Las hierbas están haciendo efecto, creo . Fuiste envenenada.
- Envenenada? - Mairi murmuró, luchando contra el incesante latido dentro de su cabeza. Ellos la habían envenenado?
Si, lo habían hecho! Era el plan perfecto. Y todos iban a creer que ella había muerto por la herida que Ranald le había infligido.
No, ella confiaba en Rob, quería confiar en él. Pero , debía?.
Todo esto es idea de esta mujer, Mairi pensó, con un gemido. La curandera , la bruja de las hierbas malignas. También le habría hecho un hechizo a Rob ?
Mairi suspiró, incapaz de hacer más que arrastrar las piernas colgada de ellos dos, mientras la guiaban por el cuarto. Sus pensamientos ahora hervían febriles. Al principio, todo lo que quería era huir de Baincroft, escapar, y esconderse. Pero después , sólo quería dejarse caer en la cama y morirse.
En verdad , no lograba imaginar por qué ellos no la dejaban morir en paz. Estaba al limite de sus fuerzas, lista para desistir y entregarse al abrazo de la muerte. No deseaba otra cosa, sólo dormir, y sumergirse en el dulce olvido.
- Por favor -Mairi murmuró, rogando para que le permitiesen resguardar una última dignidad antes de morir.
- No te preocupes - su rival le aseguró con entusiasmo . - Lo peor ya pasó. Sólo necesitamos estar seguros que las hierbas han hecho efecto.
Mairi no se tomó el trabajo de implorar por piedad . Colocó un pie delante del otro e hizo lo que la obligaban a hacer . Si el veneno le había sido administrado en altas dosis, era inútil luchar.
Pero su mente parecía estar funcionando mejor que hacia pocos minutos atrás. Minutos? Horas? La cabeza le dolía horriblemente pero la sensación de firmeza en los miembros aumentaba a cada paso. Tal vez estos dos habían calculado mal la cantidad de veneno necesaria para liquidarla.
Se pudiese convencerlos, inducirlos a pensar que habían alcanzado su objetivo, tal vez pudiese tal vez escapar de la muerte. Mairi continuó cooperando hasta sentir que tenía fuerzas para caminar por si sola.
Luego se dejó caer deliberadamente, quedando colgada laxamente entre los brazos de los dos.
- Es suficiente ? - ella oyó que Rob preguntaba.
- Si, eso debe bastar - respondió Jehan. Mairi no dijo nada.
Rob la guió de vuelta a la cama, la levantó en sus brazos y la colocó de espaldas , sobre el colchón.
La mujer llevó la mano a su cuello y pareció satisfecha con lo que sintió allí. A través de los ojos entre abiertos, Mairi observó que su marido hacía el mismo movimiento y concordaba, pareciendo aliviado.
Entonces, Jehan se levantó , no sin antes besar suavemente a Rob en la cara. Si tuviese fuerzas los habría abofeteado a los dos.