viernes, 29 de agosto de 2008

EL HUGHLANDER SILENCIOSO - CAPUTULO 7

CAPITULO 7

Rob rodó los cuerpos de los hombres de Ranald hacia una zanja próxima, y luego los cubrió con piedras. Después de una plegaria rápida por sus almas, volvió y se puso a revisar sus provisiones y pertenencias, buscando alguna prueba que pudiese ligarlos al primo de Mairi.
Cada bolsa contenía el mismo número ínfimo de monedas de plata, indicando que habían sido contratados para alguna tarea y habían recibido el dinero por adelantado por el servicio. No era una prueba conclusiva de que el nuevo lord de Craigmuir los había contratado, pero lo suficiente como para confirmar las sospechas de Rob.
La acuñación de las monedas le parecía familiar. Si había sido Ranald Maclnness quien había pagado aquellos hombres, él debía haber conseguido el dinero de la misma forma que Rob había ganado una buena porción de su fortuna, participando en torneos fuera de Escocia. Y, aparentemente, el hombre era un ganador . Le extrañó que nunca se hubiesen encontrado antes.
Rob recogió los bultos con provisiones y buscó los caballos que había dejado amarrados la noche anterior. Ahora, probablemente, él, Mairi y Andy harían el resto del viaje seguros.
Aunque Ranald saliese en su persecución, sólo se enteraría de que debía partir cuando el hombre que había huido retornase para contarle que el ataque encomendado había fallado. Y, como el sujeto estaba a pie, sería imposible que Ranald los alcanzase antes de que llegasen a Baincroft.
Rob sólo necesitaba preocuparse por hacer el viaje a casa tan agradable y cómodo como fuese posible para su nueva esposa.
En el camino de vuelta al campamento, él consideró sus otras preocupaciones respecto a Mairi. Cuanto más pensaba sobre los actos de su esposa en los últimos dos días, más se irritaba.
En todos los momentos en que habían estado juntos, ella jamas se había esforzado por hablar de una manera que él pudiese comprender . Y, cuando lo había hecho , había sido por pura casualidad . Tampoco había mencionado el hecho de que él no podía oír, ni para menospreciarlo por eso o para hablar del problema de manera trivial.
Cuanto más tiempo pasaba, cuantas más veces conversaban, más extraño todo aquello le parecía. Casi podría jurar que ella no sabía de nada.
La última vez que él le había explicado que no lograba entender lo que ella le decía . No había expuesto el problema de la forma más clara posible? Pero, si fuese completamente honesto consigo mismo, tenía que admitir que había tenido la sensación de que ella no había captado el verdadero significado de sus palabras. Y esa sensación creaba dudas en su mente.
El padre de Mairi no le habría contado ? El lord le habría mentido? Cual sería el propósito de omitir algo tan importante?
Era posible que Mairi temiese de tocar el tema y ofenderlo . Si fuese eso , quizás ella hubiese conservado con Andy al respecto.


-Qué tenemos aquí? - Andy, el rubio corrió a encontrándolo, cuando Rob llegó al campamento. - Cuatro animales más estropeados? Ven, come algo. Yo voy a amarrarlos .
Rob le arrojó las riendas y desmontó .
Mairi se aproximó , con una odre con vino.
- Ven - ella le dijo con una sonrisa , tomándole la mano. Dijo otras cosas también, una larga secuencia de palabras, pero Rob no logró entenderlas.
Casi le explicó el tema de sordera en ese instante , pero lo pensó mejor. Por qué no observarla y intentar descubrir qué estaba pasando? Después le preguntaría a Andy sobre qué habían conversado desde que habían dejado Craigmuir.
Si el viejo lord no la hubiese informado , entonces Rob tendría que encontrar una manera de contarle la noticia de la forma más suave posible.
Se puso a observarla. Rob adoraba el modo animado en que ella movía sus manos gesticulando mientras hablaba. Lo extrañaba que Mairi fuese tan ingenua respecto a su belleza y se preguntó por qué . Los hombres que la rodeaban nunca habían elogiado su rostro angelical ? O Mairi no los tomaba en serio? Ella no parecía vanidosa o inquieta respecto a su apariencia, como muchas mujeres se mostraban. Su comportamiento natural y espontáneo lo intrigaba, ahora y desde que la había visto por primera vez. Podría quedarse contemplándola por horas.
Cuando ella lo condujo cerca del fuego, él se dejó guiar , esperando poder responder las preguntas que ella le hiciese, hasta poder discernir cuanto sabía Mairi. Tenía esperanzas de estar equivocado respecto a la extensión de su ignorancia .
Era completamente posible que ella tuviese más problemas en descifrar las frases de él que él las de ella.
Eso, sin embargo, en nada contribuía a disminuir sus inquietudes. Qué clase de matrimonio tendrían , si ninguno de los dos tuviese la menor idea de lo que el otro estaba diciendo la mayor parte del tiempo?
Su madre le había enseñado que algunos acentos hacían que la boca se moviese de forma diferente, aún cuando el idioma era el mismo. Podía ser que sus palabras sonasen tan extrañas a los oídos de ella que Mairi no pudiese entender lo que él decía?
- Un momento, por favor - dijo él, lentamente, levantando un dedo y ofreciéndole una sonrisa para suavizar su actitud. Ella obviamente pretendía que él se dejase guiar, pero Rob necesitaba resolver una cuestión.
Andy, el rubio había conducido a los caballos capturados y su propio caballo a un lugar más distante para alimentarlos.


Rob se aproximó a él, sabiendo que los cuerpos de los caballos iban a esconder los gestos de su mano cuando usase el lenguaje de señas. El y su madre habían establecido una serie de señales cuando Rob era todavía muy pequeño, antes de que aprendiese a expresarse con palabras. Desde entonces, Rob, su familia, y las personas más cercanas, en Baincroft, se comunicaban por señales, haciendo las palabras innecesarias. sólo os abandonaba cuando en presencia de gente extraña. Todos los que lo aprendían encontraban que el lenguaje de señas era muy conveniente, especialmente en circunstancias en las que no estaban muy cerca o no querían ser oídos.
Tal como sucedía en ese momento.
Ella lo sabe? Crees que su padre le contó que no puedo oír?, preguntó Rob.
Andy sacudió la cabeza . Su boca se movió , mientras gesticulaba: ella no sabe nada. Estoy seguro . Ella preguntó por qué vos no le prestas atención a lo que ella dice. Si supiese… él se encogió de hombros , visiblemente consternado.
Rob asintió y apoyó un dedo sobre sus labios, pidiéndole silencio. Pensó en lo qué debería hacer a continuación.
Sería un shock para ella enterarse ahora que se había casado con una persona deficiente, sin tener conocimiento previo de ese hecho. Mairi podría creer que su padre la había engañado . O , peor todavía, que Rob los había engañado a ambos. Ella se sentiría estafada, después de que el matrimonio fuese un hecho consumado.
. Rob miró por encima del lomo del animal que estaba entre él y Mairi . Ella estaba en pie, con los brazos cruzados sobre su pecho , enfrentándolo y obviamente esperando su retorno.
El matrimonio era un hecho consumado? No, Rob decidió, no lo era. Todavía no. Y Mairi ciertamente merecía poder hacer una elección antes que la unión carnal se consumase , debía darle la oportunidad de decidir sobre su futuro.
Rob resolvió que su única esperanza era probarle a Mairi que él podía ser un marido adecuado, a pesar de su deficiencia que pronto quedaría revelada . Si se lo confesase ahora, podría perderla para siempre. Ella no tendría tiempo para conocerlo. Por supuesto , ella podría terminar abandonándolo , sin importar lo que él hiciese, pero por lo menos tendría una oportunidad de ganar su respeto. E iba a aprovechar esa oportunidad.
Por ahora , debía mantener el matrimonio en una condición en la cual pudiese ser anulado, si eso era lo que Mairi deseaba, cuando descubriese la verdad. No podría acostarse con ella, naturalmente. De cualquier forma, Rob no planeaba hacerlo hasta que hubiesen llegado a su casa y pudiese ofrecerle la comodidad y la privacidad adecuada que una muchacha virgen merecía.
Andy le tocó el brazo para llamar su atención. No le cuentes nada a ella por ahora, su escudero le aconsejó. Espera a que lleguemos a Baincroft. Ella verá cuanto las personas te admiran….
Andy había llegado a la misma conclusión. Rob se sintió asustado . No estaba completamente seguro de poder sostener esa situación. No sería fácil mantener el secreto, viajando y conviviendo con ella.
Deberás ayudarme , Rob le pidió a Andy. Quédate cerca. Responde sus preguntas o repítemelas. Puedes hacer eso ?
Si ! - exclamó el hombre, en voz alta, sacudiendo la cabeza con entusiasmo. - Como lo he hecho antes.
Andy no era tan eficiente como Thomas y algunos otros a quien él y su madre habían enseñado el lenguaje de señas,- pero Rob no podía permitirse críticas, en ese momento . Ciertamente los dos conseguirían manejar la situación por los pocos días que faltaban hasta llegar a Baincroft.
Rob también recordó que necesitaba cortejarla , algo que el padre de Mairi le había sugerido, si quisiese mantener la esperanza de conservar Mairi en su vida.
Juntos, él y Andy terminaron la tarea de atender a los caballos y volvieron al lugar donde Mairi había extendido una manta y había preparado una comida para él.
- Esto es perfecto - él comentó, al sentarse con las piernas cruzadas frente a ella, para comer. Cuando ella le ofreció una tajada de queso, Rob la aceptó, y , tomar el queso ; le sujetó la mano, besándole el dorso de los dedos. La miró a los ojos, mostrándole su interés por ella.
Mairi tenía una sonrisa encantadora, Rob pensó, sintiéndose triste repentinamente . Pero nada ganaría entregándose a la melancolía . Tenía que conquistarla.
- Ah, es una delicia - él le aseguró después de terminar la comida, limpiando las migas y los dedos y poniéndose de pie . Los labios de ella se movieron , en una frase totalmente incomprensible. Rob sabía que precisaba responder por la expresión de ella, las cejas arqueadas y la cabeza inclinada hacia un costado .
Lanzando una mirada de reojo a Andy, quien se había colocado detrás de Mairi, él leyó sus labios: "Vamos a partir pronto?. El muchacho tonto acompañó las palabras mudas con gestos con sus manos.
Rob aclaró su garganta y fingió pensar. Luego formó a frase con cuidado,
- Si . Prepárate .
Aquello pareció satisfacerla, pues ella comenzó a recoger las sobras de la comida y a doblar la manta . Andy ya había desmontado las tiendas improvisadas. En los minutos siguientes, se ocuparon de preparar la partida.
Como había hecho el día anterior, Rob asumió el liderazgo, atando los caballos extras detrás del suyo , evitando estar cerca de Mairi para que ella no intentase entablar una conversación .
De vez en cuando , lanzaba una mirada por encima de su hombro y le dirigía una sonrisa de aliento . Andy parecía ocupado en entretenerla, y varias veces Rob los había sorprendido conversando animadamente.
Qué maravilloso debía ser, Rob meditó, poder hablar de cualquier cosa con alguien sin tener que pensar mucho. El no sólo tenía que prestar una gran atención a los movimientos de los labios y de la lengua, sino que también tenía que armar las frases que debía responder con gran cuidado.

****
El plan de Rob funcionó bien hasta ese atardecer
Cuando se detuvieron para pasar la noche Mairi se aproximó para hablarle. Y por supuesto no habló breve y concisamente sino que se expresó con su habitual catarata de palabras que él no pudo llegar a leer de sus labios.
- Había pensado que tal vez - ella dijo con una encantadora sonrisa - podríamos hacer los arreglos para la noche de otra manera esta noche. Podríamos... eh... uh ... armar una tienda... bueno ... no exactamente una tienda... mas bien ... un refugio con ramas y hojas... pero creo que... es decir me gustaría que lo armásemos un poco mas lejos de la hoguera. Así podríamos tener mas intimidad ... quiero decir ... privacidad. Ya sabes, eso es lo que cualquier recién casado quiere. Entonces pensé que podríamos elegir un lugar... bueno ... ya entiendes, verdad?
No, no había entendido ni media palabra. Y eso lo enfureció. Desesperado, Rob buscó con la mirada a Andy. Para su disgusto encontró que su escudero estaba desternillándose de la risa detrás de su esposa. Al ver la mirada severa de su Lord, comenzó a mover los labios. Mientras Rob intentaba leerlos, Mairi se movió adelante de él tapándole la visión. Ella demandaba una respuesta.
- Qué piensas, marido ? Respóndeme.
Viendo su vacilación y su desesperación , Andy no tuvo mejor idea que hacer un gesto obsceno con sus manos resumiéndole groseramente la idea de ella de estar a solas para consumar el matrimonio.
Al ver su obvia vacilación, Mairi siguió la dirección de la mirada de su marido y se dio vuelta, justo a tiempo de ver el gesto obsceno de Andy.
Aparentemente, su esposa no era tan ignorante de los asuntos carnales pues interpretó correctamente lo que las manos de Andy decían.
Ella se enrojeció de furia.
- Bastardos de mierda!- ella les gritó.
Eso sí lo entendió porque fue dicho claramente y sucintamente.
Completamente frustrado y furioso , Rob la mandó a callar.
- Silencio, mujer . Controla tu lengua !- él logró decir severamente, mientras su mente buscaba una salida elegante a esa situación nada elegante
Mairi levantó su mentón, de un modo altanero . Los labios rosados se apretaron . Sin hacer ningún comentario, ella reunió su dignidad ultrajada como una capa protectora y se apartó, pasando al lado de Andy y dirigiendose lejos de la luz de la hoguera.
Andy se encogió de hombros y sonrió sin gracia, como pidiendo disculpas por lo ocurrido. Rob sintió ganas de sacudirlo a golpes . En vez de eso, hizo con sus manos la señal más grosera que había aprendido y lo despachó al bosque.
Había hecho el papel de idiota delante de su esposa. Había quedado como un marido malhumorado, indiferente e ingrato. Y como un imbécil , por Dios....
Si algún día en su vida él había necesitado estar a solas, era en ese momento. Rob se sentía mortificado e incapaz de hablar sobre lo ocurrido .



Mairi vio que su marido desaparecía en la oscuridad y , rápidamente, se aproximó a Andy .
- Por qué MacBain está tan enojado? - preguntó . - Poco antes, parecía bastante satisfecho… - Tanto que ella se había arriesgado a proponer construir un refugio y que lo compartiesen . Era ella quien debía sentirse ofendida. Y, de hecho, lo estaba.
- El no está enojado, mi lady ! Está exhausto, eso es todo. Y está preocupado también.
Mairi suspiró y frotó sus manos en sus brazos, para espantar el frío.
- Creo que tendré que aceptar que él es un hombre de pocas palabras… Y que la mayor parte de ellas no son otra cosa que groserías.
La risa de Andy la sorprendió. Ella lo encaró irritada.
- Esto te parece una broma? - ella preguntó . - Crees que hablo demasiado y que nunca podré adaptar a él ? Y que él habla demasiado poco como para adaptarse a mí? Eso te causa gracia ?
Si - admitió Andy. - Es exactamente eso . - Andy colocó su mano en su cadera y adoptó el mismo aire de arrogancia que ella había usado. Y fue todavía más lejos. La apuntó con un dedo.
- Verá, lord Robbie no está acostumbrado a tener una mujer cargoseándolo y reclamándole su atención por cualquier cosa. Con los hombres, él se maneja de otra manera . Simplemente le comunica lo que quiere decir y punto .
Mairi apretó la boca con rabia.
- No noté que él tratase a las mujeres de forma diferente. Por lo menos , no conmigo.
- Paciencia, mi lady - él contestó gentilmente, casi en un tono paternal. -El matrimonio es una cosa nueva para él. No es muy probable que él vaya a cambiar sus costumbres en unos pocos días y que se convierta en un charlatán de un minuto al otro . No le parece algo lógico? El nunca fue una persona de hablar mucho, En verdad , no ve la necesidad de hablar tanto . - Andy hizo una pausa y se rascó el mentón pensativamente . - Y por supuesto, están los modos de hablar. Y debo decirle que es difícil de entender .
Ella se puso rígida.
- Tonterías! él no puede pensar eso . Yo lo comprendo muy bien . Realmente, él tiene una forma ... bastante peculiar de decir as cosas, pero yo lo entiendo…
- Me refiero a su manera de hablar, mi lady - le explicó Andy, interrumpiéndola . - Yo hice unos pocos viajes al Norte de Escocia , donde tengo parientes, pero Rob nunca antes tuvo la oportunidad de conversar con personas de las Highlands .
Atónita, Mairi tragó en seco, incapaz de creer en esa afrenta.
- Intente hablar lentamente - él le sugirió - y con el acento de las Lowlands, si es posible.
Ela cruzó los brazos sobre su pecho y levantó el mentón orgullosamente.
- Esta discusión está acabada. No tengo nada más que decir.
Como quiera - le respondió Andy. - Yo sólo estaba intentando ayudar.


Mairi se apartó, disgustada, y comenzó a desempacar las provisiones para la comida de la noche.
Cómo ese criado insolente se atrevía a criticar su manera de hablar? Difícil de entender ! Colocó varios panes de centeno medio secos sobre la toalla y comenzó a buscar las fetas de carne seca.
MacBain ciertamente no había demostrado ninguna dificultad en entender que ella lo había invitado a compartir su cama esa noche. Y no había tenido ningún problema en rechazar su oferta.
Y ella se había comportado de forma bastante dulce. Todos esos elogios que le había hecho durante el viaje por la forma en que él la había protegido? Saliva desperdiciada .
Haber afirmado que lo había perdonado por amarrarle sus muñecas y por haberla arrebatado lejos de su hogar ? Tiempo perdido.

Mairi bufó de rabia y sacudió la cabeza con vehemencia. Nunca más.
De ahora en adelante , si él la quisiese como esposa, en todos los sentidos de la palabra esposa , tendría que implorarle de rodillas.
Ella podía hablar sin acento escocés cuando quería. Podía hablar como una inglesa . Y era eso lo que iba a hacer . Y sólo Dios sabía cuantas cosas tenía para decirle a su marido.

Ansiosa, Mairi esperó que MacBain volviese , planeando una confrontación para poner un punto final a todo aquello . Sin embargo , no lo vio retornar al campamento.
Obviamente, él había vuelto, pues, en algún momento, mientras ella y Andy compartían la comida, se dio cuenta que el caballo de MacBain había desaparecido del lugar donde había estado amarrado, junto con los otros.

Cansada de esperar , Mairi extendió las mantas sobre el pasto, para pasar la noche. Sin conseguir calmarse , dio vueltas y se movió inquietamente , intentando acomodarse para dormir. Empujó la manta, respirando profundamente para calmarse.
Andy, se había acostado de lado y ya estaba dormido, recostado contra una silla de montar y los bultos de las provisiones, a poca distancia de la hoguera.

La leña se había reducido a carbón, ella pido ver eso a través de sus ojos semi cerrados. Se quedó inmóvil, dándose cuenta que una sombra que se aproximaba en dirección a sus pies. Si MacBain había cambiado de idea y había resuelto compartir su cama , definitivamente había llegado demasiado tarde .
Determinada a fingir que dormía, Mairi cerró los ojos.
De repente, sintió que unas manos se cerraban alrededor de su cuello.