domingo, 3 de agosto de 2008

MALICIOSA - CAPITULO 16

Capítulo 16


Sofía se despertó con un dolor de cabeza que la cegaba.
Ella se incorporó y parpadeó, después miró a su alrededor.
" Ned finalmente se ha despertado , mamá! " Maude gritó como si su madre estuviera en Cornualles. "¡ Está completamente despierto! " Tildie gritó . Sofía hizo una mueca de dolor y dio una palmada a sus oídos, después gimió y se recostó en el asiento. Las gemelas estaban a su lado , como si hubieran estado observando y esperando el momento en que ella abriese los ojos. Sus voces eran tan ruidosas como las trompetas, o por lo menos se sentían ruidosas para Sofía. Ella tomó una respiración profunda. " ¿Qué sucedió? "

Tildie la miró con sus ojos muy anchos y dijo, " Te golpeaste."
“ Si ." Maude asintió . " Con las bolas de madera. ¡Clunk! " Ella dio una palmada en su cabeza.
Sofía gimió, y después se tocó la cabeza. Había un bulto del tamaño de un huevo en su coronilla.
Miranda viajaba adelante , al lado de Alan, quien conducía el carro. Ella deslizó su cabeza dentro del carro. " ¿Cómo te sientes? "
" Avergonzado."
Miranda se rió. " ¿Estás bien? "
" Bastante bien. Pero mi orgullo está terriblemente lastimado. "
“ No deberías estarlo. Hiciste que nuestro año fuese muy provechoso, " Miranda dijo.
"¿Provechoso? " Sofía frunció el ceño. " ¿Cómo? "
Alan miró por encima de su hombro. " La dueña de la taberna nos dio dos monedas de oro cuando te desmayaste, Neddie . Después de que ella paró de reírse, nos dijo que no había visto nada tan divertido en años. "
" Si, " Tildie dijo, asintiendo . " Somos los mejores actores . Deberías desmayarte todo el tiempo. "
" Nadie entiende el verdadero talento cuando lo ve, " Sofía murmuró. Entonces se puso de rodillas y se movió hacia adelante. Corrió una de las cortinas laterales. " ¿Dónde estamos yendo? "
" A Glamorgan. Al castillo de Camrose ."

Sofía sintió que toda la sangre se drenaba de su cara.
" El conde y su esposa están teniendo una celebración enorme por el bautismo de su hijo mas pequeño. Tenemos que ganar lo suficiente en los próximos dos días para poder sobrevivir hasta el invierno próximo, " Alan dijo.

¿El Conde Merrick y Lady Clio ?
No había manera de que Sofía pudiera estar allí. Seguramente la reconocerían. " Paren el carro! No puedo ir a Gales, " ella dijo en un estado pánico.

" ¿Por qué? " Alan frunció el ceño, después detuvo el carro y miró hacia adentro. " Es un lugar bastante seguro, ahora que el rey Edward ha construido tantas fortalezas a lo largo de los terrenos pantanosos. Los Galeses se han calmado y no nos atacaran. Solamente Tenemos que preocuparnos sobre nuestros propios compatriotas y los forajidos que plagan los caminos y los bosques de Inglaterra .
¡Debes inventar algo rápidamente!
Sofía se puso de pie y los enfrentó . " Mi madre me hizo prometer en su lecho de muerte que nunca iría a Gales."
Miranda la miró sorprendida . " ¿Por qué?
" Porque… Porque… ¿Por qué?
Sofía puso su mano sobre su pecho. " Un arquero Galés mató a mi pobre padre. Una flecha. ¡Phsst! Directo al pecho." Sofía explicó dramáticamente. Sofía miró a Alan y Miranda. Sintió una puntada aguda de culpa en su vientre. Lo único que había hecho era mentirles , esa gente que había sido tan buena con ella. Ella evitó sus ojos porque no le gustaría que la descubrieran cuando les estaba diciendo la mentira más grande de su vida. Abrió la puerta del carro y saltó afuera
Alan y Miranda bajaron, también.
" No necesitan preocuparse por mí. Sólo déjenme aquí y caminaré hasta el mesón, ya que tuve un éxito tan sensacional allí."
Alan sonrió.
" Quizás encuentre a alguien que me lleve hasta Londres, "ella dijo.
" No necesitas dejarnos." Alan pasó su brazo alrededor de sus hombros . " Nos hemos encariñado con vos , muchacho . Eres agradable y puedes quedarte con nosotros mientras lo desees."

" Soy un viajante de alma, sabes . Un vagabundo . Y desearía ver más de la ciudad. Ustedes estarán mucho mejor sin mí. El carro es pequeño y yo he estado aquí por demasiado tiempo."
Alan palmeó su hombro, después fue a hablar con Bernard.

Sofía miró a Miranda " Ustedes han sido muy buenos. Y se los agradezco." Ella extendió la mano y puso algunas de sus propias monedas en la mano de Miranda.
“No , no necesitas hacer eso.” Miranda le dijo e intentó devolvérselas. "
“Si Por favor. Acéptalas. Yo Tengo mas monedas."
Miranda la miró fijamente . " No sé quién eres o por qué tienes miedo de ir más lejos. Supongo que es por la misma razón que pretendes ser un muchacho."
" Lo sabes?"
Miranda asintió .
" ¿Los otros lo saben también? "
Miranda sacudió la cabeza. “ No . A veces sólo una mujer puede reconocer a otra mujer." Miranda sonrió. “ Te deseo lo mejor… Ned."
Sofía la abrazó y susurró. " Me llamo Sofía ."
Sofía dio un paso atrás y caminó de nuevo hacia carro y se estiró para abrazar a las niñas. Se dio vuelta y se despidió de Alan, Bernard, y el oso dormido.

***
Pronto ella estaba parada sola a un lado del camino agitaba su brazo y gritando adiós. Los observó hasta que los carros no fueron nada mas que puntos en la distancia.
Finalmente se dio vuelta . No se movió. Se quedó parada allí.
¿Qué hacer? ¿A dónde ir?
Cruzó sus brazos y golpeó ligeramente un pie; eso la ayudaba a pensar. Podía volver Londres y verdaderamente explorar la ciudad.
Si, esa parecía la mejor opción. Dio unos pasos y después se detuvo, pues estaba pensado en su hogar. No exactamente en su hogar de nacimiento. En el castillo de Torwick ella había pasado sus primeros cuatro años y que formaba parte de su dote . Pero por lo que sabía no había nadie allí salvo el administrador designado por el rey y los criados que fueran necesarios para mantenerlo.

No, su verdadero hogar estaba en Leeds o en Windsor. Dondequiera que estuvieran el rey y la reina, ese era su verdadero hogar, Sofí supuso, el único hogar que podía recordar. Luego se detuvo brevemente, pensando en su hogar. De repente se sintió culpable. Nunca le había dicho adiós a Edith, su mas querida amiga, y tampoco había hablado con la reina Eleanor .
Se sentía vacía cuando pensaba en ellos, como si hubiera perdido algo valioso y estimado. Cerró los ojos mientras una oleada de nostalgia la invadía , y comenzó a llorar. ¡Llorar! No podía creer que estuviera llorando otra vez! Como una tonta perdida, estaba parada allí , extrañando a todos los que había desdeñado.
Estaba llorando porque extrañaba su hogar. Lloraba porque le había mentido a buena gente. Lloraba porque no le gustaba lo que había hecho.
Era muy feo descubrirse como una persona egoísta. Estaba parada a en medio del camino y se daba cuenta que había cometido algunos terribles errores debido a su tendencia a imponer su propia voluntad.
No se sentía orgullosa de lo que había hecho. Tomó una respiración profunda y caminó, intentando ir más allá de lo que sentía. Pero el caminar no era suficiente y pronto ella casi trotaba por el camino, dirigiendo de nuevo hacia el sur, sus brazos acompañaban sus pasos largos, ayudándola a moverse hacia adelante lo más rápido posible . Entonces comenzó a correr tan rápidamente como podía, intentando alejarse de lo que había hecho.

Después de un rato antes ella comenzó a cansarse y ya no corría ni trotaba , sino que caminaba, de vez en cuando pateaba una pequeña piedra y avanzaba lentamente.
Se preguntó cuántos pasos le llevaría llegar a la aldea, y cuántos pasos para ir de nuevo a Londres. Después de un momento se detuvo y miró a su alrededor
. Estaba completamente sola. '

Era una sensación extraña y no sabía si le gustaba o no.

Sofía aceleró sus pasos esperando encontrar el mesón pronto, pero verdaderamente no tenía idea de cuan lejos estaba. Tenía hambre y estaba cansada, entonces vio unas bayas medio de unos arbustos al costado del camino.
Dejó el camino y se arrastró en el arbusto , enganchando sus pantalones con las espinas, pero encontró un escondrijo con grosellas salvajes maduras. Llenó su túnica con ellas, y después sentó a comerlas . Eran jugosas y dulces y le hicieron recordar a las tartas del banquete en el castillo.
Se recostó en el suelo para descansar por un momento, sólo por un rato ella se prometió. Puso su mejilla sobre sus manos y pronto se quedó dormida. "

***
“Piensas que alguna paloma vendrá para este lado? "
Sofía abrió los ojos ante el sonido de la voz ronca y ruda , pero no se movió. La voz que la despertó estaba desesperantemente cerca, muy cerca.
" Si." Otra voz más ruda contestó. " Seguiremos por este camino durante un rato, compañero . Seguramente encontraremos a alguien que quiera compartir su monedero con nosotros, a menos que quiera perder el cuello ."
El hombre comenzó a reírse y el otro se rió con él. " Tal vez pierda el cuello y el monedero, también! " La risa no era de diversión ; er una risa cruel y malvada, y Sofía se asustó. Podía oír el desplazamiento de sus caballos y el movimiento de las rienda.

No sabía cuántos hombres había allí . Desde su posición, solamente podía ver las patas traseras de tres caballos. Pero había más de tres voces. Estaban en el bosque , a unos metros de distancia de donde ella estaba.

Tenía miedo de hacer algo más que respirar por temor a la que descubriesen. Si ella podía verlos, aunque parcialmente, seguramente ellos podían verla. Todo lo que tenían que hacer era mirar en su dirección. Una abeja zumbó en una planta cercana y se movió hacia flor blanca, después zumbó alrededor de la cabeza de Sofía. Le dio vueltas y vueltas a su cabeza, y luego en su oreja. Después continuó por su cuello. Sofía contuvo la respiración y rogó para que el insecto se fuese volando.

¡Vete! ¡Vete!

La abeja la picó y se movió con la puntada dolor, pero se cubrió la boca con ambas manos para no gritar. La picadura le quemaba en la oreja , la cabeza , el cuello y el hombro. Podía sentir a la abeja luchando por liberar su aguijón, que todavía le perforaba la piel. Lágrimas llenaron sus ojos y ella los cerró firmemente y se quedo allí inmóvil , esperando oír los ruidos de los hombres alejándose.

La abeja paró de luchar y se quedó quieta, tan inmóvil como Sofía estaba.
Los hombres hablaron por un rato más, y luego ella oyó los ruidos de sus caballos alejándose por el camino.
Un sollozo se escapó de sus labios y ella se incorporó lentamente para ponerse sobre sus rodillas y sus codos. El miedo y la alivio se mezclaron para hacer que las lágrimas fluyeran una vez mas y .
Sofía se quedó arrodillada allí durante mucho tiempo, después se quitó la abeja del cuello y se sentó sobre sus talones, intentando controlarse. Temblaba y su estomago estaba anudado y ella pensó que podía estar enferma .
Un instante después oyó el relincho de un caballo .
El sonido de las riendas. El estruendo de los cascos golpeando la tierra. Casi tan cerca como si el jinete estuviese encima de ella
. A la distancia, oyó un grito masculino.
¡Oh, Dios del cielo , la habían visto!

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