sábado, 2 de agosto de 2008

MALICIOSA - CAPITULO 15

Capítulo 15


" ¡ Si ! " Alan gritó en el recinto abarrotado de la taberna, agitando sus brazos .
" ¡Vamos a actuar y con eso pagaremos nuestra cena! " Él sacó el laúd y comenzó a tocar , mientras paseaba por el cuarto caluroso, por el gran fuego encendido y las antorchas sujetas en las paredes del yeso. Alan cantó una historia graciosa de una pescadera y su marido dominante.
Las criadas de la taberna dejaron de servir las mesas para mirado, golpeando ligeramente sus pies al ritmo de la melodía. Todos en el cuarto lo escuchaban y reían con sus palabras graciosas.
Sofía estaba sentada en una mesa con Miranda y las niñas. Bernard estaba afuera, ocupándose de Satán y su jaula cerca de los establos detrás del mesón. Sofía había aprendido desde primer día con la compañía de actores que ellos realizaban todo tipo de actuaciones: canto , baile, magia, malabarismo, lo que fuera para obtener las monedas para pagar las comidas, el alojamiento y el alimento para el oso.
Esa noche no era diferente a otras. La taberna estaba llena con viajantes y gente de la aldea local . El lugar estaba caluroso pero bastante limpio. Había hollín en las paredes de la enorme chimenea pero las mesas no estaban grasientas, por lo menos las criadas las limpiaban de vez en cuando.
Alan acabó con su cuento indecente y los clientes se rieron.
La dueña de la taberna, que estaba paradas detrás del mostrador, al lado de los barriles de la cerveza , dio vuelta cara rosada y le lanzó una mirada a Sofía. " Y vos muchacho! . ¿Qué clase de trucos haces? "

Sofía se levantó y resopló como lo hacían los hombres cuando se jactaban. Con su la bolsa con las bolas de madera colgada de su hombro , saltó encima de la mesa
" Hago juegos de malabares. ¡Con cuatro bolas! " Ella sacó dos bolas e hizo un truco.
" ¿Cuatro bolas? " la mujer se rascó el mentón y dijo, " Nunca he visto a nadie lanzar cuatro bolas al aire. Te diré algo . Les daré de comer a todos ustedes , incluso a ese oso enorme si puedes hacer juegos malabares con cuatro bolas mientras yo cuento hasta cincuenta ! " Alan la miró y le guiñó el ojo . "
¿Cincuenta? ¡Hmmph! " Sofía dijo con gesto engreído de su mano. “¡Eso no es nada! "
" ¡Entonces déjanos verte hacerlo , muchachito ! "
" ¡ Si ! " Se oyeron los gritos de todos. " ¡Que lo haga! "
" ¡Lanza las Bolas bien alto, muchacho ! "

Sofía hizo una reverencia profunda, después lanzó una bola hacia arriba, y luego la siguiente. Después de unos segundos agregó una tercer bola. Movía las manos más rápidamente y más rápidamente. Y sus pies, también.
" ¡Vamos, muchacho ! ¡Continua! " vinieron los gritos.
Ella hizo una mueca , después sacudió las bolas al aire, y saltó de la mesa al mostrador . La dueña de la taberna se rió y batió sus palmas mientras Sofía bailaba sobre el mostrador y lanzaba sus bolas más y más alto.
" ¡Solamente veo tres bolas, muchachito ! " Alguien le gritó.
Un segundo después Sofía hacía malabares con cuatro bolas y gritaba, " ¡Cuenten! ¡Cuenten! Hasta cincuenta! "
Y contar fue lo que hicieron . Todo el salón contaba. " …Uno
" diez; " …
" once; "
¡Doce! "

Las bolas volaban de sus manos y hacían círculos más grandes y más grandes delante de sus ojos y sobre su cabeza, sus manos moviéndose con una confianza que nunca había antes sentido. "
¡Treinta! "
Ella incorporó la cuarta bola y las lanzó más alto. La gente comenzó a aplaudir con cada número.
" ¡Cuarenta y dos! "
" ¡Cuarenta y tres! "
" ¡Cuarenta y cuatro! "
Casi terminaba. Casi.
¡Cuarenta y siete!
" Ella lanzó las bolas mas alto e inmediatamente, atajó la bola que caía y la lanzó hacia arriba por detrás de su espalda … un nuevo truco! "
¡Cuarenta y nueve! " Ella cambió de posición.
Un paso para atrás, y luego extender la mano …
La bola debería haber caído en su mano . Ella frunció el ceño.

¿Dónde está la bola?
Ese fue su último pensamiento consciente.

A la distancia, Tobin vio las luces de un mesón que le daban la bienvenida a una pequeña aldea soñolienta. Él había dividido a sus hombres, cada grupo había tomaba distintos caminos. Habían cabalgado extensamente , Habían buscando pero con poco éxito. Él levantó su mano y señaló las luces que se veían mas adelante . Cabalgaron hasta una pequeña taberna de piedra con un cartel de madera que colgaba de una bisagra y aleteaba con el viento impetuoso.
El capitán Parcin, golpeó la puerta y pronto sus caballo fueron llevados a los establos , Tobin y sus hombres entraron al salón, donde un fuego ardía brillantemente en la enorme chimenea . El lugar era pequeño pero limpio y pronto la dueña hizo que las criadas les sirviesen un guisado de cordero caliente , pan negro crujiente, junto con jarras de cerveza.

Tobin se sentó en una mesa delante del fuego con sus pies apoyados en el hogar, intentando pensar como lo haría Sofía. Un esfuerzo vano.
Estaba preocupado , porque no tenía ningún sentido que ella hubiese desaparecido de la manera que lo había hecho. Ella no era conocedora de las costumbres del mundo exterior. Le rogaba a Dios que ella no hubiese conocido a una persona incorrecta. Una muchacha como Sofía podía ser violada y podía ser asesinada y abandonada en algún bosque remoto.
Tobin tomó un gran trago de cerveza , después miró fijamente las llamas del fuego como si allí estuvieran las respuestas necesitaba. Su cólera ahora casi había desaparecido , sólo estaba muy preocupado l, temeroso de que algo calamitoso le hubiera acontecido a Sofía cuando protegerla había sido su deber.
Y él había fallado en ese deber.
Tomó otro trago , después limpió la espuma de su boca con el dorso de su mano y se estiró para alcanzar un pedazo de pan. Una criada rubia había estado meneando su trasero delante suyo el tiempo suficiente para que él la notase . Ahora ella se inclinaba cerca de su hombro y rozaba pechos por su mejilla mientras llenaba su jarra de cerveza.
Él miró hacia arriba, sorprendido de ver que ella no tenía marcas de viruela en la piel y que poseía todos sus dientes.

" Si hay algo mas que desee, sir, pídaselo a Gunnie. " Ella apoyó su mano lentamente sobre su hombro.

Tres de las otras criadas comenzaron a reírse nerviosamente y a susurrar y guiñarle los ojos a sus soldados. Los hombres que apenas un rato atrás habían estado agotados y frío, ahora parecían dispuestos a pasar una noche de placer. Las mujeres comenzaron a elegir a los hombres y algunas se sentaron sobre sus regazos y comenzaron a reír ruidosamente .
Gunnie comenzó a alejarse pero Tobin asió su mano y la atrajo de un tirón. " Cuéntame quien ha estado en el mesón esta última semana. "

“Déjeme recordar … " Ella frotó su mentón por un momento, y luego dijo, " Trabajé casi todos los días esta semana. Algunos granjeros que llevaban sus mercancías al mercado de la ciudad. Los clientes regulares que siempre vienen aquí. Estuvo un comerciante italiano y su esposa. El hojalatero John."
" ¿Quién es el hojalatero John? "
" Él viaja por todo el país."
" ¿Había alguna persona con él? "

Ella sacudió la cabeza. " El viaja solo. Un hombre extraño "
¿Por qué? "
Ella se encogió de hombros , “No habla mucho. Tiene ojos extraños”. Tobin casi podía ver a Sofía charlando con un hojalatero y subiéndose a su carro.
" Hacia Dónde iba este vez? "
" A Surrey o a Gloucester, no puedo recordar cual." Ella se dio vuelta . " Hey , Bess! ¿ A Dónde iba el hojalatero en este viaje? "

" ¡ A Surrey! " Una muchacha regordeta dijo en voz alta.
" Si, tiene razón."
" ¿Alguna otra persona? "
‘Sólo esos peregrinos vinieron ayer a la noche, oh, casi me olvidaba. El Fraile Francisco con su coro de muchachos ."
" ¿Cuántos había? "
" Hmmm, diez mas o menos. Tenía voces como ángeles, ellos. Todos ellos cantaban un himno antes de la comida. Fueron una presencia celestial en esta taberna ."
Con eso Sofía quedaba eliminada. Tobin la había oído cantar .
Parcin se inclinó más cerca y preguntó en voz baja , " ¿Piensa que ella viaja con ellos?
Tobin sacudió la cabeza. " ¿Con la voz de un ángel? No lo creo . Es mas probable que esté con el hojalatero o escondida en su carro."
" ¡Hey, Gunnie! " Bess dijo en voz alta. " ¿Recuerdas al juglar malabarista ? "

Gunnie comenzó a reírse con ganas , que gritaba, y las otras mujeres y la dueña se rieron con ella. Gunnie dio una palmada a su cabeza y dijo , " ¿Cómo podría haberlo olvidado? " Ella se dio vuelta de nuevo hacia Tobin. " Un pequeño grupo de artistas, un juglar , un malabarista y un acróbata . Tenían un oso bailarín con ellos. El oso no bailó para nosotros. Todo lo que hizo fue dormir. Pero el mejor de todos fue este muchachito alto que intentó hacer juegos de malabares para pagar su comida. _ él se paró justo allí , arriba del mostrador y lanzaba bolas de madera al aire. Lo estaba haciendo verdaderamente bien , bailaba y saltaba sobre el mostrador y luego se puso engreído y agregó una cuarta bola de madera, y entonces la lanzó demasiado alto. Bien, él falló. Las bolas duras se le cayeron en la cabeza y quedó seco ." Ella estalló en risas otra vez. " Se desplomó como una roca"
Tobin se enderezó e intercambió una mirada con Parcin. " El muchacho era alto, delgado, de cabello negro y corto ? "

" Si, así era él. Y él tenía ojos de un color muy extraño. Violetas eran. Nunca antes había visto Ojos violetas. Era un muchacho valiente, o por lo menos él estaba hasta que se desmayó."
Tobin se puso de pie y agarró capa. " ¿Dijeron a dónde iban? "

" Al nordeste. El cantante habló con un mensajero que le contó sobre una celebración que se realizaba en marzo, en Glamorgan , creo. Un lugar donde los artistas pueden reunir un buen dinero en pocos días. Cuando se fueron cargando al pobre muchachito, los oí decir que iban en esa dirección."
Tobin colocó unas monedas sobre la mesa y se dio vuelta hacia Parcin. " Reúne a los hombres . Vamos a partir ahora. "

Tobin fue hacia la puerta y la abrió. El viento había disminuido y estaba oscuro pero sabía que tenían que cabalgar inmediatamente, incluso iluminándose con la luz de las antorchas.
Parcin se puso de pie . "Levántense , nos vamos . Cabalgaremos hacia el norte esta noche."
" Yo quiero cabalgar a la muchacha que tengo aquí en mi regazo, " uno de los hombres dijo.
Hubo protestas de unos y gemidos de otros y y las criadas gimotearon.

Tobin estaba en el umbral detrás ellos. Observó a las criadas , y luego se dirigió a sus hombres. " Si pueden fornicar , entonces pueden cabalgar ."
Con esas palabras Tobin dejó la taberna.