domingo, 3 de agosto de 2008

MALICIOSA - CAPITULO 17

Capítulo 17



Sofía se dio vuelta y corrió por el bosque tan rápidamente como sus pies la llevaban. Su corazón golpeaba en sus costillas con cada paso. Las hojas y las ramas rozando su cara y sus brazos. Rasguñándole su piel. Ella continuó corriendo .
Saltó sobre un tronco caído y patinó en el musgo húmedo. Cayó sobre una rodilla, pero se levantó. Y corrió otra vez. No estaba segura si oía que el jinete venía detrás de ella o si era el golpeteo atronador de su propio corazón.
No se atrevió a detenerse y verificar , sólo siguió corriendo, después vio un claro en el bosque y dobló hacia el oeste, a través de un matorral . Movía sus brazos y sus piernas tan rápidamente como podía y corrió velozmente porque su vida dependía de eso. Fuera del claro del bosque ella fue hacia del norte, esperando perder a su perseguidor.

Se escondió debajo de un árbol caído, después trepó por una rocas enormes y se deslizó por una cuesta rocosa , más allá había otro claro del bosque donde corría un arroyo. Sofía corrió saltando entre las rocas y el agua y subió el banco de la orilla opuesta , allí había un grupo de árboles viejos con ramas que casi colgaban hasta el suelo.
Miró hacia la izquierda, y después hacia la derecha, y luego corrió hacia un árbol enorme en el centro, se escondió entre el tronco y las ramas intentando tranquilizar su corazón y su respiración. Tomó varas respiraciones cortas y silenciosas , porque tenía miedo, mucho miedo.
Se oyó el ruido de una ramita quebrándose . El sonido de hojas siendo empujadas. Oyó un caballo acercarse y se quedó paralizada en la rama del árbol.
Estaba sentada con sus rodillas presionadas contra su pecho. Una mano agarró la rama que la cubría. La otra mano apoyada sobre el tronco. Ahora apenas respiraba , porque su vida dependía de eso.
No podía ver través de las hojas anchas y no se atrevió a moverse para ver mejor. Tenía miedo de lo que podía ver detrás de ella. Todo lo que le importaba era permanecer oculta y segura.

Solamente Había un jinete. Un hombre. Ella podía oír su respiración áspera, el resoplido de su caballo, las pisadas fuertes de los cascos del caballo , el sonido de las ramitas quebrándose.
El tiempo se movió muy lentamente, estirándose como si hubieran pasado años. El sudor comenzó a empaparle la ropa. Sofía apretó aun más sus piernas. Las astillas de la corteza del árbol se le clavaban en los dedos y las palmas.
Por un momento, ella pensó que él la había descubierto. Contuvo la respiración, asustada de aspirar aire y revelar su presencia.
El hombre espoleó su caballo y tomó rumbo norte.

Sofía exhaló y se relajó un poco. Su corazón latía con golpes secos en sus oídos y el sudor le goteaba por las sienes. Esperó un rato largo antes de intentar moverse. Ella cambió de posición y se paró en la rama, manteniendo el equilibrio aferrándose como hiedra a la rama superior.
Una rápida mirada le hizo ver algo azul. Y luego el sonido del caballo. Y el sonido de la rama que la sostenía quebrándose.
Sofía sintió que se caía al suelo . Gritó y se aferró a una rama superior con ambas manos. Y quedó allí colgando , sus pies y su cuerpo flotando en el aire, y sus brazos que apenas soportaban el peso.
Ella observó .
La cara de un hombre la miraba fijamente.
Era una cara que conocía demasiado bien.
" ¡Maldición, Tobin de Clare! "

Él envainó su espada y la observó colgando del árbol, sin decir una sola palabra. "
¿Vas a dejarme colgando aquí? "
" Vos sola te subiste al árbol. Tengo que creer que querías estar allí." Ella lo maldijo otra vez, después miró el suelo, estaba bastante lejos.

Sus manos agotadas se deslizaron. La corteza de la rama le cortaba las palmas. Pero Sofía ya no tenía fuerza para empujarse hacia arriba.

No había ramas más bajas a donde ir . No había nada mas que el suelo debajo de ella. Y Tobin, esperando. Un Tobin muy enojado.

Ella prefería huesos quebrados antes que su orgullo herido. Sofía cerró los ojos y tomó una respiración profunda.
Un… dos… tres…
Se dejó caer.

Esperaba sentir el suelo , duro y húmedo, cuando lo tocara.
Pero ella tocó un pecho cubierto con una cota de malla. Y sintió una respiración tibia rozar su cabello mientras dos brazos la sostenían.
Pronto estuvo sentada en la silla de montar. Entonces abrió los ojos para encontrar unos ojos azules mirándola . Fríos Ojos azules. No le gustó la expresión en su cara. Evidentemente Tobin no encontraba divertida esa aventuras, a pesar de lo relajado de su postura.
Él estaba furioso.
" ¡Idiota ! " Ella pareció ignorar su furia y comenzó sacudirse las hojas pegadas a su ropa . " Podrías haberme matado con esa espada."

" Eso es verdad y recuérdalo ." Sus palabras eran irónicas y tensas, tan tensas como su mandíbula . " Estás agotando la poca paciencia que me queda para no matarte."
" Edward no permitiría que me mataras." Su voz era arrogante y confiada y ella le dio una mirada directa. Lo que vio en su cara la hizo desear poder retirar sus palabras.
“ No , Sofía. Edward no permitiría que te matara. Él querría hacer eso él mismo ."
Ella continuó discutiendo con él.

" ¡Cállate , mujer! Me estás tentando a golpearte. No me provoques, Sofía." Nunca en toda su vida Tobin había sentido el impulso de golpear a una mujer, hasta ahora. Sofía lo había empujado mas allá de sus límites. Él agarró las rienda en un asimiento apretado, sus puño estaban blancos.
Ella dijo algo entre dientes , algo referido a él . Pero tuvo suerte estaba pues Tobin no oyó claramente qué insulto había usado . Enlazó firmemente la cintura de ella y espoleó su caballo ,
Empujándola contra su pecho y Sofía jadeó.
" ¿Cómo me encontraste? "
“ No Fue fácil."
" Escuché a unos bandidos. Los oí hablar. Era por eso que corría. Pensé que ellos me perseguían ." Ella se detuvo brevemente. " Pensé que iba a morir." Su voz se quebró con un sollozo.
" Tuviste suerte de salir viva de esto ." Tobin no sintió compasión por ella y no dejaría que las lágrimas de ella lo afectasen.
"Me estás apretando demasiado. Me Lastimas las costillas."
Él la cambió de posición y la colocó entre sus piernas. " Pon tus brazos alrededor de mi cuello, así no te caerás."
Ella deslizó sus brazos y enlazó las manos alrededor de su cuello, después se movió y finalmente colocó su trasero entre sus piernas e.
Después de un minuto o dos, ella inclinó su cabeza contra su hombro y comenzó a llorar.
Montaron de regreso al mesón, poco tiempo después
los hombres de Tobin se unieron a ellos.

" Vayan adentro y pidan un poco de comida." Tobin desmontó en el patio de la taberna y la agarró por la cintura, la bajó al suelo colocándola entre él y el caballo.
Un muchacho del establo vino corriendo y tomó las rienda, después se llevó su caballo . Tobin tomó su mano y la llevó con él adentro del mesón.
Una ráfaga de aire caliente le golpeó la cara junto con el fuerte olor a guiso de cordero . Con su mano firmemente sobre su espalda , él la dirigió a través del cuarto lleno de la taberna hacia una mesa donde algunos de sus hombres estaban sentados. Ellos la observaron con miradas extrañas, un poco molestas y un poco compasivas.
Ella no necesitaba ser compadecida . No quería su compasión.
Tobin corrió una silla y la sentó en ella.


Ella se dio vuelta y le dio una mirada feroz , pero no sirvió de nada , porque él no la miraba . Sus ojos estaban fijos en una criada, una rubia con grandes tetas y caderas gordas. Bueno , no eran gordas, sino más grandes que las de ella y a Sofía le gustaba pensar que eran gordas, porque la mujer se estaba comiendo a Tobin con los ojos.

La mujer caminaba hacia ellos ahora , con una bandeja con comida caliente y cerveza apoyada en un hombro. Su mano libre estaba sobre su cadera, que se sacudía y meneaba como un barco en una tormenta.
Sofía miró a Tobin, quien observaba a la mujer cuando ella se inclinó entre ellos y colocó la bandeja sobre la mesa. Sus pechos rosados estaban a centímetros de la cara de Tobin.
" Volviste. " Ella dijo con una voz jadeante .
" Si, querida."
¿Querida? ¿Qué estaba haciendo Tobin ? Él la llamaba querida.

Por un momento, toda lo que Sofía podía ver era fueron los pechos generosos de la mujer justo delante de su propia cara. Sofía medio se levantó de su asiento y dio un cabezazo entre los pechos de la mujer. La mujer gruñó y dio un paso atrás .
" ¡Hmmm, guiso! Qué rico! Estoy muriendo de hambre ." Sofía se estiró y agarró un plato de guiso y un trozo de pan y comenzó a atiborrarse.

La criada tocó el cabello corto de Sofía . " Tranquilo, muchacho , . ¿Cómo está el tu cabeza? ". Sofía le frunció el ceño y murmuró, “ Bien ."
Pero la criada no le prestaba la atención. Ella solamente tenía ojos para Tobin. " Dime , Sir Tobin. ¿ él es tu hermano menor ? " Sofía se ahogó con su la comida.
Tobin le palmeó la espalda mientras ella tosía y él le pasó una jarra de cerveza .
Sofía odiaba la cerveza ; tenía sabor a agua y pan viejo.

" El muchacho es mi… escudero ." Sofía miró hacia arriba y le dio una mirada feroz. Tobin le devolvió una mueca . Él maldito estaba gozando eso. ¡Patán ! "

“Ah! Claro , con razón el muchacho huele a establos ."

Tobin aferró con su mano un muslo de Sofía por debajo de la mesa y la mantuvo sentada. " Tenemos todos los cuartos tomados para la noche. Envía una tina a mi cuarto y yo me ocuparé de que el muchacho se libre de ese olor…”, él se detuvo brevemente. " Y de las liendres."
" Cualquier cosa que pida , sir Tobin. ¿Su cuarto es el que está en el extremo a la derecha? El que tiene la cama grande, verdad?” ; la criada le guiñó el ojo ,y después se alejó .

"Quédate sentada , " Tobin le dijo al oído. " De la manera en que estás vestida , y con ese cabello corto , continuarás siendo un muchacho hasta que Edward vuelva ."
Sofía lo miró . " Vete a la mierda ."
Él le dio una mirada larga, después se rió y dijo, " Pienso que ya estoy allí."