sábado, 9 de octubre de 2010

NO SOY SANTA - CAPITULO 10 - PAULA REED

CAPITULO 10



Mary Kate sintió un dolor en la oreja por haberla apoyado por mucho tiempo en la puerta, intentando oír lo que pasaba en la cabina vecina. Finalmente, oyó la puerta abrirse y a Diego dar las buenas noches a Galeno. Ella estaba muy nerviosa y agitada, pero esperó cerca de veinte minutos antes de abrir cuidadosamente una hendija de la puerta y espiar el pasillo y la escalera, iluminados apenas por una lampara. Llegó hasta ella el sonido de risas, pero no había nadie cerca .
Cargando la ropa y la botella de perfume de rosas, fue en puntas de pies hasta la escalera. Pronto se dio cuenta que era difícil subir una escalerilla estrecha usando vestido con una falda pesada , teniendo las manos ocupadas. Después de tres tentativas no tuvo dudas: se sacó la falda y subió los escalones sentada. Que Dios la protegiese de ser sorprendida por uno de los hombres!
Lo peor fue tener que pararse en lo alto de la escalera, pues los dos vigías estaban en la cubierta. Uno de ellos estaba de espaldas mirando para o mar. Esperó un poco cuando el otro se dio vuelta en dirección a los muelles y corrió hacia el mástil principal. Se puso las faldas y lanzó la botella de perfume con todas sus fuerzas en dirección al timón. El ruido de vidrio estrellándose atrajo la atención de los marineros que estaban en el barco. Mientras ellos corrían para verificar qué había sucedido, Mary Kate bajó la escalera de costado y se entremezcló rápidamente con las personas que caminaban por el muelles. Eran personajes fascinantes. Hablaban en lenguas extrañas tenían una apariencia física muy diversa. Esa gente parecía haber salido de las historias contadas por viejos marineros con grande experiencia de viajes por todo el mundo.
Viéndose en medio de esa multitud, Mary Kate encontró otro obstáculo. A pesar de esa variedad de aspectos físicos , allí en el puerto , a esa hora de la noche, había básicamente dos tipos de personas: prostitutas y hombres en busca de prostitutas. No entendía una sólo palabra de lo que los hombres le decían, cuando pasaba por al lado de ellos ni quería entender. Simplemente mantenía el bulto con ropa junto a su pecho y caminaba tan rápidamente como le era posible, insultando en galés a cualquier atrevido que intentase tocarla.
Mary Kate se dio vuelta cuando un hombre la agarró por el brazo y la empujó junto de él.
— Ven conmigo l — preguntó .
Ella abrió la boca, lista para proferir una lista de improperios e insultos, cuando entendió o que él acabara de decir.
— Hablas irlandés! — ella exclamó.
— Si, y vos también. Te oí insultando a esos bastardos!
En ese instante Mary Kate oyó gritos de alarma venidos del Magdalena
y analizó rápidamente al hombre delante suyo . Su apariencia no era del todo mala , estaba limpio, sus ropas tenían apenas algunos remiendos. Y era irlandés!
— Por favor, tienes que ayudarme — ella suplicó. — Fui raptada por un español y me escapé de su barco. Ahora están viniendo por mí . El irlandés miró por sobre su hombro y vio la agitación detrás de ellos.
— Ven conmigo. Voy a llevarte a mi barco.
El tomó el bulto con ropa que Mary Kate sujetaba, le dio la otra mano
y la llevó rápidamente a un muelle distante, donde un barco muy viejo se balanceaba en el agua.
— Este barco es tuyo? — ella preguntó. — Vos sos el capitán?
— No. Pero eso no es problema.
Mary Kate iba a decir que podría pagar por el pasaje, pero lo pensó mejor y se detuvo antes de subir la escalerilla del costado. Miró el mástil y no vio bandera alguna.
— Bajo qué bandera navegan ?
— Que importancia tiene eso? Para ser una mujer desesperada ese debe ser el menor de los problemas.
— Pádraig! — un hombre gritó desde la cubierta. Él continuó hablando , pero Mary Kate no entendió ni una palabra. No era irlandés, inglés ni español.
Los dos hombres se rieron y ella preguntó :
— Qué dice él ? Qué lengua es esa?
— Portugués — Pádraig respondió . — Nuestra tripulación, digamos que es internacional. Él quiere saber si vas a participar de la fiesta, puesto que te he traído a bordo. — él lanzó una carcajada y gritó algo a su compañero que estaba en la cubierta.
Mary Kate agarró el bulto con ropa que Pádraig sujetaba ; al mismo tiempo, dobló la rodilla y la apuntó a la entrepierna del irlandés quien gimió de dolor , perdió el equilibrio y se cayó al suelo maldiciendo en irlandés.
Mary Kate no esperó para ver qué iba a suceder a continuación . Metió la ropa debajo del brazo e salió corriendo. Detrás de ella resonaban los pasos pesados y rápidos de varios hombres. Había otros en su persecución, además de Pádraig y su compañero! En el extremo del muelle ella giró en dirección opuesta al Magdalena y vio un grupo de marineros de pésimo aspecto que la miraban de un modo codicioso. Demasiado tarde comprendió que allí , en el extremo del muelle, no iba a encontrar ningún barco mercante honesto. Pronunciando otra frase cargada de insultos, se dio vuelta y corrió en dirección a la ciudad.


Las palabras que Diego murmuró en español no eran muy diferentes de las que Mary Kate acababa de pronunciar . Al principio había imaginado que ella simplemente había desaparecido, pero al ver la agitación cerca del muelle frecuentado por piratas, tuvo la horrible sensación de que acababan de encontrarla y que ella estaba en apuros. Miró hacia atrás y comenzó a correr. Estaba acompañado por ocho hombres, todos armados, todos tan hábiles en el manejo de la espada como cualquier pirata.
Ellos tenían que ser muy buenos para poder enfrentar a esos criminales y derrotarlos, de lo contrario Mary Kate estaría perdida.
Diego esperaba encontrar a una Mary Kate arrepentida, pidiéndole que la perdonase por haber huido. Decididamente nunca había imaginado que ella saldría corriendo de él como si fuese perseguida por demonios del infierno. Cuando la había alcanzado , ella casi lo había derribado y le había dado un cabezo en el mentón . Y se habría escapado si no fuese por Enrique que la agarró por su gloriosa melena.
— La puta madre! — Mary Kate gritó.
Diego tuvo que sacudirla para hacerla recuperar el sentido común.
Se admiró al notar que ella estaba aprendiendo español muy rápidamente .
El y sus hombres se unieron a ella y a Enrique, las espadas listas para su uso. Diego contó a los piratas. Eran diez. Ocho contra diez. Podría ser peor. Ellos ya habían enfrentado piratas estando en una desventaja mucho mayor y habían sobrevivido para contarlo .
Por un momento, los dos grupos apenas se estudiaron mutuamente en un silencio hostil. Sólo Mary Kate no quedaba quieta, parecía un perro con rabia, se debatía e insultaba , intentando librarse, pero Enrique continuaba sujetándola por los cabellos con firmeza. Finalmente, uno de los piratas comenzó a reírse y los otros, uno por uno , hicieron lo mismo.
— Esa loca de mierda es tu mujer? — el pirata le preguntó a Diego.
— Si — Diego respondió frunciendo el ceño .
— Ten cuidado. Esta noche ella podría castrarte mientras duermes — el hombre habló como ironía, a continuación le dijo a sus compañeros: — Es mejor que dejemos a este pobre infeliz entregado a su suerte! Vamos, en Habana hay mujeres mucho mas dispuestas a ofrecernos una buena cama!
Los hombres del Magdalena no bajaron la guardia mientras hasta que no vieron a los facinerosos desaparecer . Finalmente , Diego miró a Mary Kate quien estaba desgreñada, roja y completamente fuera de sí .
— Tráiganla! — él ordenó. — Y nada de gentilezas con ella.
Nunca se le había pasado por la cabeza a Mary Kate que un hombre sería capaz de arrastrarla tirándole de los cabellos por más de medio kilómetro. No se quedó pelada de casualidad. Ese Enrique era un bruto abusador . Y Diego! Oh, tan católico , tan honesto , tan correcto, el hipócrita del capitán Montoya le había dado órdenes a un subalterno para que actuase como estaba actuando. Ella pensó en llamar a Diego y pedirle que ordenase que la soltase de inmediato , pero el arrogante marchaba al frente de sus hombres, sin siquiera mirar en dirección a ella. Bastardo de mierda !
Enrique no tuvo piedad. La forzó a caminar rápidamente , siempre tirándole de los cabellos hasta dejarla en la cubierta inferior con el cuero cabelludo ardiendo. Si se quedase calva , jamás perdonaría a esos degenerados!
Enrique iba a empujarla dentro de la cabina , pero Diego lo detuvo y le indicó que la llevase a la cabina principal .
Enrique obedeció . Cuando se vio libre, Mary Kate se masajeó el cuero cabelludo y luchó para contener las lágrimas. Arrojó al piso el bulto con ropas y se sentó pesadamente en la cama de Diego, intentando recuperar su orgullo mientras revisaba el cuero cabelludo para verificar si la habían lastimado .
— TE ODIOOOOO! — gritó llena de ira .
— Vos sos la campeona de los idiotas! — él replicó .
— Estaba corriendo más que ellos y habría logrado escaparme, entrometido del carajo !
— Y a dónde piensas que ibas a llegar? Crees que habrías encontrado a algún capitán amable y a una tripulación decente que te llevaría a Irlanda?
— Si no hubiese tenido que escaparme subrepticiamente, en medio de la noche, y si no hubiese tenido la mala leche de ser perseguida por vos y tus hombres, seguramente habría encontrado un barco con un capitán respetable.
Ah, entonces la culpa es mía?
La culpa siempre era de los otros cuando Mary Kate estaba furiosa.
— Y de quién más podría ser?
— Desagradecida del demonio...
— Desagradecida? Por qué debería agradecerte ? Por haber ordenado a tu inmediato que me tirase de los cabellos? No creo que ese sea motivo para gratitud.
— Si tuvieses un gramo de sentido común , estarías agradecida porque te hemos salvado - una vez más - de un destino peor que la muerte. Arriesgué mi vida e y la de mis hombres dos veces por tu causa.
— Vamos a hablar diciendo la verdad! Vos no peleaste con esos primeros piratas por mi causa, pues ni siquiera sabías que yo estaba en el barco.
“Maldita", Diego pensó. Ella lo había atrapado en una mentira.
— Pero si esta noche no hubiésemos corrido para socorrerte...
— Si ustedes no me hubiesen perseguido , a esta altura yo ya estaría camino a Irlanda! Estaba logrando escapar de ellos! Yo sé cuidarme sola , no te necesito Diego Montoya!
— Si ? — él gruñó. — Si un hombre determinado se pone en la cabeza que es capaz de dominar una mujer. Mary Kate, él lo logrará . Y conseguirá de ella todo lo que quiera.
Mary Kate se levantó de un salto y plantó las manos en su caderas.
? No conmigo!
Por el amor de Dios y la Virgen María , Diego pensó, solamente quería darle una lección . Por qué esa mujer tenía que ser tan cabeza dura ? Con tres largos pasos la alcanzó , la sujetó por las muñecas y la empujó sobre la cama. Ella se resistió , pero se vio en el colchón con todo el peso de ese bruto sobre ella.
— Suéltame, su hijo de...!
— Vamos, huye de mí, Mary Kate. Oblígame a detenerte. Demuestra que no soy más fuerte que vos.— La sangre de Diego parecía quemar en sus venas por la adrenalina provocada por la expectativa de luchar con los piratas y por sentir a esa mujer debatiéndose debajo de su cuerpo.
El modo en que las caderas de ella se movían hizo con que sintiese otro tipo de excitación. Sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, sus labios se unieron a los de ella.
Mary Kate iba a maldecir nuevamente, pero la lengua de Diego tocó la de ella provocándole una sensación que jamás había experimentado antes y dejándola completamente sumisa. No comprendía lo que estaba sucediendo. Un minuto atrás había sentido un odio feroz por ese hombre y ahora experimentaba esa sensación deliciosa . No podía detenerse . Quería más. Intentó libertar las muñecas para acariciar a Diego, pero él la mantuvo presa, con los brazos levantados sobre la cabeza. Ella intentó arquear la espalda para apoyar todo su cuerpo en el de él y sentir su calor de sus músculos.
Finalmente , Diego soltó una de las muñecas y , con a mano libre, acarició los pechos firmes de Mary Kate, excitándola . Ella también usó la mano libre y empujó la cabeza de él mas cerca da su para poder sorber más profundamente el sabor dulce de su boca húmeda y caliente.
Diego se embriagó con el perfume de rosas, se perdió en el sabor de esos labios suaves, en la textura de la lengua contra la de él, en el modo en que ella arqueaba el cuerpo para unirse al de él Los gemidos urgentes de ella lo deleitaban. Su mano parecía tener voluntad propia y se movía sobre los pechos que había estado explorando . Luego comenzó a levantar la falda, ansioso para tocar sus muslos.

Diego levantó la cabeza para respirar y vio que ella que también estaba jadeante, tenía los ojos semi cerrados y los labios entreabiertos. Era pura sensualidad. Por un segundo Diego vio a Magdalena envuelta en una neblina. Del susto saltó hacia atrás, casi tropezando con sus propios pies.
Los extraordinarios ojos azules se abrieron enormemente, sorprendidos.
— Qué pasa ?
Diego no se aventuró a responder. No se sentía con el pleno dominio de la razón . Poco después, su cabeza comenzó a enfriarse, haciéndolo, de a poco , volver a pensar coherentemente . Qué demonio lo había poseído para hacerlo comportarse de esa manera ?
Por un momento Mary Kate se sintió abandonada y completamente confundida. No pasó mucho tiempo para que comprendiese lo que casi había sucedido. Admitía que había planeado perder la virginidad para ser repudiada por su prometido. Pero sería un sacrificio que haría en último caso. Pero ahora su comportamiento había sido espontaneo. Ella había deseado a Diego. Se había dejado llevar por la excitación y había querido que él la poseyese, lo que era completamente diferente!
— Qué estabas diciendo? — Diego preguntó buscando cierta normalidad.
Pero Mary Kate no era ni santa ni tonta . Ella no había sido la única en perder la cabeza.
— Te estaba diciendo que hombre ningún conseguirá algo de mí sin que yo lo quiera. Sin mi consentimiento. Y vos, Diego, tenías mi consentimiento,
— Esta noche te habrías entregado a uno de esos hombres? — él preguntó, intentando herirla de propósito.
Ella simplemente sonrió . '
— Pasé mucho tiempo de mi vida haciéndole la vida imposible a personas que ellas acabaron haciendo mi voluntad . Conmigo eso no funciona. No, no me entregaría a ninguno de ellos, pero me entregaría a vos, ahora. Te quiero , Diego, y sé que vos también me quieres.
Jesús, Diego casi podía sentir sus manos sobre la piel desnuda de Mary Kate y el gusto de su boca todavía permanecía en la lengua de él.
— No te importa tu honor ? La decencia y la virtud no significan nada para vos?
— Qué son la virtud y la decencia para una mujer desesperada?
Diego sintió un escalofrío. ya había escuchado esas palabras antes.
— Cómo? Qué estás diciendo?
— Estoy desesperada! No se me nota? Tal vez te odie y al mismo tiempo, te desee .Podemos pasar la noche juntos antes de que tenga que entregarme a ese cerdo inglés!
Diego comprendió la intención de Mary Kate.
— Entonces es eso. Quieres me usarme para deshonrarte , así tu prometido te rechazará y vos quedarás libre.
Mary Kate se encogió de hombros .
— Piensa lo que quieras. Como la mayoría de los hombres, debes creer que es motivo de orgullo tentar a una mujer y hacerla caer. He besado dos o tres muchachos, tal vez seis o siete , pero nunca me sentí como estoy me sintiendo ahora. No podría fingir esa reacción, ni aunque quisiese. No es la verdad que quieres escuchar, Diego? Pues esa es la verdad .
— Es mejor que te vayas a dormir, Mary Kate.
— Aquí ? — ella preguntó esperanzadamente.
El tenía ganas de agarrarla por los hombros y sacudirla, si no fuese por el temor de terminar besándola nuevamente. Sin decir una palabra, abrió la puerta y señaló el pasillo .

Mary Kate se levantó de la cama, tomó el atado con sus ropas y antes de salir levantó bien la falda mostrando sus piernas.
— Madre de Dios! — Diego murmuró. Estiró el cuello para ver si había alguien en el pasillo o en la escalera y se volvió de nuevo hacia Mary Kate. — Definitivamente, sos una desvergonzada!
La risa cristalina de Mary Kate hizo eco en la cabina. Ella abrió el broche que tenía prendido en la enagua y se lo entregó al capitán.
— Esto es tuyo . O mejor dicho , no es tuyo , pero tampoco me pertenece. No seré una santa pero tampoco soy ladrona.
La expresión de Diego se turbó .
— Robaste esto de los baúles!
Ella arrojó la joya sobre la cama.
— Lavate la boca antes de acusarme de ladrona . Y devuélveme mi dote.
— Yo no robé tu dote!
— Y qué es? Apropiación ilegal!
— Ya te expliqué que su dote forma parte de la carga encontrada en el barco pirata. Existe un protocolo, una convención que establece a quien le pertenecen esos objetos . Recuerda que existen hostilidades entre nuestros países.
Mary Kate se indignó .
— Qué hostilidades existen entre Irlanda y España? Nunca oí hablar de nada semejante.
— Se trata de dinero inglés.
— El dinero es mío !
— Tu abuelo es inglés y está enviando ese dinero a otro inglés a quien estás prometida en casamiento.
— Te olvidaste de mencionar que hay una ciudadana irlandesa involucrada en todo esto .
— Mary Kate... — él comenzó a hablar , pero sintió un fuerte dolor en la zona frontal de la cabeza y se masajeó el lugar.
— Se quieres, puedo sacarte ese dolor de cabeza — ella habló sensualmente.
Los ojos de Diego se abrieron enormemente .
— Es mejor que te vayas antes que hagamos algo de lo cual vamos a arrepentirnos .
— Qué cosa? Hacer amor?
— Asesinarte.
Mary Kate suspiró. Era mejor desistir de discutir con ese cabeza dura . Tendría que esperar una noche o dos. Cuando el Magdalena estuviese mas lejos de Habana y el capitán no tuviese mayores preocupaciones, ella volvería al ataque. Aún haciendo esa decisión , al pasar por al lado de Diego, pasó la mano sobre el pecho de él.
— Con todo esto perdí lo que me quedaba de la loción de rosas. Como fui buena y te devolví ese valioso broche, deberías comprarme un perfume cuando andes por el puerto mañana.
El la miró, incrédulo, ante semejante desfachatez. Por miedo a no resistir su mirada seductora fija en él , habló secamente:
— Buenas noches.
Mary Kate se inclinó acercándose a él y se rió.
— Buenas noches, Diego. Duerma bien.

Diego gemía en voz baja durante el sueño sin darse que una mujer de cabellos negros, inclinada sobre él, le tocaba la frente.
— María Magdalena! — Una voz femenina gritó, pero el sonido no perturbó el sueño de Diego.
— Qué pasa ? — Magdalena se levantó al oír su nombre. María Santísima emergió de las sombras de la cabina .
— él te ha ordenado mantenerse fuera de su vida .
— Ellos dos son tan parecidos. fueron hechos uno para el otro.
— Sé que lo que te preocupa es que no soportas ver a Diego enojado con vos.
— Está diciendo que sólo hago esto pensando en mí ? Cree que soy tan egoísta?
— María Magdalena, tu presencia aquí no s necesaria.
— Cómo puede decir eso ? Ella casi se escapó! Ellos se pelearon...
— Y se están reconciliando en otro plano — María Santísima interrumpió a Magdalena. — Tal vez sea conveniente que te enteres con quien está soñando Diego antes de interferir.
Magdalena volvió su atención a Diego y esbozó una sonrisa pícara.
— Oh! Diego! — ella se volvió hacia María Santísima. — Qué hombre atrevido!! Vio lo que está soñando?.
— No quiero hablar sobre los sueños íntimos de alguien que todavía está en este plano. Sólo creo que debes entender que la naturaleza está siguiendo su curso.
— Y Mary Kate?
— Bien, ella no tiene la experiencia de vida que Diego . En su caso sus sueños son menos... Creativos. Pero no dejan de ser de la misma naturaleza.
— Tal vez deba hacer que ella se acuerde de esos sueños cuando se despierte por la mañana. Así, podrá anotarlos en el libro de registros de pecados .
— Deja de entrometerte en la vida de estos dos, María Magdalena. Magdalena se mostró apesadumbrada.
— Es difícil contenerme . Me duele mucho saber que él me expulsó de su vida.
? Te has involucrado demasiado . Apartate, querida. Has perdido la noción de perspectiva.
? Tal vez — ella miró al capitán dormido y se alejó reticentemente.
— Los dos estarán bien — María Santísima la tranquilizó .? Pero continuaré ayudándolo siempre que esté en peligro ? Magdalena insistió .
— Bien , pero nada más que eso.
Magdalena suspiró, pero siguió a la otra figura a las sombras de la cabina . Y ambas desaparecieron en el aire.

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