domingo, 24 de octubre de 2010

NO SOY SANTA EPILOGO - CAPITULO 31 - PAULA REED

EPILOGO - CAPITULO 31


Salvador cargó los baúles de Mary Kate al primer bote , se sentó en el banco y remó vigorosamente hacia el Magdalena. Diego y Mary Kate se acomodaron en el segundo bote y él comenzó a remar. Ella no cabía en si de ansiedad por verse a bordo del barco. Recorrió con la vista la extensión del barco y comentó:
— Si tuvieses otro par de remos, podría ayudarte . Diego pareció ofendido.
— No me dejaste tan débil después de lo de anoche.
— No lo digo por eso. Oh, nunca en mi vida me sentí tan llena de energía! Sólo quiero llegar mas rápidamente al barco. Quiero estar en el mar!
Diego se rió.
— Sos la mujer perfecta.
— Casi. No me digas que no has encontrado uno o dos defectitos en mí.
— Sos tan humilde!!.
— Defectos, Diego, dije defectos, quiero oír defectos . Mi modestia es una de mis tantas virtudes.
— Ah... yo sólo te veo virtudes.
— Vamos, animate! Decilo! Soy caprichosa , tengo pésimo humor cuando me enojo...
— Sos determinada y tienes un espíritu fuerte — él la corrigió ,? Yo también tengo uno o dos defectitos.
—- Sólo eso?
— Hay más?
— Bien, para comenzar, sos insoportablemente decente.
— Defectos, María Catalina. Estamos hablando de defectos.
— También sos muy severo y formal.
— Y esas dos cosas no son lo mismo?
— Vos no te preocupes, porque son defectos fáciles de corregir.
— Si ?
— Ellos desaparecen cuando yo me desnudo .
— En ese caso, trate de estar desnuda con frecuencia.
— Con mucho placer.
— Pero cuando estés vestida, querer que tengas un poco de decoro si no es pedir demasiado .
— Viviendo entre tu gente, muy pronto aprendí sus costumbres. Recuerda esto , Diego, yo puedo ser cualquier cosa que se te antoje.
Diego dejó de remar por un instante.
— María Catalina, si yo quisiese una esposa completamente española, me habría casado con una. Sé vos misma.
Mary Kate se quedó pensativa. Toda su vida había sido obstinada para conseguir lo que quería. Ahora tenía todo. Un marido maravilloso, el viento, el agua y un mundo de aventuras por delante . Las cosas no siempre serían fáciles. Habría ocasiones en que necesitaría de su carácter fuerte , en otras podría ser más suave. Esos pensamientos eran reconfortantes.
El bote se acercó al casco del Magdalena y fue izado con ellos hasta la cubierta. Galeno recibió a Mary Kate con entusiasmo y , para sorpresa de ella, fue presentada a Rico, el guapo hermano menor de Diego. Una sola mirada dentro de esos ojos oscuros le dijo que el muchacho era el diablo en persona . Su marido tendría mucho trabajo y muchos dolores de cabeza con él.
Aunque sabía que debía acomodar sus cosas en la cabina de Diego y permanecer allí , no quiso perderse por nada la partida del barco. Ansiaba ver la costa alejándose de a poco desapareciendo de vista mientras el Magdalena navegaba elegantemente hacia mar abierto. Cuando se vio lejos de la isla, sintió una gran tristeza, el corazón oprimido. Debería haberse despedido de su familia. Antes de mudarse a Londonderry, había prometido a su padre que los visitaría. Y no vería nacer al hijo de Bridget .
— Podremos volver algún día a Irlanda? — ella le preguntó a su marido.
— Claro. No hay ningún impedimento para que un barco español ancle en Camdonagh. Mandaremos un mensaje a tu familia para que venga a nuestro encuentro.
La opresión en el corazón disminuyó un poco.
— Irlanda queda muy lejos de cualquiera de tus rutas — Mary Kate comentó, pensativamente . Luego sonrió. — Pero en poco tiempo este barco será tuyo!
La cara de Diego se puso sombría.
— Me temo que no. Nos desviamos demasiado de la ruta en este viaje y eso representa un costo muy alto. Compré provisiones extras en Camdonagh con mi dinero y recibiremos menos en Cartagena por el atraso. Tendré que compensar a mis hombres y eso representará buena parte de lo que iba a recibir. Va a pasar un tiempo mas antes que el Magdalena sea mío.
Mary Kate se quedó en silencio. Era algo raro . Estaba conmovida. Por ella, Diego había demorado la realización de un sueño de muchos años y encima había arriesgado su reputación de hombre confiable. Logrando hablar, ella murmuró:
— Te quiero, Diego.
A los oídos de él nada en el mundo era más dulce que la voz musical de María Catalina hablando en su idioma con acento irlandés. Era exactamente esa voz la que había escuchado tres años atrás diciéndole: "Sos un hombre de corazón generoso y digno, pero a veces lo que deseas mucho no sirve para vos". En aquella ocasión Santa Magdalena le había dicho eso refiriéndose al amor que él sentía por Faith. Luego le había prometido darle una esposa. La mujer hecha para él y que sería su verdadero amor.
"Gracias, Magdalena, finalmente encontré a la mujer perfecta para mí ", él pensó.
— Capitán, hay un barco siguiéndonos . — Salvador los interrumpió pensamientos de Diego y le entregó el catalejo.
Había un barco con bandera inglesa justo detrás del Magdalena.
— Me imagino que han venido de Ulster para asegurarse que nos estamos yendo, y que no vamos a volver a aguas inglesas — Diego dedujo.
— Ya hace un tiempo que está detrás de nosotros. Parece que planea abordarnos — comentó Salvador.
— Qué está sucediendo? — Mary Kate quiso saber. Necesitaba urgentemente tomar más lecciones con Galeno para entender a los españoles porque ellos hablaban muy rápidamente . — Qué es eso de un barco y de volver a Ulster?
— No sé. Pero no debe ser nada con nosotros . Baja a nuestra cabina y acomoda tu equipaje, querida.
Ella arrancó el catalejo de la mano de Diego .— Es por ese barco que estás preocupado. — Yo no estoy preocupado...
— Nos está persiguiendo?
— Todavía no lo sabemos. Me puedes devolver el catalejo?
Mary Kate ignoró el pedido y llevó a catalejo al ojo.
— Nos está persiguiendo, si . Pero, por qué?
— Estamos muy cerca de aguas inglesas. Dame el catalejo.
— Aguas inglesas! Estamos fuera de la costa de Irlanda - Diego logró arrancarle el catalejo y habló secamente:
— Dile eso al capitán de ese barco.
— Y se lo voy a decir . Quiero una espada.
— Qué ?
— Qué parte de “una espada” no entendiste? . — Mary Kate plantó las manos en sus caderas. — Sabes que puedo manejar muy bien una espada.
Diego se enderezó y colocó una mano libre en su cintura .
— Yo puedo defenderte muy bien, María Catalina.
— La cuestión , marido, es que de ahora en adelante estamos juntos. En todo y para Siempre.
Diego dejó a uno de los marineros en el control del timón, y le ordenó que cambiase de dirección y que aumentase la velocidad del barco. Luego se alejó con Salvador y empezó a dar órdenes a la tripulación. Mary Kate quiso seguirlo, pero Galeno se plantó delante de ella y le explicó que el capitán estaba haciendo maniobras para distanciarse del barco inglés. Ella ni lo oyó y , por más que intentase ir detrás de su marido, o muchachito fue intransigente. No iba a permitir que ella interfiriese, incluso siendo la esposa del capitán.
Finalmente, Mary Kate le dirigió a Galeno una mirada asesina y bajó a la cubierta inferior.

En la cubierta superior, Diego sintió su pulso acelerarse al ver el barco de la Marinna inglesa aproximarse cada vez más.
— Conté setenta y cuatro cañones, capitán. En el casco del barco está escrito Intrepid — informó Salvador. — No es ese el nombre de uno de los barcos que nos abordaron cuando llegamos?
Diego asintió con un movimiento de cabeza y reflexionó sobre lo que debía hacer. El otro barco era más rápido y tenía mucho más armamento. Un enfrentamiento estaba fuera de cuestión.
? Es mejor detenernos. Vamos a ver qué quieren .

Fredrick Fielding sonrió al observar al Magdalena recogiendo as velas. Se dio vuelta hacia su amigo Stuart.
— Esto no va a llevarnos tomar más tiempo que un patrullaje habitual. Si todos permanecen con la boca cerrada, el almirante no se enterará de nada.
Stuart frunció el ceño .
— Para qué esto, Freddy?
— Ya te dije . No voy a perder una mujer con un español. Sería una afrenta para todos nosotros !
— Ella sólo es una chica irlandesa. Hay decenas de ellas en el puerto. Además, ningún de nosotros jamás logró darle mas que una ocasional palmadita en el trasero. Y con eso tan simple ya corríamos serio riesgo. — Stuart se rascó la cabeza acordándose del bandejazo que Mary Kate le acertado por su atrevimiento.
— Es eso lo que me atrae de ella. Vos podrás conformarte con una centena mujeres que son las sobras de otros hombres. Pero yo , no.
— Bien, si ella corrió detrás de este capitán, ahora ella ya es del español.
Fredrick arrugó la nariz.
— La cuestión ahora no es la mujer. Es tener un poco de orgullo. Un español, Stuart , un español!!.
— Prueba de que ella no tiene buen gusto — comentó Stuart. — Freddy, todavía hay tiempo para reconsiderar el plan . Si el almirante se entera...
— No se enterará!
— ...será el fin de tu carrera.
Fredrick pasó por la puente munido de ganchos de abordaje , saltó a la cubierta del Magdalena y esperó que el capitán tuviese la gentileza de saludarlo. Pero Diego permaneció en el puente de comando, con los pies separados, esperando también. Finalmente , Fredrick se sintió haciendo papel de imbécil .
Y entonces ? — él gritó para que Montoya lo escuchase.
— Entonces , qué , capitán? Vos eras quien estaba persiguiendo mi barco .Fuiste vos quien nos abordó sin ser invitado. Espero que tengas un buen motivo para haber hecho eso.
Fredrick miró a su alrededor y comenzó a entrar en pánico. No vio a Kate en ningún lugar y la conocía bien como para saber que ella no era chica de tener miedo o de esconderse. Y si ella no estuviese allí ? Y si ese español, hubiese dicho la verdad y sólo quería saber si ella había llegado bien a Irlanda?
Levantó el mentón y se arriesgó :
— Estoy buscando una inglesa que debe haber subido a este barco.
Montoya cruzó los brazos.
— Estás equivocado. No hay ninguna inglesa a bordo.
— Irlandesa! — gritó Stuart desde la cubierta del Intrepid. — La chica es irlandesa.
— Oh, capitán, debes estar buscando a mi esposa! La cara de Fredrick se ruborizó intensamente y sus músculos se tensaron .
— Mentira! El apellido de ella es 0'Reilly, no Montoya. Y anteayer no dijo nada sobre estar casado con ella.
— Es porque hasta anteayer no estaba casado con ella.
— Es un engaño ! — Fredrick sacó la espada. — Cómo podría haber conseguido una permiso de un día para el otro? La arruinó. Ella fue deshonrada por un mugriento español!
Montoya también sacó la espada, pero no se movió de su lugar.
— Está siendo ridículo, capitán Fielding. Nunca hubo nada entre ustedes. Si ella y yo estamos casados, eso no le concierne .
Fredrick subió los escalones del puente de comando.
— Ridículo? Cómo se atreve a llamarme ridículo?
— Vuelve! — Stuart gritó. — Se acabó, Freddy. Qué importa si ella está casada o no? Es una irlandesa.
Irlandesa o no, ella había despreciado a todos los ingleses para escoger a un español! Inesperadamente Fielding blandió la espada en el aire y Montoya apenas tuvo tiempo de eludir la hoja sibilante. El duelo había comenzado .
Incluso considerando al capitán inglés como el idiota más grande que jamas hubiese conocido, reconocía su posición. Después de todo, hasta poco tiempo atrás, si él hubiese tenido una hermana que decidiese casarse con un inglés, se habría sentido en el deber de dejarla viuda.
— Para qué esto, Fielding? — Diego cuestionó defendiéndose de las investidas del capitán inglés.
— Considero esto un deporte y una necesidad — respondió Fielding.
Los tripulantes rodearon a los dos, pero no interfirieron . Solamente Rico quiso ayudar a su hermano, pero Salvador lo detuvo . Stuart también abordó la cubierta del Magdalena.
— Te gustaría ver a Mary Kate? — Diego preguntó . Ella te dirá que está aquí por propia voluntad . También puedo mostrar la licencia de...
Un rápido golpe de Freddy y Diego casi tropezó para eludirlo. El hombre estaba dispuesto a matarlo!
— Se está escondiendo detrás de una mujer? Siempre supe que los españoles eran cobardes.
Diego se lanzó al ataque.
— Escondiéndome ? No quiero matarlo, Fielding. Tres golpes seguidos de Diego dejaron a Freddy apabullado y con el hombro sangrando. Su risa de escarnio desapareció.
— Acepte la derrota y vamos a acabar con esta locura — Diego sugirió.
— Ja! — Fielding gruñó.
Intentó avanzar, pero Diego loe eludió y con habilidad arrancó uno de los botones del saco de su adversario.
— No quiero matarlo, Fielding! — Diego repitió. A pesar de estar amedrentado, Freddy no pensó en rendirse . Pero no era rival para Diego Montoya, quien se movía con gracia y agilidad. Como si todo aquello fuese una broma, Diego cortó la tela del saco elegante, alcanzando la piel de su oponente y también arrancó un rulo de su peluca. Luego agarró el cuello de Fielding, obligándolo a arrodillarse y apoyó la espada en la garganta de él. En ese instante sintió la punta de una espada en su espalda. Quién podría estar haciendo eso sino no fuese un marinero del Intrepid?
— Me atacas por la espalda , hijo de puta!
Stuart retiró la espada y Diego se dio vuelta . Detrás de Stuart estaba Mary Kate, también con una espada y con los ojos refuzilando.
Diego sonrió.
— No se ataca a un hombre por la espalda, querida. Es un acto deshonroso.
— Yo tengo mi propio código de honor. Y mi código dice que en la guerra y en el amor vale todo.
Stuart levantó las manos.
- Yo sólo quería defender a mi capitán, Mary Kate.
— Lo sé. Fuera de aquí los dos, vamos, muevan el traste !
— Mary Kate... - Fielding comenzó a decir . Se calló al sentir la espada de Diego más apoyada en la garganta.
— Basta , Freddy. Estoy casada. Y , sea como fuere , no tienes nada que ver con mi vida.
Viendo que Diego estaba más calmado , Freddy se atrevió correr la espada de su garganta y a decir:
— Irlandesa puta. Te metiste con este español. No le llegas a los talones a cualquier inglesa .
Diego estrechó los ojos y levantó a espada nuevamente.
— Qué dijiste ?
— Dejalo ir, Diego. — Mary Kate se puso entre su marido y Freddy. — Vuelve a tu barco, Freddy, mientras le quede un poco de dignidad.
Fielding miró el Intrepid donde ahora estaban Stuart y los otros tripulantes. La expresión de ellos iba desde la incredulidad a la pena, pasando por el desprecio. Él se puso de pie , se acomodó el saco y se agachó para tomar el botón del uniforme y la espada. Con un murmuración y una mirada desdeñosa , se dio vuelta y volvió a su barco.
— Me parece mejor que te enseñe a usar una espada — Diego le susurró a Mary Kate.
— Por supuesto . Quiero ser competente en un combate . — Ella miró el mástil del barco. — También voy a necesitar pantalones para subir al mástil.
— La esposa de Diego Montoya Fernández de Madrid y Delgado Cortés no va a subir a mástiles para mostrar sus piernas .
— Pues Mary Katherine 0'Reilly vas a subir hasta lo más alto del mástil . Sólo necesito usar pantalones. Usando falda y enaguas eso me será imposible.
— Puedes cortar una de tus faldas al medio y coserlas como si fuesen pantalones — Diego sugirió.
— Una idea perfecta !
— Admito que la idea no es mía. Vi a otra persona usando pantalones de ese tipo .
El levantó el mentón de la esposa y miró dentro de sus bellos ojos azules. Sorprendentemente María Magdalena se le había aparecido con ese rostro en el pasado. Se acordó de la María Magdalena de piel morena y ojos oscuros que se le había aparecido en sueños, en Habana, en la oficina elegante que sería de él en el futuro. Ella usaba pantalones largos amarrados en los tobillos, y en la parte superior una túnica larga. En el sueño ella lo había inspirado para buscar a María Catalina.
María Magdalena, la santa, y María Catalina , quien podía no ser una santa, pero era suya. Para siempre.

FIN

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