miércoles, 13 de octubre de 2010

NO SOY SANTA - CAPITULO 15 - PAULA REED

CAPITULO 15

Días después, ellos se estaban aproximando de Cartagena, y Mary Kate notó que, aunque parte de la tripulación estuviese más relajada, varios hombres continuaban a hablando en susurros a espaldas de Diego siempre que él estaba en la cubierta. Enrique Sanchez, el inmediato de Diego, por lo que ella había notado, aunque no fomentase los cuchicheos, nada hacía para defender al capitán cuando escuchaba a los hombres susurrando palabras como satanás y herejía. Mary Kate casi había amenazado con golpear a Galeno si él no le traducía al inglés el significado de esas palabras.
Al final de esa tarde, mientras esperaba en la cubierta por el muchachito, quien había prometido darle otra lección de español, se distraía observando los peces coloridos en el agua turquesa. Ocasionalmente, siluetas de criaturas marinas de mayor porte se deslizaban silenciosamente debajo del casco del Magdalena. Como Galeno estaba demorando, ella caminó por la cubierta y lo descubrió discutiendo con uno de los tripulantes. Pendejo atrevido . Todavía era un adolescente y defendía a su capitán de las calumnias de sus compañeros. Quien debería tener esa actitud era Enrique.
Cuando el muchachito, finalmente, se reunió con Mary Kate, tenía la cara rojo de rabia.
— Discúlpeme por el atraso, señorita 0'Reilly — dijo él formalmente.
— Está bien. Sé que tienes obligaciones, Galeno. Te vi defendiendo a tu capitán. Eso no es tarea de Sánchez ?
Galeno se puso tenso .
— Ya hablé con el capitán sobre Enrique. Creo que él va a perder el cargo y tal vez el empleo cuando lleguemos a Cartagena.
— El merece un castigo de ese tipo — Mary Kate comentó. -— Quiero que me enseñes insultos y palabrotas. Nada livianito, palabras bien pesadas como las que usan los marineros .
La rabia de Galeno se transformó en horror.
— Usted es señorita educada. Una lady. No puedo enseñarle palabrotas.
— Galeno , no soy tan educada como te imaginas . Yo puteo a quien se merece una puteada.
— Si la señorita quiere aprender cosas malas, yo no le enseño. Uno no debe rebajarse. Uno debe mantener el honor y la dignidad!
Mary Kate frunció la frente.
— Estás hablando como tu capitán.
— Gradas, señorita 0'Reilly.
Mary Kate le estaba tomando afecto al muchachito. Ya había descubierto que él hacía sus travesuras, lo que lo hacía un chico muy interesante. Por ejemplo, él ponía el balde en el camino de un marinero desleal al capitán, sólo para ver que el miserable se tropezase. Galeno podía servir un plato de pescado escupido con su mejor cara de monaguillo, Galeno podía hacer que un prenda se perdiese por días en el barco y Galeno podía dejarte encerrado en la bodega sin querer.
Ni siquiera ella estaba libre de las bromas de Galeno. Él le enseñaba cosas equivocadas a propósito sólo para verla meter la pata Luego él se doblaba de risa Y Mary Kate tenía ganas de matarlo. Por suerte ella contaba con Diego , quien la corregía pacientemente.
Cierta noche, Diego puso el tablero en la mesa para un juego de ajedrez y a medida que colocaba cada pieza en su debida posición decía el nombre de cada una en español. Pero hablaba rápidamente y Mary Kate le pidió :
— Bésame mas despacio, por favor.
— Perdón? — Diego arqueó as cejas.
— Mas lentamente. Habla mas lentamente.
— Dijiste "Bésame lentamente".
— Oh...
— Una travesura mas de mi joven marinero.
Ellos estaban tan cerca, casi tocándose. El aroma agradable y fresco de verbena , mezclado con el de rosas y asociado a algo más, excitó sus sentidos. Los ojos de Diego estaban casi negros, la boca , firme y sensual. Mary Kate se sintió atraída para él como una aguja magnética de una brújula era atraída hacia el Norte. Sintiéndose impelido a satisfacer el pedido tácito de ella, Diego la besó con dulce lentitud y ella se perdió en ese mar de delicias.
Podría tener eso todas las noches y todos los días, por el resto de su vida, ella pensó.
Una serie de palabras en español acompañada la risa alegre de Galeno sonado mas allá de la puerta y Diego se separó de Mary Kate inmediatamente. Si , ella podría tener todo eso, pero a qué precio? Pensó en su padre y en Bridget. Oh, y si nunca volviese a Irlanda? Su hermana iba a casarse, por supuesto. Bridget era una muchacha linda. Pero quién cuidaría de su padre ? Bridget era volátil y olvidadiza, quién iba a asegurarse que él se acordase de comer? Y si el marido la golpeae ? Por todos los santos, qué tenía que hacer?
— Dónde estás , María Catalina? — Diego preguntó .
— Dónde estoy ?
— Parece que estás a mil kilómetros de aquí.
— Mucho más lejos que eso.
— En tu país?
— Si — ella admitió. — En mi patria.
Después de la cena, después que Mary Kate cerró la puerta de su cabina, Diego salió en busca de Galeno. Lo buscó en la cubierta superior, en la cocina y sin señal de él. Lo encontró en el alojamiento de los tripulantes observando a los marineros que jugaban a los naipes . Después de inspeccionar los grupos para verificar si no estaban jugando por dinero, él tomó al muchachito por la oreja y lo puso de pie .
? Ve inmediatamente a mi cabina.
Los hombres olvidaron el juego por un instante y comenzaron a especular sobre qué podría haber enfurecido al capitán con ese chico que lo veneraba. El comportamiento del capitán se hacía cada vez más extraño, ellos comentaron .
En la cabina principal Galeno permaneció con la cabeza baja y los hombros curvados mientras Diego lo reprendía.
— Qué tienes en esa cabeza ? Yo tengo sentido del humor, Galeno, pero esto pasó todos los limites! Qué te enseñé en todos estos años en que trabajas para mí ? Con quién aprendiste a hacer travesuras y maldades para faltarle el respeto a una lady? Se te olvidó lo que es comportarse como un caballero?
— No quise faltarle el respeto a la señorita 0'Reilly — Galeno protestó.
— Le enseñaste que “ bésame lentamente" quiere decir "habla lentamente'*. Te parece bien engañar a una persona para hacer pasar un bochorno?
— Pero si usted ya la besó, capitán!
— Qué es esto ? Un motín de idiotas contra mí ? Galeno Rodriguez, has estado espiando a tu capitán ?
— No, capitán, no!
— Entonces por qué dices que ya he besado a la señorita 0'Reilly?
— Es verdad o no? Usted y ella están enamorados, no ?
— Eso no es verdad.
— Pero...
— Pero , qué ?
Galeno se encogió de hombros desalentado.
— Cuando los dos están juntos parecen enamorados.
Diego suspiró.
— Galeno, la señorita 0'Reilly es una buena persona, pero eso no quiere decir...
— También es muy linda.
— Si, pero es justamente por ser buena persona y linda...
— Y muy graciosa.
— Si, es muy graciosa. — Diego se rió y agregó. — También es valiente.
Galeno sacudió la cabeza con entusiasmo.
— Valiente, si , y está enamorada, es leal y muy , muy inteligente.
Diego desistió de discutir con el chico y lo observó con atención. Galeno había crecido mucho en esos meses. Las ropas cortas y apretadas que él estaba usando evidenciaba eso . La cara también estaba más delgada . Y había una pelusa oscura sobre sus labios. Qué edad tendría? Catorce anos?
— No fue para hablar sobre mis sentimientos por la señorita 0'Reilly que te llamé aquí.
— No soy tonto, capitán. Sé que no tengo edad para interesarme en una mujer como la señorita 0'Reilly.
— Entonces crees que yo sería una buena pareja para ella?
— Si, capitán! Usted y ella forman una pareja perfecta !
— No es tan simple , Galeno. Pertenecemos a mundos diferentes.
— La señorita 0'Reilly puede formar parte de nuestro mundo. Ella ya está aprendiendo español. Tiene que quedarse con la señorita 0'Reilly, capitán. por qué no?
— A veces sólo el amor no basta. Galeno se mostró confundido.
— Qué más es necesario?
Diego no encontró una respuesta para esa pregunta. Qué más sería necesario? Honor ? Deber? Patria? Se quisiesen estar juntos él y Mary Kate tendrían que hacer concesiones. Sería imposible aceptar el amor con esos términos.
Pero rechazarlo, sería todavía más difícil.

De pie , en la cubierta del Magdalena, teniendo a Diego a su lado, Mary Kate quedó maravillada al avistar Cartagena. La halló bella, le cortaba el aliento. Partes de la ciudad parecían flotar entre lagos y lagunas. El azul intenso del agua y el verde lujurioso del follaje se mezclaban, creando una atmósfera de misterio, infinito y eternidad. Cartagena quedaba a la orilla del mar, en una región donde la vegetación era menos densa. La construcción de la grand muralla proyectada para rodear la ciudad estaba casi concluida. En una alta colina un fuerte de piedra custodiaba permanentemente la ciudad. No era tan grande como El Morro, pero había mucho espacio para ser ampliado, si era necesario. Mas allá de la ciudad se erguía una montaña en lo alto de la cual había una gran iglesia con otras construcciones a su alrededor .
— Qué hay en esa montaña? Un monasterio? — Mary Kate le preguntó a Diego, mirando el lugar con el catalejo.
— Si. Se llama La Popa.
— Qué fuerte es aquel ?
— Es el Castillo de San Felipe de Barajas. Cartagena es rica y atrae muchos piratas. Los habitantes de la ciudad no creen que el fuerte y la muralla sean suficientes para defenderlos. Confían más en la protección de la Virgen de Candelaria, patrona de la ciudad, cuya imagen está en La Popa, en un altar de oro.
Mary Kate asintió con la cabeza. No entendía cómo los protestantes podían sobrevivir sin esos lazos estrechos que los católicos tenían con sus santos.
Fiel a lo que había prometido, Diego buscó a su amigo Juan, para ocuparse del tema del rescate de Mary Katherine. También la llevó a la catedral para conocer a un sacerdote que hablaba inglés. Ella llevaba consigo el libro de registro de pecados cometidos durante cuatro años, y en el bolsillo su rosario. Durante el trayecto hasta la catedral ella observó con interés las bonitas y alegres casas de con las puertas y ventanas en forma de arco, que se alineaban de los dos lados de las calles estrechas y sinuosas por donde estaban pasando.
Cartagena era tan bonita como Havbana, pero mucho más ordenada y mas decente. En el puerto, en vez de piratas, vagos y malhechores, como los que Mary Kate había visto en el puerto cubano, en Cartagena había altas autoridades eclesiásticas, oficiales del gobierno y militares. Las damas y las jóvenes estaban vestidas decentemente. Usaban ropas de seda o de algodón, dependiendo de su posición social. Allí no se veían prostitutas, tampoco mujeres con escotes exagerados.
Como en Habana, el mercado de esclavos era activo, pero Diego le contó a Mary Kate que, gracias a la campaña de un jesuita de nombre Pedro Claver, gran parte de los ciudadanos estaba en contra de la esclavitud.
— El Padre Claver murió hace veinte años, pero sus ideas todavía están vivas. Muchos luchan por acabar con la esclavitud. Yo mismo me pregunto por cuánto tiempo mas España continuará tratando con tanta crueldad y asesinando a esos pobres africanos de las colonias.
— Estás en contra de la esclavitud? — Mary Kate quiso saber. Nunca había pensado en el tema y hasta llegar a Habana, nunca había visto a una persona de piel negra.
— Conocí a una mujer negra. O mejor dicho , una mulata. Parte de su sangre era negra. Ella pertenecía a un caften. Después que la conocí empecé a pensar que el jesuita tenía razón. La esclavitud es algo abominable. Y es el mayor pecado de España.
Mary Kate se sorprendió al oír a Diego hablando mal de su país. Hasta ese momento él había demostrado que su lealtad por España era tan fuerte como la de ella por Irlanda.
— Cómo era esa mujer? Diego sonrió.
— No se parecía en nada a vos o a mí . Era inglesa! — él señaló la imponente catedral. — Ya estamos llegando.
El exterior de la catedral, en la opinión de Mary Kate, le recordaba los fuertes que había visto durante el viaje. Era una construcción sólida, severa y grandiosa. Pero al transponer la puerta de entrada contuvo la respiración. Nunca había visto tanto oro! El púlpito era del más puro y valioso mármol . Vitrales coloridos disminuían la intensidad de la luz del sol tropical.
— Por todos los santos! Ustedes los españoles son ricos como el pecado! — Mary Kate exclamó.
— Nada de esto nos pertenece, María Catalina. Le pertenece a Dios.
— Bien, en mi aldea Dios posee dos casitas y muy poquito oro. Pero no creo que en toda Irlanda haya tanto oro como el que hay en ese altar.
— Dios ha sido muy generoso con España. En esta nueva tierra que pertenece a mi país, la Tierra Firme, hay muy oro. Sería una vergüenza si no le ofreciésemos parte de esa riqueza a Dios.
Un sacerdote se acercó a saludarlos. Era un hombre menudo, frágil y de rostro arrugado, casi perdido en ese gigante hábito marrón.
? Padre Tomás, esta es Mary Katherine 0'Reilly, de Irlanda . La rescatamos de los piratas cuando estábamos en alta mar.
El sacerdote le sonrió a Mary Kate.
— Fuiste bendecida por haber sido salvada por el capitán Diego, él tiene una suerte muy infrecuente .
— No tan infrecuente, padre Tomás — respondió Diego mirando a su alrededor .
— Infrecuente pero bien merecida, mi hijo. — El sacerdote miró a Mary Kate. — Es un buen hombre nuestro Diego.
— Muy bueno — ella concordó.
— Mary Katherine es de Irlanda, pero vivió en Inglaterra durante cuatro años y en ese período no pudo practicar su religión. Ella quiere confesarse y , después, asistirá a misa conmigo.
— Bienvenida a nuestra iglesia, hija. — el Padre Tomás se volvió hacia Diego. — Vas a esperar a que ella se confiese?
— Ella dice que va a demorar un poco.
Mary Kate sonrió tímidamente y le mostró el libro de contabilidad al padre.
— Anoté todas mis faltas. Hace cuatro años que no me confieso.
El sacerdote levantó las cejas, sorprendido.
— Si no hay inconveniente, me gustaría hacerle una visita a Juan Gallegos Lucero y Esquibel de Aguilar — Diego explicó. — Volveré dentro de una hora. Si la confesión termina antes , la señorita O'Reilly podrá quedarse rezando, lo que le hará un gran bien. — él le dirigió a Mary Kate una mirada severa. — Ni se te ocurra escapar nuevamente.
Mary Kate pestañeó inocentemente.
El Padre Tomás notó el intercambio de miradas entre los dos. Si no estaba equivocado, Diego también iba a querer confesarse y algunos pecados serían los mismos confesados por Mary Katherine. Diego salió del interior oscuro de la catedral al radiante sol tropical .
Mary Kate fue hacia el altar, se arrodilló , hizo una oración preparatoria y el padre Tomás la esperó en el confesionario.

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