sábado, 16 de octubre de 2010

NO SOY SANTA - CAPITULO 17 - PAULA REED

CAPITULO 18





— El capitán Montoya confesó que tiene un pacto con el demonio? — preguntó obispo Álvarez al padre Tomás y agregó, sacudiendo la cabeza lentamente: — una cosa e llevar judíos y paganos ante el Santo Oficio, pero a un hijo de España? A un amigo de Don Juan Gallegos Lucero y Esquibel de Aguilar? Eso causaría grande tristeza al señor Gallegos.
El humilde sacerdote se sentó en la silla incómoda, reservada para visitantes, delante del escritorio de su Excelencia. La oficina del obispo era tan amplio y estaba tan bien amueblado como el de padre Tomás era pequeño y modesto. El piso de piedra estaba todo revestido con un alfombra de lana , el escritorio era grande y la silla del obispo revestida en cuero. Pero a diferencia entre los dos gabinetes no molestaba al padre Tomás. La jerarquía tenía sus privilegios, pero también sus trampas.
— Perdón, Excelencia, Diego Montoya no confesó que tener un pacto con las fuerzas del mal. Él solamente me dijo que ha tenido visiones de una santa.
El obispo se irritó .
— Una santa?
— María Magdalena, la protectora de él. Su barco lleva el nombre de la santa.
— Qué mérito puede tener ese Diego Montoya para que una santa hable con él y encima aparecerse? Ella le atribuyó alguna misión divina?
— Diego es uno de los hombres más altruistas que haya conocido . Es leal a España y a la Iglesia. En cuanto a la misión... Él ha ayudado a librar a América de los piratas herejes, d eso no tengo duda.
El obispo Álvarez iba a hablar, pero permaneció en silencio por un momento. Finalmente, expuso:
— Una santa, seguramente , escogería al capitán de uno de los galeones españoles si quisiese atribuirle una misión, nunca al capitán de un pequeño barco mercante.
— Sabemos que muchos santos se han aparecido a personas humildes. personas así inspiran a mucha gente , pues son personas sencilla , del pueblo.
— Francamente, Tomás, se trata de una santa?
— Usted duda que una santa pueda aparecerse a un hombre y cree que el diablo tiene ese poder? El diablo puede ser superior a un santo? Las fuerzas del bien no son más fuertes que las del mal?
— Tal vez sería interesante llevar esta cuestión al Santo Oficio.
— Es una idea. Sería muy interesante que el Gran Inquisidor descubriese un milagro aquí en Cartagena! El se aria famoso en todo América y en España!
— Un milagro?
— Una santa que se aparece a un capitán español, salva la vida de nuestros marineros y acaba con grande número de piratas herejes, no está realizando milagros? Yo , por lo menos, creo que si. Ahora, si el Gran Inquisidor tuviese conocimiento de los hechos y pudiese atestiguar que la santa ha realizado milagros...
— Pero habría sido yo el primero en reconocer eso — el obispo comentó.
El Padre Tomás sonrió benevolentemente.
— Si, pero será el Gran Inquisidor, con su autoridad, quien va a declarar que Santa María Magdalena ha realizado milagros por intermedio de un capitán español. El crédito por el descubrimiento no tiene gran importancia.
"A menos que el autor del descubrimiento tenga aspiraciones políticas, como es el caso del obispo Álvarez", el padre Tomás concluyó mentalmente.
— No, no tiene importancia — el obispo murmuró. — Dígame , padre, que papel tiene la joven en todo esto ?
— Un papel interesante. Diego me dice que ella es muy parecida con la santa de sus visiones. Él cree que la joven forma parte del plan de Magdalena que es limpiar los mares de esos piratas herejes y asesinos.
— Parte del plan ?
? Ella mató a un capitán pirata. Usted ya vio a esa joven . Siendo tan menuda y delicada, sólo podría haber recibido de Dios la fuerza y la habilidad para manejar una espada y luchar con un hombre violento, mucho mas grande y más fuerte que ella.
—- Si , estuve algún tiempo con esa joven. Concuerdo que ella es menuda, pero delicada no es.
— Valiente, Excelencia, valiente.
— Humm... Demasiado impulsiva para ser la imagen de una santa. Los hombres con quien conversé me han dicho que ella y el capitán Montoya cometieron actos impuros a bordo del barco.
— Yo escuché la confesión de cada uno de ellos y le aseguro que no cometieron el pecado de la lujuria.
— Ni siquiera en pensamiento?
— Lo que puedo decirle es que ambos aceptaron, agradecidos, la penitencia por la sanación de sus almas.
El obispo Álvarez se reclinó en su silla, pareciendo más cómodo .
— Tal vez no haya necesidad de meter al Gran Inquisidor en este asunto. El Santo Oficio existe para pelear contra las herejías, no contra los milagros. Voy a conversar con ese Diego Montoya.
— Como le parezca mejor, Excelencia. Se está haciendo tarde. No prefiere cenar primero? Puedo traerle algo.
— Gracias , padre Tomás. Pensándolo bien, voy a esperar hasta mañana. Quiero preparar una lista de preguntas. Espero que el capitán Montoya no abandone la ciudad antes de este asunto quede resuelto.
— Diego jamás partiría sin su permiso, Excelencia. Pero, tal vez usted quiera pedirle a Juan Gallegos que hospede al capitán, en vez que él se vaya a su barco. El señor Gallegos es de confianza y se ocupará de que Diego esté aquí mañana temprano.
Ocúpese de eso, padre Tomás. Está dispensado.

Cuando Diego llegó a la casa de Don Juan , Mary Kate resolvió perdonarlo por haber sido rudo con ella en la catedral. Comprendió que él estaba bajo m mucha tensión y que no era momento para suceptibilidades . Realmente estaba preocupada por él. Además, en la casa dos Gallegos nadie hablaba inglés y ella necesitaba conversar con alguien para no volverse loca! Había esperado a Diego en la sala de visitas y , al verlo con arrugas en la frente , su preocupación aumentó.
— Ellos no se decidieron por llevar la cuestión a la Inquisición, no ? — ella gritó.
— Todavía no. — Diego se sentó en una de las lujosas poltronas revestidas con tapecería que había en la sala ostentosamente amueblada.
— El Padre Tomás convenció al obispo que mi caso no debe ser tratado por la Inquisición.
Mary Kate se santiguó .
— Gracias a Dios.
— Seré interrogado mañana por el obispo. Creo que él también planea hacerte algunas preguntas.
— Estoy más que dispuesta a atestiguar que vos siempre actuaste con valentía y honradez.
Hay cosas que debo contarte.
— Nunca creí que vos pudieses haber cometido un acto de herejía.
— Escuchame. Cuando me viste por primera vez, tuviste la impresión de que ya me conocías?
— No. Cómo podría tener esa impresión si nunca había estado en España?
? No soñaste conmigo alguna vez?
Mary Kate se movió en la silla desvió la mirada. Por qué Diego le hacía esas preguntas?
? Es obvio que ya he tenido sueños románticos con un hombre alto, guapo, valiente... Un hombre como vos.
— Pero nunca soñaste conmigo específicamente ?
— Por supuesto que no. Yo nunca te había visto antes.
— Pero yo reaccioné como si ya te hubiese conocido . Te reconocí cuando te vi en la cubierta de ese barco pirata. Sólo que no eras a persona que yo pensaba que eras. Pero eras igual a ella.
— Y quién era esa persona con quien me confundiste ?
— María Magdalena.
— Una muchacha española?
— Santa María Magdalena.
— María Magdalena... La de la Biblia?
— Crees que estoy loco?
— En verdad, no sé qué pensar.
— Ya te conté que muchas veces tuve sueños...
— Si. Con barcos piratas.
— Recuerdas que me preguntaste con quien hablaba?
— Me acuerdo. Vos respondiste que hablabas solo.
— Te mentí.
Mary Kate se levantó y comenzó a caminar por la sala.
— No sueles mentir.
— Pero te mentí ese día. Yo estaba hablando con María Magdalena. Hace tres años que ella se me aparece o habla conmigo siempre que necesito de ayuda.
— Santo Dios! Estás seguro que es santa María Magdalena?
Diego se rió sin ganas.
— Tengo una certeza absoluta . Si , de repente vos comenzases a ver una santa o a oír voces, qué pensarías?
— Ni me puedo imaginar lo que se me pasaría por la cabeza si me sucediese algo así .
Diego también se puso de pie e sujetó a mano de Mary Kate, en parte porque precisaba tocarla e también para ella parar de andar.
— Al principio no hice preguntas. Magdalena me ofrecía bienestar, mantenía a mi tripulación y a mu barco seguros . Por qué iba a cuestionarla?
— Y por qué la cuestionas ahora?
— Ella me prometió una mujer, una esposa. Me dijo que iba a conocer el amor.
— Yo ?!!!! — Mary Kate preguntó abriendo ampliamente los ojos. — Es por eso que quería saber sobre mis sueños? María Magdalena te hizo soñar conmigo?
— No exactamente. Sucede que vos sos igual a la imagen de María Magdalena que yo veo en mis sueños y visiones.
— Está diciendo que yo me parezco con María Magdalena? Entonces pensaste que estaba viendo a la santa cuando me viste por primera vez en el barco pirata?
— Exacto. Pensé que vos eras la mujer que ella me había prometido. La mujer que sería mi esposa.
— Pensaste que yo era ... tu prometida. Supongo que, después de conocerme mejor, te convenciste que una santa jamas enviaría a alguien como yo.
— No! No fue eso lo que quise decir!
Mary Kate logró reírse a pesar de la incomodidad de esa situación.
— Que no se te haga costumbre mentirme , Diego! — Mary Kate se separó de él y se sentó .
? Déjame explicarte. — él también se sentó. — Creí que estaba equivocado porque vos no sos española, y además estás prometida en casamiento a un inglés.
? Vamos, hablemos a calzón quitado , agrega que soy una mentirosa, que uso palabrotas y que soy una desvergonzada. Sé que no soy el tipo de mujer con quien un español decente y honrado como vos sueña tener como esposa.
— Sos vos quien está diciendo eso. Me sentí atraído por vos desde el principio , porque sos valiente, arrojada y leal. Y hasta me divierte tu irreverencia . También te deseé como nunca deseé a una mujer. Y todavía te deseo.
— Me deseas porque imaginas que soy la mujer que te fue prometida por la santa. En el fondo no sos muy diferente a ese inglés bastardo de Port Royal. Me quieres porque María Magdalena dice que yo sería tuya. Ese otro me quiere porque mi abuelo le aseguró que yo sería de él. Bien, yo no le pertenezco a nadie, y seré yo quien decida a quien quiero. No soy tu santa, no soy una santa y nunca lo seré , Diego Montoya.
— María Catalina... Soy Mary Katherine 0'Reilly! No soy una aristócrata inglesa arrogante, tampoco una recatada y sumisa doncella española. Soy una irlandesa llena de valentía y me juego en la vida! Hasta estoy decidida a ir con el obispo decirle que sos un hombre honrado y temeroso de Dios. Diré todo lo que sea necesario para salvarte . Después de eso, volveré a mi casa. Tu santa tendrá que conseguirte otra esposa.
Don Juan y su esposa abrieron la puerta, obviamente preocupados por los gritos de Mary Kate. Ella pasó corriendo por entre los dos y fue al cuarto que le había sido preparado.
Ahora que la conversación con a señorita 0'Reilly terminó, tal vez quieras contarnos lo que está sucediendo — dijo Don Juan .
Diego se cubrió la cara con las manos. Había aprendido desde pequeño que los santos podían atender las plegarias a sus devotos y que intercedían por ellos. Pero nadie le había enseñado que la intercesión de una santa podría empeorar, y mucho, su vida .

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