viernes, 25 de abril de 2008

MARAVILLOSA - CAPITULO 20

Capítulo 20



Clio nunca había visto un pájaro mecánico antes. No había sabido que tal cosa existiese y nunca había pensado en poseer uno. Según Merrick, ese objeto alguna vez había pertenecido al gran Alejandro Magno de Macedonia.

Ella miró el pájaro de latón, y pensó en Pitt, rápidamente rezó para que él estuviera sano y salvo en el bosque. Quizás él estaba meciendo en la rama de un sauce o felizmente sentado sobre la cabeza de un zorro o un tejón o algún otro animal y le estaba sacando los piojos con el pico - su pasatiempo favorito.
El pájaro mecánico que ella tenía en sus manos era una cosa extraña .
Ella casi deseó que pudiera hablar. ¡Qué historias tendría para contar!
Ella miró a su gato, quien había estado apático desde que su socio había desaparecido.
Clio giró la llave que encajaba en la espalda del pájaro, le dio varias vueltas de la forma que Merrick le había mostrado.
El pájaro hizo un sonido extraño como un un clic , luego sus alas se levantaron y se movieron .
Cíclope se arqueó, repentinamente se había despertado - lo que era un milagro en sí mismo - y se sentó sobre sus ancas. Su cola se movió hacia delante y él posó los ojos en el pájaro del latón con su único ojo.
El día anterior, la vieja Gladdys le había colocado un parche en la cuenca del ojo faltante, lo que le diaba un aire pagano y había causado que el Hermano Dismas tuviera un ataques de gritos , con los cuales el gato estaba verdaderamente familiarizado.
El pájaro mecánico comenzó a caminar en círculos arrastrando los pies.
Cíclope pegó un salto . Su estomago gordo aterrizó justo encima del pájaro, el cual todavía emitía ruidos metálicos
El pájaro salió lentamente fuera de el cuerpo de Cíclope. El gato estiró una desu patas alrededor y detuvo al pájaro inestable y lo jaló contra su pecho peludo.
Hubo unos ruidos fuertes de sonidos metálicos.

Cíclope chilló y corrió hacia la puerta tan rápido que no fue posible divisar su cola, parecía que se había esfumado.
Ella miró hacia el pájaro mecánico.
Estaba caído de costado en el piso, sus alas en un ángulo extraño y un alambre rizado asomaba por su espalda. Ella se levantó del taburete cerca del armazón de su cama nueva, cruzó el cuarto, y recogió el objeto, luego lo colocó en una mesa pequeña que donde tenía cajitas pequeñas para las joyas, tazas doradas y un relicario.

Cuando ella se volvió y miró a su alrededor, todavía no podía creer en lo que veía. Objetos valiosos llenaban la habitación en el solar.
Sobre el piso de piedra había alfombras con diseños intrincados de ruiseñores sedosos, pájaros negros, y caballos blancos. Los tapices flamencos de colores brillantes estaban enrollados y apilados a lo largo de la pared solar.
Luego una cómoda de ébano muy elaborada y una cama con colchón de plumas. Había sábanas de lino y almohadas
desparramados por la cama.
Mas allá una rueca venida de Oriente para hilar lana ; un arpa y otros tres instrumentos musicales que ella desconocía.
Un escritorio pequeño era otro de los nuevos tesoros.
El escritorio encantador contenía escondrijos secretos que no estaban a la vista , cuando ella había levantado la parte superior del escritorio, encontró un compartimento debajo. Estaba llenó de papel de pergamino , un papel tan delgado como la piel de una cebolla. A un lado del escrito había una canaleta donde se colocaba un cuerno con tinta de color añil . El escritorio era un regalo hecho por un sultán que había quedado muy asombrado con las habilidades de Merrick.
Había más cosas. Muchas más. En Cada esquina, en cada rincón había algo nuevo, algo único y mas sorprendente que lo anterior. Mientras ella escudriñaba el cuarto, se sintió abrumada y atemorizada por todas las riquezas exhibidas ante sus ojos. Aquí. Dentro de Camrose, su casa, el lugar al que ella quería restituirle su elegancia.
Pero todo eso era mucho más que elegante.
Casi era demasiado , ella pensó por un momento. Pero, qué era demasiada riqueza o demasiada majestuosidad?
Confundida por sus pensamientos, ella giró y se detuvo cuando notó su reflejo en un pedazo grande de latón pulido que Dulcie había colgado cerca de su palangana de plata nueva y de una jarra que hacía juego.
No se le escapaba a sus pensamientos que esas riquezas le estaban siendo dadas a ella por el León Rojo; eran de su propiedad y él habían elegido dárselos a ella. En el paso , ella siempre había pensado desdeñosamente respecto a la idea de ponerle un precio a una novia , le parecía que era como el precio que se paga por un esclavo en una subasta.
Pero de cierta forma, Merrick le había hecho sentir como si esos fuesen regalos, elegidos especialmente para ella. El le estaba regalando algo para proveerle placer y comodidad., no comprándola . Ella sabía que ese pensamiento sonaba demasiado esperanzado y casi tonto, pero lo sentía tan verdadero.
Ella posó los ojos en el latón pulido.

¿Era ella misma quien la observaba con la mirada ? Ella inclinó su cabeza ligeramente. No le parecía que fuese ella misma. Ella alzó su mano y tocó las perlas de la tiara en su cabeza, era de oro con perlas azules incrustadas..
Vio su piel enrojecida como si hubiera caminado bajo el sol de verano, y descubrió un destello en sus ojos verdes . Se tocó los labios rojos y ligeramente hinchados con
las puntas de sus dedos .
Besada. Ella había sido besada.

No había sido como el beso del viejo obispo libidinoso en una rincón oscuro de las escaleras, o el beso rápido de un muchacho de los establos sobre su mejilla, sino que había sido el beso de un hombre. Un beso real. Uno tan íntimo que ella nunca se había imaginado que pudiera existir.
Clio dio un suspiro soñador.
Los sultanes del este podían estar impresionados con las habilidades como guerrero de Merrick, pero Clio estaba bastante más impresionada con sus habilidades para besar. Ella dio una pequeña y malvada sonrisa que le hizo volar mariposas en el estomago e hizo que su sangre se acelerase en sus venas .
Le había prometido casamiento a Merrick. Le había dado su palabra.
No sabía qué la asombraba mas , si que hubiese estado de acuerdo tan fácilmente, o que él realmente le hubiera pedido matrimonio . Si ella le hubiera respondido que no, él hubiera aceptado la negativa? Una parte perversa de ella quería hacer la prueba, pero otra parte suya sabía que ella nunca lo intentaría.
Ella había intentado que la propuesta matrimonial no le importarse. Había intentado no conceder ante él. Había hecho el intento y había fallado. Él la había conquistado y ganado , como si ella fuese el premio en un torneo.
Y no lo hizo usando la fuerza bruta, ni con un soborno o con las riquezas que ahora la rodeaban. Lo había logrado con sus besos. Ella suponía que era la bondad y la gentileza sorprendente de Merrick lo que la había hecho cambiar de idea, así como la firmeza tierna que ella había visto en él durante la última semana.

Pero la cosa que finalmente la había ganado era algo mucho más poderoso y notable. Y había sido el regalo máximo : el derecho a decir que no.

En alguna momento de la madrugada, cuando Clio no había podido conciliar el sueño encima en su nueva y lujosa cama, ella había subido a las almenas y se había quedado allí con su espalda apoyada contra las piedras frías y húmedas. Había observado el cielo de noche, donde las estrellas parecían tan cercanas y brillantes como luciérnagas en los árboles más allá.
Los aldeanos las llamaban patos de fuego y creían que traían buena suerte a aquellos que las observaron. Como la estrella del este que proclamaba el nacimiento de Cristo, las luciérnagas tenían parentesco con los ángeles, y Dios mismo había decretado en los primeros días de la creación que ellas serían bendecidas con el poder de bailar en el aire.

Clio deseó que esas estrellas que titilaban como luciérnagas estuviesen allí para traerle suerte. Su mente insomne viajó al momento de ese beso maravilloso en las almenas. Clio se había quedado allí hasta que el amanecer llegó y derritió las estrellas .

Con un suspiro profundo, empezó a volver a su dormitorio, pero una puerta en el patio chirrió Clio se movió hacia el borde de piedra, y miró con atención hacia abajo.
A la luz del amanecer vio a Merrick atravesando el patio interno del castillo, y su mirada fija lo siguió como si estuviera compelida a hacer eso. Había algo de acerca de la forma en que él caminaba, la rigidez de su cadera, sus pasos muy largos, sus brazos se movían poco y su mano derecha apoyada sobre al empuñadura de la espada aunque estaba en territorio seguro.
Él traía puesta una túnica del cuero el mismo color que su cabellos y calzas color carmesí oscura que se pegaba a los músculos marcados de sus piernas de guerrero .
Sus botas altas llegaban hasta sus rodillas, y se veía la luz dorada intermitentemente de sus espuelas.
Merrick se encontró brevemente con el maestro constructor y los obreros. Ella tuvo el presentimiento que él sabía quién y qué había a su alrededor en todo momento.
Por alguna razón inexplicable ella se escondió en las sombras y sentía que un rubor subía a su cara . Él no la podía ver, pero él la presentía . Ella podía sentir esa relación invisible y extraña como si estuvieran conectados con la mente.
Clio tenía la frente sudada , y no se movió , incluso contuvo la respiración hasta que su pecho comenzó a cerrarse . Lentamente, furtivamente, ella miró con atención, saliendo fuera de las sombras. Se sentí como un ladrón.

Merrick hablaba con el maestro de obra , y en segundos todos ellos desaparecieron en una de las últimas defensas nuevas del castillo: un portón de reja interno que se había agregado la semana pasada para duplicar la protección.

Clio se quedó allí sintiéndose extraña y en cierta forma liviana, como si sólo la mitad de ella estuviera allí. Ella miró el amanecer dorado. Quizá las estrellas eran como las luciérnagas y le habían traído buena suerte. Después de todo, ella había visto a Merrick.
Luego ella se regañó a sí misma para ser tan tonta.
Verdaderamente era un pensamiento tonto . Si la buena suerte verdaderamente hubiese estado de su lado lo habría visto vistiendo sólo su taparrabos.
* * *
Unos días más tarde, Merrick estaba inclinado sobre la mesa principal , sus palmas sosteniendo los bordes del pergamino de uno de los dibujos del maestro de obras.
" Vi a un endiablado galés con tu caballo árabe""
Merrick miró hacia arriba.
Sir Roger estaba de pie en la entrada lateral al gran salón. Su yelmo estaba debajo de un brazo y la capucha de la cota de malla había sido empujada hacia atrás .

Había hojas y musgo pegado en su cabello rojo, y había pasto y suciedad en su túnica de cota de malla. Había grandes grumos de barro salpicados por todo su armadura, a tal punto que parecía como si él se hubiera sumergido en el lodo.
Él caminó hacia Merrick; manchado con agua y el barro el piso . Con cada movimiento de sus brazos y de sus piernas, el agua goteaba por las hendijas de la armadura.

Merrick recorrió con la mirada a su amigo, de la cabeza a los pies. " Me sorprende que el viejo Langdon no te haya enseñado que no puedes nadar con la armadura puesta""
Roger hizo un gesto grosero y se quitó los guantes y dejó su yelmo sobre un banco. Una tallo lleno de barro cayó al lado de Merrick y él lo recogió y se lo extendió a su amigo . ¿"Perdiste Esto"?
Roger le lanzó uno serie maldiciones muy coloridas a Merrick.

Merrick rara vez había visto a Roger tan enojado. Su buen humor usual , algunas veces insufrible, había desaparecido . Merrick se volvió hacia los planos del puente. " No estás alegre hoy. Las damas estarán apesadumbradas ""
Roger se sentó frente a él.

En el momento en que su trasero se apoyó en el banco, hubo un chirrido . Él se sobresaltó ligeramente, luego percibió la mirada divertida de Merrick. " Estuve persiguiendo a ese endiablado galés para vos""
"Para Mí? "".
" Sí, Para vos . Es tu caballo ""

"Qué extraño, pensé que habías estado tratando de comprar, canjear, apostar , negociar ese caballo desde que lo he tenido"
Roger clavó sus ojos en sus manos, negando con la cabeza con incredulidad. " He estado haciendo lo imposible en los últimos dos años para convencerte de venderme ese caballo""
"Lo sé""
Él contempló a Merrick. ¿" Eso es todo lo que tienes que decir acerca de esto? Pensé que derrumbarías los muros con tus gritos por haber perdido ese caballo ""
Merrick se encogió de hombros. " Tengo otros caballos""
¿" Tienes fiebre"?

Sí, Merrick pensó, ignorando la mirada perpleja de Roger. Su sangre estaba caliente, pero ese calor no era una enfermedad. Sería lo último que le contaría a Roger: que estaba caliente con una mujer.
Merrick eligió no responder, y se sentó allí en silencio, fingiendo examinar los planos del castillo.
Roger también guardó silencio por unos pocos segundos, luego a regañadientes admitió , " Se necesitó a mi escudero y a dos soldados para sacarme del río"" Él pinchó su daga en una pera verde de un fuente cercana y tomó un mordisco enorme, luego lo masticó cruelmente como si fuera carne de cordero dura. "Casi me ahogué""
" Puedo ver eso""
Roger solamente gruñó. Con el ceño fruncido, él estaba buscando su segunda pera, pinchándola y cortándola en rodajas con su cuchillo.
¿"Vas a comer esa fruta o matarla?
"Ambas cosas," él contestó con su boca llena.
¿" Debo preguntar cómo un hombre con tus famosas habilidades acabó en el río"?
"No si aprecias tu propia vida"
Merrick soltó una carcajada.
Roger lo miró con el ceño fruncido , lo cual hizo que la risa de Merrick fuese más fuerte . Roger pasó una mano sobre su cara salpicada de barro, y luego posó sus ojos en su palma. Después de un momento que su expresión cambió de indignación a diversión tímida. " supongo que debe haber sido divertido de observar , si no fuera porque me ocurrió a mí"
"Si me hubiera ocurrido a mí , vos todavía estaría aullando de risa""
" Es verdad ""
“Lo que ocurrió es que tu orgullo fue severamente herido ""
"No""
¿" Estás lastimado? Merrick podría oír la tensión en su voz. El recuerdo de Clio y la flecha todavía estaba demasiado fresca en su mente. Él quería Roger como al hermano que nunca había tenido.
"Sólo me duele el trasero"" Roger se movió en el banco . Tis. El fondo del río era muy rocoso ""
Merrick le lanzó un almohadón de la silla alta del Lord, y Roger lo atrapó y, para la sorpresa de Merrick, lo usó.
Cuándo miró a Roger otra vez, unos pocos segundos más tarde, la mirada de Roger estaba perdida , su expresión era medio pensativa y medio atemorizada. " Deberías haber visto al jinete, Merrick"" Él clavó su daga en una pera para enfatizar cada palabra. " Nunca he visto a nadie cabalgar de esa manera. Parecía como si él hubiera montado tu caballo toda su vida ""
Roger giró y lo miró. " Todos parecían bestias cuando cabalgaron sobre la escarpada colina de Pwllycalch.
¿" Cabalgaron en Pwllycalch"? Merrick estaba sorprendido. Las colinas escarpadas eran temidas por su escabrosidad.

" Sí. Los galeses estaban sobre esas rocas antes que yo pudiera cruzar el primer desfiladero. Los galeses hacían que los guerreros de Damasco parecieran viejos o mujeres débiles ""
Pero viejas débiles eran la última cosa que ocupaba la mente de Merrick. Él pensaba en Clio, en su cara especial, y en el sabor dulce de su boca caliente.
Y entonces fue que Roger se sentó delante de él. Su amigo tenía una imagen diferente en su mente - la de un caballo y su jinete, el más elegante que él alguna vez hubiese visto, y ambos volando a través del valle galés como si bebieran el viento.