martes, 2 de diciembre de 2008

LOBO DOMADO - CAPITULO 17

CAPITULO 17


Marion miró el magnífico pecho de Dunstan, lo que inexorablemente la hizo bajar los ojos hacia sus muslos musculosos y no puedo evitar ver su miembro erecto un poco más arriba . Sintiéndose mareada y respirando con dificultad, logró levantar los ojos hacia su rostro , sólo para ver el brillo intenso de esos ojos y una sonrisa lleno de malicia.
La expresión de él era la de un lobo que contemplaba a la presa a punto de ser devorada. Marion retrocedió un paso, sacudiendo la cabeza , pero sintió su espalda chocar con la pared y se vio obligada a detenerse.
- No puedo sacarme la ropa aquí... delante tuyo ­- ella argumentó.
- Entonces me voy a tener que ocupar de hacer eso por vos - él replicó , ahora con una sonrisa pícara que ella había visto en los otros jóvenes Burgh .
Dunstan dio más un paso, poniéndose peligrosamente cerca.
- No! - reaccionó Marion, saltando a un lado .
Mirando nerviosamente a su alrededor ella constató que no había lugar a donde ir, no había lugar en el mundo donde el Lobo no pudiese encontrarla, lo que a hizo sentir una extraña resignación. Correr sería ridículo y discutir no le serviría de nada. Dunstan la había dejado sin ninguna elección , pero ella no iba a permitir que él la desvistiese.
- Eso lo haré yo misma .
- Perfecto - él dijo simplemente.
Después , como si quisiese darle coraje , se volvió y se arrodilló delante de la chimenea, ocupándose de atizar el fuego. Observando ese cuerpo liso y musculoso que a luz de las llamas se tornaba dorado, Marion se vio forzada a reconocer que Dunstan de Burgh no tenía derecho a ser tan guapo . Sabía que no debía admirarlo con la boca haciéndosele agua , pero, qué podía hacer? Su mente le mandaba desviar los ojos, pero su cuerpo tenía otras ideas.
Y ella hasta estaba medio inclinada hacia adelante , como si fuese acariciar los hombros de él. Sentía sus senos hinchados y los pezones duros. Cómo sería pasar los dedos por el contorno de esa espalda ? Marion emitió un murmullo, un gemido de vergüenza, de tormento y de deseo... sería imposible definir.
En ese mismo instante Dunstan volvió sus ojos hacia ella.
- Y entonces?
La pregunta contenía una cierta impaciencia y Marion se dio cuenta que debía permanecer a una distancia segura del Lobo. Entonces giró y caminó algunos pasos mientras abría los botones del vestido. Sus dedos estaban increíblemente temblorosos. cuando miró hacia atrás y verificó que Dunstan la había seguido silenciosamente y ahora estaba muy cerca, observándola con un brillo extraño en sus ojos verdes. Tenía en los labios ese sonrisa que en verdad , no era una sonrisa y estaba tan cerca que ella podría tocar su pecho . .. si tuviese el coraje para hacerlo. .
- Dunstan... por favor... - ella murmuró, alarmada con la proximidad de ese cuerpo desnudo, aunque paradójicamente quisiese tenerlo al alcance de la mano - Necesitas ayuda? - él preguntó, con una voz grave y profunda.
Aunque Marion negó con la cabeza, Dunstan se arrodilló en el suelo y puso una de las manos en la pierna de ella.
Dios del cielo! Cuando los dedos de él tocaron su piel desnuda , Marion casi dio un salto. Y o más increíble era él hacía esa tarea tan íntima como si hiciese la cosa más natural del mundo. Después de bajar la media mojada , sujetó su tobillo y la forzó a levantar el pie. Habiendo hecho eso retiró la media, que tiró en el suelo .
Marion buscó convencerse de que eso en verdad era una cosa corriente , un servicio que una persona cortésmente le hacía a otra, pero aún así sentía las piernas cada vez más débiles. Los gestos de Dunstan eran medidos y controlados pero ella sentía la intensidad de él. Marion se preguntó si él liberaría al hombre salvaje y pasional que había sido cuando estaban bajo la lluvia. Si eso sucediese, ella debería retroceder o alegrarse y disfrutar?
Cuando Marion creyó que perdería la razón si él volviese a tocarla, Dunstan lentamente comenzó a levantarse , sujetando el borde de su vestido .
- No! - ella gritó. - Eso no!
Con un forcejeo , Marion luchó por mantener su falda bajada, pero todos los esfuerzos fueron inútiles. En un instante tuvo que levantar los brazos y el vestido fue retirado por la cabeza. Ahora estaba desnuda y Dunstan miraba fijamente sus ojos , sujetando el vestido mojado con la mano izquierda.
No era tanto la ausencia de ropa que la perturbaba, ya que ella dormía desnuda. Pero estar sin ropa debajo de las sabanas era una cosa; y otra muy diferente era estar plantada delante de un hombre sin nada para cubrir sus partes íntimas.
Pero era así estaba ella . Y no había nada con que cubrirse, ya que las ropas que traía en el bolso también estaban empapadas. Si Dunstan quisiese mirarla, cómo podría prohibirle eso ? Y, por más doloroso que fuese la verdad , Marion sabía que no era una mujer de grandes atractivos físicos. Probablemente Dunstan pronto se cansaría ver su busto grande, su vientre redondeado y sus nalgas abultadas.
A cierta altura Marion se tornó absurdamente preocupada por el estado calamitoso de su cabello . Levantó su mano hacia cabeza, pero un súbito cambio en el ritmo de la respiración del Lobo la hizo bajar el brazo.
El la miraba con una intensidad que llegaba a asustarla. Los ojos estaban oscurecidos de una forma que ella en el pasado había asociado con el deseo carnal , pero ahora le parecía que era algo todavía más fuerte. Él parecía... hambriento. Esa idea la hizo sentir un escalofrío , aunque no dejaba de ser excitante.
Con un gesto cauteloso, Marion frotó sus brazos.
- Mi Dios, mujer... Eres linda. - las palabras salieron como un torrente de asombro de la boca de Dunstan. Y lo mas extraño . El realmente parecía creer en lo que decía .
- Tienes frío? .
Mareada y enaltecida por el elogio, Marion sólo se quedó mirándolo , sin responder. Dunstan se dio vuelta a un lado y caminó hasta donde había dejado el bolso de cuero. Para el asombro de ella, sacó de allí una manta, que usó para cubrirla.
Marion salió del transe y volvió a encontrar su voz.
- Dunstan de Burgh, sos un infame mal parido, un degenerado... Tenías una manta seca y me obligaste a pasar por esta humillación. Esto es imperdonable !
Con una sonrisa maliciosa, Dunstan replicó .
- En verdad sólo te estoy haciendo un préstamo, porque tendremos que usarla y compartirla en la cama - él respondió, indicando con un gesto de su cabeza la improvisada cama de paja. - No puedo asegurarte limpieza en nuestro nidito de amor .
Marion apretó los dientes , horrorizada con la idea de que Dunstan la dejaría sin la manta... y con su referencia al «nidito de amor». Compartir la cama? Seguramente él no planeaba irse a dormir ya. Aunque el interior de la cabaña estuviese en penumbras debido a la tormenta, por los cálculos de Marion todavía era de mañana.
- Pero todavía hay luz de día ! - ella protestó.
Aunque Dunstan no respondió, sus labios se movieron en una medio sonrisa y sus ojos brillaron intensamente, sin duda llenos de lujuria. Marion miró nerviosamente la estrecha cama y retrocedió, pero fue retenida por las muñecas . Entonces intentó resistirse, lo que sólo sirvió para hacer que la manta se resbalase, dejándola con los hombros expuestos. Inmediatamente Dunstan miró esa parte de su cuerpo .
- No me importa la hora que sea - él dijo, con ronquido en su voz.
Marion no podía moverse y él llegó todavía más cerca, sólo deteniéndose cuando quedó con su cuerpo enorme casi tocando el de ella. Entonces apoyó su mano en la pared por detrás de ella e inclinó la cabeza, haciendo con que sus cabellos cayesen hacia adelante .
- No podemos evitar más esto , Marion - él dijo en un murmullo. Marion se quedó inmóvil , mirando a ese hombre enorme, guapo y seguro de sí mismo . - Deseo poseerte desde el momento en que te resbalaste de ese árbol para caer en mis brazos. Vos me hechizaste , mujer, exactamente como hechizaste a mis hermanos, y ya no logro resistirme .
Alarmada con lo que estaba oyendo, Mario resolvió protestar.
- Yo no soy una hechicera, Dunstan. Soy una mujer con las otras... demasiado bajita, con algunas redondeces de mas, con un cabello indomable , que se viste con ropa simple y que ya pasó la edad de casarse.
- Yo les dije eso a mis hermanos. No sé qué te vieron ellos y no sé que te veo yo. Es un hechizo. Nos embrujaste a todos - respondió Dunstan, con inesperada ferocidad, .
- Tus hermanos piensan en mí como una hermana mas ! - ella replicó .
sonriendo de un modo que dejaba claro que no creía en eso , Dunstan soltó la muñeca de Marion y levantó su mano hacia su hombro . Extendiendo el dedo índice, recorrió lentamente el borde de la manta hasta aproximarse a uno de sus senos. La manta fue resbalándose lentamente , y Marion contuvo la respiración. después se quedó mirándolo , fascinada, mientras la piel morena de Dunstan se apoyaba en la piel blanca de ella. Ahora el dedo paseaba por uno de los pechos de ella, después hacía lo mismo con el otro, antes de meterse por debajo de la manta, que sólo la cubría de los pezones hacia bajo.
El cuerpo de Marion tembló .
- Eso mismo - él aprobó, con una voz llena de pasión. - Tiembla por mí, muchacha. Quiero sentirte temblando cuando esté dentro tuyo.
Ahora a expresión de él era casi de ferocidad, sus labios levemente abiertos como si fuesen sentir el sabor de la carne de su presa. Marion sintió que no podría negarle lo que él estaba pidiendo.
En un futuro próximo, con suerte , ella sería mandada a un convento , exiliada por el resto de su vida , si no la mataban antes . Siendo así , qué ganaría defendiendo y preservando su virginidad ? Amaba a Dunstan de Burgh y , fuese o no pecado, no dejaría pasar la oportunidad de conocerlo como mujer. En cualquier momento podría despertar para descubrir que todo eso sólo era un sueño o una maravillosa fantasía. por qué no transformar el sueño en una gloriosa realidad ?
Marion no quería dejar que esa situación se evaporase sin disfrutar cada segundo. Armándose de coraje, extendió la mano y apoyó la palma sobre el vello que cubría el pecho de Dunstan.
El lobo emitió un sonido bajo, incentivándola, metió los dedos en los cabellos de ella, para tirar hacia atrás su cabeza. La penetración de su lengua en la boca de Marion fue caliente y profunda, en un beso que parecía sellar la entrega de ella. La manta resbaló entre ellos dos y los cuerpos desnudos se juntaron.

Fue increíble. Retornaron las mismas sensaciones salvajes que Dunstan había despertado en ella bajo la lluvia, con una intensidad todavía mayor. Marion levantó los brazos y los enlazó alrededor del cuello de él, encontrando delicioso presionar los senos desnudos contra ese pecho duro. mientras sentía en su espalda las manos de Dunstan, que descendieron para apretar sus nalgas levantarla del suelo .
Marion se llevó un susto excitante cuando sintió la dureza de su falo rozar su vientre , al mismo tiempo que el beso de Dunstan se profundizaba, como si fuese a devorarla. En algún momento de ese remolino de pasión, Dunstan hizo que ella levantase sus piernas y las colocase alrededor de las caderas masculinas . Después , sujetándola sólo con una de sus manos, con increíble facilidad , él se agachó para agarrar la manta.
Aún sosteniéndola , Dunstan arrojó la manta encima de la paja y los dos cayeron en la cama. Marion soltó un gemido cuando sintió el peso de ese gigante sobre ella , pronto las manos de él empezaron a recorrerla de forma incesante, alternando ansiedad y ternura cuando acariciaban sus pechos . Luego procedió a pellizcar y estimular los pezones. Y pronto Marion gemía y se retorcía.
- oh, muchacha... - murmuró Dunstan, bajando una de sus manos para acariciar las muslos, el pubis y las nalgas de ella.
Marion miró su rostro , que recibía la luz anaranjada que venía de la chimenea. La imagen de un hombre tan guapo e indomable le hervía la sangre .
Cuando Dunstan la tocó entre sus muslos Marion quiso cerrar las piernas , pero él intentó tranquilizarla murmurándole al oído.
- Si, muchacha, es necesario... debes estar mojada para recibirme .
En verdad Marion ya estaba mojada, aunque ella no tenía ni idea de donde venía esa humedad. Pero estaba allí y Dunstan se abrió acceso a la zona genital de ella. Sus dedos , aunque grandes , se movían cuidadosamente. Quién podría imaginar que un bruto como él podía tratarla tan delicadamente ? Instintivamente Marion levantó un poco sus caderas y con eso permitió que uno de sus dedos penetrase el primer tramo de su canal.

Marion soltó otro gemido. El dedo invasor se movía cuidadosamente, sondeándola, y ella deseó que esa sensación y esa exploración durase para siempre. Por eso, casi protestó cuando Dunstan retiró su mano. Pero él no iba a desistir de causarle placer , porque ya se posicionaba de rodillas entre las muslos de ella. Asustada, Marion se dio cuenta que Dunstan masajeaba su falo y luego lo guiaba al sexo de ella. Lo rozó en la entrada , humedeciéndolo con la substancia densa que ella había producido. Oh, el placer que ese contacto le causó fue increíble . Nuevamente sería penetrada, pero esta con algo más grueso y largo .
Dunstan de Burgh iba a estar dentro de ella. .. Era una idea tan espantosa como seductora. Y comenzó a materializarse muy pronto , con una penetración lenta y parcial . Marion gimió y la invasión del miembro se detuvo. Dunstan respiraba con dificultad, tenía los músculos de su rostro contraídos y los ojos cerrados. Habría hecho algo mal ? Se preguntó Marion. Pero Dunstan no sabía como hacer más fácil y menos dolorosa esa unión.
- Oh, Marion, Marion... - él dijo, en algo que se parecía a un lamento. - Eres virgen.
- Por supuesto - ella murmuró confundida con esas palabras que parecían de decepción.
- Oh, Dios, yo no... - Dunstan hizo una pausa y respiró profundamente . - Bebo entrar más profundamente , muchacha ­- él agregó.
ahora estaba con los dientes apretados, como si también sintiese dolor.
- De ninguna manera ! - protestó Marion, alarmada.
- Si - él insistió . - Necesitas recibirme entero. Quiero verte estremecerte de placer por mí. Sólo por mí.
Con esas palabras Dunstan proyectó sus caderas hacia adelante , en un gesto inesperado. Marion sintió un dolor agudo y cerró los ojos, pero sólo le importó el hecho que Dunstan de Burgh estaba dentro de ella, invadiéndola deliciosamente . De alguna manera y por breves segundos se sintió dueña de él.
Marion sintió una súbita necesidad de pronunciar su nombre .
- Dunstan! - ella casi gritó, experimentando el principio de un placer que la hacía olvidar el dolor.
Después , abriendo los ojos, se quedó observando maravillada los salvajes movimientos del Lobo. Apoyado sobre sus manos y con el torso un poco incorporado , él agitaba furiosamente sus caderas, en movimientos de entrada y de salida . El fuego da chimenea se reflejaba en las gotas de sudor que brotaban en su frente .
- Ah, mujer, es tan bueno ... tan estrecho... tan apretado - él gimió . - Es maravilloso .
Marion intentó responder, pero no encontraba palabras para describir esa cosa maravillosa que estaba sucediendo entre ellos dos, la pasión y la gloria de ese momento. Yo te amo, Dunstan de Burgh, ella pensó en decir, pero necesitó cerrar los ojos para retener las lágrimas de alegría. Dunstan fue guiándola, enseñándole a responder a sus embestidas con un arqueamiento de caderas. Esa nueva cadencia hizo que el placer aumentase para ambos , y como si eso no fuese suficiente, Dunstan metió su mano en el punto donde los sexos estaban unidos y la estimuló hasta llegar al climax.
Poco después Marion se sintió inundada por sucesivas descargas de un líquido tibio y notó vagamente que Dunstan se arqueaba emitiendo un gruñido feroz . Ese sonido erótico le causó una avasalladora oleada de placer, algo la transportó a otro mundo del que no quería volver.
Cuando ese pico de éxtasis pasó, después de un tiempo que podría haber sido una eternidad o un segundo, Marion se sintió invadida por un delicioso cansancio. Ahora no le preocupaba el mañana o la amenaza de volver a Baddersly. En su mente sólo había lugar para Dunstan. Pare el sonido acompasado de la respiración de él que la hizo dormirse.

No hay comentarios: