CAPITULO 19
Algo despertó a Dunstan. Abriendo los ojos él contrajo los músculos, estaba alerta a un peligro , pero nada parecía amenazarlo. Estaba solo en una cabaña vacía, un fuego se iba apagando en la chimenea y había en el aire un olor a sexo . Marion! Dunstan se sentó de un salto, en la cama y miró a su alrededor . Ella no estaba allí
Mierda ! La mujer había huido nuevamente! Dunstan extendió la mano para tomar las ropas y sintió en la boca el gusto amargo de la traición. Saber que ella había huido después de todo lo que había sucedido entre ellos dos era algo que casi le dolía físicamente.
Dunstan buscó sofocar el dolor para sólo pensar en la rabia. Esta vez él la castigaría sin piedad. La golpearía hasta dejarle las nalgas en carne viva. no, lo mejor sería estrangularla con sus propias manos!
Dunstan se puso la túnica y ajustó el cinturón con la espada antes de notar que la capa de Marion continuaba colgada cerca de la chimenea. Rápidamente, miró el suelo y vio el bulto de cosas que ella había traído.
Aprensivamente , caminó hasta allá, se agachó y abrió el bulto. Encontró algunas ropas femeninas, unos pocos objetos personales y una bolsa de cuero conteniendo... joyas.
Evidentemente la mujer no huiría dejando eso allí .
Con creciente ansiedad, Dunstan examinó el resto de la pequeña cabaña. El balde no estaba allí y él intentó convencerse que Marion sólo había salido para buscar un poco de agua. Pero no se oía nadie afuera, lo que lo dejó con la sensación de que algo andaba mal.
Dunstan desenvainó la espada y abrió la puerta para ver la claridad dorada del sol poniente. El claro del bosque estaba desierto , con el pozo sin nadie cerca, y eso lo hizo sentir algo parecido al pánico. Intentando controlarse , resolvió rastrillar el área en busca de algún señal de Marion.
Estaba llegando cerca del viejo pozo cuando vio en el suelo huellas de cascos. Dunstan sintió como si estuviese recibiendo una patada en el estomago y se agachó para examinar más de cerca esas huellas. Caballos, varios caballos, habían estado allí
Pero quiénes eran esos hombres? Y por qué se habían llevado Marion? Una respuesta surgió rápidamente cuando él recordó de quienes la había rescatado.
- No! - él gritó. Aterrorizado, Dunstan estaba sintiendo algo más debido al peligro que Marion podía estar corriendo... y era un sentimiento profundo y doloroso de pérdida . Entonces respiró profundamente . Tenía trabajo a hacer, una tarea encargada por su padre. No podía fracasar y no fracasaría.
Demorándose sólo el tiempo necesario para tomar las pocas pertenencias de Marion y su propio bolso de cuero, Dunstan hizo la única cosa que podía
hacer: se puso a caminar. Por suerte, con la tierra mojada y blanda, no sería difícil seguir las huellas dejadas por los caballos.
Marchando rápidamente por el camino él se culpaba. Si no se hubiese dormido en pleno día, Marion todavía estaría a salvo. Pero , qué mierda le estaba sucediendo ? Ya se había olvidado de lo que había aprendido durante el duro entrenamiento militar recibido durante el período en que había estado al servicio del rey?
Pensandolo bien, lo que había sucedido en esa cabaña no tenía nada que ver con el entrenamiento militar. Dunstan hizo una mueca y continuó caminando, atento a las huellas dejadas en el suelo , pero le era imposible no pensar en el cuerpo maravilloso de Marion. Él la había hecho temblar, gemir, gritar, mientras que ella... ella casi lo había agotado, lo había hecho sentirse como un macho potente.
Dunstan sintió una tensión en su falo cuando recordó todo lo que habían hecho. Nunca antes había tenido tan buen sexo. Sólo que no sabía por qué. Tal vez la situación desesperada había hecho impetuosa la pasión entre ellos, tal vez se debiese a los días y las noches pasados luchando contra la atracción que sentía por ella. Los frutos prohibidos siempre parecían más sabrosos y , naturalmente, él se reprochaba haber tomado la virginidad de la muchacha.
Pero pronto ese sentimiento de culpa fue reemplazado por el orgullo de la posesión . No importaba la relación que ella pudiese haber tenido con los otros de Burgh, Marion se había acostado sólo con él, y era estimulante saber eso. Ella le agradaba mucho. Dunstan había pensado que el deseo que sentía por esa mujer se aplacaría después que la poseyese , pero aún habiéndolo hecho dos veces continuaba deseándola... con la misma intensidad.
Tuvo suerte porque en una hora llegó a Wisborough. Era una pequeña aldea, localizada en un valle entre colinas, pero tenía un castillo en cuyos establos un muchacho cuidaba de los animales de su amo. Dunstan consiguió allí un caballo, comida suficiente para mantenerse vivo durante un cierto tiempo y algo de información .
Un grupo de caballeros debe haber pasado por aquí hoy, con una mujer de cabellos castaños. Los viste?
- Los Vi, si - respondió el hombre, hablando pausadamente. Tenía la frente fruncida , obviamente intimidado por la presencia de un caballero armado, y para aflojarle la lengua Dunstan le dio una moneda. Los ojos del hombre brillaron y recordó inmediatamente.
- Ellos pasaron por aquí - él informó, ahora pronunciando más rápidamente las palabras. - eran soldados de Baddersly.
Baddersly? Entonces estaba cerca de la casa de Marion? Dunstan se dio cuenta que había perdido noción del tiempo y la distancia desde la matanza de sus soldados. La torturante sospecha de que Marion lo había dejado por propia voluntad , dejando sus pertenencias, rápidamente desapareció. Él sabía que ella no tomaría la iniciativa de volver a su casa.
- Baddersly? A qué distancia queda ese lugar de aquí ?
El muchacho frunció el ceño , como si hablar de ese castillo le desagradase, pero vio otra moneda en la mano de Dunstan y resolvió soltar a lengua.
- El camino más rápido es cruzando esa elevación - él respondió, señalando. - Siga por la senda en bajada por el otro lado y pronto llegará a Baddersly. Por las colinas, es un día de cabalgata.
Dunstan arrojó la moneda, que el hombre atajó en el aire, contento de la vida. Poco después se mostró intrigado.
- Planea ir allá solo, mi lord ?
Dunstan confirmó con un gesto de cabeza, mientras montaba, y el hombre se apartó para abrir paso, al mismo tiempo que levantaba la voz para hacer
una recomendación.
- Tenga cuidado de no ser atacado por la espalda .
A esa altura Dunstan ya estaba al galope, tomando la dirección indicada. Ni siquiera se demoró mucho pensando en lo que iba a hacer en Baddersly. Marion estaba volviendo a su casa, escoltada por los soldados de su tío. Qué motivos podía tener él para ir tras ellos ? Tenía sus propias tierras que defender y lo más lógico sería volver inmediatamente a Wessex.
Pero sabía que no podía abandonarla simplemente sin tener certeza de que ella estaba segura . Después de todo , sólo tenía la palabra de un aldeano sobre la identidad de los hombres que ahora estaban con ella. Y, por lo que conocía a Marion, sabía que ella no se dejaría llevar dócilmente. Seguramente intentaría escapar... Era muy posible que, en ese exacto momento, estuviese vagando por las colinas, sola, sin tener al menos una capa con que cubrirse.
Dunstan se puso peor al pensar en eso . Era muy posible que aquellos soldados perdiesen la paciencia con la insistencia de ella en escapar y resolviesen atarla... o que la golpeasen . Olvidando el juramento de ahorcarla, Dunstan se prometió a sí mismo que le cortaría la cabeza al primer hombre que le pusiese una mano encima a ella.
Entonces pensó en los moretones que él mismo , involuntariamente, había dejado en el cuerpo de Marion y apretó los dientes . Si la encontrase sana y salva, nunca más la trataría con rudeza y grosería. Pero... qué hacer en relación al tío de ella y los soldados a servicio de él ? Habría algo de verdad en las acusaciones que Marion hacía a Harold Peasely? A Dunstan no le había gustado nada la expresión del hombre de los establos de Wisborough al referirse al Lord de Baddersly. Por otro lado, sujetos como ese siempre tenían motivos personales para hacer ese tipo de juicios. Como por el momento le era imposible formarse un juicio justo sobre el tío de Marion, Dunstan consideró la posibilidad de pasar algunos días en Baddersly, sólo para tranquilizar su consciencia.
Luego hizo una mueca y descartó la idea. Jamás le había prestado atención a los argumentos de una mujer, se quedaría en Baddersly sólo el tiempo suficiente para asegurarse que ella estaba bien . Su padre le había encargado eso y era necesario cumplir la tarea. Y después ? Al mismo tiempo que pensaba en el tiempo que pasaría en Baddersly, Dunstan se acordaba de que los problemas en Wessex reclamaban su presencia .
El problema era que no paraba de pensar en Marion. Si no se acostase otra vez con ella, cómo aplacaría esa necesidad de poseerla ?
Dunstan intentó prestar atención al camino que debía seguir. Después de cabalgar por la senda hasta el anochecer, se hizo evidente que no ganaría nada avanzando en la oscuridad. Entonces se detuvo para comer parte de las provisiones que había adquirido. Mientras descansaba recostado en un árbol, no pudo dejar de pensar en cuan diferente era del último lugar en que había dormido...
Al amanecer Dunstan ya estaba otra vez en camino, sin ser complaciente con el pobre animal que había conseguido en los establos.
Aunque ya hubiese pasado muchos años viajando y haciendo viajes mucho más penosos, casi perdía la paciencia con la lentitud de ese animal . La preocupación por la seguridad de Marion era mucho fuerte y se sentía como si estuviese perdiendo una guerra sólo por riacho que lo demoraba. Pero aparentemente no era sólo ansiedad lo que estaba sintiendo. Por qué nada parecía capaz de llenar ese vacío en su interior ? La extrañaba enormemente .
Y el problema no era sólo la lujuria, el deseo físico. En la última semana, se había acostumbrado a la presencia de Marion y después de haberla tenido en sus brazos ... . Extrañaba todo, la serena seguridad de ella, sus locuras, su tremenda audacia, esa mezcla de orgullo y ternura... esas cosas que hacían a Marion una mujer única e irrepetible .
Dios! Esos pensamiento idiotas sólo podía estar causados por el hambre y el cansancio, pensó Dunstan, terminando de masticar un pedazo de pan.
Sabía que necesitaba resolver ese problema.
Cuando Dunstan llegó a Baddersly ya era noche y estaba exhausto, tanto físicamente como mentalmente . Muchas veces había hecho viajes agotadores que lo habían hecho ansiar desesperadamente un descanso, una comida que le restaurase las fuerzas. pero ahora no era sólo eso. Estaba ansioso y cansado de tanto pensar.
Dunstan intentó convencerse de que esa preocupación mujer era natural, ya que Marion representaba la misión encomendada por su padre. Tan pronto constatase que ella estaba segura , toda esa ansiedad se disiparía. Y aún si no la viese nunca mas en su vida , qué diferencia haría eso para él ?
Como siempre hacía cuando llegaba a un lugar desconocido, Dunstan se presentó sin el menor temor y fue llevado al interior del castillo, pero ahora, extrañamente, sentía una sensación de peligro . Era como si estuviese entrando solo en las tierras de su vecino. Solo y desarmado.
Por qué se dejaba influenciar por las fantasías de Marion ?. Harold Peasely no podía tener nada contra él. Aunque al hombre pudiese no gustarle saber que su sobrina había sido encontrada viajando sola por una región llena de peligros, la verdad era que ella estaba sana y salva... sin tomar en cuenta el pequeño detalle de que ella ya no era virgen.
Dunstan intentó calmarse argumentando que él no la había violado, ella había venido a su cama voluntariamente y gozosamente .
Pero no pudo evitar pensar en lo que lo estaría esperando allí si Marion hubiese resuelto ofrecerle la información de “ese pequeño detalle” a su tío. Tomar la virginidad de una mujer no era un crimen que se pagase con la muerte. Todo se resolvería en paz si él aceptase casarse con la mujer ofendida. La idea era sorprendente pero Dunstan resolvió considerarla seriamente, y cuando lo hizo halló que la idea no era desagradable. Después de todo , ya era tiempo de pensar en un heredero, y Marion seguramente sería capaz de producir hijos como cualquier otra mujer..
Dunstan sonrió , pensando en la posibilidad de acostarse nuevamente con Marion, pero resolvió que era necesario esperar el momento correcto. Primero lo primero. Esperar a oír lo que su tío tendría que decir. Después , si la situación se ponía densa , presentaría la alternativa del casamiento . Él podía no ser tan rico como lady Marion Warenne, pero difícilmente Peasely dejaría pasar la oportunidad de ver a su sobrina casada con el barón de Wessex. Además Dunstan algún día sería, por derecho , el heredero del feudo de Campion.
Seguro de sí , del nombre de su familia y de su influencia con el rey Edward, Dunstan no veía por qué temer nada de Harold Peasely... pero aún así ese extraño temor persistía. Ojos muy abiertos y espada en mano, Dunstan se aconsejó a sí mismo.
Llevado hasta un salón, Dunstan examinó el ambiente. Los hombres de Peasely bebían en un rincón , hablando a los gritos y vulgarmente . Ese era un lugar muy diferente a la casa de su padre , donde imperaba la sobriedad.
- Venga conmigo - dijo una voz, y él se volvió para ver un sujeto mal presentado que usaba una argolla en la oreja.
Dunstan creyó que ya había oído alguna referencia a esa figura sombría que prometía llevarlo a la presencia del lord de Baddersly, pero pronto su atención se concentró en la persona de Harold Peasely.
El tío de Marion estaba acomodado en una silla de madera tallada localizada en el fondo del salón y esa silla se parecía a un trono. Como los hombres de la guardia, daba a impresión de haber bebido excesivamente . Y tenia la cara roja e hinchada , era claro que la bebida era su hábito favorito.
Dunstan estrechó sus ojos sintiendo rechazo por ese hombre. Pero pronto quedó claro que el tío de Marion sentía lo mismo por él.
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