domingo, 7 de diciembre de 2008

LOBO DOMADO - CAPITULO 24

CAPITULO 24



Marion tuvo un serio acceso de rabia. Dunstan de Burgh no podía tratarla de ese modo, arrastrándola de aquí para allá, como si ella fuese sólo un fardo... o una encomienda y no un ser humano dotado de razón , sentimientos y de voluntad propia . Quién se creía que era Dunstan de Burgh? Qué derechos creía tener sobre ella ? Sólo porque era un hombre actuaba y decidía por ella ? Ah, pero eso se acabaría en ese mismo instante!
- No! - ella gritó, soltando el brazo del asimiento de los dedos de él con un tirón y volviéndose para encararlo, con los brazos cruzados sobre el pecho . - No puedes obligarme a me casar con vos, Dunstan.
Mirándola los ojos él soltó una serie de insultos en dientes, por respeto a la iglesia . Poco después dio un paso al costado, como si fuese comenzar a golpear uno de los bancos de madera.
- Cuida esa lengua sucia ! - le recriminó Marion. No tienes respeto por la casa de Dios?
En el mismo instante en que Dunstan le mostró cuanto le molestaba esa reprimenda se volvió rápidamente, la agarró por las muñecas y la miró , con una expresión fulminante . De reojo Marion vio que un sacerdote se aproximaba. Pero al ver la postura de Dunstan, el religioso dio media vuelta y desapareció en la oscuridad. Cobarde, pensó Marion, pero ella no retrocedió. Continuó enfrentando la mirada de Dunstan, hasta que entendió que estaba actuando ridículamente. Cómo una mujer podría hacerle frente a un hombre físicamente tan poderoso? Se dio cuenta también que, por absurdo que pudiese parecer, no era por la fuerza que el Lobo planeaba someterla.
Ahora él parecía haberse acostumbrado a las discusiones con ella y quería vencerla con la fuerza de los argumentos. Hummm ... todavía estaba lejos de ser un lobo domado, pero estaba cambiando...
- Por qué, Marion? - él dijo finalmente, con una voz extrañamente tensa. - Dame un buen motivo para rechazarme. Dame sólo un buen motivo y tal vez reconsidere mi decisión.
Marion se quedó mirando ese rostro que significaba tanto para ella y sintió que su rabia se disipaba. El rechazo le había herido el orgullo . La evidencia de eso estaba en esos ojos verdes, que brillaban intensamente esperando una respuesta. El rechazo de ella debía significar una enorme humillación para Dunstan.
Súbitamente Marion sintió muchas ganas de reconfortarlo, de restaurar la dignidad herida de Dunstan de Burgh, de besarlo en la boca, de declararle que lo que más quería en el mundo era casarse con él... si las cosas fuesen diferentes. Entonces bajó sus ojos .
- Porque vos no me amas.
Primero Dunstan soltó otro insulto, después apretó los labios, como si estuviese conteniendo la risa.
- Que cosa más ridícula, Marion!
En el mismo instante Marion bajó a cabeza y se ocupó de alisar su falda, no queriendo demostrar cuanto esas palabras la avergonzaban. Qué ganaba diciendo la verdad si él sólo se reía de ella? Y esa era una prueba de que, lamentablemente, el Lobo no había cambiado mucho. Marion juntó las manos delante de vientre y continuó con los ojos bajos.
Poco después la voz de Dunstan volvió a sonar, esta vez con suavidad , como si él hubiese percibido el sufrimiento de ella. Pero había cierta exasperación en la pregunta que hizo.
- Marion , estamos hablando de una cuestión de vida o muerte, de protegerte de tu tío, y vos te preocupas por el amor?
Cuando Marion levantó los ojos vio que él tenía una expresión sufrida, como si quisiese hacerla pensar usando el sentido común . Entonces Dunstan se adelantó un paso, sacudiendo la cabeza hacia los costados .
- Marion... el amor es sólo una tontería inventada por los trovadores. No es nada que sea del conocimiento de los hombres y las mujeres de carne y hueso , o de los maridos y las esposas.
Al oír esas palabras Marion sintió un golpe, al mismo tiempo que se entristeció por él... y por sí misma . Cómo sería posible convencerlo? Discutir con el Lobo sería inútil, pero era necesario intentarlo . Entonces respiró profundamente y comenzó a argumentar con una voz tan tensa como la de él.
- No estoy de acuerdo , Dunstan, porque sé que mis padres se amaban mucho. Y no me vengas a decir que tu padre no amó a sus esposas .
Dunstan vaciló, obviamente no esperaba oír eso. Marion se sintió reanimada, pero sabía que no podía mirarlo a los ojos . Entonces prosiguió , imprudentemente dando el paso final, exponiendo su alma en un momento de descuido.
- El amor existe, Dunstan, porque yo misma lo siento ... por vos.
Marion oyó que él respiraba profundamente , evidentemente había sido tomado de sorpresa. Cuando finalmente levantó los ojos, vio que en ese rostro guapo le demostró que Dunstan trababa en su interior una lucha casi feroz para no revelar sus propios sentimientos. Después de un demorado silencio él sujetó sus manos , ahora estaba perfectamente controlado.
- Entonces tienes ese motivo para casarte conmigo.
Marion retrocedió. Era evidente que el Lobo no sentía nada por ella y sólo se estaba aprovechando de un momento de debilidad . Marion retiró sus manos y volvió a alisar su falda que parecía el trapo de limpiar el piso .
- Marion...
No - ella dijo, hablando bajito.
- Muchacha...
Dunstan le volvió la espalda y en ese momento toda la determinación de Marion desmoronó. Si él continuase insistiendo ella permanecería inalterable. Si él rezongase e insultase, ella no retrocedería un milímetro. Pero Dunstan estaba sintiendo algo que no quería que ella viese. Tal vez ni siquiera él mismo quería verlo .Y ahora había apoyado las manos en uno de los bancos, con la cabeza agachada y el cuerpo medio doblado hacia adelante , en una postura de derrota que ella jamás había esperado ver en el Lobo de Wessex.
Marion sintió que estaba perdida.
Intentando controlar las lágrimas, se dio cuenta en ese momento la verdadera extensión del amor que sentía por ese hombre... un amor tan grande que la dejaba dispuesta a entregarle su libertad tan duramente conquistada. Tal vez para siempre.
Está bien, Dunstan - ella declaró.


Cumpliendo su promesa, Dunstan compró comida. Ellos entraron en una taberna y pidieron un guisado caliente y pan, que se llevaron para comer en un lugar apartado. Él no quería demorarse en la taberna. Un caballero y una bella dama siempre llamaban la atención y ellos no podrían comer con tranquilidad en un lugar público, sin a protección de nadie cuando todavía podían estaban siendo perseguidos por Peasely.
Actuar furtivamente no era el estilo de Dunstan, un hombre acostumbrado a enfrentar al enemigo en campo abierto, lealmente. pero ahora estaba solo, sin la protección de los soldados que lo habían acompañado en tantas batallas, y no quería pasar la noche de bodas obligando Marion a correr los peligros del camino. Entonces tomaron un cuarto en una posada en las inmediaciones de la ciudad. Eso facilitaría las cosas si fuese necesario huir de un momento para el otro . Aunque no creyese que Peasely llegaría tan lejos en su persecución , Dunstan no arriesgaría su propia vida ni la de su esposa.
Su esposa . Había algo de desconcertantemente satisfactorio en esa palabra y en ese hecho . Ahora Marion era su esposa , por el resto de la vida compartiría y calentaría su cama , siempre estaría dispuesta a tratarlo con ese modo maternal que era sólo ella tenía, e iluminaría su vida con esa sonrisa luminosa , con esos hoyuelos...
Dunstan frunció el ceño . Ultimamente no había habido muchos sonrisas. La muchacha se había rendido, pero no tenía la apariencia de una feliz novia recién casada . Por el contrario, tenía un aire de tristeza que la hacía parecer todavía mas joven y más frágil. Incluso parecía que él hubiese cometido alguna maldad en vez de haber tenido un gesto de nobleza al desposarla.
Esas constataciones tocaron el amor propio de Dunstan. Diablos ! Dónde estaba la Marion que lo había besado tan apasionadamente en el riacho? Esa criatura apagada sólo era una sombra de la vibrante mujer de días antes. Si era así como ella lo amaba, entonces él podría vivir muy bien sin ese amor!
Dunstan buscó calmarse . Amor ... tonterías femeninas! Marion haría bien probando casarse con un poeta o un trovador sin fuerzas para empuñar una espada. De qué le valdrían sus palabras dulces cuando los hombres de su tío viniesen a buscarla ? . Qué iba a hacer el poeta ? Detener el golpe de una espada con una palabra de amor ? Una mujer debería contentarse con tener un hogar decente, una vida confortable y un hombre fuerte que la protegiese.
Eso él se lo podía ofrecer a Marion. Entonces por que, ella estaba tan triste ? Y por qué las mujeres eran tan inconformistas?
Dunstan se quedó mirando a Marion. Después de haber comido en silencio ella ahora estaba acostada muy quieta en la cama, cubierta hasta el mentón , como si fuese una virgen y supiese que esa noche haría un sacrificio supremo.
Ah, esto era el colmo del absurdo! Dunstan sabía que una noche de bodas entre ellos no sería nada de eso. Y ella también lo sabía . Pero ella quería hacer el papel de la virgen mártir!
Dunstan dejó caer al suelo el cinto con la espada, causando un ruido que hizo eco en el cuarto. Marion ni siquiera se movió , permaneciendo quieta y en silencio, lo que lo enojó todavía más . Dunstan quería que ella sonriese, que le mostrase los hoyuelos de su rostro, que actuase con su cautivante inocencia, que , por lo menos , demostrase un poco de alegría por ese matrimonio.
Pero Marion estaba mas fría e inmóvil que una estatua de mármol . Dunstan apagó la vela, se quitó el resto de sus ropas en la oscuridad y caminó hacia cama.
- No le vas a dar la bienvenidas a tu marido? - él inquirió .
Aunque actitud fría de Marion lo afectase, era imposible permanecer indiferente al hecho de que ella estaba desnuda debajo de las sabanas. Y ahora era su esposa . Dunstan se acostó a su lado y se estiró en la cama.
- Si, Dunstan. Te doy la bienvenida .
La voz de ella era suave y triste, la perfecta imitación de un mártir . Dunstan se acostó encima de Marion y sujetó sus manos por encima de su cabeza, queriendo demostrar que la sometería fácilmente.
- Mierda, mujer! No conozco palabras dulces para decirte - él protestó .
- Ya lo sé , Dunstan.
La voz de Marion ahora era entrecortada, como si estuviese llorando. Oh, Dios! Qué divertida noche de bodas! Dunstan quería rodar con ella en la cama. Sentir sus senos presionados contra su pecho, inhalar el olor a flores silvestres de los cabellos de Marion. Ah, si la deseaba, y probablemente la desearía por el resto da vida.
- Te daré mi protección, un hogar e hijos - declaró Dunstan, comenzando a respirar con dificultad.
- Ya lo sé .
- Entonces , cual es el problema ahora ? - él protestó impacientemente .
- El mismo de siempre. Vos no me darás amor, ni siquiera respeto. No tendré voluntad propia.
Dunstan soltó una palabrota. Más pavadas femeninas! Quizás Marion estuviese en el momento de su flujo menstrual. Ya había oído comentarios que eso cambiaba el carácter de las mujeres . Maldita su suerte! Una noche de bodas con flujo menstrual ... Duncan apretó las muñecas de ella, presionándolas contra la cama.
- Pero te daré placer, mujer - él dijo, besándola en la boca para terminar con ese debate.
Dunstan estaba hambriento por ella. La escena en el río parecía haber sucedido hacia muchos años y quería poseerla. Incluso hasta era bueno que ella no fuese virgen en la noche de bodas, porque era una preocupación menos para él . Por qué tenía que agarrarle el ataque de indiferencia esa noche? Por qué cuando él tenía derecho y ganas de poseerla?.
Dunstan movió los labios sobre la piel suave de la cara de Marion, descendió por el cuello y alcanzó los hombros. Era tan placentero hacer eso. La pasión que siempre se encendía entre ellos ahora era una frialdad que lo dejaba insatisfecho en todos los sentidos . Qué poseía esa mujer que lo hacía actuar tan desesperadamente ?
Descendiendo por el cuerpo de Marion , llegó a los pechos redondos y firmes . Los Chupó con ansiedad hasta oírla gemir. Podía existir una barrera entre ellos, pero en la cama esa barrera desmoronaba, no había restricciones... o quejas. Dunstan sonrió , usando su rodilla para abrir las piernas de Marion. después se acomodó entre los muslos de ella.
Esposa, él pensó mientras la penetraba con un movimiento ansioso. Mi esposa. Estaba con los dedos entrelazados con los de ella mientras movía frenéticamente las caderas, como si quisiese fundir los cuerpos. Dios... No podía existir nada mejor que eso...
Lo que Marion hacía tornaba ese placer casi inimaginable. Con los ojos cerrados, ella movía la cabeza hacia los costados y emitía gemidos. Al mismo tiempo, subía y bajaba las caderas, acompañando las embestidas de Dunstan ­. Finalmente la voz de ella subió de tono y sus gemidos se prolongaron . Dunstan cerró los ojos y levantó la cabeza, alcanzando el clímax junto con su esposa. En ese instante el mundo pareció detenerse.


El tercer día amaneció oscuro, amenazando con lluvia. Aun temiendo estar yendo en la dirección equivocada, Marion prosiguió con la cabalgata. Siempre que le era posible examinaba la posición del sol, intentando orientarse, como Dunstan solía hacer.
A cierta altura alcanzó un camino y vio un grupo de viajantes. Pensó en pedirles información , pero tuvo miedo de ser atacada por esos hombres y buscó pasar muy lejos de ellos.
Cuando el cielo se tornó más oscuro todavía, indicando la lluvia inminente, Marion comenzó a desesperarse. No tenía la menor idea de donde podía estar y una tormenta en ese momento la dejaría sin las últimas reservas de energía. Cuando alcanzó lo alto de una colina , divisó una campiña mas adelante, sobre la alfombra verde había figuras que se movían. Eran personas trabajando en el campo , pero esa vez no cortaría camino. Sintiéndose débil , hambrienta y asustada, hizo que el caballo se dirigiese al más alto de esos hombres. Tal vez consiguiese comida y refugio durante a tormenta, además de indicaciones sobre la dirección que debería tomar.
Tenía las joyas. Si aquellos hombres la ayudasen, podría pagarles bien . Pero también era posible que ellos fuesen ... Mierda! No tenía alternativas. Marion sujetó disimuladamente el cabo del puñal y fue aproximándose .
El hombre alto había parado de trabajar y ahora observaba la aproximación de ella. Estaba desarmado y tenía largos cabellos negros que flotaban con el viento. Cuando un rayo de sol atravesó las nubes e iluminó su rostro , Marion soltó un grito de alivio.
- Geoffrey!
Primero él abrió la boca, espantando al oír o propio nombre. Después sonrió . Evidentemente la había reconocido.
- Geoffrey!
Marion paró el caballo, desmontó y sollozando de un modo descontrolado , salió corriendo para caer en sus brazos de su cuñado.

1 comentario:

@lej@ndr@ dijo...

alguien se ha fijado q falta texto...a mi se me hacia raro como continuaba y busq el en otro idioma, me di cuenta q es vdd, falta texto en esta traduccion, y a mi parecer es bastante...apenas empece a leer d donde se corta (cuandoLoobo termina d tener sexo con Marion en su noche de bodas) ....falta la huida de Marion y pues como descubre el lobo q walter lo estuvo engañando y aliandoce con su vecino Fitz(como se llame) y demas peleas,bueno el chiste es q le cortan una parte muy importante al libro, han de faltar como 13 a 17 paginas de traduccion dependiendo de la letra q ocupen y el tamaño...bueno solo les informo por si no se han dado cuenta...d todas maneras gracias por la traduccion del libro