viernes, 5 de diciembre de 2008

LOBO DOMADO - CAPITULO 21

CAPITULO 21


Marion contuvo la respiración cuando una silueta enorme apareció en la ventana. Entonces ella miró rápidamente a su alrededor , buscando algo que pudiese usar para golpear al invasor. Evidentemente un hombre que se disponía a escalar el muro liso de la torre sólo podía tener las peores intenciones. Sin embargo, cuando miró el perfil sombreado del supuesto atacante ella comenzó a dudarlo.
- Marion?
Al oír o sonido de esa voz, que parecía venir de un sueño, Marion pasó a temblar tan violentamente que las piernas ya no la sostuvieron y ella se cayó al piso , convencida de que finalmente había enloquecido. Cómo Dunstan podía estar allí ?
- Marion!
Un sonido sordo le indicó que él saltaba dentro del cuarto, poco después se agachando al lado de ella, con preocupación en la voz. Podía estar loca, pero cuando él vino a abrazarla ella rezó fervorosamente para que eso fuese verdad.
- Dunstan!
Envolviendo el cuello de Dunstan con sus brazos, Marion escondió el rostro por bajo del mentón de él.
El estaba allí no era una visión, sino un hombre de carne y hueso. El olor de masculino la envolvió y ella apoyó los labios en la piel caliente de Dunstan de Burgh, sintiendo un sabor deliciosamente salado. Entonces él emitió un sonido incomprensible, sujetó en el rostro de ella entre sus manos y
la besó largamente en la boca.
Otra vez el Lobo la devoraba y Marion bendijo al cielo por eso, enroscando su lengua con la de él , tiró de sus cabellos para empujarlo todavía más para cerca . El amor la hizo olvidar de todo lo demás...
Profundamente , Marion se dio cuenta que de buen grado se acostaría en ese suelo frío para que Dunstan la tomarla . Había pensado que nunca más volvería a ver ese rostro amado, pero ahora él estaba allí, invadiendo la celda y llenando su vida .
Dunstan interrumpió el beso y Marion lo abrazó con más fuerza todavía, de tal forma que fue levantada del suelo cuando él se levantó.
- Ven , muchacha - él murmuró, sujetándola por los hombros para apartarla. - no tenemos mucho tiempo. Los hombres de tu tío están buscándome .
Por qué él estaba allí ? A dónde iba a llevarla? Infinitas preguntas estaban en la punta de la lengua de Marion pero ella se las guardó. En ese momento no había tiempo para conversar. Mientras ella lo observaba, con temor y fascinación , Dunstan pasó una de las piernas por la ventana abierta, en un movimiento ágil , y sujetó la cuerda amarrada . Segundos más tarde, ya colgado del lado de afuera, le hizo señas para que ella lo siguiese.
Marion continuó parada donde estaba, con los pies clavados en el suelo . Aunque todo estuviese oscuro allá afuera, ya había reparado en la altura en que o cuarto se encontraba.
- Eu? - ella preguntó, apuntando para o propio pecho e pensando que tal vez no hubiese entendido correctamente el gesto de Dunstan.
Desafortunadamente él le vio a hacer un gesto con la cabeza. No estaba confundida. El quería que ella lo acompañase en ese peligroso descenso . Por algunos instantes Marion continuó parada, sintiendo un nudo en el estomago .
- Vamos, muchacha - insistió Dunstan hablando entre dientes . - Cuélgate de mis hombros. No te dejaré caer. - Había tanta seguridad en esa promesa que Marion no vaciló más. Instantes más tarde estaba colgada de él. - Había envuelto sus brazos y sus piernas alrededor del cuerpo de Dunstan .
Apretando con sus muslos alrededor de las caderas de Dunstan, Marion se acaloró al recordar la última vez en que había estado en una posición similar.
Después no le fue posible pensar en nada más . Mientras las manos de Dunstan iban deslizándose por la cuerda, con movimientos seguros y cuidadosos, Marion contuvo la respiración todo el tiempo . Soltó un suspiro cuando finalmente pisaron tierra firme , pero Dunstan apoyó un dedo en sus labios , pidiéndole silencio. Era comprensible, ellos continuaban dentro de los muros de Baddersly, al alcance de su tío. Pero lo más importante era que el Lobo estaba allí. Él había ido hasta allí para rescatarla.
Dunstan la empujó contra la pared y le susurró al oído .
- Qué te parece si salimos por el portón, como si nada hubiese sucedido? Tal vez nadie nos preste atención .
Marion no sabía si él le estaba pidiendo una opinión o poniendo a prueba el coraje de ella. Fuese como fuese, sólo podía dar una respuesta.
- Intentemos - ella dijo, también hablando en voz baja.
Dunstan le sonrió en respuesta.
- Por lo que pude ver, los soldados están borrachos y la seguridad de este lugar es muy relajada. Dudo que alguien resuelva abordarnos . Conoce alguna otra salida?
Marion se sintió agradablemente sorprendida. Dunstan de hecho le estaba pidiendo ayuda a ella, una simple mujer. El amansamiento del lobo iba progresando
- No, pero .. no dijiste que estabas siendo perseguido por los hombres de mi tío?
- Es verdad, pero ellos creen que yo ya me escapé y planean emboscarme en el camino.
- Oh, si .. - murmuró Marion, aunque no encontrase esas palabras muy reconfortantes.
- Vamos, muchacha - él la apresuró - Necesitamos salir de aquí antes que tu ausencia sea descubierta.
A continuación ellos se pusieron a caminar, moviéndose por las sombras de las construcciones más bajas que rodeaban al castillo y sólo parando cuando oían algún ruido. Entonces se quedaban esperando, en tenso silencio, aunque Marion no entendiese el motivo de esa parada.
Dunstan se inclinó más para cerca de ella.
- Esto de aquí es la cervecería?
- Si - respondió Marion, sorprendiéndose al verlo pasar a pierna adentro de una ventana baja y entrar al lugar.
Instantes más tarde Dunstan estaba de vuelta, sujetando un vaso que llevó a sus labios tan pronto se detuvo. Marion pensó que ese no era momento apropiado para calmar la sed Marion sintió que las ropas de Dunstan olían a cerveza y retrocedió, arrugando la nariz. ­
- Te caíste dentro de uno de los barriles ?
Cuando respondió, Dunstan parecía esforzarse por no reírse.
- No, mujer, pero nos vamos a divertir un poco. Pero antes voy a proteger tu elegancia. - Diciendo eso sacó de su bolso una vieja capa , que usó para cubrirla. Después , para sorpresa de Marion , le volcó a cerveza por encima de su cabeza. - No me insultes - él la refrenó ante que ella pudiese expresar su perplejidad - De ahora en adelante somos dos campesinos volviendo a casa después de una noche de juerga .

Al principio Marion no entendió, pero cuando Dunstan comenzó a empujarla hacia el portón, tambaleándose como un borracho se dio cuenta del cual era el plan . Había usado la capa para esconder su condición femenina , pero aún así Marion rezaba para que nadie resolviese examinarla de más cerca.
Su corazón latía tan fuertemente que ella tuvo miedo de que uno de los soldados lo oyese. Dunstan continuaba aproximándose al portón, cantando con un acento arrastrado una canción picaresca llena de palabrotas y doble sentido Estaba un poco doblado hacia adelante , sin duda queriendo esconder su propia altura. Marion lo alcanzó y empezó a caminar apoyándose en el brazo de él, como si quisiese impedir perder el equilibrio.
Cada paso se hacía más peligroso que el anterior y Marion sintió un miedo , esta no era tan sencilla como sus otras tentativas de fuga. Una rápida mirada al hombre que la acompañaba le mostró el motivo de ese miedo intenso : él la estaba rescatando , arriesgando su propia vida por ella. Y , aunque ya estuviese acostumbrada a enfrentar amenazas, Marion no quería pensar en la posibilidad que Dunstan fuese capturado y sufriese un castigo.
La caminata hasta el portón parecía interminable pero finalmente ellos lo atravesaron. Aún así , durante un buen tiempo el Lobo continuó con su charada , sólo apretando el paso cuando ellos ya estuvieron lejos de Baddersly. Las nubes cubrían parcialmente la luna y era difícil divisar la senda. Por eso Marion miraba con cuidado a donde pisaba, y al mismo tiempo se esforzaba por acompañar los pasos de Dunstan. A cierta altura él tropezó y se cayó hacia adelante , llevándola consigo en la caída. Marion casi tuvo un ataque pánico, temiendo que él hubiese sido alcanzado por la espalda por una flecha.
- Dunstan! - ella exclamó, sólo con mucha dificultad consiguiendo no gritar.
- Cállate - él respondió. - Vamos a fingir que nos desmayamos en el camino , en caso que estemos siendo observados. Nos quedaremos aquí durante algún tiempo y después rodaremos hasta la senda. Y cuando yo te diga que corras, lo harás bien agachada para no ser vista por los centinelas que están en lo alto del castillo. Iremos por esa colina, tomando rumbo oeste. Así tendremos más posibilidades de despistarlos.
Despistarlos? Marion empalideció cuando pensó en las implicaciones de lo que acababa de oír.
- Crees que mi tío mandará a sus hombres detrás nuestro ?
- Por supuesto - respondió Dunstan, apretando los músculos de su rostro. - Espero que me disculpe por no haber creído en vos antes, muchacha, pero ahora te creo. Tu tío es un asesino.
- Cómo sabes eso ?
Porque vi su intención matarme.

Después de una caminata que pareció durar horas ellos pararon al margen de un riacho para descansar debajo de un árbol. Por suerte la noche estaba fresca pero sin humedad. Dunstan extendió los capas y
Marion inmediatamente se acomodó. cuando él le entregó la bolsa con las cosas dejadas en la cabaña do ella no pudo contener una exclamación de alegría y sorpresa.
- Mis cosas, Dunstan! Eres maravilloso! Y las ... joyas?
- Están aquí - él respondió, sonriendo y sacudiendo la bolsita de cuero colgada en su cintura.
Marion sintió ganas de llorar. había pasado por muchas dificultades, pero sólo ahora tenía ganas de llorar. No había llorado cuando se había separado de Dunstan ni durante el tiempo pasado en la torre, como prisionera, esperando el momento en que sería llevada a una muerte segura , pero ahora tenía los ojos llenos de lágrimas... lágrimas de agradecimiento y de amor. Pero le era difícil hablar. Marion quería abrazarlo, besar su boca maravillosa. Quería acariciarlo, fundir su cuerpo con el de él, allí mismo en la tranquilidad de la noche y del bosque.
. No se trataba de la loca pasión que muchas veces se encendía entre ellos, sino con las ganas de expresar su amor del modo que sólo ella sentía ...
Marion se quedó observando mientras Dunstan se sentaba al lado de ella, apoyándose en el árbol y estirando las piernas . Cuando él inclinó la cabeza hacia atrás , en una demostración del cansancio . Marion se dio cuenta de que Lobo era de carne y hueso . Y en ese momento demostraba una vulnerabilidad que sólo muy rara vez él dejaba traslucir.
- Déjame ayudarte a sacarte el cinto con a espada, - dijo Marion, cuando encontró su voz.
Dunstan la miró con aire de sorpresa, mas eso no la desalentó. Levantándose, Marion soltó la hebilla del cinto que sostenía la pesada espada. Después tomándolo por los hombros lo empujó para hacerlo acostar sobre manta.
- Descansa.
Dunstan siguió la orden de ella y Marion no resistió más. Se inclinó hacia adelante y apoyó los labios sobre los de él.
Marion metió su lengua por entre sus labios hasta sentir la humedad caliente... Ah, le entregaría el alma al diablo por ese beso.
Después Marion pasó una de las piernas por encima de ese enorme cuerpo. Se sentó a ahorcajadas de él , sabiendo que sería capaz de hacerlo temblar y gritar.
Una de las manos de Dunstan agarró los largos cabellos de ella, lo que la hizo perder un poco de esa sensación de poder. Entonces ella lo besó en el mentón varias veces, descendiendo después por el cuello . Al mismo tiempo tironeaba casi con violencia de la túnica de él, ansiosa por desnudarlo y acariciar ese cuerpo magnífico.
Dunstan era tan grande, tan fuerte, un guerrero corajudo, pero dejó que ella lo explorase. Ese sometimiento aumentó la impetuosidad de la pasión de Marion. La momentánea sumisión del Lobo hacía que ella superase todas las barreras de la timidez para liberar un amor y un deseo que necesitaba satisfacción urgente.
Sacándole la túnica a Dunstan, Marion pasó la palma de su mano por el pecho ancho y sintió las latidos de su corazón . La pulsación era muy fuerte, casi violenta, revelando su pasión .
- Oh, muchacha...
La voz de él era baja y ronca, parecida a la de un hombre que estaba borracho o somnoliento . Eso la hizo sonreír.
- Quiero darte placer - ella murmuró, deleitada con la tarea que se proponía.
Marion bajó nuevamente la cabeza y pasó colocar besos en el pecho de él. Cuando encontró un pezón endurecido, lo cubrió con su boca y empezó a chuparlo, de la misma manera como Dunstan había hecho con ella.
- Mi Dios... - él gimió , levantando las manos para recorrer su cuerpo con frenéticas caricias.
Pero Marion no iba a desviar su atención de lo que planeaba hacer . Siempre con los labios pegados a la piel caliente de Dunstan, lamió la dureza de los músculos del pecho y del abdomen . Los gemidos y murmullos que el Lobo emitía eran para ella la música más inspiradora.
Fascinada con las descubrimientos que iba haciendo, Marion perdió toda inhibición . Empujó hacia abajo el borde del pantalón de Dunstan hasta que su miembro , voluminoso y erecto, quedó expuesto . Entonces ella lanzó una exclamación de asombro ante esa visión.
Un gemido de impaciencia le indicó que el Lobo estaba al limite de la resistencia, lo que quedó todavía más claro cuando él bajó las manos nerviosamente con la intención de librarse de las botas y los pantalones. Marion apartó esas manos para ocuparse ella misma de esa tarea. Instantes más tarde, arrodillada entre las piernas del Lobo, ahora completamente expuestas, usaba las manos para explorar esos músculos poderosos, yendo desde los tobillos hasta lo alto de los muslos. Marion estaba jadeante cuando alcanzó su miembro, el cual palpó con la punta de sus dedos y la palma das manos, yendo desde la punta liso hasta la base peluda.
- Mujer , qué hacer ! - gimió Dunstan .
- Shhh - respondió Marion. - Quiero que sientas placer. .
Entonces ella recordó como él la había besara en su parte más íntima y fue inclinando la cabeza, dejando que sus cabellos rozasen su estomago y sus muslos , hasta tocar con los labios la punta del miembro rígido. Dunstan levantó sus caderas. rápidamente Marion abrió al boca para recibirlo. Poco después las manos de él agarraron los cabellos de ella, guiándola en los movimientos que se parecían a los del acto sexual. Dunstan temblaba violentamente debajo de ella.
Pero de un instante al otro el control de la situación cambió de manos. En un momento Marion estaba arrodillada entre las piernas de él y con la cabeza agachada, maravillada con la sumisión del Lobo . Y poco después , con la agilidad de una fiera, Dunstan la colocó de espaldas contra el suelo para cubrirla con su cuerpo .
Ahora él la besaba en la boca mientras recorría las curvas de su cuerpo con las manos, una de las cuales se metió por bajo de la falda para apretar sus nalgas. Después él descubrió los pechos de Marion para succionarlos ávidamente. cuando ella intentó tocarlo, Dunstan capturó sus manos de y la inmovilizó .
Poco después Marion sintió entre sus muslos la presión de su falo buscándola la entrada. Primero Dunstan la sujetó por la nalgas y la penetró profundamente. Después comenzó a retroceder lentamente, para volver a entrar con fuerza , esos movimientos se repitieron hasta que Marion comenzó a agitarse de placer .
- Oh , Dunstan... - ella dijo, con un hilo de voz.
- Shhh. Quiero darte placer - él respondió, con una algo de malicia en su voz, seguramente queriendo hacer una demostración de su propio poder.
El Lobo había dejado que ella jugase con él durante algún tiempo, pero continuaba siendo una animal indomable . Cuando alcanzó el orgasmo Marion gritó tan fuerte que Dunstan la besó para tapar su boca, tal vez con la intención de que no fuesen escuchados . Poco después volvió penetrarla profundamente, lo que prolongó todavía más el climax de ella . Sólo después de oír otro grito de éxtasis él se descargó dentro de Marion en sucesivas emisiones de semen, para luego derrumbarse sobre ella.

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